NIVEL SOCIOECONÓMICO DE LOS APÓSTOLES Aula Alonso Schökel, 22 de enero de 2004 Tradicionalmente se ha insistido en la pobreza de los apóstoles y en su falta de cultura. Hay un texto de los Hechos en los que el sanedrín se refiere a ellos como “hombres sin instrucción ni cultura” (Hch 4,13), y los propios Pedro y Juan dirán al paralítico que les pedía una limosna: “Oro y plata no tengo” (Hch 3,6). Esta condición de los apóstoles se ha utilizado para poner en duda el valor de su testimonio, y la fiabilidad del evangelio. ¿Cómo es posible que estos patanes pudiesen recordar o transcribir los recuerdos históricos y las palabras de Jesús? En realidad, la denominación de “hombres sin letras” en boca de los miembros del sanedrín indica que los apóstoles no eran doctores de la ley, ni escribas de profesión, ni estaban capacitados para interpretar la Escritura con autoridad, pero en modo alguno quiere decir que fueran analfabetos, como a veces se ha pretendido. Más bien, como mostraremos en el transcurso de esta conferencia, todo indica que eran personas hábiles, que dominaban su oficio de pescadores, que se manejaban bien en el mundo del comercio y el negocio, y que eran bilingües. Mateo el publicano era ciertamente un hombre que sabía de contabilidad y de comercio. El lugar de origen de al menos tres de ellos, y probablemente cinco, era Betsaida, una ciudad perfectamente bilingüe, en la que se hablaba el griego y el arameo. Andrés y Felipe tienen nombres griegos, y el mismo Simón, si bien lleva un nombre hebreo, era conocido por la versión helenizada del nombre –Simeón-, más bien que por la versión puramente hebrea -Simón. Cuando un grupo de griegos quisieron hablar con Jesús en Jerusalén, se buscaron como intermediarios precisamente a estos apóstoles con nombres de griegos, Andrés y Felipe, que podían hacer de intérpretes (Jn 12:20-22). Ahora bien una persona bilingüe, no es en absoluto una persona ignorante. El dominio de dos idiomas es en todos los tiempos uno de los bienes culturales más codiciados. Además, según indica el cuarto evangelio, al menos dos de los apóstoles habían sido previamente discípulos del Bautista, lo cual supone que para el momento en que se encuentran con Jesús, tenían ya un camino recorrido en el estudio de las Escrituras en la escuela del Bautista. Pero sólo incidentalmente nos referimos aquí al nivel cultural de los apóstoles. Más nos interesa averiguar algo sobre su perfil socioeconómico. Me refiero fundamentalmente a los discípulos pescadores, que junto con Mateo el publicano, son los únicos de los que hay algunos datos para un estudio socieconómico. Dividiremos nuestro estudio en dos partes. En la primera pasaremos revista a las excavaciones arqueológicas realizadas en las ruinas de Cafarnaún, y en concreto en la “casa de Pedro”, cuya autenticidad, según el parecer casi unánime de los arqueólogos, es muy probable. En la segunda parte estudiaremos la condición del pescador en la sociedad de aquella época. A.- LA CASA DE PEDRO EN CAFARNAÚN Conocer el tipo de casa en que habitaba, y el barrio en que la casa estaba situada, nos dirá mucho sobre el estatus social de Pedro y su familia. Mostraremos cómo se trataba de una casa muy amplia, situada en el mismo centro del pueblo, a sólo dos cuadras de la sinagoga principal. ¿Cuál es el nivel socioeconómico de quien vive en una casa amplia en el centro del pueblo? Ciertamente como enseguida veremos no era una casa lujosa. Es semejante a todas las demás. Originalmente no tenía más tejado que un enramado de madera y barro. Las paredes eran de piedra negra basáltica local y no estaban revocadas. El suelo estaba formado también por ese mismo tipo de piedras sin enlucir. Entre las piedras más grandes se insertaban otras pequeñas, pero sin ningún tipo de cemento o mortero, por lo que quedaban grietas donde una moneda podía fácilmente perderse, y había que barrer bien para encontrarla. Con la ayuda de algún material audiovisual vamos a ir siguiendo el proceso arqueológico que llevó al descubrimiento y a la identificación de la casa de Pedro en Cafarnaún. 1) El pueblo de Cafarnaún en la orilla norte del lago El lugar arqueológico conocido hoy como Kefar Nahum en hebreo y Talhum en árabe está situado en la orilla norte del lago de Genesaret o Kinneret, a unos 210 metros bajo el nivel del mar, a 16 kilómetros de Tiberíades y cinco kilómetros de la orilla del río Jordán. D1 Como las otras ciudades del lago, ese lugar quedó abandonado y convertido en un montón de ruinas. Literalmente se cumplió la lamentación de Jesús contra Corozaín, Betsaida y Cafarnaún. Tan total fue su destrucción, que hasta se perdió la memoria de su emplazamiento. En la época de Jesús era un pueblo totalmente judío, rodeado por otros pueblos en los que podríamos llamar la orilla judía del lago. Cafarnaúm era un importante cruce de carreteras en la calzada que lleva de Beisán a Damasco, que es uno de los ramales de la Via maris. Cafarnaún era el primer pueblo galileo, y allí estaba la aduana de Leví y una pequeña guarnición romana al mando de un centurión. Cafarnaún controlaba unos 8 kilómetros de la costa del lago desde la desembocadura del Jordán hasta Tabga. D2 En el momento de su máxima expansión pudo haber llegado a tener unos 1.500 habitantes, población mucho menos que la de otras ciudades más grandes como Tiberíades, la capital de Antipas en aquella época o Magdala-Tarijea, el centro de la industria de salazones. Era un pueblo de frontera. Los que venían desde Damasco por la carretera, dejaban la tetrarquía de Filipo al cruzar el Jordán y entraban en la Galilea de Herodes Antipas. D3 Se encontró allí cerca un mojón o piedra miliaria con la siguiente inscripción: Imperator Caesar Divi Traiani Parthici filius, Divi Nervae nepos, Traianus Adrianus Augustus. La presencia de esta carretera y el hecho de que Cafarnaún fuera el primer pueblo de la Galilea de Antipas puede explicar la presencia del publicano Leví que cobraba las tasas a las caravanas que entraban en el reino de Antipas. Aparte de la pesca , de la que hablaremos más adelante, Cafarnaún tenía un importante desarrollo agrícola, como muestran todos los objetos que han salido a la luz en las excavaciones, tales como molinos de aceite, piedras de molino para triturar los cereales, morteros, cuencos de piedra… También han aparecido muchos objetos de vidrio que nos han llevado a pensar que esta industria estaba muy desarrollada. No aparecen cisternas, porque el agua la tomaban directamente del lago. D4 2) Importancia de Cafarnaún en la vida de Jesús D5 y6 Sabemos por los evangelios que Jesús dejó Nazaret y se estableció en Cafarnaún (Mt 4,12), que en cierto modo se convirtió en “su” ciudad (Mt 9,1), la base permanente de su ministerio en la orilla norte del lago. Podemos reseñar algunos de los pasajes evangélicos localizados en este pueblo. Ninguna otra localidad, salvo Jerusalén, goza de tantas menciones en el evangelio. Recordemos la vocación de los discípulos pescadores y de Leví el publicano, la jornada narrada por Marcos al principio del evangelio con la expulsión del demonio impuro y la curación de la suegra de Pedro y de otros muchos. Más adelante recordemos la curación del paralítico que bajaron por el techo y la curación del siervo del centurión, el tributo de medio sheqel y la moneda que apareció en el pez pescado por Pedro. En el evangelio de Juan podemos recordar el discurso del pan de vida que tuvo lugar precisamente en la sinagoga de Cafarnaún. De la fuente Q podemos evocar los Lamentos pronunciados por Jesús contra las ciudades del lago, Corozaín, Betsaida y Cafarnaún que intentaba elevarse hasta el cielo y 2 habría de precipitarse en el abismo. Se alude a los muchos milagros obrados allí por Jesús que hubiesen podido convertir hasta la misma Sodoma (Mt 11 23). 3) El descubrimiento e identificación de las ruinas de Tel Hum Las ruinas de Cafarnaún cubren una superficie de unas 6 hectáreas. El poblado se extendía unos 300 metros a lo largo de la costa a lo largo de la carretera, con unos 100 metros de profundidad hacia el interior. Distinguimos a un extremo la zona de excavaciones de los franciscanos, y la propiedad ortodoxa al este, que se distingue muy bien por la cúpula oriental roja D7 y 8 El antiguo pueblo fue finalmente abandonado hace mil años y al principio del siglo XX, cuando llegaron los franciscano, solo vivían entre las ruinas unas pocas familias beduinas. E. Robinson en 1838 fue el primer geógrafo que tuvo la intuición de identificar aquel montón de ruinas con Cafarnaún. A finales de siglo no era todavía seguro que se tratase de las ruinas de ese pueblo, pero los franciscanos siguieron una corazonada y en 1894 compraron el terreno para impedir que las ruinas siguieran degradándose. Para algunos arqueólogos era más probable que Cafarnaún correspondiese a otras ruinas cercanas de Tel Minyeh. Pero al final Tel Minyeh resultó ser un asentamiento muy posterior de época árabe, sin restos de la época romana, mientras que en Tel Hum aparecieron enseguida restos de la época bíblica, y muchos hallazgos llevaron a la conclusión unánime de que era la Cafarnaún del NT. 4) La primera campaña de excavaciones Se excavaron primero los restos de una Hermosa sinagoga blanca, y dos manzanas más abajo descubrió poco después el P. Orfali las ruinas de una basílica bizantina octogonal. D9 Se llevó a cabo la restauración de la sinagoga que en un principio se fechaba en la época de Jesús, aunque después se descubrió que era muy posterior, del siglo III o IV de la era cristiana. Echemos un vistazo primero a esa sinagoga blanca. D10 3 y 11 Se compone de cuatro unidades, la sala de oración, el patio oriental, el porche meridional y una habitación lateral D12 y 13. En contraste con las casas particulares de la zona que están construidas en piedra local de basalto, la sinagoga blanca está construida en una piedra blanca caliza lujosa que procede de canteras que están a muchos kilómetros del lugar D14. El importante tesoro de monedas encontrado bajo el piso demuestra que no pudo haber sido construida antes del siglo IV. Los elementos decorativos en los capiteles, los frisos y cornisas son de una gran delicadeza. No contienen figuras humanas, pero sí adornos vegetales, y símbolos típicamente judíos, tales como la estrella de David, la estrella de Salomón, la menorah, el arca de la alianza… D15-17 4 La basílica bizantina tenía tres octógonos concéntricos. Estos edificios octogonales bizantinos son típicos de los edificios religiosos conmemorativos, visitados por peregrinos, en cuanto distintos de las iglesias normales de planta basilical, que eran utilizados para el culto cristiano ordinario de los fieles del lugar. El octógono interior, el más pequeño, se elevaba sobre ocho pilares cuadrados, que sostenían el techo. Quedaban muchos restos del suelo de mosaico, y en el octógono interior había un hermoso mosaico de flores de loto con un pavo real. D18 2) La segunda campaña y el descubrimiento de la sinagoga negra Durante cuarenta años no se realizaron ya más excavaciones en aquella zona. En los años sesenta hubo una segunda campaña de excavaciones dirigida por los padres franciscanos Corvo y Loffreda, durante la cual se excavó una amplia sección de la ciudad en torno al cardo o calle principal que iba de Norte a Sur desde la via maris hasta el mar D19, dejando al oeste tanto la sinagoga como la basílica bizantina. Las casas privadas consistían en manzanas compuestas de varias unidades de habitación en torno a un amplio patio interior. Cada una de estas manzanas recibe el nombre de insula. La más próxima al mar es aquella en la que se había construido la basílica. Inmediatamente al norte había las ruina de una casa privada, y más al norte la sinagoga. D20 Corvo y Loffreda intentaron averiguar qué había debajo de aquellos dos edificios públicos, la sinagoga y la basílica, y el resultado de sus excavaciones fue impresionante. Debajo de la magnífica sinagoga blanca se encontraron los restos de otro edificio público grande, pero mucho más humilde, construido con piedra basáltica negra propia de aquella zona, y que podía bien fecharse en l siglo primero de la era cristiana. Muy verosímilmente se trata de la sinagoga de la que nos habla el evangelio, la que fue construida por el centurión amigo de Jesús y de los judíos, la sinagoga que tantas veces visitó Jesús. En las imágenes podemos ver cómo los muros de la sinagoga posterior están construidos encima de hiladas pertenecientes a la sinagoga de basalto, y dentro, debajo del piso de la sinagoga moderna encontramos el piso de la sinagoga anterior, aquella que Cristo visitó. D21 y 22 5) El descubrimiento de la domus ecclesia Al reanudar sus excavaciones en 1968, Corvo y Loffreda encontraron un ábside que servía de baptisterio y ocupaba parte del octógono exterior. El ábside estaba orientado hacia el oriente como todas las iglesias cristianas de aquella época. En el siglo V y VI octógonos parecidos aparecen en la iglesia de Zenón en el monte Garizín, y en la de los Santos mártires en Cesarea del Mar. Ésta debió haber sido la iglesia visitada por el peregrino anónimo de Piacenza en el siglo VI hacia el año 570, cuando nos dice que la casa de Pedro era en ese momento una basílica. D23. 5 Estos descubrimientos confirmaron que sin lugar a dudas se trataba de un edificio religioso cristiano. Pero ¿qué había debajo? En la segunda campaña se vio cómo el octógono interior de la basílica estaba construido justo sobre una amplia habitación que ya previamente había sido un lugar de culto, antes de que se construyese la basílica. Las paredes de esa habitación estaban enlucidas y pintadas de rojo, verde, azul, marrón, blanco y negro, con dibujos de granadas, flores, higos y dibujos geométricos. Este salón central medía unos 7,50 ms. de largo y de ancho, por lo que era casi cuadrado. El techo estaba apoyado sobre un arco elevado que reposaba sobre dos pilastras. En las paredes había graffiti dejados por los peregrinos cristianos en honra de Cristo y mencionando a san Pedro. Un grafito, por ejemplo dice: “Señor Jesucristo ayuda a tu siervo”. Hay cruces pintadas por todas partes. Los graffiti están tanto en griego como en hebreo y siríaco, lo cual hace suponer que la comunidad local estaba compuesta de judeocristianos. Todo el complejo estaba rodeado por un muro de entre 27 y 35 metros de largo en cada uno de sus cuatro costados. D24. La disposición de esta habitación con el piso, el enlucido de colores en las paredes y el arco fue fechada en los comienzos del siglo IV. Esta pudo haber sido la iglesia que según las Fuentes escritas fue edificada por el conde José de Tiberíades por orden del emperador Constantino. Y ésta era también con toda probabilidad la iglesia que vio la peregrina española Eteria cuando visitó el lugar hacia el año 380. “La casa del príncipe de los apóstoles es ahora una iglesia, y las paredes siguen en pie en el mismo lugar” D25 6) El descubrimiento de la casa de Pedro Pero lo más sorprendente es que esta habitación, convertida en domus ecclesia, ya existía anteriormente y era parte del conjunto de unas de las insulae o manzanas de casas particulares, muy semejante a la insula adyacente, la del vecino de Pedro, situada entre la iglesia y la sinagoga. El conjunto de aquella manzana estaba construido en torno a un patio interior. Tenía solo una entrada que daba al cardo o calle principal, y junto a la puerta de la casa la calle se ensanchaba dejando un lugar amplio donde la gente podía reunirse junto a la puerta de la casa D26. Las distintas habitaciones en la insula estaban construidas con grandes piedras de aluvión procedentes de las rocas basálticas negras que forman el suelo de toda aquella región. Al no haber cimientos no se podía construir un segundo piso ni poner un tejado de teja, sino que el techo original estaría hecho de vigas de madera y hojas de palma, o con una mezcla de paja y barro, en la que era fácil abrir un agujero para hacer bajar una camilla desde arriba. Se ven restos de una escalera para subir al tejado desde el patio interior. Este patio era probablemente el área donde la familia hacía la vida. Nos referimos a la gran familia que habitaba en las distintas unidades de vivienda, abuelos, hermanos casados, nietos... En el patio hay un horno redondo para preparar la comida familiar. Las habitaciones estaban en la parte al norte y al oeste del patio. Al este estaba la habitación más grande, la que más tarde fue objeto de una veneración especial ya desde finales del siglo I. En su forma primitiva tenía dos entradas, una desde el sur y otra desde el norte. La habitación original medía algo más de 50 metros cuadrados, y era una habitación bastante grande para lo que se estilaba entonces. La puerta sur de la habitación daba al segundo patio, que pudo haber sido utilizado para guardar los animales, o como lugar de taller para distintas actividades artesanales. Curiosamente se encontraron varios anzuelos debajo de uno de los suelos de la habitación principal que luego sería transformada en iglesia. D27-29 Como hemos dicho, ya desde el siglo I esta habitación, a diferencia del resto, recibió un tratamiento especial que pudiéramos llamar cúltico. Ya no aparecen en ella trozos de cerámica usados para la vida diaria, sino sólo lámparas. Las paredes fueron pronto enlucidas y en ella se escribieron graffiti. En una parte de la habitación hay nada menos que seis capas de piso superpuestas, lo cual indica que esta habitación tuvo un piso durante un largo período de tiempo. Todo apunta a que estaba siendo usada para reuniones comunitarias y ya no como vivienda. Los 6 habitantes bien pudieron ser judeocristianos cuya presencia está documentada por escritos rabínicos de la época que nos hablan de minim o herejes. En el siglo II se nos habla del rabí Hanina, sobrino del famoso rabí Yehosua, que se convirtió en Cafarnaún a una secta de Minim o herejes, que con mucha probabilidad eran judeocristianos Midrash Qo Rabbah 1,8). Epifanio nos informa que hasta el siglo IV la población de Cafarnaún era judía en su totalidad. Es en esta habitación donde más adelante ya en el siglo IV se habilitó una domus ecclesiae, y se construyó un arco medianero que pudiera sostener un verdadero techo. Es la domus ecclesia de que nos habla Egeria, que conservaba todavía las paredes de la casa de Pedro. Más tarde en siglo V o VI, se derribó esta habitación, para construir en su lugar la basílica octogonal visitada por el peregrino de Piacenza, y que fue la primera que emergió ya en las excavaciones del Padre Orfali. D30-31 Éste es el centro que los peregrinos visitan D32, y donde en los años 90 se construyó una iglesia que permite que unos puedan celebrar la eucaristía en una iglesia con suelo de cristal construida encima de las ruinas, y otros puedan abajo seguir visitando las ruinas mientras arriba se celebra la Eucaristía, sin molestarse unos a otros D33 B) EL OFICIO DE PESCADOR EN AQUELLA ÉPOCA 1) La pesca en el lago de Genesaret La pesca era una de las actividades económicas más importantes en el lago. En ocasiones, hay redadas tan abundantes como la descrita en el evangelio. D34 Hasta hoy es precisamente la orilla norte, donde se encuentra Cafarnaún, la parte preferida por los pescadores. D35 La vecindad de las aguas termales de Tabga, hace que los peces prefieran esa zona, sobre todo en invierno. No todos los peces son buenos para el consumo humano según las leyes del Levítico. Los judíos no pueden comer animales acuáticos sin escamas. Es el caso del bagre, que abunda en el lago. Por eso tienen que escoger los peces buenos y los demás tirarlos al agua. Entre los peces kasher, están los barbos y las sardinas; pero, sobre todo, el más sabroso y apreciado es el Musht, u Omenet, el pez nodriza, llamado así por que lleva en su boca a las crías. 7 Este es el famoso pescado de san Pedro, tan apreciado por los peregrinos. D36 y 37 En cuanto a las artes de pesca, no han variado mucho desde la época de Jesús hasta las fotos que vamos a ver a continuación, que son de los años cuarenta. Cada una de las distintas redes que veremos puede ser relacionada con algunos de los pasajes evangélicos sobre la pesca, aunque no tenemos tiempo ahora para ampliar este tema. Recordemos la red de arrojar, usada por un solo hombre. O la red barredera que necesita la colaboración de dos barcas con dos equipos de pescadores. D38. O la red sagena con tres capas superpuestas donde quedan atrapados los peces. D39 En cuanto al tipo de barcas usadas, temenos la ayuda de un mosaico de la vecina Magdala, en el que aparece una barca de pesca. D40, 8 pero sobre todo el hallazgo del esqueleto de una barca de pesca del siglo I, en el fango del lago. Fue un año de gran sequía en el que bajó mucho el nivel del mar. La barca fue rescatada por los israelíes del vecino kibbutz de Ginosar. Tras miles de peripecias para que no les deshiciese entre los dedos, lograron reflotarla y tratarla químicamente. Con un gran sentido para el negocio, hoy día el barco es en el museo del qibutz una pieza de exposición para los peregrinos cristianos: El “Jesus boat”, el barco de Jesús. D41 y 42 2) Localización de las industrias de salazón Sabemos que las dos parejas de hermanos pescadores trabajaban en equipo. De Zebedeo, el padre de Juan Y Santiago, se nos dice que además de la ayuda de sus hijos, contaba también con otros jornaleros contratados (Mc 1,20). El pescado en aquel clima tan cálido no podía conservarse bien, y por tanto gran parte de las capturas eran reconducidas al puerto de MagdalaTarijea, en la orilla oeste, cerca de Tiberíades, donde había una próspera industria de salazones. Tarijea, el nombre griego de Magdala, deriva del verbo taricheuo, que significa conservar de un modo artificial. Tarijea-Magdala era el gran centro industrial para los 13 pequeños puertos que había en la orilla del lago. Allí iría a parar una parte considerable de la pesca de las familias pescadoras de Cafarnaún. Zebedeo, como hombre de negocios, sabía encontrar el mejor mercado y dar salida industrial a un producto que con el calor del lago podía tan fácilmente pudrirse. D43 Los pescadores de Cafarnaún no tenían problema en llevar su pescado a Tarijea. La cosa se hacía más problemática para los pescadores de Betsaida, porque, como hemos dicho, Betsaida se encontraba en la orilla del Jordán contraria a Tarijea. Había que llevar el pescado de la tetrarquía de Filipo a la de Antipas, y para eso tenían que pagar impuestos especiales que no tenían que pagar los de Cafarnaún que estaban ya viviendo en la Galilea de Antipas. Pero Pedro y Andrés procedían de Betsaida. En tiempo de Jesús Betsaida estaba enclavada en la otra orilla del Jordán, en la tetrarquía de Filipo. Betsaida ha sido la última de las ciudades del lago identificadas con seguridad por los arqueólogos recién en los años 90. D44 Había sido refundada por Filipo según Josefo hacia el año 2 antes de Cristo, como ciudad helenística, pero parte de su población era judía y hablaba tanto griego como arameo. En Betsaida ha aparecido una espaciosa casa de aquella época, conocida como la casa del pescador, parecida a la casa de Pedro en Cafarnaún, por los muchos aparejos de pesca que se han encontrado en ella. Otros utensilios muestran que los habitantes de la casa tenían un buen nivel de vida. D45 Murphy O’Connor ha elaborado una hipótesis según la cual, éste pudo haber sido el motivo por el que Pedro y Andrés trasladaron su domicilio de su Betsaida natal a Cafarnaún. Querían domiciliar su empresa en un pueblo en el que no tuvieran que pagar el tributo obligatorio para llevar su pescado a las salazones de Tarijea en el territorio de Antipas Mateo y Marcos nos hacen notar que Pedro y Andrés, aunque eran originarios de Betsaida, vivían en Cafarnaún. Ya hemos visto su casa anteriormente. Es la casa de la suegra de Pedro, donde se acomodaban sus hijos e hijas con sus cónyuges en toda aquella manzana de habitaciones con un patio interior. Quizás Andrés y Pedro se habían casado con dos hermanas, y vivían ambos en la misma casa. De verificarse la hipótesis de Murphy O’Connor, sería evidente el gran sentido de iniciativa de los dos hermanos y su voluntad empresarial. 3) Importancia del pescado en la dieta mediterránea El pescado era un producto esencial en la dieta mediterránea. Es muy curioso constatar el lugar que se le da al pescado en una enciclopedia sobre gastronomía. Es la obra de Ateneo de Náucratis, un egipcio helenístico del siglo II de nuestra era. Se titula Deipnosofistai, y tiene 15 libros. Los cinco primeros libros han sido ya traducidos al castellano en la Biblioteca clásica 9 Gredos. La traductora Lucía Rodríguez –Noriega traduce el título como El banquete de los eruditos. En esta obra Ateneo tiene citas de unos 1250 autores sobre temas muy diversos, pero con predominio de la gastronomía. El libro séptimo está enteramente dedicado al pescado, (117 páginas en la edición clásica de la Biblioteca Teubneriana) y, además en los otros libros hay múltiples alusiones al pescado. Aunque también tiene muchas referencias a la carne, el bloque más grande dedicado a la carne no pasa de dos páginas y media. Un historiador moderno, Rostovtzeff, dice que el pescado era la parte más substancial de la dieta de pobres y ricos. Pero la oferta de pescado no era suficiente para cubrir la demanda, y esto encarecía mucho el precio del pescado en todo el imperio. Plutarco, hacia el año 100 de nuestra era cita a Catón en el sentido de que pescado vale más en Roma que una vaca, y una caja de pescado salado cuestan más que 100 ovejas. Todas las fuentes se quejan de lo caro que estaba el pescado. También el evangelio se hace eco de la importancia del pescado en la dieta del siglo primero. Si un hijo le pide a su padre un pescado, ¿le dará una serpiente? (Mt 7,9-10). Lods discípulos en el descampado tenían unos panes y unos peces (Mc 6:38). Por supuesto que se trataba de pescado seco y salado, que habría sido tratado en las fábricas de Tarijea. También en Juan 21 Jesús tenía ya preparado para el desayuno un trozo de pescado asado. Además los judíos sólo podían comprar pescado salado a otros judíos. Una vez que el pescado había sido cortado en tiras y salado, no había manera de saber si provenía de peces puros o impuros, es decir legalmente aptos para el consumo judío. Por eso la única garantía era que toda la pesca y el procesamiento del pescado fuesen hechos por judíos y no por gentiles. De ahí que el pescado del Mediterráneo, zona gentil, no tenía esas garantías mínimas en Jerusalén, en donde se prefería consumir el pescado del lago de Galilea pescado y salado por judíos. Tengamos en cuenta que, dadas las distancias y dado lo primitivo de los modos de transporte y el calor, era impensable tener pescado fresco en Jerusalén. La Mishná dice que todo pescado vendido en salmuera es sospechoso de ser impuro (Mashkirin 6,3). Por todo el pescado venido del lago estaba garantizado y los pescadores ampliaban su clientela hasta la misma capital de Jerusalén, donde su pescado no tenía rivales. Es hora ya de poner juntas todas nuestras conclusiones. Zebedeo tenía una pequeña empresa de pesca en la que trabajaban sus hijos y sus jornaleros, y además tenía como socios a un par de hermanos emprendedores, Pedro y Andrés, que se habían trasladado de su Betsaida natal a Cafarnaún para obtener especiales ventajas fiscales. Este cambio de domicilio social de su pequeña empresa revela ya un buen ojo para los negocios, y un gran poder de iniciativa. Podían moverse con soltura tanto en los ambientes de habla aramea, como en los ambientes de habla griega. El nivel de vida acomodado de estos pescadores se trasluce en las dos casas que hasta ahora han sido identificadas por los arqueólogos como pertenecientes a gente de esta profesión: la casa de Pedro y Andrés en Cafarnaún y la casa del pescador de Betsaida. La casa de Pedro estaba, como hemos dicho en el mismo centro del pueblo, a dos cuadras de la sinagoga, y, aunque no lujosa, era amplia y cómoda. Como empresarios eran hombres libres; podían decidir sus horas de trabajo, cuándo trabajar o cuándo parar su trabajo. Tenían una importante inversión en su barca y sus redes, que les proporcionaba un puesto de trabajo y una seguridad e independencia económica. Esto indica que tuvieron que renunciar a mucho para seguir a Jesús. Pedro no está presumiendo cuando dice “Lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Pero se les quedaba chico aquel pequeño lago, y pronto descubrieron la posibilidad de junto a Jesús buscar otro mar, ese mar grande del Mediterráneo que llevaría a Pedro hasta Roma, donde en la corte de Nerón se consideraba una delicatesse el pescado en conserva del mar de Galilea. 10