EL YO INCONSCIENTE la represión, lo

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EL YO
INCONSCIENTE
la represión, lo inconsciente reprimido
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y el·· a posteriori ..de . la represion
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Fidias R.. Cesio
Cuando Freud (1923) define su .hipótesis estructural del aparato
psíquico, formula los conceptos fundamentales que lo constituyen,
El
Yo comprende lo "consciente", lo "preconsciente" y una parte de lo
"inconsciente'.' (el "Yo Inconsclente:'). En el Ello sitúa lo "lnconsclente
repr.imido". El esquema que hace Freud en sus Nuevas aportaciones 6,
que reproduzco a continuación, nos servirá de apoyo para esta revi•.
sión de ideas de Freud. acerca del ~'Yo inconsciente" .
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Consciencia
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Fidias R. Cesio
468
Las raíces del concepto "Yo inconsciente" las encontramos en La
interpretación de los sueños 2. Allí habla del Yo -en el que sitúa lo
"consciente" y lo "preconsciente"-,
y, por otro lado, de lo "inconsciente". El concepto de "preconsciente" de esta primera formulación comprende un campo amplio. Mientras que en formulaciones posteriores
el "preconsciente" se circunscribe a las huellas de las palabras oídas, el
de La psicologia de los procesos oníricos contiene además pensamientos con catexis preconscientes y otros a los que las catexis preconscientes les han sido retiradas y han recibido catexis desde lo
inconsciente reprimido, es decir que éste concepto de preconsciente en
parte se confunde con el de inconsciente, conservando, de todas maneras, una solución de continuidad con IQ.inconsciente que no pertenece
al .Yo. Describe así Freud un "preconsciente'Lque
posee una parte
lnconsclente que paradójicamente no es del, "inconsciente". Esta parte' del Yo "preconsclente-lnconsclente"
es él antecedente de lo que en
El Yo y el Ello es el "Yo inconsciente".
Para seguir adelante desarrollando el concepto de "Yo inconsciente" nos es necesario dejar bien establecidos los conceptos de "represión" e "inconsciente reprimido".
"
La, repre'sión y lo inconsciente r~primido
(
" Muy a~.principio, en la fase oral primitiva del individuo, oetexis
ae objeto, e identificación son indistinguibles. Sólo podemos suporier
"queposteriormente las catexis de objeto proceden del Ello,~que' Siente
'las tendencias erétlces como necesidades. El Yo, que es todavía débil,
se da cuenta de" las cetexis de objeto 'y, o bien es concordante con
ellas, o trata de apartarlas por el proceso de represión" 5. Estas ideas
de Freud nos revelan cómo concibe la Instalación del proceso represivo que establece lo inconsciente reprimido y el Yo de las identificaciones primarias. Pensamos que en esta fO'rmulación condensa en la
palabra "represlón'Lel=anteoedentepreedípico de, .ésta y la represión resultado del desenlace del complejo de Edipo.'. Las pulsiones
que se manifiestan por las catexis de objeto adquleren por este proceso una representación.Ia representación dé lapulsión; "Idea, o grupo
de ideas, que está catectizada con una cuota definida de energía psíquica -libido oInterée-« proveniente de una:pulsión" 4; Por el proceso de represión "se establece una fijaCión y el representante en cuestión en adelante persiste inalterado y la pulsión ,ligada a, él" 3. Tenemos
así constituido lo; inconsciente reprimido, donde "el representante de la
pulsión se desarrolla con menos interferencias y más profusamente por
haber sido sustraído por la represión de la influencia de la consciencia.
Prolifera en la oscurkied yadquier.e totmes extremas de expres.ión l- .. J
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469
El Yo inconsciente
Este aparente poder de la pulsión es el resultado de un desarrollo desinhibido en la fantasía, y la consecuente contención de la satisfacción
frustrada" .
A través de estas citas tenemos una idea de lo que Freud entiende
por lo inconsciente reprimido y .sus contenidos: deseos sexuales, representantes de pulsiones, catexis e ideas, fantasías, etc. La movilidad de las catexls -proceso
primariolo caracteriza. La represión,
que lo deflne.es a la que Freud en su artículo sobre el tema denomina,
represión primaria. El inconsciente así constituido pertenece al Ello;
el resto del Ello, también inconsciente, no está reprimido, contiene las
catexis de objeto "concórdantes con el Yo" y las que establecen las.
identificaciones constitutivas del Superyó.
A posteriori
de la represión y YÓ inconsciente.
lnconscieiltización. '" Suprl~sión.:
"El Yo es la parte del Ello que ha sido modificada por la influencia:
directa del mundo externo por medio de la percepción-conscíencle,
Para el Yo la percepción desempeña la parte que en el Ello es la de,
las puteiones" 5. El incónsciente reprimido, que describimos en el apartado anterior, pertenece al Ello, es decir, está constituido por elernen-,
tos que ingresan al aparato psíquico sin pasar por la percepción-consciencia, y, como antes dijimos, pertenecen a él las huellas. de las experiencias primarias en términos de representantes de las pulslones.
Nos encontramos, entonces, con una clara delimitación entre los
conceptos de Yo inconsciente -derivado. de la percepcióny de inconsciente reprimido.
"Una parte del Yo -y los cielos saben cuán importante es-- tembién puede ser inconsciente, indudablemente es inconsciente" 5. El análisis de esta parte de lo inconsciente es de singular importancia. Está
constituida por elementos percibidos por la consciencia-percepción diferenciada, por la participación' de la consciencia,' de la del aparato psíquico en general.
En Lfl psicología de 10s procesos oníricos es donde Freudexpone
la descripción más completa del' concepto que luegO constituirá: el
"Yo inconsciente". En esa contribución nos dice que -en lo preconsciente existen pensamientos a los que se les han retirado las catexls
preconscientes y han recibido catexis inconscientes. "Un tren depensemlentos aparece en el oreconsciente que está' sín ceiexis orecons" La introducción del término "inconscientización"
por el comité organizador del
simposio 1978 nos. pareció unhaUazgo para designar las vicisitudes de esos
elementos que, a partir de un estado preconsciente, por efecto de la represión,
secundaria" devienen' inconscientes. '
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470,
. Fidias
A:
Cesio
ciente« y ha ieclbkio cetexis desde un deseo' inconsciente" (p. 595).
Este tren' de pensamientos pasa, así, a experimentar una serie de trans-.
formaciones propias del proceso primario: condensación, formaciones
dé compromiso, asociaciones superficiales, falta de consideración por
las contradicciones y regresión. "Un tren de pensamientos normal es
sometido a un tratamiento psíquico anormal de la naturaleza que acabainos de describir sólo si un deseo inconsciente, derivado de la' infancia y 'en un estado de represión, ha sido transferido a él" (p. 598).
Es decir que estos pensamientos preconscientes por el enlace con las
catexls inconscientes han adquirido la condición de inconscientes. Se
trata, como vemos, de pensamientos preConscientes de la vida normal,
despierta, que han experimentado esta vicisitud: se han transformado
en inconscientes, se han inconscientizado. El proceso está definido
por la transferencia de un deseo inconsciente en un pensamiento preconsciente, transferencia que desencadena esta regresión. Nos encontramos así con un inconsciente derivado de lo preconsciente. A esta
fuente del Yo inconsciente tenemos que agregar las huellas que las
percepciones que acompañan a las experiencias dejan en el" aparato
c;:onfigurando los sistemas mnémicos, tal como se infiere por su origen
perceptual consciente. Si bien su enlace con el inconsciente reprlmído
es. el que da a estos sistemas el carácter de inconscientes, ellos no
pertenecen a lo reprimido.
e
la pérdida decatexis preconscientes que experimentan los pensamientos preconsclentes
más el enlace con .Ias catexis incqnscientes
configuran el proceso que Freud denomina Nachverdrangung, que nosotros traducirnos por "a posteriori de la repres,ión", un proceso. que
deriva de la represión, pero que en sí mismo no lo es. la represión es
sólo una, la primaria: "Todas las represiones tienen lugar .en la. temprana infancia; son medidas defensivas primitivas tomadas por el Yo inmeiiuro y débil. En ios años posteriores no tienen lugar nuevas represiones, pero las primitivas persisten y el Yo continúa haciendo uso: de
sus servicios para controlar las pu/siones. Los nuevos conflictos son,'
controteaos por .10 que denominamos 'a posterior; de' la represión':
(Nachverdrangung)" 7.'
.
.
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.
,. Supresión es un concepto que Freud define en La interpretación
de' los sueños (p. 594) por e'l retiro de las catexis preconsclentes de
un pensamiento. En otras partes donde aparece este concepto lo usa
para hablar de la acción del Yo sobre el contenido ideacional, "mlentras que represión lo usa para la excitación sexual 1. la supresión actúa
sobre los elementos
provenientes .de la percepción, mientras que'
.
.
la represión sobre fa excitación derivada de la pulsión 3.
".. Lo lnconsclentizado, el)(o, inconsciente, ·el inconsciente .producto
del "a posteriori de'la .represlón"
esee que investiga Freud 'cu~ndo
estudia- ros' síntornas.' los sueños' y las,transfér~ncias, y a partir del
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471
El Yo inconsciente
cual infiere -construyeel inconsciente reprimido. En él están los
pensamientos "olvidados", "latentes", que dan lugar a las "lagunas"
en la consciencia y que procuramos encontrar como "recuerdos".
Resumen
Después de definir el concepto de "represión primaria" e "inconsciente reprimido", el autor describe el de "Yo inconsciente" a partir de los antecedentes que
de él se encuentran en La psicologia de los procesos oníricos. Los pensamientos
preconscientes, a los que se les ha retirado las catexis preconscientes y han recibido
otras provenientes del inconsciente reprimido, así como las huellas de las percepciones de la consciencia lo constituyen. Es el resultado del proceso que Freud
denomina Nachverdrangung [a posteriori de la represiónj.
Summary
THE UNCONSCIOUS.
EGO REPRESSION, THE REPRESSED
UNCONSCIOUS AND THE "A POSTERIORI" OF REPRESSION
After defining the concept of "prirnary repression" and "repressed unconscious",
the author describes the "unconscious ego", on the basls of its precursors in The
Psychology o, Dream Processes. It ís made up of the preconscious thoughts from
which preconscious cathexes had been withdrawn and which have received other
cathexes stemming from the repressed unconscious, as well as of the traces of the
perceptions of consciousness. It is the result of the process which Freud calls Nachverdrangung (the a posterior; of repression).
Résumé
LE MOl INCONSCIENT. LE REFOULEMENT,
L'INCONSCIENT REFOULÉ ET L'APR~S-COUP DU REFOULEMENT
A la suite d'une définition du concept de "refouJement originaire" et d' "Inconscient refoulé", I'auteur décrit celui du "Mol inconscient" 11partir des antécédents qui
nous pouvons trouver dans "La psychologie des processus onlrlques". Ce "Moi lnconscient" est constitué par les pensées pré-conscientes dont on a écarté les lnvestissements pré-conscients, en ayant recu d'autres provenants de I'inconscient refoulé
aussi bien que les traces des perceptions de la conscience; done, c'est le résultat
du processus que Freud lui-memea nommé "Nachverdránqunq" (refoulement acrescoup).
Bibliografía
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-, (1900), The Psychology of the Dream Processes. S.E. V.
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Dima, G.; Hagelin, A. y otros, Inconscientización. XIX simposio, APA, 1978.
DISCUTIDORES,
Adolfo Benjamin
Julio A. Granel
Moisés Kijak
Escribe Adolfo Benjamin
Querido Cesio: Tu trabajo sobre "El Yo
inconsciente" es magnífico en su coherencia interior y revela una exégesis de
conceptos de la teoría, exégesis ampliada con pensamientos propios.
Si me atengo a estos datos, la ampliación y explicación de ideas que surgen de una construcción freudiana, este
aparato metapsicológico que trata de dar
, cuenta de manera compendiada de la
infinita riqueza del material clínico, es
indiscutible. Por lo tanto dejo librado a
la discusión lo que el mismo me sugiere.
Para comenzar, histeria 'aparte, me
preocupa el aparato. El aparato psíquico, ese modelo espacial que Freud, en
el naufragio de su vida corporal, concibe
como una proyección de la extensión de
lo psíquico, en lugar del a priori kantiano 5, como una necesidad que nos
llama desde el sistema Prec, asiento de
las categorías espacio-temporales.
La misma palabra extensión, que en
una primera lectura sugiere el pensamiento geométrico sobre la capacidad
de ocupar una parte del espacio newtoniano, admite otras significaciones 3-9.
En gramática, en tanto se refiere al
significado de las palabras, ampliación
del mismo a otro concepto relacionado
con el originario. En lógica, es el conjunto de individuos comprendidos. en una
idea. Hablando de cosas morales tales
como derechos, jurisdicción, autoridad,
etcétera, darles mayor amplitud y comprensión de la que tenían. Refiriéndose
a escrituras, autos, despachos, etc., ponerlos por' escrito y en la forma acos-,
tumbrada.
Todo esto me conduce a la posibilidad de otra forma de acceder al concepto de extensión de lo psíquico configurado como el despliegue de un discurso ya escrito.
En este punto me remito a tu trabajo
"Palabra y transferencia"2 en donde se
lee: "De esta manera la palabra es, de
hecho, el 'material' para nuestras especulaciones, y del análisis que hacemos de
las asociaciones fibres del paciente inferimos la transferencia-contratransferencia
dominante, los pensamientos tetente« y
.tes ideas inconscientes".
(Destacados
míos.)
y más adelante: "Desde los comienzos del desarrollo del pelcoenélisis la
observación clínica reveló el papel primordial de las palabras" y casi en seguida: "La teoria ha extraido de la experiencia ctinlce conceptos que explican
el papel básico de las asociaciones libres". Aquí te pregunto cuál es el lugar
de la palabra en el aparato, pregunta
incompleta que llenaré más adelante, con
474
otras observaciones. Obviamente no se
dirige esta pregunta a los restos de la
palabra oída que construyen el sistema
Prec.
Esta pregunta se me plantea cuando
me parece escuchar el leitmotiv, siempre
recurrente, de la disociación teoría-praxis. La eterna lucha entre el decir, el
hacer, el pensar y el sentir como cuatro
jinetes que, anudados al ser, cabalgaran
hacia cada uno de los puntos cardinales.
Luego en tu trabajo se dice: "Resumiendo: el análisis de la asociación libre
nos revela las catexis que desde el concepto o idea de cosa [Vorstellung] llegan al pensamiento-palabra y al objeto
externo-analista, es decir, la transferencia".
La memoria, según Freud, no es una
colección o archivo de imágenes fotográficas sino que remite igualmente a
sistemas mnémicos, donde el recuerdo
se imbrica en series asociativas y la
huella mnémica, más allá de la simple
concepción del trazo débil que duplica
el objeto, es un signo en relación con
otros signos más una íntima articulación
a determinada cualidad sensorial. De
paso advierto que lo anterior no niega
el papel ordenador de lo visual.
Desde estas afirmaciones, la Vorstellung de Freud puede compararse al
concepto lingüístico de significante 8.
Con estos argumentos puedo discurrir sobre el recorrido de las catexias
desde los sistemas Mn ("mnemónicos",
instaurados por la percepción-polo P) a
la palabra y al analista. Pero esta jerarquización de la palabra y su duplicación
en el objeto externo-analista me hace
pensar en el analista como palabra privilegiada (significante) en el discurso del
paciente.
El desencuentro que representa para
mi manera de acceder ala teorización
una descripción como 'la que citas, surgente de El Yo y el Ello, y que se apoya
en el esquema que dibuja Freud en sus
Nuevas aportaciones al psicoanálisis, es
que lleva el pensamiento sobre lo psl'quico hacia la cosificación, como un
animismo invertido' que torna inanimado
'el suceder psíquico.
Adolfo
Benjamín
La necesidad de una "idea práctica
y manejable" se refugia en una historia
en la cual una "representación auxiliar"
(tópica de lo imaginario denomina Lacan al cap. VII de La interpretación de
los sueños) se realiza como un aparato
óptico, telescopio, luego cámara fotográfica. Se supone que la localidad psíquica corresponderá al punto de este
aparato en el que se forme la imagen.
Pero tanto en el microscopio como en
el telescopio, el punto en donde entra
en escena la imagen es un punto ideal;
no podemos ubicarlo en parte alguna
tangible de los instrumentos en cuestión.
Freud nos advierte: "Estas comparaciones no tienen otro objeto que el
de auxiliamos en una tentativa de llegar
a la comprensión de la complicada función psiquica total, dividiéndola y adscribiendo cada una de sus funciones
aisladas a uno de los elementos del aparato". Más adelante dice: "Creo que no
es ilícito> dejar libre curso a nuestras
hipótesis, siempre que conservemos una
perfecta imparcialidad de juicio y no tomemos nuestra débil armazón por un
edificio de absoluta solidez. Como lo
que necesitamos son representaciones
auxiliares que nos ayuden a conseguir
una primera aproximación a algo desconocido, nos serviremos del material más
práctico y concreto".
Aparece entonces esta teoría de los
lugares como nivel provisional de referencia, en donde la direccionalidad del
suceder psíquico del polo P, de la percepción, al polo M, motor, es comparada
al viaje que la luz reflejada en el objeto
realiza a través de un instrumento óptico, lo cual me parece concordante con
el desciframiento de las imágenes del
sueño de la Traumdeutung. "Lo« problemas de la interpretación de los sueños ocupaban hasta aqui" -dice Freudel centro de nuestro campo visual 7.
El concepto de Yo se cierra circularmente 4 cuando se estipula que la percepción
deja de ser meramente pasiva, precisando de un examen de la realidad, que
convalide una creencia en ella, unjuiclo, que equivale a un acto motor, que
reúne los dos polos (el de la 'percepción
Discusión
y el motor) de la primera figuración lineal. Todo esto anticipa el Yo de El
Yo y el Ello 1.
'. Pero creo que con la figuración freudiana del esquema que se reproduce en
tu trabajo, la esfera vuelve a abrirse,
en cierto sentido. El esquema se parece
bastante a un globo ocular, como si
hubiera una secuencia desde el aparato
óptico alojo que mira y lo mira. Como
si fuera una vuelta al viejo y escondido
Proyecto buscando un sustento anatómico, mientras se lucha en contra. Este
psiquismo basado en la percepción sensorial de la visión, absorbería las imágenes de los objetos cuya luz incidiendo
sobre conos y bastones de la retina comenzarían un complicadísimo trayecto a
través del quiasma óptico hasta la cisura
calcarina en donde se inscribiría como
sistema de huellas mnémicas. Luego, a
través de las conexiones del lóbulo occipital con el frontal se vería reproducido
el camino que va desde P, y a través de
los distintos sistemas Mn, lnc, Prec, hasta el punto de llegada: el sistema Cc.
Cualquier interrupción en este trayecto
nos proveería de elementos que ingresan
al aparato por la percepción pero de los
cuales no hay consciencia alguna. Pero
dejaré de lado esta psico-anatomía fantástica que me sugiere el dibujo de
Freud.
También de tu trabajo ya mencionado
se desprende que la sesión analítica con
la actualidad de la transferencia, la comunicación de inconsciente a inconsciente y la "asociación en el analista" remite
a fenómenos de intersubjetividad no representados en el aparato anímico que
parece, a mi modo de opinar, la concretización de una entelequia en sí misma.
Aprovechando y valorando el material clínico presentado en "Palabra y.
transf.erencia" en relación al que nos
ocupa surgen otros interrogantes.
Leyendo con atención el fragmento
clínico, se ve con claridad lo inconscientizado. También son evidentes los derivados del sistema Inc, productos que
regresan del "a posteriori de la represión". Lo que me resulta menos claro
es el tema del Yo inconsciente, en el
41.0
sentido de lo que paso ahora a describir.
Entiendo, con Freud, la evolución del
concepto de inconsciente. En sus comienzos era una palabra del orden de
una descripción negativa, abarcando lo
temporalmente latente. (Entre paréntesis,
enfrentados a la negativa gramatical, desde fuera de nuestra ciencia la palabra
subconsciente muestra una orientación
espacial en el orden de una subyacencia
en lo profundo.) La concepción dinámica
del proceso de la represión condujo a
otorgar a "lo inconsciente" un sentido
sistémico: "el inconsciente" equiparado
entonces a lo reprimido. Lo que se halla
fuera de los límites de la consciencia
transitoriamente es el preconsciente.
Poco a poco se fue haciendo más
dificil identificar lo reprimido con lo
inconsciente, así como el Yo con la consciencia y el preconsciente. Descripciones
clínicas tales como la resistencia (emanada del Yo, que no sabe que sabe) y el
sentimiento inconsciente de culpa (que
no siente que siente) demuestran que en
el Yo existe "un inconsciente" que se
conduce dinámicamente como el inconsciente reprimido. Desde aquí a la concepción grandiosa de El Yo y el Ello.
y aquí pregunto: ¿Qué (o quién) del
ser de la paciente es Yo inconsciente
y qué su Ello? ¿Por qué esta discriminación (¿de lugares?, ¿de funciones?)?
¿Cómo se articula esta pregunta con
el principio de que "Donde era Ello,· ha
de ser Yo"? ¿Y dónde era Yo inconsciente? ¿Y del acontecer de palabras
del sujeto en la sesión cómo se deduce
la represión primaria, que "es sólo una"?
(Urverdrangung). ¿Este Ur de larepresión es quizás algo del orden de lo no
decible? ¿O es la otra faz de lo que
en la clínica denominamos a veces fijación y otras compulsión de muerte? ¿O
se trata de especulaciones o construc- .
ciones que escenifican una prehistoria
que pretende ser un verdadero acontecido? ¿O es fantasía Ur, fantasías originarias?
. ¿Tiene .algo que ver con mis preguntas o remite a algunas de estas construcciones teóricas el que menciones entre los antecedentes de la paciente el
476
que sus padres se separan cuando ella
nació?
A la luz de este trabajo que me ha
tocado en suerte (en el doble sentido
de azar y fortuna) comentar, me remito
nuevamente a tu trabajo anterior para
que me aclares cómo colocarlas en el
contexto del presente trabajo la siguiente afirmación:
"La existencia de una idea activa,
intolerable para el Yo, el 'lio', provoca
la aparición en la consciencia de su
opuesto, 'algo fuera', que manifiestamente intenta negar que la idea que la ocupa
pertenece al 'lío'."
La idea intolerable al Yo, ¿pertenece
también al Yo en su porción inconsciente
o está "enfrente" de él y pertenece a
otros dominios? Y cuando más adelante
se dice que: "'Maria' es un nombre que
apareció con gran frecuencia durante los
años de análisis de Raquel, constituyendo pensamientos que se prolongan en
una red que alcanza 'lejanas' zonas de
su mente y en la que el analista entra
de una manera dominante", ¿a qué zona
pertenece esta zona lejana de su mente?
El material con' el que se presenta
a la paciente comienza así: "Me siento
metida en un 110". La interpretación destaca el me y entonces sería lo mismo
que la paciente hubiese dicho: siento a
me, metida en un lío.
Este objeto me, estructura yoica objetiva, en relación con el yo tácito del
AdolfC? Benjamín
sujeto hablante, .me parece que alude a
f61nómenos descriptivamente narcisistas,
aunque cuestione por otra parte esta
afirmación, puesto que Freud postula el
narcisismo metapsicológicamente, es decir, con prescindencia de todo dato de
la consciencia 6. El material clínico parecería alejarse del Yo relacionado con
el sistema de la percepción-consciencia
para restallar en una doble referencia
al narcisismo y al orden de las identificaciones. Y entonces, allí, ¿dónde está
el aparato?
Me permitiré en este punto hacer una
ficción con el material al solo propósito
de formular otra pregunta. Supongamos
que la idea inconsciente de cosa, compleja, nominada María, admitiera en la
encrucijada de .conñuentes
argumentos,
una fantasía que llamaría "ser la hija
de María". Metida en el lío del vientre
sagrado, la esperanza es advenir niñodios. Mientras su discurso flota en medio de los vapores de la mística podríamos decir con Freud 5: He aquí la oscura
autopercepción del reino (¿de los cielos?) situado más allá del Yo, del Ello.
¿Podrlamos entonces decir que el conocimiento suprarracional, el conocimiento
intuitivo, y todo lo que englobado en la
idea de misticismo es manifestación del
Ello y todo lo demás es del orden de
un Yo inconsciente?
Sólo me resta esperar tu autorizada
palabra. Gracias.
Bibliografía
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O.C. T. '9, p. 165.
-, "Conclusiones, ideas, problemas", S.E. XXXIII, 299; O.C. T. 21, p. 135.
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~, "Interpretación de los sueños", cap. VII, S.E. V; O.C. T. 7.
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Webster's New Dictionary, Avenel Books, Nueva York, 1977.
Discusión
477
Escribe Julio A. Granel
Hay trabajos pslcoanalltlcos cuyo vuelo tiende "hacia los cielos"; adquiriendo
así una gran amplitud, abriéndose en
abanico por nuevas y diversas rutas elaborativas. Los trabajos del Dr. Fidias
Cesio tienen un notable vuelo, pero "hacia las profundidades". Uno se siente
recorriendo un camino hondo y directo,
un camino que, en vez de bifurcarse hacia varios destinos, tiende a absorber
en sí mismo recorridos anteriores y dispersos, para conducirnos por una ruta
casi sin opciones a las más recónditas
profundidades del aparato psíquico.
No es fácil tarea "discutir" esta nueva comunicación de Cesio. El compromiso afectivo y científico que esto presupone para mí no puede compensarse con el desarrollo de la "crítlca" sino
con el diálogo esclarecedor donde con
sus respuestas Cesio nos desarrollará
aun más lo que tan concienzudamente
nos ha expuesto acá.
Mi presentación es 'expresión de nii
deseo de no perderme en este arduo
camino metapsicológico en' que Cesio
está empeñado. No tiene entonces pretensión de cuestlonamlento; sino el ejercicio de la "critica" pero no en el sentido
común de esta palabra, sino en el filosófico de: "fijar los 'limites precisos de
algo y delimitarlo en su esencia".
El objetivo central del trabajo de
Cesio es caracterizar a una amplia gama
de representaciones que, si bien son
inconscientes y tienen las propiedades
de sus productos, no se hallan en estado de represión. Su situación es denominada por Cesio de inconscientización. Para esto el autor se apoya
totalmente en postulaciones y aseveraciones que se hallan en varios pasajes
de la obra de Freud.
Ejerciendo mi acción exploratoria,
examinaremos los distintos argumentos
con que Cesio sostiene su tesis.
1. El modelo onírico
como explicación
de lo inconscientizado
Según nuestro autor, de la "Psicología de los procesos oníricos" de Freud
se puede deducir que es posible llegar
a describir un "preconsciente con una
parte inconsciente que paradójicamente
no es del inconsciente".
Cesio se refiere explícitamente al
proceso de formación de los sueños por
el cual las ideas preconscientes al recibir una catexis proveniente de un deseo
inconsciente sufren una transforrnaclón
regresiva y adquieren cualidades inconscientes. El autor destaca enfáticamente
que ese proceso da lugar a la constitución de un "inconsciente derivado de
lo preconsciente"; pero que dichas representaciones no están reprimidas. Propone denominar inconscientizadas estas
representaciones con cualidades inconscientes.
En términos generales esta aseveración parece clara y prima facie indiscutible. Sin embargo, se me hace imprescindible resolver un cierto cono de
sombra:
El hecho de que determinadas representaciones preconscientes al ser cateetizadas por el deseo inconsciente sufran
las leyes de proceso primario y funcionen con cualidades como' desplazamiento y condensación, ¿es suficiente para
considerarlas con el rango de constituir
una formación del inconsciente (una
parte del inconsciente,
al decir de
Cesio)?
478'
Estas formaciones dan lugar, merced
a las leyes del proceso primario, a la
construcción del sueño que será luego
elaborado secundariamente para dar lugar al sueño manifiesto. Están dotadas,
pues, de una notable vecindad con los
contenidos manifiestos. El proceso primario ha permitido la construcción de
una estructura que termina finalmente
por ser consciente, y que no pertenece,
pues, al sistema inconsciente. Queda reservado sí a los elementos reprimidos
del sueño (el deseo inconsciente infantil)
su ubicación en el inconsciente. Pero
este deseo no está totalmente bloqueado: precisamente esa formación, aunque
construida por los elementos dinámicos
del proceso inconsciente, ha pedido fraguar, por eso mismo, a su manera la
censura, y permitir la elaboración del
sueño. Debemos recordar aquí que el
proceso onírico no implica únicamente
I? regresión, sino que es condición sine
qua non la etapa de progresión, con la
cual se va a componer el sueño. ¿No
nos encontramos aquí, en realidad, más
que con una formación inconsciente, con
una manifestación de dicha formación?
¿Podemos imaginarnos, en pos de
una fantasía extrema, qué ocurriría si
sólo tiene lugar en el momento regresivo
de la formación del sueño?
¿No es esa misma transformación de
las ideas inconscientes, a la que alude
Cesio, en imágenes plásticas, ya la preparación para alcanzar lo que Freud
denomina: "el cuidado de la representabllldad" {l.ópez Ballesteros); "Consideration of representability" (S.E. IV, 339)
o "El miramiento por la. figurabilidad"
(Etcheverry)? Esa transformación se hace
necesaria, no para que las representaciones queden sumidas en el inconsciente, 'sino que es la manera cómo el movimiento progresivo busca alcanzar eii
sistema. consciente para darle carácter
de "cumplido"
al deseo inconsciente;
aunque sea por medio de un sueño. ¿No
se forja debido preCisamente a dicha
deformación, desde luego con el auxilio
del proceso primario, lo qué después
será el sueño manifiesto?
Julio A. Granel
En mi opinión, resulta difícil caracterizar esta elaboración del sueño como
formación inconsciente (aunque se destaque su origen preconsciente y se lo
denomine inconscientizado).
Me parece
más bien que se trata de un momento,
a veces fugaz, en la elaboracIón del
sueño. Pero, según mi comprensión, el
soñar implica no solamente un momen-'
to regresivo y de acopio o capturación
de material inconsciente que, de cualquier manera, está pulsando por salir;
sino también un momento progresivo,
tendiente a buscar una posible salida a
las representaciones inconscientes, a las
portadoras del deseo infantil: los representantes de la pulsión y las pulsiones
mismas que, por decir así, y valga la
metáfora, "no desean quedarse inconscientes", sino que presionan constantemente a fin de "realizar" el deseo. Este
sólo puede llegar a "cumplirse" alucínatoriamente; pero de cualquier manera
soñar implica no solamente aquella transformación regresiva de las ideas latentes. que nos descrlbe Cesio, citando a
Freud, sino también la segunda parte, el
revestir nuevamente de catexis al sistema
Pc Cc,. dentro de las condiciones económicas (retiro o desinvestidura de cargas) que caracterizan a la sltuaclóri del
dormir. Pero el soñar no significa sólo
regresar, sino también retornar: "La escena infantil no 'puede conseguir su
renovación real y tiene que contentarse
con retornar a título de sueño". (Freud,
"Psicología de los procesos onlrlcos; b,
La. regresión", López. Ballesteros, 1947),
Recordemos 'que es imposible segregar al sueño de su tramo final ·"progresivo" ("progrediente").
Y que, de resuítas de esto, el soñar en sí mismo,
contiene un despertar:.
. H[ .• .l una vez que el sueño devino
percepción, puede excitar a la conciencia por medio de las cualidades que
adquirió. Esta excitación sensorial rinde
aquello en lo cual. consiste, en general,
su función: dirige a lo excitante una
parte de la energía de investidura disponible en el Prcc., en calídad de atención. Asi, debe concederse que ei súeño
Discusión
en todos los casos despierta, pone en
actividad una parte de la fuerza en reposo del Prcc. ("La regresión". Amorrortu, Vol. V, p. 566). "El sueño no
puede reclamar para sí otro tiempo que
el periodo' de transición, entre el dormir
y el despertar".
"Un rsve c'est un réveit qui commence." ("Un sueño es un despertar que
comienza", ídem, p. 567.)
Freud nos enseñó que el sueño es
comparable a un síntoma. En ambos
han ocurrido formaciones de transacción,
ambos contienen elementos que han escapado a las censuras. Sueño y síntoma
implican un cierto grado de vencimiento
de los obstáculos (defensas,. represión,
censuras) que se oponen a la progresión
de los deseos inconscientes reprimidos
hacia la consciencia.
Según mi manera de comprender, en
los procesos de formación de los sueños y de los síntomas ocurre que los
elementos catectizados por las pulsiones
que provienen del inconsciente, y sometidos al proceso primario, se deforman
hasta conseguir ser aceptados por las
censuras y así pasan a constituir el contenido manifiesto del síntoma o del sueño. Los que no consiguen pasar la censura son despojados de sus investiduras,
detenidos en su progresión al sistema
consciente, y pueden ser arrastrados al
ir Inconsciente por contrainvestiduras.
De esta manera, pasan a formar parte
del contenido latente inconsciente del
síntoma y del sueño. Así entran en una
íntima conexión con lo primariamente
reprimido. Sus relaciones con' las representaciones de lo primordialmente reprimido son muy estrechas; es por esta
razón que han sido drásticamente relegados y excluidos del sistema consciente
(desalojados, expulsados). Porque son
elementos "demasiado peligrosamente"
parecidos a aquellos que han sido objeto de la primera represión.
No me resulta sencillo imaginarme
entonces la posible formación de una
categoría distinta, como ha descrito Cesio. Precisamente porque los que pudieron pasar son detectables desde la
479
consciencia; y los que no pudieron atravesar las barreras y fueron objeto de la
repulsa eran aquellos sumamente parecidos, casi indiferenciables de las representaciones de 105 deseos ínfantiles
primariamente reprimidos.
2. Acerca del origen
,Y la constitución
del Yo inconsciente
Cesio toma el modelo del proceso
onírico a partir de representaciones preconscientes, para explicarse la constitución del Yo inconsciente. Considera
que un inconsciente derivado de lo preconsciente (como en la transformación
regresiva de las ideas preconscientes
del sueño) es una de las fuentes del
Yo inconsciente. Para esta categórica
afirmación se basa en' los conceptos de
Freud vertidos en El Yo y el Ello acerca
de que el Yo es una parte del Ello que
por medio de la percepción ha sido
modificada ante las influencias del mundo externo.
Siento que ésta es tal vez la parte
más sólida de los argumentos de Cesio
para sentar las bases de la existencia
de algo inconscientizado.
Sin embargo, se me hace necesario,
a esta altura de la lectura de las ideas
de Cesio, refrescar los conceptos de
Freud acerca de la necesidad de la existencia de una parte inconsciente del Yo:
"Nos hemos formado la representación de una organización coherente de
los procesos enimicos en una persona,
y la llamamos su' Yo. De este Yo depende la conciencia; él gobierna los accesos
a la motilidad, i¡ale decir: a la descarga
de las excitaciones en el mundo ext(lrior;
es aquella instancia anlmica que ejerce
un control sobre todos sus procesos parciales, y que por la noche se va a dormir, a pesar de lo, cual aplica la censura
onírica. De este Yo parten también las
represiones, a raíz de las cuales clettes
aspiraciones anímicas deben excluirse no
sólo de la conciencia, sino de las otras
modalidades. de vigencia y de quehacer.
480
Julio
Ahora bien, en el análisis, eso hecho a
un lado por la represión se contrapone
al Yo, y se plantea la tarea de cancelar
las resistencias que el Yo exterioriza a
ocuparse de lo reprimido. Entonces hacemos en el análisis esta observación:
el enfermo experimenta dificultades cuando le planteamos ciertas tareas; sus
asociaciones
fallan cuando debieran
aproximarse a lo reprimido. En tal caso
le decimos que se encuentra bajo el
imperio de una resistencia, pero él no
sabe nada de eso, y aun si por sus sentimientos de displacer debiera colegir
que actúa en él una resistencia, no sabe
nombrarla ni indicarla. Y puesto que esa
resistencia seguramente parte de su Yo
y es resorte de éste, enfrentamos una
situación imprevista. Hemos hallado en
el Yo mismo algo que es también inconsciente, que se comporta exactamente como lo reprimido, vale decir, exterioriza efectos intensos sin devenir a su
vez consciente, y se necesita de un trabajo particular para hacerlo consciente ".
He aquí la consecuencia que esto tiene para la práctica ana/ltica; caeria,mos en tntinites imprecisiones y dificultades si pretendiéramos
atenernos a
nuestro modo de expresión habitual y,
por ejemplo, recondujéramos la neurosis
a un conflicto entre lo consciente y lo
inconsciente. Nuestra intelección de las
constelaciones estructurales de la vida
animica nos obliga a sustituir esa oposición por otra: la oposición entre el Yo
coherente y lo reprimido escindido de
él." (El Yo y el Ello, Amorrortu, vol. XIX,
pp, 18-19.)
Renglones más abajo dice:
"Discernimos que lo Ice no coincide
cori lo reprimido; sigue siendo correcto
que todo reprimido es ice, pero no todo
lec es, por serlo, reprimido.
También
una parte del Yo, Dios sabe cuán importante, puede ser ice, es seguramente ice.
y esto lec del Yo no es latente en el
sentido de lo Prcc, pues si así fuera no
podría' ser activado sin devenir ce, y el
... " 'El destacado es mío (J. A. G.).
A. Granel
hacerlo consciente no depararia dificultades tan grandes."
Freud no consideró necesario proporcionar más detalles acerca del proceso
de formación del Yo inconsciente. Entiendo que Fidias Cesio intenta hacerlo,
reuniendo distintos pasajes de la obra
freudiana que somete, por supuesto, a
una elaboración propia.
Describe la formación del Yo inconsciente por un proceso donde la "transferencia de un deseo inconsciente al pensamiento preconsciente, desencadena una
regresión" (que él compara con la que
ocurre durante la formación del sueño).
y "estos pensamientos preconscientes
por enlace con la catexis inconsciente
'adquieren la condición de inconscientes.
Esta sería una de las fuentes del Yo
inconsciente" .
Siento aquí la necesidad' de pedir a
Cesio algunas aclaraciones: este proceso
es el que, según Cesio, da lugar a las
"inconscientizaciones".
Pero también podemos observar que es el que, clásicamente, corresponde a la represión propiamente dicha, descrita por Freud en
La represión (1915) y en Tópica y dinámica de la represión (1915). A esta altura
podemos sintetizar:
Primero, para Cesio el origen del Yo
inconsciente se explica por este proceso
de inconscientización.
Segundo, Cesio sostiene que los productos de la llamada represión propiamente dicha, o represión secundaria
(after-pressure), no son reprimidos sino
inconscientizados.
Tercero, que nos propone cambiar el
nombre de la segunda etapa de la represión (hasta ahora "represión propiamente dicha" [repression propperJ) por
el de inconscientización.
Se me hace necesaria aquí una nueva
labor de discriminación.
Es claro que a esa parte inconsciente
del Yo, que es inconsciente pero no reprimida, le cabría adecuadamente la de-
481
Discusión
nominación de lnconscienttzea«. Y al
proceso por el cual el Yo devino inconsciente (pero no reprimido), inconscientización.
Pero en mi concepto no me es todavía posible abarcar dentro de una misma
categoría, junto con el Yo inconsciente,
a la infinidad de representaciones que
son objeto de aquel mecanismo, hasta
ahora denominado represión propiamente
dicha, y que según Cesio debería denominarse inconscientización.
Creo que las representaciones del
Yo, con las funciones que todos conocemos, de síntesis, percepción, memoria y
mecanismos de defensa, son muy distintas de aquellas representaciones que
cargadas' con la' pulsión inconsciente, y
no habiendo podido deformarse adecuadamente, han sido desalojadas del sistema preconsciente y consciente. En
este caso, con una ideología muy diferente a la que presidió la formación del
Yo; han sufrido una repulsa, han sido
objeto de una prohibición de pasar, de
una grave condena a ser desterradas de
la zona de la consclencla. Siento que
en mí, la palabra inconsclentizaclón, que,
en cierto modo, me explicaría el proceso
gradual de formación del Yo inconsciente a partir de las huellas mnémicas de
la percepción corisciente-preconsciente
tiene una resonancia de tipo funcional.
Muy distinta de la palabra represión y
reprimido que nos están sugiriendo la
resultante de' una acción coercitiva, de
una activa repulsa precisamente ejercida por esa parte inconscientizada del
Yo.
Como dice Freud en. la cita mencionada de El Yo y el El/o:
"[ ... ] .eso .hecho a un lado por la
represión se contrapone al Yo".
¿Querría esto decir que representaciones. inconscientizadas entrarían en colisión. con las representaciones del Yo?
Más adelante nos dice Freud que I?
reprimido ha sido escindido de él y se
opone al Yo coherente. .
Quiere decir que también encontramos representaciones ínconscientizadas
que se han disociado de estas otras que
constituyen el Yo.
La existencia de estas colisiones me
sugiere la necesidad de mayor esclarecimiento en cuanto a la calidad y las
propiedades de lo inconscientizado; así
como de' la iu,stificación de una sepere-:
ción con relación a lo reprimido.
Considero a los elementos de la, hasta ahora, represión propiamente dicha,
que han sido objeto de una sanción tan
grave por parte del Yo, como mucho más
cercanos y continuadores de los elementos de la represión primaria, que como
elementos jnconsclentlzados próximos a
las representaciones del. Yo y a sus funciones. Por eso entra en colisión ..
3. El a posteriori de la represión,.
nachdrangen y nachverdrangung
El otro argumento en que basa Cesio
su nueva tesis sobre la represión se
apoya en el sentido que puede dársele
él cierto 'párrafo de trascendental importancia científica, expuesto por Freud en
Análisis terminable e interminable (1937).
Presentaré ahora mis comentarios al
respecto:
A lo largo de la obra de Freud queda
explícito que lo reprimido. comprende
tanto lo primordial o primitivo como
aquellos "retoños" de la siempre presionante representación inconsciente que
amenaza irrumpir a la conciencia "sobreinvistiendo" con su pulsión a los representantes preconscientes. Ya sea en
las representaciones' en las que ocurre
el "retiro de cargas" o "desinvestiduras";
y/ o su desplazamiento al inconsciente
por 'una "contrainvestidura";
aquellas
que constituyen las fijaciones de la represión primaria, todas ellas comprenden
para Freud, lo reprimido del inconsciente.
o
.P~ro en' 1937, en un 'párrafo del Capítulo 111 de Análisis terminable e interminable, que cita Cesio especialmente y
en el que se basa para su tesis, parece
conmocionarse todo el edificio de la teoría de 'la represión.
482
Julio A. Granel
Recordemos su texto:
pecíficos significa: uno después de otro,
uno tras otro, sucesivo.
"Todas las represiones tienen lugar
en la primera infancia; son medidas defensivas primitivas tomadas por el Yo
inmaduro y débil. En años posteriores
no aparecen nuevas represiones, pero
persisten las antiguas y el Yo continúa
utilizándolas para domeñar los instintos.
Los nuevos conflictos son solucionados
por lo que llamamos 'represión posterior' (after-repression)".
Uno de íos primeros elementos a
considerar, que sirve de apoyo a Cesio,
es que en esta obra Freud no usa ya
el término nachdriingen con que caracterizó a la represión propiamente dicha
en sus trabajos sobre Metapsicología; La
represión (1915), Lo inconsciente (1915),
así como el caso Schreber (1911).
En ese párrafo Freud emplea, en cambio, nachverdriingung. Esto ha suscitado
interesantes problemas.
Examinemos ambos términos e intentemos 'adentrarnos en sus significados.
Nachdriingen
En la Standard Edition aparece (en
La represión, Lo inconsciente y en el
caso Schreber) como "after-pressure" .•En
el Vocabulaire de la Psychanalyse, de
Laplanche y Pontalis, como "retoutement
eprés coup" (p. 397).' En la edición de
Amorrortu ha sido traducido como "esfuerzo de dar caza" ("La represión",
vol. XIV, p. 143).
Investiguemos su significado
mán;
en ale-
Se trata de una palabra compuesta
de dos términos nach y drangen.
Según el Langenscheidts Handwórter
buch, del Dr. Heinz Müller y el Prof.
Günther Haensch: Nach es una preposición de dativo; que indica movimiento,
algo que se hace a algo o a alguien:
hacia, para, en dirección de.
También significa:
tras, después de,
al cabo de. Unido a otros vocablos es-
Drangen: como verbo: apretar, oprimir, estrechar, empujar, acosar, acuciar,
urgir, atosigar, apremiar. Puede usarse
también como sustantivo, significando
insistencia, apremio. Como Freud lo emplea en mayúscula, suponemos que le da
este último sentido. '
Nechdrénqen puede querer significar
entonces: "el apremio posterior", "la
opresión posterior". También puede ser
entendido' como "empujar desde atrás",
o "lo empujado desde atrás".
Recordemos la traducción
chey: "after-pressure".
de Stra-
"Pressure" significa: presión, prensadura, urgencia, premura, prisa, ímpetu,
impulso, apretón, carga, opresión. O sea:
"después del apretón", de la "opresión",
de la "prensadura" constituida por la
represión primaria. O también el "apretón posterior", "la presión-prensadura"
que sigue a la primaria.
Pero de todas las maneras como se
lo pueda traducir es claro que Freud lo
usa para describir más gráficamente y
definir mejor al segundo momento de la
represión, cuyo mecanismo acaba de exponer en La represión (1915) y cuya
denominación: represión propiamente dicha (repression propper", para íos ingleses), acaba de acuñar.
Es la represión que sobreviene después de la primaria.
Utiliza el vocablo nachdrangen, después de explicar esta segunda etapa
("the second stage") de la represión,
para mostrar cómo son reprimidos los
"retoños"
psíquicos de la representación reprimida primordialmente, a consecuencia de sus estrechas relaciones
con ésta. Dice:
"A causa de este vínculo, tales representaciones [se refiere a los 'derivados' o 'retoños' J experimentan el mismo
destino 'que lo reprimido primordial';
La represión propiamente dicha es entonces (un) ... "Nachdrángen:
483.
Discusióri
En la versión de Etcheverry:
"La represión propiainénte dicha es
entonces un' 'esfuerzo de dar caza'."
(Amorrortu, vol. XIV, p. 143.)
En la versión inglesa de James Strachey:
"Repression propper, therefore, is actual/y an after-pressure".
(S.E. XIV, p.
148.)
Su significación podría completarse
sin excluir para nada a las' anteriores,
si recordamos una de las posibles traducciones de "nachdrangen" como "empuje desde atrás"; Es coherente con el
párrafo siguiente del mismo texto, en el
que Freud destaca la cooperación (atracción) que para esta segunda forma -de
represión ejerce lo reprimido anteriormente.
Nachverdrangung
El uso de este sustantivo en el consabido párrafo de Análisis terminable e
interminable no tiene para mi suficiente
fuerza probatoria de que Freud esté allí
proponiendo categóricamente el abandono del término represión propiamente
dicha, de su concepto, y del vocablo
nechdrsnqen
y de su sustitución simple y llana por nachverdrangung.
Este término ha sido traducido por
Strachey como "after-repression"
(S.E.
XXIII, p. 227) Y por López Ballesteros
como represión posterior.
Está compuesto por la preposición
nach (cuyas acepciones hemos precisado
en páginas anteriores) y verdrangung
que, entre otros significados que des!
pués detallaremos, es "el nombre técnico
alemán de represión, incluso de la preposición nach, que de 'acuerdo con el contexto 'del' párrafo tiene ciertamente aquí
el significado de tras, posterior, después
de, sucesivo. Peró también necn puede
usarse para ubicar temp'oralmente al va:
cablo que sigúe.' EjemplQ:
Nach-arbeit = trabajo suplementario
Nachbar = vecino
Nachhaus = casa contigua
Nachort = lugar inmediato
Nachbehandlung = tratamiento posterior
Nachrichten = últimas noticias
Ocurre cómo eón la preposlclón inglesa etter, que al entrar en la cornposición de muchas palabras significa:' después, posterior, subSiguiente; no siempre
significa "lo que viene después":
Asl:
=
After-acceptation
aceptación tardía
Atter-act = acto subsiguiente
After-attack = segundo ataque
After-Iaw = ley posterior
After-times ,,; tiempos venideros
(Appleton;s New Spanish Dictionary,
by Arturo Cuyás).
Sea que lo definamos como "lo posterior a la represión" o como "la represión posterior", no considero que por
ello' sólo esté descartando que "Eso"
posterior (a la represión primordial, pues
a ella se refiere), "Eso" que está en
otro tiempo que aquel de la represión
(de la primaria), en el aprés-coup, no
sea también otra forma de repmsión.
En cuanto que "no aparecen nuevas
represiones", sabemos, por otros pasajes de Freud, que los "derivados", los
•"retoños"
que son reprimidos en la,
hasta ahora, segunda etapa de la represión, provienen del complejo de Edipo; o sea "derivan"
de lo reprimido
primariamente (en la primera etapa), en
los más tempranos años infantiles (que
por sí mismos no podrán emerger directamente a la consciencia).
¿No se referirá a la cualidad en sí
de lo sujeto a represión, en relación a
que no' hay nuevos contenidos sino que
todos se refieren a lo infantil edíplco,
aunque en combinaciones diferentes?
Quedaría destacado así por Freud
que son aquel/as primitivas represiones;
las represiones de siempre, .Ias respon-
484
sables de toda acción defensiva. Son el
modelo prototípico de todo acto represivo posterior. Pero no necesariamente lo
excluyen a éste.
Este se ejerce sobre toda representación asociativa mente relacionada con
las representaciones primitivamente reprimidas, de las que depende muy estrechamente.
Un ejemplo de la vida cotidiana: cuando decimos "al fin y al cabo discutimos
las mismas cuestiones de siempre", queremos decir que en las discusiones está
interviniendo
un problema primigenio,
que es permanente y presente. No hay
"nuevos" cuestíonamientos a posteriori;
pero sí hay un cuestionar aunque se trate
siempre de viejos y eternos problemas.
Como eterno, primigenio e indestructible
es el complejo de Edipo.
También solemos decir: "No hay nuevas guerras en la historia; los hombres,
en su desarrollo las repiten siempre y
pelean siempre por las mismas cosas".
Los psicoanalistas sostenemos: "En
verdad no tenemos 'nuevos amores'; repetimos siempre aunque con apariencias
variadas un antiguo y único amor (el de
la infancia)".
Los "nuevos ímpetus de un amor renovado" (como dice el poeta) son el
renovar de aquel antiguo amor.
Mas esto no quiere decir que en lo
actual y presente "no amemos", "no
ejercitemos el amor".
Diremos: "las represiones actuales no
son nuevas. (In later year no fresh
[fresco, nuevo, reciente, recién llegado]
repressions are carried out, but the old
ones persisto S.E. XXIII, 227.)
Son las de toda su vida, las del principio, las de siempre. Las 'responsables
de lo que ahora. (fuera de aquel tiempo,
en el a posteriori, en el aprés-coup) se
reprime.
"And their services continue to be
made use by the ego for mastering the
instincts" (S.E. XXIII, 227).
No quiere decir que en el presente
"no reprimamos", "no ejercitemos alguna .forma de represión", que sigue las
de la primera.
Julio
A.' Granel
Según mi opinión, hasta aquí Freud
no ha puesto claramente en tela de juicio al proceso represivo de la represión
propiamente dicha. Es precisamente ésa
la manera como el Yo usa las represiones primarias. (The old, las antiguas, en
relación a las represiones actuales). Es
la forma como el Yo se sirve de ellas
para gobernar las pulsiones.
Lo que sí destaca Freud, como lo
viene haciendo desde Tópica y dinámica
de la represión (1915), es el papel fundamental y constante de lo primariamente
reprimido, en la operación de la represión propiamente dicha (propper). O sea
la de "desinvestimiento"
(Etcheverry) o
"sustracción de la carga" (López Ballesteros) de las representaciones preconscientes, "the withdrawal of the Pc. Cathexis" (Strachey).
Pero, en mi opinión, Freud no necesariamente está proponiendo ahora (1937)
suprimir para siempre y desde entonces
esta "segunda etapa", que es realmente
nachverdrangung, posterior a la represión (a la primera matriz).
No cabe duda de que Freud dejó allí
algo que tiene necesidad de completarse. Ese es el mérito de Fidias Cesio:
haber proseguido ese camino. Al proponer, pero ya desde Cesio, una nueva
denominación, para todo lo excluido del
consciente-preconsciente
que no sea
obra de la represión primaria, Cesio se
pronuncia definidamente en aquello que
Freud no fue adecuadamente explícito:
lo producido por la represión propiamente dicha, no debe seguir denominándose
"reprimido"; es lo "inconeciemizedo",
El hasta ahora segundo paso de la
represión no pertenecería ya más a este
mecanismo de defensa.
La fuerza de este pronunciamiento,
la seriedad de su fundamento, la trascendencia para la metapsicología son
indiscutibles.
Me planteo las siguientes reflexiones:
esa "destitución"
del carácter de "reprimido" con que hasta ahora (con Freud
en todas sus obras) hemos calificado a
las representaciones expulsadas de la
consciencia a posterior; de la represen-
Discusión
tación primaria, ¿no les da' a dichas representaciones un carácter demasiado
separado de lo primariamente reprimido?
Por una parte, es innegable que esta
postulación cesiana abre las puertas
para esclarecer y discriminar las formaciones del inconsciente y su funcionalidad. Tiende a destacar muy bien diferencias cualitativas y cuantitativas entre
lo que hasta ahora hemos considerado
como formando parte de lo "inconsciente
reprimido". Se habla frecuentemente de
"grados" y "niveles!' de represión, sin
mucha precisión. A partir de las ideas
de Cesio esto se delimita evidentemente
mejor.
Pero, por otra parte, aun sabiendo
las innegables diferencias específicas y
dinámicas entre ambos tipos de representaciones, ¿no corremos el riesgo de
ahondar demasiado dichas diferencias?
Con esta separación tajante entre "lo
reprimido" y "lo inconscientizado" (separación más amplia que. la que hizo
Freud al delimitar al Yo inconsciente, no
reprlmkioi, ¿no resultarán demasiado disociados elementos que se hallan muy
relacionados entre sí?
Lo que Cesio denomina inconscientiza dos y no reprimidos ¿no son acaso
los "retoños" (Amorrortu, T. XVI) de los
representantes pulsionales reprimidos por
la represión primaria? ¿No funcionan
acaso como "derivados" de aquellos
contenidos que nunca fueron ni serán
conscientes? ¿No quedará así separado
el tronco de las ramas, y si queremos de
las raíces, de lo que en realidad es un
mismo árbol?
Deseo introducir otra óptica en la
reflexión: la propuesta de Cesio de remplazar la palabra represión por inconscientización atañe a una considerable
serie de representaciones. Esta nueva
denominación puede, a mi criterio, atenuar la resonancia emocional que contiene la palabra represión y su carácter
oprlmente; lo sufriente y padeciente de
lo reprimido.
El término reprimir encierra los siguientes significados, excluyendo su
acepción específica para el psicoanálisis:
485
contener, refrenar, templar, moderar,
sofocar, disimular (tratándose de emociones violentas), concertar. Está asociado con represar: detener, contener,
estancar el agua corriente (Diccionario
enciclopédico Salvat, 1979).
Etimológicamente represión deriva de
opresión, derivado de oprimir. Tomado
del latín opprimere, derivado del "pressere" que significa: "apretar". (Joan
Corominas. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, 1973.)
Si restablecemos la conexión entre
los significados técnicos y los de uso
general, podemos suponer que estas
"opresiones" que definen el significado
popular del vocablo represión, estos
"apretamientos" son los que se ejercen
también sobre los retoños derivados de
lo primariamente reprimido. Diríamos
gráficamente que quedan apretados al
perder la fuerza de las cargas o investiduras preconscientes, compelidos contra la "barrera" de la censura, a veces
oprimidos por la contrainvestidura que
los arrastra al inconsciente. Siendo además empujadas desde atrás (nachdrángen) por acción. de lo primariamente reprimido.
Examinemos ahora el término alemán:
Verdrangung: a parte de "represión"
como nombre técnico en psicologla, el
diccionario nos dice: supresión, eliminación, expulsión', desalojo, desposesión,
desplazamiento, suplantación. (Langenscheidts Handworter buch, del Dr. Heinz
Müller y el Prof. Günther Haensch.)
No podemos negar un correlato de
significados entre todos ellos. Denominan adecuadamente la operación defensiva que tiene lugar en el aparato anímico. ¿Es acaso otro el sentido y !Ia ideología que el Yo ejerce lo qUE~hasta
ahora hemos denominado la represión?
¿Podemos suponer que los "derivados"
del Edipo infantil, por el solo hecho de
no haber sufrido la coerción de la represión primaria, no están afectados de
una.condición de "expulsados", "desalojados", "desplazados" o sea técnicamente hablando "reprimidos"?
485
Acaso las dificultades con que llegan a la consciencia, los eslabones que
deben usar, las complicadas operaciones
de su devenir consciente, ¿no nos están
mostrando también el gran esfuerzo ectivo que contra ellos se ejerce?
La palabra "represión"
nos evoca
bien la vivencia emocional de dicho esfuerzo (pressure).
Resulta interesante continuar con la
cita de Freud:
"Podemos aplicar a estas represiones
infantiles nuestra afirmación general de
.que la represión depende absoluta y enteramente de la intensidad relativa de
las fuerzas que participan y que no pueden .mantenerse cuando aumenta la intensidad de los instintos. Sin embargo
el psicoanálisis permite al Yo que ha
alcanzado mayor madurez y fuerza emprender una revisión de esas antiguas
represiones; unas pocas son destruidas,
mientras otras son reconocidas, pero reconstruidas con un material más sólido ".
Estos nuevos diques son de un grado
de firmeza muy distinto al de las primeras, podemos confiar en que no cederán
tan fácilmente ante un aumento de la
fuerza de los instintos. Así, el verdadero
resultado de la terapéutica psicoanalítica
sería la corrección que pone fin al preaomlnlo del factor cuantitativo".
(Análisis terminable e interminable, trad. López Ballesteros.)
Julio A Granel
En mi opinión no abre un juicio nuevo en el sentido de que sea distinto
de la represión esa re-Yisión; "others are
recognized but constructed a fresh out
of more salid material". S.E. XXIII, 227.
Re-construcción de las primeras (old)
represiones, pero no especifica que sea
por un mecanismo diferente en esencia
del usado cuando fueron construidas.
(Tengo desde luego muy presente las
diferencias entre represión primaria y
represión propiamente dicha.)
Sí recalca que lo distinto es el "material" (es más sólido, pues es más fuerte
el Yo) usado para la re-construcción.
Lo cual concuerda con las características
específicas, metapsicológicas y clínicas
de la represión secundaria.
Se refiere también a nuevos diques,
lo cual parece sugerir que sigue obrando
un tipo de represión, pues el oponerse
a las pulsiones con diques es característico de esta forma de defensa.
¿Se desdijo realmente Freud en 1937
de sus conceptos sobre represión y sobre la calidad de lo reprimido después
(a posteriori) de la represión?
Como no es explícita una tal rectificación ni contamos con una reformulación desde Freud, nos ha dejado el interrogante. Fidias Cesio ha partido de
este espacio abierto y desde allí ha
elaborado su tests, con su reconocida
agudeza y seriedad científica.
" Lo destacado es mio (J. A. G:).
Escribe Moisés Kijak
Me es muy grato comentar el presente trabajo del Dr. Cesio, cuyas ideas
centrales me eran ya conocidas, por haberlas expuesto el autor en el Simposium
de 1978 sobre "Inconscientización".
Tratar sobre este tema implica un
riesgo: el decaer
en repeticiones que
pueden ser muy interesantes pero poco
creativas. El trabajo del Dr. Cesio, en
cambio, es original y creativo, ya que,
tomando un concepto conocido, el tema
del Yo inconsciente, lo coloca bajo una
nueva luz, la que se desprende del estudio de la obra de Freud desde, una
Discusión
perspectiva histórica, tratando de integrar distintas líneas de pensamientos
pertenecientes a épocas diversas. Lo
que obtiene, a mi entender, es la posibilidad de responder a interrogantes preexistentes y no resueltos hasta ahora, y
abre nuevos caminos de investigación.
El~breve pero denso trabajo del Dr.
Cesio, si bien se centra sobre las características del Yo inconsciente, trata sobre
otros temas afines: la represión primaria, el "a posteriori de la represión", etc.
Todos ellos pueden ser considerados
como resúmenes de trabajos independientes. Mi intención es centrarme, en
este comentario, sobre algunos aspectos
vinculados con el tema central: el Yo
inconsciente y sus contenidos.
El Dr. Cesio nos explica, en una excelente síntesis, la génesis del inconsciente reprimido, la formación del Yo por
efecto de la percepción-consciencia, la
diferencia entre el primero y la parte
inconsciente del Yo, y respecto a' esta
última, caracteristicas vinculadas con su
origen y sus contenidos. Dice Freud:
"Una parte del Yo, también -y. los cielos saben cuán importante es- puede ser
inconsciente, indudablemente es inconsciente". A partir de esta cita, el Dr. Cesio nos va a describir cómo está constituida esta parte inconsciente del Yo.
Creo que para poder entender esta cita
de Freud, perteneciente a El Yo y el El/o,
sería útil retroceder unos años, y recordar cuáles han sido los motivos que lo
han llevado a modificar la teoría topográfica por la estructural. Uno de estos
motivos lo explica Freud en Más al/á
del principio del placer. Mientras se
refiere a la compulsión de repetición,
dice.
," La resistencia procede en la cura
de los mismos estratos y sistemas superiores de la vida psíquica que llevaron
a cabo anteriormente la represión. Mas
como los motivos de las resistencias y
hasta estas mismas son -según nos demuestra la experienciainconscientes al
principio de la cura, tenemos que modificar y perfeccionar un ,defecto en
nuestro modo de expresarnos. Escapa-
487
remos a la falta de claridad oponiendo
uno a otro, en lugar de lo consciente
y lo inconsciente, el Yo coherente y el
reprimido. Mucha parte del Yo es seguramente inconsciente, sobre todo aquella que puede denominarse el nódulo del
Yo, y de la cual sólo un escaso sector
queda comprendido en lo que denominamos preconsciente.
"Tras de esta sustitución de una expresión puramente descriptiva por otra
sistemática o dinámica, podemos decir
que la resistencia del analizado parte
de su Yo, y entonces vemos en seguida
que la compulsión de repetición debe
atribuirse a, lo reprimido inconsciente,
material que no puede probablemente
exteriorizarse hasta que la labor terapéutica hubiera debilitado la represión."
Estas ideas, sobre la existencia de
aspectos inconscientes del Yo, encargados de las funciones defensivas, ya las
encontramos en germen en el Proyecto
(parte 1, cap. 14), y en los primeros
párrafos de Nuevas observaciones sobre
las neuropsioosls de defens.a; ideas que
sigue desarrollando en obras posteriores
(Lo inconsciente, p. ei.), y a las que
vuelve en El Yo y el EJlo, cuando quiere
equiparar ambas tópicas, sobre todo en
lo que respecta a los alcances del término "inconsciente".
Si volvemos a la cita de Freud: "Una
parte del Yo, también -y los cielos saben cuán importante es- puede ser inconsciente, indudablemente es inconsciente", y nos preguntamos cómo se
origina y cómo está constituida, la respuesta que nos da el Dr. Cesio es clara:
en la medida en que "el Yo es la parte
del Ello que ha sido modificada por la
'influencia directa del mundo externo por
medio de la percepción-conscienc:ia", la
parte inconsciente de ese Yo no puede
estar constituida de otra forma que no
sea por elementos percibidos por la
consciencia, y que perdieron sus catexis
preconscientes por enlaces con catexis
inconscientes, Es decir: los contenidos
del Yo inconsciente son aquellos que han
caído bajo el "a posteriori de la represión".
488
No encuentro ninguna objeción que
hacer a esta afirmación del Dr. Cesio.
.Pero me da la impresión, sobre la base
de mi anterior cita de Freud, y de los
comentarios a ella, de que dentro de las
fronteras del Yo inconsciente, hay otros
contenidos, además de los que recaen
. bajo el "a posteriori de la represión".
la instancia encargada de todas estas
complejas operaclones, el retiro de las
catexis, la instalación de contracatexis,
es decir, la encarqada de la represión,
como de todo otro mecanismo de defensa, es también una parte constitutiva de
este Yo, .y también es inconsciente al
igual que los contenidos que recaen bajo
ella.
Las defensas del Yo no sólo son
inconscientes por el hecho de que el
sujeto desconoce sus motivos y el mecanismo, sino porque además presentan
un matiz compulsivo, repetitivo, que las
asemeja a lo reprimido contra lo cual
luchan.
El hecho de que el Yo debe cumplir
un papel. de mediador entre el Ello, el
Superyó :y. el mundo externo, cada uno
de ellos con sus exigencias contradictorias entre sí, lo que lo expone a otros
tantos tipos de amenazas, hace que su
autonomía sea relativa y alterne con sus
servidumbres. Esto explica que junto a
funciones altamente especializadas como
el control de la motilidad y de la percepción, la prueba de la realidad, la
anticipación, la ordenación temporal de
los procesos mentales, el pensamiento
racional, etc., todas estas conscientes,
. apárezcan otras Inconscientes; como la
gama de conductas defensivas, por
ejemplo.
Otro tema al cual m~ quiero referir
brevemente, dentro de los límites que
me permite este comentario, es el que
concierne a las identificaciones.
Cuando el Dr. Cesio nos explica cuáles son los contenidos del Yo inccnsciente, parte de la afirmación de Freud,
de que "el Yo es la parte del Ello que
ha sido modificada por la influencia di.recta del mundo externo por medio de la
percepción-consciencia. Para el Yo la
percepción desempeña la parte que en
Moisés Kijak
el Ello es la de las pulsiones". No cabe
la menor duda de que es así. Lo que
sí me preguntaría, es respecto a qué
parte del mundo externo es la encargada de plasmar a ese Yo. Evidentemente que no es el mundo externo en
general, sino ciertas percepciones priviiegiadas las que van a plasmarlo.
No me referiré ahora al -papel privilegiado que tiene la percepción del propio cuerpo, sino a las provenientes del
mundo interhumano.
La teoría estructural es un fiel reflejo
de la importancia que Freud otorga al
concepto de identificación: las estructuras psíquicas ya no se describen en
términos de sistemas donde se inscriben
imágenes, recuerdos, contenidos psíquicos, sino como los residuos de diversos
tipos de las relaciones de objeto. Estas
identificaciones (me refiero,. para evitar
otro tipo de interpretaciones que podrían
hacerse, a las tardías, donde existe un
grado suficiente de madurez del Yo, que
permite la diferenciación Yo-no Yo) que
van a moldear al Yo del sujeto, van a
formar parte constitutiva del Yo preconsciente. Pero los mecanismos previos,
que dieron lugar a que el sujeto se transformase total o parcialmente sobre el
modelo de otro, al asimilar un aspecto,
una propiedad, un atributo de éste, quedan como parte constitutiva del Yo inconsciente. Tanto es así, que durante
la terapia analítica se los puede hacer
conscientes. Es decir: esta parte del Yo
inconsciente vinculada con las identificaciones, va a tener características muy
distintas a aquella que resulta de un
retiro de las catexis preconscientes más
el enlace de catexis inconscientes que
caracteriza a la "nachverdrangung".
Finalmente quisiera referirme en pocas palabras a otro componente del Yo
inconsciente: a aquel que es capaz de
relacionarse con aspectos del Ello no
reprimido, es. decir, con el acervo filogenético de la especie, que es inconsciente antes de toda represión.
Tomemos, por ejemplo, la creación
poética. Freud concibe a la simbolización como algo arcaico, universal, heredado. Es propiedad del Ello.. La pala-
Discusión
bra, en cambio, constitutiva del pensamiento preconsciente, proviene de percepciones que quedaron inscritas como
huellas mnémicas. Cómo explicar dicha
creación, si no es suponiendo la existencia de cualidades en el Yo inconsciente, que permiten al Yo, sumergiéndose en el Ello, donde impera el proceso
primario, extraer materiales al mundo de
las palabras, donde rige el proceso secundario.
Estos contenidos del Yo inconsciente,
aunque emparentados con los mecanismos defensivos, sobre todo con la sublimación, poseen, creo yo, algunas características distintas. En la creación
poética se utiliza como materia prima,
no sólo elementos pertenecientes al inconsciente reprimido, sino también del
inconsciente que es patrimonio heredado
489
de la humanidad y al cual pertenece el
lenguaje simbólico universal.
Resumiendo: he pretendido, al excelente trabajo del Or. Cesio, hacer una
pequeña aportación que tiende a ampliar
los contenidos del Yo inconsciente. En
él se encontrarían, además de los contenidos que caen bajo el "a posteriori de
la represión", también los mecanismos
de defensa. Además postulo que las
identificaciones que durante toda la vida
van plasmando al Yo, también dejan sus
huellas en el Yo inconsciente. Finalmente considero que el Yo inconsciente es
la sede de aquellos mecanismos que permiten que puedan ser traídos a la consciencia, en forma de creación artística,
contenidos pertenecientes al acervo heredado de la especie.
RESPUESTAS DEL AUTOR
Trabajar sobre los comentarios de los doctores Granel, Benjamin y Kijak ha sido
una grata experiencia. Me ha estimulado a repensar cada una' de las ideas que contiene
mi trabajo, enriqueciendo la elaboración de los conceptos que encierra. Me he encontrado con reflexiones que muestran una base común que me confirma en los fundamentos de mi contribución, reflexiones positivas, de esas que hacen placentera la
discusión cientifica.
A Julio Granel
La estrecha relación personal y científica que nos une hace de esta discuslón
una continuación del diálogo que siempre
existió entre nosotros. Contestaré siguiendo el orden de tus interrogantes.
El término "inconscientización",
que
adopto en mi trabajo,' fue creado por el
comité organizador del, simposio sobre
"lnconscientlzación",
dirigido por Gustavo Dima. Me pareció un hallazqo y de
valor para hablar del proceso por el cual
los pensamientos preconsclentes devienen inconscientes.
Vamos ahora al punto 1. de tu comentario: "El modelo onírico como -explicación de lo inconscientizado".
Cuando
Freud, en La interpretación de los sueños, habla acerca de los procesos que
denominamos inconscientización habla de
procesos que encontramos en, las neurosis en general. Destaca Freud que
descubrimos estos procesos en el análisis de los síntomas neuróticos, entre
los que quedan jerarquizados los sueños
y las transferencias. El concepto de Yo
inconsciente que - esboza en sus investigaciones sobre los sueños es el que
define finalmente en' El- Yo y el Elio. Se
trata de conceptos' fundamentales para
la explicación del funcionamiento del
aparato psíquico.
Creo que la duda que planteas acerca de si las representaciones preconscientes
catectlzadas por el deseo inconsciente y que por lo tanto están bajo
las leyes del proceso primario sean inconscientes' queda aclarada cuando tomamos en consideración que estas representaciones ,han experimentado
la
represión secundaria -el a posterlori de
la represión-,
es decir, el retiro de las
catexis preconscíentes
y la atracción de
las ideas del inconsciente reprimido. Estasrepresentaciones
ya no pertenecen
al preconsciente aunque tampoco al inconsciente reprimido desde donde son
atraídas. Están entre lo inconsciente reprimido y lo preconsciente. A esta zona
es a la, que definimos como Yo ínconsciente.
Tú destacas que estos pensamientos "están dotados de una notable vecindad con los contenidos manifiestos".
Si bien en muchos casos es así -aunque
en otros n 0:-, de todos modos no per-
492
tenecen a lo preconsciente, pues una
de sus cualidades es la imposibilidad de
atraerlos a la consciencia por más esfuerzos de .atención que hagamos. Sólo
cuando se desligan de las ideas inconscientes reprimidas son capaces de alcanzar la consciencia.
Cuando Freud olvida la palabra "Signorelli", esta palabra que Freud no puede atraer a la consciencia por más esfuerzos de atención que hace, ha perdido
las catexís preconscientes y ha sido atraída por una idea inconsciente que tiene
que ver con el suicidio de un paciente de
Freud -sexualidad y muerte-, idea que
a su vez tiene el, poder de: "lnconsclentlzar" la palabra "SignoreIli' por su enlace
con una idea inconsciente reprimida correspondiente al complejo de Edipo de
Freud. "Signorelli" ha dejado de ser
preconsciente pero tampoco es del inconsciente reprimido. Lo mismo pasa con
la memoria correspondiente al paciente
, que se había suicidado. Son pensamientos que se han tornado inconscientes,
han sido "inconscientizados".
Más adelante planteas la participación
de la "progresión" en la formación de
los síntomas, en particular los ,sueños.
Recordemos que en la constitución del
sueño =-de la alucinación- la regresión
es el proceso que la 'define, la regresión
a la percepción. El camino que recorre
la excitación desde las' ideas latentes
hasta la percepción es regresivo. Freud
denomina "progreslón",
en cambio, al
"camino" que sigue la excitación desde
las ideas latentes a la representación
de palabra preconsciente, que es la única capaz de hacer .consclente un pensamiento latente. 'Cu~ndo nos cuentan un
sueño, se trata de la descripción de una
alucinación; las palabras propias dé la
revisión secundaria -contenido
manifiesto del sueño":- no son las que revelan el 'pensamiento latente sino que describen una alucinación. Estas palabras,
así como la alucinación, carecen' de la
propiedad "progresiva" de hacer consciente una idea latente. Hasta que no
nacemos conscientes las ideas latentes
del sueño las palabras que las enuncian
no denotan el proceso "progresivo".
Fidias A. Cesio
Veamos ahora el segundo punto de
tu comentario: "Acerca del origen y
constitución del Yo inconsciente".
En esta parte reproduces el texto de
Freud donde explícitamente describe al
Yo inconsciente. Tenemos que agregar
aquí que ya en La interpretación de los
sueños, cuando se ocupa de los sueños
de castigo, describe la existencia de un
Yo inconsciente. Dice Freud: "La característica' esencial de los sueños de castigo es entonces que, en su caso, el deseo que construye al sueño no es un
deseo inconsciente derívado de lo reprimido, sino uno punitivo que reacciona
contra él y perteneciente al Yo aunque
al mismo tiempo inconsciente". Lo cierto
es que Freud dedicó muy poco espacio
en su obra específicamente al concepto
de Yo inconsciente, aunque es un concepto fundamental, sobre todo en lo que
concierne a la explicación de la experiencia clínica; basta pensar que el material que descubrimos con nuestra interpretación es parte del Yo inconsciente,
que lo inconsciente reprimido es inaccesible directamente y que lo construimos
a partir de esos pensamientos latentes,
es decir, del Yo inconsciente.
Me pides una aclaración acerca de ,
la relación existente entre la inconsclentización y lo que conocemos en la traducción de López Ballesteros por "represión secundaria". Creo que es más
adecuado anteponer el carácter secundario, lo secundario a la represión = a
posteriori de la represión. La inconscientización es el resultado del a posteriori de la represión -represión secun.darla=-, El "a posteriori de la represión"
-represión
secundariaes también
denominada "represión propiamente dicha" seguramente porque cuando hablamos' de represión lo hacemos a través
de su manifestación secundaria.
En el ejemplo de "Signorelli", esta
palabra está secundariamente reprimida,
desaparece del preconsciente por su enlace con una idea inconsciente reprimida,
de manera que, a pesar de los esfuerzos
de atención de Freud, la palabra no aparece, está inconscientizada. Cuando con
el análisis pierde el enlace con la idea
Respuesta a los discutidores
inconsciente reprimida vuelve ala consciencia, pues nunca estuvo primariamente
reprimida. En este ejemplo está clara
la diferencia entre lo inconscientizado,
secundariamente reprimido ("Signorelli")
y lo inconsciente reprimido que motivó
esta inconscientización, que en el análisis que hace Freud no aparece en su
consciencia y que sólo podemos inferir
a partir del proceso de inconscientización.
Veamos ahora en el tercer punto de
tus comentarios: "El a posteriori de la
represión, Nachdrangen y Nachverdran·
gung".
Te aclaro que mi contribución para
nada es una nueva tesis sobre la represión. Sólo intento describir los 'distintos
momentos en que se' manifiesta, 'de la
manera lo más completa posible, destacando los puntos que me parecen que
en general son poco tratados.
, La investigación que haces sobre los
términos que 'usa Freud, Nachdrángen y
Nachverdriingung, me resulta de lo' más
interesante e instructiva. En mi lectura,
entiendo que "Nachdriingen",
"afterpressure", "represión secundaria", es el
nombre que corresponde al retiro de las
catexis preconscientes de un pensamiento preconsciente y a la atracción que
493
sobre él ejerce una idea reprimida -primaríamente-. Tal como tú dices no creo
que el uso de Nachverdriingung signifique el abandono del concepto anterior
sino tan sólo la búsqueda de una mayor
precisión en su enunciado.
Pienso que estamos de acuerdo en la
manera de entender lo que aparece como
lo primariamente reprimido y lo secun-.
dariamente reprimido. En lo primariamente reprimido están los elementos
propios del complejo de' Edipo; en lo
secundariamente reprimido están 8US derivados, derivados en los que está presente lo primariamente reprimido. Justamente la presencia de lo primario es
lo que da a lo secundario el carácter
de "reprimido". Mientras lo secundariamente reprimido puede alcanzar la consciencia, lo primarlarnente reprimido, no.
Una y otra vez insistes en que yo
propongo remplazar la palabra represión por inconscientización. Repito: lo
que. hago es describir el proceso por
el que se constituye el Yo lnconsclente
destacando el papel de la "Nachverdrángung", conservando totalmente, el concepto .que da Freud. Según entiendo a
Freud el concepto dfolrepresión que sostiene al final de su obra no es ~ás que
una reformulación de las formulaciones
precedentes del mismo concepto.
A Adolfo Benjamin
He leído con placer tu agudo comentario .. Va más, allá de los límites de mi
contribución. al cuestionar las hipótesis
de Freud acerca del "aparato" pslqulco.
Me veo entonces estimulado a hacer algU!las conslderaclones generales acerca
de estas hipótesis. ~n varias partes de su
obra Freud insiste en que las hipótesis
que crea para explicar las observaciones que realiza en su práctica psicoanalítica son sólo eso, hipótesis, las que,
cuando ya no sirven, son cambiadas por
otras que funcionen ,mejor. Sucede que
muchas' veces el estudioso. de la obra
de Freud toma el andamiaje -la
hipótesis- por la "cosa" construyendo así
aparatos momificados que nada. tienen,
que ver con las hipótesis. Sígnorelli para
pintar sus frescos tuvo que montar un
complicado andamiaje, un "aparato". Podemos estudiar la estructura de este
andamiaje y agregar lo necesario para
que funcione' mejor. También para apreciar sus frescos necesitamos luz }I ojos
494
Fidias R. Cesio
para ver. Son todos : elementos que podemos considerar secundarios y camblantes pero tan necesarios como el
fresco mismo para que éste exista. Valga
esta metáfora para significar el valor del
"aparato" de Freud dentro de la teoría
pslcoanalltlca.
No entiendo qué quieres decir por
"el naufragio de su vida corporal" de
Freud cuando te refieres a su concepción del modelo espacial como una extensión de lo psíquico. En cuanto a esta
"extensión"
la comprendo justamente
como la expresión de la categoría espacio-temporal del preconsciente y en
ese sentido entiendo que lo dice Fréud.
Al fin y a'l cabo por el solo hecho del
empleo de la "lengua" -preconscientepara explicar nuestras ideas acerca del
pslquisrno colocamos a éstas en un tiempo y un espacio, en sistemas, en "aparatos" verbales, excepto que las usemos
como metáforas teniendo en consideraclón que las palabras son "andamiajes"
para concebir ideas pero no las ideas
mismas. No hay mayor diferencia entre
un modelo gráfico y otro verbal cuando
se los entiende como representaciones
de ideas, y ambos son "aparatos", cuando se los cosifica.
Como representantes de las ideas
los dibujos tienen sobre las palabras la
ventaja de una mayor condensación, de
manera que de un golpe podemos representar lo que por medio de la linealidad del discurso verbal nos es imposible. Por otro lado lo mismo que es una
ventaja se transforma en un inconveniente, pues la falta. de I.a palabra implica
la falta de "un'elementó' fundamental para
la consciencia plena de la idea.
Cúando en una parte de tu comentario usas el' modelo anatomofisiológico
del ojo, recurres tú también
un medio
de representación que algún lector puede considerar un "aparato".
a
Preguntas por "el luqar de la palabra eriel
aparato". Depende de qué
entendamos po~ palabra. Si adoptamos
los conceptos clásicos de la lingüística,
colocamos la palabra en lo preconsclente
~s.ign~s de Jale!1gua-y
enloconscten-
te, más la expresión motora -habla-.
Si agregamos el concepto psicoanalítico
de lo inconsciente, entonces la palabra
adquiere la dimensión que le da su enlace con las ideas inconscientes, ideas
de cosa, constituyendo la presentación
del objeto. Estas son las ideas que
Freud nos da en el capítulo séptimo de
Lo inconsciente, donde se ocupa en particular de la palabra dentro de la teoría
psicoanal ítica.
La lingüística es una ciencia que fundamentalmente no toma en consideración
lo inconsciente. Saussure, el descubridor
del concepto de "lengua", describe al
. signo de la misma constituido por un
significante -imagen
acústicay un
significado -conceptoy compara, salvando las diferencias, al sistema de signos con un diccionario. En esta teoría,
significante y significado para nada comprenden el concepto de inconsciente que
define el psicoanálisis. En todo caso la
"Vórstellunq" de Freud es incomparable
con el concepto lingüístico de significante
-imagen acústica del signo-o Puede ser
"significante" pero no dentro de la lingÜística de Saussure. En todo caso
cuando denominamos significante a ideas
inconscientes esta palabra pasa a representar un elemento propio de la teoría,
psicoanalítica y, entonces, ya no pertenece a la ciencia de la lingüística, pues
se han modificado conceptos fundamentales de la misma.
En lo que sigue planteas: "qué del
ser de la paciente es Yo inconsciente
y qué su Ello; por qué esta discriminación". Trataré de aclarar este punto de
una manera general. El Yo inconsciente
es una función del inconsciente reprimido; la existencia' de uno implica la del
otro. Lo inconsciente reprimido pertenece al Ello, así como lo inconsciente
no reprimido; mas este último no está
necesitado para expresarse del Yo inconsciente, si bien inevitablemente en
sus manifestaciones participa el Yo inconsciente. Entiendo que la expresión
"donde era Ello ha de ser Yo" significa,
que lo que es ,Ello debe ser percibido
Respuesta a los discutidores
por la. consciencia para, de esta manera, pasar a formar parte del Yo -consciente-preconscientey del Yo inconsciente. El Yo inconsciente,. al no estar
en el Ello, no es comprendido por esas
palabras de Freud. Contestando a la
siguiente pregunta: la represión primaria
se infiere desde el hacer consciente lo
inconsciente del Yo inconsciente, ya que
por ser este último una función del inconsciente reprimido lo revela por sus
derivados.
En la cita que mencionas de un trabajo mío anterior ("Palabra y transferencia") uso la palabra Yo en el sentido
del Yo-consciencia, que censura y enmascara las ideas inconscientes. La idea
intolerable pertenece al Yo inconsciente
y está intensamente ligada a ideas pertenecientes al inconsciente reprimido.
Cuando en otra parte hablo de "pensamientos que se prolongan en una red que
alcanza 'lejanas' zonas de su mente",
me refiero a pensamientos del Yo inconsciente. En la segunda cita que haces de' aquella contribución, el análisis
que hago del me corresponde a un fenómeno descriptivamente narcisista, tal
495
como tú dices, y de ldentiñcacloneu. Se
trata de un narcisismo secundario que
tiene que ver con las identificaciones.
En cuanto a estas últimas tienen que
ver con el "aparato" en cuanto en su
establecimiento contribuyen percepciones
y pensamientos que siguen las vicisitudes de los que ya comentamos.
Te preguntas finalmente: "¿Podriamos
entonces decir que el conocimiento suprarracional, el conocimiento intuitivo, y
todo lo 'que es englobado en la idea de
misticismo es manifestación del Ello y
todo lo demás es del orden de un Yo
inconsciente?"
Si tomamos en consideración la existencia de un Ello reprimido
-inconsciente
reprimidoy un Ello no
reprimido" y que lo que es del Yo inconsciente es función del inconsciente
reprimido -parte del Ello-, nos encontramos con que todas las manifestaciones
tienen sus raíces en el Ello. Una respuesta posible a tu interrogante es la
de que está más "cerca" de una manífestación directa del Ello el conocimiento
intuitivo, místico, que el que aparece
claramente mediado por el Yo inconsciente.
A Moisés Kijak
Tu comentario tiene, por sobre las
demás virtudes, el valor de presentar
perspectivas acerca del tema de mi trabajo que no aparecen tratadas en el
mismo. La hipótesis según la cual los
mecanismos de defensa pertenecen al
Yo inconsciente y la de que las identificaciones dejan sus huellas en el Yo
inconsciente son temas que ocuparon
mi interés cuando elaboraba mi contribución, pero, aunque las considero importantes, me parece que desbordan los
límites de la presentación del concepto
en su sentido más específico. En lo
que sigue te explicaré mis ideas sobre
estos puntos ..
Durante años he oído decir que el
Yo inconsciente está constituido por los
mecanismos de defensa, lo que me parece distinto de lo que describe Freud
cuando lo define sobre todo por pensamientos que han experimentado Ell a
posteriori de la represión -represión
secundaria-o
Cuando pensamos la represión en función de ideas que se oponen a las inconscientes del inconsciente
reprimido nos preguntamos si lo perteneciente al Yo inconsciente es la idea
o el mecanismo. Siguiendo este razonamiento, diremos que lo que podemos
hacer consciente es la idea inconsciente,
no el mecanismo -que es la descripción
496
de-lo que ocurre entré las ideas-o En
otras palabras, algo es inconsciente, del
Yo inconsciente, cuando haexperimentado el a posteriori de la represión, de
ahí que podamos hacerlo consciente. El
mecanismo no experimenta el a posteriori de la represión. Lo inconscientizado
son ideas con sus catexls y la represión
es una función de lás ideas, de manera
que estudiar los mecanismos de defensa
es estudiar la constitución y vicisitudes
de las ideas. Hablar de mecanismo de
defensa como perteneciente al Yo inconsciente es lo mismo que decir que el
Superyó pertenece al Yo inconsciente,
ya que la represión es una consecuencia
de su presencia, mas, como instancia el
Superyó tiene su prcpla significación
aunque aparezca su acción en las ideas
que .configuran al Yo inconsciente.
. Sigo ahora con tu otra postulación:
"las identificaciones que durante toda
la vida van plasmando al Yo, también
dejan sus huellas en el Yo inconsciente".
En la teoría de Freud unos enfoques
son inseparables de los demás.
En
La interpretación de los sueños la descripción del aparato psíquico en términos de imágenes, recuerdos, contenidos, etc., es el resultado de relaciones
de objeto. Ya entonces quedan estos
elementos dentro de una hipótesis estructural que comprende la identificación, a la que alude explícitamente. En
el proceso de identificación
participa
todo el psíqulsmo, incluido el inconsciente reprimido, ya que en su constitución, aun en los períodos tardíos, en
Fldias
R. Cesio
otras proporciones, están presentes los
mismos elementos que establecen las
identificaciones primitivas. En la base de
toda identificación están las primarias.
En el Yo inconsciente concebimos las
ideas que tienen que ver con estas identificaciones y que por estar en conflicto
con la consciencia son lnconsclentizadas. En el análisis de las identificacioneshacemos conscientes los elementos
correspondientes a ideas latentes ·-del
Yo inconscientey éstas nos permiten
inferir las raíces reprimidas de estas
identificaciones. Mas esto es el análisis
mismo y" desborda los límites de la definición de Yo inconsciente.
En conclusión estoy de acuerdo contigo en que el proceso de identificación
deja sus huellas en el Yo inconsciente
y me parece importante consignarlo.
En tercer término postulas que "el
Yo inconsciente es la sede de aquellos
mecanismos que permiten que puedan
ser traidos a la consctencie en forma
de creación artística contenidos pertecien tes al acervo heredado de la especie". Agregas que te refieres al Ello
no reprimido. Si destacamos que el Yo
inconsciente es una función del inconsciente reprimido que lo establece y mantiene, todos sus contenidos tienen que
ver con la represión. Desde este punto
de vista cualquier manifestación del Ello
no reprimido tendrá lugar en lo preconsclente. Claro está que es inevitable un
enlace con las ideas reprimidas lo que
Significará una participación del Yo inconsciente.
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