EL ASESINATO DE FRAY GUILLEM ESCOLÁ EN LA MORELLA DEL SIGLO XIV: UN CASO ABIERTO José Manuel de Antonio Otal. Arqueólogo. VESTIGIS C.B. Estudios y difusión del patrimonio cultural. C/San Julián, 8. Morella (Castellón) Resumen Un caso de asesinato que ocurrió en Morella en el año 1353 y una excavación arqueológica realizada en el año 2000 en esa misma ciudad, dos hechos cuya única relación aparente es haber ocurrido en el mismo lugar. En esta comunicación presentamos una sucesión de acontecimientos, que empiezan con el propio asesinato y terminan en verano de 2001, que desmentirán esa primera impresión. Como se verá tras esta exposición ambos hechos, el asesinato y la excavación, se complementan de manera perfecta. Ambos forman parte del conjunto de piezas de un rompecabezas incompleto: el caso del asesinato de Fray Guillem Escolà. Según documentos reales de la época del asesinato, el caso permanecía abierto varios años después de cometerse el delito, puesto que, pese a conocerse la identidad del asesino, resultaba imposible su detención. Tampoco hay constancia documental, en décadas posteriores, de enjuiciamiento, sentencia o resolución relacionada con el caso. Será en agosto de 2000 cuando, sin ser conscientes de ello en un primer momento, exhumamos el cuerpo de un delito. Seiscientos años después el caso del asesinato de Fray Guillem Escolà seguía abierto. Abstract A murder that happened at Morella in 1353 and an archaeological excavation carried out in 2000 at that same village, two events whose only connection seems to be that they happened in the same place. In this notice we want to show the sequence of happenings, that starts with the same murder and finishes at summer of 2001, which will deny the first impression. Along our explanation, we will try to prove that both events are jointed. They are part of the pieces of an incomplete puzzle: the murder of Fray Guillem Escolà. As the Aragon Crown papers says (at the time of the murder), several years after, the affair remains open, because, even the identity and the whereabouts of the criminal were known, it was impossible to put him in jail. Neither is possible to prove that he had been sued o sentenced, some decades later. It was in august 2000 when, being not conscious about it at first, we took out the body of a murdered. After sixhundred years the affair of the murder of Fray Guillem Escolà remains still open. 153 EL ASESINATO DE FRAY GUILLEM ESCOLÁ EN LA MORELLA DEL SIGLO XIV: UN CASO ABIERTO Introducción El día del asesinato La idea de presentar esta breve y sencilla comunicación es fruto de varias circunstancias. En primer lugar, después de un tiempo sin ocuparme del tema, creo que ya es hora de publicar los datos sobre esta modesta investigación arqueológica e histórica. Las características singulares del caso que nos ocupa me han provocado cierta incertidumbre e inseguridad a la hora de presentar este trabajo. En todo proyecto científico se ha de valorar la innovación metodológica, el tratamiento de los datos y su interpretación, y llegar a una serie de conclusiones que supongan una aportación a la disciplina estudiada. En este caso, todos esos aspectos se han quedado a un nivel muy básico, ya que lo determinante ha sido el azar. No obstante, tras conocer que se iba a celebrar este congreso en Morella, me pareció que era la ocasión y el sitio para fijar esta curiosa historia al papel. La idea cuajó sentados alrededor de una mesa, en compañía de Elisa García, Manolo Polo y Xesco Duarte, cuando empezaba a materializarse la organización del congreso. La exposición es deliberadamente breve, puesto que se trata únicamente de exponer una serie de hechos que están relacionados y concuerdan entre sí de una manera sencilla y limpia. El estudio antropológico de los restos de Fray Guillem ha sido la clave que ha relacionado el resto de la información y, pese a no tratarse de un estudio del nivel de los que aquí se presentan, es totalmente cierto su interés cualitativo dentro de esta especial historia. El día 27 de abril de 1353, sábado, tras haber obtenido el permiso del padre guardián, salían del Convento de San Francisco de Morella dos frailes diáconos. Se dirigían a la Ermita de Santa Lucía (a unos 500 mts. del Portal de San Miguel). El nombre de uno de ellos era Fray Guillem Escolà, del otro se ignora. Unos minutos después salió de la ciudad otra persona, con la clara intención de dar alcance a los dos frailes. Se trataba de Domingo Prunyonosa, maestro de obras en el convento franciscano y en la Iglesia Arciprestal de Morella (en construcción en esos momentos). El encuentro se produjo a las puertas de la ermita, aunque en seguida los franciscanos, asustados por la furia de su perseguidor, entraron en el edificio, pensando que en el recinto sacro no se atrevería a dañarles. Les siguió Prunyonosa, quien súbitamente propinó una puñalada en el pecho a Fray Guillem, causándole la muerte de inmediato. El asesino se apresuró a refugiarse en la iglesia arciprestal, donde le asistía el derecho de asilo, siendo imposible que una autoridad civil pudiera detenerlo sin autorización eclesiástica. Además, continuó desempeñando su cargo de maestro de obras, de manera que, éstas no se vieron afectadas por la criminalidad de su responsable. Foto 1. Bajada desde las torres de Sant Miquel a la ermita de Santa Lucía (foto propia). 154 José Manuel de Antonio Otal Esta situación se mantuvo durante casi tres años, durante los cuales fueron constantes las quejas de familiares de Fray Guillem y de los franciscanos de Morella. Es así como el propio rey de la Corona de Aragón ordena varias veces a la Justicia de Morella que acabe con el caso, utilizando cada vez un tono más enérgico en sus misivas. Finalmente, tras todo ese tiempo, parece ser que el asesino fue apresado, pero no existen documentos que acrediten que el proceso se instruyera y se dictara sentencia. Foto 2. Vista aérea del Convento de San Francesc de Morella (Generalitat Valenciana). La excavación arqueológica Durante el estudio arqueológico realizado, en agosto de 2000, en la ermita de santa Lucía se produjo un hallazgo totalmente inesperado. El objetivo del estudio era ampliar el conocimiento de la historia del edificio, a la vez que comprobar estabilidad de sus cimentaciones y el estado de los pavimentos. Por supuesto, no descartamos la aparición de restos humanos en santa sepultura dada la naturaleza del lugar. En cualquier caso, los motivos de la intervención arqueológica derivaban de un proyecto de conservación del edificio. En concreto, la cata en la aparecería un individuo inhumado la realizamos a causa de la colocación de unos puntales para apear los arcos de la nave. Plano 1. Situación de la inhumación respecto a la planta de la ermita. Se trata de una disposición atípica respecto a los ejes del edificio. Plano 2. Sección longitudinal con la situación de la fosa, excavada en el sustrato geológico de arcillas compactas. Foto 3. Vista aérea de la Iglesia Arciprestal de Morella (Generalitat Valenciana). 155 EL ASESINATO DE FRAY GUILLEM ESCOLÁ EN LA MORELLA DEL SIGLO XIV: UN CASO ABIERTO En un lugar donde se apreciaba una reparación del pavimento original, provocada por un fallo en el terreno de base, se planteó excavar para detectar la causa de la falta de consistencia. Se pudo apreciar que en una parte de la cata aparecía terreno natural muy compacto, mientras en la otra mitad formaba una especie de zanja con un relleno suelto. Al excavar esta última mitad comprobamos que se trataba de un enterramiento primario e individual; en posición de decúbito supino, con las piernas estiradas y los brazos cruzados sobre el abdomen. La cabeza estaba ladeada hacia su izquierda. Presenta, pues, el esqueleto totalmente articulado, a excepción de las falanges de manos y pies, lo cual induce a pensar que permaneció colmatado por el relleno suelto y, tras la descomposición de los tejidos y tendones, estos huesos pequeños se desplazarían. Plano 3. Planta de la inhumación. La fosa tiene unos ejes máximos de 173x52 cms. Fotos 4, 5, 6, y 7. Secuencia de imágenes del proceso de exhumación. El individuo exhumado portaba asido a la cintura un artilugio de hierro bastante parecido a un cilicio, con una placa en forma de escudo, también de hierro, que colgaría sobre los genitales en señal de castidad. Se han encontrado dos piezas en forma de doble gancho y una hebilla que cuadran en el esquema del cilicio. Existen dos hallazgos bastante llamativos: un cuchillo, encontrado sobre el coxal izquierdo, y la mitad de un 156 compás de albañil o picapedrero, alojada en la parte baja del tórax (izquierda), a escasos centímetros del anterior. También se han recogido muestras de restos de tejido, cuatro botones de cuero con enganche de cobre, y una moneda de bronce en una bolsita de cuero. José Manuel de Antonio Otal Foto 10. Conjunto de objetos que acompañaban el cadáver del individuo exhumado. Finalizamos los trabajos en el edificio, quedando el hallazgo de la inhumación como algo casi anecdótico, cuya explicación parecía fuera de nuestro alcance. No obstante, cuanto más revisábamos los objetos rescatados y las características de la inhumación, más nos convencíamos que tenían algo que desvelarnos. El individuo Por más que se midieran, se dibujaran y se analizaran, los objetos del ajuar ya no daban más de sí. Generalmente, en exhumaciones arqueológicas, es el ajuar funerario lo que ayuda a caracterizar al individuo al que acompaña. La tipología de la tumba y la identificación de un ritual funerario, cosas de las que carecimos, son los otros aspectos que pueden servir para encuadrar un hallazgo como este. En cambio, en nuestro caso, parecía que sólo averiguando algo sobre el individuo iba a ser posible explicar porque fue enterrado de forma tan atípica y acompañado de semejantes objetos. Para ello nos pusimos en contacto con Matías Calvo, quien inmediatamente se ofreció a realizar un estudio antropométrico y paleopatológico preliminar de los restos humanos. A continuación se esbozan los resultados: Fotos 8 y 9. Detalle del cilicio rodeando la cintura. Antes y después de extraer el coxal derecho del individuo. En la foto 8 se observa la hoja del cuchillo sobre el coxal izquierdo. Se trataba de un individuo de sexo masculino, con edad comprendida entre los 20 y 25 años, y una estatura de 167 cms. 157 EL ASESINATO DE FRAY GUILLEM ESCOLÁ EN LA MORELLA DEL SIGLO XIV: UN CASO ABIERTO -Tipología craneal: dolicocráneo. Gran prognatismo subnasal. Lesión perimortem o postmortem en el parietal izquierdo. -Insecciones musculares marcadas en los huesos de extremidades anteriores y posteriores. Huesos largos robustos. -Platimeria en los dedos de los pies. -Diversas patologías: rodete osteofítico alrededor de los cóndilos femorales y mesetas tibiales; lesión por objeto punzante regenerada en la pala iliaca de coxal izquierdo; artritis en grado 2, según stewart, en vértebras lumbares, con dos nódulos de Schmorl (hernias intradiscales); osteocondroma en la tibia derecha causado por un tumor benigno. -Dentición en mal estado, con varias pérdidas antemortem, abcesos en maxilar y mandíbula, periodontitis y sarro en grado medio, y caries generalizada. El estudio nos da el perfil de un hombre de mediana estatura, de aspecto robusto y rostro “simiesco”. Realizaría trabajos pesados y esfuerzos continuados, entre ellos largas caminatas y carga de peso. El desgaste es excesivo para la edad, así como ciertas patologías que indican una mala alimentación. La dentición también revela estas carencias, y las infecciones bucales que presenta le podían haber llegado a causar la muerte. Pero, ¿de qué nos servía todo esto sino sabíamos por qué fue enterrado allí acompañado de un cinturón de hierro? Nosotros seguíamos igual de desconcertados que antes, no sabíamos aún que el resultado del estudio de los restos humanos iba a ser determinante para identificar al individuo. El careo Tras conocer un solo dato del estudio antropológico, Josep Alanyà debió tener una corazonada, porque me urgió a reunirnos lo antes posible. Según me comentó por teléfono, si el individuo hubiera sido femenino no habría hecho falta la visita, pero tratándose de un hombre no podíamos esperar. Josep Alanyà estaba 158 Foto 12, 13 y 14. Vistas del cráneo de Fray Guillem Escolà. José Manuel de Antonio Otal firmemente convencido de algo y estaba dispuesto a venir desde Barcelona a Vinaròs en el primer medio de locomoción que encontrara. En esa reunión tuve mi primera noticia a cerca del artículo que había escrito sobre el asesinato de Fray Guillem. Antes, me dejó claro que el artilugio que teníamos delante no era un cinturón de castidad, sino un cilicio, utilizado por algunos religiosos en sus penitencias. No hubo ningún rasgo de la ficha realizada por Matías Calvo que contradijera el perfil de un diácono franciscano de mediados del siglo XIV. ALANYÀ I ROIG, J. (1995): “Assassinat sacríleg d’un menoret a l’església de Santa Llúcia de Morella: Un Casus Iuris Asyli a la baixa Edat Mitjana (continuació)”, boletín de la Asociación de Amigos de Morella y Comarca, vol. XIV. Morella, Castellón. DE ANTONIO OTAL, J.M. (2001): Informe técnico. Sondeos arqueológicos en el interior de la ermita de Santa Lucía, Morella (Castellón). Inédito. Consulta en Dirección General de Patrimonio, Conselleria de Cultura Valencia. La ordenación de Fray Guillem debía estar a punto, por tanto debía tener 21 o 22 años. La penitencia podía tener relación con la ordenación. El perfil físico y el desgaste excesivo para la edad están plenamente justificados. Los franciscanos trabajaban incansablemente en las obras de su propio convento, y recorrían largas distancias asistiendo a los fieles de las aldeas. La moneda era el símbolo de la limosna, todo franciscano debía llevarla para no faltar a esa obligación. Pero no sólo se trataba del cuerpo del delito, también habían aparecido las armas homicidas en el propio cuerpo: el puñal en la región lumbar y el compás cerca del corazón. No sabemos si finalmente Prunyonosa fue sentenciado. Los documentos escritos que lo puedan aclarar no se conocen. Pero existe un documento arqueológico que demuestra que difícilmente se le pudo condenar por asesinar a Fray Guillem si su cadáver estuvo oculto, junto a las armas homicidas, hasta el año 2000. Ante la aparición de nuevas pruebas tan relevantes sería correcto afirmar que el caso del asesinato de Fray Guillem Escolà sigue abierto. Bibliografía ALANYÀ I ROIG, J. (1993): “Assassinat sacríleg d’un menoret a l’església de Santa Llúcia de Morella: Un Casus Iuris Asyli a la baixa Edat Mitjana”, boletín de la Asociación de Amigos de Morella y Comarca, vol. XIII. Morella, Castellón. 159