Hacienda intensifica las inspecciones sobre los

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SÁBADO, 11 DE MAYO DE 2013 EL ECONOMISTA
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El Tema del Día
Sube la factura fiscal
Hacienda intensifica las inspecciones
sobre los grandes grupos de empresas
Compañías internacionales, como Telefónica o Repsol, y las inmobiliarias son los objetivos prioritarios
elevadísimo coste reputacional.
Las grandes empresas dan mucha más importancia a la gestión
del riesgo fiscal y a la optimización
del tipo efectivo de tributación que
en otros países. Según un reciente
informe de KPMG sobre la gestión
tributaria en las grandes empresas,
éstas se centran en la gestión del
riesgo fiscal (en un 92 por ciento de
los casos, frente a un 72 por ciento
de media general), la optimización
del tipo efectivo del Impuesto sobre Sociedades (84 por ciento, frente a un 66 por ciento de media) y la
consecución de ahorros fiscales (86
por ciento de las españolas, frente
a un 62 por ciento de media).
Uno de los principales objetivos
en el sector inmobiliario consiste
en comprobar la declaración de valores de los bienes transmitidos, que
en numerosas ocasiones son inferiores a los reales, lo que permite a
las empresas ocultar plusvalías al
vendedor y el afloramiento, por el
comprador, de rentas o patrimonios
no declarados. Ello ha llevado a que
una buena parte de los inspectores
especializados en grandes empresas efectúen actuaciones de verificación y comprobación de los valores declarados de estos bienes.
Las operaciones de fusión, escisión y reorganización de grupos de
sociedades, que proliferaron durante los últimos años en España, lle-
Xavier Gil Pecharromán MADRID.
Hacienda ha intensificado en los
últimos meses sus inspecciones sobre las empresas cotizadas españolas, fundamentalmente sobre las
grandes inmobiliarias, como ACS,
FCC, Colonial, Metrovacesa o Ferrovial. Una forma de velar por los
maltrechos ingresos fiscales y de
reforzar la lucha contra el fraude.
También los grupos empresariales de ámbito internacional, como
Repsol o Telefónica, tienen abiertas inspecciones para comprobar si
han tributado bien en España.
Fuentes no oficiales de la Inspección reconocen que para las grandes empresas, y en particular para
aquellas que atraviesan por ciertos
problemas de liquidez, el ahorro o
el diferimiento de costes tributarios se ha convertido en un objetivo prioritario, lo que en muchas ocasiones les lleva a traspasar los límites legales.
Las prácticas fiscales abusivas y
la elusión de impuestos son hechos
generalizados entre todas las empresas multinacionales, independientemente del mercado en el que
estén operando. Es lo que aseguran
los inspectores de Hacienda a través de los últimos informes de su
asociación profesional (IHE), que
denuncian distintos tipos de prácticas con las que los grandes grupos intentan ahorrar impuestos.
Ante la falta de
liquidez, las firmas
de gran tamaño
tratan de diferir sus
costes tributarios
Desvío de ventas y beneficios
La más común es el desvío de ventas y beneficios hacia sociedades en
otros países, tal y como hacen, por
ejemplo, Microsoft, Amazon, Yahoo,
Google o Apple, entre otras muchas,
con empresas, fundamentalmente,
en Irlanda y Luxemburgo.
De todas formas, no hay más que
seguir la jurisprudencia de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo para observar el desvío de
ventas y beneficios hacia sociedades en otros países, como Irlanda y
Luxemburgo. Pero no son los únicos casos.
Las actuaciones se centran, por
un lado, en la comprobación de la
deducibilidad de los gastos financieros, particularmente intragrupo,
y la compensación indebida de bases imponibles negativas generadas dentro y fuera de España.
Hacienda, en sus revisiones a las
empresas, persigue las prácticas que
pretenden el doble aprovechamiento fiscal de pérdidas o gastos mediante la utilización de entidades o
instrumentos híbridos; la generación de pérdidas mediante transmisiones de valores intragrupo; o
La directora de la AEAT, Beatriz Viana, y el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre. FERNANDO VILLAR
Financiar la empresa aplazando
el pago de la deuda impositiva
Para paliar las restricciones al
mercado de crédito, cada vez
más empresas optan por solicitar a la Administración el aplazamiento de los pagos de impuestos. Se trata de una medida que,
obviamente, tiene un coste financiero. Sin embargo, en un
contexto como el actual, para
muchas sociedades resulta más
sencillo postergar el abono de su
factura fiscal que solicitar un
préstamo a la banca. Los datos
de Hacienda son ilustrativos. En
2006, las empresas pidieron retrasar 2.855 millones de euros
en impuestos. En 2012, esa cifra
alcanzó los 17.595 millones, según datos de la Agencia Tributaria. Un nivel sin precedentes. La
AEAT concedió, el año pasado,
8.536 millones de aplazamientos. En ocasiones, la documentación de Hacienda se completa
con las informaciones facilitadas
por Hervé Falciani, que incluyen
130.000 nombres de clientes del
banco HSBC en Suiza entre los
años 1997 y el 2007 y, según se
ha podido saber, contienen referencias a seiscientas personalidades españolas.
el desvío de rentas de actividades
económicas a través de fundaciones y otras entidades sin ánimo de
lucro o parcialmente exentas para
minorar su tributación.
Comprobaciones generales
Los departamentos fiscales de algunas de estas compañías reconocen que muchas revisiones que se
inician de forma parcial acaban convirtiéndose en inspecciones muchos más globales, aumentando el
número de ejercicios a revisar y los
impuestos observados.
Estas mismas fuentes señalan
también que en la mayoría de los
casos se alcanzan acuerdos entre la
Agencia Tributaria y las empresas,
ya que éstas no quieren acabar acudiendo a los tribunales, puesto que
esta publicidad les supondría un
gando a representar el mayor volumen de ingresos de los bufetes de
abogados mercantiles de los últimos años, son objeto de comprobación para ver si se han cumplido los
requisitos legalmente establecidos
para disfrutar del régimen especial
establecido en la Ley del Impuesto
sobre Sociedades.
Las inspecciones buscan, incluso, la comprobación de los valores
empleados en años prescritos, pero
que puedan tener efectos en la actualidad. También, el control de la
utilización de esquemas de planificación fiscal agresiva por entidades
residentes, como el empleo indebido de fundaciones y otras entidades
sin ánimo de lucro, la deducción artificiosa de gastos financieros o el
aprovechamiento indebido de pérdidas o bases imponibles negativas.
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