COLEGIO DE LOS SAGRADOS CORAZONES DE CONCEPCIÓN. PSICOLOGÍA. PENSAMIENTO Y LENGUAJE. NOMBRE: CURSO: PROFESOR: HÉCTOR VELÁSQUEZ SOTO 1 PENSAMIENTO Y LENGUAJE ¿QUÉ ES PENSAR? De un modo amplio, se designa con el término pensamiento la capacidad mental para ordenar, dar sentido e interpretar las informaciones disponibles en el cerebro. Gracias a esa disposición los seres humanos llevamos a cabo una serie de operaciones intelectuales cuyo fin último consiste en la resolución de problemas. Los psicólogos han destacada la función mediadora que lleva a cabo el pensamiento entre los estímulos del exterior y la respuesta de nuestro organismo. En este sentido, cabe considerar al pensamiento como una facultad integradora de la mente humana, mediante la cual se combinan procesos perceptivos, memorísticos y racionales, tendentes a la formación de nuevos conceptos o a la toma de decisiones en la resolución de problemas. El pensamiento es el medio mediante el que razonan los seres humanos. A partir de los experimentos de Köhler, se discutió ardorosamente sobre si los animales poseían o no pensamiento. Los resultados de las sucesivas experiencias no permitieron solventar definitivamente la cuestión, puesto que se alcanzaron conclusiones divergentes. Sin embargo, los seres humanos se distinguen de los animales en la posibilidad de elaborar un pensamiento lógico y abstracto que encuentra su vehículo transmisor en el lenguaje simbólico. Aunque el razonamiento sea su peculiaridad más definitoria, algunos autores consideran que existen otras capacidades dentro del pensamiento, como por ejemplo la imaginación y la fantasía. Dorsch, en su Diccionario de Psicología, señala que el pensamiento racional exige, cuanto menos, las siguientes operaciones psicológicas elementales: Procesos cognitivos (conocimientos, estructuras cognitivas para descubrir relaciones entre ellos, etc) Ejercicio de la memoria Producción convergente: obtención de una conclusión lógicamente necesaria. Producción divergente: obtención de diversas conclusiones lógicamente posibles. Valoración y evaluación: verificación de las hipótesis. En resumen, el concepto psicológico del pensamiento incluye tres ideas básicas: El pensamiento es cognitivo, es decir, ocurre internamente en la mente aunque pueda inferirse a través de la conducta. El pensamiento es un proceso que implica la manipulación de algo o la realización de operaciones en el sistema cognitivo. 2 El pensamiento se dirige hacia un fin y tiene la resolución de problemas o orientarse hacia un fin. CLASIFICACIONES DEL PENSAMIENTO. Se han propuesto diferentes clasificaciones, según los psicólogos hayan considerado unos u otros factores del pensamiento. Así, y atendiendo a las facultades psíquicas involucradas en él, se distinguen tres tipos generales: Pensamiento racional: Caracterizado por la elaboración de conceptos y por el uso de los modos lógicos de razonamiento (inducción, deducción, etc) Pensamiento imaginativo: Mediante la imaginación y las fantasías, la mente evoca imágenes que no han sido percibidas en la realidad inmediata. Pensamiento creador: Síntesis de racionalidad e imaginación, este tipo de pensamiento potencia la creatividad y las respuestas originales. Las creaciones artísticas, científicas o de cualquier otra índole se hallan directamente conectadas con él. Otras clasificaciones, en cambio, atienden al distinto nivel de abstracción que muestran los pensamientos. Desde ese punto de vista, se distinguen entre: Pensamiento intuitivo y concreto: Aquel que posee un bajo nivel de abstracción y que queda reducido a lo concreto o a la inmediatez del dato sensible. Pensamiento abstracto: Aquel que establece relaciones entre conceptos genéricos. En él, no son incluidos los rasgos individuales de los objetos o sucesos analizados. Finalmente, y atendiendo a la elaboración de respuestas ante los problemas, los psicólogos diferencian entre: Pensamiento reproductivo: Consiste en actualizar los aprendizajes y las estrategias disponibles en la memoria para dar con la solución concreta. Por lo tanto, se limita a recuperar aquello que ya se sabía previamente. Pensamiento productivo: Sus soluciones a los problemas planteados incorporan elementos novedosos y creativos. Es decir, no se limita simplemente a recordar, sino que es capaz de “producir” respuestas no ensayadas previamente por el sujeto. ¿QUÉ ES EL RAZONAMIENTO? Entendemos por razonamiento un tipo de proceso lógico mediante el cual establecemos relaciones entre ideas para alcanzar una conclusión. El razonamiento opera básicamente con conceptos, los cuales son los resultantes de abstracciones previas. Definamos ambos términos: 3 Abstracción es una operación mental que nos permite pasar de ideas individuales y concretas (esta mesa, por ejemplo) a ideas generales (el concepto universal de mesa). Concepto es una idea general bajo la cual quedan subsumidas varias ideas individuales, las cuales guardan una relación de semejanza entre sí. Para establecer la semejanza es necesario, previamente, un proceso de abstracción que elimine las cualidades individuales de los objetos o situaciones, permitiéndonos retener lo común a esa clase de fenómenos. El desarrollo de un concepto requiere también de generalización. Cuando las abstracciones se realizan entre si se produce la generalización. Así, clasificamos los ejemplares concretos de un concepto en categorías o clases. Por ejemplo: la categoría de seres humanos incluye españoles, árabes, canadienses, etc. Un solo caso puede ser miembro al mismo tiempo de varias categorías diferentes: ser vivo, pájaro, animal doméstico. También podemos organizar los distintos casos en varios niveles, que van de los más abstractos a los más concretos. Corresponden a tres tipos de categorías: de nivel básico, supraordinada y subordinada. Las categorías a nivel básico son las que más usamos al manejar los objetos en la vida diaria. Estas categorías son probablemente las que los niños aprenden a utilizar cuando tienen que nombrar y clasificar los objetos. Por ejemplo perro. Sin embargo estos objetos también pertenecen a una categoría de mayor nivel de abstracción, las supraordinadas y a su vez pueden incluir a otras de menor poder abstracto: las subordinadas. Las categorías supraordinadas son las categorías más inclusoras: por ejemplo animal respecto a perro. Las categorías subordinadas son aquellas en la que los elementos se hacen más específicos: perro caniche. Elaboramos un concepto al observar una serie de objetos y apreciar que, en algunos casos, poseen características comunes: deducimos entonces la relación que hay entre ellos y extraemos una idea general que los engloba a todos. Pero no siempre es así. También podemos formar algunos conceptos por vía de definición, por ejemplo si se nos dice que un triángulo tiene tres lados somos capaces de clasificar como triángulos todas las formas geométricas trilaterales. Para emplear este procedimiento necesitamos poseer ya un buen nivel de desarrollo cognitivo. Por eso suele ser más habitual elaborar conceptos a partir de protototipos. Son los ejemplos mejores o más típicos de una categoría. Cuanto más se correspondan los objetos con nuestro prototipo de un concepto, más rápidamente los reconocemos como casos particulares de ese concepto. Seguramente es más fácil que reconozcamos a una pera como una fruta como mejor representante del concepto fruta que un kiwi. Si algo no se ajusta a nuestro prototipo probablemente tendremos dificultad para clasificarlo. 4 Los métodos más habituales del razonamiento lógico son: Deducción: Método que se caracteriza por partir de un unos datos aceptados como verdaderos, de cuya relación se infiere necesariamente una conclusión. Por ejemplo: Si todos los hombres son mortales y Sócrates es hombre, se sigue necesariamente que Sócrates es mortal. Inducción: Se caracteriza por partir del análisis de una serie de hechos pertenecientes a una misma clase, entre los que se observa la existencia de determinadas relaciones. Se concluye en una ley general que engloba todos los hechos pertenecientes a esa clase y unidos por tal relación. Por ejemplo, observo a un conjunto finito de seres humanos vivos (algunos no todos) y establezco una relación de semejanza entre ellos (respiran). Concluyo en una ley general que engloba al conjunto total de esa clase: “Todos los seres humanos vivos respiran”). CREATIVIDAD Y RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS El Pensamiento Creativo Se caracteriza por proponer soluciones novedosas para los problemas planteados; en él se aúnan la experiencia personal (aprendizajes previos) y el uso de la imaginación y la fantasía. Por tanto, lo define esencialmente a este tipo de pensamiento es que no se limita a utilizar conocimientos previamente memorizados, sino que contempla posibilidades originales en la resolución de problemas. Sin embargo, la mayoría de los psicólogos discrepa de la pura originalidad del pensamiento creativo. Así, por ejemplo, Watson explica la creatividad como una actualización de respuestas previamente interiorizadas. Si acaso, vendría a ser el resultado aleatorio de combinaciones entre diversos aprendizajes anteriormente asimilados por el sujeto. Tampoco la psicología cognitiva considera la creatividad como un proceso esencialmente original. Así, Weisberg defiende que ésta surge de forma progresiva, como resultado de los intentos continuos por hallar una respuesta satisfactoria. De esa manera, el sujeto apenas aportaría nada nuevo en el acto creativo: éste se reduce a mecanismos combinatorios de informaciones previamente procesadas por el sujeto. De forma gradual, la persona iría acercándose a la resolución del problema, desechando las estrategias que se han revelado inútiles y elaborando nuevas relaciones en la información memorizada que puedan finalmente resolver el problema. Como vemos, las distintas Escuelas acuden a mecanismos combinatorios de experiencias previas para explicar el acto creativo. De esa manera, éste construiría a partir de materiales psíquicos que habrían sido adquiridos en la vida personal del sujeto. Guilford analizó los tests de inteligencia con el objetivo de comprobar las clases de razonamiento que tomaban en consideración para efectuar la medida del CI. Sus conclusiones revelaron que estas pruebas sólo tenían en cuenta una clase de conocimientos, no prestando atención a otros tipos de procesos intelectuales. Distinguió así entre: 5 Pensamiento convergente: El medido por los test de inteligencia. Consiste en usar las destrezas académicas (verbales y lógicomatemáticos, básicamente) para hallar la solución de un problema, el cual se caracteriza por poseer exclusivamente una respuesta correcta. Pensamiento divergente: Se utiliza ante un problema que contemple varias posibilidades en su respuesta, con lo cual no cabe hablar de una solución exclusiva. Estrictamente, es el llamado pensamiento creativo, puesto que exige del sujeto nuevos enfoques o ideas originales en la resolución de un problema abierto. Según Guilford, los tests de inteligencia no incluyen planteamientos divergentes, por lo que sólo resultan fiables en la medición de capacidades académicas y laborales de los sujetos. No valoran en cambio, un aspecto fundamental de la inteligencia: la capacidad de producir respuestas originales ante problemas novedosos. LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS De alguna forma podemos decir que la vida consiste en una serie de problemas que tenemos que resolver, y que el éxito depende de la capacidad de cada uno en encontrar soluciones adecuadas. Existe una amplia gama de situaciones o hechos problemáticos, desde resolver una ecuación de segundo grado o saber orientarnos en una ciudad que no conocemos, hasta arreglar un grifo o escribir un discurso. ¿Cómo se puede definir lo que es un problema? Se suele decir que un problema surge cuando queremos conseguir algo y los procedimientos que tenemos a nuestra disposición para conseguirlo no nos sirven. Es decir, existe una meta más o menos definida, pero no existe un camino claro y sencillo que nos conduzca a ella. Los problemas surgen cuando las personas no ven inmediatamente cómo ir desde donde están (estado inicial) hasta donde quieren ir (estado final). De una manera muy simplificada el proceso de resolución de un problema implicaría los siguientes pasos: Representación del problema en un estado inicial, un estado meta y unos posibles movimientos. División del problema en una serie de submetas que acercan el problema a su solución y suponen una secuencia de estados intermedios. Aplicación del análisis medios-fines en la utilización de las técnicas de resolución del problema, con el propósito de ir reduciendo las diferencias entre el estado actual y el estado meta a través determinados estados submeta. Las estrategias para resolver los problemas varían según el tipo de éstos y la personalidad del sujeto. Por ejemplo, se puede resolver un problema mediante el sistema del ensayo y error. Hay una serie de factores que afectan a la solución de los problemas. El que en muchos casos no logremos alcanzar la solución de un problema aparentemente sencillo se debe a que establecemos 6 presuposiciones erróneas sobre cómo resolverlo, y entonces aplicamos métodos inadecuados. Dos tendencias cognoscitivas que interfieren en la resolución de problemas son la tendencia a la confirmación y la fijación. La tendencia a la confirmación consiste en sentirnos inclinados a considerar únicamente la información que confirme nuestras ideas. La fijación se caracteriza por la tendencia a repetir procedimientos que fueron eficaces en el pasado para resolver algunos problemas. CONFLICTOS: MECANISMOS DE DECISIÓN En ocasiones, la resolución de problemas depende de un ejercicio racional. Así, debemos encontrar la solución mediante un razonamiento que sea capaz de establecer relaciones entre los términos del problema hasta su definitiva comprensión. Sin embargo, en muchas otras ocasiones, la solución no depende exclusivamente del razonamiento, puesto que entran en juego aspectos que no pueden reducirse sin más a una formulación estrictamente lógica. En estos casos, los psicólogos prefieren usar el término conflicto antes que el de problema. Definimos conflicto como una situación en la que se presentan varias alternativas posibles. Éstas deben ser incompatibles y poseer una similar intensidad para que podamos hablar propiamente de conflicto. Se trata de una situación en la que se enfrentan, cuanto menos, dos impulsos opuestos dándose el caso de que el sujeto sólo puede actuar siguiendo uno de ellos e ignorando el otro. Los psicólogos distinguen entre conflictos externos e internos. En el primer caso, aparece el conflicto cuando actuamos en contra de nuestras ideas o impulsos a causa de una coacción exterior. En el segundo caso, el conflicto se produce cuando debemos adoptar una decisión y no sabemos cuál, puesto que en nuestro interior aparece una lucha entre motivaciones opuestas e igual de profundas. La tensión que genera el conflicto se produce, pues, por el hecho de que sólo podemos elegir una de las alternativas. Debido a esa tensión los conflictos generan no sólo dudas, sino también angustia ante la necesidad de elegir. A veces, los conflictos pueden ser ignorados mediante procedimientos de huida o mecanismos de defensa, (olvidarse de ellos, dejarlos pendientes para otro momento, etc). Ahora bien, en ocasiones la decisión no puede postergarse y debemos enfrentarnos directamente al conflicto para adoptar una decisión. Los psicólogos D. Wheeler e Irving Janis idearon un sistema para adoptar decisiones sensatas. Recomiendan cuatro pasos: Aceptar el reto de tomar la decisión si la oportunidad o el problema son auténticos, no ignorarlos. Buscar alternativas haciendo un balance para cada una, enunciando sus aspectos positivos y negativos. Formular un compromiso. Elegir la alternativa que aporte los beneficios máximos con los costos mínimos. Evaluar las consecuencias. 7 ¿EN QUÉ CONSISTE EL LENGUAJE? ¿Qué surge primero, el pensamiento o la capacidad para hablar? ¿Nuestras ideas surgen primero y esperan palabras que las designan? ¿O nuestros pensamientos se conciben con palabras, y son inconcebibles sin ellas? Esta es una cuestión que se planteó muy pronto dentro del ámbito de la Psicología. Durante bastante tiempo distintos autores han mantenido que primero aparecía el lenguaje, y, como consecuencia, de él se desarrollaba el pensamiento. En la actualidad la mayoría de los psicolingüistas mantiene la tesis contraria: el pensamiento precede al lenguaje. Lo que nadie discute es que el pensamiento y el lenguaje están fuertemente interrelacionados. El lenguaje influye sobre el pensamiento, pero si el pensamiento no afectara a su vez al lenguaje nunca habría palabras nuevas. Las palabras nuevas expresan ideas nuevas. El pensamiento influye sobre nuestro lenguaje, el cual, a su vez, influye sobre nuestro pensamiento. ¿Podemos pensar sin palabras? Acabamos de decir que lenguaje y pensamiento están entrelazados, por lo que cabe plantearse si puede haber pensamiento sin lenguaje. Cuando estamos solos, a veces hablamos con nosotros mismos o reflexionamos sobre algo que nos interesa. ¿Empleamos únicamente palabras o en ocasiones pensamos en imágenes? ¿No ocurre que a veces las ideas preceden a las palabras? Las palabras no son imprescindibles para pensar. Hay quienes piensan mejor en imágenes que en palabras y entre estos pensadores visuales figuran científicos como Einstein o Faraday, quienes decían que sus grandes descubrimientos se gestaron en imágenes y en relaciones espaciales que luego enunciaron en palabras. 8 EL DESARROLLO DEL LENGUAJE Desde el punto de vista de las influencias sociales en la génesis del lenguaje, dos son las posturas fundamentales: Una es la mantenida por Piaget, quien sostiene que el lenguaje es originariamente egocéntrico. Según él, al principio el niño habla consigo mismo, siendo incapaz de comunicarse con el otro. Por lo tanto, el lenguaje infantil no es comunicativo en sus inicios; sólo el proceso de socialización conseguirá que el niño vaya abriéndose a los demás mediante un intercambio lingüístico. La postura contraria es defendida por Vygotsky. Para él, “el lenguaje se origina primero como medio de comunicación entre el niño y las personas que le rodean, sólo después, convertido el lenguaje interno, se transforma en función mental que proporciona los medios fundamentales al pensamiento del niño”. Es decir, en sus orígenes, el lenguaje es un fenómeno social; con el paso del tiempo, va transformándose en un lenguaje interior, que se caracteriza por no ser vocalizado y poseer una función egocéntrica. Desde el punto de vista de la psicología evolutiva, podemos diferenciar las siguientes fases en el desarrollo del lenguaje: De 0 a 6 meses. Al comienzo de esta etapa los niños gritan y emiten sonidos. Quizá debido al desarrollo neuromuscular de la boca y la garganta los sonidos que emiten todos los niños del mundo son idénticos: pa, ma, ba, ta y pe, me, be, te. También son capaces de responder a estímulos verbales y distinguir entre algunos tonos de voz: alegría (risa) o agresión (riña). A los 4 meses comienza el balbuceo. En un principio no es una imitación del lenguaje de los adultos, pues incluye sonidos de distintas lenguas, e incluso sonidos que no aparecen en el lenguaje utilizado en el hogar. Si nos fijamos en este balbuceo temprano no podríamos identificar al niño como español, japonés o etíope. De 6 a 12 meses. Es la etapa del balbuceo imitativo. Los niños juegan con los sonidos e imitan los que emiten los mayores. El balbuceo llegar a asemejarse a las entonaciones y los sonidos característicos del idioma del hogar y van desapareciendo los sonidos de fonemas ajenos a la lengua nativa. Los niños controlan ya auditivamente sus propios sonidos, aunque no poseen todavía contenido simbólico. Es entonces cuando el refuerzo ejercido por los padres les llevará a pronunciar las primeras palabras. Entre los 10 y 12 meses comienza a adjudicar palabras a objetos familiares. Han aprendido que los sonidos tienen significado, y se convierten en palabras propiamente dichas. Probablemente se da este paso trascendental por un proceso de aprendizaje. Por ejemplo, si cada vez que su madre le acerca un vaso con agua le dice “agua”, el niño asocia ambos estímulos y terminará diciendo espontáneamente agua. 9 De 12 a 24 meses. En esta etapa los niños comienzan a construir frases. Al principio se trata de frases muy simples a base de dos palabras, habitualmente sustantivos y verbos, pero que le permiten decir muchas cosas y establecer una comunicación bastante rica. Puede expresar posesión: “pelota nena”, identificación y denominación: “muñeco aquí”, cantidad: “leche más, desaparición: “abuelo no”, etc. Algunos lingüistas llaman a éstas expresiones “telegráficas”, ya que ciertos nexos, el incluso el predicado, son suprimidos, adquiriendo sentido de la frase por el contexto. Poco a poco se va construyendo la frase, se incluyen más palabras y de un modo cada vez mas correcto. Por otro lado, el número de palabras aprendidas aumenta rápidamente. El aprendizaje de las primeras palabras cuesta mucho puesto que se ha de crear un patrón neutral para cada una, pero las siguientes se aprenden sobre los patrones de palabras parecidas. De 2 a 7 años. Durante esta etapa, el número de palabras aumenta de modo espectacular. A los 5 años se puede poseer una vocabulario de hasta 2.000 palabras y los niños se expresan ya de un modo bastante correcto. Si, por el motivo que sea, no han aprendido a hablar satisfactoriamente a los cinco años, más tarde encontrarán enormes dificultades para hacerlo. 7 años y posteriores. Son capaces de diferenciar claramente la palabra y la cosa que significa. Hasta entonces han creído que las palabras formaban parte de las propias cosas. El nivel de competencia lingüística está prácticamente conseguido. Solo hay que continuar perfeccionándolo, corrigiendo los errores de pronunciación o sintácticos y aumentando el vocabulario. Aproximadamente a los siete termina el proceso de mielinización cerebral, y desde este momento hasta la pubertad se va cerrando el desarrollo evolutivo del lenguaje. 10