ESADEgeo POSITION PAPER 31 MAYO DE 2013 Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos Alejandro Legarda Ingeniero mecánico Máster en Economía y Dirección de Empresas (IESE) Jorge Blázquez Non-residential Fellow, ESADEgeo Center for Global Economics and Geopolitics Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos Alejandro Legarda Jorge Blázquez Ingeniero mecánico Non-residential Fellow, Máster en Economía y Dirección de ESADEgeo Center for Global Economics Empresas (IESE) and Geopolitics Mayo de 2013 Sinopsis La actual crisis financiera ha puesto claramente de manifiesto que no se puede mantener un elevado déficit por cuenta corriente de forma indefinida. Cuando se dificulta el acceso a los mercados financieros internacionales —en periodos de inestabilidad como la crisis actual— el déficit por cuenta corriente se convierte en un grave problema. Los datos empíricos sugieren que el proceso de desindustrialización —un proceso en el que están inmersos muchos países occidentales— conlleva un deterioro de la balanza comercial y, en consecuencia, de la balanza por cuenta corriente. En este artículo hemos analizado la relación empírica entre el déficit exterior y la desindustrialización, y hemos observado que un sector manufacturero débil va ligado a una balanza comercial anémica: a medida que la industria manufacturera va perdiendo peso, la balanza comercial empeora. Esto no puede compensarse simplemente con la evolución positiva del sector servicios. Es digno de mención que algunos países con un largo historial de políticas económicas liberales actualmente están aplicando políticas para potenciar sus industrias manufactureras. Los países interesados en promover un sector industrial sano y fuerte tendrán que establecer políticas e instrumentos a largo plazo, tales como: una política de I+D, una sólida política de exportaciones, una estrategia para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, una serie de instrumentos financieros para apoyar la inversión a largo plazo que necesita la industria y una estrategia para la formación técnica. Este conjunto de políticas y estrategias definiría los elementos básicos de la intervención pública encaminada a aumentar o al menos mantener el porcentaje que representa la industria en el PIB. Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 1 Introducción Mantener un déficit exterior crónico o persistente —tanto en el saldo por cuenta corriente como en la balanza comercial— es un rasgo distintivo de muchas economías occidentales. Países desarrollados como EE. UU. o el Reino Unido llevan lidiando con este desequilibrio más de veinte años. Por ejemplo, el Reino Unido no ha tenido un saldo anual positivo por cuenta corriente desde 1992, España desde 1986, EE. UU. desde 1992, Portugal desde 1993, Italia desde 2001 y Francia desde 2004. Australia, Grecia y Nueva Zelanda no han tenido superávit por cuenta corriente desde 1980. Sin embargo, el elevado déficit exterior es un problema que no se puede sostener indefinidamente. La contrapartida del déficit por cuenta corriente es un superávit en la balanza de pagos exactamente del mismo importe.1 Los países con déficit exterior necesitan capital extranjero para financiar el crecimiento y las importaciones. Un país puede mantener un elevado déficit exterior durante un periodo muy prolongado de tiempo; sin embargo, no es posible financiarlo indefinidamente. Tarde o temprano, este déficit acaba generando una deuda externa importante que, a la larga, genera dudas en los inversores extranjeros. Al final, cuando surgen estas dudas, se produce un fuerte ajuste. Este ajuste se debe al cese repentino de la financiación externa2, lo que da lugar a una devaluación de la moneda, una recesión de la economía o una situación de insolvencia. Obviamente, el riesgo de insolvencia disminuye considerablemente si la moneda del país es una moneda de reserva internacional, como en el caso de Estados Unidos. Asimismo, se trata de un juego de suma cero: si un país tiene déficit exterior, significa que otro país (o países) tiene superávit en la misma proporción. Dicho de otra manera, el déficit comercial crónico solo se puede sostener si otro país (o grupo de países) tiene superávit crónico en la balanza comercial. El déficit crónico por cuenta corriente no es un problema meramente teórico. Europa, por ejemplo, se encuentra inmersa en una crisis financiera que plantea una gran incertidumbre especialmente en torno a la capacidad de los países periféricos para financiar sus deudas externas. En este contexto, países como España, Portugal o Grecia son incapaces de generar el superávit por cuenta corriente que podría reducir la necesidad de ahorro externo. En 2012, tras cinco años de crisis económica, Grecia tenía un déficit por cuenta corriente del 5,8 % del PIB, Portugal del 2,9 % y España del 2,0 %. Sin embargo, las economías periféricas no están solas: el Reino Unido registró en 2012 un déficit por cuenta corriente del 1 Las diferencias puntuales entre ambos se deben a las variaciones de las reservas internacionales y discrepancias estadísticas. 2 Véase Guillermo Calvo (1998) Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 2 3,3 % del PIB, a pesar de la recesión económica, y EE. UU. registró un déficit exterior del 3,1 %.3 Podemos ver la situación opuesta en un país como Alemania, que ha disfrutado de un superávit crónico por cuenta corriente desde 2001. Austria, los Países Bajos y Dinamarca son otros ejemplos de países europeos con superávit por cuenta corriente persistente: han registrado superávits desde 1981, 2001 y 1999, respectivamente. En muchas ocasiones, estos déficits exteriores permanentes guardan relación con un proceso de desindustrialización progresivo. Para ilustrar este punto, véase la tabla de ejemplos a continuación: La industria como porcentaje del PIB País Francia Alemania Italia España Reino Unido Estados Unidos Corea del Sur China 1970 35 48 39 40 40 35 26 41 2010 19 28 25 26 26 20 39 47 Nótese que este proceso gradual de reducción industrial es común a muchas economías occidentales, pero no es el caso en otras partes del mundo, de lo cual se deduce que no es un modelo mundial de crecimiento y desarrollo económico. No sería exacto afirmar que el desarrollo económico conduce a una contracción de la industria en favor de los servicios. En concreto, Corea del Sur —cuya renta per cápita es parecida a la de España— sigue una estrategia de crecimiento basada claramente en la expansión del sector manufacturero. Su industria ha pasado del 26 % del PIB en 1970 al 39 % en 2010. La clave está en determinar si la desindustrialización y el déficit exterior están vinculados entre sí o no. Algunos modelos económicos distinguen entre dos sectores: el comercializable, sometido a la competencia internacional, y el no comercializable, que goza de una situación de monopolio dentro del país. El sector comercializable normalmente se asocia a la agricultura y la industria, mientras que el sector no comercializable se asocia al sector servicios. En estos modelos, el sector no comercializable es por definición imposible de exportar. Lógicamente, estos modelos son una simplificación de la realidad económica, ya que algunos servicios sí se comercializan y exportan, como el turismo. No obstante, es 3 Previsión del Fondo Monetario Internacional. Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 3 innegable que es mucho más difícil exportar un servicio que un bien. Dada esta situación, la cuestión es: ¿hasta qué punto es posible desindustrializar un país sin poner en peligro la balanza exterior? ¿Existen límites en este proceso? La polémica sobre los efectos económicos de la desindustrialización Se ha desatado un intenso debate mediático y académico en torno al modelo económico capaz de generar crecimiento y empleo.4 Sin lugar a dudas, la buena salud de la economía alemana —a pesar de hallarse en el epicentro de la crisis que azota la zona euro— está suscitando todo tipo de opiniones y multitud de análisis. A pesar de la difícil situación en la que se encuentran la mayoría de las economías europeas, Alemania parece ser un refugio seguro y por ello se ha convertido en una referencia para los mercados financieros. Como es sabido, la economía alemana se caracteriza por un sólido sector manufacturero y un gran superávit en la balanza por cuenta corriente, lo que constituye un caso atípico entre los países occidentales. La industria manufacturera representa el 20,9 % de su PIB, lo que contrasta, por ejemplo, con el 10,7 % en Francia, 11,4 % en el Reino Unido, el 12,8 % en EE.UU., el 12,7 % en España y el 16,7 % en Italia. Curiosamente, EE. UU. y el Reino Unido —países históricamente favorables a las políticas económicas liberales— están contemplando la necesidad de contar con una sólida industria manufacturera para aumentar las exportaciones. La idea va ganando adeptos: el 8 de octubre de 2012, por ejemplo, un artículo del Financial Times titulado «America Reassembles Industrial Policy» ('Estados Unidos recompone su política industrial'), afirmaba que el declive de las fábricas de Estados Unidos era una aberración a la que habría que poner coto. En el mismo sentido, un reciente informe titulado The Case for a National Manufacturing Industry ('El caso de una industria manufacturera nacional') (Ezell y Atkinson, 2011) llega a la conclusión de que «digan lo que digan, un sector manufacturero activo y dinámico es fundamental para garantizar la buena salud y la competitividad de la economía estadounidense. Es más, la creencia convencional —según la cual la pérdida de fábricas y empleos del sector en los EE. UU. es simplemente el reflejo de una reestructuración motivada por la productividad— es errónea». Esta determinación por impulsar la industria manufacturera es una apuesta reciente, como señala The Economist en un artículo de 2010 titulado «The Global Revival of Industrial Policy» ('El resurgimiento mundial de la política industrial'). 4 Por ejemplo, en el artículo titulado «El mito de las reformas en Alemania», publicado en el diario El País el 4 de enero de 2013, el profesor Holm-Detlev Köhler asegura que el éxito de la economía alemana durante la crisis cabe atribuirlo a su sólido sector manufacturero y no a las reformas económicas, tal como sostiene el gobierno alemán. Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 4 Las autoridades políticas de Estados Unidos y el Reino Unido están poniendo en marcha una serie de iniciativas que tienen como objetivo fomentar las industrias manufactureras. En diciembre de 2009, la Oficina Ejecutiva del Presidente de EE. UU. publicó A Framework for Revitalizing American Manufacturing, un informe que contempla diversos planes e iniciativas para revitalizar el sector manufacturero estadounidense. Además, en 2010 el presidente Barak Obama creó el Gabinete de Promoción de las Exportaciones para desarrollar y coordinar la aplicación de la Iniciativa Nacional de Exportación, cuyo objetivo es duplicar la exportación de bienes y servicios estadounidenses entre 2009 y 2014.5 En 2012, el Consejo de Estrategia Tecnológica del Reino Unido, organismo público que tiene por objetivo promover la industria y la tecnología, publicó un informe titulado A Landscape for the Future of High Value Manufacturing in the UK ('Una panorámica sobre el futuro de la fabricación de alto valor añadido en el Reino Unido'). Dicho informe señala que el Reino Unido debe dar un impulso a sus fábricas de alto valor tecnológico y presenta un plan detallado para lograrlo. Otro documento ilustrativo es una carta fechada el 8 de febrero de 2012, escrita por el Secretario de Estado de Empresa, Innovación y Competencias, Vincent Cable, y dirigida al primer ministro británico, David Cameron. La misiva, que fue publicada en The Telegraph, explica la necesidad de favorecer una política industrial activa para hacer frente a los problemas económicos del país. Resulta ilustrativo el pasaje: «las fuerzas del mercado no bastan para crear a largo plazo la capacidad industrial que necesitamos. Pese a haber tenido la mayor devaluación desde la guerra, la mejora de la balanza comercial del Reino Unido ha sido decepcionante». Tal como se ha descrito y ejemplificado anteriormente, numerosas administraciones públicas están estudiando de cerca la situación del sector manufacturero, así como el estado de la cuenta corriente y de la balanza comercial. La política del laissez-faire en la industria está siendo claramente cuestionada. Datos empíricos sobre la desindustrialización y los desequilibrios externos Para evaluar los efectos de la desindustrialización en los desequilibrios externos, hemos llevado a cabo un detallado análisis econométrico siguiendo el método de los datos de panel. Hemos utilizado un panel desequilibrado formado por 38 países durante el periodo 1960-2010 y hemos analizado, por un lado, la relación entre la industria (más concretamente, la industria manufacturera), la agricultura y los servicios, y por otro, el comercio y la balanza por cuenta corriente. 5 El sólido crecimiento y desarrollo del sector del gas natural no convencional en Estados Unidos podría ayudar a lograr este ambicioso objetivo. Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 5 Estos son los principales resultados del análisis6: Los países con mayores industrias manufactureras tienden a registrar superávit o un menor déficit comercial. Específicamente, por cada punto porcentual que la industria manufacturera aumenta con respecto al PIB, la balanza comercial mejora en un 0,9 %. Este gran impacto confirma la intuición de que una industria sólida constituye una ventaja desde el punto de vista de las exportaciones. Los países con mayores industrias de servicios no presentan significativamente mejores cifras en las exportaciones de servicios, lo que implica que la balanza de servicios y el tamaño del sector servicios no guardan relación directa. Las economías basadas en los servicios y no en la industria son viables, y probablemente más fáciles de potenciar. Sin embargo, es muy difícil sustituir las exportaciones industriales por las exportaciones de servicios, habida cuenta de que los servicios no son comercializables, tal como indican nuestros resultados. En resumen, los países que cuentan con un sector manufacturero fuerte (y, en menor medida, con un sector agrícola fuerte) tienden a tener un mayor superávit comercial (y por cuenta corriente). Por el contrario, los países con un sector de servicios fuerte (o con un sector manufacturero y un sector agrícola débiles) tienden a registrar déficits comerciales. Conclusiones La crisis financiera ha puesto claramente de manifiesto que un país no puede mantener un elevado déficit exterior indefinidamente. Cualquier país con un déficit persistente por cuenta corriente está obligado a financiarse sistemáticamente en los mercados internacionales. En tiempos de calma, el acceso a la financiación internacional no supone un problema, pero en un contexto de crisis el déficit por cuenta corriente sí se erige en un problema grave. Los datos empíricos sugieren que el proceso de desindustrialización —un proceso en el que están inmersos muchos países occidentales— conlleva un deterioro de la balanza comercial y, en consecuencia, de la balanza por cuenta corriente. De acuerdo con nuestros resultados empíricos, un sector manufacturero débil está ligado a una balanza comercial anémica: a medida que la industria manufacturera va perdiendo peso, la balanza comercial empeora. Por el contrario, los datos empíricos demuestran que un sector servicios potente no implica necesariamente una sólida balanza de servicios, debido a que los servicios no suelen ser comercializables. 6 Para ver una descripción detallada del estudio empírico, véase: Alejandro Legarda y Jorge Blázquez (2012). Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 6 Esta prueba empírica tiene implicaciones importantes para la política económica: muchos economistas opinan que el desarrollo económico conlleva necesariamente una reducción de la industria y la agricultura en favor de los servicios. Sin embargo, este proceso tiene sus límites: si la política económica y el entorno económico de un país potencian los servicios en detrimento de la industria, la economía llega a un punto en el que el país se convierte en víctima de un déficit comercial crónico. Cuando esto se produce, el país se ve obligado a hacer frente a un desequilibrio externo permanente que perjudica la salud económica de todo el país. Para evitar esta situación, los países interesados en promover una industria fuerte y sana tendrán que establecer políticas e instrumentos a largo plazo, tales como: una política de I+D, una sólida política de exportación, una estrategia para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, una serie de instrumentos financieros para apoyar la inversión a largo plazo que necesita la industria y una estrategia para la formación técnica. En conjunto, estas políticas y estrategias definen los elementos básicos de la intervención pública encaminada a aumentar o al menos mantener el porcentaje que representa la industria en el PIB. Se ha demostrado que los países de amplia tradición liberal, como Estados Unidos o el Reino Unido, están poniendo en marcha programas para potenciar la industria manufacturera. Se trata indudablemente de unas políticas económicas innovadoras, teniendo en cuenta las trayectorias históricas de ambos países. De hecho, ahora están convencidos de que la economía en su conjunto saldría muy beneficiada de una mayor presencia de la industria manufacturera y están diseñando estrategias en esta línea. Ya que el presente documento se centra en las economías occidentales, no quisiéramos finalizar sin antes hacer una breve observación sobre España. A pesar de la gran solidez de su sector turístico, España presenta un déficit crónico por cuenta corriente y sufre un proceso de desindustrialización. Visto que los países con una fuerte tradición liberal, como EE. UU. y el Reino Unido, están aplicando políticas para potenciar el sector manufacturero, nos preguntamos qué es lo que impide a las autoridades españolas fomentar la industria de este país. Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 7 Fuentes y lecturas complementarias Calvo, Guillermo A. (1998). "Capital Flows and Capital-Market Crises: The Simple Economics of Sudden Stops". Journal of Applied Economics 1 (1): 35–54. Ezell, Stephen and Robert Atkinson. 2011. ”The Case for a National Manufacturing Strategy”. The Information Technology and Innovation Foundation (April). Edward Luce. 2012. “Financial America reassembles industrial policy”. Financial Times, April, 8th. Executive Office of the President of the United States. 2009. A Framework for Revitalizing American Manufacturing (December). Legarda, A. and Blazquez, J. (2012) “Por qué los países necesitan industria manufacturera: un análisis empírico sobre desindustrialización y déficit exterior”, mimeo. Technology Strategy Board. 2012. A Landscape for the Future of High Value Manufacturing in the UK (February). The Economist (2010). “The Global Revival of Industrial Policy: Picking Winners and Saving Losers”. August 5th, 2010. Palabras clave: sector manufacturero, política industrial, desindustrialización, balanza comercial Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 8 Para más información sobre los Position Papers de ESADEgeo, puede contactar con: Marie Vandendriessche Center for Global Economy and Geopolitics (ESADEgeo) Av. Pedralbes, 60-62, 08034 Barcelona, España +34 934 952 146 [email protected] www.esadegeo.com http://twitter.com/ESADEgeo Por qué las naciones occidentales necesitan una política industrial activa: Análisis de la desindustrialización y los desequilibrios externos 9