ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN Buenos Aires, 5 de agosto de 2013.- Señor Presidente del Consejo de la Magistratura de la Nación Dr. Mario Fera Libertad 731 Ciudad de Buenos Aires S / D De mi consideración: Alejandro E. Fargosi, en mi carácter de Consejero de la Magistratura, con domicilio real en la Av. Alvear 1580, y constituyendo domicilio en Paraná 386, piso 7º de la Ciudad de Buenos Aires, al señor Presidente y por su intermedio, al Consejo de la Magistratura me presento y digo: Objeto 1. Que vengo solicitar se inicie el procedimiento de remoción de magistrados, se formule la acusación correspondiente y oportunamente se disponga su suspensión, del juez federal Norberto Oyarbide, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 5, en los términos de los arts. 114 inc. 5 de la Constitución Nacional y 7º inc. 7 de la ley 24.937, por considerar que el magistrado ha incurrido en mal desempeño de sus funciones en la causa caratulada “Schoklender, Sergio Mauricio y otros s/ procesamiento y embargo”. 1.1. Que dadas las normas de procedimiento aplicables, solicito que: a) se remita con carácter de urgente esta denuncia a la Comisión de Disciplina y Acusación, b) se solicite al señor Presidente de esa Comisión que la convoque a la mayor brevedad materialmente posible y que se sortee este expediente, para que el consejero que resulte designado produzca su dictamen y posteriormente la ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN Comisión haga lo propio, sin perjuicio del dictamen que puedan producir otros consejeros, de forma tal de habilitar al Plenario el tratamiento de esta cuestión. c) se pida al señor Presidente de la Comisión de Disciplina y Acusación que imprima a este trámite la máxima celeridad, dada la enorme gravedad institucional que tiene la causa en la que el juez Oyarbide ha incurrido en mal desempeño, gravedad institucional que se funda en: (i) la necesidad de dilucidar si el juez Oyarbide, adrede, ha provocado nulidades que generan demoras que eran evitables e innecesarias en la búsqueda de transparencia en la disposición de montos descomunales de dinero que pertenecen a toda la gente, dinero que le fue otorgado a quienes dispusieron directa o indirectamente de él por el gobierno nacional; (ii) por el papel que en la causa tienen o pueden tener la Fundación Madres de Plaza de Mayo -y la Fundación Sueños Compartidos- cuya notoriedad pública está fuera de duda y cuyos actos, máxime en el manejo de dinero de la población, deben ser mas que transparentes; (iii) la eventual participación de funcionarios de primer nivel del Poder Ejecutivo Nacional, que debe ser dilucidada cuanto antes, no solo en relación a la entrega, fiscalización y disposición de dinero público en cantidades astronómicas sino incluso en cuanto a si incidieron en decisiones del magistrado cuestionado y (iv) por la evaluación lapidariamente negativa la conducta del juez Oyarbide que ha tenido la Cámara Criminal y Correccional Federal, que exime de mayores comentarios. d) oportunamente y por las mismas razones de gravedad institucional, el señor Presidente del Consejo convoque a Plenario para tratar el o los dictámenes que produzca la Comisión de Disciplina y Acusación. 2. Que los hechos que configuran el mal desempeño del que acuso al juez Oyarbide surgen de lo actuado por él en la causa caratulada “Schoklender, Sergio Mauricio y otros s/ procesamiento y embargo”, en la que el nombrado fue desplazado por la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en su decisión del 1º de agosto de 2013, en la que entre otras consideraciones afirmó ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN el Tribunal que “Las particulares circunstancias narradas en los párrafos que anteceden en lo concerniente a la actuación del juez de grado en este proceso, que han evidenciado la falta de racionalidad con que la que se ha llevado adelante esta encuesta, convencen a los suscriptos de la necesidad de disponer el apartamiento del Dr. Norberto Oyarbide de la instrucción del sumario…” y hasta llega a decir que “Resulta relevante destacar que los serios defectos que hemos advertido en las imputaciones cursadas no son sino el reflejo de una investigación igualmente defectuosa que, ya desde sus inicios, evidenció un direccionamiento erróneo -o bien, la ausencia del mismo-, que alertaba sobre el riesgo del fracaso de la pesquisa. 3. Que oportunamente solicito se acuse al juez Oyarbide por mal desempeño del cargo y se solicite la destitución del acusado al Jurado de Enjuiciamiento de los Magistrados. Causales de remoción Considero que el juez Oyarbide ha incurrido en la causal de mal desempeño prevista en el artículo 53 de la Constitución Nacional, al que remite el artículo 115 de la misma, y en especial en las causales descriptas por los incisos 1º, 2º, 3º y 4º del artículo 25 de la ley Nº 24.937. El artículo 25 de la ley de Consejo de la Magistratura dispone que “Entre otras, se considerarán causales de mal desempeño las siguientes: 1. El desconocimiento inexcusable del derecho. 2. El incumplimiento reiterado de la Constitución Nacional, normas legales o reglamentarias. 3. La negligencia grave en el ejercicio del cargo. 4. La realización de actos de manifiesta arbitrariedad en el ejercicio de sus funciones.” El denunciado ha incurrido en las mencionadas causales de remoción, por el desviado y pésimo tratamiento jurisdiccional y mediático que ha dado al caso de los fondos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y de la Fundación Sueños Compartidos, que tras muchos meses de procedimientos debió ser anulada por la Cámara dados los vicios en los que incurrió el juez Oyarbide en la dirección del proceso. ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN El tema que debe investigarse es la conducta del juez Oyarbide, y el eventual enorme perjuicio que ha causado a la administración de justicia y a la confianza pública en el Poder Judicial, la nulidad (eventualmente provocada, lo que deberá dilucidarse) de investigación sobre el dinero público y las obras de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, durante la gestión del señor Sergio Shoklender, que llevó a cabo el juez Oyarbide. El Consejo debe decidir -y con urgencia- si este juez puede seguir desempeñando su cargo o si debe ser acusado ante el Jurado de Enjuiciamiento de los Magistrados y suspendido mientras dure ese proceso, lo que así desde ya pido. La Cámara Criminal y Correccional Federal, en un claro y durísimo fallo, se vió obligada a anular lo actuado por el juez Oyarbide por los notorios defectos de procedimiento que el Dr. Oyarbide, con su conocimiento jurídico y experiencia judicial, no pudo de ninguna manera cometer accidental o involuntariamente. Precisamente uno de los temas mas profundos a dilucidar será si el obrar del juez Oyarbide estuvo o no dirigido -ex profeso- a provocar el resultado que en definitiva ocurrió: una escandalosa pérdida de tiempo y una dilusión (por ahora, al menos) de las responsabilidades que varias personas deben tener sin duda en todo ese manejo multimillonario del dinero de todos. Esto genera perjuicios enormes no solo a las personas que pudieren ser inocentes que están involucradas en esa causa, sino a toda la sociedad, tanto por la escandalosa cantidad de dinero que estaría perdida o mal administrada o desviada, sino por el enorme perjuicio a la confianza de la gente en una de las instituciones básicas de la democracia y de la república, que es el Poder Judicial. El Consejo de la Magistratura tiene como misión fundamental adoptar las medidas necesarias para lograr la eficaz prestación de los servicios de justicia y dados los términos de la decisión de la Cámara de Apelaciones que desplazó al juez Oyarbide de la causa Shoklender, considero que este Consejo no puede ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN sino investigar de inmediato lo sucedido, con la mayor rapidez, para que si la mayoría coincide conmigo en que el juez Oyarbide debe ser acusado de mal desempeño, se lo acuse formalmente y se lo suspenda de inmediato, para que de esa forma se tutele la administración de justicia en las causas a su cargo. Los Hechos La violación a sus obligaciones cometida por el juez Oyarbide, que ahora nos ocupa, tuvo lugar en la causa que lleva el Nº 48.187 y que se caratula “Schoklender, Sergio Mauricio y otros s/ procesamiento y embargo”. En ella, la Sala I de la Cámara Criminal y Correccional Federal, con la firma de los doctores Jorge Ballestero y Eduardo Farah, decidió el 1º de agosto de 2013 declarar la nulidad de las declaraciones indagatorias, y sus respectivas ampliaciones, recibidas a Sergio Mauricio Schoklender, Pablo Guillermo Schoklender y 64 personas más1 y todos los actos que fueron su consecuencia, debiendo el juez de 1º Instancia –ahora el titular del Juzgado Federal Nº 8reiniciar el procedimiento en los términos fijados por esa misma sentencia. Ante la enormidad de los vicios de procedimiento cometidos por el juez Oyarbide, la Sala se decidió a apartarlo del conocimiento de la causa, en los términos del art. 173 del Código Procesal Penal de la Nación. 1 Alejandro Abraham Gotkin, Patricia Beatriz Alonso, Daniel Laurenti, Gustavo Serventich, Leonardo Alejandro Hubscher, Alberto Marcelo García, Daniel Marcelo Gillert, Hugo Omar Gallardo, Manuel Camet, Fabián Brajterman, Eduardo Ramón González Fernández, Eugenio Carlos De Falco, Guillermo Darío Santoro, Carolina Gentile, Viviana Sala, Gustavo Sergio Dorf, Ernesto Luis Cerneaz, Víctor César Orsi, Ricardo Mario De Falco, Adriana María Rodríguez, Marcelo Gabriel Lewkowicz, Gerardo Adrián Gotkin, Walter Abel Cavagliato, Enrique Osvaldo Rodríguez, Marcelo Eduardo Moreira Martínez, Pablo María Moratorio Vela, Noelia Verónica Garay, Juan Manuel Digon, Walter Bernardo Francisco Boca, Marcelino Sánchez, Emmanuel Guillermo González, Nadia Jésica Vela Freudenberg, Alejandra Silvana Rossetti, Claudio Fabian Garbet, Daiana Melisa Troncoso, Mariana Tercero, Mariano Moncada, Pablo Javier Sette, Christian Ariel Terdjanian, Julia Cristina Ortega, Cynthia Leff, Maximino Darío Fernández, Gustavo Martínez, Alejandro Adrián Tamburelli, Edgardo Luis Stalloca, José Isidro Carrizo, José Fernando Caparrós Gómez, Jorge Fidalgo, Beatriz Nélida Pierantoni, Mario Serritella, Elsa Alicia Lusa, César Curtoni, Gabriela Emilse Domínguez, Germán Revol Lozada, María Alejandra Bonafini, Horacio Ezequiel Ferdkin, José Antonio Cachafeiro, Andrés José Gorbato, Juan Palavecino, Guillermo Sergio Gillert, Sergio Osvaldo Bufi, María Ester Domínguez, Hebe Lilian Coria y Adolfo Daniel Bus. Además, la Cámara decretó el sobreseimiento de Marcelino Sánchez, Alberto Marcelo García, Daniel Marcelo Gillert y Eugenio De Falco, por los hechos por los que fueron investigados, dejando constancia de que la formación de las presentes actuaciones en nada afecta el buen nombre y honor del que gozaren. ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN El colofón de lo actuado por el juez Oyarbide fue la decisión del 14 de febrero de 2013 por la que decretó el procesamiento de casi 70 personas por los delitos de asociación ilícita -en calidad de jefe (Sergio Schoklender); en carácter de organizadores (Gotkin y Pablo Schoklender) y como miembros (los restantes), en concurso real con los delitos de defraudación por administración fraudulenta en perjuicio de una administración pública y, sólo respecto de los hermanos Schoklender, del delito reprimido en el artículo 9 de la ley 24.769; trabando embargo sobre los bienes de cada uno de ellos (art. 174 inciso 5, en función del artículo 173 inciso 7 y art. 210 del Código Penal de la Nación)2. Recordemos que la causa se inició por la denuncia del 2 de junio de 2011 de la Unidad Fiscal para la Investigación de los Delitos de Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo, en pos de que se investigase la posible comisión de los delitos de fraude a la administración pública, mediante administración fraudulenta y lavado de activos de origen delictivo. Esta causa tenía –y tiene- una enorme trascendencia y gravedad institucional no solo por los delitos potencialmente cometidos sino porque están involucrados enormes volúmenes de fondos públicos –o sea de todos los argentinosconfiados por decisión del gobierno a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, cuya notoriedad nacional e internacional las coloca bajo la mirada del público y así, de la confianza pública. No es este el momento de entrar en los detalles de la causa, sino de traer a colación los juicios de valor que mereció el obrar del juez Oyarbide a la Sala I de la Cámara que es su superior. Como es obvio y lo remarca la Cámara, es imperativo a todo juez que la investigación de todos los hechos presuntamente delictivos se lleve a cabo con 2 Acotaremos que las defensas de Mariana Tercero, Christian Terdjanian, Daiana M. Troncoso, Pablo Sette y Mariano Moncada impugnaron sus procesamientos en orden al delito previsto en el artículo 278, inciso 1 del Código Penal de la Nación -texto según ley 25.246-, y los embargos decretados sobre sus bienes y el representante del Ministerio Público Fiscal, Dr. Di Lello, apeló la falta de mérito de Fernando Caparrós Gómez en orden a los hechos por los que fuera oportunamente indagado. Por último el titular de la Unidad de Información Financiera -parte querellante en este proceso-, impugnó las faltas de mérito decretadas a: German Revol Lozada, José Antonio Cachafeiro, Guillermo Sergio Gillert, Beatriz Nélida Pierantoni, Elsa Alicia Lusa, Mario Cerritella, César Curtoni, Hebe Coria, Edgardo Luis Stalloca, Gabriela Domínguez, María Esther Domínguez, Adolfo Daniel Bus, Fernando Caparrós Gómez y Jorge Fidalgo. ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN riguroso apego a las normas procesales, para garantizar los derechos y garantías constitucionales de aquellos contra quienes se dirige el proceso y para lograr el éxito de la pesquisa y el castigo de los eventuales responsables, máxime –insisto- cuando se trata de una investigación en la que están involucrados una entidad como las Madres de Plaza de Mayo y reparticiones de primer nivel del gobierno nacional. Pero esos parámetros no se concretaron en esa causa. Para que no exista posibilidad de subjetividades, transcribiré casi literalmente el fallo de la Cámara del 1º de agosto de 2013, resumiendo algunas de sus gravísimas críticas a lo actuado por el juez Oyarbide. Afirma la Cámara que: a) El juez admitió declaraciones indagatorias que adolecen de un vicio sustancial que se tradujo en un serio menoscabo a las garantías constitucionales de los imputados, fundamentalmente su derecho de defensa en juicio, circunstancia que impide admitir esas declaraciones como actos válidos. b) El juez dirigió la causa configurando serios obstáculos que imposibilitan la adecuada comprensión de la plataforma factica del sumario. Más allá de la confusa redacción de gran parte de sus fragmentos, el vicio consiste en la existencia de diferentes párrafos -distanciados unos de otros- que se refieren, en realidad, a las mismas circunstancias de hecho, aunque descriptas de modo distinto; lo que da la ilusión de tratarse de numerosos episodios cuando no son más que los mismos mencionados más de una vez. De este modo no resulta fácil determinar con precisión cuáles son los hechos atribuidos, e individualizar cada uno de los actos de desvío que integrarían la defraudación por administración fraudulenta de la que habrían participado los encausados. c) El juez en varias ocasiones inició la imputación con la frase “a modo de ejemplo...”, algo inadmisible porque la normativa procesal exige que la indagatoria contenga la totalidad los hechos que conforman la acusación y no sólo algunos ejemplos de aquéllos. ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN d) El juez ha concretado intimaciones meramente genéricas y de ellas derivó declaraciones indagatorias recibidas a los encausados que son inválidas porque las imputaciones fueron genéricas y carentes de las precisiones necesarias en cuanto a las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que habrían tenido manifestación los episodios pesquisados, extremos imprescindibles para que los incusos puedan, tras conocer la hipótesis de la acusación, defenderse adecuadamente, refutando las afirmaciones allí contenidas y ofreciendo la prueba que consideren idónea para otorgar sustento a su versión de los hechos. e) El juez no ha incluido a la totalidad de las personas que se sospechaba habrían formado parte de la acción, omisión que pretendió subsanar valiéndose de la frase “entre otros” y tampoco se ha señalado cuál sería la actividad delictiva que estaría destinada a llevar a cabo. f) El juez no ha explicado las características del “acuerdo” -extremo exigido por la figura de asociación ilícita- que habría vinculado a los diferentes sujetos que la habrían conformado, ni de qué modo se enlazarían unos con otros, es decir, cuál sería la organización interna o la división de tareas de conformidad con la cual actuaba la asociación. g) El juez ha admitido en la causa descripciones genéricas de la que sólo se desprende que existiría una suma de dinero proveniente del Estado, que tenía una afectación específica -la construcción de viviendas- y que egresó del ámbito de la Fundación habiendo beneficiado, en algunos casos, a los apoderados de aquélla -a quienes tampoco el juez mencionó-. Tal relato exigía la debida precisión de cada uno de los actos de desvío referenciados, detallándose expresamente cada una de las operaciones que se habrían traducido en un perjuicio al Estado, y que habrían configurado un beneficio indebido para algunos de los incusos. h) El juez no concreta un detalle de las supuestas operaciones de desvío, fechas ni montos específicos. Por el contrario, el relato es por demás impreciso e incluye varias alternativas posibles -empresas o financieras, cobro personal o de terceros, evasión impositiva o beneficio económico-. ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN i) El juez endilgó la “participación en la falsedad ideológica en el Contrato para la Provisión de Construcciones Móviles de fecha..., entre la Fundación Madres de Plaza de Mayo y la firma Meldorek S.A....” pero sin perjuicio del nomen iuris utilizado -que hace referencia a un delito que sólo podría tener por objeto un documento público, y no uno privado como del que allí se trata-, lo concreto es que no se ha apuntado ninguna circunstancia de modo, tiempo y lugar que permita conocer, al menos, cuál sería la información supuestamente falsa. j) El juez realiza consideraciones confusas porque no se establecen las “pautas o porcentajes” que no habrían sido observados y, en segundo lugar, los anticipos financieros, al ser -como su nombre lo indicaaportados con anterioridad al inicio de las obras cuya ejecución se encomendaba a la Fundación, no guardaban -ni podían hacerlo- ninguna relación con el “avance” de la misma. k) El juez no ha precisado cuánto dinero habría recibido la Fundación, qué parte del mismo habría sido desviado ni se ha especificado cuál ha sido su destino final, sino que sólo ha descripto genéricamente, diversas maniobras. No se individualizaron los terrenos o propiedades supuestamente adquiridas, ni las empresas o financieras que habrían recibido depósitos. No se ha explicado cuál es la razón por la que se presupone que las empresas allí mencionadas -que no serían todas, pues se culminó la frase diciendo “entre otras”- habrían recibido dinero sin haber aportado nada a cambio. l) El juez ha reprochado “la falta de pago de las retenciones hechas a los empleados de la Fundación” -a los que no ha individualizado-, sin precisar, al menos, el período de tiempo en que ello habría tenido lugar o la suma total adeudada. También atribuyó “haber tenido personal no declarado en las obras correspondientes a la Fundación”, conducta que carecería de relevancia jurídico penal. El mismo defecto se advierte en la imputación consistente en “su participación en la falsedad de los estados ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN contables de la Fundación”, sin indicar de qué períodos se trataría ni cuál sería la falsedad que los afecta. m) El juez ha sido impreciso cuando imputa: “... participación por intermedio de la empresa Meldorek... en la compra de bienes muebles e inmuebles de manera presumiblemente irregular, puesto que habrían sido adquiridos con fondos que corresponderían a la Fundación... imprimiéndoseles a dichos fondos un destino para el cual no fueron asignados”, toda vez que se desconoce a qué bienes registrables se refiere, en qué fecha habrían sido adquiridos, por qué monto, y cuál sería la razón en virtud de la cual se colige que el dinero utilizado podría proceder de la Fundación o del Estado. n) El juez consignó que conforme surgía de un informe elaborado por la División Delitos Patrimoniales de la Policía Federal Argentina -que no se ha individualizado-, la firma tendría “actividades reales, mayoritariamente direccionadas a inversiones...”, pero que, “sin embargo, todas esas operatorias no se encontrarían debidamente registradas en los libros societarios” (fs 41.648vta). Ninguna relación existiría entre tales extremos y el objeto procesal de esa pesquisa. o) El juez expuso que “se investiga la compra de bienes por valores muy inferiores a los de mercado, como por ejemplo...” con lo que reitera el uso de la figura de la ejemplificación y no se encuentra su vinculación con estas actuaciones, ni ha explicado cuál podría ser la significación jurídica de las conductas que se describen a continuación, pues las dos operaciones que allí se reseñaron consisten en la adquisición, por parte de Meldorek, de una aeronave y un inmueble y su posterior venta a un precio sustancialmente mayor al de compra. p) El juez –llamativamente- refiere muchas circunstancias fácticas en los tópicos de mención que no habían sido incluidas en las declaraciones indagatorias, lo que genera, además, una violación al principio de congruencia y, en consecuencia, al debido proceso. ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN q) El juez realiza referencias cuantitativas incoherentes entre sí, que torna harto dificultosa la compresión de los límites de la imputación cursada, y genera indudablemente una seria afectación al derecho de defensa de los encartados. Señala la Cámara, literalmente, que “Frente al escenario descripto, habiendo examinado uno a uno los fragmentos que componen la imputación que se ha cursado a los incusos, y aun tras una lectura integradora tendiente a obtener una visión armónica de todos los hechos investigados en este sumario, los suscriptos concluimos que la información que de allí se desprende resulta palmariamente insuficiente. En ninguna de las declaraciones indagatorias constan los nombres de la totalidad de las personas que habrían formado parte de la asociación ilícita pesquisada y que habrían tenido intervención, de diferentes formas, en los restantes hechos endilgados. Tampoco sabemos cuáles fueron las empresas y financieras de las que se habrían valido para llevar a cabo las maniobras defraudatorias desplegadas. Si bien conocemos las características generales de las diferentes modalidades que habrían utilizado los encausados, no hemos podido identificar cada una de las operaciones que configuraron un desvío de dinero. Ignoramos cuál fue el monto total que el Estado Nacional habría entregado a la Fundación, cuál era su destino específico y qué porción habría sido desviada, de modo que el supuesto perjuicio patrimonial causado a las arcas del Estado -extremo que motivó la aplicación de la agravante prevista en el artículo 174 inciso 5 del Código Penal de la Nación en la resolución ahora revisada y que habilitaría la intervención de este fuero de excepción- aún no está debidamente cuantificado. La ausencia de tales datos, que no resultan circunstanciales sino que hacen a la esencia del sustrato material de este proceso, se ha traducido en un serio menoscabo a los derechos de raigambre constitucional de los encausados, pues mal podrían ejercer su defensa sin un acabado conocimiento del reproche penal del que son objeto en este proceso.” (el subrayado es mío). Agrega la Cámara que “Resulta relevante destacar que los serios defectos que hemos advertido en las imputaciones cursadas no son sino el reflejo de una investigación igualmente defectuosa que, ya desde sus inicios, evidenció un direccionamiento erróneo -o bien, la ausencia del mismo-, ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN que alertaba sobre el riesgo del fracaso de la pesquisa. En el mes de noviembre de 2011 -a menos de seis meses de iniciadas las actuaciones- se dijo que “(l)a modalidad de acuerdo a la cual el juez a cargo de la instrucción del sumario está llevando a cabo la extensa tarea investigativa abordada, que se destaca por la ausencia de racionalidad en la búsqueda de información, conspira contra el éxito de la pesquisa. En este contexto la solicitud indiscriminada de informes a organismos públicos (I.G.J., A.N.SE.S., A.F.I.P., Banco Central de la República Argentina, Registros Nacional y Provinciales de la Propiedad Inmueble y Automotor, Registros de Buques y Aeronaves, entre otros) respecto de un importante número de personas físicas y jurídicas, y la realización de una gran cantidad de allanamientos con el consecuente secuestro de numerosísima documentación -diligencias éstas que han tenido una enorme cobertura por parte de los medios de comunicación-, y su desordenada incorporación al legajo, sin una clave de interpretación, amenaza con ser tan sólo escenográfico. La encuesta parece estar más orientada a la investigación patrimonial de cada una de las personas involucradas en este proceso y a la determinación de bienes muebles e inmuebles pasibles de ser cautelados, que al descubrimiento de los hechos contenidos en la denuncia que motivó la formación de este legajo. No se han producido aún la totalidad de las diligencias probatorias necesarias para la acreditación de los desvíos de fondos pesquisados. (...)... el errado direccionamiento que se le ha impreso a esta investigación, y la incorporación asistemática de la información colectada durante la misma, se traduce, para quien se sumerge en las constancias del sumario, en una quimera. La localización de los elementos probatorios idóneos para la acreditación de un hecho presuntamente delictivo -y aún la individualización de tales hipótesis resulta, entonces,...” de gran dificultad.” A mayor abundamiento, decide la Cámara que “En ese irregular proceder, conforme lo he explicado, se estaría perjudicando el descubrimiento de la verdad, a la vez que se restringe indebida y prematuramente derechos fundamentales de quienes están sometidos a proceso...” (del voto del Dr. Freiler en la causa n° 45.987 “García, Alberto Marcelo y otro s/ rechazo de la solicitud de levantamiento de medidas cautelares”, rta. 24/11/11, reg. n°: 1342, lo destacado es de la nuestro). Los suscriptos advertimos hoy que el temor allí evidenciado se ha visto concretado: la dilucidación de los sucesos cuya ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN investigación se propició a través de la denuncia que encabeza este sumario aún no se ha conseguido sino que, por el contrario, la verdad permanece oculta. Tras dos años de encuesta -y a pesar de los más de doscientos cuerpos de actuaciones que conforman este legajo- nos encontramos ahora frente a un preocupante escenario: más de sesenta personas han sido oídas en declaración indagatoria -cuarenta y cuatro de las cuales han sido procesadas-, aunque en virtud de intimaciones inválidas -pues se carece de un objeto procesal suficientemente determinado-, lo que obliga a retrotraer el proceso a los estadios previos, con el consecuente compromiso a la necesidad de una pronta y eficaz administración de justicia.” Según la Cámara, “…la deficiente descripción de los hechos que conforman el objeto procesal de esta encuesta y el grado de imprecisión que advertimos en el relato allí contenido torna imposible el adecuado ejercicio del derecho de defensa … No se trata de un mero incumplimiento formal, sino que nos encontramos frente a un defecto de tal magnitud que ha impactado directamente sobre las garantías de raigambre constitucional de los encausados, por lo que la adopción de una sanción procesal como la aquí aplicada deviene necesaria.” Y sigue diciendo que “Sin embargo, no es únicamente la afectación a los derechos fundamentales de los incidentistas lo que nos conduce a la decisión que aquí adoptamos, sino también … la violación del debido proceso, que se ha traducido aquí en un obstáculo para la averiguación de la verdad, extremo al que tiende, en definitiva, toda investigación penal. No puede soslayarse el interés de la sociedad de que se investiguen de modo rápido y eficiente los sucesos presuntamente delictivos puestos en conocimiento de la justicia, fundamentalmente aquellos en los que se encuentran involucrados los intereses patrimoniales del Estado. Recuérdese que el artículo 193 del Código Procesal Penal de la Nación prescribe que la instrucción tendrá por finalidad: “comprobar si existe un hecho delictuoso mediante las diligencias conducentes al descubrimiento de la verdad...” e “...Individualizar a los partícipes...”. Esos objetivos podrían verse frustrados si -como ha ocurrido en este caso- la encuesta que conduce el juzgador no se apoya sobre la base de un objeto ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN procesal debidamente determinado -aún afirmado en grado hipótesis-, que guíe racionalmente la tarea pesquisitiva que se lleve a cabo, la cual deberá, además, ajustarse a las normas procesales vigentes.” En lo que ahora nos debe interesar, culmina la Cámara diciendo que “Las particulares circunstancias narradas en los párrafos que anteceden en lo concerniente a la actuación del juez de grado en este proceso, que han evidenciado la falta de racionalidad con que la que se ha llevado adelante esta encuesta, convencen a los suscriptos de la necesidad de disponer el apartamiento del Dr. Norberto Oyarbide de la instrucción del sumario, solución que viene contemplada en nuestro ordenamiento adjetivo (art. 173 del Código Procesal Penal de la Nación)…” Prueba Ofrezco como prueba la causa “Schoklender, Sergio Mauricio y otros s/ procesamiento y embargo” que en copia certificada deberá solicitarse al juzgado actualmente interviniente. Conclusión La decisión de la Cámara ha sido terminante y no deja lugar a dudas, por lo cual es imperativo que este Consejo de la Magistratura inicie de inmediato la investigación de la conducta del juez Norberto Oyarbide, quien de acuerdo a lo sentenciado por la Cámara no actuó como debió hacerlo, no hizo una valoración razonable de los hechos y del derecho que debía aplicar, no se basó en fundamentos serios ni completos, no actuó con la imparcialidad a la que está obligado y ha incurrido en una arbitrariedad que no solamente perjudicó el derecho de defensa de las personas involucradas sino que perjudicó al interés público, tanto en la materialidad de conocer con fehaciencia si el dinero público ha sido mal administrado y hasta hurtado y por quien, como en la trascendental inmaterialidad de reforzar y recuperar la confianza que la ciudadanía debe tener en su sistema judicial, algo incompatible con la actuación del juez Oyarbide. Por todo lo dicho, vuelvo a solicitar: ALEJANDRO E. FARGOSI CONSEJERO DE LA MAGISTRATURA DE LA NACIÓN 1. Que se inicie el procedimiento de remoción de magistrados, se formule la acusación correspondiente y oportunamente se disponga la suspensión del juez federal Norberto Oyarbide, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 5, en los términos de los arts. 114 inc. 5 de la Constitución Nacional y 7º inc. 7 de la ley 24.937, por considerar que el magistrado ha incurrido en mal desempeño de sus funciones en la causa caratulada “Schoklender, Sergio Mauricio y otros s/ procesamiento y embargo”. 1.1. Que dadas las normas de procedimiento aplicables, solicito que: a) se remita con carácter de urgente esta denuncia a la Comisión de Disciplina y Acusación, b) se solicite al señor Presidente de esa Comisión que la convoque a la mayor brevedad materialmente posible y que se sortee este expediente, para que el consejero que resulte designado produzca su dictamen y posteriormente la Comisión haga lo propio, sin perjuicio del dictamen que puedan producir otros consejeros, de forma tal de habilitar al Plenario el tratamiento de esta cuestión. c) se pida al señor Presidente de la Comisión de Disciplina y Acusación que imprima a este trámite la máxima celeridad, dada la enorme gravedad institucional que tiene la causa en la que el juez Oyarbide ha incurrido en mal desempeño, gravedad institucional que se funda en (i) los montos multimillonarios en juego en la causa en la que el obrar del juez Oyarbide han provocado la nulidad de las partes sustanciales de procedimiento (ii) por el papel que en ella tienen o pueden tener la Fundación Madres de Plaza de Mayo, (iii) la Fundación Sueños Compartidos y (iv) funcionarios de primer nivel del Poder Ejecutivo Nacional y (v) por las manifestaciones formales sobre la conducta del juez Oyarbide que ha tenido la Cámara Criminal y Correccional Federal. d) oportunamente y por las mismas razones de gravedad institucional, el señor Presidente del Consejo convoque a Plenario para tratar el o los dictámenes que produzca la Comisión de Disciplina y Acusación. Saludo al señor Presidente muy atentamente,