Museo del Romanticismo Guía breve

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Museo del Romanticismo
Guía breve
Museo del Romanticismo
Guía breve
www.mcu.es
http://museoromanticismo.mcu.es
MINISTERIO
DE CULTURA
Ángeles González-Sinde
Ministra de Cultura
Mercedes E. del Palacio Tascón
Subsecretaria de Cultura
Ángeles Albert
Directora General de Bellas Artes y Bienes Culturales
MINISTERIO DE CULTURA
Edita:
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General
de Publicaciones, Información y Documentación
© De los textos y fotografías: sus autores
NIPO: 551-09-092-4
ISBN: 978-84-8181-413-2
Depósito Legal: M.XX.XXX-2009
Imprime:
Papel reciclado
índice
Introducción .................................. 9
Las colecciones del Museo ................. 21
Itinerario ...................................... 29
Salas ............................................ 35
INTRODUCCIÓN
E
¿Qué es el Romanticismo?
·····
l Romanticismo es un movimiento artístico y literario que se impuso en Europa en los primeros años
del siglo xix. Sus características y cronología varían
mucho de unos países a otros. Es muy difícil ofrecer una definición concisa de lo que es el Romanticismo, ya que abarca
un conjunto de fenómenos muy diversos, en los que el aspecto subjetivo es fundamental. No es tanto un estilo como
una manera de sentir y de entender la vida, una concepción
nueva del mundo.
Podemos hablar, de manera simplificada, de una serie de
rasgos y temas recurrentes: la primacía de los sentimientos
y las emociones frente al racionalismo ilustrado, la eclosión
de un acentuado individualismo, la preponderancia de la
inspiración y la imaginación como fuentes artísticas y de conocimiento, el ansia de libertad, la tendencia al escapismo,

fruto del rechazo del presente y de la realidad externa, que
no le satisface, la exaltación de los valores nacionales y de lo
popular, etc.
El movimiento romántico penetró muy tardíamente en
nuestro país, debido a la Guerra de la Independencia y a sus
consecuencias y, especialmente, a la vuelta al
Absolutismo más radical. Se debe tener en
cuenta que, a la muerte de Fernando VII,
en 1833, el Romanticismo todavía luchaba
por imponerse. Hasta los
años cuarenta no se asienta
definitivamente y, cuando
lo hace, se trata de un movimiento
de signo moderado, sin el suficiente
nervio y fuerza para impulsar un arte
verdaderamente original y nuevo.

Mientras que en otras naciones europeas –como Inglaterra, Francia o Alemania– la revolución burguesa había conseguido –en los primeros años de la centuria– un gran crecimiento basado en la industrialización, España, todavía
a finales del siglo xix, era un país muy poco industrializado y con enormes contrastes.
Pero también es verdad que estos años, que
comprenden aproximadamente el reinado de
Isabel II (1833-1868), conocieron
la realización en España de un agitado proceso revolucionario global
–que sustituyó el régimen señorial en
crisis por un nuevo sistema, el capitalismo– que supuso una transformación
profunda de las bases económicas y sociales y que afectó a la forma de propiedad, a los sistemas de trabajo y producción
y a la situación de las clases sociales.

E
El edificio
·····
l Museo del Romanticismo está situado en un palacio de estilo neoclásico, construido en 1776, bajo
la dirección del arquitecto Manuel Rodríguez, por
encargo del marqués de Matallana. Durante el periodo romántico el palacio fue habitado por la familia del conde de
la Puebla del Maestre. Posteriormente sufrió reformas en
su planta baja y un incendio destruyó la decoración de sus
salones.
En el interior, dos patios y un precioso jardín organizan el
espacio y dan luz y ventilación. Al entrar en el vestíbulo, una
puerta con cristales, reproducción de la primitiva, da paso al
zaguán, en el que se exhibe –frente a la taquilla– el busto en
bronce del fundador del Museo, Benigno Vega-Inclán (Valladolid 1858-Madrid 1942), cincelado por Mariano Benlliure
en 1931.

V
El fundador del Museo
·····
ega-Inclán fue uno de los más importantes protagonistas de la cultura de la época y llevó a cabo infinidad de proyectos de la más variada índole, desde la rehabilitación y restauración de antiguos inmuebles,
pasando por el estudio y promoción de los medios para el
fomento del turismo –que entendió, de forma precursora,
como “turismo cultural”– hasta la creación de
instituciones culturales y museos. Valoró en
su justa medida el siglo xix español, sobre el
que recaía, en esos momentos, un espeso silencio y una total falta de interés. En 1924 vio la
luz el Museo Romántico, que se inició con la colección personal que había reunido a lo largo de su vida
y que contenía, no sólo pintura, sino también otros
objetos de mobiliario y artes decorativas.

E
Una casa museo
·····
l Museo del Romanticismo –nueva denominación, más lógica, que ostenta
en la actualidad– responde a una
tipología museística específica: la de
casa museo. Custodia un patrimonio
que no solamente es material y visible –la propia casa, los muebles, los objetos decorativos,
las artes gráficas, la pintura,
los textiles, etc.– sino también
inmaterial y alusivo, que hace
referencia a los usos de la habitación, los roles familiares, los
hábitos sociales, las modas, los
gustos, la forma de vida, etc.

Por ello es capaz de contar aspectos de una
sociedad, de una época y de un periodo
artístico –el Romanticismo– que se
sitúa cronológicamente en España
entre los años 1833 y 1868. Además, ofrece la posibilidad de llegar
a conocer cómo se desarrollaba la
vida cotidiana de una determinada clase social: sus ideas, preferencias, gustos,
tendencias artísticas y decorativas, creencias,
jerarquías sociales y sexuales, educación, ocio,
nivel de tecnología, etc. El resultado es una combinación
en la que la microhistoria y la macrohistoria encuentran una
síntesis narrativa eficaz.

E
El nuevo plan museológico
·····
l edificio ha pasado por diversas fases de rehabilitación y restauración. Desde el año 1944, en el que
se acometió una importante restauración, la exposición permanente no había sufrido apenas cambios hasta esta
última fase de rehabilitación, en la que se ha intervenido en
algunas zonas de la planta baja, como los patios y el vestíbulo, se han ganado espacios bajo el patio para almacenes y
vestuarios y, especialmente, se ha llevado a cabo el proyecto
museográfico de las salas de exposición permanente. Esta
fase ha culminado con la reapertura del Museo en 2009, tras
varios años de cierre.
Desde sus inicios, el Museo fue concebido como una recreación de ambientes, idea que también ha sido respetada
por el nuevo plan museológico, que ha introducido importantes mejoras: clarificación de la circulación, ampliación de

los itinerarios y de la temática de éstos, resolución de muchas carencias del anterior montaje y, sobre todo, reforzamiento de su condición de casa museo.Todo ello ha supuesto
un importante trabajo previo, que abarca desde estudios arquitectónicos sobre el edificio –un estudio patológico y una
investigación histórica-arquitectónica-documental– hasta
cuestiones meramente decorativas u ornamentales, sin olvidar otros temas relacionados con este apasionante tema.
Para llevar a cabo este recorrido “didáctico” y creativo por
el siglo xix, ha sido necesario, como primera condición, ser
muy meticulosos con las reconstrucciones, evitando puntos
de vista subjetivos y documentándose muy exhaustivamente. Recrear la forma de vida, las habitaciones y las estancias
de un periodo histórico concreto es una difícil labor, que
requiere una considerable investigación y planeamiento.

....................................................
Cecilio Pizarro
Ruinas de San Juan de los Reyes de Toledo
1846
Óleo sobre lienzo

LAS COLECCIONES DEL MUSEO


L
Las colecciones del Museo
·····
a colección del Museo del Romanticismo se caracteriza por su riqueza y heterogeneidad. Este aspecto
contribuye a enfatizar su condición de casa museo y
respalda la propuesta expositiva, basada en una recreación de ambientes. Además, el Museo cuenta con un interesante archivo histórico y una
biblioteca monográfica especializada.
En la colección de pintura pueden
encontrarse obras de importantes pintores, considerados como precedentes
del mundo romántico (Francisco de
Goya, José Aparicio Inglada y Vicente
López Portaña, entre otros). A partir
del segundo tercio del siglo xix, algunos géneros pictóricos, en los que

se reflejan los valores e ideas del Romanticismo, adquieren
entidad propia. Es el caso del paisaje o del fascinante mundo
del orientalismo, teniendo en cuenta que muchos viajeros
extranjeros se sintieron atraídos por el supuesto exotismo
de nuestro país. En cuanto a la pintura costumbrista, existe
una amplia representación de las escuelas madrileña y andaluza. Otro género es la pintura de historia, testigo de algunos acontecimientos de la época o de
episodios del glorioso pasado español. En el
campo del retrato destacan también los
artistas más relevantes del momento,
como Federico de Madrazo, Carlos
Luis de Ribera o Esquivel.
En lo relativo a la miniatura, la
colección está integrada por unas dos..............................................................
William Adams and Sons
Fuente con las bodas de Isabel II y Luisa Fernanda
ca. 1846
Loza estampada

cientas setenta y cinco piezas, en su mayoría retratos. La colección de dibujo –considerado en el Romanticismo como
género artístico con identidad propia– comprende piezas
de gran calidad y diversas técnicas, con asuntos como vistas
de Madrid, escenas costumbristas y, sobre todo, retratos.
La colección de estampas –interesante fuente documental para el estudio del siglo xix– es una de las más
importantes del Museo, con casi tres mil piezas. Entre las
técnicas más empleadas destaca la litografía, como procedimiento más habitual, que posibilitó la publicación de una
gran cantidad de libros y revistas ilustradas. Formada por
más de cuatro mil fondos, la colección de fotografía abarca la mayoría de los procedimientos fotográficos –desde
los daguerrotipos y ambrotipos, hasta los procesos de producción en la era industrial y las técnicas fotomecánicas–,
lo que permite recorrer la historia de este procedimiento mecánico desde su nacimiento, en pleno movimiento
romántico. También son destacables los ingenios visuales,

como las fotografías estereoscópicas y la excepcional colección de diaphanoramas.
La colección de mobiliario se compone de alrededor
de seiscientas piezas, con una cronología que abarca desde
el reinado de Fernando VII hasta el de Isabel II. El mobiliario se asocia con la decoración de cada una de las estancias
del Museo y refleja las tendencias
de la moda del momento. El estilo
Imperio francés, caracterizado por la
solidez de sus formas y la profusión
de motivos decorativos, se impone
durante el periodo fernandino y
pervive bajo la regencia de María
Cristina, con algunas novedades. Pero la mayor parte de los
............................................
Jarra de bola con el general Palarea,
Talavera de la Reina
ca. 1815
Loza

muebles conservados en el Museo pertenecen al periodo
isabelino. Se caracterizan por la búsqueda de comodidad y
confort, además de por su tipología formal y decorativa,
que se hace eco de la moda historicista, caracterizada por la
riqueza de materiales, el gusto por lo exótico y la profusión
de tapicerías.
Las artes decorativas están
..........................
igualmente bien representadas.
Confidente, tapizado
en tejido de jacquard
La cerámica y la porcelana se
ca. 1890
encuentran presentes en sus
múltiples formas y diversas
procedencias. Cabe destacar, además, el excepcional
conjunto de barros andaluces y murcianos de temática
costumbrista. También tiene
entidad propia como conjunto
la colección de abanicos, que

abarca todos los estilos decimonónicos, desde los pequeños
ejemplos Imperio, hasta los enormes pericones de finales del
siglo xix. Complementos como la joyería presentan una
gran diversidad de materiales: oro, plata, acero, ebonita,
lava o cabello natural. Otras colecciones importantes
en el Museo son la escultura, la indumentaria –complementos y otras prendas–, los juegos
y juguetes –muñecos, juegos de
mesa, autómatas, elementos
de recreo, etc.–, los objetos
del ajuar doméstico y personal
–juegos de tocador, juegos de
escribanía, juegos de fumador,
etc.–, los elementos de higiene,
las armas, la numismática, los objetos de devoción y religiosos, etc.,
que contribuyen a recrear los usos
y costumbres de la época.

ITINERARIO


La planta baja. Servicios del Museo
·····
A
l fondo del zaguán, flanqueando la cancela de hierro y cristal que abre al primer patio, encontramos
dos importantes retratos de la reina romántica y
su consorte, pintados en Madrid, en 1852, por el gaditano
Ángel María Cortellini.
Atravesando esta cancela y los dos bonitos patios a continuación, se da paso a una zona semipública del Museo, sin
colecciones ni exposición, dedicada especialmente a actividades e investigación: la biblioteca –monográfica sobre el
Romanticismo–, el auditorio y el área de educación, estas
dos últimas dependencias con posible entrada independiente por la calle Beneficencia.
Volviendo al vestíbulo, nos encontramos a la derecha,
justo al lado de la entrada y sin atravesar la cancela de cristal,
la bella y recoleta sala de exposiciones temporales. Entrando

ya en el Museo, pero esta vez en el lado izquierdo, se sitúa
la tienda y, a continuación, las salas del jardín, denominadas
así porque dan paso a un sorprendente jardín romántico, pequeña naturaleza encerrada en la que un
magnolio ha crecido prodigiosamente
buscando la luz, entre las enredaderas
y la hiedra y donde se escucha el tranquilizador sonido del agua que proviene del surtidor de la fuente.
En el zaguán se sitúa la escalera de
acceso a la planta noble del edificio,
donde se inicia la exposición permanente del Museo.
..........................
Antonio Solá
Caballero romántico
1847
Mármol

La exposición permanente. Itinerarios
·····
A
lo largo del siglo la casa irá adquiriendo un mayor
protagonismo, así como los conceptos de vida privada, ámbito familiar, confort, hábitat, etc. También será el lugar donde se definirán los roles de sus diferentes miembros (la familia), con sus respectivas disposiciones
espaciales, donde se ubicará a la mujer según la imagen social que se le exige, donde se irá definiendo progresivamente la existencia de los niños, donde se “esconderá” y reducirá
a la servidumbre, y donde se entrelazarán los sentimientos,
ideas, ritos, intrigas, etc.
El visitante del Museo puede acceder a distintos tipos y
niveles de información a través de dos recorridos fundamentales: un recorrido ambiental, con especial referencia a los as-

.............................
Ángel M.ª Cortellini
Bandoleros (detalle)
ca. 1845
Óleo sobre lienzo
pectos decorativos y al desenvolvimiento de la vida cotidiana
en la época y un recorrido que sigue un criterio temático –en
el que se muestran cuestiones históricas y políticas, además
de artísticas–, con un objetivo didáctico prioritario.

SALAS


E
La escalera
·····
n el zaguán se sitúa la escalera de acceso a la planta
noble del edificio, con tribuna central desde la que,
durante los bailes de gala, se podía ver tocar a los
músicos de la orquesta.
La vivienda era un mundo aislado en el que sólo se permitía entrar a los elegidos y donde se materializaban las miras
de poder: los objetos, el mobiliario, la decoración, estaban
dispuestos para el lucimiento y se colocaban siempre de forma acumulada, densa, sin dejar apenas espacios libres.
A ambos lados de la escalera, nos dan la bienvenida los protagonistas indiscutibles de esta historia: las nuevas clases adineradas, representadas en los dos imponentes retratos de tamaño
natural, pintados por el gaditano Ángel María Cortellini, en los
que tenemos la oportunidad de atisbar un rico interior palaciego –parecido al que tendremos ocasión de admirar durante

nuestra visita al Museo–. Deseosa de emular a la nobleza, de
mostrar su pujante situación y
de convertirse en una nueva élite, la burguesía comenzó a demandar sus retratos y a adquirir
arte para decorar sus mansiones, resaltar su distinción social
y cultivar sus gustos.
. ..................................
Ángel M.ª Cortellini
Basilio de Chávarri (detalle)
1861
Óleo sobre lienzo

E
sala i
El vestíbulo
·····
l vestíbulo es un espacio de recibimiento que da
paso a la parte noble de la casa. Siendo la primera
habitación con la que se encuentra el visitante, en
ella se sintetizan algunas de las novedades y características
de la casa isabelina, donde pueden apreciarse ya importantes
cambios con respecto a la forma de decorar del pasado: un
aumento en la densidad de objetos y en la decoración, un
efecto de “ablandamiento”, debido al almohadillado de los
muebles y a la profusión de elementos textiles y un eclecticismo que revive indiscriminadamente estilos antiguos, modelos foráneos y tendencias estéticas muy diversas.

. .....................................................
Vicente López
Isabel II niña, estudiando geografía (detalle)
ca. 1843
Óleo sobre lienzo

La casa fue también un lugar para el tiempo de ocio, para
la conversación, los cotilleos, la música, el juego, de todo
un ritual en las visitas. La decoración de esta zona es sobria
y el mobiliario contiene ya muchos de los “prototipos” más
característicos del periodo romántico: sillería, velador, reloj de péndulo, etc.
Desde el punto de vista temático se explica la problemática en torno al derecho de sucesión al trono de la reina,
que contaba tan sólo tres años cuando, al morir su padre
Fernando VII, comenzó su reinado bajo la regencia
de su madre la Reina María Cristina. Para ello, el
rey había tenido que suprimir la Ley Sálica que
privaba a las mujeres del derecho al trono. Esta
irregularidad en la sucesión, se convirtió
en el detonante de las guerras carlistas, ya
que Carlos María Isidro, hermano del
monarca fallecido, se sentía más legitimado que ella para acceder al trono.

L
sala ii
La antecámara
·····
a antecámara es “el espejo de la casa” ya que debe
informar al visitante sobre la importante situación
social y económica de sus poseedores. El techo pintado, en el que se finge el pabellón de un quiosco oriental, procede del Casino de la Reina, palacete que la Villa de
Madrid regaló a la Reina Isabel de Braganza (Depósito del
Museo del Prado).
Desde el punto de vista temático, esta sala se centra en
la mayoría de edad de Isabel II. Destaca el impresionante
Retrato de la reina Isabel II, firmado por Charles Porion, que
la presenta como jefa de los ejércitos –acompañada de sus
generales y de su esposo Francisco de Asís– pasando revista
militar.

De la antecámara pasamos a la zona más noble de la casa,
constituida por un gran salón de baile y dos salones a cada
lado, donde se exhibe el mobiliario y la decoración más
suntuosa: paredes enteladas, arañas de cristal, cortinas con
pasamanerías y damascos, porcelanas doradas y grandes espejos, que reflejan la luz de las lámparas y multiplican las
imágenes, ofreciendo una sensación de espacio más amplio y
abierto. En esta zona tenían prioridad las apariencias frente
a la intimidad, por lo que cada habitación daba directamente
a la siguiente, sin pasillos, dispuestas en hilera o “enfilade”,
con lo que se podía gozar de una visión continuada desde un
extremo de la casa hasta el otro.

................................................
Charles Porion
Isabel II dirigiendo una revista militar
1867
Óleo sobre lienzo

E
sala iii
El antesalón
·····
l primer antesalón comunica en “enfilade” con el
gran salón de baile y está bellamente decorado. El
impresionante techo pintado tiene la misma procedencia que el de la antecámara y representa una Alegoría de
la Noche.
El mobiliario es de estilo fernandino, una interpretación
del Imperio francés, que llegó muy tardíamente a nuestro
país, a causa de la Guerra de la Independencia. Sobresalen el
diván o canapé, de líneas muy elegantes, que hace juego con
las pequeñas sillas de asiento circular y patas rematadas en
garra de león –símbolo de poder– y el tocador masculino de

. ..................................
José Aparicio
Desembarco de FernandoVII
en el Puerto de Santa María
1823-1828
Óleo sobre lienzo
caoba. Ejemplo de la importancia de la música en las veladas
románticas es el precioso piano –en madera de palosanto y
marquetería– que ganó la medalla de oro en la Exposición
de París de 1844.
Desde el punto de vista temático, en esta sala se explican
los antecedentes históricos y políticos del Romanticismo
español, con especial mención a la Guerra de la Independencia, la Constitución de 1812 y la vuelta al Absolutismo
de Fernando VII.

........................................
Leonardo Alenza
La muerte de Daoíz en el Parque
de Artilleria de Monteleón
1835
Óleo sobre lienzo


S
sala iv
El salón de baile
·····
olía ser la habitación más espaciosa de la casa y la
de mayor lucimiento, ya que estaba destinada a un
uso plenamente social. El lujo y la ostentación son sus
características más evidentes. En los grandes espejos de las
paredes brillan el oro y la seda. El destello de las dos arañas
fernandinas resalta el fantástico techo, del mismo autor y
procedencia que el de las salas anteriores, que representa
una Alegoría de la Aurora.
La sillería isabelina de caoba perteneció al ministro Antonio María Fabié, en cuyos salones había tenido lugar una
típica tertulia romántica, a la que acudían Gustavo Adolfo
Bécquer o la Avellaneda, entre muchos otros. Las consolas,

.......................................................................................
Francisco Lacoma y Fontanet
Alejandro Aguado, Marqués de las Marismas del Guadalquivir (detalle)
1832
Óleo sobre lienzo

las mesitas y la repisa de la chimenea son el soporte perfecto
para acumular los pequeños objetos y bibelots –porcelanas,
fanales, cajas de música, relojes, etc.– que, en realidad, son
la “memoria” de la familia. La música es plena protagonista
en este área: el arpa, firmada por Sebastián Erard, es típicamente romántica, con decoración neogótica. El piano, con
el escudo real en su tapa, fue construido especialmente para
la reina Isabel II por la casa Pleyel de París y el pianoforte es
un bonito ejemplar inglés que anticipa ya el piano vertical.
Por lo que se refiere a la pintura, esta sala se centra temáticamente en el género del retrato, que disfrutó de gran auge
durante el Romanticismo. El retrato femenino suele mostrar
a una mujer distinguida y arropada por su posición social o
por la protección que el matrimonio le ha trasmitido. Sin
embargo, los protagonistas masculinos suelen representarse
llevando a cabo labores intelectuales o disponiéndose a sa-

..................................................
José Aparicio
La familia de Gaspar Soliveres (detalle)
1831
Óleo sobre lienzo
lir del hogar, reflejo de su naturaleza esencialmente pública.
El retrato de familia había cambiado con respecto al pasado,
lo importante ahora era remarcar los lazos de afecto que
unían a cada uno de sus miembros. Por el contrario, en los
retratos de la realeza, lo fundamental era mostrar la continuidad de la línea dinástica, unida a determinados símbolos,
como la corona o el cetro.

E
sala v
El antesalón
·····
l último salón noble está decorado para crear un
ambiente apropiado para las reuniones sociales más
informales y las tertulias. El interior de la casa se
fue haciendo cada vez más atractivo y su disposición fue
cambiando, conforme iba dominando la idea de confort. El
mobiliario que anteriormente era inamovible, se fue sustituyendo ahora por otro más liviano, como las llamadas “sillas volantes” que, colocadas junto a las paredes de la sala,
podían ser desplazadas en el momento de su uso hacia el
punto de tertulia. Éstas son de caoba y pertenecieron al escritor y poeta Juan Ramón Jiménez. Se combinan con otros
muebles móviles, dispuestos en agrupaciones informales en

....................................................
Antonio M.ª Esquivel
Retrato ecuestre del General Prim (detalle)
1844
Óleo sobre lienzo

torno a una mesa de juego, para fomentar las conversaciones más íntimas. Completa la sala el piano, firmado en 1827
por el madrileño José Colmenarejo, con una decoración de
escudos e instrumentos musicales.
Desde el punto de vista temático, esta sala está dedicada a
aspectos más serios relacionados con los avatares políticos y
las contiendas del reinado de Isabel II: las Guerras Carlistas
y la Guerra de África. En el muro frontal destaca el Retrato
ecuestre del general Prim –héroe militar de ambas guerras que
perteneció al progresismo antidinástico y estuvo a la cabeza
de la Gloriosa, sublevación que, en 1868, acabó con el reinado de Isabel II–, de Antonio María Esquivel.

sala vi
La sala de los costumbristas andaluces
·····
U
na vez recorridos los espacios más nobles de la
casa accedemos a un ámbito más íntimo y privado, al que también se dejaba entrar a las visitas
de confianza. Las habitaciones se separaban dependiendo no
solamente de su función, sino también de la persona que
habitaba en ellas.
En este entorno se representa un mundo que corresponde a un estatus social inferior, alejado de la afectación de la
nueva burguesía. Por ello su decoración es menos formal: la
sillería, de madera de nogal y enea, es una bonita interpretación popular del estilo Imperio, con una clara influencia
inglesa (tipo Sheraton). En estos momentos, las exposiciones industriales dieron un fuerte impulso al mueble seriado,
...................................................................
Abanico con escena de la guerra de Marruecos (detalle)
ca. 1860
Papel litografiado y nácar

como las llamadas “sillas de Vitoria”, que eran portátiles, con
asiento de enea o paja y una estructura de palos torneados.
Desde el punto de vista temático, dedicamos todo este
área (salas VI a la VIII) al costumbrismo, una visión “pintoresca” de lo popular que estaba destinada a una clientela de
extranjeros que buscaba el tópico de lo español y a una burguesía nacional que prefería olvidarse de la verdadera realidad social del momento. Desde el punto de vista pictórico el
costumbrismo de la escuela andaluza ofrecía una imagen del
pueblo y sus costumbres idealizada y dulcificada, alejada de
la realidad, con una clara influencia de Murillo. Uno de los
factores de exotismo más apreciado fue la originalidad y variedad de la indumentaria española, por lo que los temas de
“tipos y trajes” tuvieron gran importancia. En relación con
la fiesta y el ocio, fueron también muy comunes las escenas
centradas en el mundo de la taberna, el mesón o la venta.

. ........................
José Elbo
Una venta (detalle)
1843
Óleo sobre lienzo

sala vii
La sala de los costumbristas andaluces
·····
C
ontinuando con el ambiente anterior, esta habitación está amueblada con un cómodo sillón de
enea y una sillería a juego. Destacan las dos vitrinas
con una importante colección de estatuillas de barro –en
esta sala y en la anterior– representando tipos populares
procedentes de talleres de Granada, Málaga y Murcia.
Desde el punto de vista temático se exponen otros asuntos del costumbrismo andaluz. Uno de sus personajes más
arquetípicos fue el del bandolero y contrabandista, leyenda que fue también alimentada por los viajeros extranjeros
que vieron el fenómeno con demasiado “color local”. Junto
a los majos, los bandoleros y los contrabandistas, los “tipos”

............................................
Ángel M.ª Cortellini
Francisco Montes antes de la corrida
ca. 1845
Óleo sobre lienzo

del torero y del picador, constituyen los más importantes
rasgos del tópico español. Seguramente el torero más romántico fue Francisco Montes
“Paquiro”, que en 1836 escribió una de las primeras reglas
del toreo.
. .....................................
Antonio Gutiérrez de León
Torero con muleta (detalle)
1865-1880
Barro policromado

sala viii
La saleta de los costumbristas madrileños
·····
E
n esta pequeña salita se exponen algunos ejemplos
de la llamada escuela costumbrista madrileña, cuyos
componentes –Eugenio Lucas, Francisco Lameyer y
Leonardo Alenza– cultivaron un populismo de matiz goyesco, más auténtico y bronco que el folklorismo sentimental
de la escuela romántica andaluza.
Estos pintores fueron muy criticados por los sectores más
academicistas por varias razones: la importancia que otorgaban a la imaginación o la invención –considerada poco
seria y propia de pintores de segunda fila– y el uso de una
factura deshecha y una textura inacabada –abocetada–, que,
junto a la velocidad de ejecución, se veían como algo casi
“indecente”.

Muchos de estos “defectos” tenían su origen en el mismo
Goya. Del genio aragonés recogen también buena parte de
la temática, que nos ofrece una España al revés, un mundo
patas arriba donde todo se confunde y muestra lo absurdo
de la conducta de los seres racionales. Los asuntos más tratados fueron el matrimonio desigual, los horrores de la Inquisición, las Escenas de bandidos, Máscaras en un baile y la conducta
“animalizada” del ser humano, visible en cuadros de Alenza
como el Mono ermitaño y La crítica. La sala se completa con
una visión de las calles madrileñas, a través de varias estampas de los Caprichos de Alenza y de Francisco Lameyer, en los
que no se oculta la mediocridad y pobreza de la vida cotidiana, de la que ambos fueron testigos y cronistas.

..................................
Eugenio Lucas Velázquez
Auto de fe
1853
Óleo sobre tabla

E
sala ix
La salita
·····
l uso de una o más salas como habitación de reunión
para toda la familia, reflejaba la necesidad de tener
en la casa un lugar más relajado y menos formal.
El término “cuarto de estar” se hizo común a mediados de
siglo. En las ventanas, pesadas cortinas de seda pintada en
azul oscuro parecen indicarnos que los posibles habitantes
de la casa temían que la luz excesiva dañara los muebles o
pudiera inundar sus sentimientos más secretos. En las paredes frontales dos vitrinas empotradas muestran una bonita
colección de abanicos, accesorio femenino eminentemente
romántico y un curiosísimo conjunto de litofanías (placas
de porcelana moldeadas con temas pictóricos que, vistos a

.................................................................
Jenaro Pérez Villaamil
Fuente de Isabel II en la calle de la Montera (detalle)
1835
Óleo sobre lienzo

la luz, se destacan en claroscuro). El recorrido temático se
centra en el género del paisaje y las vistas arquitectónicas.
Destaca la personalidad de Jenaro Pérez Villaamil que, inspirado por aquellas neblinas y densas atmósferas sugerentes
con las que interpretaron España los pintores ingleses como
David Roberts es, sin duda, el pintor más brillante de cuantos se acercaron a la pintura de paisaje en España. Llevó a
cabo su famosísima publicación España artística y monumental,
patrocinada por Gaspar de Remisa (cuyo retrato podemos
observar en la sala XXII). Otras
pinturas, siguiendo la lección
impuesta por estos enormes libros
de viajes bellamente ilustrados,
tuvieron como tema las obras públicas llevadas a cabo por la Monarquía,
convirtiéndose en uno de los primeros ejemplos de propaganda
política dirigida.

E
sala x
El pasillo
·····
n esta habitación se exhiben diversas piezas que
tienen que ver con la higiene masculina más íntima
(tema que se completa en la sala XXI). La burguesía
no se mostró muy interesada en tener un cuarto apropiado
para su aseo, de modo que era habitual colocar una jofaina
para lavarse en cualquier parte de la casa, o bien sacar los
orinales para que fueran utilizados por los caballeros una vez
se habían retirado las señoras.
En la vitrina derecha se muestra el retrete de Fernando
VII que, en origen, fue instalado en una pequeña habitación
destinada a la higiene íntima del monarca dentro del propio Museo del Prado –en la sala 39, donde en la actualidad
se exponen obras de Goya–. Es de caoba, con gran sillón
central en cuyo asiento se abría un orificio para expulsar

las aguas fecales. En estas cuestiones más íntimas no había
tantas diferencias de clase: el retrete del rey era un mueble
de lujo, imponente y acolchado, pero igualmente necesitaba
de la consabida “evacuación”, que se realizaba a mano, recogiendo las inmundicias en unos recipientes instalados a tal
fin. La fetidez debía inundar también el territorio de la realeza, llegando hasta el elegante y elogiado Salón del Prado.
A la izquierda se exhibe el estuche de viaje de Fernando
VII, un pequeño tocador y diversos estuches y objetos de higiene (Depósito del Museo Nacional de Artes Decorativas,
Madrid) que nos dan una clara idea sobre cómo trascurría el
ritual de limpieza masculino.
Desde el punto de vista temático y enlazando con la sala
anterior, hallamos en ésta un argumento muy relacionado
con el paisaje: la ruina. Los monumentos del arte medieval
se emplean ahora como elemento evocador de un mundo
espiritual antiguo y perdido y son también imágenes de la
propia mortalidad humana.
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Francisco Javier Parcerisa
Iglesia en ruinas (detalle)
1856
Lápiz y clarión

E
sala xi
El comedor
·····
n el periodo isabelino, se destaca esta pieza como
nuevo elemento específico dentro de la casa. El comedor común se utilizaba sobre todo para la cena,
ya que las demás comidas se podían hacer en salitas más pequeñas –llamadas habitaciones de desayuno– al igual que la
sobremesa, que se solía llevar a cabo en una sala aparte o en
el gabinete. Era el lugar doméstico gobernado por la etiqueta y también era el centro de reunión de la familia.
El techo, de la misma procedencia que los anteriores,
tiene una decoración con los escudos de las provincias españolas y está iluminado por una bonita araña de cristal de La
Granja. En cuanto al mobiliario, no podía faltar la chimenea
de mármol, la mesa –la misma en la que el general Primo de
Rivera ofreció una cena al Consejo de la Sociedad de Nacio-

nes– la consola o aparador, las rinconeras, las sillas livianas
y las mesas servideras. Tanto éste como el servicio de mesa
–en este caso de porcelana de París– e, incluso, los rituales
y costumbres que se desarrollaban en la misma, solían seguir
modelos foráneos, especialmente franceses.
Desde el punto de vista temático esta estancia se decora
con un género muy utilizado en los comedores burgueses: el
bodegón. En la pared opuesta y sobre un espejo, destaca uno de los cuadros más emblemáticos de todo
el Romanticismo español: La familia de Jorge
Flaquer, del catalán Joaquín Espalter. Se
trata de los antepasados del fundador
del Museo y es uno de los más
bellos documentos sobre el
desenvolvimiento de la intimidad familiar y de la vida doméstica y privada de la burguesía
del momento.

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Joaquín Espalter
La familia de Jorge Flaquer
1840-1845
Óleo sobre lienzo


E
sala xii
El anteoratorio
·····
sta salita hace las veces de introducción y, desde
ella, podemos ya contemplar el magnífico Goya que
preside el oratorio. Realmente es una antecámara
que funciona también como un pequeño salón. El mobiliario
se centra en un precioso y sobrio diván que va a juego con la
sillería. En el centro, un curiosísimo velador circular –que
sigue la moda medieval del gótico– y cuyo tablero, de mármol blanco, es una losa sepulcral de la época.
Por lo que se refiere a la circulación temática, en esta
zona y en el oratorio se concentra casi la totalidad de la
pintura religiosa del Museo. Podemos distinguir dos modos
de aproximarse a este tema: el que acusa la influencia de la

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Antonio M.ª Esquivel
Agar e Ismael en el desierto (detalle)
1856
Óleo sobre lienzo

pintura barroca española del siglo xvii –a través del modelo
de Murillo o de ejemplos más tenebristas, con fuertes contrastes lumínicos– o el que se centra en la observación de la
realidad contemporánea, pero vista a través del tamiz del
costumbrismo, que pretende recoger todo aquello que se
consideraba más interesante y genuino de la vida popular
española.

E
sala xiii
El oratorio
·····
l oratorio –que, según viejos testimonios, es el que
perteneció en su día a la casa– fue un espacio utilizado tanto para actos religiosos de carácter íntimo,
como para la celebración de eventos sociales. Sabemos que
los propietarios del palacio en esos momentos, los condes
de la Puebla del Maestre, embellecieron y adornaron esta
estancia, donde se veló al Marqués de Bacares, primogénito
de aquellos, el 24 de abril de 1816.
El gusto neoclásico de las molduras de escayola y la noble
geometría del pavimento siguen los patrones decorativos
característicos de finales del siglo xviii. Tanto los muebles
–destaca el precioso reclinatorio de caoba, tapizado en ter............................................
Francisco de Goya
San Gregorio Magno, Papa (detalle)
1796-1799
Óleo sobre lienzo

ciopelo que perteneció a Isabel II– como las esculturas –barros con escenas religiosas– y los diversos objetos litúrgicos,
invitan al recogimiento.
En el centro, encima del altar, se encuentra el magnífico
lienzo de Francisco de Goya –San Gregorio Magno– procedente de la testamentaría del fundador del Museo, quien
acertadamente anticipó la importancia del genial aragonés
como precursor del Romanticismo. Lo acompañan una
serie de pinturas españolas de época barroca, de la misma
procedencia, junto a otras de artistas plenamente románticos, pero inspiradas en el Barroco, siguiendo los modelos
de Francisco Ribera –por el uso de un fuerte claroscuro, sus
formas bien construidas y su sentido de la realidad– o de
Murillo –visible en el suave colorido, con predominio de
tonos cálidos y la belleza de las figuras femeninas, de expresiones amables y dulces–.

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Antonio M.ª Esquivel
Santas Justa y Rufina (detalle)
1844
Óleo sobre lienzo

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Leonardo Alenza
La salida de la iglesia
1840-1845
Óleo sobre tabla


L
sala xiv
La sala de juegos de niños
·····
a mayor presencia de los hijos en la casa produjo un
cambio en la intimidad: la madre podía compartir
su dormitorio con los niños pequeños pero, los mayores, dormían ya en habitaciones separadas. El dormitorio
infantil podía hacer también la función de cuarto de juegos
y tenía como condición el trazado de un itinerario independiente, a través del que se podía llegar a este espacio sin
necesidad de perturbar las actividades de los adultos.
El ámbito de influencia femenina está estrechamente
conectado con las habitaciones de la dueña de la casa. Tiene un mobiliario menos formal, así como diversos objetos
y juguetes diseminados por todo el espacio y las vitrinas.

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Antonio M.ª Esquivel
Niños jugando con un carnero (detalle)
1843
Óleo sobre lienzo

Con sus paredes pintadas de amarillo, esta habitación ha
perdido todo el aire de ceremonia y se ha convertido en un
lugar alegre y práctico.
El retrato infantil tuvo gran éxito durante el periodo romántico, coincidiendo con una especial valoración de
los niños. Este género nos introduce, además, en
otros aspectos que afectan a la vida de los pequeños del momento: divertimentos y juegos,
el estudio, la moda, las mascotas, las aficiones,
etc. Otros temas muestran la afectuosa relación
madre e hija o la muerte infantil, demasiado frecuente dadas las enfermedades y el estado
poco avanzado de los conocimientos médicos y que también dejaba su huella en
la propia realeza.
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Fábrica Jumeau
Muñeca (detalle)
ca. 1878-1899
Pasta de porcelana y cabello humano
A
sala xv
El boudoir
·····
quí comienza el itinerario por las dependencias
femeninas. En este momento la mujer se convierte
en la reina de la casa, a la que consigue dar un aire
acogedor, como centro de afectos y encuentros sentimentales, refugio espiritual frente al ámbito de lo público.
Influenciada por las novedades venidas de París, una dama
elegante no podía dejar de tener esta estancia de confianza,
exclusiva para su uso personal y el de sus visitas más íntimas.
Era un lugar donde podía leer, escribir, coser o recibir de
manera informal. El desorden y la acumulación que reinaba
en el boudoir –que era un nido de cosas bellas y preciosas–
era síntoma de la irracionalidad de la mujer y de su ánimo
cambiante y caprichoso: las vitrinas están repletas de preciosos accesorios y bibelots (objetos pequeños de escaso valor).

Por lo que se refiere al itinerario temático, en esta estancia se inician algunos de los tópicos más característicos del
ideal femenino romántico: su condición de madre y la relación con los hijos; el desnudo, género poco frecuente que
se circunscribió especialmente –junto al tema
de la seducción– al mundo de la estampa; y
ciertos retratos femeninos que consiguen evocar el ideal de belleza frágil, etérea y elegante
tan propio de la época.
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José Elbo
Bañistas (detalle)
1837
Óleo sobre lienzo

E
sala xvi
La alcoba femenina
·····
l dormitorio femenino adquiere una fuerza simbólica especial, ya que es donde la mujer se encuentra más libre, donde podía llevar a cabo todas esas
“acciones misteriosas”: desde guardar una carta de amor o
un recuerdo especial, hasta leer o asearse. El hecho de tener
una habitación propia demostraba una mayor conciencia de
individualidad, de vida personal y la necesidad de expresar
esa individualidad de forma física.
En este refugio de los recuerdos y de los grandes y pequeños secretos, no podía faltar el escritorio portátil de sobremesa, el tocador –con sus diversos frascos para el cuidado
de la piel o para el perfume–, el costurero, el “paje” –espejo
con pie alto y con una mesilla para colocar los utensilios de
tocador– y el somno o mesita de noche, con puerta frontal

para guardar el bacín. La cama, de tipo góndola (bateau), sigue patrones del estilo Imperio y está recubierta por amplio
dosel, elemento textil que contribuye a aprovechar al máximo el calor. El dominio del tapizado hace de la habitación un
auténtico refugio. Al lado, una preciosa cunita también en
estilo fernandino y un rincón para el retiro y la oración, con
un pequeño reclinatorio de nogal y diversos elementos decorativos de valor simbólico y emocional.
Por lo que respecta al itinerario temático, en esta sala se han incluido
asuntos referidos a la familia
–y la relación materno filial,
como el tema de la “buena
madre”– el matrimonio y
la boda.
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Bolso limosnera
1800-1825
Papel litografiado
e iluminado, petit point

L
sala xvii
El gabinete de Larra
·····
as actividades propias de cada sexo se reflejaban
en habitaciones diferentes. En esta zona iniciamos
el ámbito masculino de la casa, decorado de forma
más seria y austera: sobrio sillón –que conserva su tapicería
original– de estilo fernandino, dos cómodas de cajones, de
hacia 1830, con una función específicamente masculina y,
en el centro, un pequeño y sobrio velador de inspiración
medieval.
Este pequeño gabinete está dedicado a la emblemática figura del escritor Mariano José de Larra. Conocido también
por los seudónimos de “Fígaro” y “El Pobrecito Hablador”,
fue seguramente el mejor literato y periodista de la épo-

..............................................
Leonardo Alenza
Sátira del suicidio romántico (detalle)
ca. 1839
Óleo sobre lienzo

ca romántica. Su temperamento sarcástico y decepcionado
con la realidad española, junto a sus turbulentos amores con
Dolores Armijo, fueron las causas de su suicidio. Además de
pintura y diversos objetos pertenecientes a Larra –depositados desde el año 1924 por sus descendientes– se muestran
algunos otros temas como la literatura (que se continuará
en la sala siguiente), el periódico y la prensa, así como el
suicidio y la muerte prematura del genio.
En la literatura romántica siempre está presente el tema
de la muerte y especialmente la idea de suicidio. Pero no todos estaban de acuerdo con esta fúnebre “moda”: Leonardo
Alenza confirma esta tendencia crítica en sus dos cuadritos –Sátiras del suicidio romántico–, seguramente
las imágenes más emblemáticas de todo el Romanticismo español.

L
sala xviii
La sala de la Literatura y el Teatro
·····
os objetos están impregnados de valores afectivos
y de sentimientos; forman parte de las relaciones
de las personas que habitan la casa y crean con ellas
una relación casi psicológica. El mueble tiene también una
función simbólica: dependiendo del lugar y la forma en que
se ubique, indicará diferentes grados de ceremonia y modos de comportamiento. La idea de que algunos muebles
fueran masculinos y otros femeninos, subrayaba una realidad social que era evidente también en el vestido y en las
costumbres.
Totalmente femenina es la preciosa cómoda que perteneció a la poetisa Carolina Coronado. En estos momentos se
opera un tímido cambio en el estatus de la mujer y, aunque

las actividades de escribir, leer o pensar seguían siendo consideradas como enemigas del género femenino, no faltaron
las excepciones.
El recorrido temático está centrado en la literatura y el
teatro y se muestra a través del género del retrato. Las reuniones y la amistad entre artistas de diversos géneros fueron muy comunes durante el Romanticismo, interesado en
fomentar la ruptura de las barreras que existían tradicionalmente entre las artes. El escritor cobra una nueva sensibilidad visual que, en ciertos autores románticos como el
Duque de Rivas (sala IV) o Bécquer (sala XVII), se une a
un conocimiento técnico y experimental de la pintura. A su
vez, los temas literarios –como la muerte, la doncella o el
diablo– ejercieron una influencia fundamental en las artes
plásticas.

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Eduardo Cano de la Peña
La novia enterrada viva (detalle)
1868
Óleo sobre lienzo

E
sala xix
El fumador
·····
n estos momentos el tabaco fue conquistando progresivamente los espacios públicos y privados, como
testigo y símbolo de la masculinización de la sociabilidad. No olvidemos las virtudes que ciertos médicos atribuían todavía al humo.
El fumoir o fumador apareció con el fin de dotar al padre
de familia de una atmósfera no tan rígida, sino más evocadora del sueño y el bienestar. Era un lugar para retirarse
a fumar que invitaba al reposo, de ámbito privado y para
visitas de total confianza. Normalmente su decoración estaba inspirada en el mundo oriental y, en especial, árabe.
La restauración de la Alhambra de Granada, en los años

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Carlos de Haes
Paisaje egipcio (detalle)
1883
Óleo sobre lienzo

1860-70, contribuyó a acrecentar la moda del gabinete árabe en la vivienda privada burguesa.
Desde el punto de vista temático, esta sala nos brinda una
afortunada ocasión para mostrar la influencia que el orientalismo y el exotismo ejercieron sobre el movimiento romántico: Egipto, Marruecos e, incluso, la antigua herencia
oriental y musulmana de España, que ahora se pone de moda
en toda Europa, generando una gran oleada de viajeros extranjeros para los que fue vital ese mundo ilusorio, entre
medievalista y novelesco, que creían existía en nuestro país.

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Jenaro Pérez Villaamil
Paisaje oriental con ruinas clásicas
1842
Óleo sobre lienzo

E
sala xx
El gabinete
·····
l gabinete –dentro del área masculina– fue en realidad un salón de recibir. La moda imperante reflejaba una acumulación de muebles de diferentes estilos
y funciones. En este “templo” de la conversación y de las
veladas íntimas, no podía faltar el pianoforte, instrumento
de entretenimiento por excelencia. Las mesitas y veladores ocupaban ya una zona central en la habitación; también
había pequeñas “sillas de arrimo” –ligeras y sin brazos–. El
confidente –dos plazas opuestas y enfrentadas– era el sillón
de los secretos, siendo también conocido en España con el
sugerente nombre de “vis à vis”. La sillería parece imitar las
lacas orientales y responde a la influencia del mueble fili-

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Antonio M.ª Esquivel
Autorretrato con sus hijos Carlos yVicente (detalle)
1843
Óleo sobre lienzo

pino, tan de moda durante el reinado de Isabel II, como el
velador y las tres bonitas consolas.
En cuanto al itinerario temático, continúa con el discurso
iniciado en la salas XVII y XVIII –dedicadas al artista en su
vertiente literaria– mostrando en esta ocasión la imagen del
artista plástico, su nueva visión del mundo y el concepto de
genio. Éste, emulando al burgués, también se afirma a través
del retrato y del autorretrato, en el que se define a sí mismo
y cómo quiere ser visto por los otros. Se empieza a vislumbrar la idea de que el hombre solamente es grande por sus
cualidades y por los beneficios que sus acciones puedan procurar al conjunto de la sociedad, considerando la idea del
mérito por encima de la de la cuna.

E
sala xxi
El dormitorio masculino
·····
l dormitorio masculino tiene un aspecto más grave y severo. Las paredes estaban decoradas con un
amplio zócalo o arrimadillo que imitaba, mediante la
pintura, otros más ricos de madera, como podemos ver en
las catas practicadas en la pared.
Los muebles son menos elegantes y más prácticos: cama
de estilo Carlos IV, cómoda tocador o lavabo, que suponía
un ahorro de espacio porque, una vez cerrada, su función
higiénica no era evidente; tocador masculino para guardar
los útiles de aseo, orinal o “Don Pedro”, mesita de noche,
donde depositar la botella y el juego de agua y un psiqué o
espejo basculante de cuerpo entero, que presenta un par de
candeleros para colocar las velas, lo que permite su utilización por la noche.

En esta zona se muestran retratos masculinos, llevando a
cabo una pequeña galería de diversos personajes prototípicos de la época: desde el “rebelde” romántico, con resonancias del bandido noble que, junto a los artistas, forman una
gran familia espiritual de visionarios que, conscientes de sus
dones, llegan a hacer de su propia existencia una aventura
particular; el marino, símbolo de la libertad y del riesgo, de
una vida fuera de la convención y la rutina; el lechuguino y el dandy, obsesionados por la moda;
hasta los personajes “oficiales”, de importancia
política y social.

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Anónimo
Un lechuguino (detalle)
ca. 1845
Óleo sobre lienzo

E
sala xxii
El despacho
·····
l despacho era la habitación del trabajo y por ello
solía tener una decoración muy contenida y seria.
Las paredes se decoran con un papel, de gusto muy
inglés, con motivos sobrios, y los muebles combinan el
estilo fernandino, sencillo y austero, con el isabelino, caracterizado justamente por lo contrario, ya que busca, ante
todo, la comodidad –suelen ser muebles bien acolchados y
mullidos– unida a una cierta ostentación, que no logra ocultar el progresivo empobrecimiento de los materiales y las
técnicas.
Destaca la importante mesa de despacho de estilo fernandino en madera de caoba, con cinco cajones en el fren-

.........................................
Vicente López
El Marqués de la Remisa (detalle)
1844
Óleo sobre lienzo

te –con decoración de taracea alrededor de la bocallave– y
dos cajones secretos laterales. Perteneció al Marqués de la
Remisa –se exhibe junto a su retrato en el que también aparece reproducida– y fue adquirida a Isabel Regoyos, viuda
del pintor y director del Museo del Prado, Aureliano de
Beruete.
El recorrido temático prolonga la galería humana iniciada
en la sala anterior a través de diversos personajes relacionados con los prototipos masculinos del momento: militares,
banqueros o “nuevos ricos”. Un tipo muy común fue el burgués adinerado, el hombre de negocios o el que ostentaba
importantes cargos oficiales. Solía ser también un intelectual, muchas veces coleccionista, sensible y atento a la cultura del momento. Su alta posición social se reflejaba en el
ambiente que le rodeaba.

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Francisco de Paula van Halen
Un húsar de la Princesa (detalle)
1845
Óleo sobre lienzo

O
sala xxiii
La sala de billar
·····
tro espacio característico de la sociabilidad masculina fue la sala de billar, que debía estar situada
cerca de los salones nobles y del comedor –se
solía jugar después de comer, para “bajar” los alimentos o en
las interminables tardes de asueto–. El billar moderno llegó
a España con la dinastía borbónica y fue un juego vinculado
a la aristocracia. La mesa de billar fue conocida como mesa
de trucos; está firmada por uno de los fabricantes con mayor
fama del momento: Francisco Amorós, en Barcelona, que,
además, escribió una importante Memoria sobre la construcción
de mesas de billar. Sirven de apoyo al juego varios accesorios,
.....................................................
Carlos Luis de Ribera
M.ª Leonor Salm-Salm, Duquesa de Osuna
1866
Óleo sobre lienzo

como son la taquera, una guía para tacos y varios juegos de
tacos, además del ábaco o contador.
La sillería, compuesta por tresillo, sillones y sillas, es
típicamente isabelina, en torno a 1860. Se caracteriza por
un suave ondulado –símbolo de la nueva religión del “confort”– que parece envolver discretamente al que se sienta en
ella. Se diría que haya sido curvada a propósito, siguiendo
ese concepto de amabilidad acogedora.
En este ámbito de entretenimiento exclusivamente masculino era muy común que las paredes estuvieran adornadas
–casi forradas– con retratos únicamente femeninos (estupenda ocasión para llevar a cabo una galería de este tipo
de género tan romántico). Son una oportunidad única para
comparar cómo se van desarrollando las modas –peinados y
accesorios– y cómo van cambiando, junto al ideal de belleza, a lo largo del siglo.

E
sala xxiv
La estufa o serre
·····
l gusto por las plantas y la naturaleza fue una característica plenamente romántica. Asistimos en estos
momentos a un elogio de la vida campestre que,
evidentemente, se hizo desde la ciudad y que constituyó la
primera protesta en contra de la vida urbana moderna. Por
ello la estufa, también llamada serre –palabra francesa– o
invernadero de plantas se puso inmediatamente de moda,
espacio destinado a todo tipo de plantas, especialmente las
exóticas, que hacían las delicias de los curiosos y suponían
un elemento de prestigio para la casa. Además, su naturaleza privada y enclaustrada prometía un refugio ante el fragor
del mundo.
En la vitrina de la izquierda se exponen delicadas piezas
de cristal y opalina –vidrio translúcido, de aspecto ligera-

mente lechoso– de la Real Fábrica de La Granja en Segovia
(Depósito del Museo Nacional de Artes Decorativas, Madrid) y, en la derecha, curiosísimas piezas de vajilla de cerámica estampada –técnica de origen inglés y de tipo industrial que se pone de moda en estos momentos– realizadas
en las fábricas de La Amistad, Sargadelos, Pickmann, etc. La
decoración se completa con bonitas porcelanas orientales y
pequeñas y coquetas banquetas de influencia francesa.

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Banquetas de estilo Directorio, tapizadas en petit point
Siglo xix
salas xxv y xvi
La sala de interactivos y el teatrino
·····
E
n las dos últimas salas de nuestro recorrido se termina la exposición permanente del Museo y comienza
un área destinada a profundizar en algunos de los
temas que hemos tenido ocasión de ver durante nuestro itinerario. A través de la consulta de estampas originales de la
época, libros, catálogos monográficos y otros elementos de
consulta, como el ordenador, se da la oportunidad al visitante de ampliar diversa información o acceder a distintos
juegos interactivos.
Finalizamos con la reproducción del edificio del Museo
en una gran maqueta, a través de cuyos vanos podemos “espiar” cómo transcurría la vida cotidiana de la época en algunas de sus dependencias. Habitualmente la casa se dividía
en territorios, con una distribución que se llevaba a cabo

por plantas, de forma que las actividades estaban separadas
verticalmente. A la planta baja se accedía por un espacioso zaguán, con una gran puerta de entrada para carruajes,
como podemos ver en la reproducción. La planta baja solía
estar destinada a dependencias del servicio, como la cocina,
la despensa, la bodega, los comedores para criados, los lavaderos, la leñera, el guadarnés, etc.
En la planta principal estaban las habitaciones más importantes, que podían pertenecer a tres categorías diferentes:
habitaciones de respeto o de recepción, habitaciones formales y habitaciones de o para la comodidad, destinadas al
uso privado del dueño o dueña de la casa. Como ejemplo de
espacio público se representa el salón de baile, y como
espacio semipúblico o formal, el comedor.
En la zona del desván o ático solían encontrarse los dormitorios para la servidumbre y los cuartos de plancha y
costura. El ámbito de servicio de la casa era realmente “el
espacio escondido” ya que, tanto los propios criados como

sus dependencias, no debían ser vistos. Lo normal era que
por cada miembro de la casa hubiera, al menos, unas diez
personas destinadas al servicio, que muchas veces vivían con
sus respectivas familias. Las diversas plantas se articulaban a
través de dos escaleras: la principal, que conectaba la planta
baja con la zona noble de la casa y la de servicio, en el otro
extremo del patio, que ponía en relación todas las dependencias desde el sótano hasta el ático.

DIRECCIÓN Y TEXTOS
Begoña Torres González
COORDINACIÓN
Equipo técnico del Museo
FOTOGRAFÍA
Pablo Linés
Miguel Ángel Otero
DISEÑO Y MAQUETACIÓN
Estudio Inma Vera
De acuerdo con lo establecido por la Ley de Propiedad Intelectual
(RD Leg. 1/1996 y 23/2006), queda rigurosamente prohibida, sin la autorización
escrita del Museo del Romanticismo, la reproducción y comunicación total o parcial
del contenido de este libro a través de cualquier medio técnico, comprendidos
la reprografía y cualquier soporte informático.


San Mateo, 13. 28004 Madrid
tel.: 91 448 10 45
http://museoromanticismo.mcu.es
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