Viernes 23.08.13 EL DIARIO VASCO QUINCENA MUSICAL CULTURA «Me gustaría desmitificar la imagen etérea del arpa» 47 MÚSICA CONTEMPORÁNEA MARÍA JOSÉ CANO ESPECTACULAR Valentina Casades Arpista El arpa protagoniza el último concierto del Ciclo de Jóvenes Intérpretes, esta tarde en el Palacio Miramar WILHEM LATCHOUMIA Intérprete: Wilhem Latchoumia, piano. Programa: ‘Spontaneous earth’ y ‘A room’ de John Cage; Estreno de ‘Orduko orbainak’ de Mikel Urquiza y ‘The people united will never be defeated’ de Rzewski. Fecha: 22-VIII-13. Lugar: Salas Polivalentes del Kursaal. Asistencia: Unas 80 personas. Bis: ‘Irish Legends nº 1’ de Henry Cowell. E :: M. J. CANO –¿Cuándo decidió tocar el arpa? –Cuando tenía siete años, me preguntaron que instrumento quería tocar. Dije que el arpa, aunque nunca había visto una de verdad, solo en la película de ‘Los Aristogatos’, que me encantaba. Entonces mis padres me llevaron a un recital de arpa sola y por lo visto, pasé todo el concierto sin pestañear. –Se dice que el arpa es uno de los instrumentos más difíciles. –A mí no me gusta mucho opinar sobre qué instrumentos son más difíciles. Cada uno tiene sus propias características y dificultades, y unos pueden resultar más accesibles que otros en base a las facilidades de cada uno. Es verdad que el arpa tiene un mecanismo muy complejo, tanto morfológica como visualmente: 47 cuerdas y 7 pedales. Esto, a priori, impresiona mucho, y evidentemente no es nada sencillo; pero tampoco diría que es de los más difíciles. ¡Para eso tendría que saber tocar todos! –¿Qué supone para una joven estudiante debutar en la Quincena? –Supone una gran oportunidad y también un buen montón de nervios. Lo cierto es que últimamente el mundo de la música clásica no hace más que sufrir recortes y es difícil para los que están en él y para los que quieren entrar. –¿Cómo es el programa que interpreta esta tarde? –La idea es tocar obras de varios períodos, tanto con piezas características de arpa sola, como de compositores relevantes de la historia. Me gustaría desmitificar la imagen etérea del arpa que sólo hace ‘glissandis’ (aunque de esos también habrá, ¡claro!), y por supuesto, que todos disfrutemos de la música. En el Valentina Casades, junto a su instrumento musical. programa hay obras originales para arpa compuestas por arpistas como ‘Rhapsodie’ de M. Grandjany, una pieza que explota al máximo las posibilidades sonoras del instrumento. También hay transcripciones de obras que personalmente me encantan y creo que encuentran en el arpa otra vía tímbrica que las enriquece. Es el caso de una ‘Fantasía’ para tecla de C.P.E. Bach y una canción para voz y piano de M. Glinka. Por último, hay obras para el público, como el ‘Viejo Zortziko’ de Guridi. –¿Cuántas horas diarias dedica a su instrumento? ¿Le resulta duro? «Lo cierto es que últimamente el mundo de la música clásica no sufre más que recortes» Irun y Zubieta recordarán las batallas de 1813 :: DV SAN SEBASTIÁN. El municipio de Irun y el barrio donostiarra de Zubieta han sido elegidos como escenarios del ciclo Quincena Andante, dentro de la Quincena Musical, para conmemorar las batallas acontecidas en Gipuzkoa en el año 1813. El ciclo Quincena Andante encara ya su recta final, y entre sus últimas citas llevará a cabo dos eventos especiales, que se enmarcan en las actividades programadas por el festi- val con motivo del bicentenario de las batallas de 1813. La ermita de San Marcial de Irun será testigo del primero de los encuentros en torno a esta temática, mañana a las 19.00 horas, en la que albergarán una propuesta que aúna música coral, danza y ‘bertsos’. Los encargados de ofrecer el concierto serán el coro de Irun ‘Ametsa Gazte Abesbatza’, junto a ‘Kemen Dantza Taldea’ y el bertsolari Amets Arzallus. Dirigidos por Jon Aizpuru, y –Estas son preguntas peliagudas y realmente difíciles de responder con sinceridad. No tengo un tiempo de estudio programado, aunque sí sigo una rutina de trabajo durante el curso. Normalmente estudio entre tres y cuatro horas al día, pero cuando tengo alguna prueba puedo llegar a tocar unas seis horas. Personalmente, lo llevo bien, porque es algo que me gusta y que, quitando malos días o algunas partituras concretas, disfruto. Cuando hay pruebas es más duro, porque aumentas tiempo y presión, y a veces pierdes la perspectiva física, mental y sensorial. –¿Ha tenido que renunciar a algo para dedicarse al arpa? –He tenido que renunciar en ciertos días a ciertas cosas, supongo que como cualquiera que quiera dedicarse profesionalmente a la música. Es más fácil aceptarlo cuando tienes 22 años que cuando tienes quince, y espero que aun lo sea más a los treinta, pero es así. con Arkaitz Mendoza al piano, recordarán la batalla de San Marcial de 1813, a través un programa variado que incluye creaciones de Mikel Laboa, Etxepare o Janequin. La segunda de las actividades cerrará además el ciclo Quincena Andante el próximo jueves, a las 20.00 horas en la iglesia de Santiago de Zubieta. El Ensemble Diatessaron, formación compuesta para este concierto por txistu, guitarra, viola y pianoforte, y dirigida por Elena Martínez de Murguía, interpretará obras de varias compositoras como la Condesa Peñaflorida y Madame de Mazarredo. También interpretarán piezas de otros compositores de la época como Mateo Albéniz y Manuel Sagasti. l concierto de ayer del Ciclo de Música Contemporánea será, probablemente, de los que dejen un mayor poso de esta Quincena Musical, por incluir una obra espectacular de Frederic Rzewski, y por la grandísima calidad de Wilhem Latchoumia. El pianista, que ofreció también dos piezas de Cage y estrenó ‘Orduko orbainak’ de Mikel Urquiza, consiguió hipnotizar con su técnica, comprensión, respeto y expresividad en la elaboración de un repertorio muy complicado al que sacó chispas. Las dos piezas para piano preparado de John Cage con las que Latchoumia abrió el concierto supieron a poco. Fueron ofrecidas con esmero –no en vano el pianista es uno de los mayores especialistas en su música– y crearon un ambiente muy propi- cio para recibir la primera audición de la obra del joven Mikel Urquiza. ‘Orduko orbainak’, con un importante soporte rítmico, destacó por su unidad y su capacidad de seducir con pocos elementos, bien colocados en una obra amable y de buena factura. Pero el plato fuerte del concierto estaba por llegar. Me pregunto cuántos pianistas se atreverían a interpretar el ‘tour de force’ que propone Rzewski en su ‘The people united will never be defeated’. En la escucha de esta obra descubrimos a dos grandísimos artistas. Por una parte, hay que ser un dotado compositor para mantener el interés en una partitura de una hora de duración sin interrupción basada en un sencillo pero hermosísimo canto chileno que como por arte de magia aparece, se difumina o se aborda desde perspectivas dispares. Pero para interpretarlo hay que tener no sólo una extraordinaria técnica, sino sobre todo una capacidad de comprensión y expresividad inigualables. Latchoumia las regaló en un concierto espectacular. JÓVENES INTÉRPRETES TERESA ALBERO SÓLIDA COMPLICIDAD PALACIO DE MIRAMAR Intérpretes: Cuarteto Crumb. Programa: Obras de Haydn y Schostakovich. Lugar: Palacio de Miramar en San Sebastian. Asistencia: Lleno. Fecha: 22-VIII-2013. U na de las formas en la que unos jóvenes concertistas pueden agradecer la oportunidad de salir al escenario es ofreciendo implicación y calidad en su trabajo. El concierto de ayer fue una muestra de ello. La complicidad que los miembros del Cuarteto Crumb demostraron tener entre ellos, potenció la musicalidad. Las respiraciones, la comprension y la búsqueda de intenciones musicales fueron una constante en el concierto. Dos fueron los cuartetos escogidos por Crumb. El primero de ellos, el ‘Cuarteto núm. 2 Op. 20 en Do mayor’ de Haydn hizo destacar de forma sobresaliente al primer violín, si bien es cierto que, faltó en lineas generales, una mayor presencia de la viola que nos hubiera permitido saborear el buen trabajo que, sin duda alguna, fue evidente que realizó. El violonchelo obtuvo un papel fundamental en el ‘Cuarteto num. 8 Op. 10 en Do menor’ de Schostakovich ya que condujo de forma formidable algunos de los fragmentos más intensos y profundos de la obra. No obstante, fue un logro de todos los miembros la gran compenetración y conjugación de la interpretación. Dos obras en las que los músicos del Cuarteto Crumb supieron mostrar una cuidada gestualidad que redondeaba la gran calidad de las dos interpretaciones. Estas dos imponentes obras al igual que en muchas de literatura musical provocan que se pueda y se deba rizar el rizo, no obstante y después del concierto de ayer estos músicos deben seguir haciéndolo para continuar en un camino que, a día de hoy, ya posee un alto nivel. Ayer fue uno de los conciertos mas aplaudidos en los que la valoración del público hizo desear volver a escuchar a Crumb. No hubo propina. Quizá el mejor bis que nos pueda ofrecer la agrupación es seguir escuchando en un futuro a este prometedor y sólido cuarteto.