EL PERIODISMO POLÍTICO AMENAZADO: LOS FORMATOS TELEVISIVOS ESPAÑOLES DE “INFOENTRETENIMIENTO” POLÍTICO Y SUS CONSECUENCIAS SOCIALES Elena Cebrián Guinovart- Universidad CEU San Pablo Dirección Postal: Universidad CEU San Pablo Pº Juan XXIII nº 10 28003 Madrid [email protected] Salomé Berrocal Gonzalo- Universidad de Valladolid Dirección Postal: Facultad de Filosofía y Letras Plaza del Campus s/n 47011 Valladolid [email protected] 1 EL PERIODISMO POLÍTICO AMENAZADO: LOS FORMATOS TELEVISIVOS ESPAÑOLES DE “INFOENTRETENIMIENTO” POLÍTICO Y SUS CONSECUENCIAS SOCIALES POLITICAL JOURNALISM IN PERIL: SOCIAL CONSECUENCES OF POLITICAL “INFOTAINMENT” SPANISH TV PROGRAMS Resumen Las televisiones generalistas españolas manifiestan públicamente su apuesta por la información de calidad y su interés por contribuir al desarrollo de la conciencia cívica de los ciudadanos a través de la información política. Sin embargo, distintos estudios evidencian que la información política televisiva actual camina, de manera imparable, hacia el espectáculo y que se apuesta en su tratamiento audiovisual por formatos que prefieren el espectáculo al análisis y a la contextualización periodística. En esta investigación - que examina este hecho, buscando desentrañar sus consecuencias desde el punto de vista de los efectos políticos- se han analizado los ocho formatos de “infoentretenimiento” político emitidos en la televisión española (en el periodo marzo y abril 2009), clasificándolos en tres categorías y tratando establecer unas características comunes, así como sus consecuencias sociopolíticas. Las conclusiones indican que, a pesar de la disparidad inicial de los formatos examinados, todos presentan la actualidad política desde unos parámetros similares, que no contribuyen a mejorar la compresión de la vida política sino a su aceptación como un mundo cínico, banal y alejado de las preocupaciones reales de los ciudadanos. Unos parámetros que ponen en jaque las funciones tradicionales del periodismo político y que resultan de especial gravedad, ya que estos formatos gozan de audiencias numerosas y, cada vez, tienen más presencia en las parrillas televisivas. Palabras claves Infoentretenimiento político- Televisión- Comunicación política Abstract Spanish television networks declare in public to be engaged to quality information and to developing citizen’s civic consciousness with the political information they broadcast. Instead, several studies prove that political information is at present more show an less journalism by focussing political programs more on anecdotes than on analysis or explanation. This paper examines this situation in order to reveal its political effects. It analyzes the eight political infotainmet programs broadcasted in Spain on 2009 march and april, classifying them in three groups according their special features and socio-political consequences. Conclusions evidence that- besides the apparent differences- all these programs represent political events with similar approaching that obstructs a critical understanding and provides a trivial and cynical view. This fact challenges the traditional functions of political journalism and points a real danger for information values on democracy, since these programs reach high audiences and they are getting more common on TV schedules. Key Words Political Infotainment- Television- Political Communication 2 Texto 1. El concepto de “infoentretenimiento” y su incorporación a la política televisada. Desde los años noventa, distintos estudios sobre comunicación coinciden en señalar que la información en televisión ha modificado radicalmente su naturaleza: la tendencia es evolucionar hacia un “infoshow”, dónde los programas informativos están dominados por los sucesos o hechos triviales, presentando las “noticias serias” con una visión frívola, uniforme y residual. Desde esta fecha, se establece el término anglosajón infotainment para designar a determinados programas que combinan la información con el entretenimiento. Además, la competencia en el mercado audiovisual ha provocado que las cifras de audiencia se conviertan en la referencia para valorar un programa y el “infoentretenimiento” resulta de gran ayuda a los medios para presentar la información como espectáculo, sirviendo de gancho para captar y mantener audiencia. (Thomas, 1990) Holtz-Bacha y Norris, en su estudio sobre la programación televisiva en canales europeos, afirman como los informativos incluyen, cada vez, más noticias de “interés humano”, mientras excluyen, en muchos casos, las noticias más densas de información pura de política nacional e internacional (HoltzBacha y Norris, 2001:136-138). Una tendencia que también está siguiendo la televisión en España: García Avilés señala, como parte de los resultados del proyecto de investigación: “Globalización y pluralismo: la función de la televisión pública en el mercado audiovisual”, que la competencia entre los canales públicos y privados ha desatado una mayor homogeneización en los contenidos, y que los informativos apuestan por temas significativamente similares. Esta tendencia se acentúa cuando los informativos pugnan por el liderazgo de audiencia, frente a otros informativos de corte más minoritario o complementario, que pueden optar por enfoques y contenidos más variados y distintos. En esta situación, conforme se consolida la competencia, la mayoría de los canales públicos y privados tienden a adoptar una estrategia similar, que prima la inclusión de noticias sobre temas de “infoentretenimiento”. Asimismo, en países donde la competencia es más reciente, los canales privados utilizan estos 3 temas en sus informativos con mayor frecuencia que en los canales privados. (García Avilés, 2007: 59-60) En 2002, Prado ya había señalado que la espectacularización era la “mega tendencia” más fuerte en la producción televisiva en la oferta televisiva generalista en Estados Unidos y Europa, y había explicado que esto se concretaba se producía a través de tres mecanismos: la expansión del “infoshow”, la espectacularización de la información y la exportación de los estilemas del “info-show” a otros géneros. Así, en su análisis sobre la programación televisiva en EEUU y centrado en las cadenas comerciales, observa que el género dominante es la información, que ocupa el 32% de las parrillas, seguido por la ficción que ocupa el 27%, del info-show con un 19% y, finalmente, el deporte con un 10%. En las televisiones generalistas americanas detectó una reducción del programas a tres macrogéneros: la ficción, la información y el “info-show”; situación muy parecida a las de las parrillas europeas, que en 2001, se concentra en tres géneros: ficción 30%, información 30% e “info-Show” 14% (Prado, 2003). Aunque ambos trabajos coinciden en presentar la información como el género al que dedican más tiempo las cadenas televisivas en Europa y Estados Unidos, sería conveniente matizar que existe un incremento notable en el periodismo de “noticias blandas” (soft news) y de “noticias espectáculo”, que se esconden bajo el gran paraguas de la información (Langer, 2000: 233- 234 y Cebrián, 2007:54). En el caso de la información política, el “infoshow” significó, inicialmente, una simplificación de la cobertura política en la que en vez de proporcionar a los ciudadanos una descripción completa de los hechos políticos y elementos de juicio que les permitieran contextualizarlos, se les ofrecían visiones cínicas y negativas, enfoques personalistas, informaciones parciales, o narraciones teatralizadas de la vida política (Berrocal, 2003: 282). Aunque en España los informativos tradicionales mantienen buena salud, sí que se ha producido una ampliación de estos marcos en los que se trata la actualidad política. Junto a los informativos tradicionales, la información política participa hoy de una variedad de géneros y de nuevos formatos, por un lado desayunos en los medios, talk show, tertulias, debates, entrevistas compartidas, presencia de público en los estudios, etc., en los que no hay una separación evidente entre 4 vida pública y vida privada, o entre información y entretenimiento; pero también los acontecimientos políticos se recogen en programas cómicos que se plantean entretener y parodiar la política y no contemplan, en ningún caso, que los ciudadanos comprendan mejor los acontecimientos de la vida pública o las decisiones de sus representantes. El problema que hoy atisbamos es que la información política televisada está copiando un formato que tiene mucho que ver con: la espectacularización, la conflictividad, o lo trivial y anecdótico. “Los medios optarían por un tratamiento ligero y distendido (cuando no chabacano y torticero); mientras que los políticos, por su parte, conocedores de esa ley, se adaptan al planteamiento, asumen el rol que se les pide y se suman con agrado a los esquemas. Los personajes públicos, por tanto, también potenciarían esos senderos de la superficialidad, de la descalificación, del morbo o del insulto; y se aprovecharía la provocación o la polémica que (por carente de contenido que estuviera) conllevase gancho periodístico” (Sánchez Alonso, 2005: 75). Las repercusiones de esta nueva tendencia, o nuevo modo de informar en política, han sido escasamente estudiadas y arrojan resultados no concluyentes. Según los resultados de algunos trabajos teóricos prometen no ser halagüeñas en cuanto a que el votante adquiera un conocimiento mayor para decidir su voto: Moy, Xenos y Hess mencionan que el camino emprendido puede afectar negativamente a la salud democrática, al impedir que el ciudadano capte las informaciones en el tono de rigor necesario y que, por tanto, su implicación, confianza y compromiso con el actual sistema político pueda ir disminuyendo (Moy, Xenos y Hess, 2005: 111-131) En cambio, un trabajo empírico desarrollado en 2004 demuestra que este tipo de programas incrementan el conocimiento político de su público: durante el verano de 2004 más de 19.000 personas participaron en Estados Unidos en una encuesta que consistía en seis preguntas relativas a asuntos tan diversos como la posesión de armas o la seguridad social. Los resultados mostraron que los espectadores de The Daily Show with Jon Stewart- un exitoso late night norteamericano centrado en la parodia política- sabían más acerca de los asuntos sobre las elecciones de 2004 que aquellos que habitualmente leían prensa o veían los informativos en televisión (Salgado, 2008: 93). 5 2. El “infoentretenimiento” político español. Aunque Arroyo señala que los primeros ejemplos de infoentretenimiento político en España podrían considerarse Lo de Tip y Coll (TVE, 1974), Esta noche Pedro (TVE 1986), o Deforme Semanal (Telemadrid, 1991), (Arroyo, 2008: 191) en este trabajo no los hemos considerado así, puesto que se trata de programas centrados- como el propio autor reconoce- más en la recreación humorística de la política que de casos en los que acontecimientos políticos estuvieran colocados en un marco más o menos espectacular. El desembarco de los formatos de infoentrenimiento político lo inició en España Canal + en 1995 con sus Guiñoles, que adaptaban un formato francés de lo que Jaén llama “informativo paródico”: “Un título que reconoció, en mi opinión, muy justamente el trabajo periodístico –selección de noticias, jerarquización y tratamiento de estas- que realizaba el equipo de guionistas y realizadores que se ganaban la vida con Los Guiñoles. Desde ese punto de vista, el programa adoptaba una actitud de responsabilidad periodística hacia los contenidos que trataba, aunque, una vez asumida esa responsabilidad, se le restaba toda la pompa que acompaña a “las noticias de verdad” para poder crear los chistes” (Arroyo, 2008:296). El éxito de audiencias acompañó desde el principio a este programa. Pero, además de triunfar entre el público, el programa también encandiló a los políticos: “Entonces, cuando Los Guiñoles existían, todo el mundo sabía que para ser un personaje de primera división de la vida pública debía conseguir su alter-ego en “los muñecos del Plus” y someterse a su juicio diario. Entonces, algunos políticos emergentes nos hacían llegar más o menos disimuladamente el mensaje de que “no le importaría” tener una réplica de látex” (Jaén, 2008: 311). A la sombra de la aceptación social Tele5 puso en marcha otros dos programas que inauguran diferentes facetas del infoentretenimiento político: Caiga Quien Caiga- la adaptación de un formato argentino en 1996- y El Informal en 1998. Caiga Quien Caiga estrenó en España el Infoshow de reportajes políticos “elaborados por reporteros/as capaces de llegar allá donde los programas “serios” no podían, proporcionando un punto de vista diferente de la noticia gracias al ejercicio de preguntas incómodas, o la puesta en práctica de acciones imprevisibles” (Arroyo, 1998, 175). Aunque en un primer momento los políticos rehuían a “los hombres de negro” con el tiempo la relación se torno en 6 un amor- odio que hacía que la mayoría de los políticos no sólo les atendieran con agrado, sino que incluso se prestaran a participar en alguna de sus iniciativas. El informal fue un programa en el que lo político se trataba generalmente desde el punto de vista del Infoshow de imitaciones, “programas que, usando la actualidad como punto de partida, la parodian mediante imitadores que “clavan” a conocidos personajes para recrear, desde la distancia humorística, situaciones conflictivas acaecidas a lo largo de la semana” (Arroyo, 1998:176). Sin embargo, el programa se ganó un puesto en el infoentretenimiento político al ofrecer, en la campaña electoral de las elecciones legislativas de 2000, minutos de presencia gratuita en pantalla a aquellos partidos políticos que ofrecieran un discurso electoral que incluyera una lista de términos- graciosos, coloquiales o de jerga establecida por el propio programa. Una oferta que aceptaron la mayor parte de los partidos con representación parlamentaria. Berrocal, Abad, Cebrián y Pedreira demostraron que estos tres programas: Las Noticias del Guiñol, El Informal y Caiga Quien Caiga, habían tratado la campaña electoral del año 2000 con una atención equivalente a la de los informativos tradicionales: en la precampaña el 40% de sus contenidos resultaron políticos y en campaña el 60% de ellos. También, detectaron un sesgo político en la presentación de los distintos candidatos y de sus partidos. Así, en los tres programas que analizaron, el candidato José Mª Aznar y el Partido Popular recibieron mayor cobertura informativa que el resto de los candidatos y partidos políticos, pero ese mayor tiempo de cobertura fue utilizado para sesgar negativamente esta opción política, mientras que se presentaba de forma más positiva al Partido Socialista y a su candidato. Además, estos programas recogieron, preferentemente, en el discurso audiovisual mensajes de ataque entre los candidatos, evitando las cuestiones de fondo (Berrocal, Abad, Cebrián y Pedreira, 2003: 304-307 y Berrocal Et. Al., 2001: 182-185). En el periodo examinado en este trabajo (marzo-abril de 2009), las cadenas generalistas nacionales españolas emitían ocho programas que practicaban el infoentretenimiento político : 7 CADENA PROGRAMA TVE 1 Antena 3 Tele 5 La Sexta 59 segundos Tengo una pregunta para usted Espejo público El Programa de Ana Rosa La Noria Buenafuente El Intermedio Salvados Tabla 1- Programas de infoentretenimiento político en antena en abril de 2009 en las cadenas generalistas españolas En La Primera de TVE: 59 Segundos y Tengo una pregunta para usted, en Antena 3: Espejo Público, en Tele 5: El Programa de Ana Rosa y La Noria, en La Sexta: Buenafuente, El Intermedio y Salvados. Pero, si consideramos las similitudes y diferencias entre estos programas podemos agruparlos en tres categorías: Formatos Políticos Espectacularizados, Magazines Politizados e Infoshows políticos. Formatos Políticos Espectacularizados son 59 segundos y Tengo una pregunta para usted; se trata de programas en los que los contenidos y los participantes pertenecen al ámbito político-periodístico tradicional: analistas, periodistas y políticos, que tratan asuntos de la actualidad política convencional en un marco excepcional, generalmente orientado a cautivar a la audiencia. Magazines Politizados son Espejo Público, El programa de Ana Rosa y La Noria; en este caso, se trata de programas con temática variada, desarrollados en una estructura que incluye entrevistas, comentarios o reportajes en los que la política se intercala en igualdad de condiciones con otros temas de la actualidad y que son tratados con dudoso buen gusto o valor social. 8 Por último, Infoshows Políticos son Buenafuente, El Intermedio y Salvados; programas indiscutiblemente orientados al entretenimiento pero que atienden preferentemente la actualidad, presentándola desde un punto de vista irónico. 3. Un análisis de los efectos del “infoentretenimiento” político televisado en la socialización política española Desde el punto de vista de los efectos del “infoentreteinimiento” político televisado en la socialización política española, podemos señalar las siguientes cuestiones, atendiendo a la división en la tres categorías, que acabamos de formular en el epígrafe anterior. A- Formatos Políticos Espectacularizados Como se ha explicado anteriormente, se trata de programas que atienden temas y que cuentan con invitados que encajan en lo políticamente tradicional, pero que sin embargo apuestan por formulas de realización o por elementos propios de otros géneros televisivos que desvirtúan el tratamiento de esos asuntos políticos tradicionales. 59 segundos es- de los dos programas que se emitían en el momento de realizar esta observación- el que primero llegó a las parrillas españolas: en 2004. El factor que espectaculariza este formato político es el hecho de que las intervenciones estén limitadas a menos de un minuto encorsetando la argumentación política a una píldora que mantiene el ritmo televisivo. Muñoz Alonso, lo llama “la tiranía del minuto” y explica sus consecuencias con la anécdota del periodista francés Jaques Merlino quien, al conocerse la fatua iraní que condenaba a muerte a Salman Rushdie en virtud de ciertas suras coránicas, recibió a las 11h. de la mañana el encargo del director de su informativo de elaborar para el informativo de las 13h. una intervención de 50 segundos explicando qué es el Corán. “¿Quién puede explicar en menos de un minuto – que, por otra parte en televisión es toda una eternidad- el Corán o tantas cosas complejas que son objeto de las informaciones cotidianas?” (Muñoz Alonso, 1999: 36) En este contexto, en el que los asuntos políticos -considerados poco estimulantes- se intentan hacer pasar por interesantes a toda costa, Bourdieu 9 señala una tendencia generalizada a sustituir las figuras y los géneros que hacen posible el análisis y la discusión profunda de los expertos “por la mera diversión y, en particular, por las charlas intrascendentes en los talk shows entre interlocutores adictos e intercambiables” (Bourdieu,1997:127). En relación con el perfil de los interlocutores que participan en 59 segundos es importante recordar que en las primeras emisiones contemplaba la posibilidad de que dos humoristas de distintas orientación política debatieran, de forma desenfadada y en clave cómica, algunos de los temas abordados en el programa: en este sentido Arroyo explica como en su primera emisión, Anabel Alonso y Quique San Francisco tuvieron un acalorado cara a cara sobre temas de actualidad (Arroyo, 2008: 177). La espectacularización de lo político en Tengo una pregunta para usted el segundo programa clasificado en esta categoría de los Formatos políticos epectacularizados- responde a un abanico más amplio de factores. El primero reside en lo estrictamente formal: una realización más cercana a la de un gran festival que a la de una entrevista política. Antes de la emisión del primer programa- marzo de 2007- RTVE explicó con detalle los aspectos técnicos del programa como parte de la promoción: un plató de 1200 metros, un equipo de 100 profesionales, 14 cámaras fijas y móviles para captar cuanto aconteciera en los 90 minutos de programa entre las que destacaba una cabeza caliente telescópica servocontrolada elevada a cuatro metros de altura, un travelling circular de 45 metros de largo con dos cámaras situadas sobre pedestales hidráulicos dirigidos por control remoto. El director de Arte de TVE, Javier Montemayor, destacó la apuesta por el plató circular de 360º para permitir que el espectador se sintiera desde casa como parte de un hemiciclo “integrado totalmente en la emisión”. La lógica del programa es el segundo factor que espectaculariza esta entrevista política al desdibujar el peso periodístico de una entrevista y engordar el valor de la participación democrática del ciudadano común. El peso periodístico se desdibuja al atribuir al periodista presentador la mera función de un moderador que ordena las intervenciones, apremia a quienes “se van por las ramas” o precisa los puntos que lo necesitan. Un hecho que además se valora positivamente: según El País, “Lorenzo Milá actuó como un presentador anglosajón, alejado de los respetos reverenciales que la prensa de este país 10 suele tener muchas veces con las figuras públicas” (El País, 2007a:14), mientras que Anson considera en El Mundo “La presentación de tengo una pregunta para usted, ejemplo de objetividad” (Anson, 2009, 21). Ramonet explica las consecuencias de esta pérdida de peso de lo periodístico. Para este autor, el periodismo tradicionalmente era una organización triangular resultante de la relación entre el acontecimiento, el mediador y el ciudadano: “El acontecimiento estaba relatado por el mediador, es decir el periodista que lo filtraba, lo analizaba, lo despejaba de alguna manera y lo hacía repercutir en el ciudadano” (Ramonet,1998: 50-51). Pero el triangulo en la actualidad se ha transformado en un eje- continua Ramonet- que tiene en un extremo al ciudadano y en otro al acontecimiento, mientras que el analista se ha convertido en un cristal transparente: los medios intentan poner al ciudadano directamente en contacto con el acontecimiento extendiendo la creencia de que uno puede informarse solo. (Ramonet,1998: 50-51) La sobrevaloración del papel del público se concreta en la atribución de valor democrático positivo al hecho de que fueran ciudadanos comunes y no especialistas quienes preguntaran a los políticos: Lluis Fatjó-Vilas, Consejero Delegado de TNS Demoscopia (Grupo Sofres)- la empresa responsable de seleccionar a las 100 personas que asistirían a cada programa como potenciales entrevistadores- explicó el proceso asegurando que se trataba de “una muestra representativa de la sociedad española actual, en la que estarán ciudadanos de todas las comunidades autónomas, de distintas edades, sexos, profesiones, estado civil y situación laboral”, incluyendo también minorías sociales: desde inmigrantes hasta personas con discapacidad (rtve.es, 2007) y teniendo también en cuenta la afinidad política de los ciudadanos (elpais.es,2007). Esta insistencia en que el público entrevistador fuera “un reflejo lo más fehaciente posible de la población, ciudadanos de a pie” (El País, 2007b) entronca con el concepto de Neo-televisión formulado por Eco: la televisión entendida como un espejo que aspira a reflejar a la gente como es, promoviendo el acceso a la pantalla- y por tanto a la visibilidad social de personas sin ningún mérito particular. Como contraposición a la Neo-televisión surgida en la década de los ochenta, Eco recuerda el modelo de televisión precedente, la Paleo-televisión: un podio al que sólo se accedía por méritos especiales (Ramonet, 2001:32). 11 El último factor que espectaculariza los asuntos políticos en Tengo una pregunta para usted es la repercusión mediática posterior a cada una de las ediciones emitidas. Así, como afirma Canel (2006: 216-217) a partir de diversos trabajos, que las noticias políticas multipliquen los efectos de los actos políticos tradicionales les concede un valor significativo desde el punto de vista de la interpretación que los ciudadanos harán del acontecimiento político. En el caso del programa que nos ocupa, un análisis de las dos primeras emisiones del programa evidencia que los ciudadanos preguntaron al Presidente y al líder de la oposición mayoritariamente por asuntos relacionados con política tradicional pero en cambio los medios de comunicación se cebaron al día siguiente en las anécdotas ocurridas durante las entrevistas: el precio de un café en el caso del Zapatero, asistir o no a la boda de un hijo homosexual en el caso de Rajoy (Berrocal y Cebrián, 2009). Como señala el catedrático MuñozAlonso (1995), “los medios pueden moldear y modificar la imagen que el público tiene de la situación política, centrándose en unos acontecimientos e ignorando otros”. B- Magazines Politizados Espejo Público, El programa de Ana Rosa y La Noria son los Magazines Politizados que las cadenas españolas emitían en la fecha de elaboración de este trabajo. Como se ha explicado anteriormente, se trata de magazines tradicionales en los que se hace un hueco a los asuntos políticos. El factor de espectacularización en este caso reside precisamente en el hecho de incluir lo político en un marco que le es ajeno: en los últimos días de marzo de 2009, el programa Espejo Público de Antena 3 entrevistó al entonces ministro de economía, Pedro Solbes, y a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, o debatió sobre el caso de Eluana Englaro y las posibilidades de la eutanasia en España, en el mismo marco en que se ocupaba de las novedades del caso Marta del Castillo, acompañaba de compras a la modelo Martina Klein o emitía un reportaje titulado “El Top-Ten de lo que ellas odian en el sexo”. En esos mismos días, El programa de Ana Rosa entrevistaba a Mariano Rajoy, a Rubén Coronado- el transexual español embarazado de gemelos- y se ocupaba de los pormenores del caso Marta del Castillo. Por último, La noria del 22 de marzo comentaba los incidentes 12 semanales acaecidos en Supervivientes, entrevistaba a Nilo Manrique y debatía con los tertulianos periodistas sobre la Ley del Aborto. Ejemplos evidentes de la desconceptualización del discurso político, la transformación de la política en show business, la dramatización de lo trivial y la manipulación de la cultura democrática que Sartori atribuye a la implantación “Videopolítica” (Sartori, 1997). C- Infoshows políticos Buenafuente, El Intermedio y Salvados constituyen la última categoría: la de los Infoshows políticos. Como se ha explicado al clasificar los programas, se trata de un formato claramente orientado al ocio, pero que espectaculariza lo político en dos sentidos: por un lado maneja paradójicamente la actualidad política ironizando sobre ella a la vez que convirtiéndola en el centro del programa, y por otro implica a los políticos en actividades muy alejadas de la de sus funciones clásicas. La materia prima de la que se nutre el infoshow -explica Arroyo- es la actualidad diaria que es también el punto de partida para la elaboración del guión del programa: “Así, los temas de los que este género se va a ocupar (info) surgen de las noticias que aparecen en los informativos audiovisuales, boletines radiofónicos y periódicos del momento; pero es sobre todo en el punto de vista adoptado (el de un show) donde este tipo de propuestas televisivas se distinguen por su capacidad para abordar la actualidad informativa de forma irónica y crítica a través del humor (Arroyo, 2008: 173174). Este peso de lo informativo ya se ha tratado en este estudio, al señalar Los Guiñoles de Canal + como el inicio del infoentretenimiento político español. Lo explicado en ese punto sobre los procesos de selección, jerarquización y tratamiento de las noticias, así como la comentada actitud de responsabilidad se repiten en los tres programas señalados. En el caso de Buenafuente “la jornada empieza a las 10 de la mañana. Tres redactores capaces de leerse seis periódicos por minuto ya andan por ahí con el ingrediente esencial para el “vaciado de prensa” que ha de nutrir el programa de contenidos: litros y litros de café…” (Grau, 2008: 214). En el caso de El Intermedio, Sánchez-Romero explica la complejidad de mantener este equilibrio entre información y parodia: “La dificultad que a nuestro parecer entrañaba –desde el punto de vista del guión- un espacio de humor informativo era que, para satisfacer a esa parte de 13 la audiencia que demandaba información, debíamos ser rigurosos en el tratamiento periodístico de la noticia –aunque lo que contáramos meramente de esta fuera meramente la enunciación del titular- ¿Por qué? Pues, porque siendo puristas, y así lo entendíamos entonces y seguimos entendiéndolo ahora, en el concepto ‘informativo humorístico’ el adjetivo no puede mermar un ápice la seriedad del sustantivo” (Sánchez- Romero, 2008: 226). La escenografía es el segundo elemento en que estos programas combinan estilos informativos y de entretenimiento: “Generalmente, sus presentadores mantendrán el tono y la pose fría propios de un impertérrito conductor de noticias (como si el humor que destila su guión no fuera con ellos) aunque, en realidad, gocen de libertad para sorprender al espectador en cualquier momento rompiendo su férrea seriedad al realizar una imitación o reaccionar de forma desproporcionada frente a las noticias que ellos mismos relatan” (Arroyo, 2008: 175) Schumpeter, al criticar la teoría de la decisión racional en política, estableció un marco que ayuda a comprender la influencia de este enfoque paródico de la actividad política. Según este autor, es improbable que el ciudadano individual consiga prestar atención a las cuestiones políticas ya que las personas sólo suelen ser capaces de manifestar un juicio mínimamente elaborado sobre aquellas opciones de la acción caracterizadas por los criterios de proximidad y frecuencia. Lo peculiar de las cuestiones políticas, por el contrario, es su lejanía y el cambio continuo de temas. Por este motivo, la capacidad de los ciudadanos para manejar cuestiones políticas se ve reducida a razonamientos infantiles en comparación con otras áreas. El resultado, indica Schumpeter, es una voluntad susceptible de caer en la manipulación, de dejarse llevar por los afectos y en todo caso, responde a una voluntad fabricada. La política expresiva y simbólica aparece así como el mecanismo más eficaz de movilización de la ciudadanía. (Schumpeter, 1968: 177-178) De la implicación en de los políticos en estos formatos es buen ejemplo la muy comentada entrevista, el 19 de marzo de 2009, a Barak Obama en The tonight show of Jay Leno de la cadena NBC, en la que además de bromear sobre la caravana presidencial o la ayuda de sus escoltas para ganar al baloncesto, explicó su programa económico y criticó el cobro de “Bonus” por altos ejecutivos de empresas en ruinas que habían sido saneadas con dinero 14 público. Sorprendentemente, gran parte del revuelo político desatado por esta aparición no tuvo que ver con la idoneidad del programa o la mezcla de temas, sino que se debió a que se producía siendo Obama ya presidente, puesto que es frecuente en la política norteamericana que los candidatos participen con entusiasmo en estos programas- de hecho Obama lo había visitado en dos ocasiones y su esposa en una durante la campaña electoral- pero no que los visiten los presidentes de Gobierno. En el infoentretenimiento español poco margen les queda a los políticos patrios para sorprender: en su última legislatura José Mª Aznar invitó a cenar a “los hombres de negro” del Caiga quien caiga en el Palacio de la Moncloa y el pasado diciembre Mariano Rajoy aceptó una invitación a desayunar con uno de los reporteros del programa. Andreu Buenafuente ha entrevistado al Presidente Zapatero y al líder de la oposición fuera de su estudio, y en él ha recibido a la mayor parte de los ministros del gobierno socialista además de a las figuras centrales de los partidos políticos más relevantes. Aunque, quizás los logros más llamativos sean los de “El Follonero” en Salvados, quien entre otras cosas ha conseguido que Zapatero y Rajoy hagan un corto para emitir en su programa, o que la Ministra de Igualdad, Bibiana Aido, saliera a cenar una noche con él y con sus cámaras, llegando incluso a intercambiar SMS con otros ministros y a leerlos para el programa. Esta participación entusiasta de los políticos en los formatos de infoentretenimiento se explica por la oportunidad que les ofrecen de acceder -y por tanto transmitir sus mensajes- a públicos alejados de los formatos políticos tradicionales: aquellos a quienes Zukin llama “público apático” y que son los que no tienen interés por la política y harían poco uso de los medios de comunicación con finalidades de información (Zukin, 1981). Se trata de una manifestación más de la democracia mediática, que Schwartzenberg llama “vedetización” y que se concreta en el hecho que la primera tarea de los candidatos sea aprender a vender su imagen (Schwartzenberg,1987: 23). Tal es la magnitud de esta cultura del espectáculo que, como señala Champagne, la necesidad de los políticos de pasar por la televisión, ha modificado la naturaleza de lo que se necesita para triunfar (Champagne,1990 : 131-197). 15 4. Conclusiones A pesar de que, como hemos reflejado en este trabajo, existen diferencias entre las tres categorías analizadas de infoentretenimiento político televisado, es posible, también, afirmar que estos programas tratan la actualidad política desde unos parámetros comunes que pueden considerarse tres características generales del infoentretenimiento político: Descontextualizan la política- En todos los casos comentados los acontecimientos políticos son el punto de partida pero, o bien se equiparan a temas de naturaleza muy diferente como en el caso de los Magazines Politizados, o bien se frivolizan como en el caso de los Programas Políticos Espectacularizados o los Infoshows Políticos. Se centran en los elementos anecdóticos o paradójicos de la vida pública. En los programas examinados se desplaza la argumentación política tradicional en favor de aspectos banales o superficiales. Sitúan a los actores de la política en un marco de representación inapropiado. Es decir, se visibilizan aquellas actividades o declaraciones de los políticos relacionadas con lo anecdótico o lo excéntrico en detrimento de lo relacionado con su argumentación o competencia política. Estas características nos conducen a afirmar que este tipo de programas no contribuyen a que los ciudadanos comprendan mejor el sistema democrático o el papel de sus representantes políticos y, sin embargo, sí que colaboran en la construcción de una percepción banal de la vida política. Esto pone en jaque las funciones tradicionales del periodismo político, puesto que los contenidos ofrecidos por estos programas no contribuyen a que los ciudadanos tengan un conocimiento adecuado de los asuntos públicos, cuestión que dificulta su participación responsable en la política y, en consecuencia, empeora la calidad del sistema democrático. El resultado es una política dominada por la ley del espectáculo, en la que los ciudadanos han perdido de vista su realidad más inmediata al no ofrecerles información sobre los verdaderos problemas que debería acometer el poder político. En la práctica estos programas transforman la política en lo que Paul Valery temía que fuese el arte de impedir a la gente ocuparse de aquello que le concierne. 16 El problema es especialmente grave, al tener en cuenta que estos formatos gozan de gran aceptación social, concretada en audiencias relevantes, y que se multiplican en las parrillas de programación. Bibliografía Anson, L.M. (2009). “Lorenzo Milá. La presentación de ‘Tengo una pregunta para usted’, ejemplo de objetividad”. El Mundo, 5 abril 2009, p. 21. Arroyo, E (2008). “El infotainment: de Caiga quien Caiga a Noche Hache”. En P. Sangro y A. Salgado (Eds.), El entretenimiento en TV: Guión y creación de formatos de humor en España (pp. 173-192). 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