Patton SPAN

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COOPERATIVAS DE CREDITO EN EL REINO UNIDO
E IRLANDA
John Patton
Responsable Nacional de Desarrollo
Scottish League of Credit Unions (SLCU)
Glasgow / Escocia
Para gran parte de la población británica, las cooperativas de crédito son la única vía
de acceso al crédito. Mucha gente de bajos ingresos y garantías limitadas no puede acceder a los servicios financieros ofrecidos por los grandes bancos. Por ello, existe una
industria crediticia floreciente manejada por prestamistas ambulantes que ofrecen, de
puerta en puerta, préstamos a individuos y familias de bajos recursos. Las investigaciones recientes y las cifras publicadas por el Ministerio de Comercio e Industria de
Gran Bretaña demuestran que la tasa de interés promedio cobrada por estos préstamos
asciende a aproximadamente 175%. En un documento oficial sobre créditos al consumo, publicado recientemente por el Gobierno, un estudio de caso demostró que una
lavadora de ropa con un precio al por menor de unas £300, les puede costar casi £780 a
estos prestatarios.
Las cooperativas de crédito son cooperativas financieras sin fines de lucro desarrolladas con base en los principios de Raiffeisen. Como ya lo mostró John Hume en su conferencia Bert Mullen, Raiffeisen es respetado en toda Irlanda y el Reino Unido como
el padre fundador de la cooperativa de crédito.
Las cooperativas de crédito son de propiedad exclusiva de sus socios. Estos socios eligen democráticamente a una Junta Directiva que asume la gerencia como trabajo voluntaria. En las cooperativas de crédito más pequeñas, también el personal de caja trabaja voluntariamente. Las cooperativas de crédito más grandes contratan personal para
las operaciones cotidianas y, obviamente, este personal tiene que rendir cuentas a la
Junta Directiva.
Para calificar como socio, hay que tener algún lazo común con los demás socios. Este
lazo puede ser el domicilio, por ejemplo de todos los habitantes de una ciudad, incluyendo a los niños, o los empleados de una organización grande. El objetivo de la
cooperativa de crédito consiste en promover el ahorro entre sus socios y ofrecerles acceso a créditos a bajas tasas de interés.
El ahorro regular es un principio clave y la mayoría de las cooperativas de crédito retribuyen los ahorros con un dividendo, recomendado por la Junta Directiva a la asamblea anual general de socios que tiene que aprobar el nivel propuesto. También cuando los socios están pagando sus créditos se les incentiva activamente para que sigan
depositando dinero en sus cuentas de ahorros.
La ley “Credit Union Act” de 1979 fijó la tasa máxima de interés cobrable por las
cooperativas de crédito en 1% por mes, equivalente a una tasa de interés del 12,68%
anual. A los prestatarios se les cobra el interés sobre el monto no pagado de su crédito
– en otras palabras, sólo se paga interés sobre el monto que se debe realmente y obviamente, este monto se reduce conforme se paga el crédito. En términos reales, este
sistema vuelve los créditos cooperativos altamente competitivos con respecto a las tarjetas de crédito y los préstamos ofrecidos por los almacenes. La gran mayoría de compañías de tarjetas de crédito cobra 15% y más y ha sido objeto de una observación estricta y fuertes críticas del Parlamento debido a la gama de cargos escondidos que imponen a los prestatarios. A diferencia de muchos otros proveedores, las cooperativas
de crédito manejan una política de crédito responsable. La capacidad de pago y el destino del crédito son los criterios básicos para la evaluación de las solicitudes de crédito.
En Gran Bretaña, las cooperativas de crédito, al igual que los bancos, compañías de
seguro y casas de hipotecas, son reguladas por la “Financial Services Authority”. Los
ahorros de los socios son garantizados a través del llamado “Financial Services Compensation Scheme” y los socios tienen el derecho de apelar al “Financial Services Ombudsman” (Defensor del pueblo para servicios financieros) si tienen la impresión de
haber sido tratados de manera injusta por la cooperativa de crédito.
Las cooperatives de crédito llegaron a Gran Bretaña a comienzos de los años 1960
proveniente de los Estados Unidos vía el Caribe. En estos años, el sur de Inglaterra experimentó una escasez de trabajadores y mucha gente de Jamaica y otros países del
Caribe inmigró para trabajar, especialmente, en los servicios de transporte y salud.
Habían gozado de los beneficios de las cooperativas de crédito en sus países de origen
y es así que la primera cooperativa de crédito se estableció en London Wandsworth
en1964. Actualmente, existen un poco más de 500 cooperativas de crédito en Gran
Bretaña (sin contar Irlanda del Norte).
Al otro lado del mar, en Irlanda, el movimiento de cooperativas de crédito está floreciendo desde el año 1958 gracias especialmente al liderazgo del joven y carismático
John Hume, Premio Nobel de 1998, que logró despertar la imaginación del público
con el resultado de que, hoy en día, Irlanda, sur y norte, cuenta con más de 6000
cooperativas de crédito que reúnen más de 20 mil millones de euros en activos y casi 3
millones de socios, es decir más del 50% de la población. Una gran mayoría de la población adulta de Irlanda considera la cooperativa de crédito como el servicio financiero más importante tanto para si misma como para sus familias. Esta confianza en el
acceso a recursos confiables mejoró el autoestima nacional en forma impresionante y
es muchas veces citada como factor primordial del desarrollo económico de Irlanda,
país que durante la última década registró el más alto crecimiento del PIB en la Unión
Europea. Históricamente, el producto de exportación más importante de Irlanda fue su
gente; ahora es un país económicamente autosuficiente con escasez de personal calificado y trabajadores, un país que atrae a profesionales altamente calificados de toda Europa y los Estados Unidos. Tanto social como económicamente, las cooperativas de
crédito fueron la clave de esta proeza.
En Escocia, la primera cooperativa de crédito se estableció en 1970 en Glasgow. El
pionero del movimiento regional fue Bert Mullen, un visionario inteligente de la clase
obrera que se inspiró con el éxito del movimiento irlandés y su impacto en las vidas de
la gente común. Actualmente, Escocia cuenta con 134 cooperativas de crédito y un total de activos de más de £200 millones y 150.000 socios. Aunque no ha alcanzado el
éxito contundente de sus vecinos irlandeses, los últimos cinco años demuestran un crecimiento continuo y un creciente perfil así como una mayor conciencia pública. El
Gobierno británico cedió algunas competencias al Parlamento y Ejecutivo escocés pero los temas financieros siguen siendo de exclusividad del Gobierno nacional en
Westminster. A pesar de ello, el Ejecutivo y el Parlamento escocés reconocen que las
cooperativas de crédito son un medio importante para lograr la inclusión financiera y
han destinado aproximadamente £3 millones para fortalecer el movimiento. Este
apoyo positivo del Gobierno fue recibido con beneplácito por las cooperativas de
crédito.
La “Scottish League of Credit Unions (SLCU)”, miembro de la Unión Internacional
Raiffeisen, fue creada en 1993 con el fin de promover el movimiento, apoyar las
cooperativas de crédito con capacitación, hacer el cabildeo para lograr cambios en la
legislación y, en general, incrementar el perfil de las cooperativas de crédito en los
medios de comunicación y el sector de los servicios financieros. Tiene su sede en
Glasgow pero se influencia se hace sentir en todo el país desde Stranraer en el sudoeste hasta Fraserburgh en el noreste. Los lectores pueden obtener más información en la
página web http://www.scottishcu.org/
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