Artículo Nro. 17, Desigualdad social y pobreza

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Desigualdad social y pobreza.
En muchas oportunidades las personas tienden a confundir estos términos,
otorgándoles un significado común, pero la desigualdad no es lo mismo que
pobreza.
La pobreza es la condición en la cual una persona o grupo familiar no tiene la
capacidad de cubrir mediante sus ingresos las necesidades básicas, tales como
alimentación, vestuario, vivienda, educación, salud entre otras. Se desprende de
esta definición que la pobreza es un estado de carencia.
Surge inmediatamente una interrogante, cómo y quién determina cuáles son las
necesidades básicas que una familia debiera cubrir, en Chile el Gobierno determina
una serie de bienes y servicios básicos que son fundamentales para el grupo
familiar, a éstos se le denomina canasta familiar, la cual adquiere un valor para su
medición.
Se considera que una familia es pobre cuando su ingreso per cápita, es decir el
ingreso total de la familia dividido por el número de integrantes, es inferior a 2 veces
el valor de esta canasta básica de alimentos, en la zona urbana y 1.75 en los
sectores rurales.
Por lo anterior, se desprende que en nuestro país la pobreza se mide en función del
ingreso de las personas, la cual no es una herramienta de medición moderna. Ya a
fines del siglo XIX, Benjamín Rowntree inicia las mediciones de la pobreza en
función de esta variable y define la pobreza como la incapacidad de una familia de
subsistir con sus ingresos.
Por otra parte la desigualdad se explica desde la lógica materialista, como un
fenómeno social que afecta desde la capacidad de integración de la familia hasta la
calidad de vida de un sector. La desigualdad social tiene directa relación con la
distribución del ingreso, específicamente es la brecha que existe entre el sector de
la población que gana más y los que ganan menos, entendiendo que los productores
de la riqueza de un país es la clase trabajadora, quienes a su vez reciben la menor
parte al momento de distribuir el ingreso de la nación.
Chile durante los últimos años ha realizado enormes esfuerzos tendientes a
disminuir los niveles de pobreza, no obstante a ello en el estudio presentado a fines
del año 2015, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE),
posiciona a Chile a la cabeza de los países más desiguales entre los 34 países
pertenecientes a la Organización, compartiendo esta posición con Turquía y México.
El estudio presentado por la OCDE, plantea que Chile debe ser más inclusivo, ya
que hoy el 10% más rico gana 26.5 veces más que el 10% más pobre de la
población.
Para lograr acortar esta brecha en Chile se deben tomar acciones reales, abolir la
desigualdad de sueldo entre hombres y mujeres, preocuparse de una vez por todas
por la educación, ya que esta es la principal herramienta para el desarrollo de la
nación e invertir en investigación científica, alcanzando una economía más justa, ya
que se trata no solo de tener un crecimiento económico, sino que éste debe ir de la
mano con el desarrollo económico, ya que solo se llega al crecimiento económico
cuando éste se ve reflejado en beneficios para todos los integrantes de la sociedad,
no solo para un sector minoritario.
Pablo Toledo Aceituno/
Administrador Público/ MBA/ Alumno del programa de
Doctorado
en
Administración
de
Empresas/
www.pablotoledoa.cl.
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