LEYENDA (LBRE) DEL APÓSTOL SANTIAGO MATAMOROS Popular (quizás) Cuando vino Santiago a España, lo hizo con mucha prisa para librarla de la invasión de los moros. No quería que los musulmanes se apoderaran de una tierra tan bonita como e la Península Ibérica, pues esta tierra era par agente distinguida y no para moros y musulmanes ya que estos no la merecían y mucho menos Galicia que es la belleza incomparable de toda la cristiandad. Pasó todo el Mediterráneo, a galope tendido Portugal, pero al entrar en Galicia se quedó maravillado al ver una tierra tan florecida, con aguas cristalinas y puras y pensó que valía la pena luchar por ella. Dijo que valía más una gallega con su cara y su sal que todas las inglesas y americanas con su rico caudal, Así que reunió a toda clase de mercenarios y tropas gallegas pues los engatusó y se los metió en el saco al contarles a lo que había venido A orillas del Miño se puso a pensar cómo atacaría, así que reunió a los generales y les dio órdenes de que pusieran todos los soldados a mear antes de pasar a la otra orilla porque iban a entrar en tierra Santa, en tierra escogida por Cristo Rey, la tierra de los aquelarres y brujas y Santas Compañas, puesto que al que llegase “endemoniado” se lo cepillaban enseguida. “El que no esté limpio de conciencia arrastrará cadenas y gatadas hasta quemarse en el infierno. Quiero que entre todo el mundo limpio de cuerpo y alma”, exhortoles el Santo Apóstol . Cuando todos terminaron de limpiarse, el caudal del río aumentó más del doble y les dijo: “Parar de mear que el río va a desbordar y ya es mío”. Y por eso lo bautizó como “Miño”. Se adentraron en la tierra y divisaron un pueblo con una hermosa catedral. Les salió a recibir el obispo que se llamaba Calzas Rotas. Santiago le dijo que venía con buenas intenciones pues quería liberar a estos pueblos de los moros que estos no se merecían el buen ribeiro, los pulpos, las lampreas, cigalas, camarones, langostas, ostras chorizos, cacheiras, cocido, sardinas, centollas, néooras y demás crustáceos. A los moros ya les llega con la mojama y van de lado. Ellos creen que al morir en España vuelven a nacer en África. Lógicamente, se dieron cuenta que tenían que echar a los moros de aquí para poder degustar todos estos manjares. El Santo le dijo al obispo: LEYENDA (LBRE) DEL APÓSTOL SANTIAGO MATAMOROS Popular (quizás) “Tú y yo vamos a bautizar este pueblo como Tuy y ya también a arranxar este tinglado”. Aquí fue la primera vez que Santiago habló gallego. Tiraron hacia el mar y llegaron a un pueblo y decidieron montar allí la guardia, tenían miedo de que los moros se uniesen con los portugueses, así que bautizaron a aquel pueblo como La Guardia. Siguieron avanzando y llegaron a una punta. El Apóstol, que se encontraba un poco cansado, pidió que le cambiasen la silla de su caballo. En ese momento un soldado que vio la faena, le dijo: “El que fue a Sevilla, perdió la silla”. Y entonces, el discípulo de Cristo, decidió ponerle nombre a aquel sitio: Silleiro. Bordeando el mar llegaron a un pueblo marinero, Santiago que siempre estaba pendiente de su caballo exclamó: “¡Vaya mi caballo bayo!” Y afirmó: “esto se llamará Bayona”. Siguieron a galope tendido hasta que vieron un pueblo muy grande y una vez dentro de él, dio órdenes de instalarse en la Ferrería para así poder resguardar toda la caballería y de paso limpiarse las uñas para comer unos percebes y centollas de la ría, que estos platos les darían mucha fuerza a la tropa que bien se lo merece. Aquí nos instalaremos por algún tiempo para organizarnos bien y vivir por unos días tranquilos. Y como da la sensación de que se vive bien, lo bautizaremos como Vigo. Mañana iremos de paseo a visitar y ver lo que hay por estas cercanías. Durante el paseo encontraron un pueblo pequeñito y dijo que de esto no se puede olvidar uno, pondremos aquí a Xan Carallán, en esta ermita y que se vaya rodando como pueda y lo bautizó Redondela. Y se volvieron para Vigo. Al llegar a Vigo se fueron a oír misa a la catedral. Allí conocieron al Cristo de la Victoria y dijo: Así vamos bien. Ya estaban organizados y el Santo trató de hablar con Jesús y le dijo:”Santo Padre ayúdame a dar esta ofensiva”, a lo que Dios le contestó: “Voy a hacerte un regalo por lo bien que te portas: voy a poner mi mano derecha para indicarte por donde debes avanzar”. Colocó su mano y aparecieron las cinco rías: las de Vigo de Pontevedra bien defendidas por sus islas Cíes y las de Ons y la más grande, la de Arosa defendida por Sálvora y Rúa que son una verdadera maravilla todas ellas, la de Muros-Noya y la de Corcubión que a las cinco no hay más que pedirle a ninguna. LEYENDA (LBRE) DEL APÓSTOL SANTIAGO MATAMOROS Popular (quizás) Y así Santiago se quedó maravillado con lo que acababa de ver. Ya sabía el camino a seguir. Con mucha prisa entraron en un pueblo muy curro y le puso Cures. Siguieron avanzando y cuando ya se acercaba la noche, se encontraron otra población y dijo aquí hay que parar lo bautizaron como Padrón y dijo un soldado: “o que foi a Padrón perdeu o sillón”, si o perdeu ou non sigue co teu xeneral. Seguimos galopando hasta encontrar otro pueblo que se quedaron todos con la boca abierta, pasaron unos puentes y vieron la playa que estaba en bajamar y al pasar al galope con las pezuñas de los caballos rompían los berberechos. Mandó parar y buscar pan de maíz para comer con los berberechos y almejas, longueirones y algunas ostras. Cuando tuvieron la panza llena, hablaron con un hombre y le preguntaron si había muchos moros por allí y le contestó: “sí que hay, ¡carallo!, hay más que caramuxos”. Entonces el Santo lo bautizó poniéndole Caramiñal (porque o que mais ou que menos andaba co pau na man). Allí también descansaron a limpiar lo que podían. Al amanecer, dijo Santiago, veréis las lapas al sol salir, a los percebes llorar y a los mejillones reír. Todos unidos fueron con entusiasmo al ataque con rumbo hacia el oeste hasta encontrar unas dunas y vieron un pueblo cerca, bañado todo por el mar, miró con los prismáticos y vio a miles de moros y dijo “cuánto más corro, más veo” y le puso el nombre de Corrubedo. Los moros al verlo se retiraban hacia una ciudad que estaba por allí muy cerca, la atacó sin compasión, la conquistó y luego se asustó al ver tal, con lo que la llamó Bertal. Aún se recuerda por los más viejos que esta ciudad que era más grande y más bonita que la de Mira, pero según decían por la parte de abajo estaba hueca y se hundió tan pronto pasó la tropa. En un río que hay allí todavía se ven rocas con anillas que era donde amarraban los caballos. Tal río se lama río Sieira. Avanzaron con gran rapidez con la misma astucia de siempre, cruzaron la ría y vieron un pueblo con muchas murallas, casi lo tomaron sin resistencia ya que el enemigo estaba desmoralizado. Entonces se colocaron dentro de aquellas murallas y trataron de hacer una gran fiesta para celebrar tal acontecimiento y empezaron por darle al pueblo el nombre de Muros. Encargaron toda LEYENDA (LBRE) DEL APÓSTOL SANTIAGO MATAMOROS Popular (quizás) clase de mariscos de los que más abundaran por allí, de ello se encargó el obispo Calzas Rotas e hizo un magnífico menú, que nos consta que fue el siguiente: Primer plato:…….Vieiras Segundo plato…….Cigalas Tercer plato………nécoras y zamburiñas Cuarto plato……….Bruños, bueys y santiaguiños Quinto plato………Salmonetes a la parrilla Y el vino dijeron del que tiene Asunción, que no es blanco ni tinto, ni tiene color, entonces lo encargaron a Cambados y le mandaron todo de Albariño que es tal para cual del marisquiño. Bendijeron la mesa y dijo el Apóstol esta comida es muy parecida a la que comimos en las “Bodas de Canaan”, aquí no multiplicamos los peces pero los ariscos sí. Santiago, en acabando de comer, se puso a orar y le pidió a Dios que le diera una hora más de sol para acabar con todas las morerías y Dios le contesto que eso no podía ser que el sol tiene que llevar una ruta, lo que te daré es una hora más de día, por eso ahora los gallegos tenemos una hora más de día, después de ponerse el sol y fue gracias a eso. Mientras tanto el “jefe” estaba con estas cuitas, los soldados celebraban la fiesta a bombo y platillo entonando unas cantigas: “San Benitiño do ollo redondo” Y también unas buenas rianxeiras: “A Virxen da Guadalupe” “Vai bailar Carmiña” “Coma miña nai ningunha” “Galicia solo hay una” “Una mañana de niebla me fui a la Puebla del Caramiñal” Y terminó con “Fuxan os Ventos”. Salieron de Muros hacia el mar y encontraron un monte que parece una isla que es la entrada de la ría y como algunas de sus piedras con el sol resplandecían, le pusieron Monte Louro. Continuaron por el monte y como había muchos picos altos y bajos le llamaron Pindo. Andando más, llegaron a otro pueblecito muertos de sed, entraron para beber y le pusieron Ce, siguieron andando y pronto avistaron un pueblo más grande, que parecía saliendo de una corcova, LEYENDA (LBRE) DEL APÓSTOL SANTIAGO MATAMOROS Popular (quizás) entablaron batalla y presto se entregó, y llamó al pueblo Corcubión. Allí se prepararon para dar la batalla final, se amarraron bien los machos y salieron zumbando llevándose a rastras todo lo que encontraban. En frente encontraron el mar y dio la última orden que aquí es el fin de la tierra y lo bautizó con el nombre de Finisterre. Luego echó mano a su espada y la envainó pronunciando estas palabras: ¡¡La Guerra terminó!! Los que quieran ir para Bayona, Cangas y Bueu pueden ir en bote a bogar o a vela y cada uno que se vaya con quien vea que yo me voy para un pueblo que sé que allí se está muy bien. Cogió el vuelo y se largó para la Catedral, una de las maravillas del mundo, se fue a descansar y cuando le parece se echa un cigarro con el botafumeiro y espera allí a todos los peregrinos habidos y por haber de esta tierra que es Galicia y que Santiago nunca la olvidará y el que quiera ir a verlo allí siempre lo encontrará. Cuando se despidió de los moros les dijo: iros con vuestro sultán a chapar a Marruecos y a Tetuán. Moros, califas iros de aquí que las niñas bonitas, que son todas de Galicia, no son para ti, Y así termina esta bonita historia