le,guaje, hablado o escrito, er q,e c¿da unidad ringüística ,""it" ,o

Anuncio
360
M ar
celino
Ro
tlríguez
M
olinero
r'ía por la que ia Hermenéutic¿ enriq.eció su pobre contenido a,terior, y por.
donde-el Derecho llegó al encuentro con la Hermenéutica haciendo posible una
específica Hermenéutica jurÍdica. Los diversos tipos históricos de interpretación
han sido asimilados, de forrna más o menos concordante o coinciclente, por tra
Hermenéutica y po. el Derecho. ciertame.te que la Hermenéutica actual,
sobre todo Ia Hermenéutica filosófica, ha ido mucho más allá de lo que la
doctrina tladicional de la interpretación, en sus diversas modalidades, había
conseguído. Debido a ello ha alcanzado en cierto modo que los tér.minos cle la
relación se invieltan, y si antes la Herrnené.tica dependía de la Teoría de
lzr i,terpretación, ésta depe,de ahora de aquélla o por lo menos tiene que
reconoce¡le un lango pleeminente a la hora de indagar- cuál es el sentido de los
objetos o cosas interpretables. A esta preeminencia no pr-rede ni debe sustr.aerse
el Derecho. sería u.a grave autolimitación que el Derecho renu.ciara a ta,
provechosas conquistas. Lo cual no quie'e decir que, por hacer ese reconocimiento, haya de movelse en dos esfelas o planos diferentes: una que sería la
esfera purarnente interp,etativa, regida por los cáno.es tradicionalei y dirigida
pol los consabidos métodos, y otra la esfera encaminada a la búsqueda del
sentido, concerniente a la labor hermenéutica. si el Derecho no puede ni debe
renunciar a la aplehensión y captación de la obietiaid.acl latente en los hechos
v en los dicta que n'raneja, tampoco debe mantenerse ajeno a las pretensiones
he.menéuticas, cual si se tratara de una tarea que nada tiene que ver con su
modo de ser. Aparte de ello, el Derecho, en cuanto modelo regulador del orde.r
social, se apo)¡a en .unos princiTtios y hace referencia * uno, unlorus, unos y otros
enraizados ó,ticamente en el des,udo orde, d.el ser, como, por. ejernplo, el
principio de dignidad de la persona hurnana o el valor cle la justicia, qrie sólo
la labo¡ helr¡enéutica puede esclarecer debidan-rente.
4. La estructura del Derecho, sobre todo en cuanto order-r positivizado, se
presenta ante nuestla vista como una totalidad armónica y coherente y, en
cnanto Ie es factible, exenta de contradiccioues. Las unidades singulai.es o
individualizadas que componen esta totalidad, no han de ser interpretadas de
una manera atomística. En esto el Derecho se asemeja otfa vez al lenguaje,
sobre todo al lengtiaje escrito o plasmado en textos. Lo mismo que ocurre en el
le,guaje, hablado o escrito, er q,e c¿da unidad ringüística ,""it" ,o sentido y
significación de otra unidad superior, también en el Derecho cada uniclacl sin-
Hermenéutica
y
Derecho
36I
una totalidad, es una de ras metas de ra función herme,éutica. por
ro que
¿l Derecho pudiera objetarse que esta tarea la curnple, sobraclame,te
ra
llamada interpretación sistemátíca o en su caso la interpr.ietación
histórica. Sin
embargo, el sentido inteligibre por ra Hermené*tica buJcado,
e, cua,to e,raizado en u, co,texto r-rir-:o, escapa totalmente a aquellos dos tipos
de interpreta_
a.tañe
ción tradicional.
5. Por últirno, co,viene natízar si lo dicho acerca der núcleo der problema
Irerrnerróutico es o rro es apricab.re ar Derecho. Tar núcreo
consistía, como vimos,
enla intelecci'ón o comprensión der senticlo, pues bien, se ha.epetido
hasta Ia
sacied-ad, principalme.te por parte de argunas
direccio,es de per:rsamiento jurídico de nuestLo siglo, que ra labor i,teipretativa en er Dereáho
nu,ca puede
ser reductibie al razo,amiento deductivo, o a Ia mera
aplicación cle la Lógica
silogística t.adicio,al y mucho r¡enos de Ia Lógica
-atárática o de Ia Lógica
simbólica. Para ello se obser'a, con plena rarón, q.,e ia i,ter.pretació. jurídica
ürciuve siemp.e un nomento capitar, que es er qie condu""^^
r, iLecisiór. st
esta decisión ha cle ser acertada, tendrá que basarse
erl una comprer-rsió, cabal
del sentido, es decir, etlaintereceión der asunto que hace ras veces
de objeto.
r'os caracteres que se atrib.ye, a la intelección son
sin d,da la,-rejor garantía
de haber conseguido captar la verdad y, en cuanto es posibre
a ra nrente huma,a, toda la verdad, contenida tanto en los hechos y actos jurídicos enjuiciables
como en las normas jurídicas aplicables.
Hay sin duda otros múrtípres aspectos de ra reración mutua e,tr.e
Herme-
y De.echo que por ro *erros debieran ser. apuntados. se trata sin
embargo de aspectos parciales, pues ros fundamentale,
{.,"d",. va co,signados.
Y aunque Ia discusió, de ro-s aspectos parciales de ,na reración contribiyen,
a
veces decisivame,te, a la solución del problema de fondo,
una vez rnás la falta
de espacio y el carácter de me¡a o¡ientación prelimi,ar q,e tie,e
este trabajo,
jrstifica, la ausencia de su tratamiento. En cualq'ier caso,-siernpre
ser.á legítimo
néutica
concluir co, Arthur Ka,fma,n: "Mit der Arsaibeitung einer
iuristische, Herme,eutik zeichnet sich ein gemeinsames Forschungsfeid uo, Rechtsphilosophie
,nd Rechtstheo¡ie ab". ao No ot.a cosa han pretenáido estas pági,as al contri-
huil a un adecuado enfoque del
tema.
gular individualizable recibe los suyos de otra de mayor ralrgo dentro de la
totalidad del conjunto. La verdad es que esto mismo ocurre en Ia misma realidad
cle las cosas materiales, en las
q,e los elementos simples so, aislables y desintegrables, i.cluso el átomo, pero pierden su sentido aislados entre sí. pues bien, Ia
captación de este sentido, dependiente de la armonía y coherencia dentro de
40 A. Kaufmann-w. Hassemer, Grundpnblente
rJu zeitgenóssiscrwn Rechtsphilosophie
und Reclústheoríe, cit., p. 34.
24.-lf
Marcelino Rodríguez Molinero
Hennenéutica
formaba parte del Organon aristotélico. Dentro de este marco fue divulgada
., en el ,.,rrirdo latino por hombres que compendiaban y trasmitían el saber de
en el mundo hispano
-^!,i(ut' ,r, época, como Cassiodoro e' el Impe'io godo, S. Isidoro
v\!¡"
fue ampliamente exárabe
mundo
el
En
carolingio.
el
Imper.io
y Aicuino en
por Alfarabi,
Lógica,
particularmente
la
de
parte
como
desarroilaJa
puesta
-Ngur"l',y
Avicena y Averroes. A partil del siglo xtt el Perí Hermeneías se inclu-
tica Élológica
352
como materia de enseñanza obligatoria al lado de las Categorías, de los
ye
'Primeros
y Segund.os unalíticos, y de la Tópica. Esta enseñanza se generaliza
y extiende considerablemente en los siglos xIIr y xlv con la creación de ]as
11
lr\
,'trt,
,s
,
t_',,
F\ltt"
. I
",Ñ,,\
\
\
-I r'.\\
.
It,
primeras Universidades europeas.
En los siglos xvu y xvrrr ven la luz pública.las plimeras oblas con el título
va ltler-,arrrente latinizado de "Hermenéutica". Fue el exegeta bíblico J. C. Dann'rrr,r".,
a" confesión protestante, quien en 1654 publica una obra con el título
Hermeneutico sacra siae metl'todus exponendarutn sdcrarunx litteraruttt,2z sustituyendo los términos en uso durante el siglo xvr de Interpretatio, claaes intergirabarr en tomo a Ia
Trruiond,í, Regulae interpretationis, etc', todos los cuales
,oz "irlt"rp.Jtatio". Desde entonces el término "hermenéutica" suplanta al de
"interpretatio" en los títulos de las obras de exégesis bíblica esclitas por autores protestantes, siendo célebres las de j. ]. Rambach, Institutio l-Iennaneuti'cae
2a quien no debe sel consaciae'" y de A. Pfeiffer', Thesaurus hermeneuticu's,
Elementa Hermeneuticae
unos
fundido con J. E. Pfeiffer, autor a su vez de
2á
las primeras obras
también
Por este tiempo aparecen
sacrae et uniaersalis.
del siglo xvur
finales
a
Y
ya
término.
eu lensua alemana utilizando el mismo
católico:
campo
del
dentro
similar
título
con
obra
," l" I'r-,, pública la primera
V'
T'2c
sacraa
Hermeneuti'cae
j'
lnsti,tutiones
tp"tget,
fue la de J' Mot
Lo más importante de todos estos datos es observar que casi todas las
obras de la época dedicadas al desarrollo de la Hermenéutica sacra, no se
''."* li-i ub", u .,ri, labor exegética de los escritos bíblicos, sino que en ellas se
úr\'rn''
capítulo, *ry d""r'rsos cuyo conteniclo pertenecía a una Hermenéu-
y Derecho
353
y filosófica. Por esta vía nacel'ía precisan'rente la modeln¿ ÉIerÉl. "taeve¡
tanto fflológica como filosófica'
plofana,
menéutica
(t
la
interpretade
lo.oene{r,',,,
la
doctrina
cor.r
conexión
Al propio tiempo, y también en
"i.",',r'! {;
exemotivaciones
totalmente
de
casi
ción, aunque en este caso independieDte
"*
jur'ígéticas bíülicas, se desarr-olla una peculiar y muy definida Helmeléutica
áica, cr,ltivada princil:almente por Iomanistas y tlatadistas del Iüs ciaile. De
ello es una mt estra elocuente ia obro de ]oh. vo,, Felden, coll Lrn tífulo ta,.
significativo como éste: Hermeneutica generdlis, sau doctrintt cle i.nterpretatione
el genuinis principi,is deducta et atl leges ci'ailes -applicata'2| y la un poco
posi".io, de Chr. H. Eckard, sinrpleme,te intitulada Hermeneutica iuris.28
5¿.¡i6 ¡,,,ui.i-r'
La separación radical entr.e Hermenéutica sacra o bíbiica y Hermerréutica '¡¿
i'ir, r ,r I ir,
Daniel
Friedrich
xvru
siglo
del
profaüa o filo.ófica ia efectúa en el último tercio
prfu¡', f,,r,
intirlanuscrita
obra
una
deja
ichleiermacher, quien, aparte sus prelecciones,
herde
concepto
del
acelca
t]llad^a Llermeneutik.2s En otro pequeño escrito
menéutica trata de demarcar ]a diferencia que existe entle la Ilelmenéutica
Fr. A' Wolf
filosófica por é1 iniciada v la Hermenéttica filológica cultivada por
razón el
con
merecido
so
ha
Ie
y Fr. Ast. El acielto cle Schleiermacher, que
e.
haber'
consistió
(moderna!),
ápelativo de padre de Ia Hermenéutica filosóffca
es
decir',
"Kunstlehre
Verstehens",
des
cinceptuado la hermené..tica como una
PrecomPrender.
o
entendel
del
como uüa doctrina sobre el arte o técnica
forma
de
desenvolvía
se
"Kunstlehre
verstehens"
des
cisó además que clicha
desarrolla sus
c1ue, partiendo d"l ,i*pl" hecho del entender o comprender'
del lenguaje
naturaleza
c1e
la
extrayéndolas
utt círculo
ogto,
"".rudo, expresión similar a la de "aus der Natur der'
",
der Natur der Sprache",
-Iur$
de las condiciorr¿s fundamentales de las
época
sache" ya utilizada
-y
"r, "rtu
relaciores existentes entre los que hablan'
Las aportaciones de schleiermachel hubieran quedado sin embargo en la $) l1f.r7
de no haber sido actualizadas y reelaboradas por Wilhelm Dilthey,
,r
p"rrr*b.á
"on,"nían
zr Cfr. J. Isaac, o. c., pp. 35 ss., quien ofrece una serie de cuadros ilustrativos de las
y graficos sobre
enseñanzas
irog.umadu"..^^ulgrro. de-los mtis conocidos centros docentes,
latinas
del pequeño
iú-".o de copia-s realizadas en Occidente de las versiones
tratado aristotélico.
22 Esta obra fué publicada en Strassburg en 1654.
z: Jena 1723.
z+ Ll titulo completo de la obra es Tltesaurus hermeneuficns, sioe de legitimü sctiPtutde
sacra.e interprctatio¡-¡e trartatio luculenta, pridem etiam hermeneuticam sacrarn quae et
integra hi.c iepeti.tur, 2. ed. (Leipzig et Frankfurt 1726).
ls ¡ena Ii43. El mismo autor publica ttas Tttstitutiones Hetmeneuticae sacrae oeterurn
et ¡ecintiorum et propña quaed.am praecepta complexae (Erlangen 1771).
el ascenso d'"1
26
Wien
1776.
-lil---bru
fue publicarla en el siglo xvrr, "ohne Anzeigung des Jahres", en Frankfurt
und Leipzig, tal coiro se explica en.la reedición de Lcipzig 1746'
zs ¡áa'1750, con sucesivas reediciones.
---^r-^-^ -----l eingeleitet
2s Cfr. 1a edici¡n HeÁene*tik, nach Handschriften neu herausgegeben
-u,d Philosovon H. Kimmerle (Abhancllung", á", [leirlelberger Akademie der wissenschaften'
Hcidelberg 1959)'
phisch-historische
*"r.^¿;;.:.¡;;; Klasse.Beqriff
der"Hermeneutik mit Bezug auf F. A. Wolfs Andeutungen
áen
3 (Berlin 1835),
und Asts Lehrbuch", en Ftiedrích Schleiermaclrcrs Siimtliihe Werke, fl1,
,Zueck
no. 344-386. De Fr. A. WolÍ, »outellung d'er Altertumsu:issercchaft nach Begriff,
íí¿ i"íi1nri^^ia07j. D.1.. AsÍ, Grind.rini.n det crammctik, Henneneutik und Kritik
(Landshut 1808).
M arcelino
354
rÍ
f!r'"
$. "d*
, i^,
Rodríguez
M oliner o
Hermenéutica U Derecho
,J'))
quien entre otros dedicó rur libro a Ia vida del filósofo pietista. sl Dilthey deffne
la Herrnenéutica diciendo que es "die Kunstlehre des Ve¡stehens schriftlich
fl*i"rt"n Lebensáusserungen", es decir, la doctrina sobre el arte o técnica del
l¿rs exteliorizaciones o manifestaciones de la vida fijadas por es"o*p.endel
crito. Pero además Dilthey asignó a la Hermenéutica la misión de fundamentar metodológicamente las Ciencias del espíritu, cuyo carácter científfco era
para él indiscutible, aunque partiendo de un concepto de ciencia sólo analógico al aplicado paltr las Ciencias de la naturaleza.
Es así conro, a ¡:artir de Dilthey, el lenguaje filosóÉco usual, sobre todo
el cor-rierte en algunas m¿lifestaciones comprendidas bajo los rótulos de É1osofías de la vida y de la existencia, extendió de tal modo el uso del vocablo
néutica todavía subsistentes en la actualidad, y por supuesto la Hennenéutica
jurídica, por muy esplerdoroso que fuera su momento presente) han quedado
bajo la influencia dilecta de la Hermenéutica fflosófica. Por ello es necesalio,
antes de pasar al examen corcreto de Ia relación entre Hermenéutica y Delecho, referir los elementos doctrinales fundamentales de la actual Helmenéutica
a expresar con él la interpretación del sentido de
EI núcleo del ploblema hermenéutico parece estar constituido, de acuerdo
10 últimamelte expuesto, en la interpretación del sentid.o; dicho con otras
lraiablas, en 1o que siglífican los términos entender y comprencler. Si esto es
así, es necesafio preguntar: ¿Qué signiÉca en[entler? Para dilucidar conve-
"lrermenéutic¿r", qlre llegó
I la vida v dcl nlundo. particulat'mente del ilamado mundo humarro y de Ia
t 4rt¡fttr
tfi{
'"' L/" vida y erister-rcia humanas. Dentlo de esta nueva línea ha sido M. Heidegger
quien, aprovecl-rando al máximo las innegables conquistas del método fenomenológico de E. Husser'l, llegó a configurar la Hermenéutica como una Fenomenología de la existencia hurnana. De este modo Ia Hennenéutica quedó convertida en ia interpretación del sentido óntico de la propia existencia y de la
cornprensión del ser en general a través de ella.32
Ha sido no obstante mérito singular de FL-G. Gadamer recoger todos
estos piarrteamientos anteriores eu su gran obra Verdad y Método, haciendo
una sistem¿rtización clala de los problemas fundamentales con vistas a fijar las
líneas dilectivas de un¿ ariténtica ÉIermenéutica fiIosófica.33 Esta obra, así
como algunos escritos complernentar-ios posterioles, elevaron el nivel de la
Hermenéutica filosófica de tal modo, que los oh'os tipos específicos de Herme3r Cfr. W. Dilthey, Dos Leben Schleiemachers, aus dem Nachlass hrsg. von M. Rede-
ker (Berli¡: 1966). También "Die Entstehung der Flermeneutik", en Gesatnmelte Sclzriften,
Bc1. V
'32
(Leipzig-Berlin 1924), pp. 317
E\
ss.
Untanüegs zur Sprache (4. ed., Pfullingen, Neske, 1971), dice Heidegger, reffriéndose a la Flemrenéutica en S¿in trnd Zeit (1927, 11. ed., Tübingen 1g67), 1o iiguiente;
"En Ser y Tiempo, I'Iermenéutica no significa ni la doctrina de1 arte o técnica interpretativa,
ni la interpretación rnisma, sino más bien el i¡tento de deterninar la esencia de la interpretación a Partir de la esencia hernenéutica de la existencia, quien, entendiéndose orr'ginariameñte, se inter?reta ¿r sí misma en e1 mundo y en la historia".
Sob¡e algunos aspectos
genéricos, pero sin referencia concreta al problerna hermenéutico,- v. J. Corts Crau, Ánotucirntes preaias aL pensanziento aico-itn'íclíco cle M. Heideggar. Lección inaugural del curso
1970-71. (Valencia, Universidad, 1970).
ae Cfr. la 3. ed., cit. (Ttibingen 1970). También, "Die Natur der Sache und die Sprache
der Dinge", en Ptoblent untl Órdnuttg, Deutsclrer Korrgress fü Philosophie (Meisánheim
19_62), pp 26-36; art. "Verstehen", en Die Religion in Ceschichte und Gegenuart, 3. Folge,
Bd._VI (Tübingen 1962),
(Tübingen, Mohr, 1967).
I38l
ss.
\
sus "Kteine Schriften", Bd.
l,
philosophie-Herneneulik
Ílosóffca.
IL
ErDEL
^*úcr,po
DEL lRoaLENra s¡nrumnáurrco
LA
INTELECCION
O
CO\{PRENSION
SENTIDO
con
nientemente esta cuestión previa, sería pleciso hacer tainbién la historia de este
,concepto y el de su sinónimo comprender. Sin embargo, el cun-rplimiento de
.esta tarea enunciada nos llevaría demasiado lejos. Por ello habrá que lirri-
tarse a recordar algunas ideas básicas comúnmente admitidas. 3a
En la época de la filosofía griega se estableció 1,a, sobre todo por palte cle
Platón y Aristóteles, la distinción de voc,q y ltávota. Esta distinción fue recibida er el mundo latino y traducida pcr intelectus y ratio, siendo profusamente desarrollada por la filosofía medieval. En uro de los múltiples textos que
Sto. Tor-nás dedica a esclarecer esta distinción, nos clice que el entencler con.siste en aplehender o captar simplemente la verdad inteligible, mientras que
.el razonar consiste en proceder de un inteligible a otro pala collocer la verclad
inteligibie.3á Y al tratal de la pludencia enseña que, aunque el intelecto y la
razón no sorr potencias divelsas, no obstante se denominan así por los diversos
actos, pues el nomble de intelecto se refiere a la íntima penetración de la
verdad, mientras que la lazón implica inquisición y discurso. sc
Esta dualidad entre intelecto y razó:n pelsiste en la filosofía medieval tar,día y también en el Renacimiento. En cambio" en el racionalismo rrodelno, a
34 Cfr. sobre ello, dentro del
¡rrograma dirigiclo por Erich Rothacker:, cuya ffnalidad
astriba en allegar "Bausteine zu einern historischen Wórterl¡uch", e1 extenso estudio de K. O.
Apel, Das Yerstehen. Eino Problem¡4eschichte als Begriffsgeschichtr:. en la colección "Archiv
für Begriffsgeschichte", Bd. I (Bonn, H. Bouvier, 1955), pp. 142-199.
35 Stnuna tlrcologi,ca, I, 11. 79, a. 8.
:16 "... etsi intellectus et ratio non sunt dive¡sae potentiae, tarnen denomina¡ttur
ex
diversis actibus; nonen enim intellectus surnitur ab intima penetratione veritatis; nomen
autem rationis ab inquisitione et discursu". Surnma theol., II-II, q. 49, ¿. 5, ad 3.
t,'le "'"t
'
ti.-"i".,r, .
1f
'l
¡
356
Marcelino Rodríguez Moli'nera
I{ermenéuti,ca
357
y Derecho
,
y razón se elimina progre!¡-titi'"' partir de Descartes, Ia distinción entre intelecto
fuente autét-rtica a la
como
única
tendrá
huinano
conocimento
el
t,. iivamente,
((lJ' razón. El auge alcanzado en esta época por las Ciencias físico-matemáticas,
y los criterios de verdacl por ellas sustentadas, fueron factores muy propicios en
favor de una eliminación casi total de la distinción clásica entre intelecto y
razón. Aunque los vocablos latinos intellectus y ratio fueron traclucidos al alemán por Yerstand y Yernunft, el primero de ellos de la misma laíz que el
verbo oerstzh¿1i., 1o cierto es que, en la época del lacionalismo precr'ítico, los
y sus
tér-minos comúnmente aceptados y utilizados ftteron Vernutrfi
-Iazónevocar
Baste
racional-conceptual.
, ". derivados, que aluden al puro pensamiento
Iti#4ir't pala convencerse de ello la serie de obras escritas por Ch. Wolff en lengua
alemana, entre 1713 y 1728, cuyo título comienza generalmente con las palaracior.rales- ... übel die Grundbras verniittftige cedanke...
-Pensamientos
sátze der Logik..., der Ethik..., der Politik..., etc. Todavía en la evoluciórr
posterior, atlnque en algunos casos como en Kant )' Hegel se vuelva a admitir
la diferencia enh-e inteligencia y razón, es esta última quien tiene Ia primacía. Bajo el concepto positivista de la ciencia era obvio que la razón consert,t(r.L út . vara y acrecentara sus plivilegiados atributos. Habrá que llegar a la distinción
,:1 ,\*, entre Ciencias de la naturaleza y Ciencias del espíritu a ffnales del siglo xrx
1 é) 1"'{ para que el cn"tender y el comprender
como opelaciones propias
nn asur-rto", "que se lesponde cle un asunto"... Toclas ellas además, y esto
corviere lesaltallo, han sido y sigten siendo utilizadas en el lenguaje jurídico,
-verslehen-,
del intelecto, recobren su antigua misión.
Este pasado histórico-conceptual constitulzs l* base de la que en todo caso
habrá que partir para acceder al problema de fondo, que no es otlo que el
de la intelección. Fteonvia en efecto a una distinción fundanental, que es la
contenida en la dualidad inteligencia v razón, no como potencias anímicas diversas, sino como funciones de un mísmo sujeto cognoscente. Y nos sugiere
además que el entender pertenece a la función intelectiva, caracterizada por
una especie de aprehensión o captación inmediata de la verdad inteligible,
a diferencia de la función cognitiva de la razón, que es discursiva y, Por tanto,
metliata. sl
Desde ul punto de vista lógico-semár'rtico es preciso sin embargo profunür
todavía más para aclar.ar lo que significa el término entender. P:ues
dizar
_nY*'
¡
{',
l"ri".,grrÁ románicas, por ejemplo entender
, bien, tanto las palabi'as usadas
",.
'" I
en español, intendere en italiano, entendre en francés, todas ellas derivadas del
verbo latino intelligere, como Ia palabra alemana aerste.hen o la inglesa unders'
tand, coinciden en una significación fundamental, que es la de "comprender
Cfr. sobre todo, particularmente sobre la ffgura de la mediaciór¡ en el conocimiento
racional, E. Coreth, Grundfrugen d,er Hermeneutilc, cit., parte 2.", cap. L
3?
¡tln"ry"l-e.'l
1
procesal para declarar que "entiencle clel caso" aquel que se encarga de lleval'
un litigio. Es i[rcluso muy posible que, apoyándose en este uso lingüístico
jtirídico-pr.ocesal, se desarroilara después una significación rnucho más general, sobre todo desde el punto de vista prtictico, en el sentido de que "enten-
un caso" o "entetder en Lrn asunto", significara tanto Como tener conocimientos y saberlos aplicar para resolvel una cuestión determinada.
r»n1e.,:,.:;,
I
I
I
i
delet
I
-r{l
Apuuta {f.^¡.-^"
clel
senticlo. Conseguido este objetivo, se realiza plenamente la funciór-r irrtelectiva,
es decir, la intelección Ahola bien, llegados a este punto, la diffcuitad radica .
r
en saber lo que es senticlo, meior dicho, qué quelemos exPl'esa}'cuando habla- '1"c *,.o'
.,
*$1"¡
a't1os (le o preguntamos por el sentido ¿á las cosas. Es evidente que la resfilosóffca que se
1:uesta a esta inter.r.ogante última dependerá de }a postura
tiene un r,t-"l, i ,
ejen.rplo,
analítica,
por
adopte. El término senticlo para la filosofía
del
en
función
los
vocablos
de
semántico
significado limitado al contenido
entre
filosóflca.s,
Pala
otras
posturas
falsabilidad.
cr.iterio de verificabilidad y
ellas las que siguen la filosofía clásica h'adicional o la modelna filosofía de la
existencia, el térrnino set-ttido, dentlo de este contexto, comporta calacteres
,ónticos que deben ser aprehendidos y desvelados por' la talea cognoscitiva
humana. Sin embargo, por este camino se llega, y de hecho se ha llegado ya,
a la cómica y paradójica cuestióü acerca del sentido del senticlo -die Frage
nach rle¡n Sinn des Sinnes-.
,.|¿i.roo*"
señalado eI núcleo esencial del problema hermenéutico, que hemos dicho .",,.- '. n+.t,
está constitnido por el problema de 7a intelección en cuanto comprensíón del edi ^-" *sentido, las demás cuestiones apturtadas, que se lefiereD a la estructura de la
intelecciól, a su contenido, a sus condiciones y a sus límites, habr'á que lesolverlas de acuerdo con Io que acerca de la esencia y caracteres de la ürtelec
ción se haya concluido. Es preciso, sin embargo, añadil algunas ideas comunes
a todas las posibles opciones, o por lo merros fácilmente aceptables. Cuando
decimos que la intelecció¡'r tiene una estructura determinada, estamos declarando que consta de varios elementos armónicamente conjugables. Sin negar
la posibilídad del conocimiento directo del singular, cuestión ampliamente
debatida en la filosofía n.redieval, cuya tesis afirmativa constituye uno de los
pilares fur.rdamentales de la filosofía de Durs Escoto suscrita por F. Suárez
en sus Disptttationes n'teta¡thisicae, hay que puntualizar que la ittelección no
se r.ealiza de una manera atomística. Una cosa es que 1o singular', o Io individual con telminología más actual, sean directaDrente cognoscibles y que er1
E\ entencler, con todo, no
a
se agota en este plano- todavía supel'ficial.
urra dimensión filosófica mucho m:is profunda, que es
la
cornprensión
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
|
I
|
I
I
I
|
I
I
I
I
I
|
I
L
Marcelino Rodríguez Molinero
358
ello radique precisamente la intelección de un objeto dado, y otra rnuy cliversa
que los elementos de que consta el objeto iDteligible hayan de ser necesaria-
rr:rente separados para ser entendidos. EI mejor ejemplo para explicar esta idea
básica noi lo ofr.ece el lenguaje hablado o escrito. La comprensióI del sentido
de un vocablo o de una frase o proposición debe tener en cuenta el contexto
en que se pronuncian o en que estárr escritas. De tal modo que es una verdad
eleilental q.,e cada término debe ser entendido deutro de la proposición de que
forma parte y ésta a su vez dentro de un contexto más amplio, y así sucesi,u*"ri". Po| otra parte, el propio intérplete no puede sustraerse a los condicionamientos impuestos por el hori,zonte e\ q\e se h¿lla instalado y dentro del
cual realiza la tarea de la intelección. Las aportaciones de M. Heideggel y
H.-G. Gadamer sobre este punto, y en otro sentido las observacior.res de J. Ha:r8
bermas, son de un vaior indiscutible.
La cuestión sobre los límites de la intelección remite en definitiva a 1o
que sobre tal aspecto se mantenga de una manera general en la Teoría del
conocimiento humano, con las particularidades que la propia estructura y corldicionamientos de la intelección, como función distinta del razonamiento discursivo, exige y postula, aunque se sirva de los resultados conseguidos por este
último. Estás limitaciones se basan a su vez en la esencial ffnitud y condicionalidad de la mente humana, cuya inteligencia no es una inteligeilcia esencial,
sino que es radicalmente limitada. Al misn-ro tiempo actúan los límites impuestos pár el obieto de la intelección, no siempre accesible ni siquiera a un desenvol'Jimiento potencialmente pleno de Ia función intelectiva. Si la relativiclad es
que actúa la intelección, que en el campo donde
mayor en este campo, ,ob."
"l
actúa Ia función discursiva propia de la raz6n, es una cuestión en cuya discusión no podemos entrar entre otros motivos por falta de espacio'
III.
Aspuctos
FUNDAIvIENTALES DE
LA nsl-.{cróN u¡runr HrnurNÉur¡c.t
v Dnnrcr¡o
El tercer punto básico que debe esclarecerse para lograr un enfoque adecuado de Ia r.elación mutua entre Hermenéutica y Derecho, concierne a la
concr-eta aplicaciór de aquélIa a éste y a la posible coüjugación de los elementos doctrinales de entrambos. Dada Ia extelsión alcanzada ya por este
Hermenéuti,ca
y Derecho
359
trabajo, me limitaré a ofrecer en forma esquerTráüca lo que una orientación
pt.eliminar necesariamente exige. Hecha esta adveltencia, estimo que los aspectos fundamentales de dicl-ra relación se condensan en Io siguiente:
Derecho es primordialmente, desde cualquier perspectiva que se le
contemple, incluida una perspectiva tt'ascendente, una reali(lacl del mundo
hrr-a,]á. Como objeto de conocimiento pelteDece por tanto al ámbito de las
denominadas Ciencias del espíritu o de Ia cultura, o simplemente humanas,
también llamadas ciencias "molales" en la terürinología inglesa. Existe por
consiguiente, como advie¡te coll su habitual agudeza H' Coing, \rna concor'
dancla inicial e,tre los puntos de vista cle la He¡n'renéutica y los puntos de
1. El
vista del Derecho.
Cf¡. J.Habennas, Erkenntnis und. lnteresse. Mit eincm neuem Nachuod (Frankfurt
a. M., Suhikamp, 1968, 2. ed. f973). Tmbién, Hetmeneuti.k und ldeologíakriúik, hrsg.
(Frankfurt a, M., Suhrkamp, 197f,2.,ed' 1973),
J. Haúermas, D.'Henrich und J. Taubes
ion trabaios de K. O, Apel, C. Borntann, R. Bubner, H.-G' Cadamer, H. J' Giegel y el
propio Jürgen Habermas.
e."*",
{,!,.
¡,n.¡
3e
Tanto la Hermenéutica como el Delecho guardan a su vez una relación
ot"tto-lógica con el lenguaia cono medio de comunicación entle los hombres.
Sobre esto, sin embalgo, es preciso hacer una obselvación de capital impoltancia. Es la de que Ia relación Hermenéutica-Derecho-lenguaje no €s ura relación
triádica. Lo cual implica que la relación de la Hermenéutica y Ia relación del
Derecho con el lenguaie no son idénticas y, por tanto, no son reversibles recíprocamente. En cierto modo Derecho y lenguaje se asemejan entre sí en
cuanto ambos son productos espirituales o culturales que, mediante una esPecial corpor.eización, se han obietivado materialmelte. A pesar de esto uno y
otro siguen siendo poltadores de w senti.do y de un significado, provenientes
de su áriginaria condición de productos del espíritu. Estos supuestos los cot.rvierten o1o po, en obieto de Ia Hermenéutica, de modo que ésta se coloca en
2.
Q¿(cn.;¡n tt,-.
Q)
1u*,,¿t",re
cierta -manera a un nivel superior Para proyectar su luz sobre aquél plal'ro
inferior conver.gente en que apal.ecen situados el Derecho y el lengüaje. Aparte de ello, uno de los moldes de que el Delecho se sirve para corpoleizal'se
es precisamente el lenguaje, y quizá el molde prilcipal, pues aquí pensamos
no solamente en el lenguaje hablado sino también en el esclito o contenido en
textos manuscritos o impresos. Desde este punto de vista Hermeréutica 1r |srecho vuelven a aproximalse entre sí, en cuanto que ambos a dos están en
dependencia de las posibilidacles que el lenguaje cortiene 1, ofrece como medio
de expresión y como modo de corporeización de contenidos espirituales que
lleven a una comunicación intelectiva entle los hombres.
En tercer lugar, tanto la Hermenétrtica como el Derecho estát] en íntima
conexión con la doctrina de la interpretaciórl, hasta el punto que fue por esta
3.
as
ü¿.e*.h..,
f'$.r ,r, .n¿Á.
as H. Coing, Dia iurístischen Auslegungsmethoden
Hermeneutik, cit., P. 18.
nnd die Leltren der
+tpc:.{r
M\e.r,¡,t\r¡r,i¡
allgemeinen
)
Lino Roclríguez-Arias
344
tianos", para confundir a las gentes
r-rueva.
medrando a costa de
vengativo e iirsidioso'
y seguir
El dios de los clericales "s ""'el,
la
buena
EsporelloqueKantalababalocaraamableclelcristi,anismo,Perorepudiaintencionada que
bu q,," fuese impuesto por tnz autoriclacl, por muy bien
resulta co,tradictorio
ella i.t"s" po, L.,".,o {.t" '"u ei fin pe,seguido; pues
"
buen grado' Es eI
ord"rru, u íg.rl"r', qr" h"gu algo r', 'de-át, que 1o haga de
hace amable al
Io
que
sentimiento de la li,bertaí ur, ü elec"ión del fir, último
de ser amadeja
cristianismo
hombre la legislaciór.r. Y si llega el día en que el
enco,t'aríamos
nos
ble, como en materia de molal ,o existe Ia neutralidad,
HERA{E,NÉ,UTICA Y DERECHO
orientaciones preliminarcs para un adecuado enfoque dcl tema
Mar c elitt o Ro drí guez Moliruer o
de F¡losolia del Derecho de la Facu¡lad de Derecho
Prolesor Ad¡unlo
'
de la Un¡versidad de Salamanca
"o,,q.."lamentalidadclominanteerrtreloshombresseríaladelaaversiórryla
?!
resistencia contra é1.
tlel culto, et los
También Kant veía con cierto recelo el abuso de los actos
lo cual es muy distinto de
que han consistido siempre las quimelas religiosas'
Cri,sto, v averig,arlas en
cle
tratar de llegar al conocimiento áe las enseñanzas
que pueda conservarse
modo
tal
de
toda su p.,rJro y vivil su doctrina moral,
el culto
eI
andamiaje.-ql"
desaparecer
po, ,í -i*u en el rnundo, haciendo
"t el editerminaclo
haya
se
vez
que
uia
externo sin auténtica vida espiritual-,
cristiana que
ficio, que es 1o que imprime al hombr" una- verdadera convicción
de huir de la
Ie lleva a compr-".,d"r e\ caráctar rliaino del unioerso, tratár.rdose
?3
imagen del "adulador de Dios"'
12)
Definición
Dedorrdequeelhombrecristiarro,queeselquehaalcanzado.lacategoría
divina'
ética de persona, en tanto en cuanto se refleia en é1 la espiritualidad
ilusión
con
vive
"Es e\ hi'io del espíritu' que
puede definirse del rnodo siguiente:
por
luchar
por
afa,a
se
irrs id.eales y con despego hacla los bi'enes tnoterioles, y
caridad hacia
munclo mas iusto y"más fraterno, comportár'rdose con an-Lor y
Es
humildad".
la
de
moral
y
la
de
sus semejantes, de aÁerdo a los cánones
vida
su
en
cristo
de
vivo
testimonio
un
decir, que está en la obligación de ser
proyectarse en
p".rorrol y en su vida social, y con esta "materia prima" debe
buscando con
cristianos-,
no
o
irs relaciones con los demás hombres -sean
la comunidad
en
pacífica
la
convivencia
lograr
ellos las mejores soluciones para
eterna.
v la sa'lvación
w
vv
"a A"ro,f,
losd
4¡ ho'nor &'\ Pt+k'ur
.f'"/b[r¿*e
tn'**:
U*lerr;o, 5q6¡qiútlc'{t'ta,
, " F;losofi;u y Dq,e.hs F-s{'&ro5
*
G,u-, Ü^,ur,s,'¿ri
\r^\ü-ctn^, tq-l?, Yo**
"Aristoteles, quando Perí Hermeneías scriptitabat, cala(Cassrononus, Instítutíones, ed' R'
A. B. Mynors, Oxfo-rd 1937, p. 114; en L. Migne, Pattologia
latina, vol. 70, col. 1170).
nurn in mente tingebat"
"Aristóte1es,
p'
457'
escribir
el Perí Henneneía's,
mojaba la
ILT Na de las últimas ocupaciones del pensamiento jurídico, y particularmente
He'mede1 persanricrrto jur.íJico-filosófico, es. sin lugar a dudas, el tema
de
Déutica y D"re"ho. No es fácil señalar cuándo y por qué r'esrrgió el interés
estudios
bastantes
y
obras
valias
citar
Se
pueden
jurisias
tema.
por dicho
los
rnerores esplcíficamente declicados a la relacÍón entre Herrnenéutica y Derecho
o a la aplic^ación de aquála a éste, bien como instancia metódica o bien como
tuvo
moclelo te i,ter.preta"iZrr p".o determina' cuál de estas obras o estrtdios
la suffciente entidacl )' calidad para recabar 1¿ ateución preferente de algunos
juristas, es algo q,.," iógi.u*"nte ha de suscita' ir.revitables discusio,es.
Novoyaentraruqrri"r.ladiscusióndeestadificilcuestiónprevia.De
susmomento p¿rece bastaite aceptable, al menos provisoriamente, 1a opi.ió,
autores
por
modo
cierto
e,
compa'tida
tentada pá, ,lg.,rlo, iuristas italia,os,
el
al"roarr.i según Ia cual la recouducción del Derecho a la Hermenéutica y
irnportante
la
a
debidos
sido
han
lrrutüa,
nr,evo plantámiento de su r.elación
en 1955' 1
obra de Emilio Betti'.[eoria generale clella interpretozi,one, publicada
el autor
En ella se recogen los restütádos de las investigacio,es realizadas Por
Universidad
la
durante su estancia como "Gastprofessor", a partir de 1951' en
ref rndida y traalemana de Marburg an Lah,. i)icha obra fue posteriormente
de Teoría geneamplio
ducida al alemán por el propio autor con el título más
§
?2 Ernst Cassirer, Kattt Vida g doctrina,
?3 Ibídem, pp. 439-440.
al
pluma en la rnente"'
II,
1 Milano, Ciuffré,
635-982.
jl3,.II
1955
Se trata cle una extensa obra
en dos vols', I, XX-63'f pp '
I
'::
o. ,{r il
'I
\,'.r
,
M ar
346
celino Rodríguez
M olinero
ral de la interpretación como método de las Ci,encias del espíritu.2 Por cieúo
que del mismo autor existen algunos estudios anteriores a su obra maestra
dedicados a la dimensión hermenéutica del Derecho, como los intitulados Forma e sostanza della interpretatío prudentiums y Posizioni dello spirito rispetto
all'oggettir:itd; a pero sobre todo debe recordarse al que no dudó en llamar
"manifiesto hermenéutico" para la fundamentación de una teoría general de la
intelpretación. 5
Con cierta anterioridad a la. obra y demás esclitos de Betti, liabía publi
cado ya E. Forsthoff su conocido ersayo sobre Derecho y lenguaie, en cuvo
subtítulo especiffcaba que se trataba de unos prolegómenos Para una Hermenéutica judicial. 6 Y no mucho después de la obra del jurista italiano plonuncia
una importante conferencia Helmut Coing, que luego publica con el título
Die iuristischen Auslegungsmethoclen ur¿d die Lehren der allgantei.nen Hermeneutik, trabajo que sin duda alguna marca otro gran hito ascendente en el
planteamiento de la relación y el conocimiento de Ia mutua implicación existentes entre Hermenéutica y Derecho. ?
La pleocupación por el tema en el área del pensamiento jurídico gennánico
se generaliza a partir de la aparición de la obla filosóffca fundarnental de
úr,!üx.*"
H.-G. Gadamer, Wahrheit und Method¿, subtitulada Grundzüge cler philosophischen Llermeneutik, en la que además se dedica un amplio apartado a 1o
que califica de significación ejemplarista o típica de Ia Hermenéutica jurídica.8 La aparición de esta obra, llamada a tener una influelcia considerable,
incluso al margen del pensamiento puramente fflosófico, no debió de ser de
r.¡,.iu mucho agrado para Betti, quien pronto reaccionó reclamando la paternidad
y base fun;r,'i[t de ]a renaciente Hermenéutica enter-rdida como instancia universal
e
i,,iuir¡r¿.-.r,damentante de toda preter-rsión objetivista del espírihr humano.
2 Allgemeine Auslegungslehre als Metlnde d.er Ceistesuissenschaften, Tübingen, N4ohr,
1967.
3 Comunicación al Congreso de Historia del Derecho celebrado en Verona en septiembre de 1948. A¿fi del Cangresso, II, 195I, pp. 103-120.
a Rio. lnte¡n. di Fi.losofia del Dhi.tto, 26 (1949), 1-38.
5 "Zur Crundlegung einer allgemeinen Auslegungslelrre. Ein hermeneustisches Manifest"; en el Festschrift für Ernst Rabal, Bd. II (Tübingen, Mohr, 1954), pp. 79-168.
6 Aecht und. Sprache. Prclegomena zu. einet ri,chterlichen Honneneutik (Schriften der
Kónisberger Gelehrter Cesellschaft 17; llalle 1940). 2. ed. 1964.
z Veróffentlichungen der Arüeitsgemeinschaft für Forschung des Landes NordrheinWestfalen (Kdln u. Opladen, Westdeutcher Verlag, 1959).
8 La ol¡ra cle Gadamer fue publicada en Tübingen, Mohr, 1960, 2. ed. 1965, 3. ed.
1970. Véase sobre todo el apartado titulado Die examplarische Bedeutung der iuristischen
flermeneutik, pp. 307-323 de la 3. ed.
0 Véase de E. Betti, Die Henneneutik als allgemeine lt[ethodik der Ceistesuissenschaften
(Ttibingen, Mohr, 1962). De H.-G. Gadamer, "Die Universalitát des hermeneutischen Pro-
Hermenéutica
y
347
Derecho
Bajo el poderoso influjo de la obr'¿ de Gadan-rer comienzan a publicarse en
l¿ década de los sesenta inrportantes estudios y llotas y alguna que otla obra, que
directamente se ocupan del problema he¡menéutico en el Derecho, tanto en
gener.al como er ¡eferencia a algunas de las ramas esPecíficas de Ia Ciencia
convieüe citar la de
iurídica. Entre las obras que han visto la luz pública
también un sublleva
qte
Normatitsitii.t,
und
Friedrich N,lüller, Normstruktur
entre Derecho
relación
la
de
se
trata
que
declara
título mu1, significativo, pues
las cuestiones
a
base
jurídica,
en
desarloliada
H"t'*"néutica
lu
realidad
1,
de
",
1a interpletación
constitucional.
de Tübingen, Josef Esser., que versa sobre Preintelección t1 el.ección cle método
en la aplicación del Derecho, con un subtítulo que alude a las garantías de
r1
racionaiid¿rd en la decisióu práctica judicial'
Por lo que atañe ai Derecho penal destacan los trabajos de Thomas wiirtenberger y d" Wl,.fri"d Hassen]er', soble todo la obra de éste iltímo Tatbestancl incl'Ty,ttts, con el subtítulo de lnoestigaciones para uno Hermenéutictt
1e lVlientras que la Hermenéutica histórico-jurídica es cultivada
iuríclico-penal.
quieü publica eütre
Iror url maestr.o tan consagrado conro Ft'alrz wieacker,
fuldamentaobservaciones
algunas
otro, .rr-, estudio progl.amático conteniendo
r3
les para una posible Hermenéutica histórico-jur'ídica'
En el ámbito estlictamente jurídico-filosófico, aparte de los ya citaclos tfabajos cle E. Forshoff y H. coing, cabe mencionar eI estudio de Arthrrr Kaufschriftert, 1,
blems,,, en Philoso¡tltitches Jahrbuch, T3 (1965-66), 215-225: ahora en Kleine
pp'- 101-112'
^Philosophie-Hermeneutik (1iübingen, N4ohr, 1967),Ztii
Verhtiltn¡s aon Recht utd Witklichkeit
; F. Mülle., Norrnsúruknu. tíncl Normatiúit¿it.
(schrlfin d.er ittristischen Herntenetúik, entuickelt an Fragen der YetJassungsintetprctatíon
1966)'
Humbloi,
u.
f)uncker
Berlin,
B,
Bd.
ten zur Rechtstheorie,
11
J. Esser, yorterstiindnis urd Methodenuahl in dar Rechtsfirulung. Rationalit¿itsga'
rantiei cler ¡ichterlichan Entscheidmtgs¡tratis (Frankfurt a. M., Athenáum, 1970).
12 W. ,H¿rssemer, Tatbestantl ,urd Ty\tut. IJntetsuchungen zur strufrcchtlichen Herme-
nautik (Kó1n-Berlin-Miinchen, 1968)'
13 F. Wieacker, "Bemerkungen zu einer rechtshistorischen Hermeneutik", et Das Problem d.er lntetprctatiotl, Mainze-r Universitátsgespráche im Sommersernester 1964, hrsg. von
H. N{üller, P. 'schneider, unter tr4itrvirkung von E. Denniger und o. seame _(-Mainz, ohne
Del mismo autor, "Notizeri zur reclitshistoiischen He¡meneutik", en NaclrIahre
clcr Wissensclmf¿a¿ (Góttingen, Philosophisch-historische Klasse, 1963),
el trabajo cle A. Heus{ "Zur hermeneutik rles historischen und
i11 onata d.i Emilio Betti, 1 (Mllano, Giuffré, 1962),
|u^ristisclr-normativen Satzes", en"stutli
fp. f-ZZ. Cfr.
pp. 151-172.
también
(l.fi't ii' &
!i.!L. A¡A-{ /
¡tr'1\
10
La obra de MüIler- contemplaba más bien el áinbito del Dereciro público,
constitucional y administrativo. En el ámbito del Derecho privado la consagración definitiva c1el tema se efectúa en 1970 con la obra del cor.rocido plofesol
du, Akadem¡a
iirhtn,-1964).
,*
t lv\\
il.,
I
t,
I
i", i\r,,
\.,
[r"i:r ", :
\
348
Marcelino Rodríguez Molinero
mann sobre la historicidad del Derecho a la luz de la Hermenéutica 1a ), los dos
capítulos dedicados a la Hermenéutica jurídica en la pequeña obra Problemas
fundamentales de la Filosofía tlel Derecho y de la Teoría del Derecl.rc contemporáneas, escrita conjuntamente pol A. Karifmamr y W. Hassemer, palticularmente el último capítulo que versa sobre Lógica jurídica y Hermenéutica jurídica. 15 Por Io demás consigue especial relieve, dentlo del panorama actual,
el libro de Joachim Hluschka, que tlata de la complensión o intelección de los
textos jurídicos en cuanto búsqueda de la transpositividad hermenéutica del
Derecho positivo. 16
Estas sin'rples indicaciones acerca de las apoltaciones de la literatura más
leciente en tolno al tema Hermenéutica y Der:echo, son de por sí más que
\,r,uu suffcientes para demostrar su actualidad e importar-rcia. En cierto modo todos
,iy,n estos trabajos pletenden sugerir que se trata de una auténtica res not:tL en la
'1tu' Filosofía del Derecho y en la Teoría del Derecho, bien en general bien de
una de lo, .u*o, jurídicas en particular. Sin embargo Áta lrovedad se
.i,f,,
"udu
reduce a la forma en que se presenta dicho tema y no afecta al fondo del
asunto, ya que el tratamiento hel'menéutico del Delecho, va fuera en conexión con Ia Teoría de la interpretación jurídica o bien en relación con la doctrina del método, es bastante antiguo.
Parece también evidente que, en la may.olía de los casos, el planteamiento
a'io' ¿g¡.r.1 del tema Hermenéutica y Delecho es bastante deflciente. Colno ocurre
'*,a1. ¿n¿n vez que una disciplina, o rrn vocablo antiguo o lluevo con carga filosófica
suficiente, se ponen de moda, sulge inevitablemente el interés de los juristas
más perspicaces en proporción a Ia utilidad que tal novedad puede prestar a
Ia Ciencia jurídica. Esto es mucho más explicable tratándose de vocablos con
una notable tradición histórica er1 ei propio campo de
la
Ciencia jur'ídica,
aunque ese pasado histórico no siempre sea debidamente conocido. Este parece ser el caso de la actu¿l Hennenéutica iurídica.
1a "Die Geschichtlichkeit des Rechts im Lichte der Hermeneutik", en Fesúsc/r.rift fiir
Rarl Engisch (Franfurt a. M., 1969), pp. 243-273; posteriormente e¡ Rechtstlrcotie. Ansiitze
zu einem k¡itischen Rechtwetstiindnis, hrsg. von A. Kaufmann (Karlsruhe, F. C. Müller,
1971), pp. 81-102.
15 A. Kaufmann-\4/. Hassemer, Grund¡trobleme
det
zeitgenóssischen Rechtsphilosophia
und Rechtstheoria (Frankfurt a. M., Athenáuni, 1971), írltimo punto del tema IY, Rechts-
plúlosophie und iuristisclrc flermeneutik, pp. 33-34, y el írltimo tema: J¿¿risúiscáe Logík und
iuri;tische fI ermeneutik, pp. 65-72.
rc ¡. Hruschka, Du Verstehen xon Rechtstexten. Zur henneneutischen Transpositiaitiit
tles posititcn R¿ch¿s (München, C. H. Beck, 1972). También es importante el trabaio de
H. Hatz, Rechtsprache und iu'istischu Bogriff . Vom ríchti.gen Yerstehetx der Rechtssatzes
(Stuttgart, Kohlhammer, 1963), que comienza con unas consideraciones muy útiles poniendo
cle maniffesto la necesidad de la Herrnenéutica para los juristas.
Herntenéutica
q
DerecLlo
349
Un adecuado planteamiento del ten-ra Hermenéutica y Derecho, desde una c{"ri L-(ruc, ri,,."
4r,1. ¡.¡.1,,
perspectiva amplia y, en cuanto posible sea, omnicomprensiva, exige bastante
más de lo que hasta ahora se ha hecho. En efecto, su apropiado enfoque exige
clarificar por Io ntenos ttes puntos fundamentales. En primel lugar, escla- .l ;\
recer el origen etimológico y el primer uso literario de la palabra hermenéutica, ' f,r!lürrd
y
segr,ridamente, una vez que ese uso estuviete ger-reralizado, es preciso clariffcar la historia del concepto, que en este caso crlenta con una larga tlayectoria,
aunque con mavol densidad en unos momentos que erl otros. En segundo
lugar, habrti que exlloner e ilustrar' las cuestiones básicas debatidas por la Hermenéutica filosófica actual, cu¿iles son las que atañen ál núcieo eseücial del problema hermenéutico, que. comúnmente se identiffca con el problema de la
intelección, y, dentro de esta cuestión básica, las referentes a la esencia 1,
estructura de la intelecci«ln, su contenido, sus condiciones y sus límites. En
tercer lugar, habrá que mostrar en qué medida todo este complejo doctrinal es
aplicable al Derecho, hasta qué punto se aploximan a é1 la Helrnenéutica jurídica tradicional y sobre todo ia Hermenéutica jurídica actual, para concluir
examinando las posibilidades, condicionamientos y lin.ritaciones de una auténtica Hermenéutica jur'ídica que esté a la altura, no sólo de la Hermenéutíca
filosófica actual, sino también de los demás tipos específicos de Hermenéutica
existentes en nuestlos días, como son la Hermenéutica bíblica y teológica, la
filológica, la histórica, etc.
El desalrollo de este amplio programa exige ciertamente un espacio que
excede con mucho las dimensiones de este trabajo. Por elio me limito en él a
anticipar las líneas generales de lo que, como resultado de mis investigaciones
actuales, espero poder ofrecer pronto en forma de liblo. Esto explica que, en
bastantes aspectos, presente mis opiniones de manela casi esquemática e incluso fragmentaria, aunque siempre he procurado ser fiel al propósito de aludir'
a todas aquellas cuestiones que estimo deben ser tenidas en cuenta.
I.
"i1
r*{e
k(crr
i,\
:),
1ri,,*i,.
irFr
- -.\o
5: v
"
OnrcrN »r¡l rÉnlcNo E HrsroHrA DEL coNcEr,'ro
La palabra "lrermenéutica"
procede etimológicamente del verbo griego
del que son derivados los sustantivos ég¡rrireúc, hermeneuta, y éppr¡- (,hy¡¡¡
vai«, hermenéutica. La raíz etimológica de ép¡r1veóto es incierta, pero apunta
en todo caso a una significación primalia equivalente a hablar o decir, coin-
ép¡rr¡vaúo,
cidente con la que expresan los términc¡s latinos aerbum y dicturtu. Desde muy
pronto esta significación originaria se ramiffca en tres direcciones, que se refieren a afirmar o proclomar, interpretar o explicar y trasladar o traduci,r. No es
",
1,
,
Marcelino Rodríguez
350
M oli.nero
¡r) fácil determinar cuál de los tres signiffcados alcanzó preeminencia sobre los
-ii:\o¿"-6, en el uso lingüístico. Lo que sí puede establecerse con suffciente segu-
'v'{ir:;;
;
,
*,,i,
ll-^
"'^"'
ridad es que se tlata de valiaciones de aquella significación básica que, filosóficamente expresada, quiele decir "llevar a la comprensión" o "hacer posible
el acceso a la intelección", o también de "hacer de intermediario para la commilas, claro está, a los distintos modos o maO¡ensión o la intelección", con
que el problema de Ia complt»rsión o iutelección se n-ranifiesta. El
i-r"ru,
"r,
"'hermenéutica"
connota, pues, una pluralidad de significados, que sin
término
embargo se reconducen todos a una raíz lingüística comltn, cuya significación
fundaÁental es la de "hacer algo comprensible o ilteligible", conseguir que
lT
algo pueda ser plenamente entendido.
pelo sí bastante probable, que eI térseguro,
es
suficientemente
Tampoco
.ni"r "Iiermeuéutica" haga.efe."rrcia al dios Hermes, cuyo oficio era servir de
*"rrr¡"r-o de los dioses áel O'limpo 1' a quicn además se corrsidelaba cteador
del lenguaje y de la escr.ilura como medios de comunicación el-rtre los hombres.
Lo q.re sí es cier.to es que en la lengua griega se utilizalon el término "hermenéutica" y sus derivados, así como los demás vocablos afines, para exPresar
,.!,¡;r ]¿ for.ma o *odo
que una sentencia u oráculo de Ia divinidad debían ser
"r.l
entendidos. En cuyo caso el término "helmenéutica" tendría un oligen puramente mitológíco. 18
En el uso-profano aparece, pronto tanto la forma 'erbal como las formas
sustantivas, comprobaDdo esa significación originaria de medio de comunicaintelectiva entle los dioses y los hombres' Así, pol ejemplo, los textos
" 3,i ción
1,,
*l'" .1" Platón en el Syn'tposion 202 e y en lon 534 e. No tardó tampoco en ser utit ?1,,i lizado el término "hermenéutica" como designación técnica de una materia
concreta. Aparte de ]enofonte en sJs Memorabília, IV, 3, 12, y el diálogo quizá
espúreo cle Platón, Epínontis 975 c, quien lealmente 1o acuña como tértnino
disciplinar técnÍco es A¡istóteles ai dar el títu1o de flepi ápFlveiac al pequeño
trata^ilo lógico el] catolce capítulos que había de seguil a1 libro de las Caúagorías y pi.eceder a los Primoros Analíticos.1r) La fortuna de este pequeño t,atado ,ro fue inferior al de los clemás esclitos alistotélicos, no só1o en el mundo
helenístico, si¡o también en el árabe y en el latino, como demuestran los reperz Cfr. C. Ebeling, art. "Hermeneutik", en Die Religion in Ceschichte und Cegenuart,
3. Folge, III (Tübingen t959), pp. 242-262.
rg ili.. E. Ebehíg, aft. cir.l E. Coreth, Grundf
Herder,
-- ;tir 1969), Einleitung.
la
ragen der Llenneneutik (Freiburg
il
Br'
cuidada por I. Bekker, Aristoteles gtaeca (Berlin,
erlición princip"al sigue sienclo
Academia regia biuss.,^1831). Como edición menoi latina es recomendable la de L. Minio
paluelo, CatZgoriae et Liber da lnterpretatione (Oxford, Clarendon, Press, 1949). En español v. la d. F. ile P. Samaranch, Aristoteles, Obras (Madrid, Aguilar, 1964), pp' 257-273'
Ilermenéutica y Derecho
351
y traducciones que de él se hicieron. En eI mundo latino
debe recordarse Ia primela tladucción conocida que fue hecha por Marius Victorinus a mediados del siglo rv; dos siglos más tarde, en el siglo vr, hace su
traducción Boecio con el título latino De interpretatione, que pasó a ser la traducción más ffdedigna en la Baja Edad Media latina hasta la versión debida a
Guillenno de Moerbecke a mediados del siglo xrr pal'a uso de Sto. Tomás.
Entre ]os comentarios se hicieron célebres los dos de Boecio, uno breve y
otro amplio, y posterior.mente el que hizo sto. Ton.rás utilizando la traducción
de G. de Moerbecke. Aparte de eilo hubo múltiples vulgalizaciones del texto
o de parte del mismo, y una cadena de citaciones,- explicitas o implícitas, en
una serie de autores. Casi siempre sin ernbargo, excePto en el caso de Boecio,
el título del tratado aristotélico no fue latinizado, sino que siguió usándose,
aunqrre con caracteres latinos, el título griego Perí Hermeneías.2(rEstos pocos
datos son sobradameute elocuentes para desmentir' la afir'mación de que el
concepto filosófico de hermenéutica no se formó hasta ia época moderna, que
algún autor matiza con la observación de que el término griego no fue aceptado, ni siquiera como vocablo extraljero, en la lengua latina. Tales cosas
sólo pueden ser dichas por quieles demuestran aI hacer]o cuál es el grado de
su formación humanística y filosófica.
Desde muy pronto surgieron también dos tipos de Hermeuéutica: la Hermenéutica sacra y la Hermenéutica profana. Su diferencia estribaba primordialmente en el distinto obieto de una y otra' Había sil duda puntos de referencia suficientemente explícitos para 1a corfiguración de un tipo de Hermenéutica cuyo objeto fuera la interpretación y aclaración del sentido de la Escritura sagrada. Eu efecto, ya en la litelatura cristiana plimitiva se encuentran
usados varios vocablos de esta raí2, y casi siempre con el significado técnico de
interpretar o declarar, es decir, como sinónimos de exégesis. Así en Lc 24, 27
se utiliza el verbo compuesto Drep¡r'4veúerv con la significación precisa de interpretar Ia Escritura. Otros vocablos son utilizados por San Pablo en I Cor 12,
10, 30 y L4, 5, 23,26-28, con idéntica significación. Apalte de ello el propio
vocablo éo¡rrlvaia quedó consagrado como título equivalente al latino de
éppr¡veutrz.á tstp).ia"Commentari¡¡r", y se denominaron libros hennenéuticos
en
forma
de
glosa.
a los glosarios o comentarios
Por su parte, la I{emenéutica profar-ra se basó principalmente en el desarrollo y comentario del pequeño tratado aristotélico. Tuvo así un marcado
carácter filosófico, aloiada eu el campo de la Lógica, ya que eI Perí Harmeneías
tidos comentarios
20
Boéce
Cfr. sobre ello el excelente estudio de J. Isaac, Le Perí Hetmeneias en Occident de
a Saint Thontas. Histoire littéraire d,'un Traité d'Atistote (Paris, J. Vrin, 1953).
[¿¡¡n¿n.drL íú^
"
f+rr* ,* p.$i
ll,,ii:
,
Descargar