formación sindical FORMACIÓN Pilar Losada Secretaría de Formación FE CCOO Construir la convivencia escolar Las barbas LA FEDERACIÓN de Enseñanza de CCOO aborda la problemática de la formación para la convivencia en el ámbito escolar proponiendo el curso “Construir la convivencia escolar”. Para su diseño se solicitó la colaboración de expertos como Diego M. Justicia, Laura Esteve y Javier Rodríguez. El curso se impartirá en la modalidad teleformación. Pretendemos que su tutorización se mantenga en el tiempo como oferta formativa propia. La base de cualquier actividad humana es la convivencia en paz, por lo que la resolución positiva de los conflictos resulta crucial para el desarrollo de los grupos, comunidades y naciones. Entendemos por convivencia un encuentro para compartir algo, lo que presupone una aceptación y reconocimiento del otro y de la diversidad de intereses e identidades, con flexibilidad y cierta empatía cognitiva y emocional. Asociada a otros conceptos como ciudadanía, democracia, participación, etc., la convivencia se construye en función de los condicionantes que la conforman, cobrando especial relevancia en una institución como el centro escolar, organizado en torno a la transmisión cultural (Bourdieu). Por lo que respecta a la metodología, numerosos autores han investigado el tema de la convivencia escolar, aportando propuestas para su mejora: habilidades sociales, asertividad, mediación, aprendizaje cooperativo, planes de acogida, juntas de delegados, consejos municipales, talleres participativos o planes de entorno. Estos recursos proceden de los Movimientos de Renovación Pedagógica, de Educación para la Paz (Lederach y otros) y de la prevención de la intimidación (bulling) del vecino o de estudios sobre el acoso escolar (Olweus y otros). Sin embargo, en ocasiones se echa en falta una comprensión global de la situación y las dinámicas de convivencia en un centro escolar. No se puede entender la convivencia sólo como la aplicación de un reglamento o la aplicación de dinámicas grupales (habilidades sociales, dilemas morales, dinámicas de grupo...). Es algo más, un todo organizado que contribuye a la consecución de unos objetivos de inclusión y cohesión social. Para aprehenderlo hemos de cuestionar la realidad que nos rodea. El propio centro debe ser objeto de análisis, siendo fuente de información las prácticas educativas y el discurso de los actores (padres y madres, alumnado, profesorado y personal de administración y servicios). Este proceso de investigación-acción permitirá conocer e intervenir en las dinámicas de convivencia en el centro, a sabiendas de que la convivencia es responsabilidad de todos los actores educativos. Partiendo de los presupuestos anteriores, hemos diseñado el curso de formación “Construir la convivencia escolar” o ¿cómo formarse para intervenir en la convivencia?, y que sigue esta secuencia formativa: presentación de una propuesta de modelo teórico, construcción colectiva del conocimiento e investigación de la realidad empírica de los actos de convivencia. Es, por tanto, imprescindible en esta actividad formativa que los participantes tengan un centro concreto de actuación de cualquier modalidad y nivel educativo anterior a la universidad. El curso está destinado a todas las personas involucradas en la educación, cualquiera que sea su especialidad y función. VA DE UN relato de un grupo de perros, exactamente 17, que se conocieron en un parque al que sus amos los sacaban a pasear. Sus amos eran disRafael Domenech tintos, tenían comportamientos diferentes... o eso parecían percibir los canes en sus conversaciones, cuando se veían. Castlon, un bonito seter, bien cuidado, incluso mimado, al que su amo le compra unas galletas deliciosas (antes estrenaba collar todos los meses), hablaba un día con una gran danesa, Madra, que se lamentaba de que su ama cada día parecía estar más distante. No es que hubiese dejado de comprarle galletas, es que le había restringido la comida y notaba que le fallaban las fuerzas. Cata y Valentina, dos dálmatas preciosas (sus respectivos amos les han cambiado el pienso por uno muy barato) pasaban por allí y al oír los lamentos de Madra la consolaron. Juntas recordaron a Murcano, un apuesto pastor alemán que hacía tiempo que ya no se le veía en el parque. La última vez que bajó estaba muy delgado. En otro rincón del parque otro grupo de perros mantenían otra conversación parecida. Bajo un árbol estaba Canaro, tumbado y sin ganas de correr: Le fallaban las fuerzas; junto a él, dos perrillos pequeños correteaban y jugaban; pensaban que simplemente descansaba. El resto, hasta los diecisiete, hablaban entre ellos de sus dueños... “A mi me quitó la cama” decía uno. Otro, al oírlo, pensaba: “¡Qué crueldad!, si a mi me quitan la cama le muerdo la mano. Mi amo sólo se ha atrevido a quitarme el agua, pero yo bebo de la fuente del parque y ni se entera”. Eran las 10 de las noche. Los dueños de los perros estaban sentados tomando unas copas en el bar del parque, hablando de los recortes que habían tenido que hacer en sus economías familiares debido a las deudas contraídas y a la terrible crisis que estaban sufriendo. Rápidamente recogieron a sus perros para llevarlos a casa. Algunos quedaron con los amigos a cenar en un restaurante de lujo. 31