La fragmentación del mundo antiguo Teodosio en el año 395 con la finalidad de mejorar la defensa y la administración del Imperio Romano lo dividió en dos mitades que corrieron diferente suerte. Mientras que el imperio romano de occidente fue destruido por los pueblos barbaros (los que habitaban fuera de las fronteras) en el año 476 cuando Odoacro depone Romulo Augustulo (último emperador) el imperio oriental o bizantino perdurará hasta el 1453 cuando sea conquistado por los turcos. Durante el reinado de Justiniano (527-565) el imperio bizantino vivió una etapa de esplendor en la que: Intento reconstruir el imperio romano. Belisario realizó numerosas conquistas en las costas mediterráneas, ocupando el norte de África, la península Itálica, la costa Dalmata, el sur de la penínusla Ibérica y las islas del Mediterráneo occidental. Realizó grandes construcciones en Constantinopla, capital del imperio, como el circo y la basílica de Santa Sofía. Recopilo las leyes romanas en el código de Justiniano. Durante los siglos VII y IX perdió todas las conquistas que había realizado durante la época de Justiniano debido a las conquistas musulmanas. En el año 1054 se produjo el cisma de Oriente entre los cristianos de oriente, que pasaron a llamarse ortodoxos, y los que seguían la iglesia de Roma que eran los católicos. Este no fue el único problema para el imperio bizantino, ya que a partir del siglo XI tuvo que defenderse de los ataques musulmanes que cada vez conquistaban más territorios hasta que en 1453 Constantinopla fue conquistada por los turcos y se inicia la Edad Moderna. La parte del Imperio romano de occidente se dividió en numerosos reinos germánicos: Ostrogodos: península Itálica y Dalmacia. Vandalos: norte de África. Francos: norte de la Galia. Burgundios: sur de la Galia. Visigodos: Hispania y sur de la Galia. Suevos: el noroeste de la península Ibérica (provincia Gallaecia). Anglos y Sajones: Britania. No solo cambio la organización política si no que también hubo otros cambios: Se crea un clima de inseguridad que dificulta e incluso impide el comercio. La agricultura se convierte en la actividad principal. Estos dos hechos provocan una ruralización de la sociedad, es decir, la gente abandona las ciudades y se va a vivir al campo, agrupándose en los grandes latifundios para poder defenderse de los saqueos. Del imperio romano se mantiene la legislación, el idioma y la moneda imperial. Hispania visigoda En el 416, los visigodos, aliados de los romanos, llegan a la península Ibérica provenientes de Francia para expulsar a los vándalos, a los cuales desplazan al norte de África, y a los suevos que arrinconan en el noroeste de la península. Tras la caída del Imperio romano de occidente los francos derrotan en la batalla de Vouille en el 507 a los visigodos expulsándolos de la Galia y obligándoles a ocupar Hispania donde fundan en el 554 el reino de Toledo. En el año 552 Atanagildo, en su lucha contra Akhila, pide ayuda a los bizantinos y estos conquistan el sudeste de la península Ibérica hasta que el rey visigodo Suitila los expulsa en el 624. En el 589 Recaredo realiza la unificación religiosa de Hispania al convertirse junto a los nobles al catolicismo y en el 654 Recesvinto dará un paso más y realizará la unificación jurídica de todos los habitantes de la península al publicar el Liber Iudiciorum. A pesar de ser una minoría de la población los visigodos se apropiaron y repartieron las dos terceras partes de las tierras que eran trabajadas por los hispanos romanos en calidad de siervos, es decir, trabajan la tierra a cambio de una parte de la cosecha y teniendo unas obligaciones con sus señores. El reino visigodo perdurara hasta que los visigodos son derrotados en el 711 en la batalla de Guadalete por un ejército musulmán dirigido por Tariq y Musa. Las Islas Baleares. Tras su expulsión los vándalos ocuparon el norte de África y en el 455 Genserico ocupo las Baleares incorporándolas al reino vándalo, junto a las islas del Mediterráneo occidental hasta el 534 en que son ocupadas por los bizantinos. Durante la dominación bizantina que se extiende hasta el año 902 en que las Baleares son conquistadas por un ejército musulmán mandado por Isam al·Hawlani. Durante este periodo de tiempo la base de la economía siguió siendo la agricultura, aunque la incorporación al reino vándalo y posteriormente al bizantino reactivo el comercio, manteniéndose la estructura social. En este momento se construyen los “castells roquers” de Alaro y el “Castell del rei” en Mallorca y el de Santa Agueda en Menorca, para protegerse de los ataques. También se construyeron, a pesar de la persecución vándala, las basílicas paleocristianas de “Son Peretó” y “ Sa Carrotja” en Mallorca y las de “Son Bou” y “Fornàs de Torrelló” en Menorca. El imperio carolingio En el siglo VIII el rey franco Carlos Martel derrota a los musulmanes en la batalla de Poitiers (al norte de los Pirineos) en el 732 manteniendo de esta forma la integridad del reino franco. Su hijo Pipino, el breve, iniciará la dinastía Carolingia que tendrá en Carlomagno su máximo representante ya que durante su reinado (768-814) expandió el imperio carolingio en un último intento de volver a unificar todas las tierras que habían formado el Imperio romano de occidente. Carlomagno creó un imperio cuyas fronteras delimitaban los Pirineos, el Vistula, el Danubio y el norte de Italia. Carlomagno fue coronado emperador en el año 800 convirtiendose en protector de la cristiandad, incluso los mallorquines le pidieron ayuda para protegerse de los ataques musulmanes. Además durante su reinado se crearon numerosas escuelas y los monjes copistas copiaron numerosas obras del latín y del griego. El sucesor de Carlomagno fue Luís el piadoso que en el 843 dividió el imperio carolingio entre sus tres hijos (Lotario, Luís el germánico y Carlos el calvo) mediante el tratado de Verdún.