Ciencia y salud Modelo de psiquiatría comunitaria for export Fue desarrollado por un argentino y funciona en Neuquén. Noticias de Ciencia/Salud Martes 29 de agosto de 2000 | Publicado en diario de hoy http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=177286 ¿Quién puede ocuparse de una persona con problemas psiquiátricos graves en un pequeño pueblo situado en medio de la cordillera de los Andes? Si el lector pensó en que nadie puede hacerlo, se equivoca. Al menos en la provincia del Neuquén existe un programa especialmente ideado para diagnosticar, tratar y rehabilitar a quienes, en otras épocas, supieron ser aquellos locos de pueblo queridos por la comunidad, pero que la modernidad terminó reduciendo a sombras que deambulan por las calles o están aisladas, sin contención médica ni social. Ideado por el Instituto Austral de Salud Mental de Neuquén, el modelo implementado para tratar esquizofrenias, fobias, depresiones severas y otras patologías de las que habitualmente se ocupan los psiquiatras en los grandes centros urbanos se basa en la capacitación de médicos generalistas y enfermeros de zonas rurales. Considerado pionero en el campo de la psiquiatría comunitaria local, es estudiado por investigadores de la Universidad de Columbia como un sistema que podría trasladarse a otros países. Atención primaria La experiencia se inició hace siete años. El doctor José Lumerman, un psiquiatra porteño que vive en el Sur desde 1986 y dirige el mencionado instituto, fue el autor del proyecto. "Pensamos que si los médicos generalistas se podían enfrentar a un ataque cardíaco en medio de la montaña, si eran capaces de reconocer la diabetes o el cáncer, también podían hacerse cargo del acompañamiento de un paciente psicótico o con depresión", cuenta el especialista. Utilizando los recursos existentes, se ideó un sistema que pudiera dar respuesta a aquellos que jamás habían recibido ayuda o a los que -con más suerte- eran trasladados a Buenos Aires en una crisis, pero no contaban con recursos para el seguimiento y la rehabilitación. "Armamos grupos con médicos generalistas, a los que se unieron enfermeros, una profesora de danza, una titiritera, un docente y un profesor de teatro. El médico se encargaba de las cuestiones básicas (psicoterapéuticas y psicofarmacológicas); la profesora de música ocupaba el rol del musicoterapeuta y todos aportaban lo suyo", dice Lumerman. Hasta hoy fueron atendidos 400 pacientes, la mayoría provenientes de zonas marginales. La cobertura de gran parte de los tratamientos corre por cuenta de las obras sociales. Sin ocultamientos "Notamos que con un buen entrenamiento, y siempre que tuvieran como referencia a un especialista al que pudieran llamar desde su lugar de trabajo (como lo hacían cuando necesitaban de un ginecólogo o un cardiólogo), los generalistas demostraban una capacidad resolutiva sorprendente", dice Lumerman. Sobre las ventajas del modelo, destaca que "permite el seguimiento, la rehabilitación, la reinserción social y deja de lado el ocultamiento de los enfermos mentales. No es medicina de segunda clase, sino todo lo contrario: el médico rural cuenta con los recursos del especialista y puede actuar ante un brote psicótico u otros cuadros similares, que antes no se podían resolver, porque sería muy costoso para el sistema de salud que hubiera psiquiatras en los pueblos pequeños". Gracias a este modelo de atención "descubrimos enfermos mentales graves que estaban escondidos en las casas. Ahora, muchos están produciendo, pidiendo créditos para comprar semillas, autoabasteciéndose, reuniéndose con otra gente en el bar del pueblo o visitando la ciudad". Un ejemplo Ezra Susser es psiquiatra, se desempeña como jefe de epidemiología de la escuela de salud pública de la Universidad de Columbia y ha dedicado gran parte de su carrera a la psiquiatría comunitaria. Vino a la Argentina para evaluar de cerca la tarea realizada en Neuquén. "En América latina, la psiquiatría comunitaria ha sido poco difundida, pero el modelo implementado en el sur argentino es realmente original", afirma el especialista. Convencido de la necesidad de contar con "un sistema de cuidados primarios muy desarrollado para naciones poco desarrolladas", piensa que "la originalidad de este proyecto es el entrenamiento de médicos y enfermeras del pueblo, que conocen a las familias". La embajada de Estados Unidos destacó recientemente "el alto interés académico y social del programa, así como la importancia de la visita del doctor Susser". Lumerman responde a los halagos con modestia: "En la Patagonia no es difícil ser pionero", argumenta. Sin embargo, el experto norteamericano se encarga de resaltar sus méritos: "Esta experiencia es un ejemplo que debería trasladarse a otros países". Valeria Shapira Actuar a tiempo "Si no se logra una reinserción productiva de los enfermos mentales de zonas marginales, esta gente va a terminar muriéndose en las calles", afirma José Lumerman, director del Instituto Austral de Salud Mental. Según el psiquiatra, "así como el médico de la cordillera atiende un ataque cardíaco sin conocer todos los detalles sobre este accidente, puede hacerlo ante un brote psicótico si se capacita y cuenta con una red de apoyo de otros especialistas".