notas complementarias a clases de filosofía

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UNIVERSIDAD A HURTADO
EPISTEMOLOGÍA SOCIAL
PROFESOR A. DI FILIPPO
APUNTE COMPLEMENTARIO
FILOSOFÍA ECONÓMICA
LECCIONES DE CLASES
-----------------------------------------LEYES CIENTÍFICAS EN CIENCIAS SOCALES Y USO DE MODELOS:
1. LAS LEYES CIENTÍFICAS
Siguiendo a Bunge hemos distinguido entre cuatro tipos de leyes:
a)
Las leyes1, o leyes “ontológicas” que son inmanentes a las regularidades
que acontecen en la realidad cósmica donde operan los sistemas
concretos. Son regularidades que, dentro de una filosofía del realismo
ontológico, diremos que existen con total independencia de que nosotros
podamos observarlas o no. Los planetas del sistema solar describen
órbitas gravitacionales que son anteriores a la existencia de los seres
humanos sobre la tierra y por lo tanto, anteriores a las leyes científicas que
sobre ellas quisieron elaborar los astrónomos de todos los tiempos.
b)
Las leyes2, o leyes “epistemológicas”. Estas son leyes elaboradas por
científicos que buscan la verdad. Son la expresión de las leyes1 y
expresan conocimiento verdadero, aunque no completo, ya que son
perfectibles y reemplazables por nuevas leyes a medida que avanza el
conocimiento científico. Son comunicables a través de sistemas
semióticos adecuados, y están sujetas a los métodos de prueba científica
propios de cada disciplina. Por ejemplo, una ley científica es la ley de
Newton sobre la fuerza gravitatoria como el producto de la masa por la
aceleración. Esta ley no es falsa, pero si imperfecta o no aplicable al
contexto cósmico en su conjunto, y ha sido reemplazada por leyes más
amplias y explicativas.
c)
Las leyes3 o leyes “pragmáticas”. Estas leyes son elaboradas por
científicos o tecnólogos que buscan resultados útiles, como el pronóstico
o proyección de valores futuros de una variable, o la utilización de
variables exógenas para causar la modificación de variables endógenas, a
partir de un uso pragmático de las leyes2.
d)
Las leyes4 o leyes “contextuales”. Estas son leyes que intentan determinar
el campo de aplicación de una determinada ley1, para evitar su utilización
fuera del contexto adecuado. Por ejemplo una ley de la física clásica,
como la ley de la gravitación, no es aplicable en el contexto de la física
cuántica.
2. LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA EN CIENCIAS FÍSICO-NATURALES
En las ciencias físico-naturales, basta con las leyes2 y con los datos que expresan las
circunstancias particulares en que esas leyes se cumplen, para lograr una explicación
satisfactoria del tema. En particular esas leyes2, permiten elaborar leyes 3, aplicables a
la proyección de datos en el futuro, o a la utilización tecnológica de dichas leyes.
Siguiendo con la ley de Newton relativa a la fuerza gravitatoria como el producto de la
masa por la aceleración. Estamos en presencia de una típica ley2, que puede ser
utilizada para formular leyes3 con fines de prognosis o de actuación sobre la realidad.
Por ejemplo la ley de la fuerza gravitatoria, es útil para pronosticar, por ejemplo, el
lugar y tiempo de la caída de un aerolito o asteroide sobre la tierra. También es útil para
conocer la aceleración de un cohete, dotado de cierta masa que desea superar la fuerza
gravitatoria de nuestro planeta. Todo esto no requiere más que la formulación de la ley
en términos generales (por ejemplo algebraicos) y su especificación con los datos que
corresponden para un caso particular.
3. LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA EN CIENCIAS SOCIALES.
Sin embargo las leyes científicas en ciencias sociales no pueden formularse solamente
examinando regularidades del pasado para obtener generalización confiables como sucede
en la física, en la astronomía, o en la biología. Tampoco resulta aplicable en todos los casos
(aunque pueda ser muy útil) la explicación probabilística, o el recurso más reciente a la
teoría matemática del caos, porque todos esos procesos son cualitativamente diferentes a
los que estudian las leyes propias de la ciencia social. Para formular una ley2 (patrón o
regularidad social) no basta con la formulación de la ley en términos generales y con su
especificación de los datos referidos al caso particular. Además hace falta determinar cuales
son los valores o fines que orientan el comportamiento de las personas y de los grupos
humanos a los que se refiere la ley, y cuales son las reglas o normas elaboradas por esos
propios grupos que rigen sus comportamientos. Por lo tanto necesitamos no sólo la
formulación de la ley y la especificación de los datos para el caso singular, sino además
determinar si no se han producido en los valores y las normas que rigen en ese caso
singular. Precisamente, las generalizaciones obtenidas de situaciones anteriores, suponen la
constancia de los valores y de las reglas (no sólo de comportamiento social sino también de
comportamiento técnico) pero esta suposición debe ser confirmada. Porque a diferencia de
los fenómenos físicos matemáticos cuyos sistemas carecen de voluntad (discernimiento,
intención, libertad) y de racionalidad, los humanos son animales racionales y morales, lo
que suele afectar, y hasta modificar radicalmente sus comportamientos sociales. Por esa
misma razón muchas proyecciones de comportamientos económicos y políticos (leyes3)
basadas en comportamientos pasados suelen resultar equivocadas, porque han cambiado los
valores o las reglas que regían esos comportamientos. Del mismo modo las leyes3 aplicadas
a la política pública (acciones orientadas a la aplicación de tecnología social) suelen ser
muy erradas si no se toma como punto de partida los valores y reglas vigentes en una
determinada comunidad. Esos valores no se pueden suponer a priori (por ejemplo
“decretar” la existencia de comportamientos egoístas o altruistas) sino que deben ser
examinados, hasta donde sea posible, en cada comunidad singular bajo análisis.
En consecuencia, las leyes4, encargadas de acotar el campo de aplicación en que se
cumplen las leyes1, leyes2 y leyes3, alcanzan una importancia metodológica decisiva en
ciencias sociales. Esas leyes4 ayudan a determinar la vigencia histórica de los otros tres
tipos previos de leyes que hemos definido. Esto es debido a la importancia del cambio
histórico en la dinámica de las sociedades humanas. El campo de aplicación de la mayoría
de esas leyes está acotado a períodos históricos donde operan ciertos tipos de sistemas,
cuya composición, contexto, estructura y mecanismos, están sujetos a ciertas leyes que sólo
son válidas para esos tipos de sistemas. Por eso, a esos tipos de sistemas se les denomina
tipos ideales. Como hace notar Bunge, los sistemas físico-naturales también tiene “historia”
(las estrellas nacen y mueren, las especies animales evolucionan, etc.). De hecho, el
universo todo, a partir del “big bang” no cesa de desplazarse y expandirse a gran velocidad.
Pero la historia humana es diferente a esas historias físicas, naturales o biológicas, porque
los componentes de esos sistemas no son (hasta donde sabemos) racionales, y por lo tanto
carecen de valores propios y no pueden determinar las normas que los rigen, las que son
impuestas de manera externa por otro tipo de fuerzas. De aquí que el cambio histórico en el
caso de las sociedades humanas es muchísimo más dinámico que el cambio “histórico” en
otros contextos de la realidad concreta.
Esto tiene otra connotación, relacionada con el uso de modelos explicativos (es decir el
uso de conjuntos interrelacionados de leyes2), o modelos proyectivos o de política (es decir
conjuntos interrelacionados de leyes3). Esos modelos deben encuadrarse dentro de un
paradigma o matriz general cuyos rasgos y relaciones esenciales configuran lo que
denominamos tipo ideal. Por ejemplo contemporáneamente el capitalismo y la democracia
son expresiones de tipos ideales de sistemas económicos y de sistemas políticos
respectivamente. Por lo tanto, las leyes científicas que son válidos en el contexto de esos
tipos ideales, no necesariamente lo serían en regímenes políticamente autoritarios o
económicamente planificados centralmente.
4. EXPLICACIÓN CIENTÍFICA Y USO DE MODELOS.
Si bien todos los tipos ideales pueden considerarse como modelos, no todos los
modelos son tipos ideales. Sin embargo como los tipos ideales son modelos, entonces
podemos intentar alguna especificación matemática de los tipos ideales, dando lugar a
modelos formalizados, que derivan de los tipos ideales. En realidad los tipos ideales
derivan de la investigación histórica profunda y por lo tanto todos los grandes científicos
sociales que elaboraron tipos ideales lo hicieron a partir de exhaustivos estudios históricos,
tal es el caso de Aristóteles en La Política, de Marx en el El Capital, o de Weber en su
Economía y Sociedad. La elaboración profunda y minuciosa de un tipo ideal exige escribir
en prosa, hasta poder “destilar” los rasgos más profundos y esenciales de las relaciones
estructurales básicas del sistema estudiado, y de sus mecanismos dinámicos fundamentales.
Un tipo ideal es la especie de un género, por ejemplo los batracios son una especie del
género animal, y conocer sus rasgos típicos nos permite encuadrar a diferentes ranas y
sapos en la especie batracios, pero si nos encontramos con una especie o subespecie
desconocida del tipo ideal batracio, tenemos que “modelarlo” (caracterizarlo en sus rasgos
esenciales) respetando sus especificidades. Lo mismo sucede en ciencias sociales. Por
ejemplo las democracias son una especie del género sistema político, y conocer sus rasgos
típicos nos permite encuadrar a diferentes subtipos de democracias en el tipo ideal que
constituye la “especie” democracia, diferente por ejemplo a la especie aristocracia o a la
especie oligarquía, que dan lugar a tipos ideales diferentes de sistema político.
Lo mismo acontece con el tipo ideal capitalismo, diferente al tipo ideal esclavismo, o
economía medieval urbana. Las leyes (1, 2, y 3) que son validas para el primero, no
necesariamente se cumplen en los otros tipos de sistema económico. Por ello las leyes4, nos
recuerdan la necesidad de determinar cual es el campo de aplicación de esas leyes. Esto
marca la complejidad de la explicación científica en ciencias sociales.
5. EJEMPLIFICACIÓN DE LA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA EN CIENCIAS
SOCIALES MEDIANTE EL USO DE UN MODELO KEYNESIANO SIMPLE
Desarrollemos un modelo keynesiano simple compuesto de cuatro ecuaciones y veamos
como, en todas ellas encontramos los cuatro elementos explicativos presentes en las
ciencias sociales: la ley (o relación funcional), el dato (empíricamente verificable y
probablemente cuantificable), los valores o fines que guían el comportamiento humano, y
las reglas que regulan tanto las relaciones entre los hombres (normas jurídicas), como entre
ellos y sus habilidades e instrumentos (normas técnicas). Las ecuaciones son las siguientes:
a)
El valor de la renta real (que, en equilibrio es igual al valor del producto
social) es una función de la demanda efectiva de bienes de consumo y de
inversión. Dicho de otra manera, la demanda efectiva de bienes de
consumo y de inversión es la causa del producto social. Esto mismo puede
expresarse diciendo que
R = f1(C + I )
(1)
La ecuación anterior enuncia la ley2 en términos algebraicos, además los datos son las
magnitudes que pueden tomar las variables examinadas. Lo más importante y difícil es, sin
embargo, detectar los valores o fines que están por detrás de esta ecuación y las normas
técnicas y jurídicas implícitas en ella. Los valores dicen que en una economía capitalista la
obtención de la renta real (corporizada en productos útiles) es deseable como un fin
económico fundamental, y las reglas del mercado dicen que para “realizar” mercantilmente
esa renta o producto (es decir para convertir una oferta de mercancía potencial, en una
mercancía realizada o producto) es necesario ejercitar la demanda efectiva entendida como
el ejercicio del poder adquisitivo del producto social.
b)
La demanda efectiva de bienes de consumo es una función del poder
adquisitivo general del ingreso disponible, suponiendo que ya está
determinada la distribución del ingreso y las preferencias de los
consumidores. Recordemos que el modelo keynesiano simple es de corto
plazo y por lo tanto se mantienen constantes las condiciones tecnológicas,
la distribución del ingreso real y las necesidades o preferencias de los
consumidores. Ahora bien en el modelo keynesiano simple, generalmente
no se establece diferencia entre R e Y, pero esto es erróneo, porque Y
expresa un poder adquisitivo general que está en manos de los
consumidores y que viene dado para el presente modelo como variable
independiente. En cambio R, es una magnitud de producto final,
ponderado por sus precios relativos, que es consecuencia del todo el
proceso causal. Esto mismo puede expresarse diciendo que
C = f2 (Y)
(2)
La ecuación anterior enuncia otra ley2 del modelo en términos algebraicos, además los
datos son nuevamente las magnitudes que pueden tomar las variables examinadas. En este
caso, versiones postkeynesianas pusieron de relieve la importancia de la distribución de
estas magnitudes agregadas, ya que la propensión media y marginal a consumir varía en
relación inversa al ingreso real percibido por los diferentes estratos sociales. Esta
distribución del ingreso depende de las reglas que regulan la distribución de la propiedad
de los recursos materiales, e intelectuales que, en las sociedades capitalistas determinan el
acceso al ingreso real. También depende de las reglas que regulan las relaciones de trabajo,
la previsión, la seguridad social y otros componentes que aumentan el ingreso real de los
que viven de su trabajo personal. Si las reglas anteriormente mencionadas se modificaran,
otro tanto acontecería con la distribución del ingreso, modificándose la propensión a
consumir de los diferentes estratos y, por lo tanto, el nivel y la estructura del consumo. Del
mismo modo si se modificaran muy fuertemente las preferencias de los consumidores, por
un cambio en los valores relacionados con el consumo, también habría cambios en la
estructura del consumo. Sin embargo como dijimos en el modelo keynesiano sencillo se
expresa una formulación que es estática y de corto plazo. Sin embargo, dentro del modelo
no hay ajustes instantáneos entre variables sino que se contempla un “tiempo interno”, al
interior del modelo donde las variables se determinan por orden unas antes y otras después,
es decir hay un proceso causal ordenado y, por lo tanto asimétrico. Pasinetti, de quien
hemos extraído los rasgos generales de este modelo observa al respecto: “Como los
términos causa y efecto han originado tantas y tan ardientes discusiones epistemológicas,
puede ser útil indicar explícitamente que no hay , ahora, necesidad de pisar terreno
controvertido. El término ordenación causal se usa aquí en el simple sentido de una relación
asimétrica entre ciertas variables, es decir, indicando una dirección única en la cual, en un
sentido formal, se determinan las variables del sistema. Este sentido formal y no
controvertible del término ordenación causal ha sido subrayado e ilustrado extensamente
por Herbert Simon: “Causal Ordering and Identifiability”, en Wm. C. Hood y T. C.
Koopmans (eds.), Studies in Econometric Method . Nueva York, 1953, págs 49-74”.”1
c)
La demanda efectiva de bienes de inversión es una función de la
rentabilidad decreciente esperada de las inversiones y de la tasa de interés.
Esto mismo puede expresarse diciendo que
I = f3 (E, i)
(3)
La ecuación anterior, que es otra formulación de una ley2, compara la rentabilidad esperada
de las inversiones con el nivel de la tasa de interés, y en el punto en que ambas magnitudes
se igualan queda determinada la magnitud de la inversión que, espontáneamente los
empresarios privados estarían dispuestos a emprender. Nuevamente aquí, operan valores y
reglas. Los valores son, los típicos de la maximización de la rentabilidad que orienta el
comportamiento empresarial. Pero, sin embargo podrían imaginarse otros en que, por
ejemplo los proyectos de inversión se seleccionaran tomando en cuenta además de su
rentabilidad su impacto sobre el medio ambiente, la salud física y moral de la población,
etc. Esto sería un cambio en los valores (éticos) que orientarían la asignación de los
recursos los que no serían necesariamente incompatibles con la búsqueda de la rentabilidad
como un indicador de eficiencia y de competitividad. Además las reglas que regulan la
inversión son de tipo técnico por un lado, y propiamente económicas por el otro. Las reglas
de tipo técnico están presentes en la determinación de la rentabilidad de la inversión, la que
depende, entre otras cosas, de la productividad laboral. Repitamos que, en este modelo de
corto plazo, se supone que las reglas técnicas (las funciones de producción) se mantienen
inmodificadas, y otro tanto sucede con otras reglas económicas que afectan la rentabilidad
de la inversión (como por ejemplo, la estructura impositiva en un modelo con Estado, o las
importaciones de equipos en un modelo abierto). El hecho de que estas consideraciones no
sean pertinentes para el modelo sencillo que examinamos, no obsta para que las
mencionemos como un ejemplo de la forma como las reglas y los valores afectan las
leyes2 en las ciencias sociales y, en este caso contribuyen a determinar el valor de la
demanda efectiva de inversiones.
d)
La tasa de interés queda fijada en el punto donde convergen la oferta y la
demanda monetaria, a la que Keynes denomina preferencia por la
liquidez. La preferencia por la liquidez varía en razón inversa a los niveles
1
Luigi Pasinetti, Crecimiento económico y distribución de la renta, Alianza Editorial, S.A, Madrid 1978,
página 59. Nótese que aunque el modelo no sea dinámico ni sus períodos estén fechados, hay en su interior un
tiempo abstracto, puesto que algunas variables se determinan antes que las otras, y ese “antes” y “después”
aunque no sea un tiempo cronológico, es sin duda una forma de tiempo lógico, muy distinta a la de aquellos
modelos donde todas las variables se determinan recíprocamente de manera simultánea.
posibles de la tasa de interés. Cuanto más alta es la tasa de interés menor
es la preferencia por la liquidez y viceversa. Los particulares son quienes
sustentan determinadas preferencias respecto a los motivos para no querer
gastar ni invertir su dinero (motivos, transacción, precaución y
especulación. La tasa de interés, cabe repetirlo, queda fijada después que
se define la oferta monetaria. Esto puede expresarse de manera
funcionalmente genérica:
I = f4 (L, M)
(4)
Existen valores o fines sociales que determinan las preferencias por la liquidez de los
tenedores de dinero en el modelo de Keynes, se clasifican en tres motivos principales
(transacción, precaución y especulación). Estos motivos no necesariamente son los mismos
en los diferentes tenedores de dinero, y dependen en alto grado del uso del dinero que cada
actor económico pretende hacer según su posición en la estructura ocupacional y el monto
total de dinero que controla. De nuevo aquí es necesario tomar en consideración dos
elementos: el poder adquisitivo general de los diferentes tenedores de dinero y las
preferencias que derivan, no tanto de una actitud valorativa o sicológica voluntarista, sino
más bien de su posición objetiva en el proceso económico. Por otra parte numerosas reglas
técnicas y jurídicas intervienen para determinar la oferta monetaria que las autoridades del
Banco Central deciden poner a disposición del público.
6. EL PAPEL DE LOS MODELOS TEÓRICOS Y DE LOS MODELOS
ECONOMÉTRICOS
Existe una distinción entre modelos estructurales y modelos compactos. Los primeros
también suelen llamarse de “caja translúcida” o “caja transparente”, en tanto que los
segundos se llaman de “caja negra” o “caja opaca”. Usaremos el mismo modelo anterior
para ejemplificar la diferencia entre ambos modelos. Recordemos las ecuaciones del
modelo keynesiano simple que estamos considerando:
R = f1 (C+I )
(1)
C = f2 (Y)
(2)
I = f3 (E, i)
(3)
I = f4 (L, M)
(4)
Reemplazando los valores de (2), (3) y (4) en (1) obtenemos:
R = f5 (Y, E, L, M)
(5)
La ecuación 5 expresa la versión compacta, o de caja negra u opaca, del modelo teórico
cuya versión estructural o de caja translúcida se expresa en las ecuaciones 1, 2, 3 y 4.
Esto puede verse gráficamente:
Y
L
E
M
i
I
C
(I + C)
La versión compacta o de caja negra ignora las variables intermedias que están adentro
de la caja y solamente calcula parámetros que las contienen implícitamente. Esto es
quizá, eficiente para un modelo proyectivo, pero no para un modelo teórico que intenta
desentrañar relaciones causales. Obsérvese por lo demás que las variables adentro de la
“caja” o recuadro, son las que expresan la demanda efectiva, es decir la utilización del
poder adquisitivo general (magnitud del poder económico). En tanto que las variables
que están a la izquierda se miden todas ellas en unidades de poder adquisitivo (es decir,
en jerga económica son valores reales y no nominales incluso las variables monetarias.
La tasa de interés es el nexo entre estas variables, y las que expresan la demanda
efectiva o utilización del poder adquisitivo. Sin embargo, desde el punto de vista de la
estructura del modelo, la generación del producto social (P) o renta global real (R)
depende de los componentes de la demanda efectiva que la determinan completamente.
Las variables R, C y I, son las fundamentales porque otorgan inteligibilidad al proceso
económico. R expresa un fenómeno real medido en unidades de poder adquisitivo
general y es igual al producto social P. La diferencia entre R y P, es que R es el ingreso
real percibido por todas las clases sociales que concurren al producto social y P es la
sumatoria de todos los bienes y servicios de inversión y de consumo (ponderados por
sus respectivos precios) que fueron elaborados como contrapartida por el pago de R. C
e I expresan la utilización del poder adquisitivo general. Las otras variables son todas
instrumentales. El ingreso disponible Y es una magnitud lógicamente anterior a R,
porque opera como variable independiente y es la contraparte del R correspondiente a
un período anterior. Como el modelo no es dinámico pues las variables no están
fechadas, sencillamente es mejor considerar esa variable como distinta de R que se
determina al final del proceso causal. Este argumento no es aceptable en un modelo de
interdependencia causal como son casi todos los neoclásicos, pero, aquí sugeriremos
que es justificable en un modelo de estructura clásica. Donde las variables se van
determinando en un orden lógico que implica necesariamente un “antes” y un “después”
en la sucesión causal. Nótese por último que lo específicamente económico de C y de I,
es que expresan la demanda efectiva, es decir la utilización del poder adquisitivo
general con la cual se va consumando el proceso de apropiación capitalista a todos los
niveles. Por otro lado R es el valor de la renta real disponible, expresada en magnitudes
de poder adquisitivo general, y el valor de R es igual al valor de P que no aparece
explícitamente en el modelo pero que expresa el valor del producto social generado
como contrapartida o pago recibido por los propietarios de factores productivos que
concurrieron a la producción de P.
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