ÎxpųŠÉšŠÉäÎxpųŠÉšŠÉÉlÉæ ŪúÉMÉuäųđÉÉč

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Capítulo 3
Los animales no tienen un dharma-¿¡stra porque se comportan de acuerdo a su
naturaleza. Los animales tampoco tienen voluntad. Aunque le pidas a un tigre, con mucha
gentileza, que no mate a nadie, puede que se abalance sobre ti porque piensa que vas a
atacarlo. Tampoco puedes pedirle a un gato que no maulle. Simplemente seguirá
maullando. Por eso, estas criaturas no tienen libros de ética ni escrituras. Tampoco se
unen a ninguna congregación, y mucho menos trabajan para obtener mokÀa.
Los mandatos se dirigen solamente a los seres humanos porque ellos tienen libre
albedrío. Pero aquí, K¤À¸a estaba diciendo que cada uno se comporta de acuerdo a su
prak¤ti y nada puede evitarlo. Esto cayó sobre Arjuna como una bomba porque él
siempre había pensado que debía hacer algo. Ahora K¤À¸a estaba diciendo: ‘No, no. Tú
sólo sigue a tu prak¤ti porque de todos modos no hay nada que pueda detenerla.’ ¿Qué
significa todo esto?
Aquí, entonces, hay algo que debemos comprender y K¤À¸a comenzó su
explicación en el verso siguiente.
<ÎxpùªÉºªÉäÎxpùªÉºªÉÉlÉæ ®úÉMÉuäù¹ÉÉè ´ªÉ´ÉκlÉiÉÉè*
iɪÉÉäxÉÇ ´É¶É¨ÉÉMÉSUäôkÉÉè ÁºªÉ {ÉÊ®ú{ÉÎxlÉxÉÉè** 34
indriyasyendriyasy¡rthe r¡gadveÀau vyavasthitau
tayorna va¿am¡gacchettau hyasya paripanthinau
Verso 34
<ÎxpùªÉºªÉ <ÎxpùªÉºªÉ +lÉæ indriyasya indriyasya arthe — con referencia al objeto de cada
órgano sensorial; ®úÉMÉ-uäù¹ÉÉè r¡ga-dveÀau — apego y aversión; ´ªÉ´ÉκlÉiÉÉè vyavasthitau —
están allí; iɪÉÉä& tayoÅ — de estos dos; ´É¶É¨É va¿am —dominio; xÉ na — no; +ÉMÉSUäôiÉÂ
¡gacchet — debería caer; ʽþ hi — porque; iÉÉè tau — estos dos; +ºªÉ asya — de uno;
{ÉÊ®ú{ÉÎxlÉxÉÉè paripanthinau — enemigos
Hay apego y aversión con referencia a cada objeto sensorial. Que uno no
caiga bajo el dominio de estos dos porque son nuestros enemigos.
Aquí la repetición de la palabra indriyasya es un ejemplo de un estilo de lenguaje
usado en sánscrito y llamado v¢ps¡. Primero consideremos la expresión indriyasya
arthe, que significa ‘con referencia a un objeto, arthe, de un determinado órgano
sensorial, indriyasya’ — en otras palabras, un objeto sensorial1. Repitiendo la palabra
indriyasya, en la frase, indriyasya indriyasya arthe, se transmite el significado: con
respecto a cada objeto sensorial. La repetición transmite el significado de ‘cada’.
Este verso nos dice que con respecto a cada objeto sensorial, hay dos factores
presentes: r¡ga y dveÀa, atracción y aversión. Este verso es la clave para todo lo que se
ha dicho hasta ahora y contiene la psicología completa de la G¢t¡. Los sentidos en sí no
tienen aversión o apego a los objetos sensoriales. Ellos solamente son reporteros. Aquí se
está diciendo que, para un ser humano, con respecto a cada objeto sensorial, puede haber
1
N. de T. – De los ojos el objeto es el color y la forma, de los oídos el objeto es el sonido, del olfato el
objeto es el olor, del tacto el objeto es la sensación de calor o frío etcétera, del gusto el objeto es el gusto.
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Bhagavadg¢t¡
r¡ga o dveÀa— indriyasya indriyasya arthe r¡ga-dveÀau vyavasthitau. Este es el
enunciado de un hecho.
LAS ATRACCIONES Y LAS AVERSIONES SE DEBEN A PRAKÎTI
Con referencia a cualquier objeto sensorial — el sonido (¿abda), el tacto (spar¿a),
la forma o el color (r£pa), el gusto (rasa), o el olfato (gandha) — existen atracciones y
aversiones. Cada persona tiene sus propias atracciones y aversiones, hasta los devas. Los
ángeles también tienen sus propias atracciones y aversiones. Y, ¿por qué están presentes
estas atracciones y aversiones? Debido a prak¤ti, nuestra propia naturaleza. Con respecto
a esto, no tienes ninguna opción.
Por este motivo cuando le dices a alguien: ‘Te amo’, y la persona te pregunta:
‘¿Por qué?’, ¡lo único que puedes hacer es inventar una respuesta! En realidad no sabes
por qué amas a una persona. Aunque uno puede decir que no existe una razón,
definitivamente ésta existe. Así que, si examinas tu psiquis y te preguntas qué es lo que
hace que te guste una persona en particular, encontrarás una razón. Por esto a cada uno le
gusta alguna persona. En realidad, se ha estado buscando a esa persona. Muchas otras
llegaron antes, pero no ‘ésta’. Entonces, de repente, apareció esta persona y se produjo
una experiencia electrizante.
Todo lo que se puede decir es que amas a alguien debido a tu propio svabh¡va,
que puede ser llamado tu subconsciente. Hay algo que hace que ames a la persona. El
subconsciente es la prak¤ti, que puede ser el resultado del pasado personal. Si un hombre
debe pasar su vida con cierta mujer o si una mujer debe pasar su vida con este hombre,
aunque la persona pueda ser miserable, habrá una atracción hacia la otra persona ¡y sólo
el Señor sabe por qué!
Estar casado y vivir con otra persona no es broma. Es algo que, sin duda, va a
cambiar la vida de la persona. El dolor y el placer, ambos estarán presentes, dependiendo
de quién sea la persona. ¿Y por qué, entre todas las personas del mundo, elegiste justo a
esta? ¡No puedes decir que Pizza Hut es responsable porque la viste ahí por primera vez!
Has visto mucha gente en Pizza Hut sin que pasara nada. Si no la hubieras conocido allí,
la habrías encontrado en algún otro lugar. Por lo tanto, el responsable no es un lugar
determinado. Este encuentro particular ocurrió por algo dentro de ti mismo. Lo que
conecta a dos personas de esta manera, se llama karma.
áa´kara dice que karma, pr¡rabdha-karma, juega un rol, ya que en todos
existen saÆsk¡ras de dharma y adharma, pu¸ya y p¡pa. Por esta razón a una persona
le gusta otra persona. También en esta vida, desde la niñez en adelante, uno acumula una
gran cantidad de atracciones y aversiones desconocidas para uno mismo. Estas están
todas enterradas en el subconsciente de la persona y este ‘sub’, igual que un submarino,
también saldrá a la superficie. Y siempre sube a la superficie en el momento justo.
En el verso anterior, K¤À¸a dijo que todos actúan de acuerdo a su propia naturaleza.
Uno expresa su naturaleza en términos de r¡gas y dveÀas, sobre los cuales no es posible el
control. En la segunda línea de este verso se introduce el libre albedrío— ‘No caigas bajo el
dominio de estas dos, atracciones y aversiones — tayoÅ va¿aÆ na ¡gacchet’.
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Capítulo 3
K¤À¸a no dijo ‘no tengas atracciones y aversiones’. Tal declaración no hubiera
tenido sentido. El estaba diciendo simplemente: ‘Que no caigas bajo su dominio’.
LA LÓGICA DE LA MENTE
La mente se conduce de acuerdo con su propia lógica. No tiene sentido decirle a
alguien que no tenga un pensamiento particular. Cuanto más trate la persona de no tener
este pensamiento, más lo tendrá. En realidad, hasta puede convertirse en una obsesión,
una fijación. Cuando tratas de evitar algo, sólo por tratar de eludirlo, inevitablemente
estará en tu mente. Por ejemplo, si le digo a un hombre que cuando cante un mantra
particular, no debe pensar en un mono, ¿qué ocurrirá? Por seguir mi consejo, antes de
cantar el mantra recordará: ‘No pienses en un mono’. Para evitar pensar en un mono, él
tiene que pensar en la misma cosa que debe evitar — ¡un mono! Y después de un tiempo,
no sólo verá un mono; verá todas las variedades de monos que ha visto en su vida.
Si yo te pido que pienses en un mono, sólo un mono vendrá a la mente, uno que
previamente, ha creado un impacto en tu mente. Una persona puede pensar en un mono
rhesus, o en un mono indio. Otro puede pensar en un chimpancé o en King Kong. En
cualquier caso, sólo un mono vendrá a la mente. Sin embargo, si quieres evitar pensar en
este mono particular, ¡verás venir cualquier número de monos, uno por uno, empezando
por tu propio mono, seguido por un mono rhesus, después un chimpancé, un gorila, King
Kong, monos rata, y todas las variedades de monos africanos! Todos van a venir, uno por
uno, todo por querer evitar pensar en ‘un’ mono.
No tiene sentido pedirle a alguien que no piense en un objeto particular. Aquí es
donde entra el libre albedrío. El enunciado: ‘No caigas bajo su dominio —tayoÅ va¿aÆ na
¡gacchet’, implica tu voluntad. Cuando intentamos evitar los pensamientos siempre surgen
problemas. Algunas personas pasan toda su vida tratando de evitar ciertos pensamientos
porque se les dijo que algunos pensamientos son buenos y otros son malos. En el proceso,
¡permanecen detenidos por los mismos pensamientos que están intentando evitar! De
hecho, estos pensamientos no tienen nada que ver contigo; sólo tienen que ver con prak¤ti.
Por consiguiente, ¿qué puedes hacer con respecto a los pensamientos? Si un
plebeyo ve por casualidad a una princesa y desarrolla un r¡ga, una atracción por ella,
¿qué debe hacer? Por su condición social, él ni siquiera puede entrar al palacio y aun así
siente un gran amor por la princesa. Está bien que pueda amarla, pero difícilmente va a
poder avanzar con ese amor.
¿Qué control tienes tú sobre el hecho de que una persona te gusta? Ninguno. Ni
deberías tener ningún control tampoco. De hecho, deberías dejarlo así, porque si intentas
controlarlo, estarás en problemas. Estarás entremetiéndote con tu mente y cuando tratas
de ir en contra tu mente, vas en contra de la naturaleza y, en ese proceso, tu quedas
contrariado, fastidiado.
NO PUEDES EVITAR TENER CIERTOS PENSAMIENTOS
Algunas de nuestras literaturas espirituales modernas están llenas de afirmaciones
que declaran que tú debes evitar tener ciertos pensamientos. ¡Hay tantos mandatos y
prohibiciones que un buscador termina convertido en un paquete de nervios! Antes de
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Bhagavadg¢t¡
convertirse en un buscador, la persona estaba mucho más conforme consigo misma pero,
después de leer tantos libros, se encuentra con un montón de basura en la mente. Cultivar
pensamientos buenos y evitar los malos pensamientos no tiene sentido porque mokÀa está
más allá de todos los conceptos del bien y del mal y aun más allá de los conceptos
mismos. Todo pensamiento es prak¤ti.
¿Y cómo está involucrada tu voluntad aquí? La voluntad no tiene que determinar lo
que debes o no debes pensar, sino hasta dónde deberías llegar con los pensamientos que
surgen. Tus actividades no están causadas por las atracciones y aversiones que aparecen
en tu mente, sino por tu identificación con ellas. Porque te identificas con tus
r¡ga-dveÀas, tú vas detrás de ellos, siendo ‘tú’ la voluntad.
El plebeyo que descubrió un amor por la princesa, si es un hombre inteligente, es
decir, si es un vivek¢, alguien que tiene discernimiento; deja su r¡ga en paz. Si él no es
un vivek¢, se dejará arrastrar por su r¡ga y será abatido en el proceso.
Por consiguiente, permite a los r¡ga-dveÀas ser lo que son. La mente es un
hermoso instrumento mientras que le permites pensar y no te entrometes con ella. De
manera contraria, estarás en problemas. Se necesita muy poco tiempo para volverse loco.
Lo que se está diciendo aquí es que si bien puedes ir tras tus atracciones y aversiones,
al mismo tiempo, deberías hacer uso de tu libre albedrío para hacer lo correcto y evitar
hacer lo incorrecto. Esto es karma-yoga. No caigas bajo el dominio de tus r¡ga-dveÀas.
Porque, si lo haces, ellos se vuelven tus enemigos. Los r¡ga-dveÀas en sí no son los
enemigos; es tu sometimiento a ellos lo que los convierte en tus adversarios. Cuando estás
bajo el dominio de tus r¡ga-dveÀas, no haces lo que debe ser hecho y haces lo que ‘no’
debe ser hecho. De esta manera, los r¡ga-dveÀas se convierten en obstáculos para ti.
Esto significa que te entregas en las manos de tus atracciones y aversiones. Son
estos r¡ga-dveÀas los que se convierten en tus obstáculos. Tales atracciones y aversiones
se vuelven ataduras y, por consiguiente, enemigos. Porque ellas roban tu razón, se
asemejan a ladrones y se vuelven tus enemigos — tau hi asya paripanthinau. Por lo
tanto, sin preocuparse por lo que pasa en la mente, simplemente ríjete por lo que debe ser
hecho y lo que no debe ser hecho.
K¤À¸a dijo después:
¸ÉäªÉÉxº´ÉvɨÉÉæ Ê´ÉMÉÖhÉ& {É®úvɨÉÉÇiº´ÉxÉÖÊ¢öiÉÉiÉÂ*
º´ÉvɨÉæ ÊxÉvÉxÉÆ ¸ÉäªÉ& {É®úvɨÉÉæ ¦ÉªÉɴɽþ&** 35 **
¿rey¡nsvadharmo vigu¸aÅ paradharm¡tsvanuÀ¶hit¡t
svadharme nidhanaÆ ¿reyaÅ paradharmo bhay¡vahaÅ
Verso 35
ºÉÖ-+xÉÖÊ¢öiÉÉiÉ {É®úvɨÉÉÇiÉ su-anuÀ¶hit¡t paradharm¡t — como comparado con el dharma
bien realizado de otro; Ê´ÉMÉÖhÉ& vigu¸aÅ — imperfecto; º´ÉvɨÉÇ& svadharmaÅ — el propio
dharma; ¸ÉäªÉÉxÉ ¿rey¡n — mejor; º´ÉvɨÉæ svadharme — en el propio dharma; ÊxÉvÉxɨÉÂ
nidhanam — la muerte; ¸ÉäªÉ& ¿reyaÅ — es mejor; {É®úvɨÉÇ& paradharmaÅ — el dharma de
otro; ¦ÉªÉɴɽþ& bhay¡vahaÅ — está cargado de temor
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Capítulo 3
Es mejor el propio dharma realizado imperfectamente que el dharma de
otro bien realizado. Es mejor la muerte en el propio dharma. El dharma
de otro está cargado de temor.
Hemos visto que, con referencia a los objetos percibidos — formas, sonidos,
olores, sabores, etcétera, ciertos objetos son considerados como deseables mientras que
otros no. Estas atracciones y aversiones surgen en tu mente en la forma de varios tipos de
deseos por los cuales no eres responsable. Es aquí donde entra el ¿¡stra.
El campo de influencia del ¿¡stra llega a dondequiera que esté presente la noción
de ser el hacedor y disfrutador centrada en el libre albedrío, dondequiera que el libre
albedrío tenga acceso. El ¿¡stra trata con dharma y adharma, lo correcto y lo
incorrecto, satya y mithy¡, lo real y lo irreal. Para la persona que es libre, todo esto
depende de viveka, vic¡ra, la indagación con discernimiento. Por lo tanto, no se
considera que el ¿¡stra es inútil simplemente porque el verso anterior declaró que cada
persona se comporta según su propia naturaleza, la cual no puede ser controlada.
La propia naturaleza, prak¤ti, es sólo con respecto a la aparición de r¡ga-dveÀas en
la forma de pensamientos diversos que surgen en tu mente. Es verdad que tu svabh¡va, tu
naturaleza, es responsable de la aparición de estos r¡ga-dveÀas, pero si vas a ir tras ellos o
no, depende enteramente de ti. Siempre hay ciertos factores determinantes para cualquier
curso de acción. Lo que es adecuado, lo que es útil para ti, lo que es factible — todo
determina qué r¡ga, qué atracción, tú eliges seguir o satisfacer. Ciertas normas de
pragmatismo y ética, dharma y adharma, también tienen que ser tenidas en cuenta.
UNA PERSONA ÉTICA NO TIENE QUE SER NECESARIAMENTE UN KARMA-YOGÌ
Si la conciencia de Ì¿vara está presente en la elección de tu acción, eso es
karma-yoga. Hasta entonces, es simplemente la elección de una persona madura. Una
persona madura es alguien que tiene ética, para lo cual no es necesario tener una religión.
Por ejemplo, Bertrand Russell escribió un libro llamado: ‘Por qué no soy cristiano’. Él
nunca afirmó tener alguna inclinación religiosa e incluso explicó extensamente, que él no
tenía nada que ver con esos temas. Al mismo tiempo, este hombre era una persona
honesta y fue el primero en levantar su voz contra la proliferación de armas nucleares. Él
era un hombre de una gran ética sin tener ninguna religión.
Cualquier persona pensante entiende la ética. Todos sabemos lo que los otros
deben y no deben hacernos; también todos sabemos que los otros esperan lo mismo a
cambio. Siendo así, la ética nace del sentido común, no de la religión, y puede ser
asimilada y entendida más claramente si la persona tiene un cierto grado de madurez. La
comprensión y experiencias en la propia vida son suficientes para entender lo que es
apropiado e inapropiado. De este modo, nadie necesita escrituras religiosas o
mandamientos para ser una persona ética.
Sin embargo, las escrituras religiosas del mundo agregan algo a los valores éticos.
Dicen que si realizas una acción inadecuada, no podrás escaparte; más tarde tendrás que
pagar por eso. Aquí es donde aparecen los conceptos de pu¸ya y p¡pa, mérito y
demérito. Un cierto resultado llega a ti de acuerdo con el karma realizado. Es como una
boleta que recibes por estar mal estacionado, que no será tan severa como una boleta por
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exceso de velocidad. Similarmente, según el karma realizado, hay un resultado llamado
ad¤À¶a-phala — pu¸ya y p¡pa. La existencia de un resultado tal como ad¤À¶a-phala es
una información adicional extraída de las escrituras. Pero no se necesita la religión para
meramente entender lo que es ético y no ético.
De este modo, una persona puede ser ética sin ser un karma-yog¢. Ella, o él, se
convierte en un karma-yog¢ solamente cuando, por su parte, aprecia y comprende que
Ì¿vara es el dador de los resultados de la acción, karma-phala-d¡t¡. Un karma-yog¢ es
un bhakta, un devoto, alguien que no considera sus posesiones como propias. Para tal
persona, un cuerpo físico es dado, la mente es dada, el mundo es dado, las oportunidades
son dadas, los recursos son dados, las habilidades son dadas, el tiempo es dado, el lugar
es dado. Todo es dado.
Sólo cuando uno aprecia lo dado, y también al dador detrás de lo dado, existe
karma-yoga. Por consiguiente, éticamente uno puede ser honesto, pero esto en sí mismo
no es karma-yoga — todo lo cual ha sido señalado.
Si lo que debe ser hecho por ti en este momento y lugar, y lo que tú quieres hacer
coinciden, entonces tu acción es espontánea y no se requiere ningún pensamiento.
También, cuando lo que no debe ser hecho es algo que no quieres hacer, la abstinencia de
realizar tal acción es espontánea. Aun cuando alguien te pida que lo hagas, tu ‘no’ es
espontáneo porque no tienes esa inclinación y porque, además, la acción no debe ser
realizada.
LA ACCIÓN ESPONT Á NEA
Por esta razón, con respecto a ciertos r¡gas y dveÀas, hay espontaneidad porque tú
estás en armonía con el dharma. No vas en contra de nada. Las leyes no son contrariadas;
de hecho, estás en armonía con todo lo establecido. Pero si tus r¡ga-dveÀas no se ajustan a
lo que es correcto e incorrecto, dharma y adharma, hay una fricción. Por esto el Señor
K¤À¸a también dijo aquí: ‘Es mejor la muerte en tu propio dharma; el dharma de otro
está cargado de temor — svadharme nidhanaÆ ¿reyaÅ paradharmo bhay¡vahaÅ’.
Tú tienes elección sólo con respecto a lo que vas a hacer, no tienes elección en
absoluto sobre lo que ocurre en tu cabeza. Los pensamientos simplemente aparecen y tú
no tienes ningún control sobre ellos. Pero si vas a ir tras ellos o no, es algo que
indudablemente está sujeto a tu elección. Svadharma quiere decir ‘lo que debe ser hecho
por uno’, el propio dharma, aquí dharma significa karma.
En una sociedad donde los deberes están muy bien explicados, cada persona sabe
exactamente lo que se espera de ella o él. En la cultura Védica, por ejemplo, cada uno de
los cuatro grupos de personas, var¸as, tenían ciertos deberes que estaban definidos muy
claramente. Para una persona de un determinado var¸a, por ejemplo un estudiante, hay
ciertos deberes. Luego, como cabeza de familia o persona casada, él, o ella, tiene una
clase diferente de deberes y así también, para un v¡naprastha, aquel que se está
preparando para una vida de renunciación.
Aunque esos sistemas tan claramente definidos ya no operan en el mundo, una cosa
está clara: en cualquier situación dada, hay una cierta respuesta que se requiere de tu
parte desde el punto de vista de la acción y ésta se convierte en tu deber. En realidad, tu
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Capítulo 3
deber no es algo que alguien tenga que explicarte. Se hace evidente al ver la situación en
la que te encuentras y al comprenderla tal cual ella es. De esta manera, lo que debe ser
hecho, resulta obvio para ti.
Si no entiendes la situación en la que te encuentras, siempre puedes buscar la ayuda
de alguien para entender cuál es tu deber en términos de lo que se debería y de lo que no
se debería hacer. Alguien que esté más informado, que tenga más experiencia, alguien
que sea más capaz y que esté en una posición mejor para explicarle tus deberes, puede
hacer esto por ti.
El concepto de svadharma también necesita ser considerado según el espíritu de
este verso. Desde el punto de vista del propio karma, svadharma, lo que debe ser hecho
debe ser hecho aun si uno se destruye en el proceso. Realizar el propio karma es mucho
mejor que realizar el karma de otra persona, lo que significa que es inútil querer hacer lo
que está haciendo otro. Haz sólo lo que tú debes hacer.
Supongamos que en un partido de fútbol, el arquero decide correr como los otros
jugadores porque la pelota nunca va hacia él; eso sería un desastre. En otras palabras, si
él decide hacer el trabajo de los otros jugadores, aunque su trabajo es estar parado entre
los postes, no va a salir bien. Lo que se está diciendo aquí es que si tu trabajo es estar
parado entre los postes, es mejor que lo hagas. Si la pelota no viene a ti, significa que el
otro equipo no está haciendo goles, y si viene demasiado a menudo, tú puedes disfrutar
de la acción. No es que tú estarás simplemente parado allí siempre. A veces, habrá alguna
acción que realizar. Simplemente porque los otros jugadores corren no quiere decir que tú
también debes correr.
Similarmente, el trabajo de un perno en una pieza de una maquinaria es mantenerse
fijo. Pero supongamos que, para molestarlo, el pistón le dice al perno: ‘¿Por qué no estás
realizando ninguna acción? Yo soy el único que hace algo aquí. Todo lo que tú haces es
estar fijo allí. ¿Por qué no haces algo?’ Después de oir esto una o dos veces, el perno
puede simplemente decir: ‘Este compañero está sólo parloteando. Mi trabajo es
mantenerme fijo. Así es como mi hacedor, el fabricante, me hizo. Por lo tanto, déjenme
ignorar lo que dice el pistón’. Pero, en el futuro, el perno puede pensar: ‘¿Por qué no
debería yo moverme también? Creo que lo que el pistón dice realmente tiene sentido.
Después de todo, yo estoy sentado todo el tiempo mientras él está en movimiento. ¿No
debería yo también hacer algo? Él podría entonces hacerse mi amigo. Yo también soy
una parte de la maquinaria. ¿Por qué yo no debería hacer algo?’
Habiéndolo decidido así, el perno tiene que esforzarse para moverse porque ha
estado quieto durante mucho tiempo. Intenta moverse hacia un lado y no puede. Entonces
intenta moverse hacia el otro lado y comienza a desplazarse. Alegremente dice: ‘Ahora
yo también estoy haciendo algo. Ahora yo también estoy haciendo algo. Ahora yo
también estoy haciendo algo. Ahora yo también estoy haciendo algo’. ¡Después de lo
cual el perno cae al piso! En seguida, el pistón también cae y el mecanismo entero se
detiene, todo por un perno que quiso hacer el trabajo de otro.
¿Puede decirse que un trabajo es realmente mejor que otro? ¿Qué es mejor para el
perno — mantenerse fijo o moverse? Los trabajos difieren. El trabajo de un individuo es
permanecer quieto. El trabajo de otro es moverse. Uno no debe hacer el trabajo de otra
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persona en el esquema global de las cosas. Porque alguien está trabajando duramente en
una obra en construcción no significa que alguien más tenga que hacer lo mismo.
Trabajar duramente no es el problema. Lo que hay que entender es que existen diferentes
tipos de trabajo. Mantenerse quieto también es un trabajo difícil porque aun cuando haya
una tendencia a moverse, tú no debes hacerlo, como si fueras, por ejemplo, enfermero en
una unidad de terapia intensiva.
Similarmente, en una situación dada, cada uno tiene que cumplir con su propio
deber y ese deber sólo debe ser cumplido por la persona para quien es su deber. Es mejor
morir custodiando tu puesto que hacer algo diferente sólo porque es más conveniente,
más remunerativo, más agradable, etcétera. Esto no funciona en absoluto.
Este problema se ve por todas partes en la sociedad de hoy. Si tienes satisfacción
económica, puedes no tener satisfacción laboral y si tienes satisfacción laboral puedes no
tener satisfacción económica. Tú puedes amar su trabajo pero ni siquiera puedes poseer
ni una casa pequeña. Pagar un alquiler también es un problema de manera que todavía te
encuentras viviendo en un departamento de un ambiente. Si tienes satisfacción laboral,
pero si dicha satisfacción no produce el dinero que necesitas, ¿qué tipo de satisfacción
laboral es esa?
Un hombre en esta situación generalmente se hace más práctico cuando se casa.
Deja el trabajo que ama y toma otro. Por lo que se refiere al dinero, es un trabajo mejor,
pero ahora está sentado todo el día delante de una computadora sin que el dinero extra le
proporcione satisfacción laboral en absoluto.
SVADHARMA Y SATISFACCI ÓN
Cuando vemos que alguien está haciendo algo que parece que lo hace feliz,
nosotros también queremos hacer lo mismo. Pero svadharma no funciona así. En
cualquier situación dada, cualquier cosa que debe ser hecha por ti, cualquier cosa que es
adecuada para ti, sólo eso es tu karma, tu dharma. Esto no significa que tú no deberías
cambiar de empleos. El dinero y la satisfacción laboral, ambos son importantes, pero
deben tenerse en cuenta otros cuantos factores.
Si tú eres un artista, trata de ganar dinero con tu arte. Produce algo que te haga
ganar dinero, algo que sea bueno. De esta manera, tendrás satisfacción laboral y también
dinero. Ésta es la manera inteligente de vivir; de lo contrario, no tendrás ni dinero ni
satisfacción.
¿Después de todo, qué clase de trabajo es ese, que no produce dinero? ¿Cómo
puede haber alguna satisfacción real en un trabajo así? Tu arte indudablemente se
afectará, estarás malhumorado a menudo por no tener lo esencial para vivir, que es lo que
el dinero te proporciona. Tus pinturas serán pinturas ‘enojadas’. Los colores mismos
reflejarán tu vida interna. Por supuesto, habrá personas que gustarán de esas pinturas,
porque ellas también están enojadas. Por eso quizás ¡hasta puedas vender alguna de ellas!
K¤À¸a también dijo en este verso que, cuando tomas como propio el deber de otro,
estará definitivamente cargado de temor, bhay¡vahaÅ. Si este es el caso, es mejor
cumplir con el deber de uno mismo, haciendo lo que sea correcto y apropiado, aun
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Capítulo 3
cuando signifique la muerte, que hacer el deber de otro. De esta manera, tendrás la
satisfacción de saber que, por lo menos hasta tu muerte, hiciste lo que debías hacer.
También, si descuidas tu propio deber y haces otra cosa, estarás muriendo cada día
a lo largo de tu vida. No tendrás nada más que conflicto, pesar, culpa, omisiones y
comisiones. Lo que debía ser hecho fue omitido, lo que no debía ser hecho fue cometido,
todo lo cual es una muerte en vida. ¡Mientras estás viviendo, tú sigues muriendo!
EJERCITA TU ELECCI ÓN
Aunque tengas r¡ga-dveÀas que no tienen ninguna conexión con tu dharma,
todavía tienes una opción. Puedes elegir no ir tras tus r¡ga-dveÀas. No necesitas tener
algo que ver con ellos. La única conexión que existe, es que ellos ocurren en tu mente;
sólo necesitas reconocerlos, nada más. Puedes hasta divertirte tanto con ellos que no
necesitarás leer otra novela de misterio. ¡Leer tu propia mente será suficiente! Tu mente
puede proporcionarte cada vez más páginas de entretenimiento simplemente por ser
testigo de lo que está ocurriendo en ella. Pero en lo que se refiere a la elección de tus
acciones, tú irás tras lo que deseas de acuerdo con las normas del dharma.
El propio svadharma puede no ser tan productivo, conveniente o tan agradable
como uno podría desear. Ciertamente, los deberes no son siempre agradables; pueden ser
desagradables también. Pueden no ser remunerativos ni convenientes. Pero tú tienes que
hacer solamente lo que es tu svadharma. Aunque puede estar vigu¸a, desprovisto de
cualquier característica tentadora, agradable, fascinante o satisfactoria, tu propio deber es
definitivamente mejor para ti que realizar el dharma de otros. Porque el dharma de
otros no es tu dharma, no debe ser hecho por ti.
De este modo, cada persona tiene que hacer ciertas cosas y éstas son las que él, o
ella, debe hacer. Uno no necesita hacer lo que hacen otros. El único factor común entre tu
dharma y el dharma de otros, es que cada uno de ustedes ‘hace’. Las acciones a realizar
difieren, las situaciones difieren, las expectativas difieren, pero cada uno de ustedes hace
lo que debe ser hecho sólo por ustedes. De esta manera, encuentras que tu karma se
convierte en un yajµa.
Si puedes apreciar las fuerzas y fenomenos que influyen en tu vida como muchos
devat¡s, como aspectos y rasgos de Ì¿vara, y no simplemente como fuerzas casuales, les
otorgas la condición de deidades o Dios. Por ejemplo, S£rya, el sol, no es sólo una
implosión que está ocurriendo. Puede ser explicado de esa manera científicamente, pero
realmente es una bendición. ¡Que esta implosión tenga lugar allí y no aquí, es
definitivamente una bendición! Que el sol salga por la mañana también es una bendición.
Como una parte de todo el jagat, como el centro del sistema entero, el sol es una
bendición. Es una bendición en todos los sentidos.
Así como el sol es una bendición, así también lo es el aire, el agua, la tierra, cada
planta, cada insecto, etcétera. Los elementos son todas fuerzas que se pueden considerar
como devat¡s. Reconociéndolos como tales, no necesitas decirte a ti mismo que deberías
trabajar para el bienestar de las personas. Será espontáneo porque, reconociendo estas
fuerzas que están trabajando para ti, reconocerás automáticamente al prójimo y las
criaturas vivientes. Con esta sensibilidad, no necesitarás que te digan que seas amable
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Bhagavadg¢t¡
con las personas, que consideres sus necesidades, que hagas a los otros lo que tú
desearías que te hicieran a ti. Al poder incluir a los devat¡s, todos los demás serán
incluidos naturalmente.
Los libros que hablan sobre la conducta y los valores, el dharma-¿¡stra,
reconocen este hecho. Por ejemplo, si tú cortas un árbol para cualquier propósito, el
dharma-¿¡stra dice que deberías plantar y cuidar diez árboles más. Esto es para asegurar
que sobreviva por lo menos uno de los diez. Me han dicho que ahora los departamentos
de forestación norteamericanos siguen esta regla.
EL PRINCIPIO DE NO DA ÑAR
El pensamiento detrás de esta regla es que cortar un árbol es realizar un daño,
hiÆs¡. No hay nada malo en cortar un árbol si es necesario pero, al mismo tiempo,
debería haber conciencia del principio de no dañar, ahiÆs¡, con respecto a los árboles y
todas las otras formas de vida. El jainismo se basa completamente en ahiÆs¡, también el
budismo, en menor extensión.
Mahavira, el fundador del jainismo, valoraba ahiÆs¡ hasta el grado de mandar a
sus seguidores que barrieran el camino delante de ellos cuando caminaban para no
pisotear algún insecto que pudiera estar allí. Además, el barrido debía hacerse con plumas
para remover los insectos del camino tan suavemente como fuera posible. Cuando
alguien habla, debe cubrir su boca para evitar la muerte de los insectos que pudieran
entrar. Este es un tipo de disciplina que refleja la conciencia de que matar es incorrecto.
Creando ciertas situaciones, como hizo Mahavira, se fortalece simbólicamente la
propia sensibilidad. Una persona que barre el camino antes de caminar, por temor a matar
una hormiga, indudablemente no será capaz de matar a un ser humano. Esto es entonces,
lo que se da a entender con ahiÆs¡.
Los valores humanos están todos basados en el principio de ‘vivir y dejar vivir’ y,
al mismo tiempo, son mucho más que eso. De hecho, tú vives con la conciencia de cómo
otros hacen tu vida posible y, a cambio, tú haces sus vidas posibles en lugar de
miserables. Sus vidas deberían ser definitivamente tan felices como tú quieres que sea la
tuya. De esta manera, cada miembro de la sociedad realiza su deber y obtiene ¿reyas.
La cultura védica se basa sólo en el deber, según el grupo al que pertenezca la
persona y a la etapa de la vida en la que se encuentra, var¸a y ¡¿rama.2 Lo que K¤À¸a
intenta transmitir aquí cuando dice: ‘Es mejor morir realizando el propio dharma —
svadharme nidhanaÆ ¿reyaÅ’ está en sintonía con el espíritu de esta cultura. Si un
hombre es un br¡hma¸a, su trabajo es sólo estudiar y enseñar los Vedas, junto con la
realización de rituales, deberes religiosos y oraciones para el bienestar de la sociedad. Si
éste es su trabajo, él debería hacerlo, sin compararse con otra persona. Esa otra persona
Por favor toma nota que no se está recomendando un sistema de var¸a-¡¿rama como cura
para los problemas de nuestra sociedad. El sistema mismo ha provocado muchas de estas
calamidades y ningún sistema puede funcionar para siempre. Sin embargo, la visión Védica de
este sistema contiene cierta lógica y espíritu que se debe entender. El espíritu detrás del concepto
del ‘deber’ todavía es válido.
2
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Capítulo 3
también debería hacer su deber. La remuneración no formó la base para la elección del
deber. El deber fue ordenado.
LOS RESULTADOS DE ABANDONAR EL PROPIO DHARMA
Porque muchos br¡hma¸as han abandonado su svadharma, hay muy pocas
personas que son capaces de realizar las actividades religiosas de las que son
responsables los br¡hma¸as. ¡Y estos pocos tienden a ser aquellos que no pueden ser
ingenieros, doctores, hombres de negocios, soldados, etcétera! Por esto las así llamadas
personas religiosas de hoy, no son verdaderamente religiosas.
Supongamos, sin embargo, que la remuneración y la satisfacción no son el criterio
en lo que se refiere a lo que yo hago. Porque nací en una familia particular y porque mi
objetivo es mokÀa, yo sé exactamente lo que debo hacer. Mi vida se vuelve una
preparación para mokÀa lo que permite a mi mente madurar y obtener antaÅkara¸a-¿uddhi. Preparar a la mente de esta manera no es una tarea ordinaria. Puede ser
necesaria la vida entera para hacer que el antaÅ-kara¸a madure, junto con las numerosas
vidas que pueden haber precedido a la presente. Una persona puede alcanzar sus ochenta
años y todavía puede tener las viejas fobias y problemas de la niñez que tenía antes.
Pareciera que una sola vida no fuera suficiente. Y porque cada vida comienza con la
misma inocencia, tenemos los mismos problemas para los que parece no haber solución.
Si deseas obtener mokÀa y la madurez interna es un factor muy importante, ¿cuánto
dinero necesitas más allá del necesario para vivir una vida simple? Por supuesto que
debes ser capaz de poder pagar tu alimento y otras necesidades básicas. Por lo tanto, la
necesidad de dinero depende completamente de tu objetivo. Porque su visión es mokÀa,
la sociedad védica está basada en los deberes para que la mente pueda purificarse y ser
capaz de comprender la visión.
Si el objetivo es mokÀa, no hay competencia. Qué trabajo tienes no es un
problema. Y como tienes una cierta actitud hacia el trabajo que es dado a ti para hacer,
amas hacer este trabajo. Tú sabes que necesitas madurez mental y que la obtendrás
realizando lo que debe ser hecho por ti.
Los cambios de trabajo sólo son necesarios cuando el objetivo es el dinero. En
estos días, incluso hay agencias consultoras para aconsejarte sobre qué cursos deberías
tomar, qué campos se abren actualmente, dónde están los trabajos fáciles, los mejores
trabajos, los trabajos mejor remunerados. Estas agencias están formadas por personas que
ganan dinero dando consejos a otros. Ahora, todo el enfoque para aprender y hacer, se
basa en lo que producirá más dinero. Por ejemplo, si el campo de la ingeniería química
está sobrecargado, todos se vuelven desinteresados en ese campo y se vuelcan a la
electrónica. Y cuando hay una sobrecarga allí, aquellos que estaban interesados en la
electrónica se dedican a la ingeniería química. Así, todo sigue cambiando y las personas
siguen cambiando.
LOS DEBERES Y DERECHOS SON UNO Y LO MISMO
Tu actitud entera cambia cuando el poder y el dinero son el criterio, mientras que si
antaÅ-kara¸a-¿uddhi es el objetivo principal, el trabajo que haces no significa nada y
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Bhagavadg¢t¡
cuán bien lo haces significa mucho. Por lo tanto, en la sociedad védica, sólo hay deberes;
no hay derechos en absoluto. De hecho, son uno y lo mismo. Nosotros también vemos
esto en la constitución norteamericana, o en la constitución de cualquier país, en donde a
una persona se le conceden ciertos derechos, incluso el derecho de llevar un arma. Pero,
junto con ese derecho existen ciertas responsabilidades. Debes tener un permiso y no
puedes disparar simplemente porque tienes un arma de fuego.
Cualquier derecho implica naturalmente una cierta responsabilidad. Tú puedes
poner énfasis en los derechos y especificar las responsabilidades, los deberes, que es lo
que hacen las constituciones modernas. Ellas especifican los derechos de los ciudadanos
y luego mencionan los deberes asociados con esos derechos. O, puedes poner énfasis en
los deberes y no mencionar los derechos en absoluto. Cuando pones énfasis en los
derechos, tienes que mencionar los deberes y también hacerlos cumplir. Pero, cuando
pones énfasis en los deberes, no necesitas ni siquiera mencionar los derechos.
¿Por qué es así? Si analizas los deberes, encuentras que todos los deberes son
interpersonales e interrelacionados — los deberes hacia los devat¡s o dioses, hacia los
antepasados, hacia los padres, hacia otros miembros de la familia, hacia nuestros
semejantes y todas las criaturas vivientes. De esta manera, tienes círculos de deberes que
se van expandiendo.
En India, aun hoy, el énfasis en el deber se refleja en el lenguaje de una persona. Si
le preguntas a un hombre si él puede venir a verte, él no te dirá que tiene que ir a trabajar.
Dirá que tiene un deber. Y si él comienza un nuevo trabajo, dirá que se ha incorporado al
deber, que se ha reportado al deber, que viene de cumplir un deber, este es su deber. Este
concepto del deber se llama dharma, svadharma, el deber que es propio de uno.
Por ejemplo, ser un marido es un rol que va acompañado de ciertos deberes. No
existe tal persona llamada ‘marido’; es meramente un rol. Relacionado a alguien, un
hombre es un marido para esa persona. Y cada papel tiene un libreto que es el svadharma.
Como marido, entonces, un hombre realiza sus deberes según el libreto, svadharma. De
esta manera, su esposa recibe ciertos derechos. Similarmente, en su rol de esposa, ella
también realiza sus deberes y su marido recibe sus derechos. ¿Cómo pueden ser negados
los derechos de ambas personas cuando cada una de ellas realiza su svadharma?
Similarmente, como ciudadano yo realizo mis deberes. El estado también realiza
sus deberes que se convierten en mis derechos de ciudadano. Los deberes de los
ciudadanos se convierten en los derechos del estado. Por consiguiente, todo lo que
tenemos son deberes. Los derechos nos llegan como consecuencia natural. Pero nosotros
no vamos tras ellos; no exigimos o reclamamos nuestros derechos. Nosotros sólo
intentamos realizar nuestros deberes.
AntaÅ-kara¸a-¿uddhi es posible sólo cuando hacemos lo que debe ser hecho por
nosotros. Cuando nuestras atracciones y aversiones son una cosa y nuestro deber es
completamente distinto, apartamos nuestros r¡ga-dveÀas y nos atenemos al deber. En el
proceso, todos obtenemos nuestros derechos y no hay ninguna lucha. Exigir los derechos
propios siempre significa peleas. Una persona dice: ‘Este es mi derecho’, y la otra
persona dice lo mismo. Ninguna persona peleará mientras diga: ‘¡Este es mi deber!’
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Capítulo 3
NO HAY DEMANDA EN EL DEBER
El deber se hace o no se hace. En el concepto de deber, no hay ninguna demanda
en absoluto, mientras que cuando se pone énfasis en los derechos de uno, siempre hay
un elemento de demanda. Y dondequiera que haya demanda, hay negativas y contrademandas, los resultados naturales de exigir. Esto es porque nadie tiene el derecho de
exigir cuando no ha cumplido con las demandas de la otra persona: ‘¿Cuándo me
escribiste pidiendo que yo te escribiera también?’. ‘¿Cuando me invitaste para que yo
te invite también?’ ‘¿Cuando me llamaste pidiendo que te llamara por teléfono?’ ‘¿Por
qué no me visitaste cuando yo estaba enfermo? ¿Por qué yo debo visitarte ahora que tú
estás enfermo?’
La exigencia significa que siempre hay fricción en forma de una contra-demanda o
negativa. Hay confrontación. Nosotros vemos esto en nuestras propias casas y en la
sociedad en la que vivimos. La vida diaria no es nada más que demandas y más
demandas. Cuando las personas siempre están exigiendo, la sociedad será naturalmente
demandante. Podemos ver esto leyendo las columnas del periódico, todo es una demanda
continua. Incluso los grupos son exigentes: maestros, enfermeras, doctores, pacientes, los
grupos étnicos, hombres, mujeres, estados, etcétera. Los dioses también parecen haberse
vuelto exigentes: ‘A menos que nos recuerdes, ¡no habrá lluvia para ti!’ ‘Si no nos
recuerdan, ¡BANG!, un terremoto’.
Cuando tienes deberes, encontrarás que hay concordia. Y porque nunca puedes
cumplir con tus deberes completamente, también hay humildad. Pero si cada persona, por
lo menos, intenta cumplir con sus deberes — como padre e hijo o marido y esposa, por
ejemplo — ellos se encontrarán en algún punto. Haciéndolo así, el entendimiento es
posible. De lo contrario habrá problemas. Por esto al dharma se lo llama
m¡nava-dharma o m¡nuÀa-dharma, el dharma de un ser humano.
¿Puede haber alguna otra base para nuestra mutua interacción que nos beneficie a
todos? Si las personas deben vivir juntas, en una casa, en una comunidad, en la sociedad
o globalmente, ésta es la única manera; no hay ninguna otra manera. Nuestro ¿¡stra va
incluso más allá y nos dice que tengamos en cuenta todas las fuerzas. También hablando
cósmicamente, entonces, sólo existe una manera: apreciar la propia posición, situación,
condición social, ver lo que debe ser hecho y hacerlo. La base misma del karma-yoga es
seguir el propio dharma svadharma-anuÀ¶h¡na de esta manera, y no el de otra persona.
Habiendo dicho todo esto, el Señor K¤À¸a pudo haberse quedado callado, después
de lo cual Arjuna hizo una pregunta:
+VÉÖxÇ É =´ÉÉSÉ*
+lÉ EäòxÉ |ɪÉÖHòÉä%ªÉÆ {ÉÉ{ÉÆ SÉ®úÊiÉ {ÉÚ¯û¹É&*
+ÊxÉSUôzÉÊ{É ´ÉɹhÉæªÉ ¤É™ôÉÊnù´É ÊxɪÉÉäÊVÉiÉ&** 36
arjuna uv¡ca
atha kena prayukto'yaÆ p¡paÆ carati p£ruÀaÅ
anicchannapi v¡rÀ¸eya bal¡diva niyojitaÅ
Verso 36
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Bhagavadg¢t¡
+VÉÖÇ xÉ& arjunaÅ — Arjuna; =´ÉÉSÉ uv¡ca — dijo;
´ÉɹhÉæ ªÉ v¡rÀ¸eya — ¡Oh descendiente de los v¤À¸is! (K¤À¸a); +lÉ atha — ahora;
+ÊxÉSUôxÉ +Ê{É anicchan api — aun no deseando; +ªÉ¨É ayam — esta; {ÉÚ¯û¹É& p£ruÀaÅ —
persona;
EäòxÉ kena — por qué; |ɪÉÖHò& prayuktaÅ — impulsado; ¤É™ôÉiÉ <´É bal¡t iva — como si por
la fuerza; ÊxɪÉÉäÊVÉiÉ& niyojitaÅ — empujado; {ÉÉ{ɨÉ p¡pam — pecado; SÉ®úÊiÉ carati —
comete
Arjuna dijo:
¡Oh V¡rÀ¸eya! ¿Qué es lo que impulsa a una persona a cometer el
pecado, como si fuera empujado por una fuerza a pesar de no desearlo?
Anteriormente se había señalado que, con respecto a cada objeto sensorial, existe
atracciones y aversiones y todo lo que tienes que hacer es no caer bajo su dominio —
tayoÅ va¿aÆ na ¡gacchet. También fue dicho que aunque el propio svadharma, lo que
uno debe hacer, no sea muy agradable, es mejor hacerlo que hacer otra cosa que sea más
agradable y conveniente.
Al escuchar todo esto desde el punto de vista del karma-yoga, Arjuna preguntó
qué es lo que impulsa a una persona a realizar una acción que ella sabe que no es
adecuada. Puede haber allí algún tipo de placer pero, sin embargo, la persona sabe que la
acción no es adecuada y producirá pecado, duÅkha. Si la persona no lo supiera, por
supuesto, sería diferente y comprensible.
3 que sabe que es una acción inadecuada —
¿Por qué una persona realiza un karma
¿Impulsado por quién o qué realiza esa
kacción? Al formular esta pregunta, Arjuna se dirigió a K¤À¸a como, V¡rÀ¸eya, el nacido
en la familia de v¤À¸is.4
Arjuna describe a tal persona como una que está ‘como si fuese’ (iva) impulsada o
empujada por alguna fuerza, bal¡t niyojitaÅ, a realizar acciones inadecuadas; niyojita
implica una fuerza perversa. Además, aunque no quiera hacerlo, la persona es empujada a
eso. La persona sabe que no es correcto, anicchan, significa que no tiene ningún valor
intelectual real para realizar tal acción. Pero, sin embargo, lo hace. ¿Por qué? ¿Por quién
es impulsado, kena prayuktaÅ? Esta fue la pregunta de Arjuna.
PuruÀaÅ eva p£ruÀaÅ — la palabra p£ruÀa es lo mismo que puruÀa, significa una persona.
V¤À¸i es el nombre de uno de los antepasados de K¤À¸a, por cuyo nombre se reconoce a todo el
clan. Porque él pertenece al clan de los v¤À¸is, se lo conoce como V¡rÀ¸eya. Sin embargo, esta
palabra puede interpretarse de manera diferente. Brahm¡nandaÆ varÀati iti v¤À¸iÅ saÆyagbodhaÅ; tena avagamyate iti V¡rÀ¸eyaÅ — aquello que derrama sobre uno la plenitud de
Brahman se llama v¤À¸i, el conocimiento claro de Brahman, brahma-vidy¡; aquel que es
reconocido por poseer este conocimiento es V¡rÀ¸eya.
3
4
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Capítulo 3
A Duryodhana le preguntaron una vez: ‘¿Por qué realizas todo este p¡pa-karma?
Tú vienes de una buena familia y has sido educado muy bien. Eres un príncipe. ¿Qué te
impulsa a hacer tales cosas?’ En un verso atribuido a él, Duryodhana respondió: ‘Yo sé
lo que es correcto, j¡n¡mi dharmam y también sé lo que no es correcto j¡n¡mi
adharmam. Mi problema no es que tengo desconocimiento o confusión con respecto a lo
que es correcto e incorrecto. El problema es que yo conozco el dharma, pero no lo sigo
— j¡n¡mi dharmaÆ na ca me prav¤ttiÅ. Y conozco el adharma, pero no puedo
abstenerme de él —j¡n¡mi adharmaÆ na ca me niv¤ttiÅ’.
Luego Duryodhana continuó diciendo: ‘De cualquier modo yo soy impulsado por
aquello asentado en mi corazón, de esa manera actúo — ken¡pi deve¸a h¤di sthitena
yath¡ niyukto'smi tath¡ karomi’.5 Puede haber sido una persona o una fuerza, pero
Duryodhana no sabía quién o qué era. De este modo, Duryodhana y Arjuna tenían la
misma pregunta: ‘¿Quién o qué es eso que asentado en la mente, fuerza a la persona a
hacer lo que ella sabe que es incorrecto, incluso cuando la persona no quiere hacerlo?’
K¤À¸a contestó luego esta pregunta en el próximo verso.
(Continuaremos con el Capítulo 3 en la próxima lección.)
5
VÉÉxÉÉ欃 vɨÉÈ xÉ SÉ ¨Éä |É´ÉÞÊkÉVÉÉÇxÉɨªÉvɨÉÈ xÉ SÉ ¨Éää ÊxÉ´ÉÞÊkÉ&*
EäòxÉÉÊ{É näù´ÉäxÉ ¾þÊnùκlÉiÉäxÉ ªÉlÉÉ ÊxɪÉÖHòÉä%κ¨É iÉlÉÉ Eò®úÉÊä ¨É**
j¡n¡mi dharmaÆ na ca me prav¤ttirj¡n¡myadharmaÆ na ca me niv¤ttiÅ
ken¡pi devena h¤disthitena yath¡ niyukto'smi tath¡ karomi
(Mah¡bh¡rata)
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