Esta película es una “rara avis” dentro del cine de terror FICHA TÉCNICA: Título original: The Shining Nacionalidad: EEUU Año: 1980 Dirección: Stanley Kubrick Guión: Stanley Kubrick y Diane Johnson (basado en la novela de Stephen King) Producción: Stanley Kubrick Dirección de Fotografía: John Alcott Montaje: Ray Lovejoy Dirección Artística: Leslie Tomkins Música: Varios Diseño de Vestuario: Milena Canonero Reparto: Jack Nicholson (Jack Torrance), Shelley Duvall (Wendy Torrance), Danny Lloyd (Danny), Scatman Crothers (Halloran), Barry Nelson (Ullman), Philip Stone (Grady), Joseph Turkel (Lloyd), Anne Jackson (Doctor), Tony Burton (Durkin), Lia Beldam (Mujer jóven en la bañera), Billie Gibson (Mujer vieja en la bañera), Barry Dennen (Watson) Duración: 143 min. SINOPSIS: Un escritor, Jack Torrance, obtiene un trabajo como guardián de un viejo hotel que queda vacío y aislado del mundo por la nieve durante varios meses al año. Se traslada junto a su mujer Wendy y su hijo Danny y, casi inmediatamente, comenzará a sufrir un proceso de transformación de su personalidad que le llevará hacia la locura. Su hijo, que tiene poderes paranoramales, intuye que va a suceder una tragedia. HOJA INFORMATIVA Nº 18 Marzo 2004 COMENTARIOS: Una preocupación constante de Stanley Kubrick fue la comercialidad de sus filmes. No debe sorprendernos, por tanto, que el rotundo fracaso comercial de Barry Lyndon le afectase especialmente y se propusiese que su siguiente película tuviese una gran repercusión y éxito, pudiendo compensar así a la Warner por la confianza que habían depositado en él. Esto supuso que Kubrick comenzase a buscar un género cinematográfico en el que realizar su próximo éxito y que no hubiera tocado antes, puesto que cuando Kubrick hacía una película era “la película” en ese género y por tanto no tenía sentido repetir. A comienzos de los años 70 estaba en auge el cine de terror. De hecho, a Kubrick se le había ofrecido, nada más terminar La naranja mecánica, que llevara al cine la novela de William Peter Blatty El exorcista, rehusando. Fue entonces cuando la Warner hizo llegar a Kubrick una novela que pensaba adaptar al cine, aceptando dirigirla pues en ella vio su película de terror. Esa novela era El Resplandor de Stephen King que aún estaba en fase de imprenta. Aunque King se haya convertido con los años en el gurú del género literario de terror, en aquel momento (1977) aún estaba al principio de su carrera y sólo había publicado tres novelas, aunque una de ellas, Carrie, acababa de ser llevada al cine con éxito de la mano de Brian de Palma. En esta ocasión, Kubrick en lugar de rescribir el guión él mismo contrató a una escritora profesional, Diane Johnson, para ayudarle, de tal forma que la escritora tuvo libertad completa para escribir los diálogos, lo que era insólito en Kubrick, y a ella debemos, por ejemplo, el detalle muy conocido de la frase que se repite cientos de veces. El guión definitivo que elaboraron presentaba diferencias tan significativas con respecto a la novela inicial que King llegó a renegar de la película, afirmando que Kubrick no conocía el género de terror ya que al no saber representar la maldad “impersonal” del hotel, había trasladado la maldad a las personas, rodando así una historia de crímenes domésticos con algún añadido sobrenatural. Pero nada más alejado de la verdad. Es cierto que El Resplandor es una “rara avis” dentro del cine de terror, por estar teñida del humor negro muy típico de Kubrick, pero desplazar la maldad a los personajes propicia que el espectador experimente una mayor sensación de pavor, al ser la historia más próxima y veraz, además de ser la vía óptima para reflejarnos mejor la evolución de los personajes y sus relaTras el fracaso comercial ciones, que a nuestro parecer llegan a ser terroríficas. En esa dirección, un de Barry Lyndon, Kubrick acierto en el guión fue también desplazar el protagonismo del hijo (Danny) al padre (Jack Torrance)y mucho más el actor elegido por Kubrick para interpre- se propuso que su siguiente tarlo, Jack Nicholson, en quien había pensado el director unos años antes para película (El Resplandor) interpretar a Napoleón. El actor había llegado a lo más alto de su carrera profuera un éxito fesional al recibir el Oscar en 1975 por Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco, pero también atravesaba numerosos problemas personales, que llevó a que algunos compañeros de rodaje llegarán a decir de él que "estaba más loco que su personaje". Con tan buena preparación anímica, su interpretación fue, excepto en las primeras escenas, un recital de ese histrionismo que tanto encantaba a Kubrick. En cuanto a su mujer, Wendy, fue encarnada por Shelley Duval, actriz que había trabajado antes sobre todo en producciones independientes, que dio bien el tipo de mujer anoréxica y con tendencia a lo histérico que se requería. Los métodos de trabajo de Kubrick con los actores fueron tan exasperantes como ya era su costumbre; así, para la escena donde Halloran enseña la cocina a Wendy y a Danny, se repitió repitió la toma 85 veces. En El Resplandor, Kubrick introdujo una innovación técnica sin la cual no se concibe que la película hubiera sido la misma. Se trata del "steadicam", un soporte de cámara que permitía correr con ella e incluso subir escaleras sin que temblara la imagen, que había sido inventada por Garret Brown, que recibió por ella un Oscar en 1978, y en El Resplandor sería profusamente utilizada en las escenas en que la cámara persigue al objetivo con gran movilidad. Estos movimientos magistrales de cámara y la música, cuidadosamente seleccionada por Kubrick tras terminar el rodaje, ayudan a reforzar el ambiente terrorífico que impregna toda la película. Se ha llegado a escribir que El Resplandor es una película de terror de "serie B", no obstante es mucho más que eso, trascendiendo diendo de ser una película puramente de género, como suele ocurrir con las películas de Kubrick.