31 LATERCERA Jueves 13 de marzo de 2014 Avenida Vicuña Mackenna 1870, Santiago de Chile. Declaración de intereses en www.grupocopesa.cl/declaracion Impreso en Santiago por Copesa Impresores SA, quien sólo tiene calidad de impresora. Teléfono de Atención a Suscriptores: 600 8 372 372 EL HUMOR DE HERVI Director: Guillermo Turner Olea Subdirector: Felipe Contreras Pedreros. Editor General: Víctor Cofré Soto Representante Legal: Augusto Marcos Camus Cambio en la forma de enfrentar las demandas de los portuarios El nuevo gobierno debe demostrar capacidad política en este tema, asumiendo que su rol no es resolver el problema, sino facilitar el diálogo entre las partes. E N SU último día de mandato, el gobierno del ahora ex Presidente Piñera decidió ingresar al Congreso cuatro proyectos de ley, entre ellos la ley corta con la que se pretende financiar el bono de colación retroactivo a un grupo de trabajadores portuarios. Se trata de recursos públicos que la administración anterior se comprometió a entregar como mecanismo para resolver el paro portuario realizado en enero y que se prolongó por más de tres semanas, provocando pérdidas millonarias al sector exportador. Que el gobierno saliente haya decidido ingresar este proyecto a trámite legislativo cuando finalizaba su período en La Moneda es una expresión más del deficiente manejo que tuvo en este tema desde que se iniciaron las movilizaciones, no sólo porque le traspasó al Ejecutivo actual la responsabilidad de resolver el asunto, sino que también por insistir en una solución inapropiada del problema, al ceder a la presión de un determinado grupo de trabajadores portuarios. Estos, para defender sus intereses particulares, impusieron una serie de demandas mediante acciones de fuerza que le significaron un ingente costo al país. Considerando la forma como se llevó a cabo el proceso, sería positivo que la nueva administración, al no tener la obligación de asumir el compromiso que adquirió el anterior gobierno, llame a zanjar esta situación a través de una nueva negociación y proponiendo una solución diferente. Así, el Ejecutivo enviaría una señal que le puede resultar muy útil para conducir con acierto las altas expectativas que ha generado en distintos sectores de la socie- dad y para relacionarse de manera fluida con los grupos de interés, dejando en claro desde el inicio que no aceptará medidas de presión como canal de expresión para llamar la atención de las autoridades y que no validará aquellas prácticas como camino para encontrar una rápida respuesta a las distintas demandas, situación que en los últimos años se ha vuelto habitual. En el caso de los portuarios, no se entiende por qué debe ser el Estado el que termine resolviendo un asunto laboral utilizando recursos de todos los chilenos, más aún, tomando en cuenta que con su actitud provocaron un enorme perjuicio a la economía del país, como se pudo apreciar en el bajo Imacec de enero (1,7%), el menor desde el 2010, que para varios expertos se explica, en parte, por el paro realizado ese mes. Lo que le cabe al gobierno, más bien, es utilizar sus buenos oficios para facilitar el diálogo entre las empresas portuarias y sus trabajadores, de manera que puedan resolver sus diferencias satisfactoriamente. Lograr ese propósito dependerá en gran medida de la capacidad política que muestre el Ejecutivo al momento de liderar eventuales negociaciones. En esto, será muy relevante la reunión que sostendrá mañana la ministra del Trabajo con representantes de los operarios de puertos para dialogar sobre las distintas demandas que éstos tienen, entre ellas, la discusión de una eventual “ley larga” para el sector y mejoras en las condiciones laborales. Por el contrario, si la nueva administración da luz verde a la iniciativa legal que pretende pagar con recursos públicos el bono a los portuarios y termina cediendo a las exigencias de los mismos, se corre el riesgo de que acciones de fuerza, como los paros, se repitan en otros sectores, provocando un costo político para el gobierno. Propina en locales gastronómicos H ACE UNOS días comenzó a regir la ley que obliga a los propietarios de establecimientos gastronómicos que trabajan con garzones a incluir en la cuenta una propina sugerida al cliente, que equivale al 10% del total del consumo por parte de éste. La aplicación de la referida medida parece inadecuada, toda vez que establece una forma de presión para forzar un desembolso por parte del consumidor. La propina voluntaria es un reconocimiento que hacen los clientes por el servicio recibido en estos establecimientos y constituye una costumbre que sirve para incentivar a los garzones a entregar una buena atención. Sin embargo, la iniciativa promulgada tiende a desvirtuar esta relación, ya que se puede entender como una suerte de imposición, aun cuando las personas tienen la posibilidad de rechazar la sugerencia que se les hace. Si el cliente no realiza ninguna objeción al monto propuesto, se entenderá que acepta el mismo y se incorporará al valor total de la cuenta. De esta forma, la norma modifica el actual sistema, al traspasar al consumidor el valor por la atención que recibe, un concepto que debería estar integrado en los costos de los locales gastronómicos, los cuales deben preocuparse por la calidad del servicio que ofrecen. No parece recomendable separar la atención al cliente del resto de los servicios ofrecidos por un restorán. Al igualar la propina, aunque sea de forma voluntaria, se arriesga con alterar uno de los factores que implican competencia entre los establecimientos gastronómicos, lo cual puede redundar en una pérdida de calidad en el servicio. Si uno de los propósitos de la norma es garantizar que los dueños de los locales gastronómicos entreguen efectivamente a los garzones la totalidad de las propinas que éstos obtienen, existen los mecanismos para ello y no era necesario introducir regulaciones que pueden terminar provocando perjuicios en la calidad de la atención. r Y usted, ¿qué opina? Comente en www.laterce ra.com HOY EN LA HISTORIA Nace Julio Barrenechea. El 13 de marzo de 1910 nació en Santiago uno de los grandes poetas chilenos del siglo XX. Julio Barrenechea llegó a presidir la Sociedad de Escritores, fue miembro de la Academia Chilena de la Lengua y obtuvo el máximo galardón literario nacional. Pero en sus inicios fue, ante todo, una figura pública, cuya oratoria y capacidad de convocatoria lo posicionaron como político destacado. Estudió en el Instituto Nacional y aunque no terminó Derecho en la Universidad de Chile, su polémico paso por la universidad no fue vano; como presidente de la Federación de Estudiantes en 1930 lideró el movimiento opositor al gobierno de Carlos Ibáñez del Campo y también dio a conocer sus primeros poemas en la revista del centro de alumnos de su carrera. Editado por un amigo, lanzó El mitin de las mariposas en 1930, su primer libro de poemas, mientras se encontraba en el norte relegado por el régimen de Ibáñez. En 1933 volvió a ser elegido presidente de la Fech. “Desde que murió Manuel Magallanes Moure, la poesía no nos había dado esta índole de milagro”, dijo Eduardo Barrios, mientras Barrenechea avanzaba tanto en su carrera literaria como política. Entró al Congreso como diputado por Cautín (1937-194 1) y luego por Santiago. En la década del 50 se volcó a la actividad académica, integrando la Sociedad de Escritores, la Alianza de Intelectuales y la Academia Chilena de la Lengua. En 1960 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura y, al año siguiente, se dedicó a promover la integración cultural en Latinoamérica. Sus actividad política derivó en labores diplomáticas; fue embajador en Colombia y la India, donde escribió Sol de India, en la que sintetizó su obsesión por la muerte, leitmotiv presente en toda su obra poética. (VVD)