Toda la acción transcurre en una habitación de un

Orfanato en Navidad
Pablo Sparta
Toda la acción transcurre en una habitación de un orfanato. La época no está definida precisamente, sólo
se puede observar que es en el pasado, pues no hay aparatos eléctricos y la ropa es clásica (pollera larga
las chicas, pantalones o pantalones cortos los hombres). Tampoco el país se define en forma explícita.
La habitación es una especie de living que cuenta con un sillón en el centro con una pequeña mesa ratona
frente al mismo, algunos muebles contra la pared trasera, un piano, una puerta a la izquierda (que da a la
calle) y una a la derecha, que es interna.
I
Jorge, el director sentado en el sillón. Está con los anteojos puestos y revisa con atención unos papeles.
Hace su entrada desde la puerta de calle (izquierda) Lidia, su hija, seguida de dos niñas (una de unos 11
años y otra de 7 años), un niño pequeño (6 años) y un chico de unos 12 años (Julio), que es el "jefe "
quién los guía y cuida; él entra último.
Lidia- ¿Papá?. Hola, papá. (Se acerca y lo saluda) Traigo visitas.
Jorge- A ver... acérquense. ¿Quiénes son?
L- Creo que algunos son hermanos y otros primitos.
J- Ah.. . (mirando a los niños ¿Y sus padres?
No hay respuesta. Jorge mira a su hija, quién se encoge de hombros.
J- ¿Por qué vinieron a visitarnos?
Julio- Porque ya hace mucho frío, y no conseguimos para comer... y tenemos hambre.
J- ¡Ah! Muy bien, hablando nos entenderemos mejor. ¿No tienen a nadie que los cuide?
Los niños dicen que no con la cabeza excepto Julio. Mientras hablan, el niño más chiquito se acerca a
Lidia.
Yo -Yo los cuido Yo los cuidaba, pero ahora ya no hay comida. Así que los vengo a traer acá para que los
cuiden
Niño pequeño ¡Tengo hambre, señorita! ¿No tiene un poco de pan?
J- Lidia ¿por qué no los llevas a la cocina y les preparas algo de comer? Mientras charlamos un poco con
Julio.
L- A ver chicos ¿quieren venir conmigo a la cocina?
Alza a uno, toma de la mano a los otros y salen por la puerta de la derecha hacia la cocina.
J- Siéntate un poco, Julio.
Julio se sienta en la otra punta del sillón, al tiempo que Jorge se para con los papeles y los va a acomodar
sobre un mueble que está al fondo, contra la pared Julio, en ese instante, mira el adorno, lo toca, mira
alrededor y -viendo que nadie lo mira- lo oculta entre sus ropas. Vuelve Jorge luego de acomodar los
papeles.
J- En que estábamos... ¡Ah, sí! Quieres dejar a tus amiguitos aquí.. ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?
Ju- Yo ya soy grande, no hace falta que me cuiden. Pero ellos todavía son chicos.
J- Qué lástima... pero no va a poder ser. Los chiquitos se van a tener que ir.
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Ju- ¡¿Cómo que no?! Pero se van a morir en la calle ¡Por favor, señor, déjelos! ¡Yo le voy a traer comida
o lo que consiga!
J- Ése no es el problema. Lo que pasa es que tenemos muchos chicos, y como tenemos pocos ayudantes,
se nos complica cuidar a los más chiquitos...
Ju- Pero ¿no se puede hacer algo? ¿No puedo hacer algo?
J- Y, tendríamos que conseguir alguien que pueda ayudar a cuidarlos, y que no cobre nada, alguien
como...
Ju- ¡Yo! ¡Puedo ser yo! Déjeme, que yo los cuido... ¡y no cobro nada!
J- Pero tendrías que vivir aquí, y respetar las reglas de este lugar y los profesores y demás. ¿Crees que
podrías hacerlo?
Ju- Si ¡lo prometo!
Se besa el dedo índice en señal de juramento.
J- Bueno, en ese caso, estaría arreglado. Tendrías que empezar ahora mismo. Lo primero es comer algo, y
luego ir a la clase de música.
Ju- No, discúlpeme, pero cantar es para las nenas y los bebés. Yo no voy a ir. Ni loco.
J- Pero es una de las reglas, así que lo tendrás que hacer. No hay elección. Es la condición ¿recuerdas?
Ju- Sí... sí. A comer y a la música, entonces. J- Hasta luego, entonces.
Separa y patea el piso con rabia.
J- ¿Te tropezaste?
Ju- Si, si, me tropecé...
Cuando llega al umbral de la puerta de la derecha, habla Jorge.
J- ¡Julio! Casi me olvidaba. Que bueno que tomaste el adorno que había aquí sobre la mesa y lo
envolviste tan bien con tus ropas, porque estaba pensando -ya que eres cuidador- que me lo cuides para
que no se rompa. ¿Podrías cuidarlo por mí?
Ju- Eh... yo... s-si, si, don Jorge.. . no se preocupe...
Julio sale hacia la cocina desconcertado. Don Jorge se sonríe.
J- Señor ¡qué hagas una obra hermosa en estos corazoncitos! Y especialmente en Julio.
Toma de nuevo los papeles. Entra Santiago por la puerta interna.
Santiago- ¡Hola. Don Jorge!
J- Hola, queridoS- mira su cara de preocupación.
S- Casi no queda comida ¿no? Yo vengo de la despensa y no hay mucho... No creo que nos alcance hasta
la noche de Navidad.
J- Es verdad. Según mis cálculos llegaríamos hasta el mediodía del 24.
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S- Don Jorge, por favor, escúcheme. Yo sé que a usted no le gusta, pero ¿no me deja ir a contarles de
nuestra situación algunos hermanos como los Johnson, los Brown y otros tantos? ¡Seguro que nos van a
ayudar! ¡Déjeme ir a pedirles!
J- No, no, no... ¿cuántas veces lo tengo que explicar? Nosotros no dependemos de ningún hombre para
nuestro sostén. Ningún hombre me dijo que me ocupe de los huérfanos. Me lo dijo Dios, que es mi jefe. Y
sólo a Él le voy a pedir lo que necesito. Tenemos que ir a nuestro Señor en oración, el no nos va a dejar
desamparados. ¿No nos contestó siempre hasta ahora?
S- Si, tiene razón, me acuerdo como oraba usted desde que soy chico, y siempre Dios nos dio. Pero esta
vuelta el invierno viene muy duro, y hay mucha pobreza, y la nación está pasando un momento
complicado...
J- Dime Santiago: ¿hay algo imposible para Dios? ¿Es para Él mas complicado darnos ahora, que antes?
¿Para El también es difícil la situación? La respuesta es NO. Por eso, te invito a seguir delante de Él con
nuestras peticiones. Es lo que voy a hacer ahora mismo. Y Él nos va a contestar.
S- Es verdad. Seguro que Él nos va a dar. Bueno, voy a preparar para la clase de música, que ya deben
estar por llegar los chicos.
J- Y yo me voy a orar.
Jorge se pone de pie. Santiago duda, y al fin habla.
S- Eeeh... Don Jorge... yo quería hablarle de algo...
J- Si, dime.
S- Decirle, si decirle... que yo, es decir, hablarle sobre...
J- ¿Sobre qué? Explícate.
S- Sobre... sobre... ella. Sí, sobre ella.
J- ¿¿Ella??
S- Usted sabe... los pajaritos, el corazón, la melodía de la primavera...
J- i i Aah!! ¿Hiciste una nueva canción? Bueno, bueno, la oiré mas tarde... ahora tengo que hacer.
S- No, no es eso, es sobre su. ..
Entran los chicos para la clase de música.
Chicos- ¡Hola Don Jorge!
J- Hola chicos. Será hasta más tarde... Santiago, si quieres cántale a ellos esa canción de la primavera y
ella...
Don Jorge sale.
Chicol- ¿Qué canción dice Don Jorge?
S- Eeh.. . hoy vamos a aprender canciones si, canciones de Navidad porque ya está muy cerca. Después
les voy a enseñar una. Pero primero realizaremos un ejercicio de gran precisión musical. Pónganse ahí.
Los chicos se ubican en formación de coro, Santiago se pone en el piano.
S- Haremos un ejercicio de entonación que será así. Yo voy a tararear una canción y ustedes tienen que
decir cuál es.
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Chicos- ¡Ufff!
Se tapan los oídos. Algunos tienen algodón y se prestan, se lo colocan en el oído. Santiago va tarareando
o silbando distintas canciones y los chicos no aciertan ni una: "Tres palabritas solas ", " Yo bendigo el
nombre de Jesús ", todas canciones simples.
Chico 1 - Profe ¿qué le parece si aprendemos la canción que usted dijo?
S- Bueno, vamos a aprender la canción. "Navidad, Navidad, hoy es Navidad. Es un día de alegría y
felicidad"
Los chicos se tapan las orejas.
S- Vamos, ahora todos juntos.
Una desarmonía total.
S y Chicos- "Navidad, Navidad, hoy es Navidad. Es un día de alegría y felicidad"
Chico l- Me parece que yo la conocía con otra música, Prof.
Entra Lidia.
L- ¿Qué estaban cantando?
S- Ho-ola Lidia. Yo, eh, yo estaba, es decir, estábamos cantando.. . (Santiago queda embelesado
mirándola, como hipnotizado)
L- ¡Eh! ¡Santiago! ¿Qué estaban cantando?
Reacciona.
S- "Navidad, Navidad".
Chicol- Pero me parece que la estábamos cantando mal señorita, parecía un lamento de vaca.
Chico2- 0 un aullido de un lobo.
Chico3- 0 una sinfonía de serruchos.
Chico4- 0 un grito de Mariana.
Mariana- ¡Qué te pasa!
Se empiezan a pelear chicos y chicas.
L- Bueno, basta. ¿Me dejas enseñársela a mí, Santiago?
S- Sí, ¡sí, como no! Espera que te limpio la silla. Ahora siéntate. ¿Estás cómoda? ¿Segura?
Lidia se sienta en el piano, Santiago se quiere congraciar con ella.
L- Gracias, gracias, ya está bien. Déjame cantar. "Navidad, Navidad, hoy es Navidad. Es un día de alegría
y felicidad" Vamos todos, con ritmo.
Todos- "Navidad, Navidad, hoy es Navidad. Es un día de alegría y felicidad"
Todo este tiempo Santiago se queda sonriente, con cara de tonto mirando a Lidia.
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Chicol- Señorita, nosotros tenemos un número de música que queremos hacer para año nuevo. ¿Lo quiere
escuchar?
L- Si al profesor le parece bien.. .
S- ¿Eh? ¿Qué pasa?
L- ¿Qué te pasa Santiago, te sentís bien? Te decía se querías que escuchemos la canción de los chicos.
S- Si, como no, no hay problema. Vamos chicos.
Los chicos comienzan a sacar latas, ollas, tapas y muchas cosas para hacer percusión, con lo que arman
una banda de percusión tipo "batucada ".
L- ¡Muy bien, chicos! ¡Qué ritmo! ¡Uy, como vuela el tiempo! Ya es hora del baño.
Chicos y chicas: ¡es hora de bañarse!
Las chicas, los niños mas pequeños y la señorita Lidia salen por la derecha. Se quedan con Santiago los
chicos mas grandes, inclusive Julio.
S- Aaaah. (Suspiro).
Chicol- ¿Ya le dijo?
S- Si... ¿qué dijiste?
Chicol- Si ya le dijo a Lidia que sea su novia.
S- ¡Cof, cof! (Le viene un ataque de tos. ¿Y por qué le voy a decir eso?
Chico2- Y ¡porque la quiere!
S- ¿Qué saben ustedes?
Chicol- ¡Si se nota a la distancia! Con esa cara que pone...
Chico2- Y las pavadas que dice...
Chico3- Y la mirada de muñequito de torta que tiene.
S- ¡Bueno, basta! Está bien, ya entendí.
Chicol- ¿Y? ¿Le dijo o no le dijo a Lidia que sea su novia?
S- Chicos, no funciona así. Que yo sienta algo por Lidia no quiere decir que me voy a casar por ella. El
amor no es lo único que cuenta.
Chico2- ¿A si? ¿Y qué mas hace falta? ¿Dinero?
S- No, no, no. Lo mas importante es que sea la voluntad de Dios, que sea justo lo que Dios planeó para tu
vida. Por eso uno no va por la vida buscando la novia, sino que tiene que pedírsela al Señor. Y eso es lo
que estoy haciendo.
Chico 1 - Profe, y ¿cómo se va a dar cuenta si Lidia es lo que Dios quiere?
S- Dios habla de distintas maneras. A veces trae una convicción en el corazón, otras nos da señales...
Chico3- ¡Aaah! ¡Como Sansón! Dejó un millón afuera, y si aparecía mojado a la mañana era que sí. ¡Raro
que nadie se lo robó! Yo hubiera dejado mil, o cien...
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Chico2- ¡No, que bruto! ¡No era Sansón, era Gedeón, y lo que dejó afuera era un vellón, no un millón!
Chicol- ¿Usted le pidió una prueba a Dios?
S- Si, le pedí. Se los cuento, pero no tiene que salir de aquí. ¡Y que no se entere Lidia! Vieron que luego
de las fiestas Lidia se va a mudar muy lejos de aquí, para ir a estudiar a otra ciudad. Yo le dije a Dios que
se ella se queda es una señal de que es mi pareja perfecta.
Chico 1 - ¡Uff! ¡Váyase buscando otra! ¿Por qué no pidió otra?
S- ¡Ja, ja! ¿Te parece? Y aparte tengo que hacer otra cosa: hablar con el pastor, con don Jorge, para ver si
está de acuerdo.
Chico2- ¿Y para cuándo le va a hablar?
S- Hoy cuando ustedes llegaron trataba de decírselo, pero no pude...
Entra Lidia.
Chicol- ¡Ejém! ¿Qué decía Profe de la vida de Gedeón...?
S- Eeeeh... si, que podemos pedirle a Dios pruebas. Pero quiero añadir algo más: hay que pedirle todo con
fe, porque si no, no pasa nada.
Lidia se acerca y pone su mano en el hombro de Santiago.
L- ¡Claro que sí, chicos! Dice la Biblia, justo en el libro de Santiago, que "pida con fe, no dudando
nada". Y nosotros así nos manejamos aquí. Dios es a quién recurrimos, y solo a El pedimos.
Santiago: ¿me acompañas a la despensa? Tendríamos que hacer el recuento.
S- Como no, como no, Vamos...
Chicos- Eeeeh. (Se ríen, hacen miradas cómplices, se dan codazos. El "chico1 codea a Julio, justo en el
adorno).
Chicol- ¿Qué tienes aquí? A ver...
Tironean.
Ju- No, deja que tengo que cuidarlo.. .
De tanto tironear el adorno cae, rompiéndose.
Chico2- Pero... ¡es el adorno de la mesa!
Chicol- ¡Te lo robaste!
Ju- ¡No! Don Jorge me dijo que lo cuidara para que no le pase nada.
Chico 1 - ¡Mentira! ¡Lo sacaste, lo robaste! ¡¡Vamos a darle una lección!!
Comienzan a pelear. Hacen una montaña humana, con Julio abajo. Entran Santiago y Lidia.
S- ¿Pero? ¿Qué es todo este griterío? ¿Qué? ¡Basta de pelar! ¡Ahora mismo!
Los chicos se detienen. Ayudados por Santiago van incorporándose y parándose, avergonzados. Julio
separa último, aparte.
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S- Que alguien me explique que pasó acá.
Chico 1 - Lo que pasa es que descubrimos que Julio robó el adorno de la mesa.
Ju- ¡No es cierto! Don Jorge me lo dio para cuidar.
Chico2- ¿Y desde cuándo Don Jorge da adornos a los chicos para que los cuiden? ¿Te piensas que somos
... ?
S- ¡Se acabó! No está bien lo que hicieron. Si les parece que lo que hizo alguien está mal, no hay que
hacer justicia por su propia mano. Me llaman a mi, o a Lidia o a Don Jorge. Pegar y pelear así es un
pecado, va en contra de Dios. Y por eso hay que arrepentirse.
Se miran unos a otros. Unos se codean a otros para que vaya primero.
S- Vamos, estoy esperando.
Chico1 uno avanza con la cabeza gacha. Le tiende la mano a Julio.
Chico l- Perdóname.
Julio no entiende, pero le tiende la mano. Así van pasando todos.
S- Muy bien, ahora déjennos a solas con Julio. Se van por la derecha.
S- Siéntate, Julio.
Se sientan en el sillón, Julio en el medio, Lidia y Santiago a sus lados.
S- ¿Entiendes por qué te pidieron perdón?
Ju- No, la verdad, no entiendo nada. ¿Por qué me pidieron perdón? Si yo hubiera sido ellos, ¡también me
hubiera pegado!
S- Ellos te pidieron perdón porque no quieren hacer ningún pecado. Pecado son todas las cosas malas que
hacemos, decimos o pensamos. Y eso entristece a Dios y también entristece a Sus hijos. Y ellos son hijos
de Dios.
Ju- Yo seguro que no soy un hijo de Dios. Hice muchas cosas malas. Dios no me debe querer ni un
poco...
L- En eso estás equivocado. Dios no sólo te quiere sino que quiere que seas Su hijo, no importa cuánto
pecado hayas hecho. Y tiene un plan para ello. El mandó a Jesús a nacer, vivir y morir por culpa de tu
pecado.
Ju- No ¡pero yo no maté a nadie! A Jesús no lo vi nunca, ¡yo no fui!
L- No, no que vos lo mataste. La ley de Dios dice que el culpable de pecado debe morir y, como todos
somos pecadores, todos debíamos estar para siempre separados de Dios. Pero Jesús, el único hijo de Dios,
murió en vez de nosotros. Y resucitó con poder para vencer al pecado. Y ahora, si quieres, puedes ser un
hijo de Dios gracias a El. Tienes que arrepentirte y pedirle que El venga a tu vida.
Julio tiene la cabeza gacha.
Ju- Pero yo soy muy malo..
S- Dios dice en la Biblia que "...todo aquel que en El cree, tenga vida eterna". No importa lo que hiciste,
hay perdón. Y es muy fácil hacerlo. ¿Crees que Jesús murió por ti?
Ju- Si. S- ¿Y quisieras ser un hijo de Dios?
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Ju- Si, quiero.
S- Entonces dile a Dios que te perdone por todo lo malo que hiciste.
Actitud de oración.
S- Así es, con tus propias palabras, el te escucha. Y ahora dile que venga a limpiarte de todo mal y venga
a vivir dentro de ti. Muy bien.
L- ¡Felicitaciones! Ahora eres un hijo de Dios.
Ju- (sonríe) Si... ¡siento algo raro aquí dentro! ¡Me siento muy contento!
S- ¡Y muchas mas alegría hay en el cielo, donde ahora mismo hay una fiesta!
L- Ven, vamos contarle a todos los demás, que ya deben estar cenando. ¡Que alegría les va a dar!
Se levantan los tres como para irse. Justo entra Don Jorge.
L- Papá, no sabes que noticia tenemos para darte.
J- ¿Qué noticia? L- ¡Julio le abrió su corazón a Jesús!
J- ¡Qué bien! Y ¿cómo te sientes ahora, Julio?
Ju- No se... raro... contento.
Don Jorge lo abraza, al principio Julio no pero luego también abraza (no está acostumbrado).
J- Bienvenido, querido, ahora somos de la misma familia, la familia de Dios. ¡Gracias a Dios!
L- Bueno, ¡vamos a cenar!
J- Si, yo venía para llevarlos. Vamos...
S- Eeh.. . Don Jorge. .. ¿puedo hablar un momento con usted?
J- ¿Ahora?
S- Y, si puede ahora, mejor...
J- Bueno, charlemos ahora.
L- Nosotros nos vamos a cenar. Permiso.
Salen por la derecha Lidia y Julio. Santiago da muchas "vueltas ", hace gestos y cosas sin decidirse a
hablar.
J- Si, tu dirás.
S- Eeem... Don Jorge, lo que quiero decirle es: A mi me gusta Lidia.
Santiago cierra los ojos, como si temiera que algo malo fuera a ocurrir. Silencio.
J- Ah. Y supongo que justo es la Lidia que también es mi hija.
Santiago asiente con la cabeza.
J- Bueno... ¡bueno! El amor es algo hermoso...
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S- Y dígame, este amor en particular ¿también es algo hermoso?
J- ¡Je! Pues claro. Personalmente me gusta y no podría elegir mejor yerno, pues eres como mi hijo. Sin
embargo ya sabes que esto es como todas las cosas de la vida: tenemos que hacer lo que Dios dice. Y una
cosa mas: Lidia se va a ir de este lugar luego de la Navidad, ya es un hecho. ¿Tu también te irás?
S- No, don Jorge, eso lo tengo claro. Se que mi lugar y mi ministerio es aquí.
J- Muy bien. Entonces echaremos mano a la solución mas perfecta y al arma mas poderosa: la oración. Si
este noviazgo es de¡ Señor, ¡el hará un milagro!. Yo también lo voy a incluir en mis oraciones.
S- Muchas gracias. Ahora me siento mejor. Don Jorge... ¿alguna novedad con la comida ... ?
J- Si. Que se está acabando. Pero no temas pues la Biblia dice "No he visto justo desamparado ni su
descendencia que mendigue pan". Vamos.
Salen. Entra un grupo de nenas en camisón, trayendo sus almohadas bajo el brazo. En éste grupo están
las dos niñas que vinieron con Julio.
Niña 1- El juego es así: de aquí para allá es un grupo y nosotras otro. Cada grupo va a un lado del sillón, y
cuando apago la luz ¡empieza la guerra! ¿Listas?
Todas- ¡¡Siiiii!!
Apaga la luz. La escena queda iluminada con una luz azul o negra. Al principio respetan las reglas y un
grupo "lucha" contra el otro. Luego es todas contra todas. Alguna almohada se rompe y llena de relleno
el lugar. Mientras están jugando, la mas chiquita de las dos niñas que vinieron con Julio, se sienta en un
rincón, abrazando sus piernas y ocultando su cabeza.
Llega Lidia y se sorprende. Pero no se enoja. Prende la luz.
L- ¡Chicas! ¿Qué hicieron? ¡Parece un campo de batalla!
Niñal- Es que hicimos una guerra, seño.
Niña2- ¡Es muy divertido!
L- A ver, ayúdenme ahora a arreglar este desorden.
Comienzan ajuntar y a rellenar las almohadas rotas. Lidia se percata de la niña que está en un rincón.
L- ¡María! (Se acerca y la niña solloza, se nota pues se mueven sus hombros) ¿Qué te pasa? ¿Te pegaron
las chicas?
Niña 1 - No, seño, ella no jugó.
L- ¿Entonces?
Hermana de María- Ella siempre llora a esta hora. Es que extraña a nuestra familia... y también tiene
miedo. Nunca la puedo calmar con nada, así que la abrazo y espero que se le pase... Yo también extraño,
pero me lo aguanto.
L- Pero, María. Ven (la toma en sus brazos y la lleva al sillón, las nenas las rodean, se sientan en el
sillón o en el piso). Ahora estás con nosotros, te vamos a cuidar mucho, y a dar abrazos (le da un abrazo
fuerte) y besitos (un beso)... ¡y cosquillas también! (Ella le hace y la chiquita se alegra, el resto de las
niñas aprovechan y también se hacen cosquilla, pero no causa mucho desorden). Pero lo más importante
es que tenemos a alguien que siempre nos cuida a todos, alguien que nunca nos va a dejar, es el Padre mas
bueno de todos. El nos protege todas las noches.
María- ¿Es Don Jorge?
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L- (sonríe amorosamente) No, no es mi padre Jorge. ¿Le contamos chicas? Vamos a contártelo con una
canción.
Cantan.
L- Dios es muy bueno, el nunca nos va a dejar.
Niñal- Seño... no se vaya después de Navidad...
L- (se entristece) Pero chicas... me tengo que ir... a estudiar...
Niña2- ¡Estudie aquí! Nosotras la ayudamos, para que tenga tiempo. Acá la queremos mucho, seño.
L- (queda pensativa) No chicas, lo que pasa es que.
Niñal- Si, seño, quédese. Aparte alguien la va a extrañar muchísimo.
L- ¿Qué dicen?
Niñal- ¡Claro! Empieza con San...
Niña2- ... y termina con tiago. ¿No se dio cuenta, seño?
L- (Se sonríe)¡Que chismosas! Pero ya es tarde. Vamos, vamos a la cama, chiquitinas. ¡A marchar! Uno,
dos, tres, cuatro... y uno, dos, tres, cuatro...
Salen las nenas por la derecha. Entra luego don Julio y se arrodilla frente al sillón. Luego de estar orando
unos instantes, Julio se asoma, se acerca y se arrodilla con el. Después los chicos mas grandes asoman
sus cabezas por la puerta de la derecha. En silencio se acercan y se arrodillan al lado de él. Luego
vienen otros chicos más pequeños. Al final, viene un niño bien pequeñito, en piyamas y se arrodilla
orando.
La escena termina apagándose paulatinamente las luces.
II
Es la Nochebuena. Todos están preparando y adornando el lugar, que ya tiene guirnaldas y un gran
árbol navideño. Lidia está ordenando con el resto de las chicas. Entra Santiago a escena.
L- ¡Santiago! (Se acerca y hablan como en secreto) ¿Llegó algo de comida?
S- Nada de nada. Lo último lo comimos en la merienda. Creo que hoy vamos a celebrar con agua...
L- ¡Pobres chicos! ¿Y si vendemos los regalos que tenemos para ellos ... ?
S- No, Lidia, no podemos. Esos regalos los han donado para que se entreguen como regalos.
L- Bueno, Dios sabrá...
Lidia se comienza retirar para seguir ordenando, Santiago la toma suavemente de la mano.
S- Lidia, yo, sólo quería decirte que... te voy a extrañar mucho... demasiado. Pero si es lo que Dios quiere
para tu vida, no lo desaproveches. Yo oraré por ti.
Se miran a los ojos.
L- Yo no...
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Pablo Sparta
Niñal-¡Seño!
L- Me tengo que ... ir... a ordenar...
S- Si, si.. .
L- Mi mano.. .
Santiago se da cuenta y le suelta la mano. Lidia se va lentamente a trabajar. Llega Don Julio y los
chicos.
J- Chicos, vamos a empezar con la cena de Nochebuena.
Santiago y Lidia se miran sin comprender.
J- Pero antes, vamos a hacer la tradicional competencia de Navidad.
Niños y Niñas- ¡¡¡Si!!!
S- ¡Adelante! Como siempre, chicos de un lado y chicas del otro. Vamos a recordar las reglas del juego.
Un grupo canta una canción navideña, apenas termina, el otro grupo debe cantar otra canción navideña,
cuando éste termina, el otro grupo contesta con otra canción navideña. . . Pierde el grupo que no tiene mas
canciones para cantar o que repite una canción.
De un lado se pone todo el grupo de chicas con Lidia, y del otro, los chicos con Santiago y Jorge. LBien. ¿Quién empieza? S- ¡Primero las damas! L- Bueno, pero entonces ponemos una regla. Sólo valen
las canciones viejas, no se pueden inventar nuevas. ¿Está? ¡Vamos!
Comienza a sonar la música, las chicas cantan una canción de Navidad Los chicos contestan con otra y
así. Hay un clima competitivo pero sano. Al final cantan todos juntos, puede ser en canon.
J- Creo que ¡debemos declarar un empate! ¡Un aplauso para todos!
Aplauden.
L- Y tenemos algo más, que lo van a hacer los mas chiquitos.
Se trata de la historia navideña relatada, actuada por los mas chiquitos.
J- Muy bien, ¡que alegría, llegó Navidad! Ahora todos vamos a cerrar los ojos, y vamos a darle gracias
por todo lo que nos da. Y también daremos gracias por la comida de esta noche.
Niña2- ¿Qué vamos a comer Don Julio?
Se produce un silencio.
J- Todavía no se. Pero vamos a dar gracias, a hablar con nuestro Padre. "Dios, gracias por la vida, y
gracias por haber nacido en ese pesebre. Gracias por tu vida, por tu muerte, por haber vuelto a la vida.
Gracias porque vives en nuestro corazón. Ahora también te agradecemos por la comida que nos das. En
nombre de Jesús, amén."
Apenas se dice amén, suena la puerta de calle. Toc, toc, toc". Atiende Lidia.
Lechero- ¡Hola... ! ¿Está don Jorge? ¡Hola, don Jorge! Mire, le vengo a dejar esta leche (pasa un par de
recipientes de leche, como los que se usan en los tambos).
J- Pero mire que no tenemos dinero.. .
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Orfanato en Navidad
Pablo Sparta
Lechero- No, no, no, ningún dinero. ¡Si no tengo que tirar la leche! Es que se me rompió el carro justo
aquí enfrente, y la única forma de poder llevármelo para arreglar es sacándole todo el peso de encima. Así
que me recibe todo ¡me hace un favor!
Jorge le da un abrazo al lechero. Terminan de descargar y se van.
J- Bueno chicos, ¡preparen sus vasos!
Suena nuevamente la puerta. Esta vez abre Don Jorge.
Panadero- ¡Buenas noches, Don Jorge! Mire, se que le va a parecer raro, pero me pasó algo que es muy
raro. Desde ayer a la noche que no puedo dormir, es como que escucho una voz en la cabeza que me decía
que prepare algo de comer para el orfanato. ¡No me dejó tranquilo! Así que me levanté, hice pan y pan
dulce de sobra. ¡Tome! Aquí le dejo, es un regalo mío... y de Dios.
Entran las bolsas. El panadero se va. Santiago le da un abrazo a Don Jorge.
J- ¡Chicos! Lo que hoy pasó es hermoso. Ya no teníamos nada que comer, ni siquiera leche para tomar.
Pero Dios nos dio mas de lo que necesitamos, en el momento justo. Aprendan, todo lo que necesiten
¡pídanselo sólo a El! (Va hablando también al público presente). ¡El no es deudor de nadie! Si tienes una
necesidad de vida, de salud, de alimento, de vestido, de trabajo... ¡de lo que sea! Ve a El. En Dios está la
solución. Piensa... si El no nos escatimó ni a su propio hijo, sino que lo dio por nosotros ¡Cómo no nos va
a dar generosamente con El todas las cosas!. ¡Confía en El! ¡Espera en El! El no te dejará ni te
desamparará. Vamos a volver a confiar en El hoy mismo. Vamos a creer que El es superior a la situación
del país o de tu persona. Los invito a decirle cantando que confiamos en El.
Cantan todos, publico y actores.
Todos- //Confío en Ti, Confío en Ti, Señor//
//Quiero darte Dios, todo mi corazón
Pues confío en Ti, Señor.//
Aplauden. Lidia pide silencio.
L- ¡¡Atención!! ¡Silencio! Quiero decir algo. Aquí está mi padre, y mis hermanos y hermanitas
"postizos". Aquí pasan cosas como las de hoy, que son hermosas y no pasan en ninguna otra parte. Y
también aquí está la gente que me quiere y me ama (lo mira a Santiago) y que yo también amo... Por eso,
he decido que no me voy a ir. ¡Me quedo aquí, para siempre!
Niñas- ¡¡Bieeeeen!!
Los chicos felicitan a Santiago, pero el está en otro mundo y cae desmayado. Todos se ríen y aplauden.
FIN.
2000, Ríos de Vida
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