MOROLEÓN RESEÑA HISTÓRICA

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MOROLEÓN RESEÑA HISTÓRICA
EL ENTORNO Y SU GENTE
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Agustín Martínez Salgado
Publicado: 2008
Impresos Castillo
Moroleón, Gto.
DATOS GEOGRÁFICOS Y ESTADÍSTICOS
Ubicación
Michoacán.
Coordenadas Geográficas
oeste 101° 19’ de longitud.
Al centro sur del Estado de Guanajuato, colindando con
Al norte 20° 10’, al sur 20° 01’, al este 101° 10’ y al
Colindancias
Al norte con Yuriria y Uriangato, al este con Uriangato y
Cuitzeo, al sur con Cuitzeo y Huandacareo, ambos de Michoacán y al oeste con el
municipio de Yuriria. Tiene dentro de su territorio dos lunares, Rancho del Cerro y
Charándaro, que pertenecen a Uriangato.
Altitud
La cabecera municipal se encuentra en su mayoría
ubicada entre los 1800 y 1850 msnm y su mayor elevación es el Cerro de Amoles con
2830 msnm.
Clima
templado subhúmedo (Cw1)
Semi-cálido subhúmedo con lluvias en verano (ACw0) y
Temperatura
20° C Promedio.
Precipitación
800 Mm. promedio en los últimos años.
Superficie
190 Km. 2
Población total municipal
50,794 (conapo, 2006)
Población en su cabecera
Analfabetismo
40,512
9.8 % de 15 años o más
1
Localidades Moroleón:
Piñícuaro, La Ordeña, Ojo de Agua de Enmedio, Rancho Nuevo, La Loma, Cuanamuco,
La Soledad, La Barranca, Las Peñas, El Salto, Cepio, Santa Gertrudis, Amoles, Caricheo,
Pamaseo, Quiahuyo y Cruces Charándaro. Absorbidas por la mancha urbana están:
Curumbatío, Jinete, Terrero, San Lucas y el Pitayo. Actualmente desaparecidas están:
Cerroblanco, Cútucuas, Guaje, Mezquital, Raya, Rincón de Piñícuaro, Serrano, Tacuacho,
Tejocote, Tinaja y Huaro o Guaro.
FLORA Y FAUNA
Parte del territorio municipal de Moroleón esta sobre vegetación de matorral; las especies
más comunes encontradas son: mezquite, palo bobo o cazahuate, palo blanco, tepames,
tzicuas, pochotes, palo dulce, huizache, coaquil, copal, patol, fresno, tepehuaje, oñigato,
gatillo, huamúchil y granjeno, pico de pájaro, lantrisco, zapote blanco, papelillo amarillo o
chupiri. En las pequeñas zonas cubiertas de pastizal encontramos las especies: zacate
tres barbas, navajita velluda y zacatón liendrilla, triguillo, lobero, zurumuta, y zacatillo;
también una gran variedad de cactáceas como nopales, tasajo, pitayo y en las zonas
comprendidas por bosque las especies más comunes son los encinos y algunos
madroños.
La fauna la constituyen tuzas, tejones, conejos, ardillas, zorrillos, tlacuaches, colibríes,
cenzontles, gorriones, codornices, aguilillas, búhos, lechuzas, zopilotes, golondrinas,
conguitas, tordos y en las zonas de represa conviven aves acuáticas migratorias; también
existen reptiles: lagartijas, tortugas y serpientes como coralillos, hocicos de puerco, de
cascabel, ratoneras y gran variedad de insectos como saltamontes o chapulines, catarinas
y mariposas.
FIESTAS Y TRADICIONES
La principal fiesta anual, tiene lugar en el mes de enero y abarca dos aspectos: Uno
religioso, en torno a la celebración del Santo Patrono, El Cristo de Esquipulitas, que es lo
que consideramos propiamente Fiesta y otro profano, al que llamamos Feria.
La Festividad religiosa es celebrada durante todo el mes, con repiques por la madrugada
y durante el día, procesiones integradas por diferentes gremios y vecinos de los cuarteles
de la ciudad y comunidades de la jurisdicción parroquial. Adornan carros con Alegorías
Bíblicas y realizan quema de fuegos artificiales y actuaciones de bandas de música. Hay
visita del arzobispo el cual preside la Misa Solemne el 15 de enero y un día antes viene
uno de los obispos auxiliares para efectuar confirmaciones.
El día 31 de enero se recibe la peregrinación de los moroleoneses radicados en diferentes
partes de la República y del extranjero. Por la noche y como fin de las fiestas religiosas,
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se lleva a cabo una magna procesión por las “calles de la Estación”, llegando a sumar
unos 10,000 asistentes.
El otro aspecto, el no religioso, consiste en eventos diferentes, como lo son: desfile de
inauguración, corridas de toros y jaripeos, torneos de charrería, peleas de gallos, bailes,
eventos deportivos y culturales, teatro de pueblo, juegos mecánicos, noches mexicanas,
serenatas y quema de fuegos artificiales.
Pero el atractivo principal, tiene lugar el día 16 por la noche, con el paseo de carros
alegóricos, cortejo de reyes, danzas típicas de varios estados de la república y
mojigangas. A todo esto se suma una multitud que con bandas de viento, mariachis o
grupos norteños hacen de esta noche un verdadero carnaval en el centro de la población.
Las demás fiestas y celebraciones que tradicionalmente se llevan a cabo, en el transcurso
del año son las siguientes:
Martes de Carnaval, Semana Santa, San Nicolás de Tolentino, Fiestas Patrias,
Aniversario del Municipio, Aniversario de la Revolución Mexicana, los Fieles difuntos, Día
de Santa Cecilia, Fiesta del Señor de la Clemencia, Día de San Judas Tadeo, Día de San
Agustín, Fiestas Guadalupanas, Posadas, Navidad y de fin de año.
GASTRONOMÍA
Por su forma especial de prepararse destacan, entre otros:
Las carnitas de cerdo, barbacoa y montalay, menudo, pozole, rellena, que algunos llaman
sóricua o moronga; uchepos, toqueras, pozole, buñuelos, atole champurrado, tamales
agrios, tamales de dulce de varios sabores, tamales de chile, mole de guajolote y de pollo,
corundas, quesadillas, sopes, dulces o “cubiertos”de calabaza, chilacayote, camote y
biznaga, “calabaza en tacha”,caramelos y garapiñados de miel de piloncillo, atoles de
leche o de fruta, dulces de leche, además de las tradicionales nieves de sabores.
ATRACTIVOS NATURALES Y ARQUITECTÓNICOS
Asentado sobre una superficie un poco montañosa, este municipio goza de un
excelente clima templado casi todo el año; su cabecera se sitúa a una altitud de unos
1800 m. y presenta varias elevaciones entre las que destaca de manera muy especial el
cerro de “Los Amoles”; bellísimas áreas boscosas de encinos, así como varios arroyos de
temporal con un clima frío por su altura (2,800 m) y un caserío en la zona, de adobe,
piedra y teja de barro que hacen del lugar un espacio digno de visitarse. Otras opciones
para el ecoturismo son la visita a las presas de Cepio y de Quiahuyo, y a la unidad
deportiva Moroleón, así como también en la comunidad de Las Peñas se antoja la
escalada de la pared rocosa en cantera que da nombre al lugar. Uno de los lugares mas
visitados del municipio es sin duda el Parque Zoológico Moroleón, que con una gran
cantidad de especies, su arboleda y los servicios con que cuenta, brinda a los visitantes
una estancia placentera asegurada.
Por esa misma ruta se encuentra Piñícuaro,
comunidad de caserío estilo michoacano donde se goza de la tranquilidad de un pueblo
típico con sus manantiales y una cascada a muy corta distancia de ahí.
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La Parroquia del Señor de Esquipulitas o de San Juan Bautista: Un bello ejemplo
de arquitectura decimonónica de un depurado estilo neogótico resaltando su singular
cúpula y la amplísima nave.
Jardín principal y portalería: Un conjunto de lograda armonía donde pueden
admirarse construcciones que integran una imagen pintoresca típica, destacable el hecho
de que es de los pocos en el país que tiene portalería desde su origen a los cuatro
costados.
Cueva del Club de Leones:
Singular edificio con fachada de definitivo carácter
ecléctico; de cantera rosada muy elaborada y artística.
Son dignos de visitarse también el edificio de la Presidencia Municipal, el Santuario de
la Virgen de Guadalupe, la Capilla de La Soledad, el Templo de Curumbatío y el de
Piñícuaro.
ARTESANIAS:
La artesanía en el municipio ha venido en decadencia al dar paso a la pequeña y
mediana industria, además del comercio; sin embargo, todavía se elaboran los
excelentísimos rebozos de algodón y artisela, trabajados en telares de madera, a la
manera tradicional.
HISTORIA BREVE
ANTECEDENTES
Habiendo sido esta zona habitada por una cantidad significativa de pobladores en la
época prehispánica, es que se puede ver por todas partes restos de cerámica,
construcciones, entierros y utensilios que nos dan idea de cómo vivían; algunas culturas
eran bastante desarrolladas como la de Chupícuaro, asentada principalmente en
Acámbaro; así como también se sabe que habitaban la región grupos a los que se les
llamó genéricamente Chichimecas y en otra época los Tarascos, que fue el grupo
dominante al momento de la conquista española.
EL ORÍGEN
En donde actualmente es Moroleón, allá por el año 1600, la doncella (hija de Doncel, título
nobiliario) Juana de Medina y Calderón recibe del Virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo
una merced de 2 caballerías de tierra de sembradura, entre los pueblos de Uriangato y
Curumbatío al lado poniente del camino a Cuitzeo y a los lados del arroyo. (1)
En 1613, al fallecimiento de la entonces viuda, Juana de Medina, esos terrenos y otros
que poseía, sus padres los venden a don Lope de Calderón, quien después los hace
pasar al Mayorazgo agustino del convento de Yuriria. Luego, en 1620, Diego López
Bueno permuta sus tierras del Valle del Moro en la Ciénega Prieta de Yuriria por las que
habían sido de la doncella, trae a sus labriegos y los asienta en lo que actualmente es la
Col. Hidalgo y junto al manantial conocido como el “Ojito de Agua” en la base del cerro
Nana Nica.
Para el año de 1775 don José Guzmán López, heredero de Don Diego, se traslada de
Yuriria para formar un caserío en donde actualmente es el jardín principal de Moroleón a
las márgenes del arroyo, que entonces corría por lo que ahora son las calles de Morelos,
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Hidalgo y Manuel Doblado; para esto trajo familiares y conocidos de la región con la
intención de fundar un pueblo, que en un principio se conoció con los nombres de La
Mezquitera, La Congregación del Moro o La Congregación de Uriangato. De estos el
primero hacía referencia a la abundancia de este magnífico árbol, el segundo por el origen
de los pobladores ya asentados previamente por el intercambio de tierras, y el último de
estos nombres por su cercanía con este pueblo.
En esa época los habitantes originales del Moro, sumados a los llegados con la familia
Guzmán, no se dedicaban solamente a las actividades agropecuarias, eran ya
comerciantes que escogieron precisamente este suelo por su ubicación cercana a
Caminos Reales, que les permitieran comunicarse con facilidad a los destinos que
frecuentaban; aunado a lo anterior la llegada a La Congregación del padre Francisco
Quintana dio nuevas y mejores ideas para acrecentar debidamente la población con una
serie de factores indispensables para tal fin, como era el establecimiento de ciertas
industrias y negocios que brindaran empleos e ingresos; así surgieron y crecieron talleres
para la confección de rebozos, jabonerías, herrerías, panaderías, sastrerías, zapaterías,
tiendas de productos de consumos básicos, alimentos, ropa, boticas, etc.
Aquel incipiente caserío dependía eclesiásticamente de Yuriria del cual era considerado
una de sus “visitas”, a su vez Yuriria pertenecía al Obispado de Michoacán y no existía
todavía el Estado de Guanajuato sino hasta 1786 que surgió como Intendencia de
Guanajuato con una extensión muy cercana a la entidad actual.
LA LLEGADA DE LA IMAGEN DEL CRISTO DE ESQUIPULAS
A partir de 1802 se hizo cargo del curato de Yuriria el MRP Francisco Quintana y
Aguilar por lo que empezó a frecuentar a la gente de la Congregación donde la familia
Guzmán había construido un oratorio en la esquina del actual portal Matamoros y la calle
Juárez, para venerar una imagen de San Juan Bautista, por esta razón el templo actual
está también dedicado a este Santo Patrono.
Para mayo de 1805, llegó a este lugar la imagen del Sr. de Esquipulitas, réplica del cristo
negro que se venera en Esquipulas, Guatemala. Esta efigie sacra fue traída por su
escultor Alonso de Velasco, con la idea de llevarla al famoso Real de Minas de
Guanajuato. Este personaje había sido acompañado por un comerciante, conocido como
“el hermano José María”, de la comunidad de Quiahuyo, perteneciente a Moroleón,
desde la frontera con aquél país y habiendo enfermado el escultor Velasco en la última
etapa de su viaje, consiguieron llegar a la Congregación, donde recibió hospedaje y
cuidados en la casa de Don Agustín Guzmán Pérez para finalmente fallecer unos días
después no sin antes hacer la donación de la imagen del Cristo de Esquipulas para ser
venerado en el pueblo que lo recibió y atendió en sus últimos momentos.
Dentro de la caja donde venía la imagen estaban también documentos de la bendición o
consagración en aquella ciudad centroamericana, en enero 15 de 1805 día que celebran
su festividad, por lo que en esa misma fecha pero de 1806, el padre Quintana celebró
misa solemne en honor del Sr. de Esquipulitas, hubo también por la tarde jaripeo y
verbena popular, este es el antecedente de las tradicionales Fiestas y Feria de Enero en
Moroleón.
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CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y DE SU COMERCIO
Debido al auge comercial y de población que tuvo en los inicios del siglo XIX, la entonces
Congregación quedó en disposición de recibir más gente que buscaba un sitio seguro
durante la guerra de independencia, así llegaron de Valle de Santiago, Salvatierra, Yuriria
y de toda la región a engrosar este núcleo y el vecino pueblo de Uriangato. Como tenía
muy buena relación el padre Quintana con el iniciador del movimiento libertador, Miguel
Hidalgo, estos pueblos apoyaron al Padre de la Patria y hasta lo hospedaron en la casa
de administrador de la Hacienda Santa Mónica en su paso de Guanajuato hacia
Valladolid. (2) Se mantuvieron, pues libres de saqueos, fusilamientos y otros destrozos
de ese tiempo por lo que su comercio se mantuvo a la alza no así en Yuriria y otras
ciudades que resintieron notablemente esta crisis viniendo a menos. El caserío recién
formado tenía en 1839 unos 2500 habitantes (3), según un censo muy bien realizado por
el ya entonces vicario Fr. Francisco Quintana.
Cuando iniciaba el proceso del México independiente, en 1833 o 1834 en esta región se
produjo una epidemia de cólera, por lo que hubo prohibiciones para comerciar en los sitios
afectados, y como la Congregación estaba libre recibió a los comerciantes que hacían sus
días de plaza en Yuriria y el Pueblo de Uriangato, estableciéndose definitivamente
después de superada la epidemia en lo que sería Moroleón, logrando con ello una
población mayor que la del pueblo vecino.
FUNDACIÓN LEGAL COMO PUEBLO
La gente de la Congregación, ante el desarrollo alcanzado, vio la necesidad de tener
autoridades propias; el comercio era bastante desarrollado y en 1839 se había fundado ya
su Vicaría, la que tuvo su jurisdicción, y el mismo Padre Francisco Quintana y Aguilar se
hizo cargo de ella.
Por todo esto los habitantes de la llamada Congregación de
Uriangato (hoy Moroleón) solicitaron de manera reiterada durante varios años y ante
diferentes autoridades, desde la Jefatura en Yuriria, la Prefectura de Celaya y las de
Guanajuato, se les concediera el establecimiento de un Alcalde y un Síndico Procurador.
(3).
La serie de peticiones de los vecinos de la Congregación rindieron fruto en 1845
cuando el Gobernador del entonces Departamento de Guanajuato, Juan Bautista
Morales, concedió mediante Decreto número 16 el tan ansiado derecho a tener
autoridades propias, es decir, la Fundación Legal como Pueblo y por tanto el
reconocimiento y los alcances como los de un municipio actual con jurisdicción propia (3).
Lamentablemente el querido padre Quintana autor e inspirador de todo este proceso, no
pudo ver realizado su sueño, pues falleció el 14 de octubre de 1843.
Ante la confusión que se daba desde aquel tiempo por el nombre de estas dos
poblaciones vecinas cabe aclarar que Moroleón era la Congregación de Uriangato,
mientras que con el nombre de Pueblo de Uriangato se designaba al que fue un
asentamiento prehispánico, y que posteriormente se le nombró San Miguel de Uriangato.
Compartían parte del nombre por estar ubicadas en el valle de Uriangato, pero con origen
muy distinto.
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MORO-LEÓN, DISTRITO Y MUNICIPALIDAD
Para mediados de la década de 1850 a 1860, para distinguirlo y por la situación política
entre conservadores y liberales, al pueblo de la Congregación de Uriangato se le cambia
el nombre por el de Moro-León; esto por el origen de sus primeros pobladores del
Rancho del Moro y por el apellido del General juarista Antonio León, originario de
Huajuapan, quien con jinetes guanajuatenses tomó la ciudad de Oaxaca, y que después
moriría en la batalla de Molino del Rey en 1847 defendiendo al país de la invasión
norteamericana. Para que ese cambio de nombre se diera, habrá que destacar la labor
realizada por el jurista y militar José Ma. Julio Martínez Aragón, recientemente avecindado
en este pueblo procedente de Morelia, y que teniendo buena amistad con el Lic. y General
Manuel Doblado, Gobernador del Estado, además de otros connotados personajes
liberales, le rinden culto de esta manera a su amigo Antonio León. Al paso de algunos
años la yuxtaposición de esos dos vocablos quedó como Moroleón, que era Distrito y
Municipalidad en aquel tiempo.
El 12 de julio de 1877, se erige el Departamento de Valle, con sus Partidos de Valle De
Santiago, Abasolo, Yuriria y Moroleón, (Uriangato pertenecía a Yuriria) según Decreto
del Congreso del Estado Libre Y Soberano de Guanajuato, publicado por el Gobernador
Francisco Z. Mena. Para este tiempo, la división territorial del estado de Guanajuato era
en Departamentos y éstos en Partidos y Municipalidades; luego para la época del
General Porfirio Díaz, solo fueron otra vez Distritos y Municipalidades, con un Jefe Político
al frente, haciendo las veces de un presidente municipal actual.
MOROLEÓN EN LA ÉPOCA DE 1880 A 1910
Durante Este periodo, Moroleón tuvo adelantos significativos: se construyeron los portales
alrededor del jardín, empedraron sus calles y empezó a funcionar el servicio postal, se
inauguró el monumento a Hidalgo y se inició la construcción del templo actual de San
Juan Bautista o del Sr. de Esquipulitas en el año 1888 y se consagraría el 14 de enero de
1913, esto por la labor destacadísima del Padre Fr. Miguel F. Zavala.
Las autoridades máximas de la población eran los Jefes o Prefectos Políticos, de los que
destacaron Don Pedro González y Don Francisco Ávila; el primero originario de
Salamanca era Geógrafo e Historiador, entre otras cosas, escribió algunos libros muy
importantes como Geografía Local del Estado De Guanajuato y Apuntes Históricos de la
ciudad de Dolores Hidalgo. A él le tocó inaugurar el reloj de la capilla de La Soledad en
el Portal Aldama. Don Francisco Ávila (1905-1909) terminó el edificio de la Presidencia
Municipal, el Hospital Civil, la Calzada Manuel Doblado y la plazuela Nicolás Bravo (entre
las calles Allende y Guerrero).
En 1908, el Pueblo de Moroleón es elevado al rango de Villa, que era una categoría
mayor y que para ese tiempo, tenía una población aproximada a los 10 mil habitantes mas
unos tres mil en la zona rural de su jurisdicción.
Ya en la administración de Don Lino Matamoros para 1910 se inicia el servicio de
tranvías a Uriangato, que eran unos vagones jalados por un caballo o una mula y rodaban
sobre rieles.
En 1911 empieza a funcionar el servicio de energía eléctrica, con una planta que se
instaló en una casa de la Calzada Manuel Doblado, dicha planta era propiedad de don
Pablo García de Alba quien recién había llegado de Santa Ana Maya. Era un suministro
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muy limitado comparado con nuestro tiempo, pero que alcanzaba para iluminar en cada
casa donde contaban con la instalación un máximo de tres o cuatro focos de unos 30
Watts pero que superaban con mucho a la luz de las velas o aparatos de petróleo y se
iluminaban también de esta forma las calles.
EL PERIODO REVOLUCIONARIO Y EL DE LOS CRISTEROS
En la etapa de la revolución, Moroleón sufrió el ataque de grupos armados que se hacían
pasar por cualquier bando para robar y destruir a su antojo; pero estos golpes fueron
rechazados por la buena organización que tenían al respecto los pobladores, al mando de
Don Francisco Pérez Baeza, Manuel Alemán Pérez y Jesús Gordillo, entre otros y por el
trazo singular de sus calles que dificultaba los movimientos a los atacantes. Son de
destacar las defensas hechas el 13 de octubre de 1912, en marzo del 14, otro más el 30
de julio del mismo año y el último el 9 de febrero de 1915; la mayoría de estos intentos
fueron realizados por los hermanos Pantoja, Benito Canales, Eduardo Gutiérrez y Lucas
Banda, principalmente (4), (5). El cabecilla J. Inés Chávez García, bandolero que asoló
toda la región nunca atacó a Moroleón ni a otros pueblos a los que respetaba, se dice que
tal vez porque llevaba buena relación con los sacerdotes encargados de estos lugares o
con sus pobladores.
La secuela de los acontecimientos revolucionarios en nuestra región fueron inicialmente
hambres, incertidumbre, pobreza y pestes; de esta última se recuerda la terrible epidemia
de “gripa” en 1918, que causó muchísimas muertes, los cuerpos eran sepultados en
fosas comunes de 50 o mas cada una, pues hubo días que se inhumaban mas de 200, ya
no había ni petates en que envolver los cadáveres y hubo que adquirir un terreno al final
de la calle Juárez para un nuevo panteón, sustituyendo al anterior que se localizaba por
donde ahora está la Escuela Secundaria Defensores de Moroleón.
Las consecuencias que dejó la etapa revolucionaria fueron el final de los hacendados, la
riqueza quedó distribuida de manera diferente o se acabó, vendría el reparto agrario y de
la lucha por el poder en el país, pasaron por aquí todavía por 1924 los “Delahuertistas” sin
causar destrozos mayores mas bien se les recuerda como muy respetuosos, pagando
todo lo que consumían durante su estancia, pero renovaron el temor de las familias que
querían ver terminada tan cruel etapa, al final fueron atacados por unas avionetas, una
novedad para la gente de ese tiempo, y los hicieron retirar con rumbo de Michoacán y
después de algunas escaramuzas el Gobierno central los disolvió por completo.
A la muerte de Obregón, en julio de 1928, se puso álgida la relación de la Iglesia con
el Gobierno, agravando el conflicto Cristero, que había ido creciendo desde 1926 y que
tiñó nuevamente de rojo los estados de Jalisco, Michoacán y Guanajuato, principalmente.
Moroleón se vio inmiscuido también en este terrible trance, hubo manifestaciones de los
grupos religiosos protestando por el cierre de los templos y la suspensión de cultos a
partir de agosto de 1927; por este motivo la Fiesta de Enero en 1928 no se realizó y se
vivía otra vez en la zozobra. Afortunadamente aquí no hubo acciones bélicas de mayores
consecuencias salvo el asesinato del Dr. Baltasar López en mayo de 1927 (6) y poco a
poco se fue resarciendo la calma.
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EL DESARROLLO DESPUES DE LA REVOLUCIÓN
Dentro de estas tensiones políticas, religiosas y agrarias, en abril de 1929 Moroleón
obtiene la categoría de Ciudad por el decreto 1189 de la XXXII Legislatura del Estado,
siendo Gobernador Agustín Arroyo Ch. Esto por gestiones del entonces Diputado El Dr.
Cayetano Andrade, ilustre moroleonés firmante de la Constitución de 1917.
A finales de 1933, se inaugura la carretera Salvatierra-Moroleón, de gran importancia por
estar allá la estación mas cercana de ferrocarril para mover toda mercancía que requería
la industria y comercio de Moroleón, aunque ya desde 1920 había un servicio de
automóviles de J. María Guzmán Paniagua y Atilano Ortiz Escutia que hacían el recorrido
con muchas dificultades, porque prácticamente no había camino y tenían que ir sorteando
toda clase de obstáculos: piedras, árboles, lodo, etc. También en esta década de los
años treinta se dio una marcada migración hacia la capital del país debido a las
condiciones difíciles que prevalecían en la localidad; los moroleoneses casi llegaron a
formar una colonia en el D. F. donde se destaca la labor altruista con que se
desempeñaban con sus coterráneos de manera sobresaliente don Jesús Garibay y el
Doctor Cayetano Andrade, apoyando en todos sentidos a quienes lo necesitaban.
Destaca el hecho de que el comercio de Moroleón, cierra sus negocios el jueves por la
tarde; esto se debe a que en octubre de 1938 se dio una orden de cerrar los domingos por
la aplicación de la Ley del Trabajo donde dice que deberá haber un día de descanso por
cada 6 laborados, pero como el domingo había sido el mas importante para las ventas, lo
negociaron: medio día el domingo y medio el jueves.
LOS REBOZOS Y LA DIVERSIFICACIÓN DE LA INDUSTRIA Y EL COMERCIO
La industria máxima de Moroleón siempre fue la de la elaboración de rebozos; en 1902 un
Padrón de Giros Mercantiles y Establecimientos Comerciales, del archivo histórico de
Moroleón (7), señala la existencia de 80 rebocerías, 34 tendejones, 8 zapaterías, 4
expendios de carne, 4 tiendas, 3 sastrerías, 3 fábricas de aguardiente, 3 panaderías, 2
pailas (jabonerías), 2 boticas, 2 posadas 2 platerías, 2 barberías, 2 charolerías, 2
expendios de maíz, 2 obrajerías y otros. Esto nos debe dar una idea de lo preponderante
que era el rebozo para nuestro pueblo, pues si se pagaban impuestos de 80 talleres, bien
pudo existir una cantidad importante que no pagaba, mas aún si se considera que
algunos de esos talleres llegaban a tener mas de 40 telares.
La diversificación de la producción textil, arrancaría por el año de 1936, cuando Javier
López Garibay y Efrén Martínez instalaron maquinaria para tejer sweater y otras prendas.
En 1937 el señor Arnulfo Zamudio inaugura la primera fábrica de ropa hecha, se llamó “La
Ideal” y la vendería posteriormente a la Sra. Esperanza Lara Sánchez.
El cine Zavala se inauguró el 14 de enero de 1938 con capacidad para 800 espectadores
y era propiedad de Don Aurelio Zavala Escutia, mientras que el Cine Avenida empezó a
funcionar hasta el 15 de agosto de 1946.
Para 1941 se instala la primera fábrica de colchas de Don Emilio Zavala Ávalos; esto
tendría gran importancia porque la producción de éste artículo se acrecentó en todo el
pueblo y durante muchos años.
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EL PRIMER POZO PROFUNDO PARA AGUA POTABLE
Moroleón siempre sufrió por la carencia de agua, al no tener un río importante en su
territorio o un embalse que lo abasteciera, la gente se surtía de pozos poco profundos en
sus patios o de algunos públicos que habían existido en el jardín, en la plazuela y en el
“ojito de agua”, pero es hasta 1949 cuando empieza a llegar agua entubada a las
primeras casas, producto de la perforación del primer pozo profundo ubicado en donde
están las oficinas del Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Moroleón.
MUERTE DEL PROFESOR J. JESÚS LÓPEZ LÓPEZ
En la historia de Moroleón, hay un personaje destacado por su forma de llevar a cabo sus
investigaciones, recopilaciones y publicaciones históricas, se trata del Profesor J. Jesús
López López, quien tenía infinidad de datos en su poder cuando sobrevino una tragedia:
su único hijo, de acuerdo con su cónyuge acabó con la vida del maestro, la de su esposa,
la sirvienta y un chofer. Esto sucedió en junio de 1952 y aparte de la pérdida principal de
las vidas, los documentos históricos que tenía también se destruyeron con el tiempo
porque la casa se cerró por los asuntos legales y nadie pudo entrar en mucho tiempo,
para cuando se reabrió los techos habían colapsado y de aquellos papeles no quedó
nada. De su legado como escritor destacan tres folletos que narran lo más importante
del pasado de Moroleón.
LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Una de las peores crisis que sufrió la gente del campo en esta región fue la del año 1957,
cuando por la falta de lluvias, el temporal se perdió, no hubo ni pastos para el ganado, las
plantas de maíz que nacieron, se secaron antes de espigar y la hambruna no se dejó
esperar, el precio del maíz subió muchísimo por lo escaso, se hicieron algunos intentos de
suministrarlo por parte del gobierno a un precio menor, pero la crisis era mayor y buena
parte de la gente de las comunidades rurales tuvieron que emigrar a otras ciudades o al
vecino país del norte. Pero los males no vienen siempre solos, el año siguiente, el 17 de
enero empezó a lloviznar por la madrugada, después del paso de “los carros” alegóricos
de la fiesta, llovió todo el día y hasta nevó en algunas partes altas; esto marcaría el año
(las cabañuelas) como muy llovedor y así fue: siguió lloviendo durante el resto del mes de
modo que se sembró garbanzo, lográndose una regular a buena cosecha, lo malo fue que
se registraron inundaciones el día 1º. de julio y el 2 de septiembre. La primera de ellas
recordada como la mayor de que se tenga memoria, empezó a llover como a las dos de la
tarde por el rumbo de los Amoles, pero no llovió en Moroleón, y como a las seis, el
torrente acometió de fea manera a Cepio y La Soledad con un estruendo que se oía a
buena distancia, destrozando cultivos, los terrenos en las márgenes y ya en la zona
urbana de Moroleón arrastró casas, murieron dos personas y hubieron pérdidas notables
por estos acontecimientos. En el campo los excesos de agua no dañan en la misma
proporción que las sequías y como se mojó la tierra desde enero se pudo obtener alguna
utilidad. Ya en la temporada de lluvias, que inició muy pronto como por el 15 de abril, la
gente sembró y pronto empezó a tener que comer; de cualquier modo dos años para
recordar y aprender.
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Otra inundación terrible sucedió en 1973 el 8 de julio, de un poco menor volumen que la
del 58 pero mas destructiva, porque a estas fechas se había invadido el cauce de arroyo
para aumentar los predios; había mas puentes donde se atoraban los árboles llevados por
la corriente, algunas bardas colapsaron mientras que otras actuaron como tapón lo que
hacía fluir el agua y lodo por las calles, dañando viviendas, granjas, comercios y todo a su
paso, los daños fueron sobre todo a los lados del arroyo y la zona centro, el agua
reconoció su antigua ruta; no se lamentaron pérdidas humanas en la ciudad pero si en
Cepio donde fallecieron dos personas y otras fueron llevadas por la corriente pero
lograron salvarse. El Ejército se presentó a auxiliar en las labores de limpieza y acciones
de salud, también se recibió ayuda de ciudades vecinas pero quedó en la memoria el
sabor amargo de este hecho. Algunos años mas tarde nuevamente se inundaría la
misma zona junto al arroyo en casi toda la cabecera, esto fue en 1991 y en 2004 con
graves daños en el patrimonio de gran cantidad de personas, por lo que se urgió la
construcción de una presa en Cepio que regulara estas avenidas, misma que se concluyó
en el año 2006, por lo que ahora los problemas de las crecidas del arroyo de Amoles han
sido mermadas, quedarán otros afluentes peligrosos también aunque ya mucho menores.
EL CONFLICTO SOCIAL Y POLÍTICO DE LOS LÍMITES MUNICIPALES
Con la finalidad de lograr una definición a las diferencias que han vivido desde sus inicios
como pueblos en cuestiones territoriales, los municipios de Moroleón y Uriangato de
manera conjunta con el Congreso del Estado decidieron contratar a las tres instituciones
más capaces del país de realizar un estudio que coadyuvara a la solución de este añejo
asunto.
Así las cosas se firmó un convenio el 20 de julio de 2001 entre la citada
Legislatura estatal y la Academia Nacional de Historia y Geografía de la UNAM, La
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y además la Fundación Academia
Metropolitana, a quienes se les llamó “las instituciones Académicas” o Academias.
En octubre de ese mismo año los municipios hicieron entrega de la documentación
que consideraron adecuada para que se iniciara el estudio.
Un tiempo después, las
Academias solicitaron más información a la Comisión de la Legislatura, además de
ampliación del tiempo de entrega del dictamen, porque concluyeron que con lo que tenían
no era posible determinar los límites solicitados. Más adelante el 2 de abril de 2003
hicieron entrega de las conclusiones y recomendaciones al Congreso en donde se
desprendía, otra vez, que no era posible establecer con bases sólidas los linderos entre
ambos municipios, pero se sugerían una serie de metodologías para lograr una propuesta
que solventara el conflicto. De aquí surgió una iniciativa de Decreto donde se propuso
una “zona territorial limítrofe” mas absurda que cualquier otro intento anterior, por lo que el
Gobernador Juan Carlos Romero Hicks atinadamente lo vetó el 5 de agosto de 2003 y
no se llegó a publicar, quedando las cosas igual o peor que antes de este intento de
solución, con desgastes en lo económico para el Estado que tuvo que pagar los estudios
y las posteriores ampliaciones y lo peor se dio en lo social ya que se llegó a
enfrentamientos y manifestaciones que nos dañaron y siguen perjudicando a todos los
habitantes de estas ciudades siamesas. De aquí también quedó el desencanto de saber
que no es fácil resolver este asunto y menos por personas o instituciones externas; en
verdad muchos esperábamos más de estos trabajos pero no salió a la luz nada nuevo ni
en lo cartográfico, histórico y menos en lo jurídico.
Esperemos pues que con esta
11
experiencia las autoridades al frente, actúen con prudencia y responsabilidad, respetando
con cordura el derecho territorial que tienen los pueblos como las naciones para que
pensemos que existe posibilidad de desarrollo individual y digno no obstante las
diferencias políticas o de cualquier otra índole.
CRONOLOGÍA DE MOROLEÓN
1600 Juana María de Medina y Calderón, solicita al Virrey de la Nueva España una
merced de dos caballerías de tierra de cultivo, en la jurisdicción de
Yuririapúndaro (hoy Yuriria), entre éste pueblo, Uriangato, Curumbatío y
Quiahuyo. Aunque ya tenía otras propiedades en esta región.
1604 Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, noveno Virrey de la Nueva España,
concede la merced, otorgándole tierras en lo que actualmente es Moroleón.
Agrandando con esto las pertenencias en la región de la familia Medina.
1612 Muere la doncella Juana de Medina y Calderón y sus tierras pasan a Don Lope
de Calderón.
1613
1614 El Mayorazgo Agustino de Yuririapúndaro adquiere las tierras de Lope de
Calderón para arrendarlas y mantenerlas productivas.
1620 Don Diego López Bueno, permuta tierras de su propiedad en el Valle del Moro
(en la Ciénega Prieta), con los agustinos por las que eran de la Doncella Juana
de Medina, asentando a sus labriegos desde lo que actualmente es la colonia
Hidalgo hasta el cerro de Nana Nica o el “Ojito de agua”.
1636
Misioneros españoles agustinos construyen la Capilla de Curumbatío.
1710 Alejandro López recibe por herencia de su abuela Nicolasa López, hija de don
Diego López, cuatro caballerías de tierra y medio sitio de ganado mayor.
1775 Don José Guzmán López, heredero de Diego López, se traslada de Yuriria y
funda la Congregación (antiguo nombre de Moroleón).
1780 Se termina la construcción de la primera capilla dedicada a San Juan Bautista.
1802 El M.R.P. Francisco Quintana se hace cargo del Curato de Yuriria, a donde
pertenecía eclesiásticamente la Congregación.
1805 Llegada de Alonso de Velasco a la Congregación con la imagen del Sr. De
Esquipulitas.
1806 El 15 de enero celebró el Padre Quintana la primera misa en honor del Sr. De
Esquipulitas. Hubo jaripeo y verbena popular; lejano antecedente de la Feria de
enero.
1835
Se construye la Capilla dedicada a la Virgen de los Remedios, en la actual
calle Defensores de Moroleón. Ésta se demolió y se construyó ahí mismo la
actual.
1839 Fundación de la Vicaría Eclesiástica por el M.R.P. Francisco Quintana, habiendo
obtenido licencia de su superior, Fr. Ignacio Gracia, con el nombre de “Vicaría
del Pueblo de la Congregación”.
1841 El 6 de enero se inaugura el primer Templo en honor del Sr. De Esquipulitas.
1842
En el Portal Aldama se construye la Capilla de La Soledad. También ésta se
demolió y se reconstruyó otra que quedó inconclusa en su torre.
1843
Muere el 14 de octubre el M.R.P. Fr. Francisco Quintana y Aguilar.
12
1845 El 19 de Noviembre, mediante Decreto 16, publicado el 20 de noviembre, se
concede la Fundación Legal como Pueblo de La Congregación de Uriangato
(hoy Moroleón), siendo Gobernador del Estado de Guanajuato, Don Juan
Bautista Morales.
1852 Se establece la primera escuela oficial para niños.
1857 El 27 de septiembre, se erige como Distrito y Municipalidad por el gobernador
Gral. Manuel Doblado, con el nombre de Moro-León, tomado por el origen de
sus primeros pobladores del Valle del Moro y León por el apellido del General
juarista Antonio León, quien comandaba la caballería de jinetes guanajuatenses
y murió combatiendo a los norteamericanos en la batalla de Molino del Rey.
1877
Mediante Decreto, se erige el Departamento de Valle, con sus Partidos de
Valle de Santiago, Abasolo, Yuriria y Moroleón.
Uriangato pertenecía a
Yuriria.
1880.- Se establece el servicio del Correo Postal.
1884.- En este año se terminó la construcción de la mayor parte de los portales que
rodean la plaza principal. Esta obra se emprendió en 1842. Los primeros tramos
fueron los que se levantaron en la esquina de lo que hoy son el Portal Galeana y la
Calle Juárez y el Aldama al inicio junto a la calle Victoria.
1888.- Comenzó a construirse el 03 de septiembre la actual Iglesia de “San Juan Bautista”
mejor conocida como la del “Sr. de Esquipulitas”.
1888.- Se instala el primer reloj público en la torre de la primitiva capilla de La Soledad;
asimismo, se inauguran algunas obras de embellecimiento de la plaza, que se dedica
al Gral. Manuel González, entonces Gobernador de Guanajuato.
1905.- El 15 de septiembre se inaugura “La Plazuela”, Nicolás Bravo, entre las calles de
Allende y Guerrero.
1906.- Se establece en Moroleón una Sucursal del Banco de Londres y México, que
suspendió sus labores a causa de ciertas dificultades para recuperar créditos, al
inicio de la Revolución.
1908.- Moroleón adquiere el título de Villa, por decreto expedido por el C. Gobernador del
Estado, Lic. Joaquín Obregón González.
1908.- Se inaugura el servicio de telégrafos.
1909.- Se inaugura la Casa Municipal (actual Presidencia).
1909.- Se inaugura la Calzada Manuel Doblado, hoy desaparecida, donde ahora está el
Mercado.
1909.- Se funda el Colegio Josefino, por iniciativa del Padre Fray Miguel F. Zavala.
1910.- Se establece el servicio de tranvías urbanos entre Moroleón y Uriangato.
1910.- Se inaugura el monumento a Hidalgo.
1911.- Se establece el alumbrado eléctrico de servicio público, proporcionado por la
planta de luz montada por el Sr. Don Esteban García de Alba.
1912.- El 21 de octubre, Moroleón rechaza el primer ataque de seudo revolucionarios,
comandados por Eduardo Gutiérrez y Benito Canales.
1913.- Se llevó a cabo la Consagración del templo actual, de San Juan Bautista o del Sr.
de Esquipulitas.
1914.- Fue rechazado el mayor ataque desatado contra la población por la gavilla al
mando de los hermanos Pantoja.
13
1920.- Se establece un servicio regular de automóviles entre Moroleón y Salvatierra, por
iniciativa de los señores Don José María Guzmán Paniagua y Don Atilano Ortiz
Escutia.
1927.- Se lleva a cabo el cierre de los templos a consecuencia del movimiento cristero.
1929.- Moroleón adquiere el rango de Ciudad, según decreto promulgado por el C.
Gobernador del Estado, Don Agustín Arroyo Ch.
1932.- Se establece el Centro de Higiene.
1933.- Se inaugura la carretera Salvatierra-Moroleón.
1938.- Se inaugura el monumento al Padre Quintana, en el Jardín Principal.
1944.- El señor Profesor Don Jesús López López, publica su primer libro acerca de la
Historia de Moroleón.
1946.- La H. Junta de Administración Civil, presidida por el señor don Samuel Pérez
Juárez, declara Hijos Predilectos de Moroleón a los señores Prof. Jesús López
López, Dr. Cayetano Andrade, Padre Fray Miguel F. Zavala y Capitán don Francisco
Ávila.
1949.- Se inaugura el servicio el servicio de teléfonos a larga distancia.
1949.- Sin ninguna ceremonia especial, se da por inaugurado el servicio de agua potable.
1950.- Se funda la Escuela Secundaria de Moroleón. (Actualmente J. Jesús López López
).
1950.- Abre sus puertas la sucursal del Banco de Comercio en esta plaza.
1950- Se funda el Club de Leones, institución civil de servicio desinteresado.
1953.- Se inaugura la carretera federal Salamanca-Moroleón-La Cinta.
1955.- Se inaugura el Centro Escolar Moroleón. Hoy Escuela Elodia Ledesma
1956.- Se inaugura el edificio del Colegio Josefino Fr. Miguel F. Zavala.
1962.- Inauguración del monumento a la memoria del insurgente Gral. Don Tomás
Moreno.
1962.- Consagración de la capilla de El Rosario.
1963.- Se funda la Biblioteca Pública "Gral. Tomás Moreno".
1964.- Se inaugura la Clínica Hospital del Seguro Social.
1965.- Inauguración del Mercado Hidalgo.
1969.- Fundación de la Cruz Roja de Moroleón.
1972.- Fundación de la Escuela Preparatoria "Lic. Benito Juárez".
1981.- Se inaugura oficialmente la Escuela Secundaria Técnica, que venía funcionando
desde hacía dos años.
1981.- Se inaugura la escuela dependiente del Consejo Nacional para la Educación
Técnica (CONALEP).
1981.- Inicia su servicio el nuevo edificio de la Biblioteca Pública “Tomás Moreno”, el 17
de agosto.
1985.- El 29 de agosto la Vicaría Eclesiástica de Moroleón es elevada a Parroquia.
LISTA DE PERSONAJES ILUSTRES
Fr. Francisco Quintana y Aguilar (1768-1843), Esta querido sacerdote nació el
primero de diciembre en Tacámbaro, Mich. En esta ciudad aprende las primeras letras y
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luego en Morelia estudió en el Convento de San Agustín donde hizo su profesión
eclesiástica en 1784 y su ordenación sería en 1792 para después doctorarse en Teología.
Fue Superior y Párroco del Convento de Tiripetío, hasta 1802 cuando fue trasladado a
Yuriria. Fundó la Vicaría de lo que después se llamaría Moroleón en 1838, pero a esto se
añade la formación que le dio en todos los ámbitos al poblado de la Congregación para
convertirlo en lo que ahora es Moroleón. Hizo el trazo del jardín con sus portales, sugirió
atraer industrias pequeñas y comercios para darle sentido con mucha visión a futuro a
este pueblo. Por eso lo consideramos fundador espiritual y material de Moroleón.
Gral. Tomás Moreno (1800-1864), General de División, caudillo de la revolución de
Ayutla. Nació en la comunidad de Quiahuyo, de Moroleón, Gto., se incorporó a las
huestes insurgentes, a la edad de 15 años. Combatió contra la intervención de los
norteamericanos, contra la dictadura del Gral. Antonio López de Santa Ana y por los
principios liberales durante la Guerra de Reforma. Todavía luchó contra la intervención
francesa, habiendo recibido heridas, a causa de las cuales falleció en su hacienda del
Marqués. Durante la primera Administración del Gral. Porfirio Díaz, se le construyó un
mausoleo en el cementerio del Tepeyac, de la ciudad de México, de donde fueron
trasladados sus restos, en 1962, a un monumento que se le erigió en el extremo norte del
camellón de la avenida Hidalgo de Moroleón.
Fr. Miguel F. Zavala (1867-1947), Mejor conocido como Padre Zavalita, nació en Santa
Clara, Puruándiro el 12 de noviembre, su nombre al bautizarse fue José Estanislao
Francisco.
Sus padres se trasladaron al Ojo de Agua de Enmedio perteneciente a
Moroleón cuando el pequeño Francisco tenía 13 meses y a los cuatro años de edad,
quedó huérfano de padre por lo que su madre, Micaela López, se radicó en Moroleón para
poder trabajar y mantener a sus dos hijos. Aquí hizo el futuro sacerdote sus primeros
estudios para luego continuarlos en Morelia en el Colegio de San Ignacio y otras
instituciones católicas de la región hasta que en 1889; profesó en Yuriria con el nombre
de Miguel Francisco Zavala López y en 1894 celebró su Cantamisa en Morelia.
Fue un destacado constructor y restaurador de templos en toda la provincia
agustiniana, dejando plasmada su obra en diferentes lugares, sobre todo en Moroleón,
donde se le debe principalmente a él casi toda la construcción del templo del Sr. De
Esquipulitas. (8)
Dr. Jesús Alemán Pérez (1883-1948), Nacido en Moroleón, llegó a ser médico Cirujano
Militar con el grado de Mayor. Durante la Revolución Mexicana, atendió enfermos y
heridos en las tropas de la División del Norte, por lo que alcanzó varios ascensos y
recompensas. Fue entre otras cosas médico de cabecera del Presidente Don Venustiano
Carranza.
Hizo investigaciones sobre algunas enfermedades consideradas como
incurables y sus tratamientos.
J. Jesús López López (1888-1952), Farmacéutico, historiador y maestro. Ejerció su
profesión con verdadera entrega y filantropía, atendiendo una farmacia de su propiedad,
ayudando a enfermos y menesterosos, sobre todo durante la epidemia de gripe de 1918.
Se preocupó por la educación de la juventud, donando un terreno el cual sirvió para la
creación de la Primera Escuela Secundaria de la localidad, en la cual fue catedrático y
Director. Se dio a la tarea de investigar el pasado de su tierra Moroleón, logrando
15
publicar tres pequeños volúmenes.
Dejó inéditos varios trabajos sobre historia,
pedagogía y filología. Escribió también poesía y algunos trabajos periodísticos.
Dr. Cayetano Andrade López (1889-1962), Médico, escritor, filántropo, poeta y político.
Ejerció la medicina y desempeñó varios cargos oficiales, en Michoacán y la ciudad de
México, en los ramos de salubridad y educación. Catedrático de la Universidad de San
Nicolás de Hidalgo y de la Normal de Maestros de Morelia, diputado en el Congreso de
la Unión, firmante de la Constitución de 1917 y diputado también en el Estado de
Guanajuato. Murió siendo Presidente del Diario Oficial de la Federación.
José María Martínez Ortega (1904-1987), Maestro, escritor y poeta. Dedicó su vida
entera a la educación de la niñez, primero como maestro de aula, luego como director
escuela y finalmente como inspector escolar, al servicio del Gobierno del Estado. Recibió
la medalla “Ignacio M. Altamirano”, al cumplir sus cincuenta años en el servicio. Escribió
poemas de hondo sentido y musicalidad. Colaboró con artículos en varios periódicos.
Una escuela de Irapuato, Gto. Lleva su nombre.
Alfonso Ortiz Ortiz (1919-1994), Nació en Moroleón, Gto., el 15 de agosto de 1919.
Hijo de Don Atilano Ortiz Escutia y de la señora Ángela Ortiz.
Hizo sus estudios
primarios y de secundaria en su ciudad natal, para luego continuar en Morelia hasta
concluir su Licenciatura en Contaduría pública. Fue además historiador y poeta. Era
poseedor de una vasta cultura y escritor de gran inspiración y profundidad.
Publicó
varios libros y folletos, sobre temas de carácter histórico y también antologías literarias y
poemarios.
Celoso guardián de las más puras esencias del pasado y presente de
Moroleón e impulsor decidido del prestigio y del progreso de esta ciudad guanajuatense.
Ejerció como Cronista Oficial de la Ciudad de Moroleón.
Nicolás Ruíz Rodríguez (1930- ), Nació en el Rincón, comunidad cercana a Piñícuaro.
En 1953 la maestra Esther González lo invita a dar clases en la naciente secundaria,
colaboró y dirigió el periódico el Centinela junto con el señor Emilio Zamudio quien lo
animó a que aceptara el cargo de bibliotecario cuando se dio la amenaza muy real de
extinguir ese centro. El 1º. De enero de 1966 asumió la dirección de la Biblioteca Pública
Municipal “Tomas Moreno” y al largo de 30 años de servicio luchó incasablemente para
que la biblioteca creciera en todos los aspectos, difundiendo el amor por la lectura entre
niños y jóvenes; consiguió que se construyera un edificio de grandes proporciones para
albergar a los muchos libros con lo que ya se contaba. Ha escrito varias recopilaciones
sobre la historia de Moroleón y sus tradiciones.
DIOS Y NORTE
La economía de este pueblo en otras épocas, se basó en la elaboración del rebozo, todo
su proceso ocupaba gran cantidad de personas que intervenían en ello, por lo que era un
muy buen sustento para las familias, además de que se usaba mucho por las mujeres de
todo el país; se hacían también fajas para los hombres que usaban calzón de manta y
otros productos tejidos en los telares de madera que todavía persisten. Estas prendas
fueron cayendo en desuso y la gente de aquí tuvo que diversificar sus actividades, así, se
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fue cambiando a producir colchas, luego suéter, telas y confección de ropa de todo tipo,
hasta alcanzar un lugar muy importante en este rubro en todo el país. En años recientes
ha tenido un crecimiento vertiginoso el negocio de los estampados y sobre todo los
bordados con maquinaria de vanguardia internacional.
No hay que dejar de mencionar lo importante que han sido los aportes al ingreso familiar
las actividades agropecuarias y destacar lo que en algún tiempo fue la producción de
huevo y la de ganado porcino. Esta última, en las décadas de los sesentas y setentas,
alcanzó su máximo desarrollo, viniendo a declinar en los ochentas.
Todos estos fenómenos característicos de Moroleón en su economía han estado
respaldados por un factor pocas veces mencionado y menos reconocido como es la
entrada de divisas de los paisanos que trabajan o que trabajaron en los Estados Unidos;
aquí existe mucha gente que su ingreso principal, casi único, son los dólares, de ahí sale
para comer, pagar los estudios de los hijos, construir una casita, ampliarla, poner un
negocio, etc. Por consiguiente, el apoyo a toda la economía regional es muy significativo
de este aporte. En la literatura local se ha tratado muy poco este tema, una de las pocas
excepciones es el libro “Fueron al norte y volvieron: la peregrinación del retorno” de la
Dra. Débra Lattanzi Shutika, quien trata el caso especial de la gente de Moroleón que va
a Kennett Square, Pensilvania, donde resalta la manera tan diferente de los mexicanos
de hacer su migración en relación al resto del mundo, porque nosotros, casi todos vamos
al norte a hacernos de una lanita y no a establecernos definitivamente como las otras
razas, aunque algunos pocos si terminan por quedarse allá, añorando algunas cosas de
su tierra y otros han muerto en el intento de cruzar la frontera.
Habremos de hacer una reflexión de todo esto y lo malo es que para los mexicanos nos
queda tan cerca que ante cualquier problema: ¡ vámonos pa’l norte! Tal vez no hemos
buscado opciones para invertir y arriesgarnos o no ha habido los apoyos
gubernamentales adecuados para aterrizar esos capitales y darles un mejor respaldo, lo
único que sienten los que vienen de allá es que los van a robar, y es que así ha sido
algunas veces.
REFLEXIÓN FINAL
Este pueblo es históricamente de comerciantes y viajeros; en otros tiempos, los
recorridos que se hacían a pie, o con animales, desde aquí a las regiones del sureste,
Guatemala, hacia el norte o las costas por parte de los arrieros locales, eran
verdaderamente heroicos, había que tener mucho ánimo, valor, capacidad física y el deseo
de hacerse vivir en mejores condiciones. Los caminos de entonces eran muy malos, y
peores en época de lluvias; a esas y otras adversidades se enfrentaron nuestros
antepasados, dejándonos una herencia que subsiste bien marcada de comerciar ante todo
como fuente de progreso y desarrollo.
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17
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(5).- Razo Oliva Juan Diego, De Benito Canales a Gervasio Mendoza, presencia del
zapatismo en el Bajío, C. Estudios del Agrarismo en México, 1991, pp. 110-119.
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DESCRIPCION DEL ESCUDO DE ARMAS DEL MUNICIPIO
Fue realizado, en óleo sobre tela, el año de 1954, por el pintor michoacano, Don
Guillermo Sánchez.
Dicho Escudo, es cuartelado, cuyos campos están delimitados por dos cintas de oro, que
se cruzan en el centro, yendo a fundirse sus extremos, con el bordillo, también de oro,
que circunda a los cuarteles.
El cuartel superior izquierdo ostenta, en campo de oro y en sus colores naturales, la
imagen del Cristo de Esquipulitas, patrono eclesiástico de la ciudad.
A la derecha, en el paisaje aldeano; se encuentra un riachuelo, con puente y caserío
asentado a la vera del camino, y al fondo un cerro. Simboliza los primeros habitantes
que se establecieron, a un lado del camino real, junto al arroyo de Amoles.
En el tercer cuartel, en campo de azur, un caduceo. Entre los griegos fue el atributo de
Hermes, el símbolo del comercio.
Finalmente, sobre campo de oro, una hilandera, apoyada sobre una rueda dentada, entre
fardos de hilo en madeja y dos ruecas, una de las cuales hace girar con su mano derecha,
en actitud de devanar. Simboliza la industria textil; la rueda dentada significa laboriosidad
y constancia; el fondo dorado, dignidad y grandeza.
Circunda a los cuarteles, una bordura de oro, con cinco aspas: honor, firmeza y trabajo.
Dos guías en oro, de hojas y flores estilizadas, descendiendo, que dicen de la franca
amistad y hospitalidad de los moroleoneses.
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