INFORMACIÓN PARA PACIENTES CON LUNARES 16, noviembre Todos poseemos lunares, unos 40 ó más. Muchas personas piensan que los lunares son una mancha circular oscura en la piel pero en realidad pueden adoptar formas y colores muy distintos. Hace unos años, un lunar situado en alguna zona de la cara era considerado signo de elegancia y distinción. Sin embargo no todos los lunares son bellos; algunos pueden elevarse sobre la piel y otros pueden tener desagradables pelos negros. Los lunares pueden aparecer en cualquier área cutánea, tanto sólos como en grupos. Generalmente son de color marrón y varían en tamaño y forma. El color característico viene dado por un pigmento llamado melanina. Los lunares están determinados muy posiblemente desde antes de nacer. Surgen en los primeros 20 años de vida, aunque muchos pueden surgir más tarde en la vida adulta. Cada lunar crece de una forma característica. En un principio los lunares son planos y de color marrón o negro. Con el tiempo crecen y pueden desarrollar pelos en su superficie, o bien palidecer su color. Algunos no cambian nunca. Otros desarrollan un tallo por el que se unen a la piel de la que pueden llegar a desprenderse. La mayoría de los lunares desaparecen progresivamente. Éste es el ciclo típico de la vida de un lunar, que dura aproximadamente 50 años. página 1 / 3 Los lunares pueden oscurecerse, especialmente tras la exposición solar y después del tratamiento con fármacos esteroideos. Durante el embarazo y la adolescencia los lunares pueden crecer en tamaño, o aumentar en número o intensidad de color. Diferentes tipos de lunares Estudios recientes demuestran que existen determinados tipos de lunares cuyo riesgo de malignización es significativamente más alto. Algunos de ellos pueden convertirse en un cáncer de piel denominado melanoma. Las quemaduras solares aumentan el riesgo de este tipo de cáncer en la piel normal. Los lunares que ya están presentes desde el nacimiento se denominan nevus congénitos y se dan en un 1% de los recién nacidos. Estos nevus tienen un mayor riesgo de convertirse en melanomas, especialmente si su tamaño es superior a los 12 cm. de diámetro. Los lunares denominados nevus displásicos o atípicos son mayores que los comunes y más irregulares en su forma. Su coloración no suele ser uniforme, presentando zonas centrales oscuras y bordes más claros. Pueden ser hereditarios. Los nevus atípicos tienen un riesgo mayor de convertirse en melanomas y deben ser examinados con una frecuencia de al menos una vez al año por un dermatólogo para detectar cualquier modificación sugestiva de malignización. Es importante reconocer los signos precoces del melanoma. Para ello es conveniente recordar la regla del ABCD que significa: 1. A de asimetría, cuando se observa que una mitad del lunar no se parece a la otra mitad. 2. B de bordes, en las ocasiones en que éstos se hacen irregulares, se difuminan o se hacen rasgados. 3. C de color, se refiere al carácter policromo de algunos lunares. 4. D de diámetro, especialmente cuando sobrepasa los 6 mm. Si el lunar presenta cualquiera de estos signos, usted deberá acudir al dermatólogo. Los halo nevus se caracterizan por tener un rodete blanquecino, de despigmentación alrededor de una zona central más oscura. Estos lunares pueden llegar a desaparecer por completo. Los nevus spilus son una variedad de lunares que se manifiestan como una mancha de color marrón claro sobre la cual asientan múltiples lesiones hiperpigmentadas. Muchas personas poseen lunares planos. Diversos estudios demuestran que un importante porcentaje de la población en su juventud presenta por lo menos un lunar en las palmas de las manos, plantas de los pies o en los genitales. Es muy raro que estos lunares sean malignos. Es asimismo importante recalcar que no todos los lunares son iguales; pueden ser desde rosados hasta azul-negro pasando por todo tipo de tonalidades marrones intermedias. Los tamaños y formas son muy variables. Si le preocupa el aspecto de sus lunares debe acudir a un dermatólogo. Otras lesiones pigmentadas en la piel Si uno se aproxima cuidadosamente a la piel y la observa detenidamente verá cómo existen multitud de manchas oscuras que no son lunares. La mayoría corresponden a pecas. A diferencia de los lunares, raramente sobrepasan el diámetro de un guisante y si son mayores probablemente se deba a que se superponen unas a otras. La exposición al sol suele acentuar las pecas, por el contrario en invierno suelen hacerse más discretas. Normalmente aparecen en zonas expuestas al sol como son la cara, el cuello o la parte más alta de la espalda. Las pecas son más comunes en las personas rubias o pelirrojas. página 2 / 3 Efélides o pecas Cuando una persona alcanza edades medias de la vida puede presentar otras lesiones oscuras en la piel que nada tienen que ver con los lunares. Son las queratosis seborreicas, cuya superficie es untuosa al tacto y pueden desprenderse fragmentos con facilidad. Las manchas pequeñas y de color marrón que aparecen en el dorso de las manos o de las muñecas reciben el nombre de léntigos actínicos. Tanto los léntigos actínicos como las queratosis seborreicas no son cancerosos. Tratamiento de los lunares La mayoría de los lunares son benignos y nunca constituirán una amenaza para la salud del paciente que los tiene. Las únicas manchas que necesitan atención son aquellas que presentan algo fuera de lo normal: cambios repentinos en el tamaño, forma o color, sangrado inesperado, aparición después de los 20 años, dolor o picor. Si usted nota cualquiera de los signos de alarma (A, B, C, D) antes descritos debe acudir al dermatólogo. Este podrá decidir la extirpación del lunar atípico con el fin de valorarlo al microscopio para confirmar la benignidad o malignidad. En caso de tratarse de un melanoma puede ser necesario reintervenir para ampliar la extirpación efectuada. No deben extirparse sectores de un lunar sino la pieza completa, si es posible. Debe recordar que la extirpación de un lunar no produce diseminación de células tumorales. Hay personas que desean simplemente que se les quiten sus lunares por cuestiones estéticas. Existen métodos sencillos de extirparlos como son la escisión y sutura directa o la escisión por rebanado en las formas pediculadas. Los lunares, una vez extirpados, no suelen reaparecer, y en caso de hacerlo el paciente debe acudir rápidamente al dermatólogo. Más acerca de los lunares Muchas personas preguntan sobre la conveniencia de afeitarse la piel donde asientan los lunares. Los estudios realizados sobre este aspecto demuestran que la irritación que se pueda producir sobre estos lunares no desencadena su malignización. No obstante, no es infrecuente encontrarse con pacientes que desean que les sea extirpado un lunar del área de la barba temiendo por su transformación maligna. Algunos lunares contienen pelos en su superficie haciéndolos poco atractivos. Estos pelos pueden ser arrancados con unas pinzas o eliminados de forma definitiva por un dermatólogo. Otra manera de disimular un lunar poco estético es mediante el empleo de maquillaje. La mayoría de los lunares no dan problemas, no obstante si observa cambios (color, tamaño, dolor, inflamación, picor) en los suyos no dude en consultar a su dermatólogo. página 3 / 3 Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)