normas para las citas bibliográficas y documentales

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NORMAS PARA LAS CITAS BIBLIOGRÁFICAS Y
DOCUMENTALES
F.Lagardera Otero (INEFC, universidad de Lleida)
En general, casi todo el mundo copiamos unos de otros. Esto resulta
especialmente cierto en el ámbito científico, pues los avances se hacen a costa de ir
acumulando conocimientos y experiencias de los que son valedores multitud de personas.
Se trata pues de un complejo proceso colectivo.
En el ámbito académico y científico la riqueza de referencias a investigaciones y
publicaciones de otros colegas es una muestra de erudición. Se dice coloquialmente que
quién copia de uno comete plagio o robo intelectual, pero quién copia de muchos se
transforma en un sabio.
La cuestión trascendente no es copiar o no, sino de qué modo hacerlo, cuándo
hacerlo y en relación a qué hacerlo. Se entiende que los jóvenes estudiantes, por su
todavía prosaica formación, son los que más tienen que copiar o referenciar a los autores
ya consagrados; sin embargo, son las personas que menos copian en sus producciones, o
si lo hacen no lo dicen, por lo que cometen fraude, incluso una falta que puede ser
constitutiva de delito.
Todo estudiante tiene que saber que enriquecer sus textos con aportaciones y
citas de otros autores es una muestra de suficiencia académica, pero resulta prioritario
que aprenda pronto a citar de modo adecuado, en cualquier tipo de documento, sea este
un ensayo, una investigación, un examen o un conjunto de apuntes y notas documentales.
En general, en la redacción de cualquier clase de texto se pueden encontrar dos
tipos diferenciados de referencias a libros, revistas o cualquier otro documento que se
suelen intercalar en la redacción del propio texto, a saber:
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a) las citas textuales, son aquellas en las que se transcribe una frase, párrafo o
párrafos tal y como aparece en el texto original:
“la maternidad se consideraba la función más elevada de las mujeres,
esencial para el progreso saludable de la nación” (Hargreaves, J., 1993,
p.72)
El texto que se referencia suele escribirse en letra cursiva, entrecomillado o las
dos cosas a la vez. También suele transcribirse, cuando se trata de textos especialmente
largos, en cursiva con un tamaño menor de letra y con sangrado especial. Depende en
cualquier caso de los gustos del autor-a. Si que es obligado consignar al final del texto y
entre paréntesis, el primer apellido del autor, la inicial de su nombre, el año de edición del
libro o documento referenciado y el número de página o páginas en el que se ha
localizado.
A veces una obra está escrita por varios autores y no se aprecia con claridad
cuál es la contribución de cada cual, sin embargo, junto a la cita textual no es necesario
escribir el nombre de todos, pues basta señalar al que figura en primer lugar, añadiendo y
otros:
“los medios de información tienden a reforzar las percepciones normativas
de los individuos” (McPherson, B., y otros, 1989, p.149)
También existen circunstancias en las que tratándose de una obra colectiva, el
número de colaboradores resulta tan elevado, que incluso ni figuran sus nombres en la
portada, en este caso, se conviene internacionalmente la apelación VV.AA:
“Además, parece que los valores culturales, las actitudes y los
comportamientos individuales y colectivos aprendidos en el marco de las
actividades deportivas vuelven a encontrarse en otros campos de la vida”
(VV.AA., 1996, p.101)
También puede darse el caso de que se necesite hacer referencia a varios textos
de un mismo autor que hayan sido publicados en el mismo año, en este caso se escribirán,
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junto al año de edición separados por un guión, una serie de letras ordenadas
alfabéticamente, valga como ejemplo: (Palmi, J., 1989-a, p.11), (Palmi, J., 1989-b,
pp.56-57), (Palmi, J., 1989-c, p.102).
En la cita textual no es rigurosamente necesario que se transcriba todo el texto,
sino que en los párrafos muy largos se pueden efectuar cortes, según lo que interese
reflejar, pero siempre sin menoscabar o tergiversar la intencionalidad del autor y
advirtiendo con un (...) el lugar exacto en donde se ha producido el corte:
“...no es suficiente para que el cambio se realice (...) porque en este
proceso
de
cambio
deben
renunciar
a
sus
cuotas
de
poder
institucionalizado” (Brullet,C., 1996, pp.284-285)
b) las citas referenciales o eruditas, cuando en la redacción de nuestro texto
tenemos la necesidad de mencionar algunas teorías, conceptos o ideas, que nos las
apropiamos o utilizamos, sin embargo, señalamos con erudición de donde las hemos
tomado o indicamos a nuestros lectores potenciales en donde pueden hallarlas. No
transcribimos sus textos sino que nos apropiamos de sus ideas, aunque las expresemos
con nuestras palabras.
Estas citas pueden incorporarse ágilmente en nuestro texto: la figuración
sociológica, según Elias,N. (1992); la figuración sociológica (Elias,N. 1992); la figuración
sociológica como denomina Elias (1992); pudiendo resaltar o no, según nuestro interés, el
concepto o la teoría en cursiva o en negrita.
En otras ocasiones, las ideas de los autores a los que se hace referencia se
encuentran muy relacionadas con las nuestras, y aunque no las copiemos o no nos
apropiemos de sus aportaciones, al mencionarlos expresamos nuestra humildad al
tenerlos en consideración, pero al mismo tiempo, al obrar de este modo también
mostramos nuestro conocimiento y dominio de la literatura en ese ámbito:
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“El miedo a perder o la ilusionante expectativa del triunfo desata una gran
tensión emocional (Puig,N., y Lagardera,F., 1997) que puede tener muy
diferentes registros y expresiones”.
Pero una vez ya hemos finalizado de escribir nuestro texto debemos incluir un
último apartado en el que consignar las referencias bibliográficas de modo completo. La
relación de autores y obras se ordenarán de modo alfabético, y en el caso de un mismo
autor, irán primero en la relación las obras más antiguas.
En la relación bibliográfica se consignará:
- el nombre del autor (cuando no haya lugar a equívocos bastará con el primer
apellido),
- el año de edición de la obra consultada o referenciada entre paréntesis (en el
caso de una cita textual se escribirá el año de la obra consultada, pero en el caso de una
cita erudita se podrá escribir el año de la primera edición en español o en la lengua
original, pero en este caso el título se transcribirá también en la lengua original)
- el título completo de la obra en cursiva,
- la ciudad en donde se ha editado,
- el nombre de la editorial.
Bourdieu, P. (1988) La distinción. Criterio y bases sociales del gusto.
Barcelona, Taurus.
Bourdieu, P., Chamboredon, J.C., y Passeron, J.C. (1989) El oficio de
sociólogo. Madrid, Siglo XXI.
Cathelat, B. (1985) Styles de Vie. París, Les Éditions d´Organisation.
Dumazedier, J. (1964)Hacia una civilización del ocio. Barcelona, Estela.
En el caso de las obras colectivas, existe la tradición de mencionar al menos a
tres autores, pero cuando se supera esta cifra se describe según lo manifestado
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anteriormente (VV.AA) o con el nombre del responsable de su coordinación, de su
dirección, de su compilación o en el caso del ámbito anglosajón, de su edición:
García Ferrando,M (coord.) (1995) Pensar nuestra sociedad. Valencia, Tirant
lo Blanch.
Lagardera, F. (dir.) (1999) Diccionario de la Actividad Física y el Deporte.
Barcelona, Paidotribo.
García,M., Puig,N., y Lagardera,F. (comps) (1998) Sociología del deporte.
Madrid, Alianza.
Dunnig, E. (ed.) (1978) Sociology of Sport . London, Routledge.
En el caso de las obras colectivas en las que figura con toda claridad las partes
o capítulos que corresponden a cada autor, se escribirá el título del capítulo al que se
hace referencia entre comillas y el título de la obra colectiva en cursiva:
García Ferrando, M. (1990) “Sociología del ocio y del deporte”, en S.Giner y
L.Moreno (comps), Sociología en España. Madrid, C.S.I.C.
Cuando lo que se citan son artículos de revistas o ponencias y comunicaciones
publicadas en los libros de actas de los congresos, se escribirá el título del artículo o la
comunicación entre comillas, mientras que el nombre de la revista o el del congreso se
escribirán en cursiva, y se consignará también, el número de la revista o del congreso, así
como las páginas entre las que está comprendido el trabajo citado:
Vicente Pedraz, M. (1999) “La construcción del discurso médico y el arte de
gobernar el cuerpo. Salud y moral en la Baja Edad Media occidental”. Apunts
d´Educació Física i Esports, nº 57, pp. 10-19. Barcelona, INEFC.
Vicente Pedraz, M. (1997) “La construcción social de la salud y del estilo de
vida saludable”. III Congrès de les Ciències de l´Esport, l´Educació Física i la
Recreació, vol.I, pp.169-190. Lleida, INEFC.
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Con las tesis doctorales, tesinas de postgrado y masters o con otros trabajos no
publicados o inéditos, se procederá del mismo modo que con los libros:
Lagardera,F. (1990) Una interpretación de la cultura deportiva en torno a
los orígenes del deporte contemporáneo en Cataluña. Universidad de Barcelona,
Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Tesis doctoral no publicada.
Lagardera, F. (2000) Teoría epistemológica de las prácticas deportivas,
expresivas, introyectivas y lúdicas. INEFC, Lleida, apuntes no publicados.
Como criterio general se debe considerar que en la relación bibliográfica que
obligatoriamente debe figurar en todo texto, tienen que aparecer todos aquellos datos que
son necesarios para que un hipotético lector pueda acceder, si así lo desea, al mismo
texto al que lo hemos hecho nosotros. Así pues, cuando se trate de una obra de varios
volúmenes se hará saber a cuál de ellos nos referimos, cuando se trate de un artículo de
prensa diaria, tendrá que aparecer la fecha exacta (día, mes y año) de su publicación.
A veces tomamos notas en clase de las explicaciones y comentarios de algún
profesor, de un programa de televisión o de una conferencia a la que hemos asistido, y las
vertemos o utilizamos posteriormente en nuestros textos. Conviene en estos casos hacerlo
saber, pues de este modo nuestros argumentos e ideas se refuerzan por la apoyatura que
supone la referencia a un autor bien considerado académica o científicamente.
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