ADIONISTBADOB ED6CRICIOKES ,t*AGO AJ»nriOII>A»0 i ' ' i i DON LEÓN OCHOl OE ECHiQUEIb . i:e euBcrlbe en 1& Admini&tr&cioñ, AltAtp , Madrid, mes, irsi FBSKTA; ProTiocias, trimestre, CIKÓO ; Antillas espaflolas y li&cioiies firmantes dol tratado postal, ^trimestre, DIEZ; Portugal, trimestre, OCHO I en los demás países, trimestre, QUIÍTC?. i> i, ricdad general de Anuncio*, PrteaB^S^ (.rat.Los extr*oj«r(»A(r«BC>»ilaTM,rMir Número saelto!, 5 eéaüo^ V Numero suelto h céntimos. Tres párraíbs de historia. t . , El parttcTo fasionista pas6 ^1 tiempo de sn oposif (íián ál partido conservador gritando que habia creaI ¡io una situación política intolerable por lo reaccioI .Catia, y que para él (partido fusionista) estaba guar' 4ado realizar las grandes reformas y desarrollar los 'implios movimientos liberales, cuando alcanzara la i ¿obel;hacion del país. f í Sacó roas de una vez á la vergüenza, para aboi .«hornar al partido conservador, el decreto de 9 de [^lebrero de 1873, refrendado por el Sr. Cárdenas, i ¡contra la ley de matrimonio civil de 1870. i i Despedido del gobierno el partido conservador, y ' reemplazado por el partido.fusionista, comenzóse á 1 .recordar á los victoriosos el compromiso de su sig• íiificacion liberal en este punto. ;-' Se les pidió que puesto caso que el partido cons^pervador habia derogado una ley por medio»deun ¡•decreto, hiciera el partido fusionista gobernante i'Una cosa mas legal y mas fácil.—Que derogase el I decreto con o'ro decrelo. i' ¡Primer de? jngaño! Voces descendidas de las altu>ta3 gubernamentales contestaron: aLa empresa es "•^demasiado .nrdua para realizarla sin la madurez neícciaria (ios coüservadores hablan consumado la *suya do una plumada). Llevaremos el asunto á las I'«Cortes para que lo resuelvan por laedio de UHJ »ley.u Keuniéronse 'as Cortes, y se osperu en aquel mo>nento la prcs'¡líacion de la ley que debía :>nii!ar el decrelo atcntntorio de los ronser'ailores. iSogundo desengaño! La? mismas vocer dijeron que no se de"ia legislar á trozos, y que lo relativo al iuatrii)ioni'. civil figurarla ceno une Je ¡os capít-j!os del i;.;-- „ Código. ¿Lo presentaba y<t el ministro do Gracia y Justicia !• « las Corles? No; iba á llevar las bases quo debieran jt*erv¡r para la redacción de ese rjdi;;o. ¿En dónde estamos ya del prometido liberalismo flel pariido fusioni-üá? Ni dec.eto, ni ley. Todo su llurcr reformista, todo su einpeno en destruir la obra j Conservadora fué á anidarse en unas bases que de'*>CTán servir, si se aprueban, para una obra que el ; Partido fusionista gonernanté presentará á las Cortes I 'al vez cuando no quedo memoria de que tal gobier*io ni tal partido hayan existido. Herao.s rctroc-dido de un decreto para derogar .Otro decreto á una ley, de una ley á las bases en que habrá de cimentarse un nuevo Código civil, en que *e conteíiga lo relativo al matrimonio. ¿Nos paramos aquí"? No, país candido, y digno y Dada merecedor de haber venido á ser pasto de fu, «ionistas. í , Las mismas voces gubernamentales de otras ocai Biones han hablado ahora para decirnos que sobre ; esas bases siguen ó se seguirán negociaciones con el jalicanti; que es de esperar que se llegue á un punto f de concordia entre ambas potestades, porque la pruj oencia de la Santa Sede no desconocerá las necesida1 des del tiempo presente; y quo si tal no sucede, el gobierno sabrá mantener los derechos del Lstado. ¿Lo quiere alguno mas claro? ' Para derogar el decreto de matrimonio civil del I «Ro 1875, dado por el gobierno conservador para fa1 Vorecer las mi.as de la Sífnta Sede y congraciarse * ton olla, el partido fusionista negociará con la Santa I Bede, y esperará su aquiescencia. ;: ¿Hasta cuándo? ¿Y hasta cuándo esperaremos nosI «tros la vuelta de esos M.tmbrús poliUcos con las negociaciones ganadas? ¿Hasta Pascua ó hasta Navidad? Hemos reconocido leaimente que en estos momentos solo han mantenido con vigor y dignidad su puesto esos obispos y arzobispos, que irguiéndose ton la fé de sus convicciones han rechazado las componendas, que huelen casi siempre á mezquinos •ubterfugios, diciendo: «Esta es nuestra doctrina: •Sígannos los que quieran./) • ¿No habrá on el partido fusionista conciencias de •cero, ni memorias que rpcuordcn ¡as promesas hcthas? ¡Ah! jSi en esa fracción disidente que se dibuja en ja mayoría, no existiese levadura alguna de dcsconfento por favores ministeriales no obtenidos! :3i solo 6e moviese por desengaños experimentados en las •levadas esferas de las reformas generales y de los principios desde que su partido ganó el poder! ' . Ha sido blanco de epigramas mientras se ha considerado á esa disidencia movida por sentimientos Personalísimos; pero si realizara un acto que demostrase que solo atiende á principios é intereses geneI *ales, y que se ruboriza de que su partido no cumi pía vigorosamente lo que ofreció, y que no tolera S Ser complico de su descrédito en esa cuestión trasj*endental del matrimonio civil, ¡cómo so trocarían t ' n plácemes las sospechas y en apoyo las dudas de ^•^ opinión! En nuestras columnas acojemos hoy el documento público que suscriben los diputados á quienes se ha Ratificado de disidentes. Damos escasa importancia * las frases; queremos hechos. ¿Comprenden toda la importancia del papel que *'lo3 v cuantos se les asocien pueden representar, si Quieren, dentro de su partido? ¿Desean ser y significar algo? Pues sean la voz enérgica que grite dentro de sus mismas filas, que prometer y no cumplir (no *^ cosas menudas, sino en las grandes reformas en ^Ue se prueban las agrupaciones poderosas), es ca•^'nar lentamente á la muerte con el descrédito por enfermedad en el corazón. Sean los obispos y arzobispos del partido fasioWsta. ¡ Los presapuestos. No podrá decir el ministro de Hacienda que el Congreso alarga la discusión de los presupuestos. Dos de los parciales fueron discutidos y votados ameayer. el de Gracia y Justicia y el de Marina, y ¿otros dos ayer, el de Hacienda y el de gastos de ''S contribuciones y rentas públicas. , La discusión es tan breve, que ni merece tal nomwe. Respecto al de Marina no la hubo ni breve ni 'afga. El asunto valia la pena, sin embargo, de ser *Xaminado. El ministro de Marina presenta el siste""ía que cree debe seguirse para la construcción del Material flotante, la defensa de las costas por los torpedos y otros puntos importantes. El presupuesto presenta S 3|4 millones pesetas de aumento en el segundo semestre de 1881-82, y 3 millones en 1882-83, «>»doi sobre 1880-81. Sin duda ha oarecido todo muy bien, á la Cámara. Únicamente un diputado preguntó si constarán las observaciones que habia hecho en la comisión. En Hacienda hay 2[3 millón de aumento en el segundo semestre 1881-82 y 3 millones en 1882-83. Parte de este aumento procede de la nueva organización de la administración provincial, pero también hay aumento en el person&l do otras dependencias. Una gran parte del aumento en 188á-83 para los gastos de contribuciones y rentas públicas, cuyoau* ;nento es do 3 1(2 millones para el segando semestre 1881-82, y de 10 3(4 millones para 1882-83 procede de los gastos de adquisición, trasporte, fabricación y expendicion de tabacos. Y salvo algunas indicaciones, no inoportunas por cierto del 3r. Cos-Gayon, respecto al lujo que se está desplegando en aumentar dotaciones del personal, observaciones que por lo demás revestían un carácter general y no se concretaban al presupuesto de Hacienda, después que como comentario á esas observaciones pidió otro señor diputado un aumi^nto de haber para los carabineros, y después de breves contestaciones del ministro y el subsecretario do Hacienda, se aprobaron los dos presupuestos parciales. Los contribuyentes que hayan esperado la discusión de los presupuestos para apreciar el empleo que se da á las ccitribuciones é impuestos, no han de hallar tarca fácil la do formarse un juicio acerca de ello. Se dice á esto que la discusión ya ha tenido lugar en las solicomisiones y en la comisión general. Claro es que allí se liace el trabajo de exámer. en detalle. Por lo menos uebe hacerse. Y allí es donde se acude á pedir que se aumente tal partida, ó que se aurrentf'u tales ó cuales sueldos. Todos son á pedir. Y viene luego la discusión en sesión pú¡;.ica, la nie ha de constar en la Gaata y en el Diariv J-' Se^ nes, la que puede conocer el país, que tiene ierec.o á enterarse de lo que además tanto le interesa; so hacen algunas breves indicaciones, se vota la totalidad del presupuesto parcial, se votan los artículos y á otro. Así van á pares, á dos por dia los deparlamentos ministeriales. Ciertamente, no decimos esto por deseo de que se combatan los proyectos del gobierno. Sin duda, tanto estos como las ínodiñcaciones que In comisión introduzca, serán excelentes, pues que la Cá.:. ia los aprueba puede decirse sin discusión. Razón demás para que se conozcan los motivos de esas n:r>dif5c3ciones. Y ya que por un sistema, que no es ciertamente plausible, so suprime, ó poco menos, la discusión en la sesión pública para llevarla toda á la comLsicr-, nublíquense las actas de las sesiones de ésta en la (¡aceta. El procedimiento no será ni más ni menos irregular que lo que se está haciendo, pero á lo menas, el paí's podra enterarse de lo que tanto le importa y de lo que tiene derecho á saber. Para completar lo anómalo é irregular de estos debates, se asegura que los presupuestos de ingresos serán discutidos antes que las leyes de Hacienda. Aquí viene como anillo al dedo una locución francesa: Mettre la chamie avatit les íceafi; poner el arado delante de los bueyes. A Tuela pinina. Lós empleados de ferro-carriles y empresas particulares han dirigido una petición á las Cortes y una exposición al señor ministro de Hacienda pidiendo se les exima de la gravosa contribución que en concepto de industrial so les impono. ¡inundan sus peticiones los exponentes en que no son industriales; que el impuesto es anti-constitucional; que se les exige un recargo por cobranza, siendo así que son las mismas compañías las que hacen la recaudación, y que, en fin, cuando se descarga á los funcionarios públicos de sus descuentos, es injusto mamenftrlos sobre los que son meros agentes de sociedades, que pagan muy buenas cuotas al Tesoro por sus oparaciones. Merecen, en efecto, ser oidas e?^'' reclamaciones. Ayer hubo serenata delante del palacio de Buenavista. Además de otras piezas selectas, ejecutadas por la prensa en miisa, La Correspondencia Militar tocó el «trágala,)) Es decir, publicó íntegro el discurso pronunciado por el Sr. Canalejas en la sesión del miércoles. Después de prodigar El Siylo Futuro al Sr. Montero RÍOS los vocablos mas selectos de su repertorio—excepción hecha de los de grueso calibre, |que reserva para los mestizos—se encara con nosotros, y tras de copiar algunos párrafos nuestros, se fija en el siguiente, en que suponíamos una respuesta del gobierno á los prelados: (iComo gusten sus eminencias. »E1 matrimonio canónico geri el único válido para la Iglesia. rPero el matrimonio civil será el ünico qne produzca efectos para el Estado.» Imagínense ustedes lo que El Siglo Futuro añade á nuestras palabras. i.Mguna excomunión mayor! dirán los lectores. Pues, no, sañores, nos suelta un ¡aaíl como un templo. ¿En señal de conformidad? ¡Kasgad vuestras vestiduras y cubrios de ceniza las frentes, obispos y arzobispos del orbe católico!... Dice El Estandarte: «Dos ministros, cuando menos, están de cuerpo presente.» Eso está prohibido por las leyes de sanidad pública, y llamamos la atención de las autoridades acerca de semejante abuso. i.* Qae el Papa puede abandonar por más ó menos tiempo la ciudad del líber, áaliendo por voluntad propia de su «dura prisión.» 2. Que donde quiera que esté el Papa estará el eje, etc., etc. . O como decía et caballero aciuel del cuento do Sancho-Panza al rústico ceremonioso: —Sentaos, maja-granzas, que donde quiera que yo me siente, ha de estar vuestra cabecera. .Si el Papa ha de ser siempre todo lo que El Fémo dice que es, esté donde esté su residencia, ¿por qué se escandalizan ciertos maja-granzas de que se aiscuta la oportunidad del hecho quo tratábamos en tiüestro artículo del jueves? celebrado las elecciones. Lo demáSi lo miimo A^ef que anteayer y que todos los dias. £1 catecismo QÉ la natural curiosidad que todos los representútitef del país reciben con el acta. j —BI Sr. Alvarez Marino pide la concesión de aof pensiones de viudedad.—Jura el Sr. BfaisoUMive.-» El Sr. Alonso Pesquera asegura que la diptttacioil provincial de Valladolid ha sido de las primeras «{M han solicitado recursos para establecer gránia-HRM délo. Recuerda que á consecuencia de las elecdkH nes de 1879, fueron procesados algunos ayutitaniét tos, y suplica al gobierno que procure su indulto. Contesta el señor ministro de la Gobemaci<Ml<{04 por delitos electorales no procede el indulto, tíñúU amnistia, y que aun sintiéndolo, no la pro{)ondrá. No pudimos saber quien pagaba los vidrios r o t e » El general Salamanca pidió que Sé le resertflafa íf palabra para hoy. ¿Lo sanremos esta tarde? ., \ Hay quien dice que al general se le banácabadv las chini'.as. ^ S a i a a y siga«. Los periódicos ministeriales que hablan de la? subvenciones nos dan una pobre idea del concepto en que tienen la honrada profesión del periodismo. No hemos sido nosotros los que tomamos la iniciativa er el asunto, ni cuando nos pareció oportuno recoger las indicaciones de otro colega para apoSi así es, los capdeponjanos Do deben temer por yarlas, tuvimos por qué ni para qué señalar intención alguna en detrimento de nadie. Lamentamos un su tejado. vicio de nuestra política empleando el ridículo, y Presupuestos. . nada mas. Se discutió el del ministerio d? Hacienda. Habw* Pero una vez que la Correspondencia Ilustrada y ron los Srcs. Cos-Gayon, ¿amacho. Rico, Botfi^ después otros diarios ministeriales se creyeron en el Puigcerver, Ochando y Moret. Sus discursos no son de nuestro reino. caso—ellos sabrán por qué—de marcar con el sello El de los presupuestos es el único caso de inbibi* de ¡a reprobación á algún periódico por ellos calificado de independiente, fraSi. bastante genérica para cion para el cronista. ocultar tras ella la irresponsabilidad do la ofensa, Después de nn discurso elocuente, una rectifican nosotros, por decoro del periodismo, y hasta por de¡)er de compañerisino en favor del periódico alu- cion inmejorable. El triunfo del Sr. Canalejas f^é dido, cualquiera que él sea, hubimos de dirigirnos completo. No podrá quejarse el general Mártinef á esos colega?, pidiéndoles que fueran explícitos en Campos: tiene actos como el de Sagonto, sitios como sus denuncias, que no seria justo amontonar sobre el de Cartagena y convenios como el del Zanjón;» uno el IcJo que tal vez haya de repartirse pro- Derrotas como la de ayer no podrá resistir muchaf iorcional y equitativamente entre los mas servicia- en el banco azul. Entre el criterio del señor ministro de la Oaerra^f os ó los mas osados. Llegada la cuestión á ese estado, no por culpa el del señor ministro de 3Iarina respecto á la vuelja nupstra, tenemos el propósito de no abandonarla al servicio de los militares perseguidos por catis^t hasta conseguir, con el apoyo que sin duda obten- políticas~dijo el Sr. Canalejas—hay contradicciop. Combate la declaración hecha por el Sr. Martinas dremos de nuestros colegas, que se baga pública la inversión del crédito concedido ai ministro de la Campos de que todos los pronunciamientos, todM los movimientos revolucionarios hechos por el e j ^ Couernacion para gastos secretos. Y si consideraciones de gobierno impiden la pu- cito que han resultado victoriosos, han sido prepf^^ blicidad minuciosa de ciertos servicios de policía en rados por la opinión pública y e^tigidos por Mbión persecución de criminales ó de urgencias imprevis» de la patria, porque entiende que esta doctrina «S tas, que nmgun fondo Inmoral envuelven, nómbrese disolvente. Añade que no siempre pensó lo mismo^l g e n e m una comisión parlamentaria en la que se hallen representados todos los partidos para qne informen Martínez Campos, y lee un párrafo de un docomeilto sobre lo digno, y sin descubrir lo indigno, si lo hu- en qus el mismo general elogiaba al gobierno de i a biera—porque no queremos el mal de nadie—bús- república. Extraña que el ministro de la Guerra recbazafa quese el medio de cortarlo de raíz para lo sucesivo. Lo que no puede consertir la prensa sin mengua las reformas en la reorganización del ejército prode su decoro, es que se sostengan públicamen en el yectadas en tiempos de D. Nicolás Estébanez, porsalón de conferencias diálogos acerca si son mas exi- que en' aquellas reformas intervinieron el actualsubgentes con el ministro de la Gobernación algunos secretario de Guerra y el general Crezco que no s ^ periódicos ministeriales de ahora que los periódicos rán sospechosos para su señoría, y porque el impk« ministeriales de antes; si en el fondo de gastos secre- rio alemán, con ser imperio, ha adoptado esa orgatos que sin justificación alguna distribuye el minis- nización. En todos los pueblos cultos—dice—^porque tam» tro, abren mas brecha las peticiones de hoy que las bien en asuntos de guerra hay pueblos cultos é indemandas de ayer. Si eso parece á la Correspondencia Ilustrada y kEl cultos, y yo deseo que el mió sea culto en todo, se Constitucional que puede oírse resignadamente, á ha adoptado aquel sistema de organización militar; nosotros, que ni somos ministeriales ni indepen- solo aquí queremos resistimos á las eugenclas de dientes en el spntif'o que viene usándose la frase, ni los adelantos del tiempo. El ministro de ia Guerra habia pedido el otro dia tuvimos que contar jamás en los cálculos de nuestra existencia medios extraños á nuestro capital y al al Sr. Canalejas que probase alguna de sus acosaconcurso del público, á nosotros, repetimos, nos eiones. Ayer el Sr. Canalejas las probó todas y algaiu» afecta, porque la primera condición que la prensa necesita para ser respetada, es que se respete á si mas. misma, teniendo medios decorosos y conocidos de La misma pintoresca elocuencia de siempre. Coa vida. A nosotros no nos hace daño nadie, diga lo que decir que el Sr. Martínez Campos pronunció un disquiera, entiéndalo así El Constitucional, ni es la Cor-i curso más, está dicho todo. Mientras el minis'.ro b«« . *:^> re$pondencialIlustradalel periódico que ba de darnos i bla, la retórica y la lógica lloran. 'ír^ lecciones de pudo, qui bien pudiera guardar prr-> ^i, I Hé aquí un extracto de .^us declaraciones: quien después de haber lanzauo la piedra contra un ' Niega que exista desacu'rdo en la manera da at>K« colei^a que él calificó de independiente para señala.r ciar la? cuestiones entre él y el ministro de ManQa. Dice que seria obra de romanos contestar á todaa el tiro, ha tenido la prudencia de esconder la mano, las cuestiones que el Sr. Canalejas ha tratado. merced á un ridículo si&Sterfugio. Añrma que tanto él, como el ministro de Manna^ Uno y otro colega son ministeriales, y sabiüo es que el (ondo de los reptiles fué siempre disputado por como todos los individuos del gabinete, se bailan da los periódicos ministeriales en cuantos países existe, acuerdo en un todo; porque representan las mismas sin negar por eso que haya hombres y periódicos ideas y las mismas tendencias (el Sr. Sagasta baca bastante desdichados para traficar con su concien- signos afirmativos), ideas y tendenoias-'-afiade—qut cia. A ambos colegas, pues, les interesa averiguar son las mismas de nuestro digno presidente, que de por qué el señor ministro de la Gobernación se ha hecho le reconocemos todos por las bellas cualidades negado á rebajar á CU.OOO duros la partida de gastos que le adornan. Examina su participación militar en tiempos de la reservados. Si para esto han venido los constitucionales al po- república, y declara que antes de aceptar los maadot der, no valia la pena de que D. Venancio González quo le confiaron manifestó sus opiniones alfonsiqal á los Sres. Salmerón y Castelar, pero que no ooospisustituyera á D. Francisco Romero Robledo. ró contra la república. Añade que siempre dirfendtó El grupo de los descontentos protesta, en su mani- el orden, y que acudió al ejército de Lérida y al xle fiesto, de la especie de que se ha formado contra ele- Talencia para restablecer la disciplina, conngui|nmentos que acaban de proclamar su adhesión á la dolo con un poco de energía y sin tener necesidad de imponer ningún castigo. dinastía. Negó que baya ordenado cambio de g a a m i o i o i ^ —Esas sospechas, dicen, se habrán fundido al capues en los ocho meses que lleva ahora de ministro lor de nuestros aplausos. La frase, si se quiere, es bonita; pero si ese proce- de la Guerra solo ha dispuesto el traslado de un redimiento se adoptase en definitiva para hacer profe- gimiento de caballería que estaba diez y siete attóf siones de fé, la claque llegaría á ser una institución. en el mismo punto. El general se extiende eo re-> cuerdos para demostrar que el cambio de guarnicioParece que ha habido algún ministro que ha pro- nes no estorba los planes de los conspiradores. ° Esta parte del discurso del ministro la oimo* con puesto á sus compañeros qne se trate como adver; sarios á los diputados descontentos, declarándoles verdadero interés. Porque el general Martínez Campos podrá no Mi guerra sin tregua en la persuasión de que los disiorador, pero es entendido en pronunciamientos. dentes se quedarían reducidos á media docena. Mejor diplomático es el general Fritz, el de La También habló el seCor ministro de Marina. ' Gran duquesa. Dijo que ha estado siempre de acuerdo con:isa Deja que el enemigo se cebe ea el botin, y descompañero el general Martínez Campos, en qaiea'Te pués de cebado, le desarma. _^^^, m al primer patricio de esta nación y a nno de nues-—: r tros mas valientes militares. £1 Sr. Canalejas rectificará boy. ~ El Congreso. Í Hablando el diario parisién Le Fígaro de cosas de Madrid, llama al gobernador civil de la provincia el «conde de Quikéna.)< Ahora es desde París, por lo visto, desde donde —¿En qué se parece la sesión de boy al drama de disparan al señor conde los petardos. Echegaray £a última noche? —En que lo mejor que tiene es el epilogo. El Fénix interpreta y comenta ad libitum nuestro Esto que oímos ayer á dos diputados ministeriales lioa Tieatefl de FntBcls.—1.a P a t t l ««HtetiTB,* artículo titulado «Roma, Constantinopla, Jerusalen.» saliendo del Congreso, es verdad. Crimen « t PwrtHCftI. No hemos de irlo á la mano en sus desahogos. En Se ha presentado á la Cámara francesa ana propo% ¡Epílogo doblel esa tarca tiene privilegio exclusivo El Siglo Futuro. —Lo fué de la sesión y de la paciencia del general sicion de ley que tiende á reformar las relacioaea Pero el colega dice algo que debemos recoger. entre la Iglesia y el Estado. Consta de S8 artícoloa Martínez Campos. Y es lo siguieiite: que se pueden resumir en estos dos grupos dado m tSi la Providencia, en sus inescrutables designios, tiene El epílogo, solo una cosa ofreció de notable. Una espíritu: resuello que el Vicario de Cristo abandone por más 6 ménoa Primero. Artículos reformando las relacionen en tiempo la capital del orbe católico, donde quiera que esté, tentativa de discusión de actas. Ei Sr. Esteban Coesfera el eje de la civilización del mundo y será el centro de llantes. acordándose sin duda del andaluz que reci- beneficio del poder civil respecto al clero parroqtiUdc Segundo. Artículos estableciéndolas en bMMfliO bía en Madrid el 26 las cartas fechadas el S8, quiso atracción da todos loi que saben ]}ensar, «entir y crMr.> En esta proposición le encierran do<: combatir el aota de Uataró, cuando aun no te han del elero secolar respecto al poder apiaeopal. EIxtranjfiro.