Los presidentes van y vienen, pasan décadas de promesas y la

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Los presidentes van y vienen, pasan
décadas de promesas y la corrupción
sigue, reclaman
Por Redacción / Sin Embargo enero 27, 2016 - 21:00h 9 Comentarios
Transparencia Internacional dijo hoy que en los últimos tres años no
encontró avances en la lucha contra la corrupción en México. Académicos,
activistas y expertos financieros coinciden. La Unidad de Datos de
SinEmbargo revela que han pasado al menos 60 años, 10 presidentes,
muchas promesas y muy poca acción.
La Unidad de Datos de SinEmbargo revela que han pasado al menos 60 años, 10 presidentes, muchas
promesas y muy poca acción. Foto: Sin embargo
Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).– Combatir la corrupción y la crisis de violaciones a los
derechos humanos no ha sido una prioridad del Estado mexicano en los tres primeros años del sexenio
de Enrique Peña Nieto, aunque desde el Presidente hasta secretarios, diputados, senadores, gobernadores
o líderes de partidos presuman avances que sólo ellos ven, y que no se basan en una política integral de
rendición de cuentas ni sanciones ejemplares contra servidores públicos que infringen la Ley,
coincidieron investigadores, activistas y expertos financieros consultados por SinEmbargo.
De acuerdo con una investigación de la Unidad de Datos de este este sitio digital, si el combate a la
corrupción no ha sido prioridad para el Gobierno federal en el actual sexenio, tampoco lo fue para los
gobiernos del PRI y del PAN que lo antecedieron en casi seis décadas. Sin embargo, las promesas de
exterminar ese “cáncer”, como lo denominan los expertos en transparencia, sí les sirvieron a los últimos
10 presidentes de México –incluido el propio Peña Nieto– para captar simpatías y votos que los llevaran
hasta Los Pinos.
Así, la corrupción en México está lejos de erradicarse y, al contrario, hoy es una actividad criminal que
le cuesta al país el 9 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), una cifra que representa el doble de
las ganancias del crimen organizado y más de los dividendos que deja la extracción anual de petróleo
crudo.
Ayer, dos informes liberados por las organizaciones Transparencia Internacional (TI) y Human Rights
Watch (HRW) sacudieron de nuevo los argumentos optimistas del Gobierno federal sobre el aumento de
la corrupción y el quebranto a los DDHH, y evidenciaron el mínimo avance que esta administración ha
logrado para revertir ambos males.
Por un lado, Human Rights Watch criticó el “poco progreso en los esfuerzos para procesar
criminalmente” a los responsables de las violaciones de derechos humanos en el país y, por el otro,
Transparencia Internacional dijo que el combate a la corrupción “se ha hecho de manera muy tibia”.
LOS COSTOS DE LA CORRUPCIÓN
Para Juan Manuel González Navarro, integrante de la Comisión en Prevención de Lavado de Dinero del
Colegio de Contadores de México, la perspectiva para los siguientes tres años no es positiva, en particular
porque la la corrupción también golpeará los bolsillos de los mexicanos.
“La corrupción inhibe el crecimiento de las instituciones y la prestación de servicios por
parte de todos los organismos de gobierno, principalmente. Además, si el ingrediente de
la corrupción se le añade a la crisis financiera y económica que estamos viendo en estos
momentos por el tipo de cambio que se ha disparado y por la baja en los precios del
petróleo, los problemas en la economía nacional se agudizarán”, comentó.
Y es que sólo para 2015, de acuerdo con cifras del Banco de México (Banxico), la corrupción le costó
al país el equivalente al 9 por ciento del PIB, es decir 1 billón 602 mil 986 millones 130 mil pesos. El
Banco Mundial (BM) coincidió con la cifra y agregó que la cantidad podía compararse con el 80 por
ciento de la recaudación de impuestos nacional.
Los costos de la corrupción pueden ser directos o indirectos, pero ambos son un obstáculo a la
productividad, a la competitividad, a la inversión, y dentro de todo, al crecimiento.
Al respecto, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) estima que 86 mil millones de pesos son
utilizados en desvíos, subejercicios, despilfarro de recursos públicos y pagos indebidos en el gobierno,
y según Transparencia Mexicana, en 2010 se destinaron 32 mil millones de pesos a mordidas, e incluso,
los hogares con salario mínimo destinan al año el 33 por ciento de sus ingresos para pagar actos de
corrupción.
Otro dato, de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), que es realizada por
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indica que el 48.5 por ciento de los mexicanos
considera a la corrupción uno de los problemas más importantes que tienen y que les cuesta a las familias
165 pesos al día, según una investigación de Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
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