Prestaciones sociales podrÃ-an volver al antiguo sistema de recÃ

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Prestaciones sociales podrÃ-an volver al antiguo sistema de recálculo
(02-03-2012 a las 18:58:08) - - Última actualización (06-03-2012 a las 12:32:06)
Una comisión calculará nuevamente el monto de esta deuda con los trabajadores, que hasta hoy desconoce el propio
Estado
César Eduardo Pérez
La experta en Derecho Laboral, Nancy Perelló, dice que las prestaciones sociales e un tema incierto. Foto: Silvia Salas
En 1997 la nación vivió una reforma de la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) por un asunto de interés colectivo: las
prestaciones sociales. La conclusión que llevó en esa época a designar una comisión tripartita para implementar una
reforma en aquel momento obedeció a que si no se buscaba un mecanismo alterno en el que todas las partes se
beneficiaran, la deuda iba a ser “impagable”, tanto por el sector privado como por el sector público.
A propósito de que el gobierno ha usado el tema de las prestaciones sociales como una bandera y ha dicho que se va a
reconocer la deuda con los trabajadores y del “robo de prestaciones a los trabajadores” durante el
gobierno de Rafael Caldera, el profesor Luis Eduardo Díaz recuerda: “La tripartita de 1997 tuvo metodología y
opinión pública en contra. Yo recuerdo como los grandes medios de comunicación estaban incluso opuestos a la discusión
y al gobierno de turno de aquel momento. Si uno compara esto con la Comisión Presidencial actual, donde uno no sabe
ni donde se reúnen, ni quienes la componen y, menos aún, cuál es el proyecto de ley, eso nos lleva a la conclusión de
que hay opacidad informativa”, infiere el director de la Escuela de Derecho.
“Hay algo cierto: el régimen actual paga mucho más y remunera mucho mejor que el régimen anterior. Eso es
indudable. La prestación que surge como derecho adquirido es la que surge en el gobierno de Carlos Andrés Pérez y a
la que se pretende volver hoy con esto del recálculo”, precisa el profesor Díaz.
Continúa Díaz: “Cuando se dice que nos robaron las prestaciones, no solo no las robaron sino que pagaron un
bono de transferencia para trasladarse al régimen y dieron la opción —como el caso de las universidades
venezolanas— de pasarse al nuevo régimen o quedarse en el anterior, porque las convenciones colectivas de
estas instituciones contemplaban beneficios que no se podían desmejorar”.
“Hay que recordarle al país que el sector privado debió pagar las prestaciones en este nuevo sistema, pero quien
las debe es precisamente el sector público: no ha pagado los pasivos y no ha pagado los intereses. Tanto es así que en
2002 nombraron una comisión para calcular el pasivo en el sector público y hace menos de dos meses se nombra una
nueva comisión presidencial para calcular nuevamente el monto de esta deuda del Estado con los trabajadores para ver
finalmente cuánto hay que pagar, lo cual hasta hoy desconoce el propio Estado”, puntualiza Díaz.
Tema pendiente
En 1999 con la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se precisaba que sería la
Asamblea Nacional en el lapso de un año el organismo que debía iniciar los debates y la promulgación de una nueva
LOT. Una década después no se tiene nada claro y solo en momentos electorales —como la reforma de 2007 o
las elecciones parlamentarias de 2010— se ha ofrecido al pueblo aspectos vinculados con la ley, que aún no
terminan de materializarse.
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Generado:20 November, 2016, 04:04
Para la experta en materia laboral y profesora de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Nancy Perelló, el tema de
las prestaciones sociales es uno de los que, a su juicio, tenía frenada la reforma de esta ley. “Una de las tesis que
pareciera cobrar mayor fuerza es que el actual régimen de prestaciones sociales desaparece y, en consecuencia, todos
los beneficios salariales que constituirían el salario integral tendrían impacto en las prestaciones sociales”,
denuncia.
Esto se traduce en que ya no se llamaría prestación de antigüedad sino que se traduce en un ahorro que el patrono hace
para el empleador. Se creará un régimen de prestación de antigüedad y que tendrá impacto en el cálculo de todos los
beneficios salariales.
La investigadora en Derecho Laboral contextualiza que en julio de 2008, vía Ley Habilitante, se aprobó un conjunto de
leyes y la única que quedó excluida fue la Ley Orgánica de Estabilidad en el Trabajo. “El argumento que presentó
el Tribunal Supremo de Justicia para excluirla del denominado ‘paquetazo’ fue precisamente que vía
Habilitante no podían aprobarse leyes de carácter orgánico porque eso es un derecho fundamental”, precisa.
Prestación de antigüedad adicional
El actual régimen de prestaciones sociales será preservado como salario, porque ese es un derecho adquirido, pero
además se entregará una prestación de antigüedad adicional de 30 días por año recalculadas con base en el último
salario. Podría pensarse que es más dinero pero hay que ir al fondo del asunto y a lo que no se dice en la oferta de
reforma. Por ejemplo, no se dice que en el actual sistema de 60 días el trabajador tendrá derecho a anticipar 30 días
—en el actual régimen son 45— y esos 30 días restantes —que pasarán a un fondo público de
administración— serán entregados al trabajador al finalizar la relación laboral, según explica Perelló.
Al contrastar con el sistema anterior a la reforma de 1997, la profesora Perelló alerta sobre las posibilidades y lo que
representa nuevamente recurrir al sistema de prestaciones por recálculo. “Quien tenga memoria en este país
recordará que la administración pública, cuando existía el sistema anterior, el de recálculo, demoraba entre 7, 8 años
para que el trabajador pudiera disfrutar de la prestación de antigüedad. Eso significa que el trabajador pueda pensar en
tener más dinero, ¿pero cuándo? Porque si en el interín, incluso, el trabajador fallece, el trabajador no tiene más
dinero. Es un beneficio incierto. En el sistema actual se cuenta con ese pago contante al momento de concluir la relación
laboral”, explica.
Para Díaz una de las variantes está en conocer por qué los empresarios aceptaron estas condiciones.
“Fedecámaras aceptó porque, adicionalmente, disminuía el costo del despido, que se pagaba doble, pero que
ahora está tasado hasta 150 días de salario que es el promedio de permanencia de un trabajador en una empresa,
aceptado además por las organizaciones sindicales de la época. Ahora el gobierno está ‘entrampado’
en una oferta electoral que acaba de hacer e irá al recálculo, lo que se traduce en que se disparará el pasivo y
volveremos al régimen anterior”, remata.
Habrá que esperar si el Gobierno está en la capacidad y voluntad de dialogar con los actores sociales en la
construcción de este contrato social que permita el progreso y desarrollo nacional sin menoscabo de los intereses,
derechos y conquista de los trabajadores.
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