Análisis de la Celestina Fernando de Rojas En sus años de juventud en la Universidad Salamanca, fue una gran aficionado a la lectura de los clásicos (Aristóteles, Ovidio, etc,), de la Biblia, de autores italianos y de poetas españoles. A través del tiempo se ha venido suscitando la polémica acerca de que si Fernando Rojas fue el autor del texto integro de La Celestina o solo de una parte. El mismo Rojas contribuyó a la polémica al afirmar que el primer acto de la obra lo encontró ya escrito y el interés que suscitó en él, el se movió a completar la obra que en 15 días aprovechando un período de vacaciones. En los apuntes bibliográficos, dichos por un contemporáneo de Rojas, parecen no dejar dudas sobre la existencia y calidad de autor del libro. Además, algunos documentos jurídicos declaran a Fernando Rojas judío converso y hablan de su posición social, cuya cultura demuestra haber sido suficientemente vasta como para ser autor de una de las obras cumbres de la Literatura Española. La Celestina, que fue el nombre con que se popularizó, es la más grande obra en prosa castellana que apareció antes de Don Quijote, y en cuanto al lenguaje, puede ser catalogada como uno de los antecedentes de la obra maestra de Cervantes, quien además fue uno de sus grandes admiradores. Género de La Celestina Aunque el carácter de obra dramática de La Celestina parece imponerse sin dificultad debido a su estructura y a la total ausencia de partes narrativas, el género literario a que pertenece ha sido objeto de diversas estimaciones, basadas sobre todo en el hecho de su gran longitud - que la hace prácticamente irrepresentable en su forma original - y de su peculiar utilización del tiempo; de aquí los nombres de novela dramática o de novela dialogada con que ha sido calificada en muchas ocasiones. A pesar de lo dicho es innegable el carácter dramático de la obra. La estructura es pues básicamente dramática, pero, de algún modo, rebasa los moldes propios del drama. Pero es que la Tragicomedia de Calisto y Melibea no fue escrita para ser representada, sino para ser leída. El tema del amor Es el tema principal de la obra, presentado de diferentes formas o facetas esto va según la manera que tienen los distintos personajes de asumirlo. En el primer ejemplo tenemos el amor puro y casto de Melibea. A través de la lectura podemos observar que en ningún momento la muchacha expresa su sentimiento en un sentido erótico. Más bien es la curiosidad de la adolescencia, es la sensación de vivir las experiencias instintivas. Aunque el personaje 1 presenta cierta resistencia en los primeros actos de la obra, posteriormente se desinhibe de los perjuicios que la aprisionan y declara sin tapujos el deseo de vivir su amor plenamente. Su visión del amor aún cuando ya ha entablado relaciones afectivas con Calisto, está más cerca de lo sublime y ella no pierde ocasión para demostrarlo: “Señor, por Dios; pues ya todo queda por ti, pues ya soy tu dueña, pues ya no puedes negar me amor, no me niegues tu vista”. Su amor a Calisto, por supuesto es profundo y sincero: “Lucrecia, vente acá que estoy sola, aquel señor mío es ido; conmigo deja su corazón; consigo lleva el mío". Melibea encarna el amor romántico, definido puramente por la actitud sentimental, en el que todo es nobleza, virtud y espíritu soñador. El segundo ejemplo es el de Calisto, que es similar al de Melibea. Cuando aún no ha tenido acceso a la muchacha, podríamos decir que es un eco de las palabras amorosas de la joven, aunque él lo manifiesta no solo con frases dulces, sino con su conducta. Languidece ante la demora de resultados, habla solo en la oscuridad de su cuarto, hace discursos en los cuales su amada es objeto de su religiosidad, también da regalos a quien le cuente algo de su amada. Hasta ahí comparte con ella la pureza de un amor. Sin embargo, su conducta cambia radicalmente desde el mismo instante en que puede hablar con ella. Desde ese momento es audaz, impetuoso y desmedido con las manos. Melibea solicita su corazón; él su carne. Ella hace poesía, y él quiere dibujar las formas de su cuerpo. También se presenta otro tipo de amor, como el de las prostitutas Elicia y Areusa. Este amor se manifiesta en un comportamiento vulgar, propio de quien comercia con su cuerpo en nombre de del amor. Muestran que quieren vengar la muerte de sus amados hombres. Esta venganza no es dictada por el amor sino más bien por la necesidad de sentir el sufrimiento ajeno, cosa que es justificada en la necesidad de sentir poder sobre otros, un poder de cobarde en este caso de inferioridad motivado por la desaparición de un ser querido. La alcahuetería o celestinaje Como el amor, lo encontramos frecuentemente en la literatura universal e incluso en las mitologías de la antigüedad. Los griegos ya estaban familiarizados con la figura de la alcahueta; en tiempos más modernos y en el ámbito específicamente español “El libro del Buen Amor” del Arcipreste de Hita, nos presenta sus trotaconventos. Sin embargo, es en la obra de Rojas como mejor se nos ha presentado, de manera más definida y clara, la dimensión social y humana de este tema. Ha sido de tal magnitud y fuerza de la alcahuetería en el libro, que el nombre de la protagonista ha acabado dándole nombre al oficio. Hoy en día, todo el mundo entiende "celestina" como sinónimo de "alcahueta". 2 La obra trata de la confrontación entre el bien y el mal: los amantes acaban por triunfar aunque terminan falleciendo en su intento de obtener victoria sobre el odio, la separación o cualquier fuerza contraria al amor. Celestina, representante del mal, también muere. Su tragedia personal queda en el sórdido fracaso y ella va a la tumba víctima de sus propios esbirros, traicionada por los cómplices a quien quería traicionar. Celestina es asesinada de manera sucia, como si su muerte fuera símbolo y reflejo de su propio proceder en la vida, y baja a la sepultura cargada de pecados, castigos infinitos. La Riqueza y Pobreza Es un aspecto muy marcado en la obra, ya que se ven las clases sociales polarizadas. A lo largo de la tragicomedia transitamos con frecuencia de una clase a otra. Calisto es un joven de condición noble, de alto linaje que se halla respaldado por una gran fortuna y aunque no hay descripción del lugar donde habita, se puede percibir que es ostentoso. Además el joven tiene a su servicio varios criados, lujo que solo se puede dar en medios económicamente desahogados. Análoga situación se vive en casa de Pleberio, padre de Melibea. La mansión tiene varios pisos. También tiene varios pisos la vivienda de Lucrecia. Todo indica que su familia goza de una alcurnia muy reputada en el lugar, además de una considerable fortuna y de un orgullo ancestral. La educación y las buenas maneras se evidencian en estos personajes y su lenguaje es culto. Un ejemplo de esto es que las palabras de Calisto hacia Melibea están llenas de un lirismo que brota de sus labios con naturalidad. Pero en contraste con este mundo de delicadez, se presenta el mundo sórdido y decadente de los otros personajes. A pesar de que es lícito sospechar que Celestina ha reunido cuantiosas ganancias ejerciendo su oficio de alcahueta, su vida no deja de ser miserable debido a su condición pueril. Sus amigos son asesinos, criminales, vividores de baja calaña y están marcados por la miseria y el resentimiento. Sólo tenemos que escuchar las palabras con las que se expresa Elicia contra Melibea para convencernos que no tiene corazón. La muerte La muerte termina por erigirse en triste protagonista cuando los personajes hacen el tránsito de comedia a tragedia. La muerte es un elemento que desde el comienzo tienen en cuenta los personajes ya que opinan que la vida es corta y por tanto se impone aprovecharla. En ese sentido son varias las alusiones a la muerte en el transcurso de la obra. 3 En la tragicomedia preside un profundo pesimismo de la vida por parte del autor, en particular cuando se refiere al tema de la fortuna. Fernando de Rojas considera que la fortuna es algo transitorio, que con demasiada facilidad pasa de una mano a otra. Los hombres mueren y nada se llevan. Pone relieve a la avaricia de los criados, que se revierten en mala fortuna. Como se ve en la obra, Semproncio y Párameno matan a Celestina únicamente movidos por la envidia y la avaricia. Posteriormente, ellos mueren ajusticiados, Calisto hace lo propio al saltar la tapia que separa la ventana de Melibea y ésta prosigue y se suicida al enterarse de la muerte de su enamorado. El monólogo de Pleberio constituye un lamento contra la fortuna y contra el mundo. Y haciéndonos ecos de los biógrafos de Rojas, afirmamos que “Es difícil no oír el pesimismo del autor en la voz de su personaje (Pleberio). Localización geográfica Haciendo una cuidadosa lectura de la Celestina, se puede deducir por el pensamiento de los personajes, sus costumbres e intereses, así como por el lenguaje de algunos de ellos, ya que los hechos narrados allí corresponden exactamente a la época misma en que el autor vivió, y su ubicación geográfica puede se la de cualquier villa española de fines del siglo XV y comienzos del XVI, con toda la estructura social y política que por entonces imperaba y que imprimía su inconfundible sello a las ciudades todavía de apariencia medieval de España. En dicha villa, cuyo nombre nunca se menciona, hay sectores lujosos, como el lugar donde habitan Melibea y Calisto, y otros miserables y sórdidos, como pueden suponerse del lugar donde estaría ubicada la casa de la celestina o del Rufián Centurio. La división de las clases en ese tiempo era muy marcadas, y esa polaridad social naturalmente se refleja en la sectorización de las villas. La tipología de los personajes en esta obra también deriva de su estratificación social, y es justamente la clase mas baja la que aporta el carácter cómico a esta pieza, mientras las actuaciones de los personajes de la clase más altas adoptan un cariz mas serio. Tiempo Histórico En el año de 1464 representa una gran momento en el destino de España: en esa fecha tiene lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando, príncipe heredero de Aragón, el cual sella la unión de las dos coronas. Se trata, ciertamente, solo de una unión personal, pero la convención estipulada entre los dos cónyuges en 1474 permitió una política común. España venía de una crisis que en el siglo XIV había abatido la fuerza económica de los grupos feudales. Ellos habían permitido que se liberaran algunas nuevas energías, tanto en el sector agrícola como en la industria y comercial, al tiempo que comprometía las condiciones de vida de lo población campesina y de los sectores empobrecidos de los habitantes de las ciudades. 4 Este es el entorno mas o menos social e histórico de la Celestina. El panorama no era muy atractivo y esto obviamente determinó en parte el escepticismo que impera en fondo de la obra. Sin embargo sus personajes se mueven en un mundo aparentemente al margen de la política y podría decirse que gozaban de la vida. Pero tras la frivolidad de la apariencia, en el interior de aquellas brujas remienda-virgos, de las prostitutas, de los rufianes y ratas de toda calaña que componen aquella sociedad e incluso en las más intimas manifestaciones de verdadero amor, se intuye el goce, la carajada, la lujuria y la ambición que acompañan siempre a toda decadencia, en este caso, la decadencia del régimen medieval, que, no obstante en España se perpetuó hasta mucho mas allá de los límites que le fijó la corriente política que trasformó la faz de Europa con el triunfo del nuevo sistema económico del capitalismo. Tiempo Interno de la obra Aunque el autor no se ocupa de ser muy especifico en este aspecto, podemos inferir después de la lectura cuidadosa del libro, que los hechos se desarrollan más o menos en 4 días. No obstante, ésta es sólo una aproximación ya que hay algunos actos entre los cuales podría estar mediante un lapso mayor de tiempo al de un día. Una división tentativa del tiempo interno de la obra podría decir ser la siguiente: Primer día: en el transcurren los primeros 7 actos que van desde el 1 encuentro de Calisto y Melibea, hasta el regreso de Celestina a su cada, luego de haber dejado Pármeno en compañía de Areusa. Aquí el tiempo está claramente definido, pues los hechos ocurren de manera lineal y consecutiva, sin nada que puede hacer pensar en algún tipo de accidentalidad del tiempo. Segundo día: va desde el acto VIII a XII, es decir desde el despertar del Pármeno en casa de Areusa, hasta las muerte de Celestina, Semproncio y el mismo Pármeno. El transcurrir del tiempo aún es definido. Tercer día: comprende los sucesos consignados entre los actos XIII y XXI, es decir, del despertar de Calisto y la noticia que recibe de la ejecución de sus criados hasta el suicidio de Melibea. Es en este tercer día donde surgen las complicaciones en cuanto al tiempo interno de la obra, pues hay frecuentes cambios de escenario y la linealidad de diluye, complicando una fiel apreciación y oscureciendo el tiempo interno. Sin embargo la lógica temporal presentada a lo largo de los actos anteriores no permite suponer que la cantidad de hechos sucedidos entre los actos de XIII y XXI pueden tener lugar en un solo día, terminando la obra al amanecer del día cuarto. 5 Contexto histórico: 1470-1479: Unión de las coronas de Aragón y Castilla al heredar el trono de Aragón don Fernando, casado con la reina Isabel de Castilla. Fernando e Isabel introducen la inquisición en España, con el objeto de erradicar a las minorías judías y musulmanas. 1490-1499: Granada, ultimo emirato musulmán de España, se rinde a Fernando e Isabel. Expulsión de judíos de España. Primer viaje de Cristóbal Colon (descubrimiento de las Bahamas, Cuba, y la Española). En 1496 aparece La Celestina de Fernando de Rojas. 1500-1509: Muere Isabel la católica. Leonardo da Vinci pinta la “Mona liza”. Garcilazo de la Vega incorpora la métrica Italiana a la literatura castellana. Colon muere. 1510-1519: crisis económica en España. Muere Fernando de Aragón y proclama rey a su nieto Carlos I de España, quien posteriormente es elegido emperador de Alemania. Publicación de “Utopía” de Tomas Moro. Martín Lutero fija sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del castillos de Wittenberg, sostiene debates públicos en Ausgsburgo y Leipzing y rechaza la supremacía papal, dando así origen a la cisma de la reforma. 1530-1539: Copérnico permite que circule un manuscrito, en que da una sipnosis de la teoría heliocéntrica, por la que establece que los planetas giran en torno al sol. 1941 muere Fernando de Rojas. Personajes Dos mundos se contraponen en la obra: el ideal o renacentista, de los jóvenes enamorados que sólo viven para su pasión; y el real o medieval de la Celestina y los criados, ruines explotadores de aquel amor. El personaje mejor trazado en la obra es de Celestina, la vieja astuta, encarnación del mal, que con tentadoras palabras quebranta la virtud de Melibea. Uno de los aspectos más destacables de la obra es la magnífica caracterización de los personajes a través del lenguaje que emplean: los personajes nobles, como Calisto y Melibea, se expresan con delicadeza y elocuencia, mientras que los personajes populares, como Celestina y los criados, emplean un lenguaje más espontáneo y popular, lleno de refranes y frases hechas. Los personajes transitan en dos medios directamente opuestos, el mundo de los señores al que pertenecen Calisto, Malibea, Plebeterio y su esposa y por otro lado encontramos el mundo de los criados donde se encuentran Parameno, Sempronio, Elicia, Sosia, Tristan, Areusa. El peso de la acción la llevan nueve o diez personajes aunque detrás de ellos este bifurcada toda una sociedad dividida en dos clases, los ricos y poderosos, y los humillados 6 irreconciliables pero que sobreviven entre si caracterizados por la convivencia mas no por los afectos. El mundo de los criados se observa una curiosa estructura: la envidia entrelazada entre ellos, cuya máxima autoridad la constituye el personaje de la Celestina a quien en apariencia todo la respetan. Por otro lado se encuentran los personajes de la tragicomedia amorosa que son seres individualista, con personalidad especifica que con buena medida reflejan las condiciones económicas en que se mueven. Celestina: Es sin duda el personaje mejor logrado y a la vez el más complejo de los personajes creados por Rojas. Sobre este personaje se han cargado todos los calificativos imaginables, hasta el demoníaco. Y Celestina no es un personaje demoníaco sino humano en el sentido de que su existencia sólo es posible porque existe una sociedad urbana que de alguna manera la necesita. Celestina es un personaje que vive del vicio y de las bajas pasiones de los demás. Y todo esto lo aprovecha en beneficio propio. Pero sin los vicios y miserias morales de la ciudad, Celestina no sería posible. Lo que sí hace Celestina es servirse de todas las artes, desde la hechicería a las ocasiones para lograr su propósito: dinero. Porque la gran pasión de Celestina es la avaricia. La avaricia es la que la lleva a pervertir a los criados de Calisto: por avaricia no se detiene ante nada ni le importan los medios. Calisto: Mozo noble y de notable ingenio, no posee la firmeza y determinación de Melibea. Es voluble, impresionable, fácil al desánimo y la exaltación más apasionada. Los dos rasgos más sobresalientes de este nuevo amador son por un lado, su total enamoramiento, lo cual le hace andar completamente abstraído, en ocasiones como un sonámbulo, y por otro su egoísmo y su inseguridad. El enamoramiento le lleva a las alabanzas más incontenibles, y a veces sofisticadas, de Melibea. Cae así en los esquematismos del amor cortés y en las exageraciones propias de los amantes, fruto no de la razón sino del corazón. Encarna el amor ciego, la pasión desatada, pasión que le esclaviza hasta convertirle en un personaje trágico. Otro rasgo de este personaje es su inseguridad. Es tan inseguro, que llega incluso a perder protagonismo a favor de Celestina y de sus criados, quienes de esta manera se agigantan como personajes imprescindibles en la obra. A Calisto sólo le importa la consecución de sus deseos, por eso morirá víctima de ellos. Melibea: las descripciones de Calisto nos hacen pensar en un tipo de mujer estandarizada, con resabios de dama del amor cortés y con rasgos de la nueva estética renacentista. Y efectivamente, nos hallamos ante un retrato estereotipo, ante un ideal femenino de belleza que es común al final de la Edad 7 Media y a todo el Renacimiento. Un retrato que tiene más de ideal y de sueño que de real. Pero aunque el retrato físico de Melibea pertenece a un ideal de belleza propio de una época, no así su personalidad. Melibea es ya profundamente individual; sabe actuar de modo práctico y directo, buscando enérgicamente aquello que anhela. Melibea no es la joven cuya voluntad aparece ligada a la de los padres. No dudará en engañarlos, en fingir, en pasar ella sola a la acción para lograr sus apetencias. Melibea enamorada ya no se detendrá ante nada. Pactará con la vieja, engañará a su madre y se entregará a Calisto. Cede a su pasión: no le importan la educación, el recuerdo de sus padres, ni tiene escrúpulos que la atormenten; es una mujer enérgica, apasionada, e incluso arrogante porque lo exige su pasión. Pero el azar, la fatalidad o el destino acabarán con cualquier tipo de apasionamiento, como posteriormente en Romeo y Julieta. Entra, por tanto en la concepción moderna de la mujer. Alisa y Pleberio, padres de Melibea, tienen más importancia social que dramática. Son el reflejo de un matrimonio burgués, orgulloso de su hija y confiado en su inocencia. Pero su seguridad y confianza en la hija facilitan los manejos de Celestina y, en definitiva, del desenlaza trágico. Es autoritaria e ignorante en todo lo que se refiere a su hija. Pleberio es padre amoroso y preocupado por la seguridad económica de su hija, de la que, en definitiva, también lo desconoce todo. Por otra parte, Pleberio, con su retórico discurso, dará el testimonio de la enseñanza final: su imprevisora paternidad permitirá que Melibea caiga en las asechanzas del loco amor. Los criados de Calisto y las pupilas de Celestina: están trazadas con innegable maestría y originalidad. Son personajes enteros y no simples y fieles servidores. Pármeno, Sempronio, Elicia y Areúsa representan la incorporación al teatro de toda un realidad social: el mundo bajo de los criados y las prostitutas, propio del ambiente de la gran ciudad. Sus intereses y conflictos van parejos a los de los personajes de alto rango. En la tragedia clásica sólo intervenían reyes, héroes e, incluso, dioses; sin embargo, en la obra de Rojas las gentes del pueblo entran a formar parte de la trama trágica, lo cual es una característica de la comedia humanística. Fernando de Rojas ha sabido captar la crisis social del siglo XV, señalando la situación socioeconómica del asalariado. El resultado ha sido que, con una audacia literaria inesperada, ha hecho intervenir en u obra a los criados y a las prostitutas como si se tratasen de personajes altos socialmente. Cada uno de los personajes constituye un mundo con sus problemas, preocupaciones y miserias, cosa que no se dio ni en el teatro anterior ni en el inmediatamente posterior, en el que el criado no es más que un intérprete de la voluntad del señor. En La Celestina, en cambio, los criados deciden, ponen condiciones, exigen, y a la vez son pieza clave sin la cual es inconcebible la marcha de la obra; hasta el punto de que, cuando 8 Pármeno y Sempronio son muertos aparecen suplidos inmediatamente por Sosia y Tristán. Los criados de La Celestina tienen su pequeño drama íntimo y su gran pasión: el interés y la avaricia. Todo cuanto hacen es arrastrados por el interés y el ansia de medrar. Los criados de La Celestina son un reflejo de esa crisis social que vimos anteriormente y que llevó al criado a cierto grado de rencor y desprecio hacia el señor. Lengua y estilo No debemos olvidar que La Celestina llega en un momento de madurez y por ello los diferentes movimientos culturales y literarios confluyen en ella purificados. En efecto, en ella se aúnan, en equilibrio admirable, el mundo medieval y el renacentista, por una parte y la tendencia culta y la popular, por otra. Esto determinará en gran medida su lenguaje y estilo. Se pueden distinguir, en efecto, un lenguaje culto y latinizante, cargado de artificios, y un habla popular lleno de refranes y de expresiones vivaces. Sin embargo, la separación no es nítida; el uso de los diferentes registros del lenguaje no corresponde de forma absoluta a los estamentos sociales distintos - señores y plebeyos. -, sino que se entrecruzan ambas tendencias, dependiendo no sólo del emisor, sino también del interlocutor y del asunto tratado. Por último, en La Celestina la técnica del diálogo se manifiesta con suma perfección, pudiéndose distinguir diferentes tipos según la intención del autor: monólogos caracterizadores y ambientadores - importantísimos, ya que, al no estar destinada la obra para la representación, sirven a su vez de acotaciones dramáticas-, diálogos oratorios y diálogos breves de gran riqueza. Recursos Literarios El autor se basó entre fundamentos: ante todo en El Libro del Buen Amor de Arcipreste de Hita de donde tomó la figura central de Celestina que es descendiente de la tercera trota conventos del libro del Arcipreste. La segunda fuente es la de Corbacho del Arcipreste de Talavera, de donde Rojas tomo el estilo en que se desenvuelve la prosa popular, adaptada a los fines del arte. Como ultima fuente podemos considerar cierta obra italiana que se encontró en esa época con gran difusión en España “de los remedios contra prospera y adversa fortuna”, obra del poeta italiano Fransesco Petrarca, de donde proviene la mayor parte de las sentencias y consideraciones humanísticas de que esta llena la Celestina. Sin embargo a pesar de estas y otras influencias, la originalidad de Fernando no disminuye un punto ya que el precisamente corresponde al mérito de haber sabido conjugar estas tres cualidades de una obra, con admirable cordura y buen gusto y sobre todo de haber creado una verdadera obra con méritos dramáticos. 9 Figuras literarias: Hipérbole: es una figura lógica de pensamiento que consiste en exagerar lo aquello que se habla. “¿Quién vido en esta vida cuerpo glorificado de ningún hombre, como agora el mío? Por cierto los gloriosos santos que se deleitan en la visión divina no gozan mas que yo agora en el encantamiento tuyo”. “Si Dios me diese en el cielo la silla sobre sus santos no ternía por tanta felicidad”. “El cuerpo suyo oscurece la nieve”. Símil: expresa la semejanza que existe entre dos términos, valiéndose del termino comparativo como. “Todos pasan, todos rompen pungidos y esgarrochados como ligeros toros”. “Digo que me alegro de estas nuevas, como los cirujanos descalabrados”. Personificación: consiste en atribuir a los seres inanimados o cosas abstractas, propiedades que son características de los seres humano. “Testigo es el cuchillo de tu abuelo”. “Cesen, señor mio, tus verdaderas querellas; que ni mi corazon basta para la sufrir ni mis ojos para disimular”. Anáfora: repeticion de una palabra. “Semproncio, Semproncio, Semproncio”. 10