7 El Ayuno( segunda parte)

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El Ayuno (Segunda parte)
Pasó algún tiempo y llegó el mes de Ramadán. Tío Ahmad ya se
había ido a su casa. Hussein y Fátima se dieron cuenta de que sus
padres se levantaban antes de lo normal, y les oían ir a la cocina.
Era todavía de noche y estaban comiendo una comida que se llama
el Suhur.
Hussein y Fátima decidieron irse con ellos. -Queremos comer el
Suhur con ustedes. Fue una sorpresa agradable para los padres,
se sintieron contentos de tener hijos que son buenos
musulmanes. Se sentaron y comieron todos juntos. Después
hicieron juntos la oración de la mañana, y luego los niños se
fueron de nuevo a la cama.
Un poco más tarde, Hussein se levantó para ir al colegio. Esta vez
no había desayuno, ni colación para llevar con él. Hussein tenía
hambre, pero no decía nada. Al llegar el mediodía, tenía más
hambre que nunca, pero pensaba en Tío Ahmad que estaba en
Palestina cuando le dijo: Los musulmanes de todo el mundo
estarán también ayunando, entonces, con toda seguridad, Todos
tendrán tanta hambre como tú. Hussein pensó también en lo que
Tío Ahmad le había dicho: los pobres tienen hambre todos los
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días. Sin embargo, Hussein sabía que al atardecer podría comer
algo y que también podría beber todo lo que quisiera.
Al acercarse la noche, la Madre puso una comida en la mesa. Esta
comida se llama Iftar. La familia se sentó a la mesa y empezaron
a comer. Pronto se les pasó el hambre.
Hussein y Fatima se sentían muy contentos de haber superado
tan bien su primer día de ayuno.
Los niños se fueron a dormir. Hussein estaba muy cansado, pero
antes de quedarse dormido, sus pensamientos volvieron a Tío
Ahmad y a las razones que les había dado para el ayuno de los
musulmanes: como compartir la comida con los pobres.
Hussein estaba muy agradecido de que al menos él pudiera comer
al llegar la noche. Los pobres no lo podían hacer. Tenían que
seguir con hambre también por la noche. Hussein entonces dijo
en su corazón: -Doy gracias a Dios por darme suficiente para
comer-.
Estaba ya a punto de quedarse dormido, cuando de repente se
acordó de una cosa. Saltó de la cama y se fue a donde estaban
sus padres. -No se olviden de levantarme para el Suhur-, les
pidió. Quiero ayunar también mañana, para que los pobres tengan
más de comer-.
Después de esto, se volvió a meter en la cama y pronto se quedó
profundamente dormido.
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Fátima también se levantó a la mañana siguiente. Después de
tomar el Sahur, su madre le dijo: -Antes de ayunar, se debe
decir la Niyya-. '
-¿Qué es la Niyya?-, preguntaron los niños.
-Niyya significa, intención-, dijo la Madre. -Cuando ayunamos,
decimos: Voy a ayunar hoy todo el día, y después de decir esto,
no comemos nada hasta la noche-.
-¡Eso es muy sencillo de decir!-, dijeron los niños.
Esa misma noche, su madre les dijo a Hussein y a Fátima que los
musulmanes también tienen que decir la Niyya antes de empezar
a comer el Iftar.
Luego les explicó: -La Niyya dice: Dios mío, por Ti he ayunado
este día, y ahora comeré de Tu alimento. En árabe se dice:
Allahumma laka sumtu wa 'ala rizqika aftartu-.
-¡Vaya!, exclamó Hussein, -eso es bastante difícil-.
El padre de Hussein estaba delante y oyó lo que él había dicho. –
Su Padre le dijo, -no es fácil, pero si tuvieras que ayunar todos
los días, entonces lo dirías cada noche y te sería muy fácil
aprenderlo-.
-De acuerdo-, dijo Hussein, -pero como aún no lo sé, ¿podrías
ayudarme a aprenderlo?
-¡Claro que sí!-, le aseguró su Padre, -Pero creo que es mejor que
digamos la Niyya juntos al mismo tiempo. Así, puedes aprenderlo
más fácil. Y después, podemos empezar a comer todos juntos-.
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Después del Iftár, la Madre les habló a los niños de
Lailatu-l-qadr.
- Lailatu-l-qadr es una de las noches que hay al final de
Ramadán, dijo: -En esta noche nos quedamos despiertos para
recitar el Corán y hacer muchas oraciones. Esta es la noche en la
que, hace muchos años, se reveló el Sagrado Corán siendo este el
camino que debe seguir todo musulmán. Los creyentes deben
rezar a Dios y deben ayudar a los pobres y a los enfermos.
Después de escuchar esto, Hussein comprendió mucho mejor lo
que Dios había dicho: Los musulmanes debemos ayudar a los
pobres, y esto quiere decir que debemos darles de comer
cuando no tengan comida. Esta es la razón de que tengamos
el mes de Ramadán; Hussein y Fatima estaban ya deseando
que llegara la noche en que podrían quedarse despiertos para
la Laitu-l-qadr.
Tía Amal
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