Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) IAC NOTICIAS, 1-2002. Pág. 80 Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ROLF KRAUSS Foto: Luis Cuesta (IAC). Efecto especial: Gotzon Cañada. Museo de Prehistoria de Berlín (Alemania) La interpretación astronómica de las Pirámides egipcias sigue siendo objeto de debate. El egiptólogo Rolf Krauss, del Museo de Prehistoria de Berlín (Alemania) -anteriormente del Museo Egipcio-, quien impartió un curso de doctorado en el IAC sobre “Historia de la Astronomía”, conjuntamente con el investigador del IAC Juan Antonio Belmonte, pronunció el pasado 24 de enero la conferencia “Las orientaciones de los canales de la Pirámide de Keops”. En esta charla demostró que tales canales no están orientados con criterios astronómicos, contrariamente a lo propuesto por algunos autores, y que, por tanto, no eran caminos abiertos para que el alma del faraón alcanzara las estrellas. ASTRONOMÍA EGIPCIA El origen del calendario IAC NOTICIAS, 1-2002. Pág. 81 Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ASTRONOMÍA EGIPCIA El origen del calendario ENTREVISTA CON ROLF KRAUSS ¿Qué importancia tuvo la estrella Sirio para la civilización egipcia? “Sirio fue la única estrella utilizada en el calendario de 365 días. La ascensión helíaca de Sirio era el hito astronómico que marcaba el comienzo del año. Como el calendario egipcio sólo tenía 365 días -no había años bisiestos-, la ascensión de Sirio se iba trasladando a lo largo del calendario: ascendía en el mismo día durante cuatro años y luego se trasladaba al día siguiente. A lo largo de los siglos, fue rotando por todas las estaciones y el ciclo se completaba al cabo de 1.461 años egipcios o 1.460 años julianos. El comienzo y el fin de este ciclo queda recogido en los textos del romano Censorinus, según el cual, en el año 139 d.C., con el emperador Antonino, finalizó uno de esos ciclos de 1.460 años y empezó uno nuevo. Evidentemente, la población del Imperio romano quedó impresionada por el acontecimiento, y en Alejandría, por ejemplo, se acuñaron monedas con la imagen del fénix, símbolo entonces del dios solar. Otro autor romano, Tácito, dijo que el fénix vivió 1.460 años. Otro aspecto que vincula a Sirio con la civilización egipcia es que la gente hablaba de la ascensión helíaca de Sirio no sólo en relación con el calendario, sino que lo utilizaban de forma metafórica. Por ejemplo, podía decirse por entonces que una mujer era tan bella como Sirio cuando asciende de forma helíaca. Es decir, Sirio no solamente tenía un papel importante desde el punto de vista técnico para el calendario egipcio, sino que estaba integrada en la cultura popular.” ¿Qué utilidad ha tenido el estudio de la astronomía egipcia en el establecimiento de la cronología? “El estudio de la astronomía egipcia juega un papel importante en el establecimiento de la cronología. Sin embargo, el punto de partida ha sido la sincronía entre la historia mesopotámica y la egipcia. Las listas de reyes babilónicos y asirios se ha conservado bastante bien hasta el año 1400 a.C. Hay cierta sincronía entre faraones y reyes mesopotámicos; por ejemplo, el famoso faraón Ramsés II tuvo contacto indirecto con un rey babilónico, lo cual nos permite fijar el principio del reinado de Ramsés II en el intervalo desde 1285 hasta 1271 a.C. Es aquí donde entra en juego el estudio de la astronomía egipcia. Por coincidencia, hay una fecha lunar del año 52 de Ramsés II, o sea, un año entre 1233 y 1219 a.C. Mediante cálculos astronómicos, podemos determinar esa fecha lunar en 1228 a.C. y, en consecuencia, el primer año del reinado de Ramsés II en 1279 a.C. Luego hay otro problema: si vamos hacia atrás en el tiempo, hasta el 1800 a.C., no hay ninguna sincronía entre la historia babilónica y la egipcia. Aquí estamos solos en el empeño; “La moderna astronomía nos ayuda sabemos con poca precisión durante cuánto tiempo gobernaron los reyes egipcios, pero tenemos cierta idea y a establecer la cronología egipcia. podemos sumar los mandatos de cada uno de los reyes Lo que necesitamos son fuentes como los conocemos y obtener así una distancia entre Ramsés egipcias con dataciones II y los reyes del llamado Imperio Medio, lo que debe ser un período aproximadamente de unos 600 años antes de astronómicas.” Ramsés II. Es una distancia mínima entre el período de Ramsés II y el Imperio Medio, porque no conocemos todos los reinados con exactitud. Hace 100 años fueron hallados fragmentos de papiro en la escombrera del templo en Ilahun, a unos 60 km al sur de El Cairo. Se encontró un fragmento que decía que, en el año 7 del reinado de Sesostris III, Sirio ascendió helíacamente entre los días 226 y 228 del calendario de 365 días. Existen varias incertidumbres en torno al cálculo de la ascensión helíaca de Sirio. Por ejemplo, no sabemos desde qué lugar en Egipto se observaba la ascensión. Podía ser desde el sur, a una latitud de 24º, o en la costa mediterránea, a 32º. La visibilidad de la ascensión helíaca de Sirio varía IAC NOTICIAS, 1-2002. Pág. 82 Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) del norte al sur en torno a un día por grado de latitud, de modo que es preciso saber desde dónde se observaba. En términos cronológicos, esta distancia de unos siete días se traduce en aproximadamente 30 años en la cronología. Hay otros problemas, de modo que esta fecha de la ascensión de Sirio sólo nos indica que ese rey reinó alrededor del año 1850 a.C. + 30 años. Afortunadamente, se encontraron otros papiros en Ilahun que contenían fechas lunares. Juntos reunían 20 dataciones lunares, todas ellas de años de Sesostris III y de su sucesor. Estas fechas permiten el cálculo astronómico, pues ya sabemos en qué período debe buscarse en torno al 1850 a.C. Es decir, es posible calcular las 20 fechas lunares. Según dichos cálculos, el año 7 de Sesostris III coincide con el año 1830 a.C. De este modo, la moderna astronomía nos ayuda a establecer la cronología egipcia. Lo que necesitamos son fuentes egipcias con dataciones astronómicas, sin las cuales la astronomía no puede ayudarnos. De no ser así, siempre nos quedaría la tradición histórica que dice que tal rey reinó durante tantos años y, como mucho, conseguiríamos una cronología mínima. Normalmente, las fuentes no nos dicen que un rey determinado murió el año tal de su reinado.” ¿Podemos determinar con precisión el origen exacto de nuestro calendario de 365 días? “Podemos fijar aproximadamente el año 2740 como el comienzo del calendario civil. La base de la conclusión es que en el año 1830 a.C. Sirio ascendió helíacamente el día 228 y que la ascensión avanzaba un día cada cuatro años. Una estela con los anales de las primeras dinastías hace menciones del calendario de 365 días. Hay fragmentos mayores de la piedra en El Cairo y en Palermo. La piedra de Palermo nos muestra que, al menos en torno al 2500 a.C., se utilizaba ya el calendario de 365 días porque, casualmente, este fragmento recoge la muerte de un rey y la ascensión al trono de su sucesor. La inscripción dice cuánto tiempo el rey muerto vivió en su último año de reinado, digamos 5 meses y 15 días, ya que el siguiente rey reinó en su año de ascensión al trono el resto del tiempo hasta completar los 365 días. Así que es evidente que este calendario se aplicaba ya en aquella época.” ¿Tuvo algo que ver la astronomía con la orientación de las construcciones egipcias? “En general, la astronomía no tiene relación alguna con la construcción de los edificios egipcios. Hay algunas excepciones a la regla. Por ejemplo, en el caso de las pirámides de la IV y V dinastías es evidente la orientación de las pirámides al norte, algo que sólo es posible si se tiene en cuenta la astronomía. La orientación de las pirámides se ha estudiado desde el siglo XIX, pero los métodos utilizados no han dado buen resultado o, de funcionar, habría que admitir que probablemente los egipcios no habrían sido capaces de utilizar el método propuesto. Sin embargo, desde hace pocos años se ha presentado la sugerencia de que utilizaron un par de estrellas circumpolares cuando se encontraban en tránsito simultáneo. Esta idea ha sido desarrollada por Juan Antonio Belmonte, del IAC, y sugiere que el tránsito simultáneo de dos estrellas del carro de la Osa Mayor señalaba directamente al polo en torno al siglo XXVI a.C. y antes, debido a la precesión, señalaba al oeste y luego al este. Lo curioso es que las pirámides de la IV dinastía tienen ligeras desviaciones del norte, de acuerdo con el cambio en el dicho tránsito simultáneo. Yo, como egiptólogo, acepto esta explicación sobre todo porque la cronología que resulta de ella es la que yo prefiero como arqueólogo. Había otras sugerencias que implicaban una cronología más tardía para las pirámides, según la cual las pirámides se habrían construido cien años más tarde de lo que creen los arqueólogos. Sería muy difícil explicar esos cien años de Piedra de Palermo (V Dinastía). Imagen: J.A. Belmonte. IAC NOTICIAS, 1-2002. Pág. 83 Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ASTRONOMÍA EGIPCIA El origen del calendario ENTREVISTA CON ROLF KRAUSS diferencia, así que me quedo con la explicación de Belmonte, porque de su propuesta se deduce una cronología que a mí, como arqueólogo, me encaja perfectamente.” ¿Con qué fuentes de información contamos para el estudio de la astronomía egipcia? “Las fuentes más antiguas son los textos de las pirámides que fueron escritos en las paredes de la cámara funeraria del rey Unas, en torno al año 2300 a.C. Esta práctica se mantuvo los siguientes 250 años, hasta la época en que dejaron de construirse pirámides por motivos de inestabilidad política en Egipto. Posteriormente, estos textos aparecieron en los sarcófagos. Más tarde aún, en torno al 1500 a.C., y después, estos textos aparecieron en el Libro de los Muertos. Son textos donde se habla de la Luna, del canal sinuoso que yo explico como el cinturón de la eclíptica, etc. Con frecuencia se habla también del rey deificado, transfigurado, que asciende al cielo y aparece en la forma de una estrella y al que se atribuyen determinadas acciones. Además hay otras fuentes astronómicas, sobre todo numerosas listas de los decanos, o sea, grupos de estrellas, o estrellas individuales, cuyas salidas marcaban las sucesivas horas nocturnas.” ¿Hasta qué punto hubo creencias astrológicas en Egipto? Textos de las Pirámides. Tumba de Pepi I (VI Dinatía) Imagen: J.A. Belmonte “Las primeras indicaciones de la existencia de creencias astrológicas en Egipto procede de la época del faraón Meneptah, que reinó poco antes del año 1200 a.C. Hubo una guerra entre Egipto y Libia. Los libios habían atacado a los egipcios y éstos ganaron la guerra, tras la cual se grabaron inscripciones en roca que contaban lo acontecido en la batalla. En ella aparece una línea donde se habla de "los que observan sus estrellas", y han previsto que Egipto no perderá esta guerra. Es una referencia clara a la astrología. En mi charla analizaba un calendario del siglo XIII a.C., en el cual cada día del año ha sido clasificado como bueno o malo. Por ejemplo leemos: "El día 164 no dejes tu casa por la mañana porque es cuando el dios Set aparece en la proa de la barca del dios del Sol y lucha con el demonio Apofis. Sabemos que el dios Set se corresponde con el planeta Mercurio, lo que se conoce de los textos de los sarcófagos desde el 2000 a.C. Además, el dios Horus que también aparece en el calendario, es una forma del IAC NOTICIAS, 1-2002. Pág. 84 Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) planeta Venus. Yo me pregunté: ¿por qué no hacemos corresponder dioses con planetas? Y, ciertamente, el calendario parece ser del año 1297-96 a.C. y nos dice, por ejemplo, cómo se vio Venus, la estrella vespertina, la primera vez en el año en el día 169 y cómo, siete meses después, el ojo del Horus Mayor, o sea el planeta Venus, se llenó por completo (el máximo brillo), y más ejemplos de este tipo. En este caso, existe una explicación astrológica: cuando el planeta Venus o Mercurio haga esto o lo otro, así tendrás un buen o un mal día. Ésa es la astrología egipcia que, quizá con los siglos, se fue perdiendo. Sea como fuere, desde el año 600 a.C., los egipcios estuvieron bajo la influencia de los babilonios, adoptando su astrología, de modo que Egipto fue una mezcla de la astrología babilónica y la helenista.” ¿Tiene el actual conocimiento de la historia de Egipto alguna aplicación o uso en la astronomía moderna? “Yo diría que no. El estudio de la astronomía egipcia no sirve de ayuda a la astronomía actual, es más bien al revés. Tenemos las fuentes y luego utilizamos las posibilidades de cálculo de la astronomía moderna para estudiarlas si es que tienen algún interés astronómico. Si los egipcios hubiesen registrado eclipses de Sol, podría servir de ayuda para la astronomía, pero no existen tales registros. Los egiptólogos necesitan la base de la astronomía moderna y sería interesante que los astrónomos vieran que, si se aplica la astronomía moderna al calendario lunar o a las fechas de ascensión helíaca de Sirio, el sistema funciona.” “La piedra de Palermo nos muestra que, al menos en torno al 2500 a.C., se utilizaba ya el calendario de 365 días porque, casualmente, este fragmento recoge la muerte de un rey y la ascensión al trono de su sucesor.” ¿Qué piensa de la divulgación de la astronomía egipcia y sus interpretaciones esotéricas? “Yo diría que no se puede evitar. Mucha gente piensa de forma irracional y tiene tendencias esotéricas; es algo que no podemos cambiar. Tenemos que vivir con el esoterismo y no sirve de nada decir que estas cosas no tienen ninguna razón de ser.” ¿Cómo nació en usted la pasión por Egipto? “Tengo que decir que no siento ninguna fascinación por la civilización egipcia. Soy egiptólogo porque quería investigar la relación entre el antiguo Egipto y el Israel bíblico. Tenía dos posibilidades: estudiar el Viejo Testamento o estudiar Egiptología. Como no soy un hombre religioso, descarté la primera posibilidad, así que me hice egiptólogo. Hace tan sólo un par de meses publiqué un libro en alemán sobre Moisés, el mismo libro había aparecido un año antes en francés. Es un libro muy crítico, en el que sostengo que la mayor parte de lo que dice el Viejo Testamento son fantasías, no tiene nada que ver con la verdadera historia y, probablemente, no será bien recibido en países tan católicos como España, por ejemplo.” Museos extranjeros como los grandes museos británicos, franceses o alemanes han llevado a cabo una labor fundamental para la arqueología egipcia a lo largo de los siglos. ¿Se conocería la historia de Egipto como la conocemos hoy si no fuera porque museos europeos como el de Berlín han hecho algo más que organizar exposiciones? “Evidentemente, si los museos europeos se hubiesen conformado con hacer exposiciones y no hubieran ido a Egipto a excavar, conoceríamos mucho menos. El Museo de Berlín ha realizado importantes excavaciones, por ejemplo, en Amarna, la capital de Akhenaton y Nefertiti. El Museo Británico ha hecho también excavaciones muy importantes y sigue haciéndolas. El Louvre no realiza este tipo de trabajos, que son labor de otras instituciones francesas. Pero, en general, fue bueno que los museos no se limitasen a exponer lo que tenían sino que organizasen excavaciones en lugares como Egipto.” CARMEN DEL PUERTO Y BEGOÑA LÓPEZ BETANCOR (IAC) IAC NOTICIAS, 1-2002. Pág. 85