Cambio en la forma de enfrentar las demandas de

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LATERCERA Jueves 13 de marzo de 2014
Avenida Vicuña Mackenna 1870, Santiago de Chile.
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EL HUMOR DE HERVI
Director: Guillermo Turner Olea
Subdirector: Felipe Contreras Pedreros. Editor General: Víctor Cofré Soto
Representante Legal: Augusto Marcos Camus
Cambio en la forma de enfrentar
las demandas de los portuarios
El nuevo gobierno debe demostrar capacidad política en este tema, asumiendo
que su rol no es resolver el problema, sino facilitar el diálogo entre las partes.
E
N SU último día de mandato, el gobierno del ahora ex Presidente Piñera decidió ingresar al Congreso
cuatro proyectos de ley, entre ellos
la ley corta con la que se pretende
financiar el bono de colación retroactivo a un grupo de trabajadores portuarios. Se trata de recursos públicos que la
administración anterior se comprometió a entregar como mecanismo para resolver el paro portuario realizado en enero y que se prolongó por
más de tres semanas, provocando pérdidas millonarias al sector exportador.
Que el gobierno saliente haya decidido ingresar
este proyecto a trámite legislativo cuando finalizaba su período en La Moneda es una expresión más
del deficiente manejo que tuvo en este tema desde
que se iniciaron las movilizaciones, no sólo porque
le traspasó al Ejecutivo actual la responsabilidad de
resolver el asunto, sino que también por insistir en
una solución inapropiada del problema, al ceder a
la presión de un determinado grupo de trabajadores portuarios. Estos, para defender sus intereses
particulares, impusieron una serie de demandas
mediante acciones de fuerza que le significaron un
ingente costo al país.
Considerando la forma como se llevó a cabo el proceso, sería positivo que la nueva administración, al
no tener la obligación de asumir el compromiso
que adquirió el anterior gobierno, llame a zanjar
esta situación a través de una nueva negociación y
proponiendo una solución diferente. Así, el Ejecutivo enviaría una señal que le puede resultar muy
útil para conducir con acierto las altas expectativas
que ha generado en distintos sectores de la socie-
dad y para relacionarse de manera fluida con los
grupos de interés, dejando en claro desde el inicio
que no aceptará medidas de presión como canal de
expresión para llamar la atención de las autoridades y que no validará aquellas prácticas como camino para encontrar una rápida respuesta a las
distintas demandas, situación que en los últimos
años se ha vuelto habitual. En el caso de los portuarios, no se entiende por qué debe ser el Estado el
que termine resolviendo un asunto laboral utilizando recursos de todos los chilenos, más aún, tomando en cuenta que con su actitud provocaron
un enorme perjuicio a la economía del país, como
se pudo apreciar en el bajo Imacec de enero (1,7%),
el menor desde el 2010, que para varios expertos se
explica, en parte, por el paro realizado ese mes.
Lo que le cabe al gobierno, más bien, es utilizar sus
buenos oficios para facilitar el diálogo entre las
empresas portuarias y sus trabajadores, de manera
que puedan resolver sus diferencias satisfactoriamente. Lograr ese propósito dependerá en gran
medida de la capacidad política que muestre el Ejecutivo al momento de liderar eventuales negociaciones. En esto, será muy relevante la reunión que
sostendrá mañana la ministra del Trabajo con representantes de los operarios de puertos para dialogar sobre las distintas demandas que éstos tienen, entre ellas, la discusión de una eventual “ley
larga” para el sector y mejoras en las condiciones
laborales. Por el contrario, si la nueva administración da luz verde a la iniciativa legal que pretende
pagar con recursos públicos el bono a los portuarios y termina cediendo a las exigencias de los mismos, se corre el riesgo de que acciones de fuerza,
como los paros, se repitan en otros sectores, provocando un costo político para el gobierno.
Propina en locales gastronómicos
H
ACE UNOS días comenzó a regir la ley
que obliga a los propietarios de establecimientos gastronómicos que trabajan
con garzones a incluir en la cuenta una
propina sugerida al cliente, que equivale al 10%
del total del consumo por parte de éste. La aplicación de la referida medida parece inadecuada,
toda vez que establece una forma de presión para
forzar un desembolso por parte del consumidor.
La propina voluntaria es un reconocimiento que
hacen los clientes por el servicio recibido en estos
establecimientos y constituye una costumbre que
sirve para incentivar a los garzones a entregar una
buena atención. Sin embargo, la iniciativa promulgada tiende a desvirtuar esta relación, ya que se
puede entender como una suerte de imposición,
aun cuando las personas tienen la posibilidad de
rechazar la sugerencia que se les hace. Si el cliente
no realiza ninguna objeción al monto propuesto, se
entenderá que acepta el mismo y se incorporará al
valor total de la cuenta.
De esta forma, la norma modifica el actual sistema, al traspasar al consumidor el valor por la atención que recibe, un concepto que debería estar integrado en los costos de los locales gastronómicos,
los cuales deben preocuparse por la calidad del servicio que ofrecen. No parece recomendable separar
la atención al cliente del resto de los servicios ofrecidos por un restorán. Al igualar la propina, aunque sea de forma voluntaria, se arriesga con alterar
uno de los factores que implican competencia entre
los establecimientos gastronómicos, lo cual puede
redundar en una pérdida de calidad en el servicio.
Si uno de los propósitos de la norma es garantizar
que los dueños de los locales gastronómicos entreguen efectivamente a los garzones la totalidad de
las propinas que éstos obtienen, existen los mecanismos para ello y no era necesario introducir regulaciones que pueden terminar provocando perjuicios en la calidad de la atención.
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HOY EN LA HISTORIA
Nace Julio Barrenechea. El 13 de marzo de 1910
nació en Santiago uno de los grandes poetas chilenos del siglo XX. Julio Barrenechea llegó a presidir la Sociedad de Escritores, fue miembro de la
Academia Chilena de la Lengua y obtuvo el máximo galardón literario nacional. Pero en sus inicios fue, ante todo, una figura pública, cuya oratoria y capacidad de convocatoria lo posicionaron
como político destacado.
Estudió en el Instituto Nacional y aunque no terminó Derecho en la Universidad de Chile, su polémico paso por la universidad no fue vano; como
presidente de la Federación de Estudiantes en 1930
lideró el movimiento opositor al gobierno de Carlos Ibáñez del Campo y también dio a conocer sus
primeros poemas en la revista del centro de alumnos de su carrera. Editado por un amigo, lanzó El
mitin de las mariposas en 1930, su primer libro
de poemas, mientras se encontraba en el norte relegado por el régimen de Ibáñez. En 1933 volvió
a ser elegido presidente de la Fech.
“Desde que murió Manuel Magallanes Moure, la
poesía no nos había dado esta índole de milagro”,
dijo Eduardo Barrios, mientras Barrenechea avanzaba tanto en su carrera literaria como política.
Entró al Congreso como diputado por Cautín
(1937-194 1) y luego por Santiago.
En la década del 50 se volcó a la actividad académica, integrando la Sociedad de Escritores, la
Alianza de Intelectuales y la Academia Chilena de
la Lengua. En 1960 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura y, al año siguiente, se
dedicó a promover la integración cultural en Latinoamérica. Sus actividad política derivó en labores diplomáticas; fue embajador en Colombia
y la India, donde escribió Sol de India, en la que
sintetizó su obsesión por la muerte, leitmotiv
presente en toda su obra poética. (VVD)
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