La verdad en un Informe que desnudó la mentira de una guerra

Anuncio
La verdad en un Informe que desnudó la mentira de una
guerra
“! Oh Libertad, libertad, cuantos crímenes
se cometen en tu
nombre!”
“Libertad” es el nombre con que EEUU pretende
engañar al mundo cada vez que desata una de sus guerras de conquista y así lo hizo cuando en
octubre de 2001, bajo el nombre de “Operación Libertad Duradera” -Operation Enduring Freedom”invadió Afganistán y 17 meses más tarde, en marzo de 2003 a Irak con el nombre de “Operación
Libertad Iraquí” -“Operation Irak Freedom”-. Pero, como dijo Lincoln: “Podrás engañar a todos
durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos”,
y el martes, Reino Unido, uno de sus secuaces, confirmó lo que todo el mundo sabía, al denunciar en
un Informe sobre el conflicto bélico de Irak -“The Iraq Inquire”- que esa guerra “fue un fracaso, un
error basado en la mentira y que pudo evitarse.” El documento señala que Iraq no poseía Armas de
Destrucción Masiva y no representaba amenaza inminente para EEUU y el mundo. Que la decisión de
invadirlo “Se basó en pruebas defectuosas.” Socavó la autoridad de las Naciones Unidas al
efectuarse sin una resolución del Consejo de Seguridad. La invasión a Irak fue un error y sus
consecuencias se siguen notando” concluye el informe.
David Cameron, primer ministro
británico comentó en el Parlamento el documento que denuncia, cómo el país se involucró en el
conflicto bajo la presión del presidente Bush sobre el primer ministro Tony Blair para que lo
acompañara en una guerra que todo el mundo rechazaba, de la que el Papa llegó a decir que “quien
la iniciara, deberá responder ante Dios y ante la historia.” No obstante, Bush, junto con “sus dos
perros falderos”, como los medios bautizaron al británico Tony Blair y al español José Aznar que
como sumisos y obedientes borregos se postraron a sus pies, lanzaron el 26 de marzo de 2003
desde Las Azores, donde celebraban una cumbre de buitres, el ultimátum que exigía a Bagdad la
entrega de unas armas que no existían. Cuarenta y tres días antes de la invasión, Aznar el
mentiroso y conspirador de oficio, el que apoyó el golpe de Estado contra Chávez en 2002, hablando
en Madrid ante el Congreso de los Diputados manifestó el 5 de febrero de 2003: “Todos sabemos,
señorías, que Sadam Husein tiene Armas de Destrucción Masiva.” Cinco días antes, el 30 de enero
había dicho: “Decir que Irak cuenta con Armas de Destrucción Masiva, no forma parte del terreno
de la fantasía.” Y al amanecer del 20 de marzo de 2003 ese trío de criminales atacó a Irak
abriendo las puertas de un infierno cuyas llamas, a 13 años de haberse desatado, han consumido no
solo las vidas de más de un millón de iraquíes, sino también las de cientos de miles de afganos,
libios y sirios, victimas de las guerras que bajo el nombre de Libertad desata EEU y cuyas nefastas
consecuencias se evidencian con la muerte diaria de decenas de inocentes. Y es que, solo el
pasado domingo perecieron en pocos segundos, 290 iraquíes y más de 400 fueron heridos al
estallar 2 coches-bombas en un mercado de Bagdad, en el marco de la vorágine de violencia,
destrucción y muerte que asola al Medio Oriente, Asia Central y África desatada por EEUU y los
países europeos varios de los cuales ayer fueron imperios y son sumisos vasallos imperiales. Que
hace una semana murieron 38 afganos y mas de dos decenas fueron heridos durante un ataque
coordinado del Talibán en Kabul y que ese mismo día perecieron varios hombres en varias ciudades
de Libia durante enfrentamientos entre las facciones que disputan el dominio de ese país
desgarrado por la guerra que la OTAN lanzó contra Gadafi. Ese genocidio hasta hoy impune, es
consecuencia de la guerra que Blair, Aznar y Bush iniciaron contra Irak y que se extendió a otras
naciones continuada por Obama, quien no obstante confesó que su mayor error ha sido no prever
las consecuencias de la intervención militar de la OTAN a Libia en 2011, apoyada por una caterva de
mercenarios y traidores. Y es que bajo el liderazgo de EEUU, El Reino Unido, España, decenas de
naciones miembros del brazo armado del Imperio que es la OTAN, convirtieron a esos y otros
pueblos del Medio Oriente, África y Asia Central en un infierno gigantesco cuyas llamas consumieron
y siguen consumiendo las vidas de cientos de miles de niños, hombres, ancianos y mujeres
inocentes. Espiral de violencia, destrucción y muerte que arrasó y sigue arrasando con su furia a
pueblos y ciudades de países de los que hoy solo quedan ruinas sobre las que lloran millones de
sobrevivientes, mientras otros huyen, paradójicamente en busca de refugio y salvación hacia las
naciones que los agredieron, que les cierran las puertas y con ello la oportunidad de rehacer sus
vidas. A esa legión de millones de desamparados que arriesgan sus vidas a bordo de frágiles
embarcaciones que en su mayoría naufragan y muchos mueren ahogados y los que sobreviven y
llegan a la playa, quedan varados, rodeados de alambradas, soportando hambre, lluvia y frío,
mientras más de uno muere ahogado en un río tratando de escapar del maltrato de algún
desalmados guardia fronterizo. Ese trágico escenario trágico que hoy exhibe el Medio Oriente,
Asia Central y África, comenzó a montarse a raíz de los atentados del II-S, los que muchos
científicos, expertos en siniestros, periodistas de investigación y testigos, aseguran con pruebas, que
fueron planificados por Washington para justificar las guerras de conquista que un mes después
desatarían en esas regiones. El primero de los blancos fue Afganistán, país al que EEUU y sus
secuaces invadieron un mes después del 11-S con la absurda y ridícula excusa de que el gobierno de
Kabul se negó a entregar a Osama Bin Laden, amigo personal y socio de Bush en el negocio del
petróleo y utilizado por Washington como líder de la guerra que libró y ganó contra la URSS en el
país de Asia Central. Bush, ignoró como todos los mandatarios yanquis las lecciones de la historia,
y alegres, confiados como él en una fácil victoria, sus generales lanzaron a sus soldados a la guerra
contra Afganistán, olvidando que ese país es un “Cementerio de Imperios”, donde están sepultados
miles de soldados de imperios
que allí fueron derrotados al tratar de conquistarlo. Ahora le
tocaba el turno al imperio yanqui, que lanzó contra ese país la guerra más larga de su historia, en la
que han perecido en los más de 15 años que tiene, 2.382 soldados yanquis; 455 británicos; 34
españoles y 647 militares del resto de los 30 países invasores, cuya mayoría abandonaron la lucha.
La mayoría de las victimas de la guerra de Afganistán, como en todas las guerras son los civiles, los
hombres, niños, ancianos y mujeres que perecen todos los días en ese cruento y largo conflicto
bélico, cuyo número exacto se desconoce, aunque se cuentan por decenas de miles los seres
humanos que allí han muerto a manos de los invasores liderados por EEUU. Menos de dos años
después le tocaría el turno a Irak, victima de la mas brutal y sangrienta de las guerras desatadas por
el imperio yanqui en las regiones del Medio Oriente, Asia Central y África, en la que han muerto
4,822 soldados invasores, de ellos,4.502 yanquis; 179 británicos; 11 militares y 2 periodistas
españoles y 130 militares de los 20 países miembros de la OTAN que participaron en el conflicto y
que ya se retiraron derrotados. De los más de 100.000 soldados yanquis que llegaron a ocupar
Afganistán, decenas regresaron a EEUU, convertidos en piltrafas humanas, víctimas del Estrés Post
Traumático, trastorno mental que los lleva a veces a matar a sus ex compañeros de armas y hasta a
sus propios familiares y terminan suicidándose. Obama prometió retirar a los 8.400 soldados
estadounidenses que quedaban en el país de Asia Central, anunciando que la guerra había
terminado, pero como esta sigue matando gente, anunció que permanecerán allí hasta el fin de su
mandato, ya que el ejército del gobierno afgano, títere del Imperio, es incapaz de vencer la
insurrección del talibán que avanza y cada día gana más terreno. Y es que heredó una guerra que
parece interminable, de ese alcohólico, drogadicto y psicópata asesino serial que es George Walker
Bush, “el Nerón del Siglo XXI, cuya extraviada mente de “iluminado”, le llevó a decir que la lanzó
por orden divina. “Dios me ha dicho: George, ve y lucha contra los terroristas en Afganistán, y lo
hice.Y Dios me dijo: George, pon fin a la tiranía en Irak.”
En la macabra lista de países a
conquistar confeccionada por EEUU también estaba Libia, y fue así como en 2011 le tocó el turno al
país del Magreb, el más desarrollado y con el más alto índice económico, social y cultural
continente, pero al mismo tiempo con inmensas reservas de petróle pecado de tener petróleo,
principal objetivo de las guerras de conquista de EEUU. Esa motivación la confirma en sus
memorias Alan Greenspan, ex presidente del Banco Central de EEUU, -la Reserva Federal- en las
que revela que “las verdaderas razones que tuvo EEUU para invadir a Irak, no eran las de evitar el
uso de las Armas de Destrucción Masiva que supuestamente poseía Bagdad, sino controlar sus
inmensas reservas de petróleo y evitar que la UE o potencias emergentes como China tuvieran
acceso a ellas.” Esa y ninguna otra es la razón de las guerras de conquista que adelanta el Imperio
por el mundo, ya sean estas guerras convencionales o de Cuarta Generación como los golpes de
colores que desató en Europa, Asia y África o los golpes parlamentarios con su componente de
guerra económica y financiera como los que hoy lanza contra Venezuela, Brasil, Ecuador, Nicaragua
y Bolivia. Y no ha sido solo Bush quien las desató por todo el mundo, también lo hicieron los
mandatarios que le precedieron, desde los padres fundadores de EEUU, hasta los que continuaron
cumpliendo con el Destino Manifiesto, como Obama, el Premio Nobel de la Paz que hace la guerra y
como ya piensan hacerlo quienes se disponen a sucederlo, lo que da toda la razón a José
Saramago. “Me pregunto, -se interrogó el Premio Nobel de Literatura- cómo Estados Unidos siendo
un país tan grande en todo, ha tenido tan pequeños presidentes?” No lo dijo aludiendo a su
tamaño físico, sino a su estatura moral y ética de pigmeo, de víbora que asesina con su letal
veneno, que hoy es victima de su propia ponzoña, cuando un informe confirma lo que todo el
mundo ya sabía: que la libertad que EEUU usa como estandarte de sus guerras no es más que una
burda mentira para ocultar su brutalidad de opresor imperio.
Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)
Descargar