GUÍA Buenos días. Hoy tenemos que recordar a una persona que fue especial para Don Bosco. Se trata de su madre. Tal día como hoy, un 25 de noviembre de 1856, moría Mamá Margarita. Murió en Valdoco, en la misma casa en la que vivía con su hijo, Juan, y con tantos “hijos” huérfanos que entre los dos estaban sacando adelante. Los últimos años de su vida los habría podido pasar rodeada de sus nietos, en su casa del pueblo. A fin de cuentas, había sacado adelante, ella sola, a tres hijos. Sin embargo, había elegido vivir con su hijo Juan, atendiendo a chavales maleducados y brutos, que la ensuciaban la ropa y la destrozaban su huerta. Había elegido seguir dando a los demás a pesar de que ya “no la tocaba” a ella… Para muchos chavales, había sido mucho más que la madre de Don Bosco, y les había dado algo más que cariño… LECTURA: 15 de noviembre de 1856. Mamá Margarita cae enferma. Una violenta pulmonía, que inmediatamente se manifiesta mortífera para sus 68 años, gastados por el exceso de trabajo. Por un momento, parece que la vida del oratorio se para. ¿Cómo tirar adelante sin ella? Se alternan junto a su lecho los clérigos de Don Bosco, los muchachos mayores. Cuántas veces entraron en la cocina diciendo: - Mamá, ¿me da una manzana? - Mamá, ¿está ya la menestra? - Mamá, no tengo pañuelo. - Mamá, se me han roto los pantalones. El heroísmo de aquella gran mujer, que se está apagando, se ha hecho a base de jirones para remendar, de heno y trigo para segar, de ollas y colada. Pero en medio de aquellas humildes ocupaciones había la fortaleza de no cansarse nunca, la confianza en la Providencia. Pelando patatas y meneando la polenta saltaban las lecciones de fe, el buen sentido práctico, la dulce bondad de la mamá. De ella ha aprendido Don Bosco su sistema educativo. Es el primero que ha sido educado con razón, religión y amabilidad. La Congregación Salesiana fue mecida sobre las rodillas de Mamá Margarita, que ahora se apaga como una candela… No quiere que Juan la vea sufrir, piensa en los demás hasta el último momento. - Sal, Juan… Sufres demasiado al verme así. Reza por mí. Adiós. Expira a las tres de la mañana del 25 de noviembre. José, el hermano de Don Bosco, va a su habitación , y se echan los brazos al cuello llorando. Dos horas más tarde, llama Don Bosco a José Buzzetti. Es el amigo de los momentos más amargos, el único ante quien no tiene vergüenza de que le vean llorar. Va a celebrar misa por su madre en la cripta del Santuario de la Consolata. Se arrodillan, después, ante la imagen de la Virgen, y solloza Don Bosco: “Ahora mis hijos y yo nos quedamos sin madre en la tierra. Quédate a nuestro lado, haznos tú de madre”. PIENSA UN MINUTO, ANTES DE EMPEZAR EL DÍA Margarita, mamá Margarita, fue una persona capaz de preocuparse siempre por los demás. Te invito, en este minuto, a recordar a todas las personas que se preocupan por ti, que te cuidan, que te ayudan en la vida… Y te invito también a ver si tú das algo a los demás, si te preocupas por ellos… Esa es la lección de la madre de Don Bosco. DIÁLOGO Padre, ayúdanos a ser generosos en las cosas de cada día (Todos) QUE SEPAMOS DAR A LOS QUE NOS RODEAN AQUELLO QUE PODEMOS DAR QUE SEPAMOS RECIBIR LOS REGALOS QUE NOS DAN LOS QUE NOS QUIEREN. QUE ENTRE TODOS FORMEMOS UNA FAMILIA BASADA EN LA GENEROSIDAD Y EL CARIÑO. Te lo pedimos con la oración de tu Hijo Jesús: (Todos): PADRE NUESTRO… GUÍA Buenos días. Hoy tenemos que recordar a una persona que fue especial para Don Bosco. Se trata de su madre. Tal día como hoy, un 25 de noviembre de 1856, moría Mamá Margarita. Murió en Valdoco, en la misma casa en la que vivía con su hijo, Juan, y con tantos “hijos” huérfanos que entre los dos estaban sacando adelante. Los últimos años de su vida los habría podido pasar rodeada de sus nietos, en su casa del pueblo. A fin de cuentas, había sacado adelante, ella sola, a tres hijos. Sin embargo, había elegido vivir con su hijo Juan, atendiendo a chavales maleducados y brutos, que la ensuciaban la ropa y la destrozaban su huerta. Había elegido seguir dando a los demás a pesar de que ya “no la tocaba” a ella… Para muchos chavales, había sido mucho más que la madre de Don Bosco, y les había dado algo más que cariño… LECTURA: 15 de noviembre de 1856. Mamá Margarita cae enferma. Una violenta pulmonía, que inmediatamente se manifiesta mortífera para sus 68 años, gastados por el exceso de trabajo. Por un momento, parece que la vida del oratorio se para. ¿Cómo tirar adelante sin ella? Se alternan junto a su lecho los clérigos de Don Bosco, los muchachos mayores. Cuántas veces entraron en la cocina diciendo: - Mamá, ¿me da una manzana? - Mamá, ¿está ya la menestra? - Mamá, no tengo pañuelo. - Mamá, se me han roto los pantalones. El heroísmo de aquella gran mujer, que se está apagando, se ha hecho a base de jirones para remendar, de heno y trigo para segar, de ollas y colada. Pero en medio de aquellas humildes ocupaciones había la fortaleza de no cansarse nunca, la confianza en la Providencia. Pelando patatas y meneando la polenta saltaban las lecciones de fe, el buen sentido práctico, la dulce bondad de la mamá. De ella ha aprendido Don Bosco su sistema educativo. Es el primero que ha sido educado con razón, religión y amabilidad. La Congregación Salesiana fue mecida sobre las rodillas de Mamá Margarita, que ahora se apaga como una candela… No quiere que Juan la vea sufrir, piensa en los demás hasta el último momento. - Sal, Juan… Sufres demasiado al verme así. Reza por mí. Adiós. Expira a las tres de la mañana del 25 de noviembre. José, el hermano de Don Bosco, va a su habitación , y se echan los brazos al cuello llorando. Dos horas más tarde, llama Don Bosco a José Buzzetti. Es el amigo de los momentos más amargos, el único ante quien no tiene vergüenza de que le vean llorar. Va a celebrar misa por su madre en la cripta del Santuario de la Consolata. Se arrodillan, después, ante la imagen de la Virgen, y solloza Don Bosco: “Ahora mis hijos y yo nos quedamos sin madre en la tierra. Quédate a nuestro lado, haznos tú de madre”. PIENSA UN MINUTO, ANTES DE EMPEZAR EL DÍA Margarita, mamá Margarita, fue una persona capaz de preocuparse siempre por los demás. Te invito, en este minuto, a recordar a todas las personas que se preocupan por ti, que te cuidan, que te ayudan en la vida… Y te invito también a ver si tú das algo a los demás, si te preocupas por ellos… Esa es la lección de la madre de Don Bosco. DIÁLOGO Padre, ayúdanos a ser generosos en las cosas de cada día (Todos) QUE SEPAMOS DAR A LOS QUE NOS RODEAN AQUELLO QUE PODEMOS DAR QUE SEPAMOS RECIBIR LOS REGALOS QUE NOS DAN LOS QUE NOS QUIEREN. QUE ENTRE TODOS FORMEMOS UNA FAMILIA BASADA EN LA GENEROSIDAD Y EL CARIÑO. Te lo pedimos con la oración de tu Hijo Jesús: (Todos): PADRE NUESTRO…