1. INTRODUCCIÓN a. Mahoma Según la religión musulmana, Abu l-Qasim Muhammad ibn „Abd Allāh alHashimi al-Qurashi, universalmente conocido como Muhammad, castellanizado, Mahoma (La Meca, 570/571 – Medina, 632), es el "sello de los profetas", por ser el último de una larga cadena de mensajeros o profetas (en árabe nabi) enviados por Dios para actualizar su mensaje, que según el islam, sería en esencia el mismo que habrían transmitido sus predecesores, entre los que se contarían Ibrahim (Abraham), Musa (Moisés) e Isa (Jesús). La predicación de Mahoma parte de las revelaciones del arcángel Gabriel en la cueva de Hira, por las que Dios, Allah, ordenaba memorizar y poner en práctica los versículos puestos después por escrito en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, indicando además el arcángel que no cabía esperar otro profeta ni otra revelación antes del Juicio Final. Según la tradición, Mahoma era analfabeto, de donde sea visto como un signo el que éste dejara el testimonio del ángel por escrito. A medida que los seguidores del Islam crecían, Mahoma se convertía en un auténtico peligro para los jefes locales, entre otras razones por el monoteísmo de la nueva religión, que no casaba con la Kaaba o recinto sagrado de la Meca en el que se veneraban los ídolos de las tribus árabes, centro de peregrinación para las tribus árabes y fuente de pingües ingresos. Finalmente Mahoma fue repudiado por su propia tribu, la qurayshi, encargada de custodiar el mismo santuario; la fuga o exilio en la cercana ciudad de Medina es conocido como la Hégira (622), y marca el año 1 de la era musulmana. El tiempo en Medina fue fundamental para el futuro, ya que la ciudad acogía a una importante comunidad judía, Mahoma comprueba la imposibilidad de absorber a los judíos en el Islam como tales, y redacta la Constitución de Medina, que marca a posteriori la situación de los dhimmis “pueblos del libro” (la Biblia) bajo un Estado islámico en términos de supeditación social y política pero respeto a la libertad de conciencia. Por otra parte, la estancia en Medina favoreció la aceptación del Islam de buena parte de las tribus árabes a través de la conversión o de la guerra. La hostilidad inicial marca desde sus orígenes el papel de la Gihad o Guerra Santa como ordalía de Dios y como método de proselitismo. El devenir de los éxitos militares unido a los acertados matrimonios de Mahoma con las hijas de sus seguidores más próximos consolidó su posición mientras que la Meca fue quedando en una posición de aislamiento, tanto más grave por su carácter de centro caravanero. En 630, finalmente, la ciudad es conquistada sin apenas resistencia: los ídolos de la Kaaba fueron destruidos constituyendo un nuevo lugar sagrado de peregrinación islámico y no politeísta, así como Mahoma sin formar propiamente un Estado islámico era reconocido como cabeza política y religiosa de las tribus árabes. Debemos tener presente que la historia de Mahoma y de los orígenes del Islam es propiamente una leyenda fundacional que atribuye al fundador todos los elementos de la religión ya establecida. Si en el cristianismo es complejo discernir el mensaje histórico de Jesús de Nazaret de aquel atribuido por la Iglesia, en el caso del Islam la dificultad es mucho mayor. Sin entrar en mayores detalles, debemos tener en cuenta que Mahoma como árabe vinculado a las caravanas comerciales de su primera mujer, estuvo en contacto directo tanto con judíos como monjes sirios monofisitas, herejía cristiana que negaba la divinidad de Cristo; ello es fundamental para entender el carácter de Mahoma de profeta de la fe de Abrahán, Moisés y Jesús para los árabes. A ello hay que añadir que el Corán no proviene en absoluto de un único momento de redacción al dictado o de la mano de Mahoma, sino que es una extensa y desordenada colección de versículos recopilados mayoritariamente a la muerte del profeta, junto a los que cabe señalar autoridad de las tradiciones, sunna, de los supuestos dichos y hechos del profeta, no aceptados por el conjuntos de musulmanes. b. Los califatos La palabra califa significa “sucesor”, con ella nos referimos a los diversos jefes políticos y religiosos que sucedieron a Mahoma tras su muerte. En general se distinguen tres fases del califato: Ortodoxo (632-661), se trata de los cuatro primeros califas, todos ellos emparentados con Mahoma en razón de sus matrimonios con las hijas de sus más cercanos seguidores. Califato Omeya (661-750). La familia Omeya de Damasco, Siria, ejerce la sucesión califal. Se trata del período de mayor expansión del Islam en la Edad Media, que se convierte de facto en un imperio teocrático que va desde la Península Ibérica hasta la India. La capital del califato se establece en Damasco, el imperio es dividido en provincias o emiratos a cuyo frente se sitúa un gobernador, emir, que administra en nombre del califa. Califato Abasida (750-1258). La familia Abasida de Bagdad, arrebata el título califal. Se trata de una época de gran esplendor aunque las fronteras del califato no experimentan el desarrollo de los períodos anteriores. La desaparición del califato Abasida viene marcada por una progresiva escisión político-religiosa que no deviene en una cabeza universal para todos los musulmanes, queda así fraguada la división política y religiosa del Islam que llega hasta nuestros días. Uno de los episodios de escisión más importantes es protagonizado por el emir de Al-Andalus, Abd-al-Rahman III, que se establece en 929 como califa de los creyentes de su emirato; este califato tendrá una efímera existencia hasta principios del siglo XI (ca. 1035), dando lugar a la división en reinos de Taifa que marcan el declive político y militar que favorece la reconquista cristiana de Al-Andalus por parte de los reinos cristianos peninsulares, en especial Castilla, Aragón y Portugal. En el período de los reinos de Taifa en Al-Andalus, se suceden dos invasiones de imperios islámicos del Norte de África, Almorávides (1086) y Almohades (1146) que fracasan en su intento en el proyecto político de anexión de Al-Andalus y reversión de la reconquista. Causa de ello era el integrismo religioso de aquellos, que encontró poco favor entre los musulmanes peninsulares. Tras el avance de los reinos cristianos en el siglo XIII (Navas de Tolosa, 1212), la última taifa que sobrevive es el reino nazarí de Granada, que sobrevive hasta la conquista por los Reyes Católicos en 1492. c. El Islam El Islam, a pesar de sus divisiones internas tiene en común el reconocimiento del Corán como libro sagrado y cinco pilares del creyente: a. Profesión de fe diaria: Allah es el único Dios y Mahoma su profeta b. Oración: cinco veces al día, en dirección a la Meca c. Limosna: estipulada por el Corán según la riqueza d. Ayuno: mes del Ramadán, hasta la puesta del sol e. Peregrinación a la Meca: una vez en la vida Junto a ello, hay toda una serie de mandamientos morales basados en el Corán o en las diversas tradiciones, que marcan en el día a día el sometimiento a Allah. Entre ellos destaca el respeto a los progenitores, la abstinencia absoluta de alcohol y las prescripciones sobre la comida, que rechazan el consumo de cerdo y de todo animal que no haya sido completamente desangrado. La situación de la mujer es ambigua, por una parte la mujer es un individuo creyente que personalmente acepta la religión y no un ente pasivo de las creencias de su padre o de su marido; en ello la historiografía ha vertido en gran medida sus alabanzas al Islam como hito en la promoción de la mujer; no obstante, la mujer queda siempre sometida a la tutela del padre y después del marido, su lugar de honor queda siempre circunscrito a su papel como señora del hogar y los hijos son del marido a todos los efectos; cualquier comparación con la independencia personal y jurídica que suponía la consagración religiosa de una monja cualquiera en el cristianismo hace palidecer estas supuestas bondades para la promoción de los derechos humanos en el Islam. Junto a ello, en el Islam se hace gala de que el Corán no acusa a la mujer del Pecado Original como en la Biblia judeocristiana, pero no debemos perder de vista que esta supuesta dignificación de la mujer, le otorga un mero papel neutro (ni quita ni pone), mientras que en el cristianismo la Virgen María introduce a la mujer como actor de primera magnitud en la historia de la Salvación. Sirvan estas desordenadas consideraciones de cara a no caer en los espejismos a los que acostumbra la historiografía contemporánea, especialmente aquella deudora de un resentimiento inveterado contra la herencia cristiana de Europa y en los derechos humanos. d. Arte islámico El Islam rechaza a priori la representación de imágenes, ya que las considera una tentación de cara a la idolatría; ello influye lógicamente en el cultivo de las artes plásticas de la pintura y la escultura, que en buena medida encuentran su espacio piadoso como instrumentos de decoración en edificios, mobiliario, objetos o libros. El islam tan diverso como amplio, no desconoce la representación figurada, pero gusta más del recurso a los motivos geométricos y a los textos del Corán, que en perfecta armonía ocupan los más diversos espacios sagrados o profanos. Esta herencia ha marcado al Islam desde sus orígenes hasta nuestros días, y no es por ello casual que un repaso a las principales obras artísticas islámicas tenga como origen y centro la arquitectura, en cuanto que es en la arquitectura donde los artesanos musulmanes vierten lo mejor de su genio, ocupando las restantes artes un papel casi secundario al servicio de aquélla, si bien ello es muy similar a lo que analizaremos en la Europa medieval hasta el siglo XIII. 2. CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA ISLÁMICA En primer lugar, hay que señalar que el arte islámico surge de la conjunción de influencias bizantinas, persas e indias. La originalidad del arte islámico no reside tanto en la aportación de elementos nuevos, como en la original y coherente combinación y en el espíritu propio que imprimen a influencias tan diversas. La arquitectura constituye la primera de las artes plásticas en el Islam, ella reasume el espacio artístico de la escultura y la pintura, que principalmente quedan relegadas al papel decorativo del edificio, del mismo modo que podríamos señalar si no refiriéramos a la marquetería u orfebrería en el Islam. La técnica de construcción es rápida, en general se emplean materiales de poca calidad para dar forma a la estructura, recurriendo siempre a un acabado preciosista. En los edificios predominan la horizontalidad y la escasa altura: a. Materiales o Piedra: Función defensiva: murallas y fortalezas Función decorativa: columnas, puertas, etc. o Ladrillo y adobe: constituye la fábrica de los edificios, recubierta o Madera: techos, ventanas y celosías o Recubrimientos: principalmente estuco de yeso y azulejo b. Elementos constructivos o Soportes Muro Pilar Columnas: capiteles inspirados en el orden corintio, con follaje de hojas lisas (capiteles de pencas cordobeses) o follaje antinaturalista con técnica de trépano “de avispero”; también hallamos capiteles de forma cúbica -encintados- decorados en relieve, por ejemplo con mocárabes (forma de estalactita) o ataurique (formas vegetales) o Arcos: suelen estar rodeados por el alfiz (resultado de la unión de la moldura horizontal en forma de dintel y de las molduras verticales con que los romanos encuadraban el arco). En muchas ocasiones tienen una mera función decorativa. Tipos: Medio punto Apuntado De herradura: propio de la Península Ibérica, lo toman de la arquitectura visigótica Lobulado (arcos pequeños que forman la línea del arco) Mixtilíneo Entrecruzados De mocárabes o Techos: Techumbres planas, normalmente. Los artesonados de madera reciben el nombre de alfarjes. Bóvedas y cúpulas: en muchas ocasiones son decorativas. Se realizan de materiales ligeros recubiertos de yeso: Bóvedas de cañón o cañón apuntado Cúpulas semiesféricas, gallonadas (imitan gajos de la naranja), de arcos cruzados, calada o de mocárabes c. Decoración y significado o Los materiales utilizados son el yeso y el azulejo vidriado o Es superpuesta a la fábrica (materiales pobres, construcción rápida). Sobre todo en el interior, los exteriores suelen ser sobrios o Relieves casi planos y policromados Ataurique: motivos vegetales inspirados en el acanto clásico. Muy utilizada en la arquitectura califal cordobesa Lacería: ornamentación geométrica que consiste en una serie de líneas entrecruzadas alternativamente unas sobre otras formando diversas figuras poligonales y estrelladas Epigrafía: versículos del Corán o Motivos: Mocárabes: decoración de prismas yuxtapuestos y dirigidos hacia abajo, que acaban en un estrechamiento también prismático, cuya superficie inferior es cóncava, toman la forma de estlactitas Paño de Sebka: motivo ornamental en ladrillo difundido por la arquitectura almohade que presenta una retícula de rombos, de trazos lobulados o mixtilíneos o Principales edificios de la ciudad islámica: Mezquita: centro religioso de oración y enseñanza Madrassa o medersa: la escuela coránica, dotada de un patio central al que dan las celdas de los estudiantes y una sala rectangular amplia, la al-quaah Mausoleo (a partir del siglo XII por influencia turca): con patio cuadrado y cubiertos por cúpula. Poseen una cámara para el sarcófago y otra para orar Baños o hamán: imitan las termas romanas ya que tienen la misma estructura, piscinas de agua caliente, fría y templada. Ricamente decorados y cubiertos por bóvedas y cúpulas caladas, para que entrara la luz. Palacio: en el que se distingue la parte privada o residencia, de la parte pública o sede del gobierno Zoco (mercado) Alcazaba: fortaleza y palacio Atarazanas: grandes naves cubiertas con techumbre de madera destinadas a la construcción de barcos, ubicadas en la inmediación del puerto La ciudad islámica da una apariencia caótica, de calles estrechas e irregulares sin concierto ni orden. En el mundo musulmán nada se puede anteponer a la vida privada de la familia. Las actividades industriales y mercantiles son desplazadas a espacios propios, para no molestar: los barrios artesanos cuyas actividades sean más molestas se ubicarán extramuros (arrabales) y los espacios de mercado se reúnen en el centro de la ciudad o junto a las puertas de la muralla. La prioridad de los privado sobre lo público aconseja un urbanismo de calles estrechas que dificulte el tráfico rodado y el bullicio. 3. LA MEZQUITA a. Características generales La mezquita es el lugar de oración de los musulmanes. El Islam, en la misma línea que la sinagoga judía, a diferencia de la iglesia cristiana, no entiende el templo como un lugar sagrado en cuanto a la presencia de la divinidad, sino que es meramente un espacio sagrado en cuanto que se invoca su nombre y se reza. La mezquita es un espacio sagrado en tal sentido, y es por ello que es preceptivo purificarse ritualmente antes de entrar e ir descalzos en la misma. La mezquita primigenia era la casa de Mahoma en Medina, de la estructura de ésta conserva la mezquita la existencia de un patio y pórtico que comunique el espacio profano y sagrado. Fue Mahoma quien estableció en Medina la obligación de rezar cinco veces al día, en principio en dirección al templo de Jerusalén, tras la negativa a la conversión de la comunidad judía de Medina, orientados a la Meca. Desde Mahoma, la oración ha quedado como el segundo de los pilares del Islam, quedando fijadas por el profeta los cinco momentos del día en el que el musulmán debe interrumpir su actividad y rezar a Allah: al alba, al mediodía, por la tarde, tras la puesta de sol y por la noche. El almuédano o muecín es el encargado de llamar a la oración desde el minarete (torre) o el tejado de la mezquita. Se puede rezar en cualquier lugar que no sea impuro, mirando hacia la Meca; sólo es preceptivo acudir a la mezquita mayor de la ciudad, la aljama, en la oración del viernes al mediodía. La palabra aljama, significa “reunión” – “asamblea”, paralelo casi exacto de los términos griegos “sinagoga” e “iglesia”, respectivamente del verbo suna¿gw “traer juntos, reunir juntos” y e)kklhsi¿a “asamblea”, y da nombre en el islam al viernes, ya que es propiamente “el día de la reunión” de los creyentes en la aljama, la mezquita mayor, que lógicamente deberá tener capacidad para acoger a los musulmanes de una ciudad concreta. En el interior de la mezquita, los fieles se distribuyen ordenados en filas paralelas al muro orientado hacia La Meca. El viernes el imán, pronuncia en la aljama la jutba o explicación, donde se explica el sentido religioso de tal o cual pasaje del Corán y donde se repasa la actualidad de la comunidad musulmana. En la aljama, además, se realizan otra serie de celebraciones, entre las que podemos subrayar la proclamación del Corán las noches del Ramadán y ciertas plegarias en relación al califa y al ejército que marcha en campaña. La mezquita es ante todo un lugar de recogimiento siempre disponible para el musulmán que quiera rezar a Allah, de donde que junto a la aljama principal, se multiplican mezquitas menores por todos los barrios de la ciudad islámica. Todos estos aspectos, nos explican que el monumento principal de la arquitectura islámica sea la mezquita, aunque a posteriori dediquemos un apartado a la arquitectura civil islámica, donde el palacio ocupa un lugar principal. Glosario de la mezquita Toda mezquita se distribuye en dos partes: 1. Patio o Sahn: espacio a cielo abierto rodeado de galerías o pórticos. Está situado en la mitad Norte o Noroeste de la mezquita. Este patio suele contar con un jardín de árboles, naranjos y palmeras en Córdoba, y distingue en su interior la fachada de la sala de oración, a la que se accede a través de grandes arcos. El patio incluye o Sabil: fuente para las abluciones rituales (purificación a través del agua). Para realizar la oración el musulmán debe estar en estado de pureza ritual, tahara. Era frecuente, como en la Córdoba omeya, que aparte de la fuente del patio, se construyeran baños públicos en las cercanías de la mezquita llamados midá, lugar con letrinas y pilas de agua para hacer todo tipo de abluciones. o Alminar o minarete: torre desde donde el almuédano o muecín llama a la oración. En su interior se dispone las escaleras para ascender y sobre la terraza superior hay una habitación donde se puede refugiar el almuédano los días de lluvia o de intenso calor. Los minaretes están rematados por el yamur, un mástil con tres bolas de tamaño decreciente engarzada o por la Media Luna; en la mezquita de Córdoba era una flor de lis. 2. Sala de oración o Haram: espacio dividido en naves, en Córdoba orientadas Norte-Sur, mediante arcos y columnas. Tiene puertas directas a la calle y una gran fachada que da al patio, junto a esas entradas se disponen cajones para dejar el calzado. Su suelo está cubierto por alfombras y esteras donde se postran sus fieles. Dentro de la sala de oración se distingue o Saqifas: galerías laterales del patio que sirven para dar cobijo a los fieles, en especial a las mujeres que tienen en ellas un lugar reservado para la oración o Quibla: muro orientado hacia La Meca y hacia el cual los fieles deben dirigir sus oraciones. En España está orientado hacia el Sur (como en Córdoba) o el Sureste, en tiempos del califato andalusí, las aljamas españolas se orientaban hacia Córdoba. o Almimbar: púlpito de madera desde el que pronuncia el jatib el sermón del viernes. Tiene la forma de una silla alta con varios escalones. Suele situarse a la derecha del mihrab. o Kursi: atril en el que se coloca el Corán. o Cámara del tesoro: lugar donde se guarda el tesoro de los musulmanes, es decir, sus donaciones y limosnas que sirven para sufragar cualquier necesidad de la comunidad, desde ayudar a los pobres hasta reparar la mezquita. En Córdoba es una habitación situada a la izquierda del mihrab y donde se guardaban también objetos litúrgicos como ejemplares del Corán, candelabros y velas. o Macsura: recinto acotado delante del Mihrab, reservado al califa y su séquito cuando acuden a la mezquita los viernes. Suele consistir en una celosía de madera con puertas. Otros espacios acotados de la mezquita, como el lugar destinado a las mujeres pueden recibir también este nombre. En muchas ocasiones, un pasadizo o sabat comunicaba la alcazaba con la macsura, de forma que pudiera acceder y salir el califa sin ser visto. o Mihrab: arco o nicho situado en el centro del muro de la quibla que marca la dirección a la Meca, y que recuerda también el lugar que ocupaba Mahoma en su mezquita de Medina. Es el lugar más importante de la mezquita por su función y junto al que se sitúa el imán para dirigir la oración. b. Evolución o El único santuario preislámico es la Kaaba, en la Meca o Se tomó como modelo para la mezquita la vivienda del profeta en Medina o Hitos: i. La primera mezquita de la que se tiene constancia es la de Basora, marcada en el suelo por piedras y cuyo perímetro determinó un arquero disparando cuatro flecas hacia los puntos cardinales. En el 638 se le agregó una techumbre a la parte de la quibla. ii. En Egipto, la primera mezquita se construye en El-Fistal, en el 641, de 29x17 m., con cubierta de troncos de palmera según testimonio documental. iii. Mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén (construida por Abd-el-Malik entre 685 y 705). Se trata de la primera mezquita construida con la intención de edificio emblemático. La estructura ha sido muy alterada, parece que la fábrica era de ladrillo, la techumbre plana, descansando ésta sobre unos arcos entre naves perpendiculares a la quibla. iv. Cúpula de la Roca en Jerusalén (s. VII, 692): no es una mezquita, sino el relicario donde se conserva la piedra desde donde Mahoma ascendió al cielo. Es de planta octogonal, aúna la tradición clásica y la cristiana bizantina, la fábrica es de mampostería irregular, recubierto de mármol en el exterior y de mosaicos en el interior con imágenes del paraíso hasta que los turcos en 1552 lo recubrieron de cerámica. La cúpula es de madera aplacada con ladrillos esmaltados v. Gran mezquita de Damasco (s. VIII, 706-715): modelo final de mezquita. Construida sobre el templo de Júpiter damasceno, aprovecha los cimientos de aquél y se justa a sus medidas, a la par que debió reutilizar elementos constructivos del mismo a la vista de la cuidada sillería de la mezquita. Se inspira en las basílicas paleocristianas y en modelos bizantinos. Pretende reflejar el prestigio y poder de los omeyas revistiendo el edificio de mármoles y mosaicos. Estos ejemplos primeros no generan ningún sistema constructivo común ni uniforme. En cada caso se incorpora la tradición local al esquema canónico, aunque éste es tan estricto que todos acaban recurriendo a expedientes semejantes ante el mismo programa. La construcción es la propia de cada lugar y época, aunque el espacio resultante sea el mismo c. Obras a comentar: Mezquita-Catedral de Córdoba, ss. VIII-XI 4. EL PALACIO a. Características o Era el centro de poder por excelencia, sirve para manifestar el estatus de sus ocupantes y es símbolo de ostentación y lujo o Son edificios en los que contrastan exteriores sobrios con interiores muy refinados. o El espacio interior se distribuye en torno a patios porticados con agua y vegetación, simbolizan paraíso y oasis. o Funcionalmente, el espacio interior se diferencia entre: a. Sector público, incluye: salón del trono, sala de consejo, salón de justicia b. Sector privado, en el que diferencia las dependencias privadas del señor y el harén o El edificio se ve completado con elementos anexos como el hamán (baños), mezquita privada y las dependencias del príncipe heredero b. Tipos andalusíes: Medina Azahara: ciudad palatina mandada construir por Abderramán III a las afueras de Córdoba como símbolo de su poder a imitación de otros califas, la tradición popular también dice que fue mandada construir para su favorita Zahra (“Flor”). Costó casi 40 años su construcción y se trajeron materiales y obreros traídos desde el norte de África y Constantinopla, sin embargo, tuvo una corta existencia y sirvió como cantera hasta las excavaciones arqueológicas y la puesta en valor en el siglo XX (que sigue hasta la actualidad) La Aljafería: se construye a partir de la segunda mitad del siglo XI, época de los reinos de taifa, por Al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta, a las afueras de la ciudad. Se trata del palacio musulmán mejor conservado de la época ya que continuó en uso a partir de la conquista cristiana en el siglo XII, destacando en especial el palacio de los Reyes Católicos; posteriormente fue cárcel de la Inquisición y actualmente es la sede de las Cortes de Aragón. El conjunto se halla fortificado por una muralla dotada de torreones semicirculares, totalmente restaurada, sólo se conservan los arcos de herradura originales en la puerta de acceso. En el interior se denota el gusto islámico por lo decorativo, donde el yeso y el alabastro favorecen la multiplicación de temas decorativos. Gusta del arco lobulado y mixtilíneo, relegado el arco de herradura. c. Obras a comentar: La Alhambra de Granada