Todos Somos Parte de un Equipo “Debes estar bromeando.” Esto fue lo que me paso por la mente mientras permanecia sentada en mi primera reunion de Mujeres Aliancistas. Mientras escuchaba esa noche a la lider encargada leer palabra por palabra el anuario de las Mujeres Aliancistas acerca de un pais en particular, me pregunte, “Que hago yo aqui?” Bueno, habia dos razones porque yo estaba alli esa noche. Uno, era la esposa del pastor. Mi esposo y yo nos habiamos mudado recientemente a la ciudad y el estar en una nueva iglesia senti que debia establecer relaciones con las mujeres de la iglesia. Segundo, era candidata a misionera. Mi esposo y yo estabamos alli para hacer nuestro “home service.” Por lo tanto, que buen candidate misionero no atenderia la reunion de Mujeres? Afortunadamente la noche llego a su fin y el postre fue servido. Pense, “Por lo menos la tarde no fue una perdida de tiempo.” Yo no creci en la Alianza asi que no estaba muy familiarizada con la Mujeres Aliancistas. Desde que me hice miembro de Alianza, habia escuchado de ellas pero lo unico que sabia era que estaban interesadas en misiones y que oraban por los misioneros. Eso se oia muy bien ya especialmente para mi especialmente porque yo queria ser misionera. Por lo tanto, estaba tenia muchas expectativas al asistir. Desafortunadamente, la reunion fue diferente a lo que yo esperaba y parti de la reunion esa noche pensando que no estaba segura si regresaria. Aun con mis reservas, fui a la proxima reunion, y a la proxima, y a la proxima hasta que me converti en una asitente regular. La razon por la cual segui asistiendo no era porque me gustaba ser castigada, sino porque mientras pasaba el tiempo Dios comenzo a cambiar mi corazon y actitud. Al reunirme con estas seis o siete mujeres, quienes eran significativamente mayor que yo, escuche y vi la passion por el trabajo de la Alianza Cristiana y Misionera. Una de las cosas que me atrajeron a la Alianza es que ellos “entienden.” Lo que quiero decir es que ellos entienden que Dios tiene una perspectiva global. El tiene el deseo de que hombres, mujeres, niños y niñas de diferentes origenes, diferentes razas y diferentes naciones lo conozcan y lo adoren como el unico Dios. Por lo tanto, como una iglesia, eso es, como misineros y cristianos, trabajamos juntos para lograr el deseo de Dios. Yo vi esto ser practicado al asistir a la reunion de Mujeres Aliancistas. Estas mujeres entendieron que todos somos parte de un mismo equipo. Ellas estaban haciendo su parte asegurandose de que el deseo de Dios fuera logrado. Ellas entendieron qu ela oracion juega un papel muy importante y la necesidad de conocer la gente que esta en su equipo. Por esta razon, se reunian fielmente mes tras mes para escuchar lo que Dios estaba haciendo a traves del ministerio de los misioneros y luego oraban seriamente por ellos. Hoy mi esposo y yo somos misioneros, y una de las imagenes que llevo en mi mente es ese pequeño grupo de mujeres intercediendo en sus salas por los misioneros. Estoy convencida de que ese mismo grupo de mujeres y otros grupos como ellas oran por mi, mi esposo, mis hijos y las personas con las que trabajamos. Aun cuando estamos muy lejos de nuestra casa, mi esposo y yo sabemos que no estamos solos. Esta realidad nos motiva a seguir compartiendo, seguir amando seguir luchando. El grupo de Mujeres Aliancistas se aseguran de que la Alianza entre “Cristiana y “Misionera” se mantenga bien y viva. Karen Spurling es una misionera en Paraguay junto a su esposo J. Es madre de Jeffrey y Jasmine. El ministerio de Karen incluye discipulado y enseñar inglés (ESL). Hicieron su “home service” en Gainsville, FL en el distrito del Sur.