Jaque a la presa de Ilisu

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público
Sábado, 25 de abril de 2009
Ciencias
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El agua, fuente de conflicto. El Gobierno turco mantiene una política hídrica obsoleta en una zona estratégica
la ciudadela de hasankeyf, 15.000 años de civilización bajo el agua
La ciudadela de Hasankeyf es uno de los enclaves civilizados más antiguos, hasta el punto de que por alguna de sus 4.000 cuevas hasta hace poco habitadas pasó Alejandro
Magno. Su rico legado (es candidata a formar parte del Patrimonio de la Humanidad) incorpora huellas de kurdos, sumerios, babilonios o árabes. edu bayer
Jaque a la presa de Ilisu
Turquía agota plazos e incumple condiciones para financiar un pantano con
un enorme impacto ambiental, cultural y político que solivianta a los kurdos
construir en el marco de lo que queda por desarrollar del Proyecto para
(Kusdistán turco)
el Sureste de Anatolia (GAP), impulReportaje sado en los años 80 por el Gobierno
turco con el objetivo de construir 22
ferran casas presas y 19 centrales en la zona del
Kurdistán, la más pobre del país, pen Suçeken, un pueblo ro con grandes recursos naturales,
próximo a la ciudad de sobre todo hídricos. El Éufrates ya se
Batman, en el Kurdis- ha llenado de pantanos y buena parte
tán turco, una familia se del curso alto del Tigris también, coconstruye una casa cer- mo ocurrió con el parque natural de
ca de donde hace tres años el primer los Munzur.
ministro turco Erdogan colocó la primera piedra de la presa de Ilisu, que 313 kilómetros cuadrados
debería anegar el pueblo y 198 más Las cifras de Ilisu, proyectada muy
con las aguas del Tigris. Las obras es- cerca de Irak y Siria, son de espantán paradas y los afectados, seguros to: una altura de 138 metros, 313 kide ganar la batalla que libran desde lómetros cuadrados de extensión en
1997 contra este faraónico proyecto. un recorrido por el curso del Tigris de
La presa de Ilisu es la más emble- 136 kilómetros y un coste de 20.000
mática de todas las que se deberán millones de euros. De estos, 1,2 son
hasankeyf
E
para construir el pantano y el resto
para reubicar a la población afectada, unas 80.000 personas. Algunos
de estos kurdos ya fueron desplazados en los años 70, cuando se les sacó
de las cuevas donde vivían en la ciudad antigua de Hasankeyf al declararla patrimonio cultural, o en los 90,
cuando, en su guerra contra los independentistas del PKK, el Ejército turco destruyó centenares de pueblos.
Los que cuestionan el proyecto, como como Ercan Ayboga, coordinador
de la iniciativa ciudadana contraria a
la presa, o el director el departamento cultural del Ayuntamiento de Batman, Ali Saripunar, creen que la financiación es la gran esperanza para que Ilisu, una obra “obsoleta”, no
se lleve a cabo. Ambos denuncian
que el Estado turco, que sigue optando a ingresar en la Unión Europea, es
Un proyecto polémico
La presa anegará una superficie de
313 km², equivalente al doble de la
extensión de la ciudad de Sevilla.
Batman
TURQUÍA
Hasankeyf
0
Río Tigris
km 10
Presa de Ilusu
TURQUÍA
SIRIA
IRAK
FUENTE: GAP.GOV.TR
Río
Tigris
Se levantará cerca
de la frontera con
Siria e Irak, sobre el
cauce del río Tigris.
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EL medio rural
La zona, que el PKK y el ejército convirtieron en
campo de batalla, es virgen turísticamente. E. B
la vida sigue para los kurdos
Hasankeyf y su región están gobernados por alcaldes del nacionalista DTP que están
convencidos de que pararán la presa. Por eso intentan no cambiar sus planes. e. b.
insensible a razones de carácter social, cultural y ambiental que están
avaladas por estudios internacionales. Para pagar Ilisu, Erdogan ha recurrido a la banca europea. Y para
avalar la operación y dar garantías
a sus entidades, los estados del viejo continente quieren garantías de
Turquía en forma de 150 condiciones medioambientales, de preservación del patrimonio y reubicación
de la población. Los más relevantes
siguen lejos de ser una realidad.
Después de varias entradas y salidas, el consorcio inversor está formado por Alemania, Suiza y Francia. Si Turquía no da este verano garantías (o consigue otra prórroga)
se disolverá. Pero ya hay candidatos a formar otro: inversores italianos y chinos. En el caso de estos últimos, argumenta Saripunar, la cosa se puede complicar “porque Estados Unidos no quiere que los chinos
metan sus narices en la zona”. Y es
que la presa de Ilisu, más que otras
del GAP, contendrá o dejará correr
las aguas que dan de beber a Siria e
Irak. Tienen, por tanto, un alto valor
estratégico en el Oriente Medio.
La tortuga del Éufrates, en riesgo
El ambientólogo Ayboga pone el
acento en los problemas relacionados con el entorno, el más húmedo
de la zona y que dada la magnitud
del proyecto de Ilisu se verá afecta-
La faraónica obra aspira
a producir un 2% de
la energía eléctrica que
se consume en el país
Los ambientólogos
aseguran que dañará
los ecosistemas de mil
especies de fauna y flora
Las grandes ciudades
que tienen el Tigris
como cloaca no poseen
depuradoras modernas
El discutido pantano es
el más emblemático de
un proyecto hídrico que
lleva años de desarrollo
do. Según él, además de un impacto
sobre el clima similar al de otras provincias llenas de pantanos, un millar
de especies verán sus ecosistemas fluviales agredidos y algunas especies
consideradas endémicas, como por
ejemplo la tortuga del Éufrates, estarán en serio riesgo de desaparecer.
Brotes de malaria y tifus
Según los responsables municipales
de Batman, el agua también sufrirá cambios que, además de hacerla
poco aconsejable para el regadío, la
convertirían en factor de riesgo para la transmisión de enfermedades.
Turquía se comprometió a mejorar la
depuración de aguas de las ciudades
de Diyarbakir y Batman, que suman
casi 1,5 millones de habitantes y están equipadas con plantas muy precarias que no incorporan aún la fase
biológica. Pero ni se han construido
ni se han presupuestado pese a que
esta era una de las principales condiciones europeas. En otros puntos de
la región, esa misma circunstancia ha
provocado que en los últimos años
hayan reaparecido con nuevos bríos
enfermedades que estaban sólo en el
recuerdo como la malaria y el tifus.
Las aguas sucias que ahora bajan
por el río quedarían estancadas en
Ilisu, que tendría un alto nivel de sedimentación a causa del clima semiárido, la geología y la deforestación.
Todo ello hace prever que la gran pre-
sa tenga una vida útil de entre 50 y 70
años, un extremo que las autoridades
turcas rebaten.
De momento, el proyecto GAP está cumpliendo, gracias a las presas
construidas en los últimos años, el
80% de sus objetivos de producción
energética. En el ámbito de los regadíos sólo ha llegado al 20%. La intención era, según el Gobierno, cambiar
el modelo agrícola de 1,75 millones
de hectáreas. Pero el fin de Ilisu no es
ese, sino el energético. Para el regadío
se confía en otro embalse, el de Cizre,
que se deberá construir más tarde y
unos kilómetros más abajo, tocando
ya a las fronteras de Siria e Irak.
La faceta energética también exhibe grandes cifras. Los 1.200 megawatios hora que produciría representarían el 2% de la energía que produce Turquía. Los nacionalistas kurdos sostienen que optimizando las
presas actuales de su región se producirían unos 3.000 megawatios más.
Son, en todo caso, las cifras de un
proyecto que mezcla intereses políticos y económicos con excentricidades como querer trasladar parte de
la ciudadela de Hasankeyf (minarete
incluido) a un museo desde el que se
divise la presa. D
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el futuro
En Suçeken quieren crear cooperativas agrícolas
para asegurar el porvenir de sus hijos. e. b.
UNA CARTOGRAFÍA DE
INUNDACIONES
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foro mundial del agua
Tres vetos a Turquía
y uno a Brasil en un
tribunal muy especial
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A finales de marzo se celebró
en Estambul la quinta edición del
Foro Mundial del Agua, que integran
gobiernos y empresas del sector.
Como respuesta se organizó un Foro
Alternativo que, en su declaración
final, cargó contra el “impacto devastador” de la política hídrica turca.
Citaban como ejemplo Ilisu, agravado “por el irresuelto tema kurdo y la
violación de derechos humanos”.
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En el foro alternativo se instituyó un Tribunal del Agua, inspirado
en experiencias latinoamericanas,
que “condenó” a Turquía por tres
proyectos y a Brasil por otro.
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A los turcos les condenaron
además por impulsar el embalse del
río Çorh, al noreste del país, y construir ocho centrales hiroeléctricas
más en los montes del valle del río
Munzur, también en el Kusdistán.
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En la actualidad las provincias
kurdas y sus 15 millones de habitantes consumen el 10% de la electricidad estatal y producen en sus centrales el 20% de lo que gasta Turquía.
Pese a todo en la capital, Diyarbakir,
los cortes de luz son constantes.