03-27 Santisima Trinidad

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03-27 Domingo de la SS. Trinidad – C
Prov.8.22-31 // Rm.5.1-5 // Jn.16.12-15
Grande fue la sorpresa de los colonizadores ingleses del siglo XVIII, cuando poco a poco iban
conociendo la cultura, filosofía y religión de su nueva colonia, la India. Pues descubrieron que allí la religión del Hinduismo parecía creer en la Trinidad (llamada ‘Tri-murti’) de tres Dioses en Uno, igual como
su propia fe Cristiana. Entonces, ¿dónde está lo distintivo de nuestra fe Bíblica? Esa Trinidad Hindú se
compone de tres dioses: Brahma, el creador, - Vishnu, el mantenedor, - y Shiva, el destructor.
Tres Dioses no es Trinidad
Pero después, cuando se iba conociendo mejor aquella fe Hindú, se descubrió dos cosas: (1) que
esta forma de expresar su fe no era muy común entre los mismos Hindúes, sino parece más bien haber
sido cultivada por Hindúes educados para presentarse comparables con la fe ‘superior’ de sus colonizadores Occidentales. - (2) En segundo lugar: lo que los sabios Hindúes realmente enseñan es ó el ‘triteísmo’, es decir: que en realidad se trata de tres dioses individuales, sin unión esencial entre ellos, - ó lo
que ellos enseñan equivale a una herejía, conocida también en nuestra propia historia Cristiana: el
‘modalismo’. Esa doctrina enseña que hay una sola Persona divina en sí, pero ésta se pone tres ‘caras’ o
‘máscaras’ hacia fuera, según sus tres ‘modos’ de actuar. Cuando crea, se presenta como Padre, - cuando salva, como Hijo, - y cuando diviniza, como Espíritu. Así coincide casi con el hinduismo, cuando pinta
o esculpe a ‘Tri-murti’: a quien suelen presentar con una sola cabeza, pero con tres caras. –
El Largo Camino de la Revelación Trinitaria
Para nosotros, los Cristianos, el camino de la revelación de este Misterio Trinitario ha sido un
camino largo y gradual. Bien es verdad que ya en la primera página de la Biblia Dios mismo habla misteriosamente en plural: “Hagamos al hombre a imagen nuestra” (Gn.1.26): como si hubiera pluralidad
de Personas en Dios. Y ya en tiempo de Isaías, Dios se pregunta: “¿Quién irá de parte nuestra?” (Is.6.8).
Con todo, durante los siglos del A.T. la atención de Dios tuvo que concentrarse más bien en luchar con
Israel para que aceptara al menos que Él es uno solo, y fuera de Él no hay otros dioses. Pero nunca les
reveló su aspecto Trinitario. Aún así, por Providencia misteriosa de Dios, el proceso estaba en camino, y
el texto del A.T. que más se le acerca, es la 1ª lectura de hoy: Proverbios 8.22-31. –
Aún en el N.T. es difícil encontrar pasajes claros sobre la Trinidad. Por un lado está lo que Jesús
dijo en su Ascensión: que bautizáramos “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt.28.
19). Pero esto parece al ‘tri-teismo’ de los Hindúes: pues confiesa tres Personas divinas, pero no dice
nada de su unión esencial entre sí. – Lo que, sí, hallamos en el N.T. es, por un lado, la clara fe en que hay
un solo Dios (como ya en todo el A.T.), - y, por otro lado, varios textos que expresan la divinidad de Jesús
(como Jn.1.1; 20.28; Rm.9.5; Fil.2.6; etc.). Pero también hay algunos que presuponen la Persona divina
del Espíritu Santo: en especial Hch.5.3-4, donde Pedro dice a unos que trataban de engañarle: que
Satanás los hacía “mentir al Espíritu Santo”, y: “No has mentido a los hombres, sino a Dios”. Ahora, se
‘miente’ sólo a una persona, no a una cosa. Por tanto, mentir al Espíritu Santo es mentir a una Persona
que es Dios. – Conclusión: la Escritura enseña dos cosas: (1) ya en el A.T. que el verdadero Dios es uno
sólo: no hay Dios fuera de Él (p.ej. Is.45.20-25); - (2) en el N.T. que hay Tres Personas que realmente son
divinas. - Fue durante los primeros 350 años de la Iglesia que las controversias y los Concilios lograron
formular de modo más integrado este Misterio de real unidad y real pluralidad: Uno y Trino. –
“La Hija Predilecta de Dios” (Prov.8.22-31)
Hay varios textos en los Libros Sapienciales del A.T. que presagian misteriosamente la divinidad
de ‘Dama Sabiduría’1: personaje simbólico que ‘acompaña’ al Dios eterno, como p.ej. en Sab.7.22-8.1.
1
El A.T, llama “Dama Sabiduría” a la Persona divina que Jn.1.1 llamará “el Logos”, porque se encarnó como varón.
Dicho pasaje enumera sus rasgos cuasi-divinos en 3x7 cualidades (v.22-28), y luego otras siete más (7.27
-8.1). En esta luz hemos de leer aún ahora la 1ª lectura de hoy. - Los primeros teólogos de la Iglesia, San
Justino (100-160), San Ireneo (130-200) y Tertuliano (160-225), han encontrado en este pasaje (1) la distinción entre la Palabra (el ‘Logos’: vea Jn.1.1) y el Padre, - (2) y también su superioridad divina por encima de todas las creaturas, - como San Pablo, inspirado por este texto, enseña en Col.1.15-172.
Vv.22-31 consta de tres partes. 1/ La primera es vv.22-26 que presenta a Dama Sabiduría en su
pre-existencia, es decir: existe desde toda la eternidad, aún antes de la creación del mundo. - El v.22 ha
causado mucha polémica en la historia, porque solía traducirse como: “El Señor me creó”. Y se decía: “Si
es creatura, no puede ser Dios: lo uno excluye lo otro”. De ahí la herejía de Arrio (270-336): que decía
que Cristo es la primera y más perfecta criatura de Dios, pero, precisamente por esto, no puede ser Dios.
La respuesta a esto fue dada por el Concilio de Nicea (325) que condenó a Arrio y afirmó que el Hijo es
co-igual y, por tanto, co-eterno con el Padre. – Además, la palabra hebrea usada en v.22ª, es ‘qanah’,
que significa ‘adquirir’, sea por compra, herencia, regalo, etc., pero también por ‘engendrar’ o procrear
(como se ve p. ej. en Gn.4.1 y Dt.32.6). Pero para ‘crear’ hay otra palabra especial: ‘bará’ (como p.ej. en
Gn.1.1 y 2.3), que no sale en esta 1ª lectura de hoy. – Luego, Dama Sabiduría no es presentada como
criatura, sino como ‘hija’ de Dios3. Por tanto, la versión tradicional “Dios me creó” en v.22ª, es errónea.
2/ Vv.27-31ª presentan a Dama Sabiduría como acompañante de Dios en su obra creadora. La
interpretación depende en parte del v.30ª, donde las letras hebreas pueden ser leídas como “amman”
que significa “arquitecto, maestro de obra, artista” (como en Ct.7.2). – Pero también pueden ser leídas
como “emmun”, y entonces significa “niño mimado”; ambas traducciones dan buen sentido. – Por fin,
v.31b (y su continuación, los vv.33-36) indican su influencia en nuestras vidas: para hacernos felices. El Espíritu Santo: Comunicador de Jesús
En Jn.16.14-15 Jesús nos presenta la revelación como una ‘cadena’ de trasmisión. Dice que todo
origina en el Padre, y Éste lo confía al Hijo quien, a su vez, lo trasmite al Espíritu, y Éste lo comunica a
nosotros: un proceso en cuatro pasos. - Una cadena semejante vemos en I Jn.1.1-4, donde lo del Padre
pasa al Hijo, llamado ‘la Vida’, el cual lo manifestó a Juan y demás apóstoles (que lo han “visto con sus
ojos y palpado con sus manos”), y éstos lo trasmiten a los fieles. Es una cadena de ‘comunión’ y trasmisión de Vida. Comparando estas dos ‘cadenas’, llama la atención que la primera da como tercer eslabón
al Espíritu Santo, mientras la segunda parece tener en ese lugar los predicadores humanos. Pero éstos,
desde luego, si son predicadores auténticos, son voceros del Espíritu: “No sois vosotros los que habláis,
sino el Espíritu de vuestro Padre que hablará por vosotros” (Mt.10.20).
Pero esta función del Espíritu no consiste en revelarnos nuevos conocimientos, más allá de lo
que ha revelado Jesús que es la misma Palabra del Padre: ¡ni Él puede revelarnos más de lo que ya nos
ha revelado! Esto va contra el Montanismo (herejía del siglo II) y el Mormonismo actual: que enseñan
que después de Jesús puede haber y ha habido nuevas revelaciones y libros infalibles. Esto es imposible:
pues la revelación no consiste meramente en una lista de verdades, sino en abrir para nosotros el
Corazón de Dios e invitarnos a hundirnos cada vez más en su riqueza inagotable. Por esto, más bien el
Espíritu nos ayuda a penetrar cada vez más en el contenido de lo ya revelado, y ver aplicaciones cada
vez nuevas en las situaciones propias de cada época: en este sentido “os guiará a la verdad completa”
(v.13). Su acción en nosotros es: sintonizarnos con la Verdad, darnos su disfrute, vigorizarnos, santificarnos, impulsarnos a la acción, consolarnos, fortalecernos en pruebas, hasta en el martirio (Mc.13.11). 2
Esto va contra los Testigos de Jehová que, para negar la divinidad de Jesús, cambian estos versículos de San
Pablo, añadiéndole cinco veces las palabras “las otras”. P.ej. en Col.1.16 San Pablo escribe: “Mediante él (= Cristo)
fueron creadas todas las cosas en cielo y tierra”. Pero los Testigos escriben: “Por medio de él todas las otras cosas
fueron creadas”, etc., presentando así a Cristo como una (primera) más de las criaturas y, por tanto, no como Dios.
3
Hasta la Biblia de los Testigos evita aquí la palabra ‘creó’ (¡que les habría servido muy bien!) y pone: ‘produjo’.
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