LIBREROS EMPIEZAN NUEVO CAPÍTULO EN EL CENTENARIO

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LIBREROS EMPIEZAN NUEVO CAPÍTULO EN
EL CENTENARIO
Jueves, 11 de Enero de 2007
Página Internet
Local
La temporada escolar inició y Manuel Villera, vendedor de libros usados, todavía no
termina de darle los últimos toques a su nuevo puesto de venta.
Organiza los estantes, desempolva los libros que llevan meses guardados en sus cajas a
la espera de estudiantes y cuadra con el maestro de obra, la escalerita que le falta a su local
para quedar a tono con los demás puestos.
Sin embargo no puede ocultar su cara de preocupación. Este será el primer año que
trabajarán en el Parque de Centenario, lejos de su habitual lugar de venta, y todo por la
reubicación a la que fueron sometidos por la construcción del Transcaribe.
"No sabemos como nos va a ir acá. El sitio se ve muy bonito, estamos más organizados,
pero lo que interesa es que se vendan los libros, y de eso no tenemos garantía porque no todos
saben a dónde nos trasladaron", dijo Villera.
Desde hace más de 20 años los vendedores de libros escolares de segunda se fueron
convirtiendo en una buena alternativa para los padres de familia que no pueden con los costos
de las listas de textos.
Mientras en un almacén de cadena una lista de textos escolares sobrepasa los 600.000
pesos, en estos lugares se puede conseguir por la mitad del precio.
"Sabemos más que nadie cual es la situación del país, por eso, además de vender barato,
hacemos todo lo posible por facilitarle la compra al cliente. Hasta los pagan a cuotas", dijo
Villera.
En el Parque de Centenario 52 puestos de venta de libros pintados de blanco conforman
el nuevo punto de encuentro para aquellos que necesitan estirar el billete.
UNA SOLA VEZ AL AÑO
Mientras revisa su lista de libros, Manuel Villera cuenta que muchos de los vendedores
cierran sus puertas el resto del año, y sólo este mes se dedican a vender.
Las inversiones en libros escolares que hacen los vendedores están entre los 3 y los 4
millones de pesos, cantidades que muchos duran reuniendo todo el año.
"Varios se dedican a otras actividades para tener una entrada en el tiempo muerto. Yo sí
abro todo el año, porque algún libro se vende", explicó Villera.
Según el vendedor, los mejores meses son noviembre, enero y febrero, y su labor no se
limita simplemente a vender libros al iniciar las clases, sino en comprárselos a los estudiantes
cuando inician las vacaciones.
"Vienen a vender hasta los de los amigos para tener plata para parrandear. Ya son
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clientes fieles", asegura.
Villera afirma que en estos casos pueden llegar a dar por un libro hasta 15.000 pesos,
para luego venderlo en 25.000 pesos. "Todo depende del estado en que se encuentre el libro y
de la salida que tenga", advierte.
LIBREROS UNIDOS
Hace un año, cuando iniciaron las conversaciones con la Gerencia de Espacio Público, los
vendedores decidieron agruparse.
"La reubicación era inminente, así que lo mejor que podíamos hacer era unirnos para
que no nos dieran por la cabeza", resalta Villera.
Por eso crearon la Cooperativa de Libreros de Cartagena (Coolicar), y así consiguieron
que la negociación se hiciera en los mejores términos para obtener algunos beneficios.
"Nos dieron los módulos que nos sirven de puestos de venta, y eso fue un gran avance,
aunque también nos ofrecieron cosas que no nos han dado, como unos préstamos que se
quedaron sólo en promesas de político", expresó el vendedor.
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