360 M ar celino Ro tlríguez M olinero r'ía por la que ia Hermenéutic¿ enriq.eció su pobre contenido a,terior, y por. donde-el Derecho llegó al encuentro con la Hermenéutica haciendo posible una específica Hermenéutica jurÍdica. Los diversos tipos históricos de interpretación han sido asimilados, de forrna más o menos concordante o coinciclente, por tra Hermenéutica y po. el Derecho. ciertame.te que la Hermenéutica actual, sobre todo Ia Hermenéutica filosófica, ha ido mucho más allá de lo que la doctrina tladicional de la interpretación, en sus diversas modalidades, había conseguído. Debido a ello ha alcanzado en cierto modo que los tér.minos cle la relación se invieltan, y si antes la Herrnené.tica dependía de la Teoría de lzr i,terpretación, ésta depe,de ahora de aquélla o por lo menos tiene que reconoce¡le un lango pleeminente a la hora de indagar- cuál es el sentido de los objetos o cosas interpretables. A esta preeminencia no pr-rede ni debe sustr.aerse el Derecho. sería u.a grave autolimitación que el Derecho renu.ciara a ta, provechosas conquistas. Lo cual no quie'e decir que, por hacer ese reconocimiento, haya de movelse en dos esfelas o planos diferentes: una que sería la esfera purarnente interp,etativa, regida por los cáno.es tradicionalei y dirigida pol los consabidos métodos, y otra la esfera encaminada a la búsqueda del sentido, concerniente a la labor hermenéutica. si el Derecho no puede ni debe renunciar a la aplehensión y captación de la obietiaid.acl latente en los hechos v en los dicta que n'raneja, tampoco debe mantenerse ajeno a las pretensiones he.menéuticas, cual si se tratara de una tarea que nada tiene que ver con su modo de ser. Aparte de ello, el Derecho, en cuanto modelo regulador del orde.r social, se apo)¡a en .unos princiTtios y hace referencia * uno, unlorus, unos y otros enraizados ó,ticamente en el des,udo orde, d.el ser, como, por. ejernplo, el principio de dignidad de la persona hurnana o el valor cle la justicia, qrie sólo la labo¡ helr¡enéutica puede esclarecer debidan-rente. 4. La estructura del Derecho, sobre todo en cuanto order-r positivizado, se presenta ante nuestla vista como una totalidad armónica y coherente y, en cnanto Ie es factible, exenta de contradiccioues. Las unidades singulai.es o individualizadas que componen esta totalidad, no han de ser interpretadas de una manera atomística. En esto el Derecho se asemeja otfa vez al lenguaje, sobre todo al lengtiaje escrito o plasmado en textos. Lo mismo que ocurre en el le,guaje, hablado o escrito, er q,e c¿da unidad ringüística ,""it" ,o sentido y significación de otra unidad superior, también en el Derecho cada uniclacl sin- Hermenéutica y Derecho 36I una totalidad, es una de ras metas de ra función herme,éutica. por ro que ¿l Derecho pudiera objetarse que esta tarea la curnple, sobraclame,te ra llamada interpretación sistemátíca o en su caso la interpr.ietación histórica. Sin embargo, el sentido inteligibre por ra Hermené*tica buJcado, e, cua,to e,raizado en u, co,texto r-rir-:o, escapa totalmente a aquellos dos tipos de interpreta_ a.tañe ción tradicional. 5. Por últirno, co,viene natízar si lo dicho acerca der núcleo der problema Irerrnerróutico es o rro es apricab.re ar Derecho. Tar núcreo consistía, como vimos, enla intelecci'ón o comprensión der senticlo, pues bien, se ha.epetido hasta Ia sacied-ad, principalme.te por parte de argunas direccio,es de per:rsamiento jurídico de nuestLo siglo, que ra labor i,teipretativa en er Dereáho nu,ca puede ser reductibie al razo,amiento deductivo, o a Ia mera aplicación cle la Lógica silogística t.adicio,al y mucho r¡enos de Ia Lógica -atárática o de Ia Lógica simbólica. Para ello se obser'a, con plena rarón, q.,e ia i,ter.pretació. jurídica ürciuve siemp.e un nomento capitar, que es er qie condu""^^ r, iLecisiór. st esta decisión ha cle ser acertada, tendrá que basarse erl una comprer-rsió, cabal del sentido, es decir, etlaintereceión der asunto que hace ras veces de objeto. r'os caracteres que se atrib.ye, a la intelección son sin d,da la,-rejor garantía de haber conseguido captar la verdad y, en cuanto es posibre a ra nrente huma,a, toda la verdad, contenida tanto en los hechos y actos jurídicos enjuiciables como en las normas jurídicas aplicables. Hay sin duda otros múrtípres aspectos de ra reración mutua e,tr.e Herme- y De.echo que por ro *erros debieran ser. apuntados. se trata sin embargo de aspectos parciales, pues ros fundamentale, {.,"d",. va co,signados. Y aunque Ia discusió, de ro-s aspectos parciales de ,na reración contribiyen, a veces decisivame,te, a la solución del problema de fondo, una vez rnás la falta de espacio y el carácter de me¡a o¡ientación prelimi,ar q,e tie,e este trabajo, jrstifica, la ausencia de su tratamiento. En cualq'ier caso,-siernpre ser.á legítimo néutica concluir co, Arthur Ka,fma,n: "Mit der Arsaibeitung einer iuristische, Herme,eutik zeichnet sich ein gemeinsames Forschungsfeid uo, Rechtsphilosophie ,nd Rechtstheo¡ie ab". ao No ot.a cosa han pretenáido estas pági,as al contri- huil a un adecuado enfoque del tema. gular individualizable recibe los suyos de otra de mayor ralrgo dentro de la totalidad del conjunto. La verdad es que esto mismo ocurre en Ia misma realidad cle las cosas materiales, en las q,e los elementos simples so, aislables y desintegrables, i.cluso el átomo, pero pierden su sentido aislados entre sí. pues bien, Ia captación de este sentido, dependiente de la armonía y coherencia dentro de 40 A. Kaufmann-w. Hassemer, Grundpnblente rJu zeitgenóssiscrwn Rechtsphilosophie und Reclústheoríe, cit., p. 34. 24.-lf Marcelino Rodríguez Molinero Hennenéutica formaba parte del Organon aristotélico. Dentro de este marco fue divulgada ., en el ,.,rrirdo latino por hombres que compendiaban y trasmitían el saber de en el mundo hispano -^!,i(ut' ,r, época, como Cassiodoro e' el Impe'io godo, S. Isidoro v\!¡" fue ampliamente exárabe mundo el En carolingio. el Imper.io y Aicuino en por Alfarabi, Lógica, particularmente la de parte como desarroilaJa puesta -Ngur"l',y Avicena y Averroes. A partil del siglo xtt el Perí Hermeneías se inclu- tica Élológica 352 como materia de enseñanza obligatoria al lado de las Categorías, de los ye 'Primeros y Segund.os unalíticos, y de la Tópica. Esta enseñanza se generaliza y extiende considerablemente en los siglos xIIr y xlv con la creación de ]as 11 lr\ ,'trt, ,s , t_',, F\ltt" . I ",Ñ,,\ \ \ -I r'.\\ . It, primeras Universidades europeas. En los siglos xvu y xvrrr ven la luz pública.las plimeras oblas con el título va ltler-,arrrente latinizado de "Hermenéutica". Fue el exegeta bíblico J. C. Dann'rrr,r"., a" confesión protestante, quien en 1654 publica una obra con el título Hermeneutico sacra siae metl'todus exponendarutn sdcrarunx litteraruttt,2z sustituyendo los términos en uso durante el siglo xvr de Interpretatio, claaes intergirabarr en tomo a Ia Trruiond,í, Regulae interpretationis, etc', todos los cuales ,oz "irlt"rp.Jtatio". Desde entonces el término "hermenéutica" suplanta al de "interpretatio" en los títulos de las obras de exégesis bíblica esclitas por autores protestantes, siendo célebres las de j. ]. Rambach, Institutio l-Iennaneuti'cae 2a quien no debe sel consaciae'" y de A. Pfeiffer', Thesaurus hermeneuticu's, Elementa Hermeneuticae unos fundido con J. E. Pfeiffer, autor a su vez de 2á las primeras obras también Por este tiempo aparecen sacrae et uniaersalis. del siglo xvur finales a Y ya término. eu lensua alemana utilizando el mismo católico: campo del dentro similar título con obra ," l" I'r-,, pública la primera V' T'2c sacraa Hermeneuti'cae j' lnsti,tutiones tp"tget, fue la de J' Mot Lo más importante de todos estos datos es observar que casi todas las obras de la época dedicadas al desarrollo de la Hermenéutica sacra, no se ''."* li-i ub", u .,ri, labor exegética de los escritos bíblicos, sino que en ellas se úr\'rn'' capítulo, *ry d""r'rsos cuyo conteniclo pertenecía a una Hermenéu- y Derecho 353 y filosófica. Por esta vía nacel'ía precisan'rente la modeln¿ ÉIerÉl. "taeve¡ tanto fflológica como filosófica' plofana, menéutica (t la interpretade lo.oene{r,',,, la doctrina cor.r conexión Al propio tiempo, y también en "i.",',r'! {; exemotivaciones totalmente de casi ción, aunque en este caso independieDte "* jur'ígéticas bíülicas, se desarr-olla una peculiar y muy definida Helmeléutica áica, cr,ltivada princil:almente por Iomanistas y tlatadistas del Iüs ciaile. De ello es una mt estra elocuente ia obro de ]oh. vo,, Felden, coll Lrn tífulo ta,. significativo como éste: Hermeneutica generdlis, sau doctrintt cle i.nterpretatione el genuinis principi,is deducta et atl leges ci'ailes -applicata'2| y la un poco posi".io, de Chr. H. Eckard, sinrpleme,te intitulada Hermeneutica iuris.28 5¿.¡i6 ¡,,,ui.i-r' La separación radical entr.e Hermenéutica sacra o bíbiica y Hermerréutica '¡¿ i'ir, r ,r I ir, Daniel Friedrich xvru siglo del profaüa o filo.ófica ia efectúa en el último tercio prfu¡', f,,r, intirlanuscrita obra una deja ichleiermacher, quien, aparte sus prelecciones, herde concepto del acelca t]llad^a Llermeneutik.2s En otro pequeño escrito menéutica trata de demarcar ]a diferencia que existe entle la Ilelmenéutica Fr. A' Wolf filosófica por é1 iniciada v la Hermenéttica filológica cultivada por razón el con merecido so ha Ie y Fr. Ast. El acielto cle Schleiermacher, que e. haber' consistió (moderna!), ápelativo de padre de Ia Hermenéutica filosóffca es decir', "Kunstlehre Verstehens", des cinceptuado la hermené..tica como una PrecomPrender. o entendel del como uüa doctrina sobre el arte o técnica forma de desenvolvía se "Kunstlehre verstehens" des cisó además que clicha desarrolla sus c1ue, partiendo d"l ,i*pl" hecho del entender o comprender' del lenguaje naturaleza c1e la extrayéndolas utt círculo ogto, "".rudo, expresión similar a la de "aus der Natur der' ", der Natur der Sprache", -Iur$ de las condiciorr¿s fundamentales de las época sache" ya utilizada -y "r, "rtu relaciores existentes entre los que hablan' Las aportaciones de schleiermachel hubieran quedado sin embargo en la $) l1f.r7 de no haber sido actualizadas y reelaboradas por Wilhelm Dilthey, ,r p"rrr*b.á "on,"nían zr Cfr. J. Isaac, o. c., pp. 35 ss., quien ofrece una serie de cuadros ilustrativos de las y graficos sobre enseñanzas irog.umadu"..^^ulgrro. de-los mtis conocidos centros docentes, latinas del pequeño iú-".o de copia-s realizadas en Occidente de las versiones tratado aristotélico. 22 Esta obra fué publicada en Strassburg en 1654. z: Jena 1723. z+ Ll titulo completo de la obra es Tltesaurus hermeneuficns, sioe de legitimü sctiPtutde sacra.e interprctatio¡-¡e trartatio luculenta, pridem etiam hermeneuticam sacrarn quae et integra hi.c iepeti.tur, 2. ed. (Leipzig et Frankfurt 1726). ls ¡ena Ii43. El mismo autor publica ttas Tttstitutiones Hetmeneuticae sacrae oeterurn et ¡ecintiorum et propña quaed.am praecepta complexae (Erlangen 1771). el ascenso d'"1 26 Wien 1776. -lil---bru fue publicarla en el siglo xvrr, "ohne Anzeigung des Jahres", en Frankfurt und Leipzig, tal coiro se explica en.la reedición de Lcipzig 1746' zs ¡áa'1750, con sucesivas reediciones. ---^r-^-^ -----l eingeleitet 2s Cfr. 1a edici¡n HeÁene*tik, nach Handschriften neu herausgegeben -u,d Philosovon H. Kimmerle (Abhancllung", á", [leirlelberger Akademie der wissenschaften' Hcidelberg 1959)' phisch-historische *"r.^¿;;.:.¡;;; Klasse.Beqriff der"Hermeneutik mit Bezug auf F. A. Wolfs Andeutungen áen 3 (Berlin 1835), und Asts Lehrbuch", en Ftiedrích Schleiermaclrcrs Siimtliihe Werke, fl1, ,Zueck no. 344-386. De Fr. A. WolÍ, »outellung d'er Altertumsu:issercchaft nach Begriff, íí¿ i"íi1nri^^ia07j. D.1.. AsÍ, Grind.rini.n det crammctik, Henneneutik und Kritik (Landshut 1808). M arcelino 354 rÍ f!r'" $. "d* , i^, Rodríguez M oliner o Hermenéutica U Derecho ,J')) quien entre otros dedicó rur libro a Ia vida del filósofo pietista. sl Dilthey deffne la Herrnenéutica diciendo que es "die Kunstlehre des Ve¡stehens schriftlich fl*i"rt"n Lebensáusserungen", es decir, la doctrina sobre el arte o técnica del l¿rs exteliorizaciones o manifestaciones de la vida fijadas por es"o*p.endel crito. Pero además Dilthey asignó a la Hermenéutica la misión de fundamentar metodológicamente las Ciencias del espíritu, cuyo carácter científfco era para él indiscutible, aunque partiendo de un concepto de ciencia sólo analógico al aplicado paltr las Ciencias de la naturaleza. Es así conro, a ¡:artir de Dilthey, el lenguaje filosóÉco usual, sobre todo el cor-rierte en algunas m¿lifestaciones comprendidas bajo los rótulos de É1osofías de la vida y de la existencia, extendió de tal modo el uso del vocablo néutica todavía subsistentes en la actualidad, y por supuesto la Hennenéutica jurídica, por muy esplerdoroso que fuera su momento presente) han quedado bajo la influencia dilecta de la Hermenéutica fflosófica. Por ello es necesalio, antes de pasar al examen corcreto de Ia relación entre Hermenéutica y Delecho, referir los elementos doctrinales fundamentales de la actual Helmenéutica a expresar con él la interpretación del sentido de EI núcleo del ploblema hermenéutico parece estar constituido, de acuerdo 10 últimamelte expuesto, en la interpretación del sentid.o; dicho con otras lraiablas, en 1o que siglífican los términos entender y comprencler. Si esto es así, es necesafio preguntar: ¿Qué signiÉca en[entler? Para dilucidar conve- "lrermenéutic¿r", qlre llegó I la vida v dcl nlundo. particulat'mente del ilamado mundo humarro y de Ia t 4rt¡fttr tfi{ '"' L/" vida y erister-rcia humanas. Dentlo de esta nueva línea ha sido M. Heidegger quien, aprovecl-rando al máximo las innegables conquistas del método fenomenológico de E. Husser'l, llegó a configurar la Hermenéutica como una Fenomenología de la existencia hurnana. De este modo Ia Hennenéutica quedó convertida en ia interpretación del sentido óntico de la propia existencia y de la cornprensión del ser en general a través de ella.32 Ha sido no obstante mérito singular de FL-G. Gadamer recoger todos estos piarrteamientos anteriores eu su gran obra Verdad y Método, haciendo una sistem¿rtización clala de los problemas fundamentales con vistas a fijar las líneas dilectivas de un¿ ariténtica ÉIermenéutica fiIosófica.33 Esta obra, así como algunos escritos complernentar-ios posterioles, elevaron el nivel de la Hermenéutica filosófica de tal modo, que los oh'os tipos específicos de Herme3r Cfr. W. Dilthey, Dos Leben Schleiemachers, aus dem Nachlass hrsg. von M. Rede- ker (Berli¡: 1966). También "Die Entstehung der Flermeneutik", en Gesatnmelte Sclzriften, Bc1. V '32 (Leipzig-Berlin 1924), pp. 317 E\ ss. Untanüegs zur Sprache (4. ed., Pfullingen, Neske, 1971), dice Heidegger, reffriéndose a la Flemrenéutica en S¿in trnd Zeit (1927, 11. ed., Tübingen 1g67), 1o iiguiente; "En Ser y Tiempo, I'Iermenéutica no significa ni la doctrina de1 arte o técnica interpretativa, ni la interpretación rnisma, sino más bien el i¡tento de deterninar la esencia de la interpretación a Partir de la esencia hernenéutica de la existencia, quien, entendiéndose orr'ginariameñte, se inter?reta ¿r sí misma en e1 mundo y en la historia". Sob¡e algunos aspectos genéricos, pero sin referencia concreta al problerna hermenéutico,- v. J. Corts Crau, Ánotucirntes preaias aL pensanziento aico-itn'íclíco cle M. Heideggar. Lección inaugural del curso 1970-71. (Valencia, Universidad, 1970). ae Cfr. la 3. ed., cit. (Ttibingen 1970). También, "Die Natur der Sache und die Sprache der Dinge", en Ptoblent untl Órdnuttg, Deutsclrer Korrgress fü Philosophie (Meisánheim 19_62), pp 26-36; art. "Verstehen", en Die Religion in Ceschichte und Gegenuart, 3. Folge, Bd._VI (Tübingen 1962), (Tübingen, Mohr, 1967). I38l ss. \ sus "Kteine Schriften", Bd. l, philosophie-Herneneulik Ílosóffca. IL ErDEL ^*úcr,po DEL lRoaLENra s¡nrumnáurrco LA INTELECCION O CO\{PRENSION SENTIDO con nientemente esta cuestión previa, sería pleciso hacer tainbién la historia de este ,concepto y el de su sinónimo comprender. Sin embargo, el cun-rplimiento de .esta tarea enunciada nos llevaría demasiado lejos. Por ello habrá que lirri- tarse a recordar algunas ideas básicas comúnmente admitidas. 3a En la época de la filosofía griega se estableció 1,a, sobre todo por palte cle Platón y Aristóteles, la distinción de voc,q y ltávota. Esta distinción fue recibida er el mundo latino y traducida pcr intelectus y ratio, siendo profusamente desarrollada por la filosofía medieval. En uro de los múltiples textos que Sto. Tor-nás dedica a esclarecer esta distinción, nos clice que el entencler con.siste en aplehender o captar simplemente la verdad inteligible, mientras que .el razonar consiste en proceder de un inteligible a otro pala collocer la verclad inteligibie.3á Y al tratal de la pludencia enseña que, aunque el intelecto y la razón no sorr potencias divelsas, no obstante se denominan así por los diversos actos, pues el nomble de intelecto se refiere a la íntima penetración de la verdad, mientras que la lazón implica inquisición y discurso. sc Esta dualidad entre intelecto y razó:n pelsiste en la filosofía medieval tar,día y también en el Renacimiento. En cambio" en el racionalismo rrodelno, a 34 Cfr. sobre ello, dentro del ¡rrograma dirigiclo por Erich Rothacker:, cuya ffnalidad astriba en allegar "Bausteine zu einern historischen Wórterl¡uch", e1 extenso estudio de K. O. Apel, Das Yerstehen. Eino Problem¡4eschichte als Begriffsgeschichtr:. en la colección "Archiv für Begriffsgeschichte", Bd. I (Bonn, H. Bouvier, 1955), pp. 142-199. 35 Stnuna tlrcologi,ca, I, 11. 79, a. 8. :16 "... etsi intellectus et ratio non sunt dive¡sae potentiae, tarnen denomina¡ttur ex diversis actibus; nonen enim intellectus surnitur ab intima penetratione veritatis; nomen autem rationis ab inquisitione et discursu". Surnma theol., II-II, q. 49, ¿. 5, ad 3. t,'le "'"t ' ti.-"i".,r, . 1f 'l ¡ 356 Marcelino Rodríguez Moli'nera I{ermenéuti,ca 357 y Derecho , y razón se elimina progre!¡-titi'"' partir de Descartes, Ia distinción entre intelecto fuente autét-rtica a la como única tendrá huinano conocimento el t,. iivamente, ((lJ' razón. El auge alcanzado en esta época por las Ciencias físico-matemáticas, y los criterios de verdacl por ellas sustentadas, fueron factores muy propicios en favor de una eliminación casi total de la distinción clásica entre intelecto y razón. Aunque los vocablos latinos intellectus y ratio fueron traclucidos al alemán por Yerstand y Yernunft, el primero de ellos de la misma laíz que el verbo oerstzh¿1i., 1o cierto es que, en la época del lacionalismo precr'ítico, los y sus tér-minos comúnmente aceptados y utilizados ftteron Vernutrfi -Iazónevocar Baste racional-conceptual. , ". derivados, que aluden al puro pensamiento Iti#4ir't pala convencerse de ello la serie de obras escritas por Ch. Wolff en lengua alemana, entre 1713 y 1728, cuyo título comienza generalmente con las palaracior.rales- ... übel die Grundbras verniittftige cedanke... -Pensamientos sátze der Logik..., der Ethik..., der Politik..., etc. Todavía en la evoluciórr posterior, atlnque en algunos casos como en Kant )' Hegel se vuelva a admitir la diferencia enh-e inteligencia y razón, es esta última quien tiene Ia primacía. Bajo el concepto positivista de la ciencia era obvio que la razón consert,t(r.L út . vara y acrecentara sus plivilegiados atributos. Habrá que llegar a la distinción ,:1 ,\*, entre Ciencias de la naturaleza y Ciencias del espíritu a ffnales del siglo xrx 1 é) 1"'{ para que el cn"tender y el comprender como opelaciones propias nn asur-rto", "que se lesponde cle un asunto"... Toclas ellas además, y esto corviere lesaltallo, han sido y sigten siendo utilizadas en el lenguaje jurídico, -verslehen-, del intelecto, recobren su antigua misión. Este pasado histórico-conceptual constitulzs l* base de la que en todo caso habrá que partir para acceder al problema de fondo, que no es otlo que el de la intelección. Fteonvia en efecto a una distinción fundanental, que es la contenida en la dualidad inteligencia v razón, no como potencias anímicas diversas, sino como funciones de un mísmo sujeto cognoscente. Y nos sugiere además que el entender pertenece a la función intelectiva, caracterizada por una especie de aprehensión o captación inmediata de la verdad inteligible, a diferencia de la función cognitiva de la razón, que es discursiva y, Por tanto, metliata. sl Desde ul punto de vista lógico-semár'rtico es preciso sin embargo profunür todavía más para aclar.ar lo que significa el término entender. P:ues dizar _nY*' ¡ {', l"ri".,grrÁ románicas, por ejemplo entender , bien, tanto las palabi'as usadas ",. '" I en español, intendere en italiano, entendre en francés, todas ellas derivadas del verbo latino intelligere, como Ia palabra alemana aerste.hen o la inglesa unders' tand, coinciden en una significación fundamental, que es la de "comprender Cfr. sobre todo, particularmente sobre la ffgura de la mediaciór¡ en el conocimiento racional, E. Coreth, Grundfrugen d,er Hermeneutilc, cit., parte 2.", cap. L 3? ¡tln"ry"l-e.'l 1 procesal para declarar que "entiencle clel caso" aquel que se encarga de lleval' un litigio. Es i[rcluso muy posible que, apoyándose en este uso lingüístico jtirídico-pr.ocesal, se desarroilara después una significación rnucho más general, sobre todo desde el punto de vista prtictico, en el sentido de que "enten- un caso" o "entetder en Lrn asunto", significara tanto Como tener conocimientos y saberlos aplicar para resolvel una cuestión determinada. r»n1e.,:,.:;, I I I i delet I -r{l Apuuta {f.^¡.-^" clel senticlo. Conseguido este objetivo, se realiza plenamente la funciór-r irrtelectiva, es decir, la intelección Ahola bien, llegados a este punto, la diffcuitad radica . r en saber lo que es senticlo, meior dicho, qué quelemos exPl'esa}'cuando habla- '1"c *,.o' ., *$1"¡ a't1os (le o preguntamos por el sentido ¿á las cosas. Es evidente que la resfilosóffca que se 1:uesta a esta inter.r.ogante última dependerá de }a postura tiene un r,t-"l, i , ejen.rplo, analítica, por adopte. El término senticlo para la filosofía del en función los vocablos de semántico significado limitado al contenido entre filosóflca.s, Pala otras posturas falsabilidad. cr.iterio de verificabilidad y ellas las que siguen la filosofía clásica h'adicional o la modelna filosofía de la existencia, el térrnino set-ttido, dentlo de este contexto, comporta calacteres ,ónticos que deben ser aprehendidos y desvelados por' la talea cognoscitiva humana. Sin embargo, por este camino se llega, y de hecho se ha llegado ya, a la cómica y paradójica cuestióü acerca del sentido del senticlo -die Frage nach rle¡n Sinn des Sinnes-. ,.|¿i.roo*" señalado eI núcleo esencial del problema hermenéutico, que hemos dicho .",,.- '. n+.t, está constitnido por el problema de 7a intelección en cuanto comprensíón del edi ^-" *sentido, las demás cuestiones apturtadas, que se lefiereD a la estructura de la intelecciól, a su contenido, a sus condiciones y a sus límites, habr'á que lesolverlas de acuerdo con Io que acerca de la esencia y caracteres de la ürtelec ción se haya concluido. Es preciso, sin embargo, añadil algunas ideas comunes a todas las posibles opciones, o por lo merros fácilmente aceptables. Cuando decimos que la intelecció¡'r tiene una estructura determinada, estamos declarando que consta de varios elementos armónicamente conjugables. Sin negar la posibilídad del conocimiento directo del singular, cuestión ampliamente debatida en la filosofía n.redieval, cuya tesis afirmativa constituye uno de los pilares fur.rdamentales de la filosofía de Durs Escoto suscrita por F. Suárez en sus Disptttationes n'teta¡thisicae, hay que puntualizar que la ittelección no se r.ealiza de una manera atomística. Una cosa es que 1o singular', o Io individual con telminología más actual, sean directaDrente cognoscibles y que er1 E\ entencler, con todo, no a se agota en este plano- todavía supel'ficial. urra dimensión filosófica mucho m:is profunda, que es la cornprensión I I I I I I I I I I I I I I I I I | I | I I I | I I I I I | I L Marcelino Rodríguez Molinero 358 ello radique precisamente la intelección de un objeto dado, y otra rnuy cliversa que los elementos de que consta el objeto iDteligible hayan de ser necesaria- rr:rente separados para ser entendidos. EI mejor ejemplo para explicar esta idea básica noi lo ofr.ece el lenguaje hablado o escrito. La comprensióI del sentido de un vocablo o de una frase o proposición debe tener en cuenta el contexto en que se pronuncian o en que estárr escritas. De tal modo que es una verdad eleilental q.,e cada término debe ser entendido deutro de la proposición de que forma parte y ésta a su vez dentro de un contexto más amplio, y así sucesi,u*"ri". Po| otra parte, el propio intérplete no puede sustraerse a los condicionamientos impuestos por el hori,zonte e\ q\e se h¿lla instalado y dentro del cual realiza la tarea de la intelección. Las aportaciones de M. Heideggel y H.-G. Gadamer sobre este punto, y en otro sentido las observacior.res de J. Ha:r8 bermas, son de un vaior indiscutible. La cuestión sobre los límites de la intelección remite en definitiva a 1o que sobre tal aspecto se mantenga de una manera general en la Teoría del conocimiento humano, con las particularidades que la propia estructura y corldicionamientos de la intelección, como función distinta del razonamiento discursivo, exige y postula, aunque se sirva de los resultados conseguidos por este último. Estás limitaciones se basan a su vez en la esencial ffnitud y condicionalidad de la mente humana, cuya inteligencia no es una inteligeilcia esencial, sino que es radicalmente limitada. Al misn-ro tiempo actúan los límites impuestos pár el obieto de la intelección, no siempre accesible ni siquiera a un desenvol'Jimiento potencialmente pleno de Ia función intelectiva. Si la relativiclad es que actúa la intelección, que en el campo donde mayor en este campo, ,ob." "l actúa Ia función discursiva propia de la raz6n, es una cuestión en cuya discusión no podemos entrar entre otros motivos por falta de espacio' III. Aspuctos FUNDAIvIENTALES DE LA nsl-.{cróN u¡runr HrnurNÉur¡c.t v Dnnrcr¡o El tercer punto básico que debe esclarecerse para lograr un enfoque adecuado de Ia r.elación mutua entre Hermenéutica y Derecho, concierne a la concr-eta aplicaciór de aquélIa a éste y a la posible coüjugación de los elementos doctrinales de entrambos. Dada Ia extelsión alcanzada ya por este Hermenéuti,ca y Derecho 359 trabajo, me limitaré a ofrecer en forma esquerTráüca lo que una orientación pt.eliminar necesariamente exige. Hecha esta adveltencia, estimo que los aspectos fundamentales de dicl-ra relación se condensan en Io siguiente: Derecho es primordialmente, desde cualquier perspectiva que se le contemple, incluida una perspectiva tt'ascendente, una reali(lacl del mundo hrr-a,]á. Como objeto de conocimiento pelteDece por tanto al ámbito de las denominadas Ciencias del espíritu o de Ia cultura, o simplemente humanas, también llamadas ciencias "molales" en la terürinología inglesa. Existe por consiguiente, como advie¡te coll su habitual agudeza H' Coing, \rna concor' dancla inicial e,tre los puntos de vista cle la He¡n'renéutica y los puntos de 1. El vista del Derecho. Cf¡. J.Habennas, Erkenntnis und. lnteresse. Mit eincm neuem Nachuod (Frankfurt a. M., Suhikamp, 1968, 2. ed. f973). Tmbién, Hetmeneuti.k und ldeologíakriúik, hrsg. (Frankfurt a, M., Suhrkamp, 197f,2.,ed' 1973), J. Haúermas, D.'Henrich und J. Taubes ion trabaios de K. O, Apel, C. Borntann, R. Bubner, H.-G' Cadamer, H. J' Giegel y el propio Jürgen Habermas. e."*", {,!,. ¡,n.¡ 3e Tanto la Hermenéutica como el Delecho guardan a su vez una relación ot"tto-lógica con el lenguaia cono medio de comunicación entle los hombres. Sobre esto, sin embalgo, es preciso hacer una obselvación de capital impoltancia. Es la de que Ia relación Hermenéutica-Derecho-lenguaje no €s ura relación triádica. Lo cual implica que la relación de la Hermenéutica y Ia relación del Derecho con el lenguaie no son idénticas y, por tanto, no son reversibles recíprocamente. En cierto modo Derecho y lenguaje se asemejan entre sí en cuanto ambos son productos espirituales o culturales que, mediante una esPecial corpor.eización, se han obietivado materialmelte. A pesar de esto uno y otro siguen siendo poltadores de w senti.do y de un significado, provenientes de su áriginaria condición de productos del espíritu. Estos supuestos los cot.rvierten o1o po, en obieto de Ia Hermenéutica, de modo que ésta se coloca en 2. Q¿(cn.;¡n tt,-. Q) 1u*,,¿t",re cierta -manera a un nivel superior Para proyectar su luz sobre aquél plal'ro inferior conver.gente en que apal.ecen situados el Derecho y el lengüaje. Aparte de ello, uno de los moldes de que el Delecho se sirve para corpoleizal'se es precisamente el lenguaje, y quizá el molde prilcipal, pues aquí pensamos no solamente en el lenguaje hablado sino también en el esclito o contenido en textos manuscritos o impresos. Desde este punto de vista Hermeréutica 1r |srecho vuelven a aproximalse entre sí, en cuanto que ambos a dos están en dependencia de las posibilidacles que el lenguaje cortiene 1, ofrece como medio de expresión y como modo de corporeización de contenidos espirituales que lleven a una comunicación intelectiva entle los hombres. En tercer lugar, tanto la Hermenétrtica como el Derecho estát] en íntima conexión con la doctrina de la interpretaciórl, hasta el punto que fue por esta 3. as ü¿.e*.h.., f'$.r ,r, .n¿Á. as H. Coing, Dia iurístischen Auslegungsmethoden Hermeneutik, cit., P. 18. nnd die Leltren der +tpc:.{r M\e.r,¡,t\r¡r,i¡ allgemeinen ) Lino Roclríguez-Arias 344 tianos", para confundir a las gentes r-rueva. medrando a costa de vengativo e iirsidioso' y seguir El dios de los clericales "s ""'el, la buena EsporelloqueKantalababalocaraamableclelcristi,anismo,Perorepudiaintencionada que bu q,," fuese impuesto por tnz autoriclacl, por muy bien resulta co,tradictorio ella i.t"s" po, L.,".,o {.t" '"u ei fin pe,seguido; pues " buen grado' Es eI ord"rru, u íg.rl"r', qr" h"gu algo r', 'de-át, que 1o haga de hace amable al Io que sentimiento de la li,bertaí ur, ü elec"ión del fir, último de ser amadeja cristianismo hombre la legislaciór.r. Y si llega el día en que el enco,t'aríamos nos ble, como en materia de molal ,o existe Ia neutralidad, HERA{E,NÉ,UTICA Y DERECHO orientaciones preliminarcs para un adecuado enfoque dcl tema Mar c elitt o Ro drí guez Moliruer o de F¡losolia del Derecho de la Facu¡lad de Derecho Prolesor Ad¡unlo ' de la Un¡versidad de Salamanca "o,,q.."lamentalidadclominanteerrtreloshombresseríaladelaaversiórryla ?! resistencia contra é1. tlel culto, et los También Kant veía con cierto recelo el abuso de los actos lo cual es muy distinto de que han consistido siempre las quimelas religiosas' Cri,sto, v averig,arlas en cle tratar de llegar al conocimiento áe las enseñanzas que pueda conservarse modo tal de toda su p.,rJro y vivil su doctrina moral, el culto eI andamiaje.-ql" desaparecer po, ,í -i*u en el rnundo, haciendo "t el editerminaclo haya se vez que uia externo sin auténtica vida espiritual-, cristiana que ficio, que es 1o que imprime al hombr" una- verdadera convicción de huir de la Ie lleva a compr-".,d"r e\ caráctar rliaino del unioerso, tratár.rdose ?3 imagen del "adulador de Dios"' 12) Definición Dedorrdequeelhombrecristiarro,queeselquehaalcanzado.lacategoría divina' ética de persona, en tanto en cuanto se refleia en é1 la espiritualidad ilusión con vive "Es e\ hi'io del espíritu' que puede definirse del rnodo siguiente: por luchar por afa,a se irrs id.eales y con despego hacla los bi'enes tnoterioles, y caridad hacia munclo mas iusto y"más fraterno, comportár'rdose con an-Lor y Es humildad". la de moral y la de sus semejantes, de aÁerdo a los cánones vida su en cristo de vivo testimonio un decir, que está en la obligación de ser proyectarse en p".rorrol y en su vida social, y con esta "materia prima" debe buscando con cristianos-, no o irs relaciones con los demás hombres -sean la comunidad en pacífica la convivencia lograr ellos las mejores soluciones para eterna. v la sa'lvación w vv "a A"ro,f, losd 4¡ ho'nor &'\ Pt+k'ur .f'"/b[r¿*e tn'**: U*lerr;o, 5q6¡qiútlc'{t'ta, , " F;losofi;u y Dq,e.hs F-s{'&ro5 * G,u-, Ü^,ur,s,'¿ri \r^\ü-ctn^, tq-l?, Yo** "Aristoteles, quando Perí Hermeneías scriptitabat, cala(Cassrononus, Instítutíones, ed' R' A. B. Mynors, Oxfo-rd 1937, p. 114; en L. Migne, Pattologia latina, vol. 70, col. 1170). nurn in mente tingebat" "Aristóte1es, p' 457' escribir el Perí Henneneía's, mojaba la ILT Na de las últimas ocupaciones del pensamiento jurídico, y particularmente He'mede1 persanricrrto jur.íJico-filosófico, es. sin lugar a dudas, el tema de Déutica y D"re"ho. No es fácil señalar cuándo y por qué r'esrrgió el interés estudios bastantes y obras valias citar Se pueden jurisias tema. por dicho los rnerores esplcíficamente declicados a la relacÍón entre Herrnenéutica y Derecho o a la aplic^ación de aquála a éste, bien como instancia metódica o bien como tuvo moclelo te i,ter.preta"iZrr p".o determina' cuál de estas obras o estrtdios la suffciente entidacl )' calidad para recabar 1¿ ateución preferente de algunos juristas, es algo q,.," iógi.u*"nte ha de suscita' ir.revitables discusio,es. Novoyaentraruqrri"r.ladiscusióndeestadificilcuestiónprevia.De susmomento p¿rece bastaite aceptable, al menos provisoriamente, 1a opi.ió, autores por modo cierto e, compa'tida tentada pá, ,lg.,rlo, iuristas italia,os, el al"roarr.i según Ia cual la recouducción del Derecho a la Hermenéutica y irnportante la a debidos sido han lrrutüa, nr,evo plantámiento de su r.elación en 1955' 1 obra de Emilio Betti'.[eoria generale clella interpretozi,one, publicada el autor En ella se recogen los restütádos de las investigacio,es realizadas Por Universidad la durante su estancia como "Gastprofessor", a partir de 1951' en ref rndida y traalemana de Marburg an Lah,. i)icha obra fue posteriormente de Teoría geneamplio ducida al alemán por el propio autor con el título más § ?2 Ernst Cassirer, Kattt Vida g doctrina, ?3 Ibídem, pp. 439-440. al pluma en la rnente"' II, 1 Milano, Ciuffré, 635-982. jl3,.II 1955 Se trata cle una extensa obra en dos vols', I, XX-63'f pp ' I ':: o. ,{r il 'I \,'.r , M ar 346 celino Rodríguez M olinero ral de la interpretación como método de las Ci,encias del espíritu.2 Por cieúo que del mismo autor existen algunos estudios anteriores a su obra maestra dedicados a la dimensión hermenéutica del Derecho, como los intitulados Forma e sostanza della interpretatío prudentiums y Posizioni dello spirito rispetto all'oggettir:itd; a pero sobre todo debe recordarse al que no dudó en llamar "manifiesto hermenéutico" para la fundamentación de una teoría general de la intelpretación. 5 Con cierta anterioridad a la. obra y demás esclitos de Betti, liabía publi cado ya E. Forsthoff su conocido ersayo sobre Derecho y lenguaie, en cuvo subtítulo especiffcaba que se trataba de unos prolegómenos Para una Hermenéutica judicial. 6 Y no mucho después de la obra del jurista italiano plonuncia una importante conferencia Helmut Coing, que luego publica con el título Die iuristischen Auslegungsmethoclen ur¿d die Lehren der allgantei.nen Hermeneutik, trabajo que sin duda alguna marca otro gran hito ascendente en el planteamiento de la relación y el conocimiento de Ia mutua implicación existentes entre Hermenéutica y Derecho. ? La pleocupación por el tema en el área del pensamiento jurídico gennánico se generaliza a partir de la aparición de la obla filosóffca fundarnental de úr,!üx.*" H.-G. Gadamer, Wahrheit und Method¿, subtitulada Grundzüge cler philosophischen Llermeneutik, en la que además se dedica un amplio apartado a 1o que califica de significación ejemplarista o típica de Ia Hermenéutica jurídica.8 La aparición de esta obra, llamada a tener una influelcia considerable, incluso al margen del pensamiento puramente fflosófico, no debió de ser de r.¡,.iu mucho agrado para Betti, quien pronto reaccionó reclamando la paternidad y base fun;r,'i[t de ]a renaciente Hermenéutica enter-rdida como instancia universal e i,,iuir¡r¿.-.r,damentante de toda preter-rsión objetivista del espírihr humano. 2 Allgemeine Auslegungslehre als Metlnde d.er Ceistesuissenschaften, Tübingen, N4ohr, 1967. 3 Comunicación al Congreso de Historia del Derecho celebrado en Verona en septiembre de 1948. A¿fi del Cangresso, II, 195I, pp. 103-120. a Rio. lnte¡n. di Fi.losofia del Dhi.tto, 26 (1949), 1-38. 5 "Zur Crundlegung einer allgemeinen Auslegungslelrre. Ein hermeneustisches Manifest"; en el Festschrift für Ernst Rabal, Bd. II (Tübingen, Mohr, 1954), pp. 79-168. 6 Aecht und. Sprache. Prclegomena zu. einet ri,chterlichen Honneneutik (Schriften der Kónisberger Gelehrter Cesellschaft 17; llalle 1940). 2. ed. 1964. z Veróffentlichungen der Arüeitsgemeinschaft für Forschung des Landes NordrheinWestfalen (Kdln u. Opladen, Westdeutcher Verlag, 1959). 8 La ol¡ra cle Gadamer fue publicada en Tübingen, Mohr, 1960, 2. ed. 1965, 3. ed. 1970. Véase sobre todo el apartado titulado Die examplarische Bedeutung der iuristischen flermeneutik, pp. 307-323 de la 3. ed. 0 Véase de E. Betti, Die Henneneutik als allgemeine lt[ethodik der Ceistesuissenschaften (Ttibingen, Mohr, 1962). De H.-G. Gadamer, "Die Universalitát des hermeneutischen Pro- Hermenéutica y 347 Derecho Bajo el poderoso influjo de la obr'¿ de Gadan-rer comienzan a publicarse en l¿ década de los sesenta inrportantes estudios y llotas y alguna que otla obra, que directamente se ocupan del problema he¡menéutico en el Derecho, tanto en gener.al como er ¡eferencia a algunas de las ramas esPecíficas de Ia Ciencia convieüe citar la de iurídica. Entre las obras que han visto la luz pública también un sublleva qte Normatitsitii.t, und Friedrich N,lüller, Normstruktur entre Derecho relación la de se trata que declara título mu1, significativo, pues las cuestiones a base jurídica, en desarloliada H"t'*"néutica lu realidad 1, de ", 1a interpletación constitucional. de Tübingen, Josef Esser., que versa sobre Preintelección t1 el.ección cle método en la aplicación del Derecho, con un subtítulo que alude a las garantías de r1 racionaiid¿rd en la decisióu práctica judicial' Por lo que atañe ai Derecho penal destacan los trabajos de Thomas wiirtenberger y d" Wl,.fri"d Hassen]er', soble todo la obra de éste iltímo Tatbestancl incl'Ty,ttts, con el subtítulo de lnoestigaciones para uno Hermenéutictt 1e lVlientras que la Hermenéutica histórico-jurídica es cultivada iuríclico-penal. quieü publica eütre Iror url maestr.o tan consagrado conro Ft'alrz wieacker, fuldamentaobservaciones algunas otro, .rr-, estudio progl.amático conteniendo r3 les para una posible Hermenéutica histórico-jur'ídica' En el ámbito estlictamente jurídico-filosófico, aparte de los ya citaclos tfabajos cle E. Forshoff y H. coing, cabe mencionar eI estudio de Arthrrr Kaufschriftert, 1, blems,,, en Philoso¡tltitches Jahrbuch, T3 (1965-66), 215-225: ahora en Kleine pp'- 101-112' ^Philosophie-Hermeneutik (1iübingen, N4ohr, 1967),Ztii Verhtiltn¡s aon Recht utd Witklichkeit ; F. Mülle., Norrnsúruknu. tíncl Normatiúit¿it. (schrlfin d.er ittristischen Herntenetúik, entuickelt an Fragen der YetJassungsintetprctatíon 1966)' Humbloi, u. f)uncker Berlin, B, Bd. ten zur Rechtstheorie, 11 J. Esser, yorterstiindnis urd Methodenuahl in dar Rechtsfirulung. Rationalit¿itsga' rantiei cler ¡ichterlichan Entscheidmtgs¡tratis (Frankfurt a. M., Athenáum, 1970). 12 W. ,H¿rssemer, Tatbestantl ,urd Ty\tut. IJntetsuchungen zur strufrcchtlichen Herme- nautik (Kó1n-Berlin-Miinchen, 1968)' 13 F. Wieacker, "Bemerkungen zu einer rechtshistorischen Hermeneutik", et Das Problem d.er lntetprctatiotl, Mainze-r Universitátsgespráche im Sommersernester 1964, hrsg. von H. N{üller, P. 'schneider, unter tr4itrvirkung von E. Denniger und o. seame _(-Mainz, ohne Del mismo autor, "Notizeri zur reclitshistoiischen He¡meneutik", en NaclrIahre clcr Wissensclmf¿a¿ (Góttingen, Philosophisch-historische Klasse, 1963), el trabajo cle A. Heus{ "Zur hermeneutik rles historischen und i11 onata d.i Emilio Betti, 1 (Mllano, Giuffré, 1962), |u^ristisclr-normativen Satzes", en"stutli fp. f-ZZ. Cfr. pp. 151-172. también (l.fi't ii' & !i.!L. A¡A-{ / ¡tr'1\ 10 La obra de MüIler- contemplaba más bien el áinbito del Dereciro público, constitucional y administrativo. En el ámbito del Derecho privado la consagración definitiva c1el tema se efectúa en 1970 con la obra del cor.rocido plofesol du, Akadem¡a iirhtn,-1964). ,* t lv\\ il., I t, I i", i\r,, \., [r"i:r ", : \ 348 Marcelino Rodríguez Molinero mann sobre la historicidad del Derecho a la luz de la Hermenéutica 1a ), los dos capítulos dedicados a la Hermenéutica jurídica en la pequeña obra Problemas fundamentales de la Filosofía tlel Derecho y de la Teoría del Derecl.rc contemporáneas, escrita conjuntamente pol A. Karifmamr y W. Hassemer, palticularmente el último capítulo que versa sobre Lógica jurídica y Hermenéutica jurídica. 15 Por Io demás consigue especial relieve, dentlo del panorama actual, el libro de Joachim Hluschka, que tlata de la complensión o intelección de los textos jurídicos en cuanto búsqueda de la transpositividad hermenéutica del Derecho positivo. 16 Estas sin'rples indicaciones acerca de las apoltaciones de la literatura más leciente en tolno al tema Hermenéutica y Der:echo, son de por sí más que \,r,uu suffcientes para demostrar su actualidad e importar-rcia. En cierto modo todos ,iy,n estos trabajos pletenden sugerir que se trata de una auténtica res not:tL en la '1tu' Filosofía del Derecho y en la Teoría del Derecho, bien en general bien de una de lo, .u*o, jurídicas en particular. Sin embargo Áta lrovedad se .i,f,, "udu reduce a la forma en que se presenta dicho tema y no afecta al fondo del asunto, ya que el tratamiento hel'menéutico del Delecho, va fuera en conexión con Ia Teoría de la interpretación jurídica o bien en relación con la doctrina del método, es bastante antiguo. Parece también evidente que, en la may.olía de los casos, el planteamiento a'io' ¿g¡.r.1 del tema Hermenéutica y Delecho es bastante deflciente. Colno ocurre '*,a1. ¿n¿n vez que una disciplina, o rrn vocablo antiguo o lluevo con carga filosófica suficiente, se ponen de moda, sulge inevitablemente el interés de los juristas más perspicaces en proporción a Ia utilidad que tal novedad puede prestar a Ia Ciencia jurídica. Esto es mucho más explicable tratándose de vocablos con una notable tradición histórica er1 ei propio campo de la Ciencia jur'ídica, aunque ese pasado histórico no siempre sea debidamente conocido. Este parece ser el caso de la actu¿l Hennenéutica iurídica. 1a "Die Geschichtlichkeit des Rechts im Lichte der Hermeneutik", en Fesúsc/r.rift fiir Rarl Engisch (Franfurt a. M., 1969), pp. 243-273; posteriormente e¡ Rechtstlrcotie. Ansiitze zu einem k¡itischen Rechtwetstiindnis, hrsg. von A. Kaufmann (Karlsruhe, F. C. Müller, 1971), pp. 81-102. 15 A. Kaufmann-\4/. Hassemer, Grund¡trobleme det zeitgenóssischen Rechtsphilosophia und Rechtstheoria (Frankfurt a. M., Athenáuni, 1971), írltimo punto del tema IY, Rechts- plúlosophie und iuristisclrc flermeneutik, pp. 33-34, y el írltimo tema: J¿¿risúiscáe Logík und iuri;tische fI ermeneutik, pp. 65-72. rc ¡. Hruschka, Du Verstehen xon Rechtstexten. Zur henneneutischen Transpositiaitiit tles posititcn R¿ch¿s (München, C. H. Beck, 1972). También es importante el trabaio de H. Hatz, Rechtsprache und iu'istischu Bogriff . Vom ríchti.gen Yerstehetx der Rechtssatzes (Stuttgart, Kohlhammer, 1963), que comienza con unas consideraciones muy útiles poniendo cle maniffesto la necesidad de la Herrnenéutica para los juristas. Herntenéutica q DerecLlo 349 Un adecuado planteamiento del ten-ra Hermenéutica y Derecho, desde una c{"ri L-(ruc, ri,,." 4r,1. ¡.¡.1,, perspectiva amplia y, en cuanto posible sea, omnicomprensiva, exige bastante más de lo que hasta ahora se ha hecho. En efecto, su apropiado enfoque exige clarificar por Io ntenos ttes puntos fundamentales. En primel lugar, escla- .l ;\ recer el origen etimológico y el primer uso literario de la palabra hermenéutica, ' f,r!lürrd y segr,ridamente, una vez que ese uso estuviete ger-reralizado, es preciso clariffcar la historia del concepto, que en este caso crlenta con una larga tlayectoria, aunque con mavol densidad en unos momentos que erl otros. En segundo lugar, habrti que exlloner e ilustrar' las cuestiones básicas debatidas por la Hermenéutica filosófica actual, cu¿iles son las que atañen ál núcieo eseücial del problema hermenéutico, que. comúnmente se identiffca con el problema de la intelección, y, dentro de esta cuestión básica, las referentes a la esencia 1, estructura de la intelecci«ln, su contenido, sus condiciones y sus límites. En tercer lugar, habrá que mostrar en qué medida todo este complejo doctrinal es aplicable al Derecho, hasta qué punto se aploximan a é1 la Helrnenéutica jurídica tradicional y sobre todo ia Hermenéutica jurídica actual, para concluir examinando las posibilidades, condicionamientos y lin.ritaciones de una auténtica Hermenéutica jur'ídica que esté a la altura, no sólo de la Hermenéutíca filosófica actual, sino también de los demás tipos específicos de Hermenéutica existentes en nuestlos días, como son la Hermenéutica bíblica y teológica, la filológica, la histórica, etc. El desalrollo de este amplio programa exige ciertamente un espacio que excede con mucho las dimensiones de este trabajo. Por elio me limito en él a anticipar las líneas generales de lo que, como resultado de mis investigaciones actuales, espero poder ofrecer pronto en forma de liblo. Esto explica que, en bastantes aspectos, presente mis opiniones de manela casi esquemática e incluso fragmentaria, aunque siempre he procurado ser fiel al propósito de aludir' a todas aquellas cuestiones que estimo deben ser tenidas en cuenta. I. "i1 r*{e k(crr i,\ :), 1ri,,*i,. irFr - -.\o 5: v " OnrcrN »r¡l rÉnlcNo E HrsroHrA DEL coNcEr,'ro La palabra "lrermenéutica" procede etimológicamente del verbo griego del que son derivados los sustantivos ég¡rrireúc, hermeneuta, y éppr¡- (,hy¡¡¡ vai«, hermenéutica. La raíz etimológica de ép¡r1veóto es incierta, pero apunta en todo caso a una significación primalia equivalente a hablar o decir, coin- ép¡rr¡vaúo, cidente con la que expresan los términc¡s latinos aerbum y dicturtu. Desde muy pronto esta significación originaria se ramiffca en tres direcciones, que se refieren a afirmar o proclomar, interpretar o explicar y trasladar o traduci,r. No es ", 1, , Marcelino Rodríguez 350 M oli.nero ¡r) fácil determinar cuál de los tres signiffcados alcanzó preeminencia sobre los -ii:\o¿"-6, en el uso lingüístico. Lo que sí puede establecerse con suffciente segu- 'v'{ir:;; ; , *,,i, ll-^ "'^"' ridad es que se tlata de valiaciones de aquella significación básica que, filosóficamente expresada, quiele decir "llevar a la comprensión" o "hacer posible el acceso a la intelección", o también de "hacer de intermediario para la commilas, claro está, a los distintos modos o maO¡ensión o la intelección", con que el problema de Ia complt»rsión o iutelección se n-ranifiesta. El i-r"ru, "r, "'hermenéutica" connota, pues, una pluralidad de significados, que sin término embargo se reconducen todos a una raíz lingüística comltn, cuya significación fundaÁental es la de "hacer algo comprensible o ilteligible", conseguir que lT algo pueda ser plenamente entendido. pelo sí bastante probable, que eI térseguro, es suficientemente Tampoco .ni"r "Iiermeuéutica" haga.efe."rrcia al dios Hermes, cuyo oficio era servir de *"rrr¡"r-o de los dioses áel O'limpo 1' a quicn además se corrsidelaba cteador del lenguaje y de la escr.ilura como medios de comunicación el-rtre los hombres. Lo q.re sí es cier.to es que en la lengua griega se utilizalon el término "hermenéutica" y sus derivados, así como los demás vocablos afines, para exPresar ,.!,¡;r ]¿ for.ma o *odo que una sentencia u oráculo de Ia divinidad debían ser "r.l entendidos. En cuyo caso el término "helmenéutica" tendría un oligen puramente mitológíco. 18 En el uso-profano aparece, pronto tanto la forma 'erbal como las formas sustantivas, comprobaDdo esa significación originaria de medio de comunicaintelectiva entle los dioses y los hombres' Así, pol ejemplo, los textos " 3,i ción 1,, *l'" .1" Platón en el Syn'tposion 202 e y en lon 534 e. No tardó tampoco en ser utit ?1,,i lizado el término "hermenéutica" como designación técnica de una materia concreta. Aparte de ]enofonte en sJs Memorabília, IV, 3, 12, y el diálogo quizá espúreo cle Platón, Epínontis 975 c, quien lealmente 1o acuña como tértnino disciplinar técnÍco es A¡istóteles ai dar el títu1o de flepi ápFlveiac al pequeño trata^ilo lógico el] catolce capítulos que había de seguil a1 libro de las Caúagorías y pi.eceder a los Primoros Analíticos.1r) La fortuna de este pequeño t,atado ,ro fue inferior al de los clemás esclitos alistotélicos, no só1o en el mundo helenístico, si¡o también en el árabe y en el latino, como demuestran los reperz Cfr. C. Ebeling, art. "Hermeneutik", en Die Religion in Ceschichte und Cegenuart, 3. Folge, III (Tübingen t959), pp. 242-262. rg ili.. E. Ebehíg, aft. cir.l E. Coreth, Grundf Herder, -- ;tir 1969), Einleitung. la ragen der Llenneneutik (Freiburg il Br' cuidada por I. Bekker, Aristoteles gtaeca (Berlin, erlición princip"al sigue sienclo Academia regia biuss.,^1831). Como edición menoi latina es recomendable la de L. Minio paluelo, CatZgoriae et Liber da lnterpretatione (Oxford, Clarendon, Press, 1949). En español v. la d. F. ile P. Samaranch, Aristoteles, Obras (Madrid, Aguilar, 1964), pp' 257-273' Ilermenéutica y Derecho 351 y traducciones que de él se hicieron. En eI mundo latino debe recordarse Ia primela tladucción conocida que fue hecha por Marius Victorinus a mediados del siglo rv; dos siglos más tarde, en el siglo vr, hace su traducción Boecio con el título latino De interpretatione, que pasó a ser la traducción más ffdedigna en la Baja Edad Media latina hasta la versión debida a Guillenno de Moerbecke a mediados del siglo xrr pal'a uso de Sto. Tomás. Entre ]os comentarios se hicieron célebres los dos de Boecio, uno breve y otro amplio, y posterior.mente el que hizo sto. Ton.rás utilizando la traducción de G. de Moerbecke. Aparte de eilo hubo múltiples vulgalizaciones del texto o de parte del mismo, y una cadena de citaciones,- explicitas o implícitas, en una serie de autores. Casi siempre sin ernbargo, excePto en el caso de Boecio, el título del tratado aristotélico no fue latinizado, sino que siguió usándose, aunqrre con caracteres latinos, el título griego Perí Hermeneías.2(rEstos pocos datos son sobradameute elocuentes para desmentir' la afir'mación de que el concepto filosófico de hermenéutica no se formó hasta ia época moderna, que algún autor matiza con la observación de que el término griego no fue aceptado, ni siquiera como vocablo extraljero, en la lengua latina. Tales cosas sólo pueden ser dichas por quieles demuestran aI hacer]o cuál es el grado de su formación humanística y filosófica. Desde muy pronto surgieron también dos tipos de Hermeuéutica: la Hermenéutica sacra y la Hermenéutica profana. Su diferencia estribaba primordialmente en el distinto obieto de una y otra' Había sil duda puntos de referencia suficientemente explícitos para 1a corfiguración de un tipo de Hermenéutica cuyo objeto fuera la interpretación y aclaración del sentido de la Escritura sagrada. Eu efecto, ya en la litelatura cristiana plimitiva se encuentran usados varios vocablos de esta raí2, y casi siempre con el significado técnico de interpretar o declarar, es decir, como sinónimos de exégesis. Así en Lc 24, 27 se utiliza el verbo compuesto Drep¡r'4veúerv con la significación precisa de interpretar Ia Escritura. Otros vocablos son utilizados por San Pablo en I Cor 12, 10, 30 y L4, 5, 23,26-28, con idéntica significación. Apalte de ello el propio vocablo éo¡rrlvaia quedó consagrado como título equivalente al latino de éppr¡veutrz.á tstp).ia"Commentari¡¡r", y se denominaron libros hennenéuticos en forma de glosa. a los glosarios o comentarios Por su parte, la I{emenéutica profar-ra se basó principalmente en el desarrollo y comentario del pequeño tratado aristotélico. Tuvo así un marcado carácter filosófico, aloiada eu el campo de la Lógica, ya que eI Perí Harmeneías tidos comentarios 20 Boéce Cfr. sobre ello el excelente estudio de J. Isaac, Le Perí Hetmeneias en Occident de a Saint Thontas. Histoire littéraire d,'un Traité d'Atistote (Paris, J. Vrin, 1953). [¿¡¡n¿n.drL íú^ " f+rr* ,* p.$i ll,,ii: ,