SITUACION GRAVE, PERO NO DESESPERADA. HERMANDADES

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SITUACION GRAVE, PERO NO DESESPERADA. HERMANDADES
DEL TRABAJO A FAVOR DEL BIEN COMÚN
Manifiesto del Primero de Mayo de 2012
Ya lo veníamos diciendo, año tras año, en el Primero de Mayo, festividad de los
trabajadores, en los Manifiestos de las Hermandades del Trabajo, signos y señal de nuestro
compromiso cristiano y social, como quería nuestro fundador Abundio García Román.
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En 2009, CONTRA LA CRISIS ECÓNOMICA, SOLIDARIDAD SOCIAL
En 2010, LA SITUACION ES DRAMÁTICA
En 2011, A FAVOR DE UN PACTO COMÚN POR EL EMPLEO
Eran llamadas públicas a trabajadores y ciudadanos, en las que se insistía en la gravedad de
la crisis y la necesidad de soluciones consensuadas para salir de ella. Son llamadas
inspiradas en nuestro Ideario que, al ser trabajadores, nos urge a tener conciencia de tales y,
por tanto, a estar inmersos en las dificultades y aspiraciones de los hombres y mujeres del
trabajo y a participar de sus luchas.
1.- ESTAMOS ANTE UNA SITUACIÓN SOCIOECONÓMICA MUY GRAVE
POR LOS MÁS DE 5 MILLONES Y MEDIO DE PARADOS, sin esperanzas de creación de empleo en
2012, e incluso con posibilidad de que aumente el paro. Más de 1 millón de hogares sin
ingresos y familias viviendo en la pobreza.
POR LA CRISIS DE DEUDA, que no permite que fluyan las inversiones necesarias para crear
empleo, a corto plazo, y que sumada a la especulación financiera y al montante de las
deudas pública y privada, dificultan la solución de los problemas. Tantos hemos vivido por
encima de nuestras posibilidades y, ahora, nos toca pagarlo y, como siempre, más a los más
desfavorecidos.
POR LA CRISIS DE VALORES, que ha producido entre nosotros la codicia desmesurada y el
poner el máximo beneficio por encima de cualquier otra consideración. En muchas
ocasiones se ha dado la espalda a valores como el esfuerzo, la honradez, la austeridad, la
responsabilidad y la solidaridad que constituyen la verdadera trama sobre la que se teje el
Estado del Bienestar.
POR LA CRISIS DE CREDIBILIDAD DE LOS SINDICATOS MAYORITARIOS que, en los últimos años,
han defendido más a los trabajadores con empleo que a los parados; que, en muchos
momentos, viven alejados de la realidad y las inquietudes de los trabajadores; y que, junto a
las organizaciones empresariales, no han sido capaces de llegar a unos pactos, más allá de la
moderación salarial –muy importante–, los cuales hubieran determinado una reforma
laboral más justa.
POR LA CRISIS DEL PACTO SOCIAL Y DEL CONSENSO que ha roto la tradición del diálogo
social, con acuerdos expresos o tácitos, que ha permitido el periodo de mayor desarrollo
socio-económico y prosperidad así como la consolidación del Estado del Bienestar.
POR LA CRISIS DE CREDIBILIDAD DE LOS POLÍTICOS que muchas veces les mueve más los
intereses propios o de partido que el bien común y que han sembrado todos los niveles de la
administración de prácticas corruptas.
2.- UN ASUNTO QUE NO PODEMOS OBVIAR: LA REFORMA LABORAL
LA CRISIS ECONÓMICA NO TIENE UN ORIGEN LABORAL, aunque los principales damnificados
son los trabajadores. Por eso, es preciso que se corrijan los principales desajustes que
provocan un funcionamiento tan ineficiente del mercado del trabajo laboral. Es del todo
necesario crear un nuevo modelo productivo mediante la implantación de todo un sistema
de ciencia y tecnología más favorable a la innovación; que el sector educativo, a través de
una renovada Formación profesional, promueva unos trabajadores más cualificados…; y
que se dé un marco legislativo que regule justa y eficientemente el mercado del trabajo.
Con el Real Decreto Ley 3/2012 del Gobierno, que ahora está en tramite parlamentario, nos
encontramos ante la más profunda reforma de la legislación laboral desde la aprobación del
Estatuto de los Trabajadores en 1980, solo comparable con la de 1994. Un análisis al
conjunto normativo permite conocer que con esta reforma se inaugura una nueva etapa de
las relaciones laborales con importantes innovaciones, particularmente en orden a la gestión
del contrato, su modificación, suspensión y extinción; pero también en orden al
establecimiento de la flexibilización de las condiciones de trabajo mediante la negociación
colectiva, en particular a nivel de empresa, ahora definitivamente privilegiada.
No se puede negar que esta nueva norma laboral produce modificaciones sustanciales de las
condiciones de trabajo y SUPONE UN RECORTE DE DERECHOS. En este sentido, nos unimos a
las voces que desde organizaciones obreras han criticado la reforma laboral. Pero tampoco
se puede obviar que la cifra de paro, incomparable con la de cualquier país occidental, está
motivada, en parte, por un marco laboral no homologado con estos países que dificulta la
competencia y desincentiva la contratación.
No podemos perder de vista que, normalmente, todas las leyes, y en especial las de índole
fiscal y laboral, benefician a unos sectores de la población y perjudican a otros. Nosotros
creemos que esta ley supone un sacrificio para la mayoría de los trabajadores con contratos
en vigor. Tenemos la esperanza de que a medio y largo plazo el nuevo marco laboral PUEDE
AYUDAR A FACILITAR LA CONTRATACIÓN DE PERSONAS QUE AHORA ESTÁN PARADAS y a
disminuir el índice de paro, hecho este que es absolutamente imprescindible para la
sociedad española, por razones que a ninguno se nos oculta.
3.- A MODO DE CONCLUSIÓN: RAZONES PARA LA ESPERANZA, NUESTRA
APUESTA POR LA CONSTRUCCIÓN DELBIEN COMÚN
Como Movimiento de trabajadores cristianos, las Hermandades sabemos que en esta difícil
situación HAY MOTIVOS PARA LA ESPERANZA. En la sociedad, aunque sea de un modo
germinal vemos signos de ello: el esfuerzo de los organismos públicos por ajustar los gastos
a los ingresos, las iniciativas de los emprendedores por crear nuevas empresas, muchos
trabajadores que acceden a moderar sus salarios para mantener puestos de trabajo…, son
realidades pequeñas pero que sin duda tejerán un futuro mejor. Además, muchos
ciudadanos y ONGs vamos tomando conciencia de nuestra responsabilidad y llevamos a
cabo iniciativas solidarias para afrontar y paliar la situación de las víctimas de la crisis. Se
va alumbrando un estilo de vida más austero conforme a esta situación y a nuestras
posibilidades.
De igual forma, dentro de la Iglesia, muchas instituciones, comunidades y grupos venimos
realizando signos que así lo ponen de manifiesto. Sin ir más lejos, la Conferencia
Episcopal ha donado cantidades importantes para fortalecer los Fondos de Emergencia
Social de la obra social de la Iglesia. De hecho, las Cáritas Parroquiales, los comedores
sociales, las congregaciones religiosas y movimientos eclesiales acogen y acompañan
diariamente a multitud de personas que se acercan a ellas. También nuestros centros de
Hermandades del Trabajo atienden a muchos trabajadores que buscan apoyo y alternativas
para superar su difícil situación.
Sobre esta base de acción y en el contexto de una sociedad plural, las Hermandades del
Trabajo queremos poner al servicio de la misma UNOS PRINCIPIOS QUE BROTA DE NUESTRA FE
EN JESUCRISTO: la dignidad de la persona humana, la fraternidad y la búsqueda del bien
común. Estos principios nos parecen que pueden ser compartidos por grupos de distintas
ideologías y creencias. Para nosotros el bien común se favorece fomentando la dignidad, la
libertad y el derecho de todos a participar de los bienes existentes en la sociedad, respetando
el principio inviolable de la justicia. El bien común es indivisible y no se forma por la mera
suma de los bienes particulares.
La pregunta es: ¿Quién define el bien común, cómo se mide, quién está legitimado para
establecerlo en cada momento en una determinada sociedad? No son los empresarios, ni los
sindicatos ni los obispos. EL BIEN COMÚN ES UN ASUNTO DE TODA LA COMUNIDAD POLÍTICA.
En Hermandades siempre hemos defendido el reparto equitativo de la crisis, por eso nos
parece fundamental la protección de los sectores más necesitados de ayudas públicas. En
cualquier caso, es imprescindible UNA CIERTA AUTOLIMITACIÓN DE TODOS LOS GRUPOS
SOCIALES Y FUERZAS ECONÓMICAS Y POLÍTICAS, en un momento tan difícil, en aras
precisamente del bienestar de toda la comunidad social. Dicho de otra manera, si todos
pretenden imponer sus objetivos, sus deseos y sus reivindicaciones máximos, creemos que
no saldremos de la crisis y, en cualquier caso, los costes de todo tipo serán mayores.
CONSEJO NACIONAL
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