La Defensa siempre impi^esionante, este detalle intcrosante de aquel cruento d r a m a ; y à pesar dol rodar de los siglos, llegan à nosotros conmovedores el latir del corazón atribulado dol Hijo y los tristes y dolorosos suspiros de la afligida Madre. A. B. y G. i la ferm Mare dels set dolors, Verge Maria, jo os veig ab vostre Fill en I' agonia aòrassada a la Creui les llar mes que vessant regan la terra, del Calvari alterós, V esquerpa serra, suplici del gran Deu. Oh quin dolor mes gran debeu sentir ne al cop d'aqueixa espasa! Qui sufrirne com Vos jamay podrà? No podran, nó, les dones de esta vida qu' es terrible y mortal vostra ferida com cap al mon n: hi haurà. Jo us vull acompanyar én eix martiri, puix que sofrir ab Vos es mon deliri del arbre sant al peu; VuUaumhl, donchs, oh dolsa Mare meva, vull ser crucificat ab Vos sens treva, com ho va ser mon Deu. R. AYE JUANOLA. CRUX! Retroccdamos los veinto siglos que forman la Era Cristiana y nos encontraremos de lleno en el scno de una sociedad, ya decrèpita, caminan(lo entre sombras de muerte, pròxima à aniquilarse à si misma on insondable abismo, al empuje de los mas degradantes viciós que por monicntos van minando su ya harto desquiciado organisme social. Síntesis un dia do las bellezas do la Creación el linajo liuinano, cuando purisimo y resplandeciente, segúii la idea divina, salicra al influjo suave del Todopoderoso, del osouro y espantoso caos de su nada, mas tarde prostituïa, en el colmo do su ingratitud, tanta grandeza al prurrito vil de sus infames apetitós, que por momentos debieron internarle màs y màs entro donsas y asfixiantes nebulosidades de Muerte. (jCorno presumir siquiera on la naturaleza humana tan integra restauración, que pudiese competir on esplendor y grandeza à su esplendor y grandeza primitiva? No se hizo, sin embargo, esperar el Eestaurador, quicn por un fonómeno singularisimo, linico sin duda on la Historia del genero humano y coino base sistemàtica de su misión divina, venia à contrarestar, à oponer dique infranqueable, al empuje avasallador de todas las pasiones desencadenadas en el oorazondel hombre. A su solo aspecte debia cejar para siempre en sus arbitraricdades tirànicas, el coloso Imperio de Roma, que oien veces en su condensación pavorosa redujera à desengafio deíinitivo las protonsiones altivas que tuviera la raza semítica sobre el mundo, cobijando à la sembra de la Cruz sus grandezas: sus discipulos venian à confundir al Areópago, los grandes monaroas do la tierra dobian, desde aquol entonces, fijar en su divisa la màs preciada de sus joyas, marcàndola en sus gloriosos estandartes como el mas brillante de sus trofeos. Sono la hora de los grandes slmbolos, é interin prcparaba en Jerusalen el Hijo del Hombre el portento mayor que jamàs presenciaron los cielos, los csoribas y fariseos hablaban al pueblo (.|no, siempre falto de saber, siempre dèbil y sugcstionablo, se presto gustoso à perseguir al gran profeta al eco destemplado y unànime de cstc grito «muramos todos con tal que muera cl que se dice Dios»: eco delirante y rabioso que desde entonces, pasando à formar etapa culmínante en la Historia del orgullo humano, halló una vez màs el testimonio de tantas profecías, tantos milagros que acreditaban divina à la víctima de sus furorcs. íHecho singular y fecundo! Sin dnda en él so inspiro cl gran Donoso Co:tés cuando exclamaba: «.Jesucristo no venoió al Biblioteca de Figueres mundo por los milagros y profecías sinó à posar de todas estàs cosas» Jesucristo propicio à apurar hasta las lieces el caliz de amargura, sube cargado con el leno santó del sacrificio la àspera cumbre del àrido Calvario;por un momonto palidece el azul celeste de la atmosfera j cl seno del Gólgota late de espanto: un acento lúgubre y lastimero interrumpo aquel cuadro de horrorós: es la voz del divino Jesús que clama al Eterno Padre banado en lagrimas «Padre mio, padre mío gpor qué me )ias desamparado?» Al timbre de esta voz despedaza su seno la luna y torrentes de sangre corren à confundirse con las aguas dol inmenso Océano, mientras on sus horrorosos surcos ocultan su confusión los espíritus infernales para no presenciar el sacrificio: algunas aves del desierto rcvoloteaii perdidas sobre las ciudades, que estan onvueltas ya en el silencio é inmensidad de la noche, mientras los olivos del vecino luonto ven sus lànguidas sombras pobladas de muertos, que abandonan sus frias osàsides. La redenciòn toca à su íin: con voz fatídica anuncia desde la Cruz Jesús moribundo, que todo lo Antíg-uo està ya consumado. Un silencio pavoroso sucede al desconcierto mancomunado de todos los elementos llorando à su Dios: nada se distingue ya erL la Croac-ión sinó una Cruz, un hombre muerto en ella y postrado à sus pies un capitan, que golpeando su peoho exclama: «Verdaderamente este hombre era Dios» Maria, la carifiosa Madre, sola, triste en su iimienso desconsuelo. Mas tarde, el espiritu cristiano, fecundizado por la sangre generosa de millones de màrtires, qiie sostuvieron con denuedo por espacio de 3 siglos lucha eolosal con la sana despiadada de los poderes, tomo incremento en aquelles corazonos, antes secos, que à su mflujo reverdecie ron al rocío suave do la gràcia, y cuando un dia so vió abrazado por inteligencias sabias de venerables g'riegos, en nada vario por esto el evang'elio, cuyas ideas fueron dictadas para reinar sobre Roma, sobre Atenas y sobre todo el mundo, cuyo fondo no podia ser alterado por ciència alguna. No fué la memòria de Homero, ni Platón, ni Aristótoles la que absorvió la doctrina apostòlica; esta fué la que, tendiéndose coiuo un velo de luz sobre los mares y los cerros, que infundió sentimientos à los poetas y profundas ideas à los filòsofes, eclipso la antigua glòria y pretendida inmortalidad de estos, enseüando asi, con lección tan elevada coiuo tremenda, que si la Grècia era la luz del mundo Antiguo, el Cristianismo vino à ser lus de luz, verdad de verdad. Y no fué menor la influencia de la Criíz en la prosperidad do los pueblos; porque de la verdad evangèlica, penotrando en los corazones, enseüa à todas las clases cuales son sus deberes, cuyo cumplimiento resolvería en primer termino la tan pavorosa cuestión social que hoy so agita; à su sombra benèfica toma tambièn grande incremento el desarrollo y civílizaciòn de las naciones, pues al par que por las euseiianzas de la Cruz se trasforma el mundo y se moralizan las oostumbres, fuento do progreso moral y material para las nacíoiaes, elevan ellas los corazones para que latan al impulso do seiitimiontos nobles y dan ejemplos de virtud, llevada al heroisme, à nuestra sociedad moderna, que tan necesitada està de ellos, por los muchos g'érmones do corrupción que onciorra y los escasos caractéres que cuenta. El literaro, el polltico, el economista, cuantos han de discutir en la pronsa y en los Congresos acerca de los g'randes progresos que agitan hoy las inteligencias, doben reconocer con sumisión que la pàgina tan admirable como inmensa de la Cruz aporto à la sociedad una misión altamente social, y os ella la síntexis històrica de la reconstituclón de la família, de la abolición de la esclavitud y de la formaoión de las grandes nacionalidades que se han infiltrado todas de su espiritu. jAve crux spes única! que s' experimenta.—Mes ,Ma,ria, la, Verge santa no vol aquix alivio. Miréula inmóvil al peu .de la creu; veu caurer yota ú yota, la. sanck del seu bon y estimat Fill Jesús, lo ven, esjiirar... iqui pintarà la pena y el dolor cque scntf—Ko tí conssol son cor ni repòs s' ànima.— Tot callaòa al seu contorn; ni 'I sol d.onaha llum, ni de la terra, brotaha la rerd.or d.e las plantas, ni las agguas feyan soroll, ni'ls aucells cantaban, ni las flors feyan olor, ni 'I rent piulaba, ni 'I mar roncaba, ros, ben res, tot era, quiet; es que la natura, contemplaha, à, la. Mare dolorosa y com/padescuda., callaba per no llastimar el cor afligit de Maria—gcpd aliviarà tants torments y congoixas?—f^cpd medebitiir tui?— iqui explica,r podrà els dolors de la Verge? ioti! segurament epie al desclavar d .Jesús de la creu, Maria, exclam,aría,·. «vin^i, vina JHll men, vina d la fcdda, de la teva. Mare a.fligidissima, vina, vina als meus brassos qu,e jó ab las mecas lldgrimas vidl rentar las tuas llagas, estimat de la meva ànima, prenda del meu, cor, vina, vina ah mi...—Guants y cuants grams dolors ha tingid gue .mfrir la Verge Maria y los hec ,sufert per nosaltres; cdl dónchs molt estimaria. Ull pare sent viument la mort del seu fill aymat; mes son cor paternal no reb, no, impresió tan forta, sinó veu las congoixas y agonías que acompanyan d la mort.—Agar surt de la, casa de Abrhdn ab lo seu ayinadet fill Ysm,ael en los brassos, mes durant lo llarcJi camí per 'I desert y acabada la provisió, nota qne 'I seu infantet comenssa d defallir...y no tinguent valor per veurerlo espirar lo deixa al peu d' un arbre, lluytan ab la mort y...fuig de sa presencia y plorant exclama: «No, no tinch valor, no puch, no veuré morir al meu fillet: nou videbo moriem piíerum.»—Ab V ausencia de tal desgracia, apar com un alivio al mal ypèrdua Los turbios ojos al (-nipirco i-ielo Dirige, y rucga al l'adi-e sacrosniíln Para cneontrar cl úiiico coiisiielo Entre sus peiias y mortal qnehi'aiifo. Padre, lo dice, cl càliz he l)ol)ido. Muero y nacl tu voluiitnd cniiipliendn. Hoy rocibe mi osjjii·ltn aliigido; Padre mío. en tus maiios nio ciicoinieiKlo Dijo; y las sicues con dolor lovniíla Doquier cefiidas (1(> ])uiizaiii(> ospiíia Muero. por íin y la caljcza saura Sangre manando sobre el peclin inclina. Densas tinieblas sobro el liniNzoure La difundida oscuridad aunient;ni: Rajàndosc las ])euas en cl iiioíito La muerte injusta do su Dios JainíMilavi, L. F. S. Pbïo. ^y. Horror }- es[)anto cnnde on cl cahai-in. EI sol S(! eclipsa à \ista d(d toi·ininifo. Y en la ciudad cd velo del saiirnai'io So rasga de dolor y sentimiciito. •àeg m i i »4 "*", *J m Cicles Uorad, que al llacecUir. |i;isin;ulos. Aquí veis espirar en diiras ])i>n;is. Salvando està à los liombres. ([iie aliei·i-oj.idi fj-emían bajo l)àrbaras cadcnas, Pcd.ro. l'bi-o. A-ii-ai-ii i 1 Deualla A L A BSUERTE D E J E S Ú S . Del moiito criminal on la vertiente Eeina el silencio, eual en noche oscura; Solo el Cedrón, que baja mansamento. Ell lo profundo plàcido murmura. ® En el fondo del valle dilatado Ecos responden en confuso acento J)e las veces que el pueblo amotiiiado Lanza à niorced del vagoroso viento. Todo tristoza y soledad respira Ciianto acaece en torno del Cal vario; Mayor qucbranto al corazòn inspira De la cima-cl aspecte funerario. Cruces y lauzas levantarso veo Sobro su vasta y pedregosa cumbre; Allí agolparso en ronco clamoreo El tropel de la ingrata muchodumbro. Brilla el motal de lanzas y morriones Entre los guardas y la turba ardiento, Ya se adelantan bàrbares sayonos Hacia la cruz do el Sonor està podndionte. Y està colgado el que su excelso trono Scbre la tierra y sobre el mar asienta! jY es aquí el blanco de infernal encono, Ciibierto todo do baldón y afronta! del Culrarl nu liu de xnng i./ne intondd l'efimarei vi.lesa, d.el.^ é.sser.'i ni(ir.ii.Ia^. Las mans crucificades cex.^anf sndiïs hondatK cüçan al inon enter (/ne un noble alé fecunda. L, Amor encén lu. fama del cor diri l>riif(>nthi; volant demnn eh éí^ser^. tots restan i nfd nldts. y el sol eclipsant I' oin.hi-a de i'.i-i^t els h(l tan dolçament, endKilc(itíi el gandi í'ncrn l'etoi-na. J^a fac del mon lliurat i-efnda jocenesa . El front sués. ec,·<ungite, el líedemplor inclinií al pés de V obra ecselsíi del poder diri- que ignoran //(//. Ensemps CONSTANTS. Dolors de Maria EI Jnsto và à mnrii-...à cada inslanle Pa.roce espira (>1 hijo de ;\Iaria Ponjuo ya palideoc su soiublanli' Con el blíinco eolor d." la a,u'oui;i. Ci-isf ojir/mif j)ei- la .Mort '.Ini cru e^o. la, ofega anifort abràir, ear n'i'.·< llda ilirina y enruna sfrn imperí, fornnn l·liome imnortid. .JOSI-M'II ara » M01il<'.l{.\ KM, ^ t^- jVíater Dolorosa. Angeles santes, descended del ciolo Y à Jesús consolad on sus dolorós... Mas no vengais, que este es su anhelo Padecer por salvar los pecadores. En modio dol susurro y movimicnto Dmlces gemidos daba cl moribundo, Y antes que exhalo su postror aliento «Sed tengo», exclama con dolor profundo. De los falsos escribas atizado La aceda esponja vil sayón le alarga Y sobre el cuerpo frio y desangrado Nievo tormonto con la hiol descai'ga. El acibar de la pena que hoy apiïra aliijida la Madre de dolor lleiiíi. del pecado la eadeiia rompo y nos da iiuova. v.idíi. pues sin su dolor profundo cual fiat de oti'a creación. no SC operarà en elnuindo el milagi'o sin sciçundo de la humà,na l'edención. 11. j f f a í lux: l·^Lio el mundo poi-ipie Dios (|iiÍpo: