ACTO DE ENTREGA MEDALLA DE ORO CAMARAS CAMARA DE

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ACTO DE ENTREGA MEDALLA DE ORO CAMARAS
CAMARA DE COMERCIO DE OVIEDO
7 de Abril de 2016
Se habrán percatado, por la lectura del acuerdo de concesión de esta distinción, que data de hace 14
años, pues efectivamente fue en 2002, cuando dio fin mi mandato como Presidente de esta Cámara. Es
mucho tiempo, y dicen que hay Cuatro cosas que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra
hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada. Balas, espero que no se dispare ninguna hoy,
en cuanto a las palabras habladas, prometo que serán breves, espero que no sea esta una ocasión
desaprovechada, y del tiempo pasado hablaré lo imprescindible.
En primer lugar, por pudor, no es mi estilo repasar, lo que por otro lado han relatado con generosidad el
Presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet y el de esta Cámara ,Fernando Kelly, y en segundo
lugar , porque el paso del tiempo es inmisericorde.
Recuerdo un western, serie B, en el que en el final de un guión previsible, de acabar con los malvados
que asolaban la ciudad, y la marcha del justiciero, cuando se le insta a quedarse, contesta que no, que
ya ha llegado la Ley y el orden, y hasta, incluso, cualquier día, se les ocurrirá a los ciudadanos fundar una
Cámara de Comercio. Esta anécdota situada en un pueblo del Oeste Americano, es muy ilustrativa del
ideario de estas instituciones, que fundamentalmente se han concretado en la idea del progreso, y que
define el concepto de sociedad civil que se concibe como el espacio de vida social organizada, que es
voluntariamente autogenerada, independiente, autónoma del estado y lógicamente, limitada por un
orden legal o juego de reglas compartidas, y que involucra a ciudadanos, empresarios en este caso, que,
actuando colectivamente en una esfera pública expresan sus intereses e intercambian información
alcanzando objetivos comunes.
La existencia de una sociedad civil diferenciada de la sociedad política es un prerrequisito para la
democracia, y hoy está universalmente reconocido, que sin ella, no hay Estado legítimo. Y, las cámaras
de comercio han sido, durante 92 de sus 130 años de existencia, la única sociedad civil empresarial
española, como corporaciones sin ánimo de lucro, que defienden los intereses generales del conjunto
de las empresas y que celebran elecciones cuatrienales con participación de todas las empresas de cada
demarcación con derecho activo o pasivo.
Y me gustaría recordar, que en 1977, en el inicio de nuestro proceso de transición, política y social, que
tanto se reivindica hoy día, las cámaras fueron las primeras en impulsar la creación de la patronal CEOE
y de los sindicatos, por ser dos instituciones fundamentales de la sociedad civil, y su primer presidente,
hasta 1984, Carlos Ferrer Salat, provenía del comité ejecutivo de la Cámara de Barcelona.
Posteriormente, en 1998, el año que yo comencé a presidir esta Cámara, Ferrer Salat, accedió a la
Presidencia del Consejo Superior de Cámaras, , invitándome a participar en su Comité Ejecutivo ,
falleciendo lamentablemente, ese mismo año 1998, a los pocos meses de su toma de posesión.
Debo decir, que a lo largo de 47 años de mi vida profesional, he transitado por distintas instituciones ,
regionales, nacionales, europeas, e incluso mundiales, con ese objetivo del progreso, y cuando yo llegué
a la Presidencia de esta Cámara, llevaba 11 años como Presidente de una sectorial nacional. Creo, pues,
que conozco bien, las dos caras del movimiento empresarial en nuestro país y en Europa, y no entraré
hoy en un debate que podría ser muy largo pero si constatar un hecho que he expresado en público en
otras ocasiones y es que las tensiones entre cámaras y patronales (donde las hay) dependen más de su
ámbito de funcionamiento que de sus intereses.
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España es de los pocos países de la UE en el que las organizaciones patronales y sindicales tienen una
organización múltiple en cuatro niveles: nacional, sectorial, regional y provincial. En muchos países
europeos, patronales y sindicatos son básicamente nacionales y sectoriales y las cámaras de comercio
son territoriales, no teniendo fricciones entre ellas.
Desde entonces, el mundo ha cambiado.
El nuevo marco regulatorio de las Cámaras, impone criterios de sostenibilidad, y de eficiencia que
deberá ser adoptado con esfuerzo de creatividad, e innovación, como les ocurre a las empresas , a las
que sirve, a los empresarios que las forman, en un clima de generosidad , colaboración y visión de
futuro de sus dirigentes. Hace unos meses, finalicé mi segundo, y estatutariamente último mandato de
la Presidencia de la Patronal de la industria manufacturera europea más importante, y me tocó hacerlo
con una reestructuración en su gobernanza que entre otras cosas se concreto en una reducción de 72
miembros de su Consejo de dirección a 17, y no pasó nada porque en definitiva tratamos de hacer lo
que los empresarios a los que nos debemos pedían para ser más eficaces.
¿Y que perciben los empresarios en este momento?
Pues, que está apareciendo un viejo complejo de fracaso, que en nuestro País habíamos superado,
después de la transición y de la modernización económica que hemos tenido sobre todo en los últimos
30 años.
Y yo creo que esto no es bueno. De cualquier manera que se mire, la modernización de nuestro País, de
nuestra sociedad, en las últimas décadas es manifiesta. Todos los que ya pasamos de cierta edad, si
echamos una mirada atrás podemos comparar la España que teníamos hace 40 años ,que en cualquier
caso se puede constatar, por parte de los que no lo vivieron, sencillamente acudiendo a las estadísticas
,que muestran el aumento de la renta per cápita, la universalización del Estado de bienestar y los niveles
de calidad de vida que hemos logrado. De igual modo también se puede medir la transformación social
por el nivel de la inteligencia crítica que alberga.
Algo, habremos hecho bien.
Hace unos días estaba en Barcelona uno de los últimos premio nobel de Economía (1995), Robert Lucas,
quién aconsejaba a los escépticos analizar de donde procedemos. ¿Donde estábamos en los años 50
países tan diferentes, como Corea del Sur, o España ?.
Creo, como dice Juan Aparicio, reciente premio de ensayo “Jovellanos”, que existe un estado de ánimo
respecto a nuestro país en el que las relaciones entre nosotros mismos no están marcadas por lo que
debería ser una regla de objetividad y de serenidad, y que el desafecto a nuestro país parece que es una
característica de los españoles.
Ortega y Gasset decía amargamente en 1922, en el prólogo a su segunda edición de “España
Invertebrada” : “debo confesar que sufro verdaderas congojas oyendo hablar de España a los
españoles “y este desafecto, tiene efectos perniciosos en el funcionamiento del país, de sus
instituciones , y por supuesto de la Economía. Julián Marías, que padeció condena por servir en el bando
republicano y tuvo que impartir sus clases de filosofía en universidades extranjeras, pasó los últimos
años de su vida criticando la prepotencia de los políticos, preocupándose por los malos usos de la
libertad, por el desvanecimiento de la idea de España, por la insolidaridad regional, la fractura de la
concordia, y en definitiva por la desorientación
Yo creo que estas palabras nos suenan de una vigencia, atronadora: desorientación, bloqueo, e
incertidumbre.
Desde hace casi cuatro meses, asistimos al espectáculo de ver como nuestros políticos, son incapaces de
lograr acuerdos, de hacer su trabajo, en una ceremonia exclusivamente mediática, de tertulias, tweets,
mensajes de todo tipo, y hasta declaraciones de amor, que hacen que , leer la prensa, ver televisión o
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escuchar la radio resulte tremendamente deprimente , una sensación, en definitiva de hastío de la noble
función política que debería consistir en resolver los problemas de los ciudadanos.
El resultado de todo ello, ya parece tener consecuencias poco alentadoras para nuestra economía: El
crecimiento del primer trimestre ha sido según el Banco de España una décima inferior a los
precedentes. El INE, publicaba el dato de que la cifra de negocio empresarial corregida a efectos de
calendario, se redujo un 0,2 %, el primer descenso en 22 meses. Moody’s rechazó subir nuestra
calificación, el pasado 15 de marzo, y tanto esta agencia, como Standard & Poor’s y Fitch han alertado
sobre el hecho de que nuestra parálisis política ya está afectando al calendario de medidas que estaban
previstas.
Y todo esto, en una situación, que si bien, aún es de crecimiento, éste cada vez está más amenazado.
Asentar nuestro modelo económico para los próximos años, va a requerir aumentar la inversión en I+D,
normalizar el acceso de las empresas a la financiación, abaratar los costes energéticos, reducir la
asfixiante carga fiscal y el exceso de regulación, acabar con las subvenciones improductivas, disminuir el
tamaño las administraciones, incrementar la internacionalización de empresas, ayudar a las compañías
a ganar tamaño para acceder mejor a los mercados exteriores, y sobre todo mejorar la formación,
abriendo mas vías de intercambio de conocimientos entre los mundos académico y empresarial, algo
básico y sobre lo que insistiré más adelante.
En definitiva después de 8 años de debate sobre si habíamos tocado fondo, en ese negro pozo, si
seguíamos hundiéndonos o si salíamos, efectivamente, parece que estamos saliendo, pero sin haber
resuelto muchos de los problemas que teníamos antes de entrar en él.
Y todo ello en un contexto internacional, en el que las perspectivas son todas a la baja, la desaceleración
de China parece que es profunda, la apreciación del dólar, puede tener un impacto fuerte sobre los
países emergentes, Brasil, Rusia, están en una situación delicada. Estados Unidos vive con perplejidad
una campaña presidencial atípica, y en Europa tenemos problemas muy importantes que afectan a la
esencia del proyecto europeo: como la crisis de refugiados y el terrorismo, con la consecuencia, de que
la libre circulación de personas, uno de los cimientos de la Europa contemporánea se está rompiendo y
eso unido al peligro de que el Reino Unido se descuelgue del proyecto comunitario, hace, que se
acumulen muchas tensiones.
Es decir, nos enfrentamos a una realidad, compleja, multidimensional, y que hace recordar aquel axioma
de los generales prusianos que decía, que “no hay plan que sobreviva al contacto con el enemigo”.
Y este escenario, se complica con uno de los adversarios más formidables para el crecimiento, y
también uno de los más difíciles de combatir y es la demografía expresada en la conjunción de dos
variables con tendencias arraigadas:-El aumento de la esperanza de vida y-El descenso de la tasa de
fertilidad. Este año, por primera vez desde 1950, en un contexto de crecimiento de la población mundial
disparándose, la población en edad activa descenderá, en el mundo occidental, en nuestro mundo,
según previsiones de Naciones Unidas y en países como Italia, Alemania o nuestra España, un tercio de
la población, tendrá mas de 65 años en 2050.
Europa en su conjunto, perderá en este periodo ,más de 15 millones de habitantes (que es casi la
población de Holanda) y las consecuencias para la economía,- que ya se están produciendo-van a ser
relevantes :, menor oferta de empleo, menos consumo, menor necesidad de inversión y menor
participación europea en el PIB mundial.
Es cierto, que las políticas gubernamentales destinadas a combatir esta situación, y los cambios en los
comportamientos sociales pueden hacer cambiar las tendencias. Tenemos el caso de China, donde se
está abandonando la política de un solo hijo, pero en otros casos de estímulos, como los de Australia,
Singapur o la provincia canadiense de Quebec, (que siguen ,por debajo de la tasa de reemplazo del
2,1%),se revela lo difícil que es estimular los índices de fertilidad. Tienen que pasar décadas para que las
tendencias de la población se modifiquen de forma significativa.
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Y me gustaría finalmente, esbozar una reflexión, sobre un tema que he dejado pendiente en el inicio de
mi intervención, y que afecta de manera decisiva a esa población menguante. No hay profesionales más
controvertidos que los grandes economistas a la hora de desarrollar teorías sobre el crecimiento, pero
pocas ideas suscitan tanto consenso, como la importancia de la educación.
En España, hemos avanzado mucho en nuestro capital humano, y los jóvenes que se incorporan a la
población adulta están más y mejor formados que los que la abandonan, pero menos que los de otros
países. Tenemos el triste record de contar con la tasa de fracaso escolar más alto de la UE, y el gran reto
como país, y particularmente de los empresarios, es transmitir a esa población menguante que son los
jóvenes, que su mejor inversión de futuro y principal herramienta con la que abordar la globalización y
la transformación tecnológica en que se encuentra el mundo, es la formación.
Y si vamos al mundo de la educación superior, una relación más estrecha entre la universidad y la
Empresa es un camino a transitar en doble dirección de importancia clave, conformando esa tercera
“misión”, que tendría la universidad, complementaria a las de docencia e investigación que con una
mayor vinculación con el sector productivo constituye un estímulo para la investigación universitaria
entre otras significativas razones, por proveer recursos clave para su desarrollo. Es muy necesaria esa
colaboración en la generación de nuevas ideas y en la innovación de métodos y procesos y en la
adaptación a los requerimientos universales.
La globalización de los contenidos en la educación superior es patente.
El acceso al mundo de la empresa, sobre todo el de los titulados universitarios, se está manifestando
global en un doble sentido: no sólo los universitarios trabajan con creciente frecuencia en otros países,
sino que lo hacen en compañías transnacionales cuyos métodos de selección de sus cuadros, y sus
programas de trabajo, de organización y de actividades tienen un carácter global. A esa globalización, y,
por tanto, la de sus requerimientos formativos, no puede ser ajeno el mundo académico, que deberá
dar respuesta a unas necesidades de formación que ya no son las específicas de un entorno cercano,
sin contar con otra característica formidable de la globalización es la velocidad con la que se mueve el
conocimiento. Estamos acostumbrados a una relativa estabilidad de las profesiones, típica de la era
industrial, ligada a unos conocimientos constantes y a un entorno específico, y esta no es la situación
actual
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Un tercer aspecto que hay que resaltar de la sociedad global es la competencia global de las
instituciones de educación superior.
Estados Unidos y Australia, que por cierto, son dos países típicamente exportadores de educación
superior, son los abanderados de este proceso de liberalización, que puede suponer uno de los cambios
más «peligrosos» para la actual estructura de las universidades tradicionales y es la posibilidad de que
éstas pierdan su privilegio nacional de ser expedidoras de títulos académicos (y en consecuencia de los
profesionales, tal como ocurre en muchos países).Si eso sucediera –y es verosímil que antes o después
suceda–, las universidades tendrían que competir a un nivel inimaginable en estos momentos.
Cuando estos jóvenes ,llegan al mundo empresarial, los empresarios tienen sobre todo una
responsabilidad muy importante en como preparar la estructura de una empresa para el recambio
generacional. Una responsabilidad muy importante con esa población menguante y debemos de tratar
de entender como llegan los jóvenes a nuestras empresas. Nuestros jóvenes poseen una mayor apertura
a la diversidad, a lo nuevo, a lo distinto, y operan con menos prejuicios que sus generaciones anteriores
,muestran una mayor capacidad de disfrute del tiempo presente y una relativización del valor del
sacrificio con la manera de alcanzar objetivos. Y es lógico puesto que la crisis y la incertidumbre sobre el
futuro incrementan el potencial disfrute que pueden tener del presente.
Los empresarios tenemos un rol muy activo en la construcción social de valores, y efectivamente la
responsabilidad, el profesionalismo, la eficacia y la competitividad son valores que ayudan a desarrollar
nuestras compañías, pero nuestros jóvenes son el relevo que tienen que tomar nuestro testigo, y ponen
el énfasis en otras actitudes vitales: En la sensibilidad, la tranquilidad, el trabajo en equipo y la
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flexibilidad. Tienden a buscar ambientes de trabajo, abiertos, horizontales, creativos en los que las
estructuras jerárquicas les brinden un espacio para la creación y la participación.
Tenemos que ser conscientes que ese cambio que plantea la llegada a nuestras empresas de una
generación con demandas distintas, plantea un problema en donde cada vez es más complejo atraer y
retener talentos, porque es preciso entender que a los jóvenes con potencial no les interesa solamente
que tipo de desarrollo profesional y carrera pueden hacer sino también equilibrar sus intereses
personales con los laborales.
Los que seamos capaces de ser flexibles, de innovar y de encontrar ventajas competitivas con políticas
que promuevan el espíritu emprendedor y la conciliación podremos atraer a los talentos o retenerlos en
su caso.
En las últimas semanas he constatado actividades de jóvenes emprendedores en nuestra región, que me
llenan de optimismo. Hace una semana, nuestro alcalde se encontraba en esta Cámara con antiguos
alumnos que se instalaban en el nuevo Vivero de Empresas de la Cámara, con un proyecto innovador, y
conocíamos la posibilidad de obtener para la ciudad una “incubadora” de alta tecnología. Unos días
atrás, yo mismo participaba en un Investors Day, promovido por nuestra Sociedad de Private Equity
Torsa Capital,con tres proyectos altamente innovadores radicados también en nuestra Región.
Y también, en el marco de esta sociedad de Capital Riesgo contemplo con gran ilusión un proyecto que
estamos impulsando y que sin duda será relevante en nuestra Región. Una propuesta de enseñanza
universitaria inédita en España, en la que la Facultad de Turismo de Oviedo y el Hotel-Escuela HUNI
HOTEL SCHOOL, ubicado en Llanes, impartirán una doble titulación en Turismo y Dirección Hoteleraambos Títulos homologados por la Universidad de Oviedo-, con la finalidad de formar jóvenes directivos
capacitados para desarrollar una carrera profesional de plena inserción en el empleo y de alcance
internacional.
Me congratula, ver el dinamismo de los jóvenes, y entiendo las razones que explica el premio Nobel
Joseph Stiglitz en lo que define como la nueva brecha intergeneracional para la división entre las
personas mayores y los jóvenes, cuando afirma que la forma en que viven es diferente, su pasado es
diferente y también sus perspectivas de futuro. Y sobre todo, votan diferente.
Yo tengo una gran fe en nuestro país, creo también que tenemos una gran juventud y me gustaría
terminar con una recomendación a esos jóvenes de otro premio nobel, tampoco nada sospechoso de
conservadurismo, como es Paul Krugman.“La cuestión es que, aunque el idealismo está muy bien y es
esencial- hay que soñar con un mundo mejor-, no es una virtud a menos que vaya acompañado de un
realismo pragmático en cuanto a los medios con los que lograr esos fines.
No hay que dejar , que el idealismo se convierta en una complacencia destructiva.”
Jesús Serafín Pérez
7 de Abril de 2016
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