EJERCICIO Nº 37: PIDIENDO AUXILIO

Anuncio
CRÓNICAS Y HUELLAS1.
Parece ser la cima de una gran montaña. Miro, y veo más: parece que estoy a pocos metros
de la cima. No hay nadie conmigo, ni siquiera escucho voces o el eco que me indique que se
aproximan. No podría describir cómo llegué a este lugar, pero esta es la realidad: aquí estoy
sola, a 1925 metros desde el nivel del mar, no hay viento, por momentos las nubes hacen una
ronda en mi entorno y en otros instantes, el sol enrojece mi rostro fuertemente. Sin embargo el
lugar parece ser más transitado que lo que muestra ahora. Hay senderos que así lo indican, y tal
vez tenga que seguirlos. Hay abundantes matorrales y piedras que, con el efecto de la luz del sol
y de las nubes, son por momentos azules, marrones, verdes, grises... Lo que me falta aún para
llegar arriba no es tanto, pero el camino se bifurca y se pierde tras abultadas piedras y yuyales
unos metros más allá de donde me encuentro. Por fin, me paro firme y miro alrededor. Lo único
que se ve es el valle, la ruta y diminutos vehículos que se mueven cual insectos allí abajo, casa
dispersas y mucho verde más allá...
Vértigo, sorpresa, desconcierto, curiosidad, necesidad de auto cuidado, de autoprotección, se
agudiza mi percepción y mi sentido histórico: mis antecesores han dejado sus huellas en este
lugar, y es por algo, para algo...
Al comienzo me descubro ansiosa y me persiguen algunos fantasmas, pero conforme
avanzan los minutos dirijo mi voluntad al centro de mi ser, y tomo conciencia de mi.
Aclaro _ cuando se disipan las nubes que me rodean y se hace luz el sol _ que tengo un
único objetivo: llegar a la cima... en mi ritmo, dándome mis tiempos, pensando el modo... pero
llegar. Y luego, regresar a la base, donde seguramente encontraré las explicaciones que ahora no
tengo. Al aclarar mi propósito me concentro solamente en ello, y retorna a mí la seguridad
ausente al comienzo.
Avanzo entonces, y llego a la primera torre de piedras que deberé atravesar. Al verlas, me
parece que sería un buen lugar y un buen momento para dejar un papel escrito que se haga
visible. No tenía papel. Sin embargo, se me ocurre escribir en el pequeño boleto de colectivo
que alguna vez debí haber dejado olvidado en mi bolsillo, un mensaje que testimonie mis
huellas, señales para quienes me busquen, o me sigan... El mensaje dice:
1
Debajo de estas letras, las imágenes del Cerro Uritorco, Capilla del Monte (Córdoba), y la experiencia de subirlo
hasta la cima.
Sólo sigan mis huellas, paso a paso: allí estaré
cuando lleguen...
¡No corran!, búsquenme sin apuro.
Sigan tras mis huellas con cuidado, sintiendo la
curiosidad que yo he sentido, el único placer
de saber que van subiendo tras una búsqueda...
Si la altura les da vértigo, protéjanse
mutuamente y sigan sin mirar atrás.
Si de aquí en más el único objetivo es
encontrarme actúen con confianza, pues detrás de
estas piedras he seguido mi camino, y al
buscarme, ustedes mismos estarán buscando...
Cuando nos encontremos, gozaremos juntos
compartiendo la sorpresa...
Silvia Gattino
Córdoba, 12 agosto 2005
Descargar