El altruismo cubano es el más notorio de la historia moderna

Anuncio
SÁBADO
20 DE JUNIO DE 2015
El altruismo cubano es el más
notorio de la historia moderna
El profesor italo-norteamericano Piero Gleijeses, estudioso
de la colaboración internacionalista de la Isla en África,
presentará la próxima semana su libro Visiones de la Libertad:
La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur
de África 1976-1991
por HEDELBERTO LÓPEZ
y GLORIA LEÓN
PARA el profesor italo-norteamericano Piero
Gleijeses, de la Universidad Johns Hopkins,
en Washington, «no existe ningún país en la
historia moderna que haya tenido por un tiempo tan largo una política exterior tan altruista
y valiente como la de Cuba revolucionaria». Lo
afirma con la certeza de quien desde principios de la década de 1990 ha estado estudiando y escribiendo sobre la epopeya cubana en África.
El contumaz y apasionado investigador,
que se encuentra en Cuba para presentar su
segundo libro, Visiones de la Libertad: La
Habana, Washington, Pretoria y la lucha por
el sur de África 1976-1991, necesitaba
documentos oficiales de todos los implicados para defender «las hazañas de esta
pequeña Isla, porque en un mundo donde
hay tanta hostilidad y tantas mentiras contra
Cuba no se puede contar solo con entrevistas, pues dirían que se narran falsedades».
Gleijeses no se detuvo tras publicar su
revelador libro Misiones en conflicto, La Habana, Washington y África 1959-1976. Continuó investigando para hacer una obra mayor,
porque cuando empezó a interesarse por el
tema «tenía una visión muy positiva sobre la
política cubana en África, pero pensaba que
al verla de cerca podías observar cosas que
no te gusten, pequeñas fallas, y ahora, en
realidad, mi opinión es más positiva después de 18 años de indagaciones, y esto es
muy raro, y me permitió conocer algo que es
único en el mundo en el sentido de la nobleza
de la política exterior de Cuba.
«Me resulta fácil decirlo aquí, en La Habana, aunque también lo expreso en el libro,
así como cuando dicto conferencias en
Estados Unidos, Europa y África», explica
Piero en entrevista con JR.
Para Misiones en conflicto estuvo indagando de 1994 a 2001, y para Visiones de
la Libertad de 2003 a 2011, prácticamente 18 años entre los dos textos. Para el primero logró 3 500 páginas de documentos
cubanos, muchos más estadounidenses y
de otros países, los que hicieron en total
unas 30 000 páginas.
«El segundo libro mejoró en cantidad y calidad debido al acceso a documentos cubanos,
como conversaciones de Fidel con Gorbachov
y de Fidel y líderes angolanos, de la Swapo y
del ANC sudafricano. También ya estaban
abiertos los archivos de Sudáfrica, los que leí
en el idioma afrikáner que había aprendido
cuando trabajaba para confeccionar Misiones
en conflicto, ya que existía un libro importante
escrito en ese idioma,una historia secreta que
habían desclasificado sobre la intervención
sudafricana en Angola 1975-76».
Para el profesor hubiera sido imposible
acometer estas investigaciones «sin el apoyo, la brillantez y la comprensión de Jorge Risquet Valdés», miembro del Comité Central,
con quien ha trabajado desde que lo conoció
en 1993.
Visiones de la Libertad, que será presentado la próxima semana en La Habana, tiene
tres fuentes documentales centrales: cubanas,sudafricanas y norteamericanas,además
de otros países.
«De Cuba obtuve unas 14 000 páginas, y
lo “más bonito” de los documentos de los países enemigos es cuando respaldan la misma
cosa. Por ejemplo, si quieres demostrar que
los cubanos ganaron la guerra en el sur de
Angola en 1988, ni te hacen falta los documentos cubanos, y cuando escribo sobre esto
en el libro, lo hago con los de Sudáfrica y Estados Unidos mayormente, que dicen que los
cubanos estaban ganando la guerra, y naturalmente es mucho más importante que lo
reconozcan ellos.
«En el primer libro explico una situación
absurda que propagandizaron en Estados
Unidos, la de decir que los cubanos, a finales
de 1975, llegaron en un puente aéreo soviético, para tratar de justificar que desde el principio esa operación estaba hecha por los
soviéticos. Los documentos cubanos dicen
lo contrario, pero lo más interesante es que
si se revisan los archivos norteamericanos,
indican exactamente la misma cosa porque
cuando comienza esa operación hacia Angola, los gringos se dan cuenta enseguida, y
Kissinger recibía un informe cada mañana
sobre los vuelos, que eran con aviones cubanos, y también barcos que presentaban un
montón de problemas para llegar, y los soviéticos no tenían nada que ver».
Sin embargo, recalca Piero, los historiadores estadounidenses y europeos «han sido
tan brutos, o tan parciales», que ni siquiera
han utilizado estos documentos, y continúan
diciendo la mentira. «Eso es muy divertido,pues
con documentos norteamericanos y sudafricanos demuestras la verdad cubana».
El historiador señala que innegablemente
Cuba cambió el curso de la historia del sur de
África, a pesar de los esfuerzos de Washington para impedirlo y puntualiza:
«Fueron los cubanos quienes hicieron
retroceder a los sudafricanos en Angola en
1976; quienes empujaron a los soviéticos a
ayudar a Angola. Fueron ellos los guardianes en Angola entre 1976 y 1988, para evitar que los sudafricanos derrocaran su
Gobierno; y fueron ellos los que en 1988
finalmente expulsaron al ejército sudafricano de Angola.
«Ellos fueron los que forzaron a Pretoria
en las negociaciones de Nueva York, en
diciembre de 1988, a que abandonara su
intento de derrocar al Gobierno de Angola, y
la celebración de elecciones libres en Namibia, que Sudáfrica había estado gobernando
en desafío a la comunidad internacional.
«La victoria de Cuba en Angola y la independencia de Namibia resultaron posibles
gracias a la victoria cubana, y fueron factores que cambiaron el equilibrio de poder en
Sudáfrica, y en última instancia condujeron
a la derrota del apartheid».
En la amena conversación Piero explica que
los soldados cubanos frustraron la operación encubierta de Washington en Angola en
1975-76, infligiendo a Estados Unidos su
peor humillación en África. A partir de entonces,
Cuba mantiene miles de tropas en Angola,
en desafío a los presidentes Jimmy Carter y
Ronald Reagan, y, con Angola como base,
que respaldó a los insurgentes de Namibia
y Sudáfrica (a quienes Reagan consideraba
“terroristas”) en su guerra contra el Gobierno de Pretoria. Sobre los cubanos, Nelson
Mandela dijo: “Han compartido las mismas trincheras con nosotros en la lucha contra el
colonialismo,el subdesarrollo,y el apartheid…
Como africanos del sur les saludamos. Nos comprometemos a no olvidar nunca este ejemplo
sin par del internacionalismo desinteresado”».
Agrega el modesto, pero profundo y pertinaz investigador que durante los siguientes 15 años, decenas de miles de soldados
cubanos permanecían en Angola. Su número
alcanzó un máximo de 55 000 en 1988, y el
último salió en 1991.
«No hay otro ejemplo —reafirma— en la
historia moderna en la que un país pequeño y subdesarrollado haya cambiado el curso de los acontecimientos en una región
distante. Los que ganaron, no son blancos,
y esa ventaja psicológica que el hombre
blanco ha disfrutado y explotado por más
de 300 años de colonialismo se les escapó. Fue una contribución de Cuba a la lucha
contra el colonialismo y el racismo».
Por el primer libro Piero ganó, en 2003,
el Premio de la Asociación de Historiadores
de Política Exterior de Estados Unidos; y el
segundo obtuvo el galardón de la Asociación de Historiadores de Estados Unidos
(que no es nada de izquierda) en 2012, un
premio mucho más importante.
Al preguntarle en qué se encuentra trabajando, explicó que le hubiera gustado hacer
un libro, de unas 250 páginas, sobre la política exterior de la Revolución Cubana en su
conjunto, pero ello requeriría de mucho más
tiempo en los archivos.
Añade que ha escrito varios artículos
sobre la historia de la guerra fría de Estados
Unidos, con los que dará a la luz un próximo
libro. Y significa: «En el sentido académico
para mí es mucho más importante hacer un
libro sobre la política estadounidense acerca
de la guerra fría, pero en el sentido afectivo
me hubiera gustado 5 000 veces más hacer
un libro sobre la política exterior cubana».
Aprueba EE. UU.
envío de materiales
para Finca Vigía
por ARACELYS BEDEVIA
LOS departamentos de Estado y del Tesoro
del Gobierno de Estados Unidos aprobaron
la compra y envío a Cuba de materiales de
construcción para el museo Finca Vigía, edificio donde se protege el patrimonio del llamado Dios de Bronce de la literatura norteamericana.
Así lo informó Mary Jo Adams, directora
ejecutiva de Finca Vigía Foundation, al intervenir en la segunda sesión de trabajo del XV
Coloquio Internacional Ernest Hemingway,
que hasta el domingo 21 estará sesionando
en el Palacio O’Farrill, de La Habana Vieja.
Mary Jo Adams explicó que se trata de
cuatro contenedores en los que se hará llegar todo lo que se necesita para la construcción y equipamiento de un taller de restauración de piezas museables, el cual contará con dos laboratorios equipados con
tecnología específica para preservación del
legado cubano del autor de El viejo y el mar,
de modo que nada tenga que salir de Finca
Vigía. Las labores de construcción, dijo,
deben empezar el próximo año y se espera
que concluyan en 2017.
«Durante dos años estuvimos trabajando junto al museo Finca Vigía en el diseño
y definición de los requerimientos técnicos
que se deben tener en cuenta para construir el taller. En octubre de 2014 presentamos la solicitud al Gobierno de Estados Unidos y en mayo recibimos la aprobación»,
expresó Mary Jo Adams.
Los vínculos entre Finca Vigía Foundation
y el museo cubano se iniciaron hace 12 años.
Fruto de esta colaboración se ha fortalecido
el intercambio de expertos en varias especialidades, señaló por su parte Ada Alfonso,
quien está al frente de la institución cubana.
Este intercambio de experiencias, enfatizó, ha posibilitado la restauración de documentos, correspondencia, páginas de manuscritos y mecano-escritos de la obra de Hemingway, así como fotografías, álbumes de
recortes, cablegramas, libros y folletos.
También se han mejorado notablemente
las condiciones de almacenamiento de miles de piezas de la colección y ha sido posible devolverles los colores que tenían en la
última etapa de la presencia de Hemingway
en Cuba a la casa principal y algunas de
sus habitaciones, así como a la pérgola de
la piscina y al yate Pilar.
«Otro logro que se debe destacar a partir de esta colaboración radica en la disponibilidad de información para estudiosos,
investigadores, interesados en la vida y
obra de Ernest Hemingway, en el Museo y
Biblioteca Presidencial John F. Kennedy y en
Finca Vigía», concluyó Ada Alfonso.
Ello demuestra una vez más que el intercambio cultural es beneficioso para ambos
pueblos, y posible cuando hay disposición
para la colaboración en ámbitos como este,
de interés para las dos naciones.
Finca Vigía. Foto: Roberto Suárez
Descargar