INFORME DE LECTURA Título: Going Under Autor: Ray French Págs.: 349 Lector: Jorge Carrión 14 de agosto de 2008 Comedia Síntesis: Aidan Walsh está a punto de ser despedido de la fábrica en la que trabaja al igual que muchos otros compañeros suyos. Para conservar su empleo decide emprender entonces un insólito acto de protesta: se mete en un ataúd y con ayuda de varios amigos es enterrado vivo en su propio jardín, proclamando que no saldrá de ahí hasta que los dueños de la fábrica reconsideren su decisión. Aidan inicia así una lucha que lo conducirá a una peculiar incursión en el mundo de la política, y que sobre todo transformará su forma de ver la vida y de relacionarse con su entorno. Valoración comercial: 8.5 Público objetivo: Un público tanto masculino como femenino, pues si bien los toques de comicidad de la novela pudieran conectar mejor con un sentido del humor masculino (debido a ciertas alusiones sexuales y escatológicas), también es cierto que las relaciones afectivas entre el protagonista y el resto de personajes (algunos de ellos personajes femeninos de importancia) resultan fundamentales para el curso de la historia y para destacar al final las buenas intenciones y nobles sentimientos que le confieren un toque de emotividad y optimismo. Valoración literaria: 7.5 Explicación valoración comercial: La novela engancha desde un principio debido a la originalidad de su planteamiento inicial, el cual es desarrollado de manera convincente y atractiva prácticamente en la totalidad de la obra. Resulta una lectura muy divertida y entretenida, ya que el texto ofrece una buena combinación entre elementos de humor, crítica política y relaciones sentimentales. Aborda un tema de actualidad, como es el caso de la precariedad laboral, pero lo hace desde un punto de vista original capaz de generar un tono humorístico sin que por ello esta problemática se banalice o quede exenta de crítica. En este sentido evoca el tono de películas como The Full Monty, en las que personajes comunes y corrientes hacen frente a problemas sociales mediante métodos que en principio parecerían ridículos pero que terminan funcionando en mayor o menor medida, ensalzando sobre todo el ingenio y propiciando en el receptor una empatía muy efectiva. En determinados pasajes abundan referencias locales que podrían crear distancia entre el texto y el lector ajeno a la cultura británica, pero en esencia se trata de una historia con la que prácticamente cualquier lector se puede identificar debido a la universalidad de su temática. Explicación valoración literaria: La mayor virtud de la novela está en el tono ameno y en los recursos humorísticos que el autor emplea para abordar una problemática social que en principio apuntaría más a una narración dramática. Esto conecta también con la ironía que caracteriza la evolución del protagonista, quien curiosamente se llena de vitalidad y crece interiormente a partir de que se entierra en su jardín cual cadáver. Los demás personajes son menos complejos, pero su atractivo está en que conforman un entorno muy representativo de los distintos grupos sociales. La narración es bastante ágil a pesar de la inmovilidad del protagonista en la mayor parte de la novela, pues sus ocurrencias y recuerdos son entretenidos, además de que mantiene numerosos diálogos con el resto de personajes. La trama está bien construida, resulta verosímil y mantiene la atención del lector al alimentar su curiosidad sobre el destino final del protagonista y las consecuencias de su peculiar protesta. En cuanto al estilo predomina un lenguaje coloquial muy accesible. Contexto de la obra: Going Under es la segunda novela de Ray French, autor galés que reside en Leeds, donde se desempeña también como periodista y caricaturista. Sinopsis: En Crindau, una pequeña ciudad de Gales, una fábrica de aparatos electrónicos llamada Sunny Jim Electronics está a punto de cerrar para ser reubicada en la India y reducir así sus costos de mano de obra. Aidan Walsh, uno de los muchos trabajadores que perderán su empleo como consecuencia de dicha medida, decide entonces llevar a cabo un desesperado acto de protesta que atraiga la atención de los medios y propicie el apoyo de la sociedad para su causa. Así pues, se le ocurre comprar un ataúd y enterrarse vivo en su propio jardín hasta que los dueños de Sunny Jim den marcha atrás en su decisión de cerrar la fábrica. Aidan, que es un viudo entrado en los cincuenta, le comunica esta idea a su hija mayor, Shauna, quien opina que su plan es una locura e intenta convencerlo de que desista. En vista de que Aidan se empeña en seguir adelante, Shauna le pide a su hermano Dylan que hable con él para ver si consigue hacerle entrar en razón. Sin embargo Dylan, que es un joven actor de teatro, encuentra la idea de su padre muy atractiva y cuando habla con él lo alienta y le ofrece su apoyo. Por su parte Aidan hace partícipes de su plan a varios amigos y compañeros de trabajo, quienes también deciden ayudarlo. Juntos diseñan un sistema para que una vez enterrado Aidan pueda seguir realizando sus funciones vitales y pueda tener contacto con el exterior, todo ello a través de un tubo, un periscopio y un teléfono móvil. Cuando está todo listo proceden con el enterramiento de Aidan y éste lanza un mensaje público a los dueños de Sunny Jim. Los primeros días dentro del ataúd resultan complicados para Aidan, a quien le cuesta acostumbrarse a permanecer en un espacio tan reducido. A esto se agregan pequeños accidentes que le ocurren cuando intenta comer o asearse. A pesar de estos primeros contratiempos, Aidan consigue adaptarse cada vez mejor a su nueva forma de vida y ve con satisfacción que su plan empieza a tener resultados, pues diversos medios de comunicación se interesan por su caso y envían periodistas para que lo entrevisten, con lo cual adquiere notoriedad y empieza a convertirse en una celebridad local. Mientras tanto los dueños de Sunny Jim retrasan lo más que pueden su respuesta a Aidan, pero la presión social y mediática los obliga finalmente a manifestarse. Aidan recibe entonces la visita de Safina, una compañera de trabajo por la que siente una gran atracción. Ella le entrega muy a su pesar una carta de despido en la que los dueños de Sunny Jim ratifican su decisión. Esto radicaliza la postura de Aidan, quien decide mantenerse firme en sus convicciones e incluso sigue la propuesta de su hijo Dylan de iniciar una carrera política y postularse como candidato independiente para las próximas elecciones a miembro del parlamento. Con el fin de reunir el dinero necesario para inscribir a Aidan como candidato, Dylan recurre a su hermana Shauna y la convence de que los apoye. Shauna accede y Dylan se convierte en el director de la campaña de Aidan, la cual despega con éxito gracias al creciente interés de los medios y al apoyo de la gente, que aumenta cada vez más por la fascinación que produce esta nueva versión de la lucha de David contra Goliat. Tanto periodistas como vecinos de Crindau le hacen continuas visitas a Aidan y éste se siente cada vez más satisfecho y comprometido con su lucha. Asimismo a nivel personal recobra los ánimos y la ilusión que había perdido años atrás con la muerte de su esposa, y después de varias conversaciones telefónicas con Safina se propone invitarla a salir una vez concluya el proceso electoral y pueda volver a la superficie. Después de unas semanas los primeros sondeos dan como ganador a Aidan, pero el candidato del partido laborista le hace una dura crítica por no aceptar la invitación de un programa de radio en el que los candidatos deben contestar a preguntas de los oyentes. Herido en su amor propio, y pese a la opinión contraria de Dylan, Aidan accede a participar en dicho programa vía telefónica. Incapaz de responder a varias preguntas presumiblemente formuladas por gente del candidato laborista, Aidan sale mal parado y su imagen pierde fuerza, lo cual empeora después de un golpe bajo de sus adversarios, quienes en un diario sensacionalista publican una nota que pone en duda la reputación de su hija Shauna al presentarla como una lesbiana drogadicta. Aidan descubre entonces la importancia de la familia por encima de los altercados políticos y hace una declaración en la que defiende con vehemencia a su hija y reitera que a él no le mueve ningún interés más allá del bienestar de las familias de Crindau, aclarando que, a diferencia de los políticos profesionales, no está dispuesto a prometerles a los votantes nada que no pueda cumplir. Finalmente Aidan pierde las elecciones, pero sale del ataúd con la satisfacción de haber sido fiel a sus principios y de haber descubierto lo que realmente vale la pena en la vida: el reconocimiento y el cariño de los seres queridos. Además una cadena de televisión le ofrece un programa y Safina acepta su invitación a cenar, lo cual llena de entusiasmo a Aidan culminando así la transformación del hombre que decidió encerrarse en un ataúd como una medida desesperada.