El jazz en la arquitectura El jazz de Times Square de baja

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El jazz en la arquitectura
Por Douglas Haskell. -Architecfural Forum (septiembre 1960)
A la Arquitectura moderna le falta jan y esto la entristece. La Arquitectura es el Único arte que sufre tal mal. La música ha sacado mucho del
j a n y también la escultura y la pintura. Una de las razones principales
por las que la Arquitectura puede mirar con provecho hacia el j a n es que
se necesita urgentemente poner remedio a su refinado e Insípido ritmo
de uno uno uno uno. Hay demasiados edificios modernos que son
como jaulas. Su modelo uniforme, frío y seco si no está en manos de los
maestros, apenas es tolerado por el público y es una supervivencia de la
primera «edad de la máquina,.
Las «cuadrículas moduladas)) que dividen las amplias y enteras fachadas - y las plantas - en subdivisiones
exactamente iguales provienen'de las primeras ideas sobre la máquina y
caracterizan la arquitectura de hoy día igual como lo hacía antaño el
sutil sistema griego de modulaciones.
Lo único cierto es que la gente quiere alejarse lo más posible de los
ritmos de la máquina, y en especial después de las horas de trabajo. Los
arquitectos modernos también buscan escapar a su propia mecanización.
Han vuelto de nuevo sus ojos hacia Persia y Venecia, y han vuelto a hojear
viejos textos clásicos - haciendo todo lo que los profetas modernos les
prohibían hacer-, escudriñando el pasado para encontrar artificos de
«gran interés)) con qué cubrir la monotonía que están produciendo, aunque ignoren aún la tendencia cultural de su tiempo y el arte popular de sus
contemporáneos.
Por mucho que lo disfracen los arquitectos, el ritmo uno uno uno-uno
aún se nota y se puede ver claramente en tres ejemplos sacados de entre
los centenares que se podrían seleccionar.
Cada ejemplo proviene de una diferente escuela o «corriente» de
arquitectura moderna. Primero: un clásico edificio de oficinas metálico
de Mies (1), luego un «College» de Yamasaki. de hormigón pretensado,
románticamente goticizado (2); finalmente, un grupo de neo-neoclásicos
auditorios porticados de Johnson, Harrison y Abramovitz (3). Todos son
uno uno uno uno, tal como puede verse, aunque sólo Mies se desenvuelve cómodamente con este ritmo. En lenguaje del jan, todos son
usquare)).
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El jazz de Times Square de baja categoría
Puede que Times Square parezca un sitio vulgar para poder servir de
argumento. Los arquitectos desprecian Times Square. Pero a la gente le
encanta tal y como está: descarnado, chillón y raído. Tiene sin embargo, el
Square, facetas que lo elevan muy por encima del salvaje, abandonado y
nauseabundo patrón de la arquitectura de barracón de feria.
Times Square es una arquitectura hecha por los anunciantes que,
habiendo casi borrado 10s edificios existentes y habiendo por tanto pisado
el terreno a los arquitectos profeSionaleS, han creado, partiendo de improvisaciones, una impresión de vida, de dos maneras diferentes.
La una en el Great White Way de noche, con todos sus adornos de
enjoyada iluminación centelleando. o parándose, o girando según SU
propio «tempo». y todo ello sugiriendo, visto en conjunto, una hipnótica
sinfonla muda. Paul Rudolf, el director de Arquitectura de Yale, dijo que
ésta era una arquitectura nueva, mágica, construida toda de luces y - hubiese tenido que añadir- de luces marcando un compás de baile.
El otro efecto «jan», visible a la luz del día, surge de la improvisada
lucha-libre de los anuncios entremezclados. Se están uno junto al otro
en cualquier relación menos en la de «el uno para el otro» (4). La improvisación «tipo-jan» con anuncios ignora, borra o distrae la atención de
las líneas divisorias de cada edificio en los que están colgados. Por consiguiente. crean un nuevo ritmo irregular que les es propio, que parece
poner a la calle entera en movimiento, como una procesión de estandartes,
muchos con paso de salto O con intensidad desplazada. El resultado demuestra que «los ritmos de j a crean 10 que solamente puede llamarse un
momenfo)).
Un factor clave que convierte Times Square en un j a n visual es que 10s
elementos que lo componen son predominantemente abstractos. NO hay
cúpulas turcas ni pagodas chinas ni fantaslas de cuentos de hadas, imágenes todas reconocibles en el rococó eléctrico pasado de moda, como las
que llenan los famosos jardines Tlvoli de Copenhague (con la importante
excepción en Times Square de la cascada de Pepsi-Cola). Tampoco se dan
allf edificios de formas gratuitas, o simbolizando un cucurucho de helado
o un sombrero hongo. El ritmo y el resultado total son tan abstractamente potentes que dominan todos las elementos literarios, así como una
sólida tonada de jan, según Leonard Bernstein, puede superar la tristeza
de la letra plañidera de una canción. G. K. Chesterton decía que, si no
supiera leer, creería que el Times Square nocturno era el paraíso.
Pero el secreto. como pronto descubrieron los pintores modernos, es que
nadie ettá pensando en lo que está leyendo; «Chevroiet» y «Kleenex» se
tornan símbolos demasiado banales para atraer la mente mientras la
mirada va quedándose más y mós fascinada y maravillada ante la forma
abstracta que surge de las palabras y de las letras mismas. Los artistas
empezaron pronto a introducir estas formas en sus pinturas.
N o cabe duda de que Times Square como j a n visual es de escasa
calidad - un j a n sugerido más que logrado-. Algunos le negarán todo
valor, porque el efecto del conjunto no representa un esfueno colectivo.
Pero sin embargo se equivocarán. Tal como las reglas del fútbol, en un
campo de fútbol, producen una jugada de fútbol, así también la estructuración en Times Square - un método de cubrir largas fachadas con anuncios de diferentes dimensiones
pone todas las improvisaciones individuales dentro del juego de todos. Así es como funciona también el jan, como
sistema. Lo que dice John Kouwenhoven sobre la música de jan también
es cierto tratándose de la estructuración básica del Times Square: demuestra la idea de Emenon de que una unión es perfecta csóio cuando
los que se han de unir están aislados».
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El jazz de Le Corbusier, jazz de alta categoria
Prosigamos. Existe ya una arquitectura jazzlstica de alta categoría
-en realidad, de la más alta categoría-.
Naturalmente. florece dentro
de la cultura mediterránea, con los fams-tams africanos al otro lado del mar
azul. Entre estos arquitectos mediterráneos Le Corbusler es el maestro.
Mucha de la arquitectura de Le Corbusier es «tipo-jan». porque el
jazz, fanto en música como en las demás artes, es una manera de jugar con las
expecfaciones, para lograr sorpresas.
Para comprender la naturaleza íntima del proceso no es preciso ser un
experto en jan, ni siquiera traducir los recursos musicales en equivalentes arquitectónicos.
Sin embargo. el j a n se muestra siempre con dos fases. Por ejemplo:
la percusión del j a n depende de unos cambios en una percusión regular.
Como dice Bernstein en su Alegría de la Música: aSincopacibn significa al
mismo tiempo el desplazamiento de un acento de donde se espera, y la
colocación de un acento allí donde menos lo espera usted. En ambos casos
hay un elemento de sorpresa y una sacudida-el cuerpo responde...)).
N o serla lo mismo si las percusiones básicas de la obra de j a n fueran tan
regulares como el latido de un corazón. Así también son las disonancias de
jan: las producen I? notas ablue, de la escala de j a n empleada en la
hormlgbn descentrada. A pesar de esto y a pesar de muchas otros desplazamientos, arritmia, distorsiones y exageraciones, toda la juguetona extravagancia quede inconfundiblemente formando parte de la misma composición - básicamente uno uno uno uno. Y lo mismo ocurre en el interior del edificio con el desplazamiento y variación de las medidas de las
habitaciones, hacia arriba y hacia los lados, todo seg6n un slstema.
Para encontrar en arquitectura el equivalente más próximo a l a floreada trompeta del jan, se ha de ir a buscar la superestructura del proyecto del Palacio del Gobernador, en Chandigarh (6).
Una fachada «jan» más simple, en Estados Unidos, la vemos en el
nuevo edificio del aHarvard Medical Center)) de J. L. Sert, que ahora se
está empezando a construir. Es interesante, porque el proceso de crear
un ritmo más «jazz» en las fachadas puede seguirse en las ilustraciones
que reproducen la primera y la segunda maqueta. La primera (i
muestra
)
un frente de edificio dividido en ocho vanos por columnas de un sistema
de cuadricula convencional uno uno uno uno. Estas columnas todavla
asoman en algunos sitios en la última (8). en la que la fachada ha sido
tratada con una idea de jan. Es un jazz arquitectónico claramente severo
de acuerdo con sus alrededores puritanos, pero se desvla completamente
del jazz por el hecho de que la fachada tiene marco que la encierra. (El
jazz arquitectónico corta simplemente los extremos, tal como hace el jazr
musical, y tal como Corbu corta los extremos de los muros en el Secretariado). En su monasterio de la Tourette (9), Corbu a su vez utiliza paneles
estrechos verticales tal como Sert en Harvard, pero de manera más Interesante por su janfstica improvisación en su desigual espaciamiento.
En un grado y en otro los elementos janlsticos han entrado en otras
obras, y generalmente en aquellas que son más clásicamente regulares en
su básico «orden arquitectónico^. Louis Kahn, por ejemplo, rehusa todo
contenido de j a n en sus nuevos laboratorios médicos de la Universidad
de Pennsylvania, pero, aunque su plano básico de torre sea de l o m&
regular, improvisa (o adapta) en la disposición de las torres y en variaciones de los detalles, tales como los cuerpos de servicio que parecen
chimeneas. En cuanto a Philip Johnson, ha puesto algunos desplazamientos
jazzlsticos en su casa de Boissenas, de esquema básicamente palladiano,
ganando asl mucho interés.
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melodla, tocadas a la escala regular utilizada en la armonla. Incluso la
improvisación, la gloria del jazz, aunque puede caer en la extravagancia
de un solo de lo mds salvaje influye sobre una conocida canción «de
éxito)), y depende en cierta manera de su propia versión de las «variaciones sobre un teman, método de los músicos clásicos. Para describir el j a n
en términos arquitectónicos, se puede decir que consiste en encontrar »un
orden)) tal como lo hace Louis Kahn, y entonces como dice Bernstein, atomarlo del brazo)) y juguetear con él. Tanto el orden como el juego sin
partes integrantes de la idea.
Arquitectónicamente ésta es la manera exacta como trabaja Corbu.
Tómese como ejemplo un tipico alzado, planta y sección de su secretariado
Y su estructura básicas son tan reaude Chandiaarh en la India 15). Su ~ l a n t a
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El sentido común en el jazz
De toda esta charla se puede quizá sacar la idea de que el jazz en
arquitectura es un tonto pasatiempo para jóvenes. Nada puede estar m&
equivocado, ya que su prototipo. la mlisica de jan, debe su vigorosa existencia al hecho de que soluciona problemas a la gente. El j a n no sólo es
más sentido, más inventivo y más divertido que el ritmo uno uno uno-uno
de los «squares». sino que también resulta que responde más a las necesidades prácticas, porque la gente necesita jugar no solamente para liberarse de la monotonla, sino porque encuentra que también es útil para
su trabajo una cierta dosis de invención juguetona; el jan, con sus sorpresas, puede dar lugar a unas composiciones más flexibles y tratables
en la práctica arquitectónica. Por ejemplo, más de una vez ha sucedido
que dos sistemas modulares diferentes rehusan conjugarse; por ejemplo.
cuando el ritmo de huecos tropieza con el ritmo de estructura. Los m4todos
de Le Corbusier pueden solucionarlo de bonita manera, variando el ritmo
de ventanas, sin alterar la estructura del edificio.
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A la arquitectura moderna, tomada en conjunto, aún le falta el jan,
y esto es causa de tristeza. Mientras que por las noches los arquitectos modernos bailan nuevos y ambiguos bailes o escuchan jazz «frlo» en el
«hl-fin (alta fidelidad), muchos parecen estar perdidos y desorientados en
sus trabajos, Van dando vueltas rapiñando de aquí y de allá, buscando,
si bien no dentro de ellos mismos, nuevos y más vitales métodos de expresión. El j a n al que ya aman, puede ponerlos en un camino que les llevar6
mucho más allá.
jurisprudencia ~ r o f e s i o n a i ~
SentenciaIde 5 noviembre de 1959. Contencioso-Administrativo. Expropiacidn forzosa. Vicios de procedimiento que
anulan actuaciones del expediente
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lares, dentro de un cuadriculado uno uno uno uno, como lo son la
ediflclos de Nueva York. Bueno, casi. Pero el alzado muestra en su orden
toda clase de desplazamientos sbbitos, «janlsticos». Por ejemplo: unos
grupos de ventanas han sido corridos sólo un poco hacia la izquierda o
sólo un poco hacia la derecha de la columna central, en la pared de la
Los «Considerandos» que insertamos a continuación reflejan con claridad los antecedentes necesarios para la recta comprensión de la sentencia. El Tribunal Supremo declara que sin entrar en el fondo de la apelación interpuesta por el abogado del Estado contra la sentencia dictada
por el Tribunal Provincial de Guipúzcoa con fecha 24 de octubre de 1958,
en el recurso contencioso-administrativo promovido por doña C. L. C.
sobre la valoración de los terrenos de su propiedad sitos en el termino
municipal de Hernani y expropiados por la Obra Sindical del Hogar para
la construcción de viviendas de renta limitada; declara la nulidad de las
actuaciones practicadas en la pieza separada de justiprecio del expediente
de expropiación con posterioridad a la formación de la hoja de aprecio
por el perito de la entidad expropiante, pues no se le notificó a la propietaria la hoja de aprecio extendida por el perito de la Administración. privándole de su derecho a formular alegaciones y aportar pruebas, infringléndose la ley de 16 de diciembre de 1954, en varios artlculos, en los que
se concreta que «la Administración requerirá a las propietarios para que
en el plazo de veinte dlas, a contar del siguiente de la notificacibn, presentar
hoja de aprecio, en la que se concrete el valor en que estimen el objeto
que se expropia, pudiendo aducir cuantas alegaciones estimen perflnentec~.
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