PROTOCOLO DEL 9 DE AGOSTO

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PROTOCOLO DEL 9 DE AGOSTO.
LORENA MARIN
06213011
LA ALTERIDAD
Esta clase se articuló alrededor de un tema de gran importancia para
la Antropología; se trata en efecto del tema de la alteridad y todos
los cuestionamientos que se van desarrollando en el estudio de una
llamada cultura “diferente” y el tema de la identidad que hoy, por
ejemplo, suscita grandes debates. De hecho al tratar el tema de la
alteridad estamos hablando de la relación entre el observador y el
observado, una relación que no es del todo simétrica dado el carácter
superior de quien observa y “descubre”.
Debido a la perspectiva de estudio del “otro” en la antropología,
podemos asumir que ésta última es consubstancial a la alteridad. Es
decir, que el concepto que se va a tratar es necesario para comprender
gran parte de la dimensión antropológica.
Para comenzar a sumergirnos en este tema, tuvimos en cuenta algunos
textos y documentos iconográficos sobre el descubrimiento y conquista
de América y no inducimos que sea esto en específico lo que da
nacimiento al concepto de alteridad, ya que existen otras culturas
diferentes, sin embargo, estas culturas no eran totalmente
desconocidas para los europeos. Cuando se descubre América, se hace
el “descubrimiento” del otro, se encuentran unos seres que son
percibidos como totalmente “distintos” y esto es lo que comienza a
gestar la idea de la alteridad.
Hay que tener en cuenta un punto clave para el estudio de la
alteridad, se trata de la “identidad”, este concepto no es algo que es
definible por el sujeto mismo (a través de la introspección, por
ejemplo) sino que es una construcción cultural que también le debe su
creación a la alteridad como lo veremos mas adelante. Teniendo esto
claro, podemos introducirnos en el fenómeno de la alteridad o el
encuentro del “otro”. El reconocimiento del “otro” significa que esta
visión está marcada por la diferencia evidente entre el que observa y
quien es observado. Esta diferenciación se realiza por medio de la
oposición de lo que es “uno”(como observador), así como la
autodefinición que pasa también por la antítesis de lo que es el
“otro”.
Esta oposición pasa también por el concepto de lo lejano, entre mas
lejos esté, es mas diferente.
Asimismo, el europeo al entrar en contacto con los indios de América,
manifiesta su cultura y sobretodo la moral que lo caracteriza, que
esta dividida entre el bien y el mal (por supuesto él trata de
situarse en la esfera del bien), por consecuencia el otro se
encontraría en el mal, lo que llamaría “salvaje” o por lo menos
considerándolo como lo mas diferente que pueda, llamándolo “exótico”.
Haciendo esta aclaración, el conquistador además de evidenciar un
etnocentrismo, se pone una frontera al conocimiento del otro, cabe
aquí expresar una situación que es bastante compleja, ya que al tratar
al otro de acuerdo con lo que no es uno, se extrae toda posibilidad de
conocerlo ya que en la apreciación que se le hace, ya esta establecido
un preconcepto de lo que ha de encontrarse.
Para desarrollar un poco mas la idea precedente, podemos introducir
aquí la idea de “asimilación”, que no es sino una proyección de los
propios valores en los demás, suponiendo que lo que uno considera en
un entorno cultural propio también es encontrado en los otros lugares,
por lo tanto si no es así, es totalmente repudiado.
Un ejemplo de esto es la actitud de Colón frente a los indios de
América; todo lo que percibe es interpretado de forma hermenéutica
(sobretodo por los conceptos religiosos) y de alguna forma él
definiría su identidad ratificando el paraíso terrenal (bien) o al
contrario, la monstruosidad (mal). Además, al pensar en un origen
natural del lenguaje, esta cerrando cada vez mas su capacidad de
aprehender al otro, puesto que esta rechazando toda posibilidad de que
las palabras sean solo convenciones y que no expresen el significado
de las cosas.
Podríamos incluso pensar que todo se trata de una cuestión de
dignidad, el observador simplemente va a tener una visión superior y
va a afirmar de alguna u otra forma su identidad, la que “debe ser”
puesto que es esa la que rige toda su vida y sus costumbres. Cabe
resaltar la visión del europeo que estaba dominada por el espíritu
evolucionista y progresista en aquella época.
Con esto nace una necesidad de educar y corregir al “otro”, la
relación con éste se vuelve una labor mesiánica donde incluso la
violencia se legitima para conseguir los fines deseados.
Es importante tener en cuenta el fenómeno ocurrido con los caníbales,
que era mas que todo una retórica colonial con el fin de exterminarlos
y aun mas, causar toda una conmoción en el público europeo al retratar
de una manera sensacionalista unos seres física y moralmente inhumanos
y monstruosos.
Sin embargo, el concepto de la alteridad evoluciona con el tiempo y
constituye el eje central de definición de identidad. Es claro que en
la Constitución de 1991, se estima que Colombia es una nación
pluriétnica y multicultural, donde es pensado que cada cultura debe
tener lo necesario para su supervivencia. Los indígenas adaptan
convenientemente entonces ciertos estudios que se les hicieron, para
la definición de su identidad, con el fin de obtener territorio para
vivir.
El problema que puede encontrarse actualmente en la antropología es
precisamente acerca de la alteridad; ¿Si el estudio antropológico
tiene que estar ligado de alguna u otra forma a este tema entonces
hasta que punto la identidad se ve condicionada a la alteridad?, ¿Se
trata de un aporte o mas bien un limite? Algo es seguro y es que
todos quieren reclamar alguna identidad, (fenómeno que se encuentra
también dentro de las ciudades) bien sea para fines prácticos o con
otros objetivos y nadie quiere ser visto como el “otro”, nadie quiere
someterse a otra mirada.
BILIOGRAFIA
BOLAÑOS. A. F. Barbarie y canibalismo en la retórica colonial: los
indios Pijaos de Fray Pedro Simón. Bogota: Cerec, 1994
TODOROV. T. La conquista de América: el problema del otro, México:
Siglo Veintiuno, 1998
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