Autoestima

Anuncio
Autoestima
Una de las vertientes que más afecta la personalidad y la conquista de relaciones estables con uno
mismo y el mundo es la autoestima.
Nuestra vida transcurre entre logros y fracasos, y la autoestima es el valor que nos hace tener
plena seguridad en nuestras capacidades, además, da la fortaleza necesaria para superar los
momentos difíciles de nuestra vida, evitando caer en el pesimismo y el desánimo.
La autoestima es un valor que se sustenta en la sencillez con que apreciamos nuestras
capacidades, sin considerarnos mejores o peores que los demás.
No podemos pensar en ella como un producto del éxito, la posición profesional, una elevada
capacidad intelectual o la aceptación social, reducir todo a un actuar soberbio y con fines
meramente protagonistas.
Recordemos que una persona vale por lo que es, y no por lo que aparenta ser.
Por el contrario, este valor se construye y edifica en nuestro interior; el nivel de autoestima no
depende únicamente del actuar de las personas y de la forma como se presentan los
acontecimientos y las circunstancias; la autoestima y nuestros sentimientos son valores diferentes.
Esa capacidad de autoscopía de vernos a nosotros mismos es vital.
La autoestima debe estar bien fundamentada en una visión realista y objetiva de nuestra persona,
es necesario alcanzar la plena aceptación de nuestros defectos y limitaciones, con el sobrio
reconocimiento de nuestras aptitudes y destrezas.
La voluntad me empuja a decidirme a emprender una tarea del conocimiento de mí mismo.
Conocerme a mí mismo y saber quién soy y que hago aquí, es importante para poder conocer a los
demás y exprimir lo mejor de ellos a través de nuestro trato.
No podemos sustraernos a la mirada del otro ni escandalizarnos de su singularidad. La condición
de persona está por encima de estas particularidades, que sólo confirman la riqueza de la
condición humana.
El hombre madura como persona a medida que se encuentra con los otros.
La autoestima aparenta ser un valor muy personalista, sin embargo, todo aquello que nos
perfecciona como seres humanos, tarde o temprano se pone al servicio de los demás; una vez que
hemos recorrido el camino, es más sencillo conducir a otros por una vía más ligera hacia esa
mejora personal a la que todos aspiramos.
Reflexionemos un poco en algunas ideas que nos ayudarán a ubicarnos y conocernos mejor:
- Evita ser susceptible, no tienes que tomar seriamente todas las críticas hacia tu persona, primero
analiza la verdad que encierran, si de ahí tomas una enseñanza haz lo que sea necesario para
mejorar, si no es así olvídalo, no vale la pena menospreciarse por un comentario que seguramente
es de mala fe.
En sentido opuesto existe el riesgo de considerarse un ser superior, incomprendido y poco
apreciado en su persona, lo cual de ningún modo es un valor... es defecto.
- Procura no sentirte culpable y responsable de los fracasos colectivos, toma sólo lo que a ti te
corresponde, tu esfuerzo y dedicación hablarán por ti. No olvides proporcionar tu ayuda y consejo
para que mejoren las personas, lo cual es muy gratificante.
- Todo aquello que te propongas lograr, debe estar precedido por un análisis profundo de las
posibilidades, reconociendo si está en tus manos alcanzarlo. Evita soñar demasiado.
- Pierde el temor a preguntar y a pedir ayuda, ya que son los medios más importantes de
aprendizaje. Causa más pena la persona que prefiere quedarse en la ignorancia, que quien
muestra deseos de saber y aprender.
- Si tienes gusto por algo (deporte, pasatiempo, habilidades manuales, etc.), infórmate, estudia y
practica para realizarlo lo mejor posible. Si descubres que te falta habilidad, no lo abandones
porque es tu pasatiempo; es muy distinto a dejar las cosas por falta de perseverancia. Todos
tenemos una habilidad (nadar, tocar guitarra, pintar, escribir novelas, etc.) y debemos buscar la
manera de perfeccionarnos en la misma.
- Si te comparas con otras personas, enfoca sus cualidades para aprender de ellas y cultivar tu
persona; en cuanto a los defectos, primero observa si no los tienes y después piensa como los
ayudarías a superarlos, y díselos.
La autoestima aparenta ser un valor muy personalista, sin embargo, todo aquello que nos
perfecciona como seres humanos, tarde o temprano se pone al servicio de los demás; una vez que
hemos recorrido el camino, es más sencillo conducir a otros por una vía más ligera hacia esa
mejora personal a la que todos aspiramos.
El estar consciente de todo lo positivo que tienes:
-
Estoy seguro de que eres capaz... Soy capaz.
-
Muy bien, yo sabía que podías... Soy capaz.
-
No dudo de tu buena intención... Soy bueno.
-
Juan tiene un alto concepto de ti... Tengo amigos.
-
Si necesitas algo, pídemelo... Tengo amigos.
-
Sé que la has hecho sin querer... No la repetiré.
-
Estoy muy orgulloso de ti... Satisfacción.
-
Sabes que te quiero mucho... Amor.
-
Yo sé que eres bueno... Soy bueno.
-
Te felicito por la que has hecho... Alegría, mejorar.
-
Qué sorpresa más buena me has dado... Alegría.
-
Cuando me necesites, yo te ayudaré... Amor.
-
Noto que cada día eres mejor... Ganas de serIo.
-
Creo en la que dices, sé que la harás... Confianza.
-
Sabes que quiero para ti la mejor... Amor.
-
Puedes llegar donde tú quieras... Puedo hacerlo.
-
Las próximas notas serán mejores... Estudiaré más.
Para pensar y actuar:
- Interésese por sus pequeños logros, huya de la alabanza mecánica y pierda un par de segundos
en elogiar ese primer dibujo, aunque usted esté discutiendo el "Total a pagar" de la cuenta de
teléfono.
- Respete su cansancio o enojo, y evite que se le escape un anti-elogio.
- Intente mantener el respeto por el carácter de su hijo y plantéese periódicamente si las
expectativas que ha depositado en él son justas, razonables y equilibradas.
- Evite el exceso de protección sobre el niño e intente intervenir en sus aventuras o juegos sólo
cuando haya algún peligro.
- Propóngase metas que sea capaz de lograr y saque siempre la parte positiva de su intervención,
aunque la negativa fuera mucho más importante. Esto le hará sentirse importante, autovalorarse y
respetarse a sí mismo.
- No recurra nunca a las comparaciones para retarlo o hacerle ver cómo tiene que portarse. No es
bueno para ninguno de los dos niños y siempre hay alguno que sale perdiendo.
- Propóngase la meta de elogiar cada día, al menos, una cosa bien hecha a cada hijo,
oportunamente y con naturalidad. Si está atento, no será difícil encontrar la ocasión.
ISTMO, D. Patricia Montelongo, Edición UP, 2004
http://www.encuentra.com/includes/aplicacion.php?IdApp=buscador&IdSec=0&p=1&q=autoesti
ma
Descargar