AÑO XXXV. —NUM. XLVI. ExcMO. Sií. D

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AÑO XXXV. —NUM. XLVI.
PRECIOS D E SUSCRICIÓN
TRIMESTRE.
Madrid.,..
Provincias.
Extranjero.
55 pfstlas.
40
Idso
fd.
iS pesetas.
.-I
id.
;6
id.
10 péselas.
11
id.
M
Id.
PRF.CIOS DE SUSCRICIÓN, PAGADPIROS EN ORO.
SEMESTRE.
ADMINISTRACIÓN:
Madrid,
15 d e
Diciembre
de
1S91.
C u b a , Puerto Rico y Kili(>inas..
Demás Estados de América y
Asia
mrmr
ExcMO. Sií. D. J U A N
N i: E \ ' o
FRANCISCO
G O B !•: R N A D O R
DEL
BANCO
DE
CAMACHO,
ESPAÑA.
X' pesos tuertes.
7 pesos luertcs.
60 péselas ó francos.
35 pesetas ó francos.
LA ILUSTRACIÓN
370
SUMARIO.
TEXTO.—Crónica general, piir D. Josi! Fern.-imkx Brtmón. — Nuestros uraliados, por U. Kusi-hlo Marlíne?, de VL-lnscQ. — Tipos mailrilcfios, p<ir ilmi
Carlos Kri'nlaura—Bajo lus Ausirias. pur D. Ju:iii Pérez ilc Gu?nián,—l'iisallo piir anua, pnr D. Ángel ilel Pa'acio — Axiomns, poesía, por Ü. Aiiruliano KUÍK — P o r ambos rnutulos, por D, R Beterro de Ben^na. — Libr^ipresentados A csia Iteilncción por amores ó c'diiorcs, por K. M. de V.—
Suellus,—I rn por tan tL'. —Anuncios.
GRABADOS,—Rclmio del KNtnicj. Sr, D . Juan Vrancisco Camaoho, nuevo gnbcmatior del Baneti de E s p a ñ a , ^ R e í r a i u de S. M I. don Pedro II de Alcñnlam, cmrerador que fué de' Brasil ; ^ en P a r í s , el 5 del actual. —El ?^crvicio de inceiiiliiis en el J a p ó n : Ejercidos KÍmnásiicns de la Uríp.ida de
bomberos, de 1 iikio,— Les Prrfaral¡-.as,
cornposición y dilmin de Manup;l
Picoln.—Galería Nai:¡nnal de Londres: FA Áiinirantí
esfAílnl D. Adrián
/'«/(•'/í'P(iri7Íi, cuadro del insigne VeU7i|uc/. — Halón de París de 1S91;
La Comunión en el convciiln, cuadro de U. Knriquc Mélida —I.a i;ran niulalln lie la Chiiiii : Entrada del paso de Nanknw , i;n la provincia ile la ianprienla ¡nsurrecci m actu.il, — India ¡n|íli.-si, Tijiu-i v ooslumhres: La primera a mon estación — E.Nposieli'in de Palermn (lialiit): i , Vista ilel edífici'i:
D, Sala de Arquitectura y reptoiiucciones de los monunicmos de la isla;
3 , Sala de C e n m i c a : 4 , Galería de máquinas ; 5 , Sala de Escultura (Apunles del natura!, por D. Hermenegildo Éstevan.j
CRÓNICA GENERAL.
í^\^rT^n
•^^ salvas con q u e Madrid ha hincho cl ijlti' O S i W ^ ' T ^ mo saludo á los restos de D. P e d r o 11 de
r C r ^ M ^ rÁ líraiiíanzi, al ser conducidos ;í Lisboa por
l \ ^ í ' f l 4 * l ^ ¡ ' , ferrocarril, c r e e m o s que han sido las pri^ « - ¡ . . ^ j r t ^ ¿ meras q u e han saludado en esta c o i t e á
Li*i'íí'3~^
aquel sencillo E m p e r a d o r , tan aficionado
á ocultar su grandeza y viajar d e inci^^ínito:
'-^ ha necesitado estar m u e r t o para no impedir
esos honores.
— H o n o r e s vanos y muy vanos —dirá almín filósofo;— p u e s consisten en humo y ruido, para obsequiar á un c a d á v e r , q u e ni p u e d e ver los fo^íonazos
ni oir las d e t o n a c i o n e s .
— E s v e r d a d ; p e r o materializando así, ; s o n más positivas las demás cosas del mundo? El Sr. Cánovas del
Castillo es hoy el jefe d t l Goljierno: nada más positivo:
p u e s es un preso á quien vigilan los p a r t i d o s , á quien
r o d e a n , hasta impedirle todo movimiento, los amibos
con sus e x i g e n c i a s , y t o d o cl mundo con ^us pretension e s y negocios: mandar es ser esclavo. Si esto es el pod e r , ; q u ¿ será la fama pi'jstuina.— Salvas en honra d e un difunto. P e r o ei dinero....
— Humo, si se gasta: un cuidado intitil, si no se utiliza;
un peso que al fin hemos de a b a n d o n a r con remordim i e n t o s , si futí mal a d q u i r i d o ; con dolor, si somos avaros
; con tristeza de no h a b e r h e c h o el bien que [ludimos, si tenemos conciencia. Vea usted ci)mo lo más
real, considerado así, tambitín se volatiliza y d e s a p a r e ce. En cambio, ; n o es mejor s u p o n e r que si en el mund o material todo se d e s h a c e para transformarse, en el
m u n d o mora! t o d o p e r s i s t e , hasta las salvas á los muertos? ¿No hay en tíl una corriente que une las generaciones q u e fueron con las q u e son, y los vivos con ios
muertos? Por ese océano inoral navegan, y llegan á noticia de los q u e no existen , las intenciones y los saludos
de los vivos.
El Cuerpo consular, las a u t o r i d a d e s y las [)ersonas
más notables d e San Sebastián han r e n d i d o también el
ijltimo tributo al cailáver de Mr. .S,iint Saveur, cónsul
d e l'rancia en aquella capital, asesinado por el canciller del consulado, que le disparó un tiro en la cabeza
en el acto de firmar el inventario hecho por aquiil al
e n t r e g a r la d o c u m e n t a c i ó n confiada á su custodia, para
trasladarse á otro destino. La r e p r e s e n t a c i ó n pública
d e la víctima y la calidad del m a t a d o r han d a d o al hecho un c a r á c t e r escandaloso. El m u e r t o y cl m a t a d o r
habían sido condiscípulos y amigos: entibiáronse las
b u e n a s relaciones, se agriaron luego, y se convirtieron
en odio, hasta el e x t r e m o de pedir el cónsul á la a u t o ridad un agente que le protc:^icra; pero la agresión futí
t a n r e p e n t i n a tí i n e s p e r a d a , que no dio tiempo á imj)Cdirla. El asesino se suici(!<'i desputís d e c o m e t e r el crim e n , dejando c o n s t e r n a d a la población y p e r d i d a s dos
familias, poco antes tranquilas y felices. Cada vez que
o c u r r e n estos delitos anómalos de p e r s o n a s q u e p o r su
educación y clase no p a r e c e n destinadas á término tan
trágico, se e s t r e m e c e el c o r a z ó n , y p a r e c e como que
b u s c a m o s en las profundidades de n u e s t r o c e r e b r o si
h a y en él alguna s o m b r a d e esas que p e r t u r b a n al homb r e en días tristes y le ponen en la mano el revólver ó
el puñal. Por eso el cristiano se hace la cruz en la frent e , pidiendo á Dios q u e le libre de los m:ilos pensamientos
a u n q u e sean p u r a m e n t e literarios.
P e r o cl crimen d e moda es el asesinato d e la Baronesa Dellard, ocurrido en l'an's en una casa del bulevar del Templij: un desconocido de buen a s p e c t o
llama á la habitación; a b r e la Li.ironesa sin desconfianza
é introduce al individuo, que la degüella con un cuchillo:
llega la criada de la calle, y el a s e s i n o , al verse descub i e r t o , la a c o m e t e y hiere en el cuello; á los gritos de
la p o b r e mujer huye el criminal y se salva, dejando por
única huella el cuchillo y sus señas personales. No sólo
París, el mundo e n t e r o se j)regunta en estos días: ;quién
es el asesino? Y la impaciencia por descubrirle es tal,
qvie las g e n t e s se instalan enfrente de la casa d o n d e se
cometió el delito, y detienen á los <¡'je les p a r e c e n sospechosos. E s una c h a r a d a que la curiosidad fujblica y la
policía francesa t r a t a n d e descifrar; é s t a r e c i b e infinitas
delaciones anónimas ó firmadas, y realmente el interés
d e s p e r t a d o se ha heclio internacional, pues todos rep a s a m o s c a d a d i í los p e r i ó d i c o s , con la e s p e r a n z a d e
hallar la noticia d e la c a p t u r a del asesino, l^n París liay
v e r d a d e r a afición en estos c r í m e n e s d e ayudar á la justicia: la caza de asesinos es un sport á que se e n t r e g a n
c o n afán t o d o s los franceses, y q u e c o n t r a s t a c o n el te-
N." XLVI
ESPAÑOLA Y AMERICANA.
mor cjue e x i s t e e n t r e n o s o t r o s á mezclarse en esos
asuntos. C u a n d o fuimos jurado pudimos observar un feniJmeno c o n s t a n t e : la idea dominante en cuantos declaran ante un tribunal no es el esclarecimiento de los
h e c h o s , sino el ver la m a n e r a tic declarar sin c o m p r o m e t e r s e con la justicia ni indis[i()nerse con los acusados.
Las notas salientes entre los sucesos de estos días,
s o n : en el interior, las altas y bajas, las conferencias,
los r u m o r e s á q u e da ocasión el e m p r é s t i t o d e 250 millones d e p e s e t a s , y los ¡tlanes de reformas de Madrid
que se atribuyen al alcalde Sr. líosch. En cl exterior,
los t r a t a d o s de comercio entre las potencias centrales
d e E u r o p a , y las violentas discusiones de la Cámara
francesa acerca de la actitud de algunos o b i s p o s , y la
resurrección de la idea separatista entre la iglesia y el
E s t a d o A u n q u e rozándose con la cuestii^n religiosa
universal, es un asunto [luramcnte francés el que discut e n : en cada país difieren las relaciones e n t r e el p o d e r
civil y el espiritual, sin q u e p o d a m o s mezclarnos en
ellas los e x t r a n j e r o s ; p e r o es induiiable que en todas
p a r t e s cscucstii'in g r a v e , que los Gobiernos p r u d e n t e s
deben rehuir. Francia tiene un nuevo motivo de pcrturliación y d e discordia con la cuestitJn d e los obispos,
además de la económica y el disgusto de los generales
por las acusaciones tiue se les han h e c h o de ineptitud o
impericia á consecuencia de las faltas cometidas p o r
la caballería en las liltimas maniobras. La alirmaciim
hecha por Mr l'loquet, p r e s i d e n t e de la Cámara, de que
el p a p a Pío IX había sillo masón, produjo en la asamblea un gran escándalo y las p r o t e s t a s más acaloradas en
la d e r e c h a de la C á m a r a , por lo inverosímil de la declaración y por la falta d e p r u d e n c i a con que fuó aventurada p o r tan g r a v e personaje.
De la conferencia d a d a en el , \ t e n e o por nuestro
q u e r i d o amigo D. Juan P é r e z d e C,uzmán, a c e r c a d e los
r e t r a t o s de C o l ó n , lesulta ser el más a u t é n t i c o el que
posee nuestra Iliblioteca Nacional Como el estudio es
a d e m á s i n t e r e s a n t e y a m e n o , c r e e m o s q u e tendría importanci \, y excitaría la curiosidad y podría ser un negocio editorial, la publicación de at|uel trabajo con la
reproducción gráfica y e x a c t a d e todos los r e t r a t o s
principales q u e se atribuyen al Almirante. Y c o n s t e que
no hacemos un reclamo de a c u e r d o con el a u t o r , con
quien no hemos hablado hace alf^unos a ñ o s , sino q u e
o b e d e c e m o s al deseo d e p o s e e r esa colección de retratos, con la crítica que ha hecho de ellos el .Sr, Pérez
de Ciuzmán, y de que sólo tenemos referencias, estand o seguros d e que participan de nuestra curiosidad
muchísimas personas. Colón fué c é l e b r e en edad mad u r a , y tiene por consiguiente la desgracia d e que
sólo aspiremos á c o n o c e r su imagen en el p e r i o d o natural de su gloria y de su fama; c o m o su r e n o m b r e es
el d e un caudillo v e n e r a b l e , sienta bien á su reputación
una cara de h o m b r e g r a v e ; otros, c o m o Calderón, q u e
tuvo fama desde joven, no han dejado á la posteridad
sino la r e p r e s e n t a c i ó n d e su vejez, y a l g u n o , c o m o Cerv a n t e s , la simple descripción d e lo q u e fué, escrita en
algunos renglones inmortales.
Nuestro tiempo deja en cambio r e t r a t o s infinitos de
personas insignificantes, y millones de fotografías antjnimas, que acaso se atribuirán algiín día á celei>ridades
que hoy no a p r e c i a m o s y el tiempo ha de realzar ó d e s cubrir, Y en c u a n t o á las medianías que no p a s a m o s d e
la clase d e s a r g e n t o s , e s o s , llegaremos á los tiempos
futuros en c a r i c a t u r a , con una c a b e z o t a sobre un cuerp o liliputiense, e x a g e r a d o s los defectos y desfigurada
la e x p r e s i ó n : somos los espantajos de la posteridad.
Dios p e r d o n e á los dibujantes satíricos, como nosotros
les p e r d o n a r e m o s , [lero sólo á la hora de la m u e r t e .
La Sociedad Española d e Higiene ha trabaj;ido mucho en el liltimo e j e r c i c i o , según la Memoria leída por
su secretario el m é d i c o , pintor y o r a d o r D. José Parada Santín. L o s d e b a t e s sobre construccitjn d e hospitales, publicados m e r c e d á la subvención otorgada por la
Diputación provincial á instancia d e los profesores y
d i p u t a d o s Sres, l'ont y Pulido, bastarían para dar el
curso por bien e m p l e a d o . Pero la Sociedad emitió a d e más muchos informes, ya s o b r e la insalubridad de la
clase del Natural en la Escuela de Pellas Artes; los medios de evitar en Madrid la [)ropagacÍón de las enferm e d a d e s infecciosas, y otros trabajos. Las conferencias
han sido tan n u m e r o s a s c o m o útiles. El Sr, j o r d á disertó a c e r c a d e la instalación de hospitales; el Sr. Hurnás del saneamiento d e Madrid; el Sr. Pinilla acerca de
la influencia tic la vida c a m p e s t r e en las enfermedades
del [lecho; el Sr, Valera y Jiménez dio consejos á las
m a d r e s ; el Sr. Moret hizo un gran discurso de Higiene
de Madrid: sus socios han llevado su p r o p a g a n d a :t la
p r e n s a y á los c c n ' r o s d e enseñanza, c o m o el Sr. Pulido,
q u e ha explicado Higiene en la Escuela de Institutrices,
lecciones (]ue tendrán la más útil propaganda. Por fin se
han o t o r g a d o premios en concurso,
»*
El Sr. Tolosa L a t o u r leyó un bello discurso inaugural, muy bien e s c r i t o , d e s t i n a d o á p o n e r en evidencia
esta v e r d a d : ' L a mujer con sólo realizar la función d e
familia que implica su s e x o y c o m p r e n d e su destino d e
esposa, resulta la potencia más fundamental y eficaz d e
la higiene d e las naciones. El lema q u e d ó p r o b a i l o , y
la mujer, esa mitnd izquierda del h o m b r e , como la llama
el Sr. Tolosa, por ser el lado en que reside el corazón,
q u e d ó firoclamada y reconocida como socia natural del
instituto higiénico e s p a ñ o l , de un m o d o serio y científico, en un discurso notable.
Pero si es indudable la verdad d e m o s t r a d a por cl señ o r Tolosa L a t o u r en su discurso referido á la b u e n a
esposa y m a d r e d e familia, le p r o p o n e m o s otro tema
para una nueva conferencia: - L a mujer, considerada
como criatura t e n t a d o r a , es para el h o m b r e el elemento antihigiénico más eficaz y p o d e r o s o . Por ella toma
c a t a r r o s r o n d a n d o las calles en invierno; riiie, delira,
sufre disgustos y c o n t r a e e n f e r m e d a d e s ; come á des*
h o r a , vive en p e r p e t u o d e s o r d e n , y envejece antes de
t i e m p o , si n o m u e r e d e un tiro,
Y en c u a n t o á la Sociedad de H i g i e n e , la excitamos
el desarrollo del siguiente t e m a : *Arte de prolongar la
vida t r a s n o c h a n d o I fundado en q u e , siendo tan activa
y enérgica la acción solar s o b r e toda clase de organism o s , es más templada y suave la inlluencia de la lun/^
y de la n o c h e sobre los c u e r p o s que prefieran á vivií"
r . i p i d a m e n t e , c o n s e r v a r s e en un medio más tranquilO'
Vivir de día, es podrirse al aire libre; vivir de noche, es
c o n s e r v a r s e en lata,
*«
rksilc ¡a quilín al tope es una novela de costumbres
marítimas por Silverio L a n z a , que tenemos á la vista y
h e m o s leído con i n t e r é s , p e r o d e la cual n o d a m o s opinión, p o r q u e no ejercemos la crítica de libros: la producción de novelas y obras de amena literatura es hoy
considerable, y necesitaríamos emplear en su lectura
t o d o n u e s t r o t i e m p o : tratar de unas obras omitiendo
o t r a s , podría conducirnos á preferencias injustas; 1^^
únicas que c a b e n en n u e s t r a cn'mica son obras de actualidad (¡ue correspondían á un tema q u e cualqu"^''
circunstancia ponga en juego.
A título de curiosidad, y en ese c o n c e p t o de obra
p u r a m e n t e del día, p o d e m o s citar el Maniia! dd fcrfecto
fcrioilixta, de los h e r m a n o s Carlos y Ange! Ossorio y
Gallardo, hijos de nuestro amigo Ossorio y Bernard,
dos chicos de la p r e n s a , que salen en defensa de la clas e , satirizando, sin e m b a r g o , t o d a s las funciones det
m o d e r n o [>eriodismo. L a fami'ia Ossorio es un nido de
periodistas; los hijos se criaron e n t r e papeles impresos,
r e c o r t e s de noticias, galeradas y capillas, plumas y tijeras. R e c u e r d o que c! menor hacía colección de retratos,
c u a n d o o t r o s r e ú n e n aleluyas. Carlos, conocido hace
tiempo como r e d a c t o r de El Resumen, no necesita ser
c i t a d o : Ángel, q u e ahora sale á la palestra, me chocaba
d e s d e niño por su rápifla palabra y réplica oportunac o m o la obra es de los d o s , no es fácil distinguir las
cualidades del novel e s c r i t o r , que se p r e s e n t a confu"'
dido con su h e r m a n o , antes bien, hay en el libro cierta
unidad que no permite ilistinguirlos. La corta edad d^
los r e d a c t o r e s , solire todo uno d e ellos, se evidencia
en q u e ya llaman anciano á su p a d r e , q u e no t i e n e eda
todavía fiara t a n t o ; acaso tengan la intención de hacer e
abuelo. R e c o m e n d a m o s la yirotección á los chicos de la
p r e n s a , y es la mejor c o m p r a r su libro.
— ; H a s asistido á algún duelo?
— A m u c h o s , c o m o m é d i c o ; p e r o t a m b i é n me he batido: me habían agraviado y me cebé,
— í Q u é ocurrió?
— D e s t r o c é de un balazo una pierna á mi adversario,
se la a m p u t é sobre el t e r r e n o , le v e n d é con ensaf^'
miento y le maté con mis r e c e t a s .
P e d r o , v e n d e d o r de c i n t a s , despierta sobresaltado, V
salla de la cama. Examina el metro y sonríe
-—(Oué te s u c e d e , Perico?—^le p r e g u n t a su mujer.
— H e t e n i d o una pesadilla. Soñó q u e d e s p a c h a b a miJ'
cha cinta, y d e s p u é s de hecha la v e n t a , vi que mc ^^'
bía equivocado i:n la medida: el m e ' r o que tenemos e
la tienda era un kilómetro.
— ¿No decía usted que hay en su finca una t o r r e . "
p r e g u n t a m o s á un loco.
— Aquí la tiene usted,
— E s t o es un pozo muy hondo.
,3
— '(\ qué es un pozo sino una t o r r e vuelta del reveS— ( E n qué se p a r e c e n las mariposas y las antigua
brujas f
— E n que m u e r e n en las llamas.
JOSÉ FERNÁNDEZ BREMÓN.
NUESTROS GRABAUOS.
KXCMO.
SR.
n.
JUAN
TRANCISCO
CAMACIIO,
nuevo Holieinacior liel líajicn de Esiihüa.
Damos en la plana primera el r e t r a t o del E:>;cmo. Seíior D, luaii I'>ancisco C a m a c h o , nuevo g o b e r n a d o r
llanco Nacional de España.
J„
Nadie ignora, prescindiendo de p r e o c u p a c i o n e s
escuela y de ajiasionamientos de la política, que el
ñur Camacho es uno de los primeros hacentlistas
n u e s t r a é p o c a , y q u e ha g a n a d o tan alta r e p u t a c '
financiera, no sólo por su clara inteligencia y sU '
trucción vastísima , sino también por los eminentes
vicios q u e ha p r e s t a d o al país.
^^
T r e s v e c e s , y en circunstancias muy diversas, ^^
d e s e m p e ñ a d o la c a r t e r a de H a c i e n d a : en ' ^ 7 ^ •.^'^"j.¿csu paso por el Ministerio fué muy b r e v e , estudio P j ^ .
t i c a m e n t e la organización tributaria, y buscó y '^^ ^gr
tro r e c u r s o s , en aquellos azarosos días, para
frente á las sagradas obligaciones del E s t a d o ; en ^^^j
c u a n d o los ingresos eran más n e c e s a r i o s , y con ^^,^
n e c e s i d a d , por c i e r t o , p o r q u e la guerra ^'^'' "'^ plnjnr á p i d a m e n t e mayor i n c r e m e n t o , lo mismo en Y, „[-el
sula que en la isla de (..^uba, e m p e z ó por '"'^^.''''^i „ej-eía
i m p u e s t o de c o n s u m o s , d a n d o m u e s t r a de viril e
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA.
N." XLVl
ante sus i m p u g n a d o r e s , y terminó por hacer un presup u e s t o , con ímprobo traijajo y vigorosa iniciativa, est a n d o las Cortes disueltas desde el memorable 3 d e
E n e r o ; en iSSi y 1SS2, proponiéndose un plan de Hacienda que e n t r a ñ a b a trascendental pensamiento r e formista, fijó los puntos d e partida para llegar á la minoración del délicit, realizando la conversión de la
Deuda en un solo tipo de interés, el 4 por 100, y rebajando el d e s c u e n t o , dos hechos que siempre reifistrará
con elogio ta historia de la Hacienda española.
El Sr. C a m a c h o , que salió del Ministerio en E n e r o
d e 1883, por haber sido desechado su proyecto para
arbitrar nuevos recursos sobre la base de la riqueza
forestal, y c u a n d o su presencia y su significación en el
gabinete eran más necesarias para el desarrollo de las
grandes reformas que había e m p r e n d i d o , fué después,
aunque por breve t i e m p o , g o b e r n a d o r del Hanco d e
E s p a ñ a y director general de la (.'om[iañía Arrendataria
de Tabacos.
Es natural de Cádiz, y tiene la edad d e s e t e n t a y
cuatro años (no ochenta y u n o , como ha dicho Le /'VSaroi; posee el collar de Carlos III desde el 26 de Dic i e m b r e de iSi)6, la gran cruz de Isabel la Católica desde el 20 de Noviembre d e 1875, y la investidura de
senador vitalicio.
***
S. M. I. DON 1'EDRO [I DE ALCÁNTARA,
tmperndar quií liiú ikl Brnhil,
Con razón se ha dicho que el fallecimiento de un monarca es d o b l e m e n t e c o n m o v e d o r y sentido cuando á
las glorias de un reinado se unen las tristezas crueles
del destronamiento y del destierro; y esta doble impresión ha producido en E u r o p a , aun en la Francia republicana, la m u e r t e de S. M. 1. don Pedro II de Alcántara,
que fué e m p e r a d o r del Brasil por espacio de cincuenta
y ocho a ñ o s , y que ha muerto en París el 5 del a c tual.
Ocho días a n t e s , al salir de una sesión pública de la
Academia de Ciencias Morales y Políticas, el E m p e r a dor fue acometido por insidiosa dolencia que d e g e n e r ó
en pulmonía, y á pesar de los cuidados facultativos que
te prodigaron ios d o c t o r e s franceses Charcot y Bouchart y e l b r a s i l e ñ o Sr. Conde de Motta-Maía, su médico de Cámara, á las doce de la noche rindió su espíritu al S u p r e m o Hacedor.
Aunque hemos publicado, algunos años h a c e , en las
páginas de este periódico la biografía de D. Pedro II,
séanos permitido recordar aquí los principales hechos
del largo reinado de aquel anciano m o n a r c a , cuyo retrato reproducimos también en la pág. .172.
D. Pedro II de Alcántara Juan Carlos Leopoldo Salvador Bibiano Javier Pablo L e o c a d i o Miguel Gabriel
Rafael y Gon/.aga, nació el 2 de Diciembre de i S 2 5 , y
comenzó á reinar, bajo tutela, por virtud del acta de
abdicación de su p a d r e , desde el 7 de Abril de 1S31,
siendo declarado mayor d e edad el 23 de Julio de 1S40;
c o r o n a d o en el año siguiente, el iS de Julio, contrajo
matrimonio, en 4 de S e p t i e m b r e de 1S43, con la infanta
Doña Tlvíj-a Cristina María, que nació el 14 de Marzo
de 1S22, y era hija d e Francisco I, rey d e las Dos Sicilias, y de su segunda esposa D.-' María Isabel, hija d e
Carlos IV de España.
La hija única d e los E m p e r a d o r e s del Brasil {porque
sus dos hijos varones murieron en la cuna, y su hija segunda, la princesa Leopoldina T e r e s a F r a n c i s c a , murió en 7 de F'ebrero de 1871) es S. -\- I. Dona /sa/>f¿
Cristina Leopoldina Agustina Micaela Gabriela Rafaela
y Gon?.aga, nacida el 29 de Julio de 1S4Ó y casada el
15 de O c t u b r e de 1S64 con S. A. R. Luis Felipe María
F""ernando Gaslori, príncipe de Orleans, conde de Eu,
que nació el 29 de Abril de 1842; y los hijos de e s t e
matrimonio son: Pedro Alcántara Luis F e l i p e , príncipe
d e G r a o - P a r á , que nació en Petrópolis el 15 de (")ctubre de 1875; Luis María F e l i p e , nacido el 26 de E n e r o
de 187S, y Antonio Gastón Francisco, nacido en París
el 9 de Agosto de iSSi.
D. P e d r o H de Alcántara, monarca ilustrado, liberal,
g e n e r o s o , amante del p r o g r e s o , procuró ante todo
afianzar el régimen constitucional en el Brasil, país agit a d o por incesante lucha de los partidos políticos en ía
é p o c a de la regencia, hasta la d e r r o t a del caudillo republicano, s e n a d o r José Feliciano, en Santa Lucía,
en 1S42; r e s p e t a n d o fielmente el régimen parlamentario
y el Código fundamental del E s t a d o , ejerció, no obst a n t e , considerable influencia en ios asuntos d t l país,
por sus esfuerzos para desenvolver la prosperidad agrícola y comercial, por su vigorosa iniciatiifa y nobilísimo
ejemplo en el a m o r á las ciencias y á las artes; en 1S30
abolió en sus vastos dominios la trata de negros, y ayud a n d o á Urquiza para derribar al dictador argentino
R o s a s , obtuvo la libre navegación del Plata y un aumento d e territorio al Sud de sus estados; visitó en
18G0 todas las provincias d e su I m p e r i o , para adquirir
idea e x a c t a de las aspiraciones y necesidades del pueblo brasileño, y declarándose desde entonces contra la
odiosa institución de la esclavitud, empezó á preparar
el camino para llegar á la abolición, favoreciendo la inmigración de o b r e r o s chinos y logrando que los grandes propietarios de esclavos se adhiriesen á sus propósitos; prosiguiendo p a u l a t i n a m e n t e , pero con firmeza,
su obra humanitaria, hizo presentar á las Cámaras, en
1870, proyectos de ley que reconocían en principio la
abolición, d e t e r m i n a n d o la manera de educar á los esclavos en la libertad, y esos proyectos fueron leyes de!
Imperio, por votación parlamentaria casi unánime, en
28 de S e p t i e m b r e de 1871; desde 18(^5 á 1S70, de acuerdo con las Repúblicas Argentina y de Montevideo, sostuvo encarnizada guerra contra el intrépido general
L ó p e z , p r e s i d e n t e del Paraguay, la cual terminó favor a b l e m e n t e para el Brasil; en 1S71 vino á E u r o p a , y visitó varios Estados, examinando con atenta observacióc
los progresos modernos y las mejoras que podría introducir en su patria, y c u a n d o regresó á Rio de Janeiro
hizo p r o p o n e r á las Cámaras sucesivos p r o y e c t o s de ley
para desenvolver y p r o p a g a r la instrucción popular, establecer vías férreas y líneas telegráficas, reformar la
ley electoral, etc.
Los nobles propósitos de D, Pedro a c e r c a de la a b o lición de la esclavitud fueron cumplidos por su hija Isabel Cristina, q u e , siendo Regente del Imperio, por ausencia de su augusto p a d r e , sancionó la ley de 13 d e
Marzo de 1S8S, declarando extinguida la esclavitud en
el Brasil.
L a insurrección de 16 de Noviembre d e 1889, ocurrida precisamente cuando se tocaban ¡os brillantes resultados de aquella reforma liberal y grandiosa, y c u a n d o
el noble E m p e r a d o r parecía ser íüolo d e su p u e b l o , le
hizo prisionero en el palacio de Petrópolis, y le obligó
á e m b a r c a r s e , de n o c h e , con la E m p e r a t r i z , sus hijos y
sus tres n i e t o s , en un b u q u e de guerra que les transportó á E u r o p a .
Así terminó un feliz reinado de cincuenta y ocho
años.
D. Pedro II amaba sinceramente á E s p a ñ a , conocía a
fondo nuestra historia y n u e s t r o idioma, y estaba familiarizado con nuestras joyas literarias antiguas y modernas , desde el Qiiijole y las comedias de Calderón y
Lope hasta las obras de Castro y Serrano y de E c h e g a ray; era c o r r e s p o n d i e n t e de la Real Academia E s p a ñ o la, y aun se había dignado concurrir á una sesión del
docto C u e r p o , sin a c e p t a r la presidencia; c u a n d o estuvo por primera vez en Madrid visitó personalmente
ai dustre autor de Los Amaules de Teruel y líL mal Aposto! y el hiien Ladrón, el insigne H a r t z e n b u s c h , que á la
sazón habitaba en un modesto entresuelo d e la calle d e
Leganitos.
Su c a d á v e r ha sido trasladado á L i s b o a , sin abandonarle un m o m e n t o SS, .\A. RR. los Condes de E u , y sepultado en la cripta de la iglesia de San Vicente, panteón de la familia de Braganza, al lado del 5e[julcro que
guarda los restos mortales de la emperatriz L).-' T e r e s a
Cristina María, esposa que fué de D, P e d r o .
En París se tributaron reales honores á los restos del
E m p e r a d o r , y en Madrid , en las estaciones del Norte y
de Atocha, al pasar el féretro con f.!irección á Lisboa,
la corte y el G o b i e r n o , el ejército y las corporaciones
d o c t a s , asociáronse también en noble manifestación de
respeto ante el despojo mortal de D. Pedro II.
Dios haya acogido en su seno el alma del infortunado
monarca.
rioradas y reemplazar las inútiles por otras nuevecitas y
ñamantes.
¡Cuántos r e c u e r d o s , algunos alegres y muchísimos
tristes, d e s p e r t a r á n en el anciano aquellas pintarrajeadas figurillas!
Nuestro grabado de la pág. 376 r e p r o d u c e un magnífico r e t r a t o , pintado por el inmortal X'elázquez, que se
ostenta en la Galería Nacional de L o n d r e s : el r e t r a t o
de I). Adrián Pulido Pareja, defensor de F u e n t e r r a b í a
en el sitio d e 1638, caballero profeso del hábito d e Santiago por m e r c e d especial del rey D. Felipe IV, almirante de la Armada d e Nueva-España en 1655 y heroico
mártir de la patria en el sitio de V e r a c r u z , d o n d e p e r e ció, en reííido c o m b a t e c o n t r a los ingleses, en 1604.
R e p r e s e n t a un hidalgo castellano de r o s t r o c e ñ u d o
(í^rim Casíil/a/i tipe, dice el Calálox^o inglés), ojos y cabellos n e g r o s , levantados mostachos y barba r e c o r t a d a ;
viste ropilla de terciopelo negro y largo cuello de encaje blanco, cruzándole el pecho una banda, insignia d e
su dignidad; pendiente de un cordón rojo y oro, lleva la
venera de la ínclita orden.
Pintó Velázquez ese admirable r e t r a t o en 1639, á juzgar por la leyenda que tiene el lienzo, y que dice así:
J)id. \'clasi¡r- Philip I\' li cubicuh ejus piclor, Jój<^.—
Adriiin Pidido Pareja; p e r t e n e c i ó á la colección de los
Duques de A r c o s , d e d o n d e pasó á la del C o n d e d e
R a d n o r , en el siglo xviii; últimamente fué adquirido en
elevado precio por la dirección de la Xatiúiial Gallery
de L o n d r e s .
O t r o r e t r a t o de Adrián Pulido Pareja, a u n q u e no pintado por Velázquez, existe en la galería del D u q u e de
Bedford.
Nuestro compatriota y antiguo c o l a b o r a d o r artístico
en este periódico, D. Enrique Mélida, ha p r e s e n t a d o en
ii.\ Salón (Palacio d e los Campos Elíseos) d e P a r í s , d e
este año, el precioso cuadro La Comunión
enclcotiveiito.
que damos á conocer en el g r a b a d o de la pág. 377: varias monjas, arrodilladas ante la verja del comulgatorio,
reciben d e manos del s a c e r d o t e c e l e b r a n t e la S a g r a d a
Forma,
E s una hermosa composición, bien sentida y bien ejecutada, digna del laureado autor d e ¡Se. a^iió la Jicsta!
Jíl Concierto de los frailes, La Antesala del f^rlncipe de la
Ptiz, La Misa de parida, y tantas otras magistrales producciones artísticas.
LA BERELIÓN EN CHINA.
TOKIO
(JAPÓN).
EitrcLciiis dü una lirigailn de incfnilin.s.
No hay país, en el lejano O r i e n t e , tan e x p u e s t o á devastadores incendios como el J a p ó n : allí las casas son
de madera, y las ventanas están cubiertas de p a p e l , en
vez de cristales, y el menor d e s c u i d o , una chispa fugitiva determina el incendio, (]ue se propaga con rapidez
vertiginosa y destruye en breves horas c e n t e n a r e s de
casas.
Kn T o k i o , por ejemplo, una de las principales ciudades del Imperio, estalló un i n c e n d i o , á mediados d e
Noviembre último, que devoró en doce horas más de
1.500 c a s a s , y pocos años antes había ocurrido otro siniestro más considerable.
Y como la carencia de agua no permite allí el uso
de las bombas contra incendios que se usan en E u r o p a
y América, ni parece que tuvo el éxito deseado la composición química que se ensayó en el año anterior para
hacer incombustibles las m a d e r a s d e construcción , resulta que el principal objetivo de las brigadas de incendios se dirige á aislar el fuego, c o r t a n d o y s e p a r a n d o
las manzanas de casas amenazadas por las llamas.
Y para lograrlo con habilidad y presteza ejecutan con
frecuencia ejercicios gimnásticos, que parecerían extraños y aun grotescos á un e u r o p e o , en la forma que
r e p r e s e n t a nuestro segundo g r a b a d o de la pág, 372:
cada hombre d e la brigada está dotado d e una especie
de escalera con garfios, que aplica sólidamente á las casas para llevar á cabo sus trabajos de salvamento; y los
ejercicios consisten en subir y bajar por la escalera en
diversas actitudes, de frente O de lado, en sentido horizontal ó vertical, sosteniéndose sólo con los pies ó sólo
con las m a n o s , e t c . , para adquirir la práctica necesaria en todos los casos, por arriesgados y difíciles que
fueren.
Nadie ignora que son los j a p o n e s e s , generalmente
hablando, muy hábiles gimnastas y acróbatas ( p r u e b a
de esto hemos tenido en Madrid, pocos años hace , en
los Circos de Price y de Parish), y emplearán su habilidad con fortuna en los más peligrosos episodios de salvamento.
*%
BELLAS ARTES.
rrcparnltvos, oompoKÍciín ;• tübujn Mr M.-iniii.'! Pictilo. — El Aliiiiniiite
rsf-aiiiil D. Adrián Pululo Pitrrjii . cuailro del insi);ne Veliiüiiiiez.— ía ComiiiiiAii frl rl convenio , cu:idro de KiirüiUL- Mt'lida.
La iiroii MiiiíiUií ceica du Nankow,
L a versión oficial inglesa d e los deplorables sucesos
d e China es la siguiente: <En la noche del 18 de Noviembre dos s o c i e d a d e s s e c r e t a s iniciaron un movimiento insurreccional á los gritos de ¡Mueran los e x tranjeros! ¡Mueran los cristianos! — El centro de la insurrección es la provincia de Gc-Ilol; las víctimas pasan
d e 500, e n t r e ellas varios s a c e r d o t e s y algunas hermanas de la Caridad; las iglesias han sido saqueadas ú incendiadas en dos tí tres ciudades,—El E m p e r a d o r envió inmediatamente tropas de infantería y caballería,
que dispersaron á los rebeldes el día 25; p e r o éstos se
r e c o n c e n t r a r o n luego, y continúan sublevados.»
La insurrección ha estallado en el distrito S u d o e s t e
del Imperio, no lejos de la gran muralla, de la cual damos una vista parcial en el primer g r a b a d o d e la página 380.
Esta famosa muralla fué construida por ¡os F-mperad o r e s de la dinastía Ming, más de quinientos años antes de la era cristiana, según afirman geógrafos y viajeros m o d e r n o s ; su altura es d e 20 á 40 p i e s , con un
p a r a p e t o de ladrillo; el muro está construido con enormes sillares, y de t r e c h o en trecho i n t e r r u m p i d o p o r
cuadrados t o r r e o n e s ; la muralla, visible á gran distancia,
sigue por todos los accidentes del t e r r e n o , subiendo á
las montañas, bajando á los valles, cruzando los ríos, etc.,
p o r q u e los antiguos s o b e r a n o s se proponían c e r r a r el
paso, con esa muralla, á las legiones de tártaros que invadían el Celeste Imperio,
La ciudad d e T i e n t s i n , situada cerca del paso d e
Xankow, es el v e r d a d e r o p u e r t o de P e k í n , y residencia
de cónsules e u r o p e o s : allí se firmó, en 1858, el c é l e b r e
t r a t a d o d e Lord FZlguin, que doce años más tarde ens a n g r e n t a r o n y desgarraron los chinos fanáticos, asesinando á varias h e r m a n a s de la Caridad francesas , en la
misma plaza de la ciudad.
A ñ a d i r e m o s , que si nuestro grabado tiene c a r á c t e r
de actualidad, considerándole en la r e p r e s e n t a c i ó n
e x a c t a , no le tiene menos si se le considera en sentido
figurado; p o r q u e , en v e r d a d , ( q u é mejor muralla de la
China, hablando metafóricamente, que la levantada
ahora alrededor d e F r a n c i a , por los mismos franceses,
con su e x a g e r a d o proteccionismo? ¿Continuará c e r c a d a
m u c h o t i e m p o , ó tendrán que franquearla en b r e v e ,
p o r su propio interés y beneficio, los intransigentes q u e
la c o n s t r u y e r o n , ó bien la allanarán las naciones e u r o p e a s , como los tártaros allanaron la del Celeste imperio?
Preparativos se titula el dibujo original de Manuel
Picólo, que publicamos en el graliado de la pág. 373, y
fiuura una escena de costumbres familiares que se reEN LA IXDIA INGLESA.
presentará estos días en muchas c a s a s , en la intimidad
La primera amoneslacifin matrimnnm!.
del hogar cristiano.
Acércase la N o c h e b u e n a , y el p a p á , que nunca deja
Modificando un popular refrán de sir John Falstaff
sin premio la aplicación y la obediencia d e su hijo, ha
se puede decir que los negros no se ríen de ellos misofrecido á éste preparar el .Nacimiento: en la mesa del
mos, pero son causa de la risa de los blancos.
comedor, y ante la mirada d e todos los individuos de la
Demuéstralo así la escena q u e r e p r e s e n t a n u e s t r o s e familia, incluso el inquieto y gracioso ¿>cl>i-', pasa revista gundo grabado de la pág. 3S0: o c u r r e en una población
de inspección á las íigurÜlas de yeso y b a r r o , desde el
de la India inglesa; dos futuros cónyuges, de recia comportal de Belén y la mansa v a c a , b á s t a l o s Reyes Magos
plexión y caricaturesco rostro, dignos d e s c e n d i e n t e s d e
y los pastores de las ofrendas, para c o m p o n e r las d e t e Cam, asisten á la lectura d e su propia amonestación
S. M. I . D O N P E D R O
KMPi'iií ADOR
IT D E
ALCÁNTARA,
Q U P : F K K D K I . nIÍ ASI L .
Naciú el 2 de DiciumlifL- de 1S25; f en P a r í s , el 5 di.-l acliial.
EL
SERVICIO
DE
INCENDIOS
EN
EL
JAPÓN. — EJERCICIOS
GIMNÁSTICOS
DE
LA
URIGADA
PE
BOMBEROS,
DE
TOKIO.
P UE PA RA r Iy
LOS
COMPOSICIÓN
Y
DIBUJO
DE
1).
OS.
MANUEL
PICÓLO.
3?4
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA
matrimonial (proclamatian of ihcir den hanns), en un
templo m e t o d i s t a ; d e t r á s están s e n t a d o s los correspond i e n t e s p a d r i n o s , otras dos parejas d e n e g r o s , emperifollados y g r a v e s ; el organista ameniza el acto con las
alegres notas de un himno cpitalámico.
E s t e episodio de c o s t u m b r e s indo-británicas ha sido
publicado por el periódico The Graphic, d e L o n d r e s , según croquis del natural remitido por el artista Mr. Hald a n e McKall.
EXPOSICIÓN NACIONAL DE PALERMO.
En el g r a b a d o d e la pág. ,iSt c o n m e m o r a m o s la actual
E x p o s i c i ó n d e Palermo, con i n t e r e s a n t e s apuntes(i'íi/*/í:J"
nalurc que nos ha remitido el distinguido artista D. Hermenegildo Estevan.
E s la Exposición Nacional una discreta manifestación
de la actividad italiana: el edificio principal, cuyo estilo
arquitectónico se asemeja al gótico n o r m a n d o , que
t a n t o a b u n d a en Sicilia, c o n t i e n e varios salones que
ofrecen al o b s e r v a d o r no escaso i n t e r é s ; p u d i é n d o s e
asegurar que los más i m p o r t a n t e s son los de escultura
y de c e r á m i c a , asi como la galería de máquinas.
E s p a ñ a no ve con indiferencia ios progresos de la
capital de Sicilia, d o n d e los m o n u m e n t o s y hasta el car á c t e r de sus habitantes r e c u e r d a n antiguos y gloriosos
triunfos d e la patria española.
EusEBio MARTÍNFZ
DE
VELASCO.
TIPOS MADRILEÑOS
(SUEVA
SERIE.)
¡ K]-:i,irrA\o !
\ i ¿ W ^ p X ^( ijiTA, me has d a d o un susto
i Una se' ^ • ^ V ' ñ míina sin verte en el t e a t r o Real, ni en el
CifrHfd^ffl ' R e t i r o , en los días b u e n o s de sol (lue heCy^^H;Gsw-P mos t e n i d o , ni en casa d e la Duquesa!
0 ¿ 2 l ^ ( F i f Creí que estarías mala ó que ya no habrías
¿^^?ÍA^
podido a g u a n t a r más á tu m a r i d o , y t e ha^%X^\
liarías á estas horas Dios s a b e d ó n d e
Con^^-^
Rut: dime q u ¿ te pasa. T e e n c u e n t r o pálida,
i , A ojerosa
y casi, casi, me atrevería á asegurar que
v;'- has llorado
¿Me equivoco?
o^
— N o , Clarita de mí v i d a , no te e q u i v o c a s ; he
llorado, y m u c h o
— ¡Válgame Dios!
¡Y yo sin saber n a d a ! Y o , tu
mejor amiga d e s d e la infancia
E s claro, como no he
podido venir
Mi m a r i d o todos e s t o s días ha tenido
convidados, b a n q u e r o s de Barcelona, de París, de Amst e r d a m , que todos andan con él engolfados en no sé q u é
combinaciones d e c o m p r a s de o r o , d e e m p r é s t i t o s , y
d e otros negocios
y no he podido t e n e r un m o m e n t o
mío
P e r o ahora me contarás
, p o r q u e me p a r e c e
q u e no t e n d r á s ahora s e c r e t o s c o n m i g o , tú que nunca
los has tenido para mí
— Sí, sí, t o d o te lo c o n t a r é . Necesito desahogar mi corazón, Clarita
; y con quién mejor q u e contigo?
— Pues habla; ya t e escucho muerta d e curiosidad.
¿No vendrán á interrumpirnos?
— N o ; mi marido, que también a n d a , como el tuyo,
metido en eso del oro y de los cambios, se marchó hace
cuatro días á, París, y así se estuviera p o r allá m u c h o
tiempo. Hija, c a d a día está más c a r g a n t e y más antipático. Pues v e r á s
^ A v e r , á ver.
— H a c e o c h o días
ya s a b e s q u e soy d e la S o c i e d a d
para el socorro de paridas p o b r e s de solemnidad del
barrio d e la Buena Dicha.
— No lo sabía
— Pues sí; me c o m p r o m e t i e r o n unas amigas y me
n o m b r a r o n presidenta
Como te digo, hace ocho días
me ocurrió la idea de ir á visitar á las p o b r e s , cuyos
n o m b r e s y domicilio constaban en una lista que me
trajo el q u e hace de s e c r e t a r i o , Pepito C a r r a s p e r a , esc
sietemesino
— Ya le conozco, el ami^o d e la viuda d e Tarantela.
— J u s t a m e n t e , de ese vestiglo
Pues m a n d é p o n e r
el c o c h e , y con mi carterita llena de bonos y algunos
billetes d e los d e veinticinco p e s e t a s , fui á la calle d e
la J u s t a , una calle siniestra
— ¡ Ya lo c r e o !
— En el núm. 90 había nada menos que tres
— ¿ T r e s paridas p o b r e s ?
— Sí, hija, la pobreza a b u n d a m u c h o . ¡ Q u é miseria,
hijita! ¡qué c a m a s t r o s !
i qué habitaciones sin luz, sin
aire!
¡qué chicos tan (lacuchos, con u n a s caritas d e
hambre!
¡ Q u é infelices madres!
Lívidas, tiritando
d e frío, c o n los b r a z o s a m o r a t a d o s
¡Un h o r r o r , hija,
un h o r r o r !
R e p a r t í e n t r e aquellas p o b r e s unos cuantos bonos d e p a n , d e a r r o z , d e c a r n e , de leche, d e gallina, d e c h o c o l a t e ; dejé á cada una un billete d e veinticinco
y me a p r e s u r é á bajar aquella escalera empin a d a , t e m i e n d o rodarla
En el ¡lortal me salió al
e n c u e n t r o una mujer vieja, que me dijo:—•••-Señorita,
a u n q u e sea mal p r e g u n t a d o , i es usted d e la Junta? —
¿Qué desea usted? la p r e g u n t é , — Y o , por mí n a d a , señ o r i t a , p o r q u e y o soy la p o r t e r a , y t e n g o un hijo e b a nista, q u e es muy b u e n o , y gana c u a t r o p e s e t a s , y él y
yo vivimos, gracias á Dios, sin pedir n a d a á nadie
p e r o quería p r e g u n t a r á u s t e d , y usted me p e r d o n e , si
ha llamado usted en casa d e D. EeIiciano.>
— ¿Don Keliciano?
— Sí, hija, sí, D. Feliciano dijo
¡Ay! ¡D. Feliciano!
< — N o , le c o n t e s t é ; he venido A visitar á tres pobres que no tienen recursos
—Sí, las p a r i d a s , r e p u s o
la p o r t e r a ; n o ha vi^to u s t e d , s e ñ o r a , una casa d o n d e
haya más de eso que en é s t a ; p e r o no hablo de las paridas,... hablo d e D. Feliciano y su p o b r e c i t a mujer y
sus c u a t r o hijos, un señor muy d e c e n t e y muy buen
mozo
El infeliz está cesante y muy malito, y su mujer no tiene trabajo, ni p u e d e ahora tral)ajar, y él y ella
y sus hijitos se mueren sin pedir nada á natlie, y ya los
huljiera e c h a d o d e la casa la justicia si no estuviera tan
malo D. l-'cliciano
S e ñ o r i t a , si les diera usted algún
socorro
Yo les p o n g o un p u c h e r i t o , por los niños lo
hago; p e r o si viera usted lo q u e me cuesta que lo a c e p ten
a u n q u e les di'^o que ya me ]>agar;'in c u a n d o p u e dan
-•' Me conmovi(> la p o r t e r a , (¡ue d e b e ser una excelente mujer, y además el n o m b r e de Feliciano..,..
•—Bien me a c u e r d o de aquel dichoso ¡•'eliciano
— Y decidí volver á subir los e m p i n a d o s escalones
hasta el cuarto yiiso
L l a m é , y á p o c o salió á la p u e r t a
una mujer delgada, d e m a c r a d a , tan ojerosa como yo
a h o r a , con una b a t a de fular muy traída; ¡fular en e s t e
tiempo tan c r u d o ! Desde luego se conocía que era una
p e r s o n a educada. Las manos muy limpias, el cabello
muy recogido, la mirada dulce y melancólica
Una
mujer que h a b r á sido muy h e r m o s a , q u e todavía lo
es
—•• ¿ Es aquí, la p r e g u n t é , d o n d e vive un señor don
l*~eliciano?
— Si, s e ñ o r a , me contestii. Pase usted. Mi
marido está enfermo, p e r o p u e d e usted d e c i r m e lo que
desea...,. Pase u s t e d , s e ñ o r a , y siéntese
No p u e d o
p r e s e n t a r á usted una silla tan buena como las á que
estará usted a c o s t u m b r a d a
p e r o está limpia, señora.,. , = Clarita de mi vida, no ¡luedes jigurarte qué pobreza la de aquella casa, ¡tero qué hermosa poljreza.
T r e s sillas, una mesa d e p i n o ; s o b r e la mesa una b o t e lla, unos vasos, tres ó cuatro p l a t o s , dos cubiertos d e
palo, unas cucharitas p e q u e ñ a s de Meneses
En una
p e r c h a , un g a b á n , un s o m b r e r o hongo, y unos vestiditos d e niño
T o d o limpísimo. El s u e l o , de ladrillos
g r a n d e s , estaba más limpio que los mármoles d e mi
casa , te lo a s e g u r o , y la cortina que cubría la p u e r t a
d e la alcoba era más blanca c[ue la nieve. Me s e n t é , y
la invité á sentarse enfrente de mí.
— 1 Señora, le dije, he sabido q u e se hallan u s t e d e s en
situación a p u r a d a , y vengo á suplicar á usted t[ue me
dispense el favor de a c e p t a r una p e q u e ñ a suma,.,. L a
mujer hizo un movimiento
•—No, c o n t i n u é , no es una
limosna, s e ñ o r a , lo q u e vengo á ofrecer á u s t e d ; es un
adelanto á cuenta de lo que t e n d r é que abonar á usted
por trabajo que le voy á encargar. Sé que usted cose
— Sí, s e ñ o r a , Dios pagará á usted este beneficio. H e
cosido para una tienda de la Puerta del Sol, p e r o hace
dos semanas que no hay trabajo
— ¿Cose usted en
blanco.'—Si, señora. — Pues me hará usted mucha ropa
blanca. ¿ T e n d r á usted máquina?
—¡Ay! señora, la tenía; ayer la e m p e ñ é . E r a lo último de algún valor q u e
había en casa. — Pues d a r é á usted doscientas p e s e t a s ;
d e s e m p e ñ a usted su máquina, y un día d e estos enviaré
á usted una pieza de holanda para que me haga camisas y unas chambrillas y unos peinadores
Me interesa mucho la situación de u s t e d , de su marido y d e
sus hijos
Creo ([ue tiene usted hijos
— Sí, señora,
Cuatro. Mire u s t e d , s e ñ o r a , por d o n d e asoman dos. Venid a c á , añadió mirando á la alcoba, cuya cortina movían los c h i c o s , sin d u d a ; venid, que esta s e ñ o r a es
muy buena y q u i e r e m u c h o á los niños, y os t r a e pan.»
—Esta frase fué de un efecto decisivo. Uno tras otro
aparecieron los niños
¡Qué niños! Clarita, ángeles
del cielo. No p u e d e s figurarte nada más b o n i t o , de facciones más d e l i c a d a s , d e más n a c a r a d o y finísimo cutis
c u a t r o ángeles a r r a n c a d o s á un c u a d r o de Murillo.
i Oué ojos y qué miradas tan p u r a s !
¡qué amor d e
hijos! Una niña de ocho a ñ o s , la m a y o r ; dos niños
de seis y de c u a t r o , y otra niña d e dos. ¡(Jué hermoso
el g r u p o que formaban la m a d r e y las c u a t r o criaturitas
a g r u p a d a s junto á ella, mirándome con aquellos ojos d e
inocencia impregnados d e la más dulce y candorosa
melancolía! T o d o s vestidos p o b r e m e n t e , p e r o sin una
m a n c h a , limpios en su c u e r p o como en sus escasas ropas
unos niños, en fin, que no he visto otros iguales
Los besé y me besaron los pobrecitos, sin h a c e r s e
Ue r o g a r , humildes y c a r i ñ o s o s , y las lágrimas vinieron
á mis ojos, lágrimas que no eran , Clarita mía , de p e n a
a n t e aquel c u a d r o d e p o b r e z a , d e p o b r e z a tan h e r m o sa, sino d e
de envidia d e la incomparable felicidad
d e aquella m a d r e , d e aquella esposa.
— ¿Envidia?
¡Envidia t ú , una de las más hermosas
y más ricas damas d e n u e s t r a c l a s e !
— Sí, Clarita, sí; envidia, envidia que me mordía y
aun me m u e r d e en el corazón. Aquella mujer me dijo:
<Estos son mis hijitos, los hijos del h o m b r e a m a d o que
me ha h e c h o tan feliz, y á quien quiero sobre todo en
este mundo. Mire u s t e d , s e ñ o r a , á nadie tengo envidia
en la t i e r r a , a u n q u e nos vemos tan polares. Siento, es
claro, que estemos tan p o b r e s , por mis hijitos y por mi
marido, p e r o por mi no
¡ T e n g o el a m o r d e mi marid o y la adoración d e mis hijos
¿ q u é mayor riqueza?
¿qué mayor felicidad?
Mi marido, s e ñ o r a , es un hombre d e b i e n , un corazón de o r o ; p o r eso ha m e d r a d o
fioco. E s t a b a e m p l e a d o con doce mil reales c u a n d o le
c o n o c í , hará nueve a ñ o s , y con el mismo sueldo ha seguido hasta que le dejaron cesante liace un año
Como no visitalia á nadie, ni intrigaba, ni pedía recom e n d a c i o n e s , ni adulaba á los jefes
no sólo no le asc e n d i e r o n , sino que al fin lo e c h a r o n á la calle un día
q u e , sin d u d a , h u b o c o m p r o m i s o d e dar á o t r o su d e s tino
Abrió su bufete de ahogado d e polircs, con lo
que no ganaba nada; luego cayó enfermo, y asi hemos
venido á esta situación
Los amigos que tenía mi marido le han olvidado, ei [>ersonaje q u e le dio el destino
se ha m u e r t o
p e r o Dios no nos a b a n d o n a ; hoy la
trae á u s t e d , b o n d a d o s a s e ñ o r a , q u e viene á ofrecerme
trabajo, y El también devolverá la salud á mi marido.
Nunca pierdo la confianza. Algunos días hemos amanecido sin uu céntimo en casa , y , sin embargo, todavía no
N." XLVI
se han q u e d a d o n u e s t r o s hijos sin c o m e r un solo día.
Su p a d r e y yo, sí
algunos días hemos comido
poco,
pertj no ¡luede usted figurarse qué alegría tan grande
sentimos c u a n d o no.', sacrificamos por nuestros hijos
—¿Y tpié enfermedail tiene su marido de usted : le p r e gunté.—Una debilidad genera!, anemia
—Pues lo ¡irim e r o que necesita es alimentarse —Ha p e r d i d o el apetito
¡Ay! s e ñ o r a , le han a m a r g a d o mucho los desengaños del mundo. iil, un empleado h o n r a d o é inteligent e , c e s a n t e , y o t r o s , que n o valen lo que él, sul)iendo
como la e s p u m a ; ha q u e r i d o trabajar, y no ha encont r a d o en qué ocuiiar su talento; los amigos á quienes
había favorecido c u a n d o podía, han olvidado el beneficio y desconocido al amigo
F.l no posee la práctica
d e la vida; no tiene a p t i t u d , c o m o o t r o s , para la lucha
7)or la existencia; es tímido, mode&to con exageración,
pundonoroso
y prefiere estas ])rivaciones, esta ext r e m a d a p o b r e z a , á las humillaciones, á la rastrera adulación , á la intriga y á la osadía, con que otros p r o c u r a n
h a c e r c a r r e r a . ¡''I es asi, y no lo p u e d e r e m e d i a r , y
así le quiero y o , le a d o r o , señora
y asi somos felices,*
Dijo e s t a s palabras con una e x p r e s i ó n tan viva d e sup r e m a felicitlad en su mirada l¡m[)ida y s e r e n a , que no
haiiia lugar á p o n e r en duda q u e , en medio de su pob r e z a , es la más venturosa d e las mujeres. Sentí que la
envidia me mordía con mayor c r u e l d a d , y me puse en
pie, Kn la mano tenin las doscientas pesetas en billetes
que había sacado de la cartera. i T o m e u s t e d , le dije, á
Cuenta del trabajo Cjue le he tle cmcargar
> Y en el
mismo [>unto, c u a n d o iba ya la feliz esposa á tomar el
d i n e r o , apareci(j en la p u e r t a d e la alcoba, envuelto en
una bata deslucida
•—¿ VA marido?
— Sí, l'"eliciano
¡el mismísimo Feliciano!
— Feliciano, aquel interesante m a n c e b o que hace
d o c e a ñ o s , poco antes de casarme yo, te volvió loca
L o había adivinado.
— Sí, aquel mismo por quien hice aquella locura que
solamente m-s p a d r e s supieron.....
— Tus padres
y él, me p a r e c e .
— Y t ú , para quien nunca he tenido s e c r e t o s .
— ¿Y está tan guapo como e n t o n c e s ?
— Más, á pesar de ¡a demacración propia de la enfermedad y d e la p o b r e z a
Está interesantísimo.
— ¡Qué oposición la d e tu p a d r e á q u e te casaras
con él!
— ¡Porque era p o b r e , y p o r q u e no servía para nada!—
decía mi p a d r e . Dios le haya p e r d o n a d o . — ¡ Q u é feliz
hubiera sido yo con él, como lo es la o t r a !
i Q u é rabia! ¡Qué hijos tan hermosos t i e n e !
— Bueno; ajiareció Feliciano y dijo
¿qué dijo?
— «Señora, dijo, guarde usted ese dinero, que mi esposa no p u e d e aceptar. L o agrailecemos mucho, p e r o
no recibimos limosna. La acción de u s t e d , s e ñ o r a , es
muy n o b l e , muy h e r m o s a ; pero nosotros nada pedimos;
en otros que piden auxilio en sus necesidades p u e d e
usted emplear mejor su caridad.»
— ¿Y c¡ué hiciste?
.; t[ué dijiste?
— No s é , no r e c u e r d o lo que le dije; sólo sé que salí
de aquella mísera vivienda, avergonzada, con fiebre; que
la envidia, la rabia, el d e s p e c h o me ahogaban. ¡Jesús!
¡Qué p e n a ! ¡Pensar q u e y o , en medio d e la opulencia
que me r o d e a , vivo tan sola, tan t r i s t e , sin aquellos
c u a t r o hijos que debían ser míos, m í o s , si mi p a d r e nO
se hubiese ofiuesto, y si yo no hubiera sido tan miserable q u e tuve miedo á vivir polire!
Aquella mujer no
tiene cul[)a de mi desgracia, y, sin e m b a r g o , la odio; no
lo ])uedo r e m e d i a r , la odio
¡Qué necesidad tenía yo
d e o d i a r á nadie!
¿Verdad, Clarita?
No había vuelto á ver al [lobre I''eiiciano desde (¡ue mi p a d r e me sacó
d e Madrid, á d o n d e no me trajo hasta q u e t u v o conc e r t a d o mi casamiento con ese h o m b r e que me dobla la
edad
¡Que no servia para natía l-'eliciano!
— Y en eso no estal)a equivocado tu p a d r e , p o r q u e
ya ves qué s u e r t e ha h e c h o , . . .
— No i m p o r t a , no importa
Mira cómo ha hecho la
felicidad de esa mujer
No hay más que verla y oiría
hafilar d e su I*'eliciano, para c o m p r e n d e r c[ue es feliz, lo
cjue se llama feliz
— Aunque no c o m a , ¿verdad?
— Pero aun no te lo he c o n t a d o t o d o
Yo no podía
dejar así á Feliciano, en aquella miseria. T o d o c! día estuve c o m o loca, pensando qué haría por él
y por sus
hijos
¡ P o r ella no, por ella no! No comí, n o dormí
E! día siguiente, á las o n c e , mandé p o n e r el coche , y
me fui á ver al Ministro de F o m e n t o , que es amigo de
mi marido y paisano mío. ¡Me recibió al m o m e n t o , y l'^
p e d í , le e>íiigi la reposición de l''eliciano en su destino,
ó en otro mejor. Si no me hubiera hecho e s t e favor, no
sé lo (|ue habría hecho con el Ministro.
— ¿Te sirvió?
— Sí, hija, sí; me ha servido, a u n q u e t a r d e . Ayer nie
envió una credencial d e 14.000 reales, 2.000 realas mas
(¡ue a n t e s , para Feliciano,
— ¿Y te la ha devuelto ese Catón
que no sirve para
nada?
— L o t e m í a , p e r o n o : se la envié bajo un s o b r e , sin
c a r t a , ni tarjeta, ni indicación alguna por donde pudiera conjeturar la jirocedencia; p e r o p r o n t o lo lia conocido el [iubre ...,
— ¿ L o sabes?
— Sí, p o r q u e [lor la tan.ie recibí este papel suyo, q u ^
conservaré toda mi vida,
— A ver. Fl s o b r e d i c e : • E x c m a . Sra. Condesa de la
Florseca»
y e l p a p e ü t o : *(.iracias, Tulita, gracias por
mis inocentes hijos, — l'\:UcÍatto.>
— ¡Tulita! Asi me llamaba en ;iquellos inolvidables
dias
¡Ay! ¡Dios mío!
¡qué envidia t e n g o á la matlre de .sus hijos!
— ¡C(Jmu ha de s e r , i|uerida mía! E s preciso que te
consueles de la p e n a de no estar casada con l-'eliciano, y
LA I L U S T R A C I Ó N
X." XLVI
comiendo en su compañía el piicherito con que !e favorcct; !a portera
T i e n e s que llevar con paciencia.la
dcsfiracia de ser riquísima, titulo ác\ Reino, esposa del
Exceientisimo Señor
— iXo me le n o m b r e s . Clarita!
— Mira que esta noche n o t e permito estar e n c e r r a d a
en casa. Vendré á c o m e r contií^o, y luego nos iremos al
Real.
— Sí, Clarita, sí, iremos. Ya veo que no tengo más rem e d i o , ¡pobre de mí! que resignarme con mi s u e r t e .
CARLOS FRONTAURA.
BAJO LOS AUSTRIAS.
ESPAÑOLA
Conde de Monterrey, fué D. G a s p a r , aun pasando por
otro hermano también desgraciado en la flor de su juv e n t u d , D. Pedro de Guzmán, sucesor d e los Estados
patrimoniales. En la primera de las Cajicioncs que Martínez de Uuintana consagró en lionor de D. Jerónimo,
no sólo se sujetó á p r e d e c i r los brillantes destinos que
le aguartiaban, sino que hacía la cama gallarda á sus
gratos vaticinios, después frustrados, r e c o r d a n d o el
origen de tan gloriosa estirpe en E s p a ñ a y las hazañas
d e los que la ennoblecieron d o b l e m e n t e con los actos y
p r e n d a s de su personal valor. Vinieron los primeros
Guzmanes á !a península de las regiones septentrionales
d e E u r o p a , en son de cruzados contra los moros y de
peregrinos al altar de Santiago; y ¡Martínez de Quintan a , hablando de sus remotas tierras originarias, decía
en el tono de los clásicos cantos rúnicos de los países
hiperbóreos:
CORONAS LÍRICAS DE D. GASPAR DE CUZMAS,
CONnE DUOl'E DE OLIVARES.
^r:S^l^e
^'l^.os siglos y medio llevamos de leer
constant e m e n t e los vituperios de que rebosan
los juicios hostiles al ^rtin ministro y pri*'/-;0 vado de Felipe ¡V, ü . Gaspar de Guzmán,
^ ^ ^
c o n d e - d u q u e de (¡livares; juicios que, aunÍ>^
que admitidos va por el consenso común
3 ^ ^ ^
i^C^
en calidad de cnsa juzgada, todavía se hallan
,'i^J
fundados más bien que en una crítica severa y
, racional, en las pasiones y rivalidades que produjeron su caída, y en la larga contienda personal
que sostuvo con su venturoso adversario el Cardenal Duque de Richelieu, de quien fué ni cabo, no sólo en
F'rancia, sino d e n t r o de nuestro propio país, la victoria
moral definitiva y la sentencia de aquel pleito de dos
siglos que venían sosteniendo F e r n a n d o V de Aragón
y Carlos V í l l , Carlos V de] Austria y Francisco I, Felip e II y Enrique IV, y fmalmcnte aquellos dos grandes
ministros en quiencs'á la postre se sustanció. De lo prim e r o que pecan los dictámenes adversos hasta aquí
emitidos contra el Conde-Duque de Olivares, es de la
faita d e sentido nacional y patriótico con que son inform a d o s . Si es verdad que D. Gaspar de Guzmán no tuvo
en el último período de su ministerio laborioso la fort u n a , : e s que sólo el éxito postrero expide los títulos
de la grantleza personal? E n t o n c e s Napoleón después
de W a t e r l ú o no sería más que un pigmeo.
No: éste no es el juicio imparcial de la historia. Desde
i63i hasta 1627, los actos de gobierno del célebre valido fueron coronados con la aureola del acierto, l-'altáronle después los medios para sostener ima política de
agresión, y el segundo período de su ministerio se acredita por los esfuerzos d e una heroica resistencia. Cayó
al callo sobre él la conllagración universal, c u a n d o las
fuerzas militares y económicas del país estaban agotadas; vinieron los ataques directos sobre el suelo üe la
Península; surgieron las guerras separatistas de Cataluña y Portugal, y los conatos de Ínsurreccii>n de otras
provincias, y todos los enojos de los infortunios nacionales se sumaron contra aquel ministro en un odio irracional , atizado por la aleve habilidad de sus enemigos.
E n t o n c e s se trocaron en su daño los conceptos formad o s a c e r c a d e la superioridad d e sus prendas. T o d o lo
que en los tiempos afortunados calificó sus c r é d i t o s , se
convirtió en argumentos de desautorización. Las propias v i r t u d e s , antes exaltadas hasta el fanatismo, fueron
c o n d e n a d a s como defectos intolerables. Las alabanzas
se cambiaron en vituperios, y las musas veleidosas, cortesanas del poder y de la fortuna, hundieron en el fango
de la sátira anónima y c o b a r d e , dorada forma de la calumnia solapada y clandestina, el fatuo incienso de sus
lamentaliles concepciones.
No t o d a s : las letras patrias no fueron de t o d o p u n t o
ingratas al que d u r a n t e toda su vida, y hasta por herencia de familia, había sido su bienhechor. El nombre d e
D, Gaspar de Guzmán se contará siempre en el número,
no sólo de los que las cultivaron con apasionada inclinación, sino de los q u e ' l a s protegieron con pródiga
magnificencia. Como Isabel la Católica y el cardenal
Xirnéncz de Cisneros al concluir el siglo xv; como F e lipe II y la gran casa d e Alba d u r a n t e todo el siglo xvi,
las casas Guzmanas d u r a n t e toda la primera mitad del
siglo XVII fueron el asilo del Parnaso E s p a ñ o l , ya en la
rama caudal d e los D u q u e s d e Medina Sidonia, ya en
las a n u e n t e s , y sobre todo en la condal de Olivares,
desde los tiempos del t e r c e r conde D. E n r i q u e hasta la
m u e r t e del Conde-Duque. E s t e , si los hados le hubieran sido propicios, habría podido aspirar al título de!
primero de los Mecenas de Espaiía. Ahogó esta gloria
su caída, pero quedó á la posteridad el testimonio siempre vivo d e más de cuatrocientas obras literarias de su
tiempo, puestas bajo su amparo y protección en todos
los (írdenes de la cultura h u m a n a , y no sólo fn el habla
á la sazón p r e d o m i n a n t e de Castilla, sino en el clásico
latín, aun cultivado p o r la Iglesia y la alta ciencia; en
italiano, del que hablaban nuestros subditos de ¡\Iilán,
Ñapóles y Palermo, y aun en francés y Hamenco, lenguas vulgares de nuestros dominios en los Países Bajos.
Los p o e t a s , sobre t o d o , comenzando por el Fénix de
los Ingenios y ¡Monstruo de la Naturaleza, como á la sazón se llamaba en todo el mundo á Frey Félix Lope de
Vega C a r p i ó , hicieron en honor del C o n d e - D u q u e , durante t o d o el tiempo de su niando, v e r d a d e r o derroche
de su ingenio. E s verdad q u e , como antes se ha dicho,
las musas habían sido cortesanas de su casa desde mucho antes que D. Gaspar d e Guzmán naciera. Virrey de
Sicilia era su padre, el conde D. Enrique, en 1594, cuando Bartolomé Martínez de Quintana empleaba en Palermo los valientes tonos de su pindárico estro en celebrar
ya, aunque niño, al primogénito de la casa D, J e r ó n i m o
d e Guzmán, por cuya t e m p r a n a m u e r t e , _á causa de un
trágico a c c i d e n t e ocurrido en 1604 en Salamanca, hallándose estudiando y huésoed de la casa d e su tío el
375
Y AMERICANA.
Aijui, p u s s , los cicIopL'S tríibnjiíinlo,
QuL- lus nrmas forjando
lisian , en nutvo y desusadn modn
Graban un admíralde y fuerle tscudo
Slcrijpe y Brome y Piraf;mon dtsnudo.
En ¿1 Guillermo Gnodemán Se mira ( l ) ,
Quf ambicioso de honor y clori.T vino
A E^ipaüQ en tamo que de ¡¡utrra aniia:
Y un Don Alonso ijne del muro lir.T (::J
El puñal, cuyo heruico hccbo rlivina
Qu¡í;á mi musa cantará algún día :
Uiin Juan , ijue defendió la .•\ndalnd3,
Al diluvio df moros muro haciendo
Del fuerte [itciio: con tanta arle expuesto
Que con aleprc gesio
Parece csiá ci Condado agradeciendo
D P Niebla al rey Enrique, y que £1 Ic elija
M.irido dijjno de su di^na liija (31.
Tras él Enrique vese sumergido
Del Océano enlre ¡as ondas fieras
Por los hiíroes salvar de su cuadrilla (4) ;
Y el invicto Don Juan esclarecido ,
Su juslo suce.ínr, cuyas banderas
Los muros adornaron de Sevilla;
Que cun las mismas armas de Cnslilla
l.as suvas orla , y cobra de Medina
Gran iftiilo ducal la casa ilustre (5) ;
Y cuanto da más lus-tre
Que otra estrella menor, la matutina,
Entre los ijue el escudo eomprebende,
Santo Domingo m.i.= luce y i'splcndf fl'i).
No fué sola la Primera Canción á D. Jerónimo Guzmán (7) la que escribió y publicó i\Iartínez de Quintana
en la capital de Sicilia, porque cuarenta y tres años más
t a r d e , hallándose ya septuagenario en P c r p i ñ á n , en
ib37, volvió á dar á la estampa otra Canción d la niñez
tiel E.xcmo. Sr. D. Gaspar ¡le Guzíiuín, Conde-Duque de
Olivares, q u e el capitán D. Plácido Carrillo y Aragón,
del Consejo de (juerra d e S. M. en los E s t a d o s de 1'land e s , c o m e n t ó p o m p o s a m e n t e , y á la que hicieron los
honores de sus versos encomiásticos el Dr. Miguel Subirá , 1 burgués h o n r a d o , natural de Perpiñán >, el capitán D. Alonso d e Villamayor y 1). Bernardo Bravo d e
S o i r o n c a (^S). No o b s t a n t e , por aquel tiempo el CondeD u q u e de Olivares estaba saturado del perfume d e las
musas, no sólo como de quien las había profesado en
su juventud en Sevilla, en el trato a m e n o de Francisco
P a c h e c o y los contertulios literatos de su famoso estudio, y en Madrid en las Academias del Conde de Saldaña, sino por h a b e r recibido d e ellas los sufragios más
calorosos d e sus rítmicos e n c o m i o s , ya bajo la admiración de sus grandes providencias de g o b i e r n o , que por
m u c h o tiempo merecieron el aura y la autoridad de la
opinión popular, ya bajo el prestigio del p o d e r omnipot e n t e que d e s e m p e ñ a b a , ya, por último, por la resuelta
protección con que se ennoblecía, d a n d o una mano
amiga y leal á cuantos se distinguían por las dotes del
talento.
Tal vez de las primeras composiciones q u e en honor
suyo se escribieron en el primer tercio de aquel siglo,
al comenzar su privanza, fué el siguiente Canto heroico,
en que su a u t o r , Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo,
le consideró como p r o t e c t o r d e las letras. Dice así:
AL E S P A Ñ O L M E C E N A S
D. GASPAR D E G U Z M Á N . C O N D E - D U Q U E D E O L I V A R E S .
C.^NTO IIBROICO.
TÚ me enciendes, Apolo; wcucha átenlo
Y el son sagrado, que me d a s , recibe ;
Restitución te ba|<u de tu aliento
Que en tí se engendra y en mi pecho vive.
Por tu causa ñ los s¡i;los ;.oy portento,
Cuya memoria en bronce el tiempo escribo;
Grande tispfrilu iraiRo; no sosiego;
Mi pKcbo es lodo ardor, mi VO:Í es fueco.
VoK constante y neutral será In m í a ,
Libre de la adul.ición y de la injuria,
Cantando con modesta bizarría
Sin afectar pueril verde lujuria.
( I ) Guillermo Goodemán, Gudeinán ó Guzmán, hermano del Duque de
Bretaña 6 Normandía. Vino \\ Espafia en l o í o al empezar el reinado de Fernando I. Casóse con la hija del seflor de Candarroa, y fundó el solar y castillo
de Gu~»ión.
( a ) Guümán, el Bueno, el héroe legendario defensor de Tarifa por Sandio I V .
( l ) D. Jtian de Guzmán, hijo del antecesor, tomó sus armas por D . Enrique de Trastamara cunira el rey Don Pedro. Enrique II le casó con su propia
hija D.* Juana de Castilla y le dio por dote á Niebla con tirulo de condailo.
(4) D. Enrique de Gu/roán, 'segundo cunde de Niebla, cercando por mar y
tierra .á Gibral'.ar, se ahogó en SUÍ af;u.is con cuarenta caballeros de su casa,
pur quererlos salvar contra la creciente de la marea.
(5) D . Juan Alonso de Guzmán, tercer conde de Niebla, conqui.stó á Gibraltar para Enrique IV. Antes el rey D. Juan II le (Jio en 1445 el titulo de
Duque de Medina Sidonia, por la defen.sa que babi'a hecho de Sevilla contra
el infante D. Enrique.
(fi) Santo Dominpo de Guírmán fui hijo de D . F í l i x de Gunmán y de la
beata D." Juana de A í a . Fundó el orden de los predicadores y la devoción
riel Rosario.
(7) Cíincitiit primera lU liartolonii Marl'iHfz de Quinliina, al Hmo. Señor D. ¡Iieró¡ii>ii,y di- Gu::niái! . siicesnr de la <-iii'ii dr Olivares. Con anotaciones de B. Litis de Hercdia. En Palermo; 1594 (Uiblioleca de Gallardo,
nüni. 3,g.';4.)
(8) CitiiCH'i'! df! sfcrelari.' Barlóininl Martínez df Quintana ñ la niñez
del Excmo. Sr. 1). Ga.íf:,ir de Guzmán. (onde de Olivares, duque de Sunlúcar, etc. PerpinSn: jiar Esteban Bastan: lújy ( Biblioteca de Gallardo , ni'imero 3.9S5.J
Cándida beberá nuesira armonía
El viento desatado de su furia,
Y escucharán bazafl.as generosas
Con oídos de púrpura la.s ro.cas.
El Cnnde-Duque, aquel Alcides sabio
De la esfera política y cristiana.
De quien Felipe, .-Vll'anle cuyo labio
Y mejillas perfilan oro y grana.
Reclina el peso; desterró el agravio
Que padeció la erudición hispana,
Y vcncó con mercedes en un día
Cuantas injurias padecido habla.
Aquel Gu7.nián á quien llamaste el bueno,
Y no el divino y grande, es voz lan breve
Que el Ocíano ile luir de que está lleno
Interpretar no puede ni .se atreve;
Aquel Ga.spar, aquel que del sereno
Piúiago de virtud la virtud bebe ;
G u í m á n que con la envidia torpe y fea,
Mayor serpiente intrÉpido pelea
Esle . pues , como Oliva virtuosa ,
Madre del fruto que á la luí sustenta,
Viendo que en luz tu ciencia numerosa
Con generosos frutos lo alimenta.
Y á lu estirpe sagrada y pro-Jigiosa,
Libre de la vulgar plebeya afrenta,
Triunfará de la voz que le decía :
Pollera e rinda vay.
phih'sol'hia,
A éste consaerarás aras, porque sea
T a n ingenua piedad agradecida;
Y de él la edad tuiuní admire y vea
Virtud, más que imitada, producida.
El templo de la Fama le posea;
Ennoblézcate e! bronce, repelida
En él la maieslad de su semblante,
Con que el bronce en la luz será diamante.
A pesar de todo, los encomios poéticos q u e forman
las coronas líricas de D. Gaspar de Guzmán se refieren
principalmente ó á los elogios heráldicos d e su s a n g r e
y e s t i r p e , ó á sus p r e n d a s personales c o m o h o m b r e d e
e s t a d o y de gobierno, ó á las g r a n d e s e m p r e s a s d e la
guerra general en q u e tenía e m p e ñ a d a s por t o d o s los
ámljttos del m u n d o las armas d e España. El c e l e b r a d o
autor de la Cyn/ltia de Aranjiicz y t r a d u c t o r castellano
d é l a s o b r a s líricas del p a p a U r b a n o VIH, D. Gabriel
del Corral, en estos d o s s o n e t o s c e l e b r ó una y o t r a
condición de su espléndido M e c e n a s y amigo, el ministro de Felipe IV:
E N E L O G I O D E D, GASPAR DE G U Z M Á N .
SONETO.
Del r.nyo de la fama ardiente trueno
Que ni sol la luz gan;iste en una rifa ;
Cuyo nombre escribió con letra grifa
Y le cercó de encomios como heno;
T ú , de virludes y de honores lleno.
Hasta rebote, mira en su alcatifa
De hinojos al alcaide de Tarifa
Que se rinde á tus pies de bueno á bueno.
Diz que tenéis el gr-ino del helécho;
Diz que fui la fortuna tu comadre,
Y Venus con las Gracias te dio el pecho;
No hay gloria de Guzmán que no te cuadre;
M U Í aunque tantos son , ninyuno ha hecho
\ Oh Gaspar! mejor cosa que tu padrcOTRO.
A L O ÍI I R M O .
Rebelde el belga la cendz levnnln,
Que fecunda se aiinienta en .sus heridas ¡
Rompe el inglés, con .armas fementidas.
Del honor y del cielo la ley santa.
En unn y otra barbara garganta.
E n parle á In furor agradecidas,
Pues soberbias so precian de vencidas,
¡ Oh feliz ! pones una y otra planta.
El s-icrilego yace interesado,
Que tiene, y aun por eso te importuna.
Usura en cuantas glorias te dispone;
¡ Triunfa, oh GuzmAn i Del cielo eres cuidado,
Y por acreditarte la Foituna
De parte de lus méritos se pone.
No descansó D. Gabriel del Corral con los elogios c o p i a d o s : el mayor q u e del C o n d e - D u q u e d e Olivares hizo
se contiene en un r o m a n c e p o c o conocido ni aun d e los
más eruditos, q u e era á la vez un vaticinio poético de
su p o d e r y su fortuna. Así escribía D. Gabriel del Corral:
ROMANCE.
Salve, generoso tronco
Que eternamente vestido
Al invierno prevaleces
Y resistes al estío;
Salve ü l r a v e z , inmortal.
Opuesto á mudables siglos,
Verde á pesar de los nnos
Y á pesar del tiempo rico.
Cuando ca.'^e la concordia
Con el ocio, y en festivos
Aplausos dé i a abundancia
A su sucesión principio.
Muro seras de ambas sienes.
El más verdadero amigo
Del cielo y dorado freno
Del implacable Gradivo.
T u fruto, si diligente
Le liquida el artificio.
Alumbrará en breve hoguera
De la noche el negro abi.smo.
Honor será de las aras.
Cuando en religiosos vidrios,
Copados de plata, aumente
Respeto á buhos divinos.
Mas lo que á mayores glorias
- T e destina, si licnignos
Los h a d o s , como previenen,
Disponen ini valicinio;
Lo que 4 más heroicos grados
T e levanta, á cuanto admiro.
Feliz la edad que ennoblece
Iji noticia de Filipo ;
De aquel que Quarto dará
Leyes al planeta quinto,
Y severo A las estrellas
Gobernará á su albediio.
Del que c.'iconderá en su nombre
De Jiipiler vengativo
El asombro formidable
E n di.stanles eístallidos;
El que dará poderoso
Honor á sus enemigos,
Y pues no es posible opuestos
GALERÍA
NACIONAL
DE
L O N D R !•: S
-^^^^'—-'^-i^^^'m^m^iimmmm^m^
EL
ALMIRANTE
ESPAÑOL
C U A D li Q
D E I,
D. A D R I Á N
INSIGNE
PULIDO
VE L AZ QU E Z.
PAREJA
« S A L o N >> D E
PARTS
DE
i 8 gi.
>.
LA
COMUNIÓN
EN
EL
CUADRO DE D. E N R I Q U E
CONVENTO.
MÉLIDA.
LA
378
ILUSTRACIÓN
Se acredí'ar.ín venciilos;
Kl q u t ni htl^n perlina?:
Y A i ¡ , lili vil liuéspcil , iii'iiRr)"
De liLH nllos petisniDicnlos,
Honram con su cislij;''Enliinci'íi, puL's , IÍL- eslc p.iln
KI más piili'liro arritno
QiiL- (le Vnyjin africano
Hará Vfr'ind cl nfií^in,
Dolicia (ÍL" ios ingenins,
E n CUj-ii snumilo atil'i
De Hipocrene vivirán
Los crisliiles dercndiíin<.;
El Ouíitián , hnnor del Imenn.
Sin que en l i t m o Kflcrilicio
Dé Clin pLÍrpurn vivienlc
Áspero csmnllc a] cuchillo:
A ijiiien postrará rompiendo
Del lindii i;l orden prcciwi,
E l ncucnlo de lo?; -asiros,
Y el cónclave <le Io>; signos;
Cuyo (Tusio dispi'níado
Aun menos ijue obcdixido
Cancelará de la siicrle
I.os no allcralilcs designios;
Cnrlciii de la forlunJi,
T^n consianlc, t|iic al preslifiio
Más alio i]ue vista liiimana
N o se airt^verá el pcIÍK''"i
Secundo voló de España,
A i]uien cl genio prOi'icio
Hará en la abundancia nfalde
Y en la pr¡van?:a hii;n(]uií.lo ;
Esie, pues, héroe ijiie nilmiras
H a (ie eororrar con1i(;ii
Sus Lhisnnes de Olivares,
D¡j;iiánd(ise al npejlido
Sagrado á tanta cleidari
No envidiar al lauro esquivo
De Apolo, aunque á doctas sienrs
Le trasladflsi sus ministros.
No á la hiWra trepadora
Que con abraco lascivo
Cinc í-l cuello de l,ieo
línire soflndores tirsos ;
No á la imacer. del deleite
De su diosa verde tiiirto,
A quien desnuda del Bóreas
El |>rfiner aliento frío ;
Con los tres te aclaman hov
T a n t o Irondosn olieliscn,
T a m a copuda asp'jrcza,
Y tanto pifiante fijo.
Haciendo lencua sus hnjas
Y nrticulandn mil sillins,
T e adoran ya en cuantas ramas
Medrar tantos esttoí niiro,
I-as frentes , aun más rebeldes
Que los ceños de lo^ riscos,
Por más i)ue los soliciten
Del AbrcRo los (¡émidos.
Humildes hasti tu trono
Dieron de obediencia indicios,
La rúsiic:! monarquía
Go;<o inmortal: be dicho.
Más resonancia que los versos citados tuvieron en la
corte poética de Felipe IV otros que, en forma de oifa
ót'a?icidn, como entonces se llamaba á este género de
composiciones, escribió el comentador insigne de don
Luis de Gúngora, florido y aristocrático ingenio que gozaba del mayor predicamento en las cámaras de Palacio, donde servia en calidad de caballerizo del cardenal
infante D. Fernando, D. García Salcedo Coronel. Todas
las rimas de este poeta fueron (^n su tiempo aceptadas
como de uno de los mayores ingenios de España. Era
el Real alcázar su tribuna; las dam;is que en cl servían,
el primer y más entusiasta elemento de su auditorio, y
gozaba de la misma autoridad entre los nobles y los so! •
dados, así del reino como de Italia y Flandes, donde
por mucho tiempo sirvió. No concurría á otras academias literarias que á las que presidía en su cámara cl
mismo Rey, y sus elogios no se prodigaron ni aun á los
más amigos, como era entonces de uso común. La canción al gran ministro dice así:
AL E.X'CMO. C O N D E D E O L I V A R E S , D U Q U E DE S A N ' L C C A R .
ODA.
I Cuál lie tanta.s heroicas perfecciones
Será del canto mío
Que en tu niabanüa á las edades fJo,
Uh excelso Cunde, asunto generoso í
I La estirpe á nuestro suelo venturoso
Grato esplendor, si á bárb.iras naciones
Asombro duro en la marcial campana?
í O la virtud que vivífica A España
Con su alto decoro.
Que
vi restituido el SÍRIO de
oro,
E n Erande;'a admirable,
Aun ni tiempo velo?, mconlr.islablc?
No la nobleza de tu origen claro ,
Ilustre en cl famoso Gundcmaro,
Aliento sean mi inslruniento r u d o :
Cuando me llama tu v.alor divino
Viva en mármol luciente, en metal fino
Segura en la meinoria
Q u e guarda el tiempo en memorable historia
De tus pro;;£nilores soberanos;
Que si ei destino consagrarte pudo
A !a inmorialid.td en esta p.arte.
Til iicKíi-í por 1¡ mismo á eiü-rnizirle
Superior k t u s claros .ascendientes:
Que aquellos , q u e , imprudentes,
Del noble oriíjen .'ulamenie ufanos,
En ocio torpe viven ,
Sepulcro en sus errores npcrcilicn
Al honor heredado
Aun de voraces siglo? perdonados.
¡ Olí «dad feliz ! i Oh venturoso impfn'o I
En que del soberano ma(;ister¡o,
Sustituto prudente, solicitas
Merecer los aciertos que acreditas,
Al Monarca mayor aj;radecido,
De cuy.a providencia
Altos efectos logra tu prudencia
Alentó siempre, no desvanecido.
Por I¡ no profanada
En sacrilega paz In noble espada
Del Trnjano severo,
Misero i-slrago del rebelde fiero,
La admira ci mundo en elementos varios;
Por ti Liguria vive, que, oprimida,
En su grandc;;a apenas defendida.
Cají despojo fué de sus conlrarin.H,
y á ministro fatal de su venganza
A -SU primero ser rcstituíiln.
Tií del inglés burlaste la esperani^a ,
Cuyo .soberbio intento
Previene en su mina el escarmienlo,
ESPAÑOLA
Y
AMERICANA.
Que en todas la>; edades
'IcTTor sea á extranjeras niajcst.ades.
; i)h, cuánto debe á lu valor \ \0\\, cuánio
Al consejo i]ne sabio comunicas,
A aipiel cuyos honores multiplicas!
N o e n vano sust luye peso tanto
A tus hombros leales
Quien en ti reconoce acciones tales
Que li- ascyumn sU mayor sosiego;
Cuerdo afecto , no ciego ;
Que á to<los honra quien al digno ofrecu
Aquello que merece.
T'eriiona repelidos tus loores.
Si en mi xoi- los advienes inferiores
.•\ 1.1 grandei-.T de lu nombre augusto ,
C:iliin amable, Hadain^nto j u s t o ;
íjue liberal eiinnio ofrecerle puede
Mi biimildad le cnneede
Agr-idecidas scfl.as del deseo
Que inmortal en nii veo:
Que su favor aiii:n1a
Cuando en tu fama elernizar^^c intenta.
Tíúslica ofrendi, que cl aféelo puro
Consagró liuniüile. la deidad no ofende
Q u e en iligno culto religii'm venera.
Admite, pues, piadoso comprchends
Aquella que en mi voz no lisonjera
{iratamente .aventuro ;
Que va vendrii nlf;iin día
Kn iiue halle disculpa mi os.idla,
Cuando en m i s alto estilo la alabanza
Proponga al mundo igual á mi esperanza
JUAN PIIHEZ DF, GUZMÁN.
(Concluirá.)
PASADO POR AGUA,
'"•^^ ~ !^^)^^' J'^'''^' 'IcYc usted el paraguas, que está
^ chispeando.
••
y Julio, siempre deferente á las insinuaciones de íu patrona, cuando no iban
encaininadas á recordarle los meses vencidos y no fobrados. sacó el llamante paragu-is de la presurvadora funda, y salió de
casa tarareando
; Mir.id cómo chispean,., ,!
Eran las ocho de la noche. Julio abrió el paraguas, un paraguas de siete pesetas y ocho varillas, y á
través del transparente tejido examinó el firmamento;
después, cooio resultado desús observaciones, decidió
subirse un par de dedos cl pantalón, y una vez llevnda
á cabo esta tarea, en la que demostnj su maravillosa
aptitud para equilibrista, siguió calle de Embajadores
arriba con ligero paso, propio de quien tiene prisa y
sabe ilóndc va.
Julio no se hallaba en este caso. Dirigíase al azar,
como todas las noches, con cl laudable propósito de
hacer la digestitin de la hospederil cena, y con el fin,
no tan laudable, de echar chicoleos á las modistas que
á aquella hora salían del taller.
¡Las modistas!
Las modistas eran la pasión de Julio; su monomanía, más bien. Sabía de memoria las senas de todas las maestras de Madrid, y conocía el domicilio de casi todas las oficialas; bastábale observar á
veinte [ia.sos el modo de andar de una de ellas, para saber á fiunto fijo si era guarnecedora, corsetera, riheteadora, sombrerera, maquinista de blanco ó chalequera. Diríase que las conocía por cl olor. Había acompañado hasta la puerta de sus respectivos domicilios á
cuantas se dejaron acompañar; sabía cl nombre y circunstancins de todas las que no tuvieron por qué ocultárselo, V transportó galantemente en varias ocasiones
los bultos de aquellas que iban á entregar.
Torios estos sacrificios siílo habían proporcionado
hasta la fecha á nuestro héroe escasa recompensa; dos
ó tres citas en cl café, siete ij ocho reales de gasto
como consecuencia de las mismas; tres pares de botas
destrozadas en estas exploraciones nocturnas; y, por
ultimo, y esto era lo más sensible, varios estacazos que
le administró un rival afortunado cierta noche de eterna
memoria.
Pero Julio no se declaró vencido; los reveses le excitaban más á la lucha, y la noche en que ocuirió lo que
vamos narrando, caminaba orgulloso y feliz, presagiando alguna dulce aventura (¡ue no dejaría de presentársele, y á la que daría feliz término merced á su arrojo y
á su paraguas.
— Alguna—se decía Julio—carecerá de este artefacto, y no podrá por menos de aceptar mi compañía, aunque sólo sea por preservar el traje de la lluvia. Una vez
untos, ;qué cosa más natural que c^frecerla mi brazo?
Tilla se verá obligada á tomarlo, y estrechadas de este
modo las distancias, y á poco que dure mi misión de
acompañante, conseguiré alguna dulce recompensa á
mi galantería.
Mientras Julio se hacía estas rellexiones, el chaparrón arreciaba; la gente haljía invadido los portales de
las casas; los coches eran tomados por asalto, y los escasos transeúntes que, como Julio, iban armados de
paraguas, apretaban el paso cuanto les era posible. Julio hizo lo propio. Al ¡legar á la esquina de la plaza del
Progreso se detuvo: era cl momento psicológico que
esperaba para dar principio á sus operaciones. Dejó
pasar por su lado, sin decir esta boca es mía, á varias
feas, que en vano arrojaron una e?;ploradora mirada sobre el triunfante paraguas y su feliz propietario.
Por fin se dejó ver la deseada víctima: sostenía con
una mano sus vestidos, y con la otra una caja de cartón , á la que procuraba preservar del aguacero.
Julio se pirecipitó tras la azorada joven, y al llegar á
su Ki'lo la dijo:
— Señorita, no puedo consentir se vaya usted mojando de ese modo. Si usted me permite
— Muchas gracias, caballero, no se moleste.
•—No es molestia; es un deber que cumpliré con el
mayor gusto.
N." XLVI
— Vivo lejos, y sentiré distraerle de sus ocupaciones
ó apartarle de su camino,
— Ninguna ocufiaciÓTi tengo, y me es indiferente, por
tanto, ir en una li otra direcciiHi.
— Entonces
— Muchas gracias, señorita, por su consentimiento.
— Yo soy la favorecida.
Corta pausa. Julio ha observado durante el diálogo
que antecede los menores detalles de la plaza sitiada, y
no cabe en sí de satisfacción.
— ¡Qué tiempo. Dios mío!
— Delicioso para mí, que tengo el placer de ir en
compañía de usted. ¿Sale usted ahora del taller?
— Si, señor; y antes que hacer esperar á mamá he
preferido mojarme.
Otra pausa. Al cabo de un instante prosigue Julio:
— Creo que debía usted cogerse á mi brazo; es el
medio mejor jiara que no nos mojemos.
— Tiene usted rnzón; pero voy á fatigarle
— ¡Fatigarme! ¡A mí! ¡Con usted iría yo hasta el fin
del mundo!
— No tendremos que andar tanto,
— Ya lo supongo. ¿Sería indiscreción preguntar á
usted dónde vive?
— De ningún modo; vivo en Chamberí.
— ;En Cliamb ? ¡En Chamlierí! ¡Caracoles!
— I Qué le sucede ?
— Nada; que me he metido en un charco,
— ¡Cuánto lo siento!
— ¿Y va usted á pie todos los días hasta Chamberí.'
— No, señor; tomo el tranvía en la Puerta del Sol, y
me lleva hasta cerca de casa, jtorque vivo á lo último;
pero hoy será difícil cogerlo.
— Creo lo mismo.
Otra pausa; durante ella se hace Julio estas reflexiones:
— La verdad es que la caminata que voy á darme es
superior
i Se me pasan unos deseos de jilantarla aquí
mismo!
Pero el caso es que continúa lloviendo y esta
joven no parece muy dispuesta á soltar mi brazo ni á
abandonar mi paraguas, que usufructúa por completo
i iíueno me voy poniendo el gabán!
¡Y es guapa!
¡Vaya si lo es!
¡ De primera!
¡ Seria una estupidez
renunciar ahora!
Y Julio se resignó á proseguir la aventura hasta lo último
¡Hasta lo último
de Chamberí!
Se hizo más atrevido, y notó con placer que su pareja
no mostraba cl menor enfado por aquellos atrevimientos; todo lo contrario, reía á carcajadas, aunque sin
responder categóricamente á las indiscretas preguntas
de Julio. Este, que conocía el proverbio de quien calla
oloriza, comenzó á creer que no perdería el tiempo como
otras veces.
La modista parecía preocupada únicamente en recoger sus vestidos; y los recogía tanto, que Julio sólo tenia ojos para mirar al suelo, por lo cual estuvo en un
tris que no dejase tuerto á un transeúnte.
— ¡Torpe! <Va usted en babia.'—exclamó el agredido
Y julio , completamente trastornado, contestó:
— ¡Si, señor!
Empezaba á notar que las varillas posteriores escurrían apaciblemente el agua por entre el cuello de la
camisa, y aquellas filtraciones causaban á lulio una desagradable impresión en la es])alda. Esto le sugirió una
idea luminosa.
— Señorita, ¡si usted fuese tan amable que aceptase
es razonable
una •Si
proposición!
— Pues es la siguiente: opino que debíamos tomar el
primer coche desalquilado que encontrásemos
-^Eso sí que no. ¡Pues estaría bonito! ¡Un coche de
punto!
— Pero, señoiita, á falta de uno propio, creo que iríamos en é! perfectamente.
— No insista usted, caballero. Yo no soy de esas.
— No he querido ofender á usted; lo decía por si estaba cansada; como aún estamos lejos
^ Y a sólo es cuestión de tres cuartos de hora,
Julio ahogó un gemido.
¡Tres cuartos de hora! ¡Y ni un mal tranvía á la vista!
¡Y el hilito de agua de las varillas que continuaba su silencioso descenso por l;'s espaldas abajo!
— Le parece á usted que vivo lejos, ¿no es verdad.'
— ¿Lejos? ¡Qué ha de vivir usted lejos, hija mía!
¡ Ojalá viviese usted en Tetuán !
— Pues casi al lado vivo.
— ¿Sí.' ¡Qué dicha!
— j Bromisia! Como no tiene uáted costumbre de ir a
esos barrios, se le hará más largo el camino.
— Procuraré acostumbrarme cuando hayamos hecho
más amplio conocimiento,
— A propósito, ¿cómo es su gracia?
— Me llamo Julio,
— Así llaman mis compañeras de obrador á un tipo
que siempre va tras ellas, ¿Y sabe usted que mote le
han puesto,'
— jCómo lo he de saljer?
— Le llaman S'í^uelas. ¡Don Julio Sigúelas'. Tiene gracia, ¿no es verdad?
— ¡Sí, es muy gracioso!
— Supongo que no se tratará de usted, ¿ch?
— No, hija; yo soy otro Julio.
— Vamos, usted será Julio ¡búscalas.
— ¡Qué picara es usted!
.
La conversación decayó de nuevo, porque al llegara
la Glorieta de Quevedo había ya agotado Julio todo e
extenso repertorio de sus galanterías.
— Caballero —murmuró dulcemente su pareja—¡cuanto siento cl mal rato que le estoy dando; pero, en hn,
ya estamos cerca; cuestión de media hora.
,
- S e ñ o r i t a —respondió Julio acordándose en aqu _
momento de un dúo popularísimo. — ¿No serta mucnt^^
LA I L U S T R A C I Ó N
K." XLVI
mo mejor que cn vez de proseguir hasta su casa, entrásemos á cenar cn uno de esos cafes? Podríamos enviar
con el mozo un r e c a d o á mamá para q u e no se impacientase
En vez d e r e s p o n d e r , la modista soltó bruscamente
el brazo de Julio.
— Pero ¿á d ó n d e va usted?— exclamó este procurando detenerla.
, .
_
- A l tranvía. Muchas gracias, caballero, por haberme
a c o m p a ñ a d o hasta aquí. ¡Chists! ¡Pare u s t e d .
— ¡ Pero p e r m í t a m e !
,
- N o , no consiento que vaya usted mas lejos
bena
abusar
¡Chists! ; H a y sitio, c o b r a d o r :
— Para u n o n a d a más.
.
— Va lo ve usted, es inútil insistir; ¡gracias de nuevo,
y buenas n o c h e s !
Y se subi(j al tranvía.
.
— ¡ E h ' ¡Para para!—exclamó lulio furioso corrientlo
tras el t r a n v í a , - ¡ Esto no p u e d e quedar así!^iYo no la
a b a n d o n o ! ¡La seguiré hasta el fin del mundo!..... i Mucho más si vamos en t r a n v í a !
¡ C o b r a d o r , i t-ti,
para!
¡Y esa mujer se irá riendo de mi; dira q u e soy
un imbécil!
,
, ,
- ¡ C o m p l e t o ! - s e dignó exclamar por fin el cobrad o r , mostrando al porfiado Julio la tablilla indicadora.
Y lulio q u e d ó aturdido en medio del a r r o y o , sin saber q u é camino tomar para volver á casa, y sin apercibirse tal e r a su confusión, d e q u e )a lluvia que le entro
d u r a n t e el camino por el c o g o t e , corría ya por nuevos
c a u c e s yendo á desaguar p o r los remangados pantalones.
ÁNGEL DEL PALACIO.
AXIOMAS.
IX.
L a fortuna se p a r e c e
De la mujer al a m o r ,
Que le otorga su favor
Al q u e menos lo merece.
Ella sale como entra ,
Nos d e s v a n e c e y ofusca,
Y no es para quien la busca
Sino para quien la encuentra.
X.
En las más altas colinas
Y cn los más hundidos llanos.
En d o n d e pongo mis manos
Y en donde asiento mi pie ,
E n c u e n t r o tan sólo ruinas,
En las que graba su n o m b r e ,
Y *A<.)L-i SOY , escril)e el h o m b r e ,
Y el tiempo e s c r i b e : "AQUÍ FUÉ.»
XI.
Causa han sido d e querellas
Los diversos p a r e c e r e s
Sobre cuáles son más bellas,
Si en el cielo las estrellas,
Ü en la tierra las mujeres.
Dios, con amoroso a n h e l o .
Creó de un sofilo fecundo,
Del hombre para consuelo,
Las estrellas en el cielo,
L a s mujeres en el mundo.
XII.
T r a s el placer y el a m o r
El h o m b r e corre sin t i n o ,
Y halla, al fin de su c a m i n o ,
El hastío ó el dolor.
; D c qué le sirve la ciencia
Del mundo al h o m b r e m e n g u a d o ,
Si junto con el p e c a d o
Va siempre la penitencia?
XIII.
E s la n e g r a ingratitud
Borrón de! humano s e r ,
Negación de una virtud,
Y desprecio de un d e b e r .
Si del p e c h o femenil
Se a p o d e r a , al h o m b r e mata;
Que la mujer, si es ingrata,
Ño es mujer, es un reptil.
ESPAÑOLA
Y AMERICANA.
No importa q u e al mundo aliente
Del mal el genio i r a c u n d o ,
Ni que preste al vicio inmundo
Faz de apariencia e n g a ñ o s a ;
¡Que una mujer virtuosa
E s el encanto del m u n d o !
XVI.
Para fundar su e s p e r a n z a ,
Al hombre le basta y sobra
Una ilusión que r e c o b r a ,
Lina luz en lontananza,
La fortuna que no logra,
O la dicha q u e n o alcanza.
AURELIANO R U I Z .
POR AMBOS MUNDOS.
NARRACIONES COSMOPOLITAS.
Cuentas de fin ile iinn : l.i plafia del divorcio en América y F.urop|i,—En la
Iiidiii: viclimas de 1.1.1 lietas.— Kl Ano Nuevn i.-n t ! JapAn.—Kl'ecliis did
oiijíitro cn los Esiudinnicí.—Lns Iraiados de cmirrci" : eclmo se tiamri A k mania, Aijstrui, llalla y los Esl.iilcis Uiiidii?.— PidÍEros para Cuba.— Producción de alcohol induslriai en Francia: numerario (;sislenle en Francia.
Z^^j/^~S^\^ ¡ ^ " í^sta época del año se desatan á su
'Sí^V»^MlQ placer las nubes, dejando caer intermina^ V ' ^ ^ í s r - ^ l>les lluvias ó copiosas n e v a d a s , ¿qué p o v ' ^ k r C ^ J i ^ demos hacer más q u e fortilicarnos con
V ' o ^ ^ - o ^ la paciencia y contemplar, desde d e t r á s
de las vidrieras, cómo bajan y se suceden
las gotas y los co])os? Esos diluvios pasajeros
podrán faltar á lines del a ñ o ; p e r o del diluvio
de los números que nos trae la liquidación anual,
* r ; ^ de las cifras q u e como resultado de las cuencas
C / ! y estadísticas caen sobre e! público curioso, administrador ó negociante en estos dias, de esa avalancha aritmética no nos podemos librar. La literatura de
Diciembre es numérica; hay que sufrirla con resignación, contemplando cómo viene á c h a p a r r o n e s y en columnas sobre nuestros esjtíritus. P e r d o n a , p u e s , oh cariñoso lector, el q u e yo te transmita algo del aguacero
que ha caído sobre m í , al hilvanar esta crónica con los
retazos, hebras y puntadas, que tomo de los papeles públicos de uno y otro mundo.
m
Pocos datos son tan notables y elocuentes como los
que se han publicado acerca del divorcio. El respetable
¡\lr. Walter Francis Wilcox, de New York, cn su reciente obra The Dh'orcc problcm, a stuíiy stalislics,
cuenta
que en un año se han divorciado en los Estados Unidos
23.472 matrimonios; y a ñ a d e q u e cn el resto de los
países civilizados en q u e se practica el matrimonio
cristiano, no llegan á sumar 2j ooo todos los divorcios
juntos. La ruptura matrimonial es casi exclusiva d e los
y a n k e e s ó hijos del país, porque sólo la octava parte
d e aquella cifra c o r r e s p o n d e á matrimonios de e x t r a n jeros ó d e americanos con e.-ítranjeros. El divorcio
entre los protestantes llega á una cifra cuatro veces mayor que e n t r e católicos. De S. 173.480 matrimonios prot e s t a n t e s han salido 18.497 divorcios, y de 1.291.42S católicos sólo han resultado 731 , cuyo h e c h o , r e s p e c t o á
las c r e e n c i a s , se repite asimismo en Suiza. Nótase también q u e s e divorcian mucho más los blancos q u e los
negros,
En estas armonías conyugales Francia tiene la gloria
de ir en pos del Norte-América, aunque no en grado
tan su[)ino proporcionalmente. A juzgar p o r el progreso d e las cifras, p a r e c e q u e , en efecto, han tocado
en Francia á d e s c a s a r s e , desde que se dictó la ley de
27 de Julio de 1884, p o r q u e cn los cinco meses restantes de dicho año se separaron 1.657 c a s a d o s ; en 1885
llegó á 4.227; en 1S8G, á 2 949; e n 18S7, á 3 636, y
en 1S8S, á 4.70S. E n Alemania se divorcian unos 2.000,
p r ó x i m a m e n t e , cada a ñ o ; en Rusia, 1.500; en Austria, 1.400; en Suiza (dada su p e q u e ñ a p o b l a c i ó n ) . 900;
en Dinamarca, 600; en Italia, 520; en las Islas Británicas, 500; en Holanda, 300; en Bélgica, 280; en España, 200; en Suecia, 200; en Australia, roo; en Noruega, 60, y en el Canadá, 10. En F r a n c i a , en la capital y
en los d e p a r t a m e n t o s inmediatos, la proporción entre
los matrimonios celebrados y los divorcios llega al 77
por 1.000; en la Gironda y en el R ó d a n o , á la mitad d e
esta cifra, y en las verdaderas comarcas rurales y mont a ñ o s a s , Creuse, Cantal, L a n d a s y L o z e r e , al 1 y al 0,4
y 0,6 por 1.000. El lector podrá meditar entre lineas y
deducir lógicamente lo que de estas cifras se desprende. Con semejante espíritu de discordia familiar en
F r a n c i a , con el ruin positivismo del /riVívXvWtv .vj'j/t'w
en esa nación, en Alemania y en o t r a s , j q u é porvenir
ni qué fortaleza han de es|jerar [¡ara mañana?
XÍV.
El alma ajena al amor
Y á sus profundos rigores.
Es un arbusto sin llores.
E s un astro sin calor.
E s bosque sin ruiseiior
Y t o r r e n t e sin e s p u m a s ;
Lago cubierto d e b r u m a s .
Jardín escueto de galas.
E s una alondra sin alas.
E s un águila sin plumas.
XV.
Mujer honrada y p r u d e n t e ,
Fiel á la cristiana ley,
E s la'corona de un rey
Oue ciñe el hombre á su trente.
En la India, ya que los humores é idiosincrasias incompatibles y los vicios y las suegras (?) no disuelven
los matrimonios, en cambio, lo q u e viene á ser lo mismo para !a felicidad d o m é s t i c a , se los c o m e n vivos las
fieras y las alimañas. Las serpientes mataron en 1890
unas 21.412 personas, y los tigres 2,460, y a d e m á s
64.500 cabezas d e ganado mayor. Claro es q u e allí todo
el mundo tiene licencia de caza y d e uso d e armas, q u e
el Gobierno expide gratis y con mucho g u s t o ; p e r o á
pesar d e haber exterminado en ese tiempo 14.000 tigres y leopardos y 510.659 s e r p i e n t e s , aun q u e d a n , d e
s e g u r o , los bastantes para q u e la cifra de las victimas
humanas pase de 20.000 en 1S91.
L a civilización ha concluido con semejantes calamidades ú otras análogas en el Jafión, cuyos relamidos
hijos se dedican en estos días de fin de año á devorar
serpientes de mazapán y de otras exquisitas mezclas.
L a s fiestas del Año N u e v o , IchÍ-Gok, d u r a n d e s d e a n t e ayer (13 de Diciembre j hasta el 2 de E n e r o . L o s j a p o n e s e s usan oficialmente nuestro calendario gregoriano
desde 1S72. E s t e periodo de v a c a c i o n e s , Caii-G/lz, e s
animadísimo allí, lo mismo en las c i u d a d e s q u e en los
pueblos. Después de la limpieza general de las casas, se
dedica un dia á la 'fiesta de los pasteles de arroz»,
Moíchis, d e exquisita delicadeza y gusto. Se a d o r n a n
las fachadas con tiestos q u e ostentan ramas de pinos y
de b a m b ú e s , y se tienden á lo ancho d e ellas, p o r ventanas y balcones, bandas y guirnaldas de paja t r e n z a d a ,
Á'azari, en las que prenden limones, langostas, algas y
hojas v e r d e s del íziirika. En la noche del 31 de Diciemb r e quedan abiertos los lemplos para celebrar una e s pecie d e í misa del gallo », en cuya función los fieles r e cogen un poco de fuego q u e a r d e delante d e los altares
para cocer el pastel de arroz, Zoomi, c o m p u e s t o con la
salsa Mnso, que es un puré de judías blancas, avena
fermentada y sal, en la comida inaugural del Año Nuevo.
En los d e m á s platos de ella se simboliza, en tal d i a , el
deseo de la fecundidad de la familia y d e los b i e n e s ,
t o m a n d o judias negras, huevos del p e s c a d o Kazonnci:/,
del mar de Yezo, y gran abundancia del p e s c a d o Gomauic, que á millares se e n c u e n t r a en aquellas [¡layas.
El vino de reglamento para ese dia t s el Tosso, h e c h o
con plantas medicinales, un tanto a m a r g o , p e r o muy
oloroso, es d e c i r , como los garbanzos d e C a r a b a n c h e l ,
• chiquititos, pero d u r o s - . E n la so'emnidad del Año
Nuevo, el Mikmio, q u e d e s d e 1872 y a n o viste á la
j a p o n e s a , sino de casaca, pantalón de cachemir con
franja de o r o y tricornio con pluma blanca, recibe á los
dignatarios, diplomáticos y d i p u t a d o s ; los ministros r e ciben á los e m p l e a d o s , jirikilias,
en los ministerios;
los particulares h a c e n cuantas visitas p u e d e n , y t o m a n
cuantas tazas de té les ofrecen en ellas; los criados o b sequian á sus amos con frutas q u e traen de los p u e s t o s
de la feria, y el pueblo invade las plazas y establecimientos de b e b i d a s , saludándose los c o n o c i d o s , c u a n d o
se e n c u e n t r a n , con grandes inclinaciones hacia el suelo, puestas las manos sobre las rodillas y diciéndose:
¡Omcííetlo! ¡Oinedeílo'.; juegan al Sa/iuscit mientras t o m a n
t é , y hablan y ríen y cantan en aquella inmensa b a r a ú n da [jública, q u e resulta incomparable c o m o e s p e c t á c u l o
lo si el cielo nebuloso de E n e r o se despeja ante los r e s yilandores del sol, a u n a riesgo de q u e vuelva á anublarlo el humo de los millares de pipas q u e arden á d o micilio, a d o r m e c i e n d o á los fumadores.
Hoy, q u e la humanidad fuma t a n t o , en O r i e n t e y
O c c i ' l e n t e , entre civilizados y salvajes, no d e b e p a s a r
d i s a p e r c i b i d o un trabajo de o b s e r v a c i ó n , q u e mister
J. \V. Steaver, profesor de )\ile ('íiiversUy, ha d a d o á
c o n o c e r , resjiecto á la acción inmediata del uso de! cigarro cn los estudiantes. El doctor ha anotado con p r e cisión sus observaciones comparativas entre los alumnos q u e fuman y los que no fuman, practicándolas p o r
espacio de los cuatro últimos años de la Universidad.
De ellas se d e d u c e q u e el c r e c i m i e n t o e n t r e los j ó v e n e s
q u e fuman fué d e 0,0169 m e t r o s , y entre los que n o
fuman de 0,0202; q u e el a u m e n t o de peso resultó d e 0,4
kilogramos en los p r i m e r o s , y de 0,52 en los segundos,
y q u e e! volumen de la capacidad del p e c h o era de 0,15
litros para los fumadores, y de 0,20 para los no fumadores. Se desarrollan, p u e s , un 25 p o r 100 más en altura,
peso y pulmones los q u e no fuman q u e ¡os q u e fuman;
y no huelen mal, y conservan limpio.s sus dientes y d e s pejados sus c e r e b r o s , y prolongan el envidiado a s p e c t o
d e la hermosa j u v e n t u d , en vez d e convertirse premat u r a m e n t e en h o m b r e s , ó , mejor d i c h o , en viejos.
En el t e r r e n o de los niimeros, nadie se p u e d e librar
hoy t a m p o c o de la avalancha de ellos, q u e nos envía la
c a n d e n t e cuestión d e los t r a t a d o s de comercio. Ya h a
empezado la batalla en E u r o p a , inaugurada hace un a ñ o
en los Estados Unidos. El Reichstag d e Berlín recibió
el día 7 la comunicación del (jobierno alemán, en q u e se
daba cuenta de h a b e r s e celebrado ya los t r a t a d o s d e la
cuádruple alianza comercial, entre aquel I m p e r i o , Austria-Hungría, Italia y Bélgica. Al día siguiente, s e g ú n
los telegramas que hicieron circular cn Viena los periódicos ¡•rcmdtubLatt y la Nticva prensa libre, se firmaron
los de Suiza con Austria. El Pcster Lloyd, de Budapest,
ha dicho q u e las alianzas económicas de aquellas naciones c o n s a g r a n , el que la Hungría es el g r a n e r o de! cent r o d e E u r o p a , q u e a b a s t e c e r á á todas. L o s alemanes,
por su parte, manifiestan q u e ^ el objeto de los t r a t a d o s
convenidos es c o n c e d e r una protección pública decidida
al trabajo nacional, teniendo en cuenta la necesidad
que existe siempre de asegurar á la industria alemana
exportación y co!ocaci(Jn lucrativa fuera d e aquel país».
Alemania ha reducido los derechos de e n t r a d a para los
cereales austro-húngaros, desde 6,25 pesetas p o r quintal métrico de trigo y cebada y 5 por el de avena, á 4,37 y
3,50 respectivamente. Austria, en c a m b i o , ha o t o r g a d o
una rebaja de 25 p o r 100 d e los derechos actuales á los
hierros y tejidos de Alemania. Italia ha trabajado, como
es natural, por la exportación de sus vinos, o b t e n i e n d o
de Alemania, á pesar de la oposición de los viticultores
del Rhin, una rebaja, desde 30 francos q u e pagan a h o r a
los 100 kilogramos de vino d e mesa en barrica, á 25;
p e r o con las e x c e p c i o n e s favorables de q u e los d e r e chos de los mostos y vinos naturales destinados á la
mezcla ó coupage con los alemanes y á la fabricación del
cognac no pagarán más q u e 12,50 p e s e t a s , y las uvas
5 francos. Alemania va á e m p r e n d e r cn grande la fabricación de vinos, utilizando los italianos, [¡ara prescindir
en absoluto de los franceses, porque aunque F r a n c i a
pudiera gozar de la cláusula de «nación más favorecida»,
por otorgarse la rebaja alemana á Austria y á Suiza!
c o m p r e n d i d a s , como ella, en el trado de Franckfort, eí
desarrollo cn grande d e aquella fabricación d e t e n d r á
s e g u r a m e n t e la importación de! vino francés en el cen-
380
•LA GRAN
LA
MURALLA
ILUSTRACIÓN
DE LA CHINA.—ENT RADA
I N D I A
ESPAiVOLA
Y
AMERICANA.
N." XLVI
DliL PASO DE NANKOW, EN LA PlíOVINXIA CU.VA Olí LA SANGlíIENTA INSURIÍECCIÓ.V ACTt'AL.
I N G L E S A . — TIPOS
Y COSTUMBRES:
LA P R I M E R A
AMONESTACIÓN
EXPOSICIÓN
DE
P A L E R.VI O ( I T A L I A ) . — i . VISTA DEL EDIKICIO.--2. SALA OK ASQUiTKcrL;:^ \ v REPIÍOHUCCIONES DÉLOS MONI^MENTOS DS LA ISLA D 3 SICILIA. — 3. SALA DE CKR.-ÍMICA.
4. GALERÍA DE MÁQUINAS. — 5 . SALA DE ESCCLTfRA. — (_A^^urites del nataral, por D. Hcr.u..-u::gilJo Esldvan.)
382
LA I L U S T R A C I Ó N
tro de Europa. A pesar de que los auricultorcs alemanes pierden bastante con los nuevos tratados y que !o
mismo ocurre á los industriales austríacos, los respectivos Parlamentos ¡os aprobarán por gran mayoría. Inglaterra, aprovechándose de la rebaja austríaca á la
industria, hará gran competencia á Alemania, Los alemanes han concertado también su convenio comercial
con los Estados Unidos, que otorgan la franquicia á
los azúcares industriales de Alemania, ;i cambio de la
concesión de trato de * nación más favorecida-, que
les permite introducir en .\Iemania sus trigos por 3,50
marcos, en vez de los 5 que pagaban hasta ahora, según arriba queda indicado. Éste convenio será grave
para los intereses de la isla de Cuba, porque Alemania
produce por año 1.500,000 tencladas de azúcar de remolacha, refinada y sin refinar, es decir, doble que
nuestra Antilla, y como la generalidad de los consumidores norteamericanos no distinguen lic dulzor, ni de
color, ni de primor, Ío mismo despacharán los pilones
de la insípida remolacha, criada bajo el húmedo y frío
suelo del Elba, que los de la aérea, ju'^osa y rica caña
madurada al sol del trópico. Mucho tenemos que abrir
los ojos y la inteligencia, sí no queremos quedar postergados y vencidos en la contienda que se viene encima.
Repítese por los franceses, en los debates que se sostienen en ella, que nosotros les hemos inundado de alcohol industrial, encabezando, y aun arropando de cuerpo entero nuestros vinos, con ellos. Cualquiera creería
que el veneno, así llamado, del alcohol industrial, no se
fabrica en Francia ó no se usa allí más que para barnizar estampas y conservar lagartijas; pero los franceses
mismos nos acaban de hacer saber lo contrarío, con la
publicación oficial de las cifras que representan las cantidades de alcohol que han fabricado en el año de i8go.
Elévase el total á 2.314 S27 hectolitros, de los cuales
sólo 38.000 fueron obtenidos del vino y 34 000 de orujos, consumiéndose, en cambio, Soo itSa de remolacha,
6S2.573 de melazas y 645.255 de granos, es decir,
2.12S.810 hectolitros de alcohol industrial, ni mejor, ni
peor que el alemán. <Se puede sostener después de
estos datos que los espaiioles. al llevar á Francia algunas cantidades de alcoholes alemanes en nuestros vinos,
somos los que les envenenamos y los que contribuimos
i sostener el triste estado moral y físico de sus clases
trabajadoras: No eche el lector en saco roto estas curiosas cifras.
Estas otras, calentitas por lo recientes y lo interesantes, indican el dinero que existe en Francia, según la
Administración oficial: 3.000 millones de monedas de
20 francos; 700 millones de piezas de 10, y 2.20a millones de escudos de 5 francos, ó sea, un total de 6.000 millones y medio. Los ingleses parece que no cuentan más
que con 2.000 millones y medio de moneda de oro. La
proporción entre el oro y la plata circulantes en Francia es de 69,1 para e! oro y 30.9 para la plata, y donde
más abunda el oro es en París y los departamentos inmediatos, SI á 88 por too. El oro extranjero circula en
proporción de un 11,4 por 100. La relación que existe
entre el metálico y los billetes es de 20 por 100, y en
1885 era de 32 por 100. El papel abunda, pues, tanto
más, cuanto la moneda se guarda. El Banco de la Argelia no tenia en el día del recuento de estas cifras más
que n o francos en oro, para un capital disponible de
medio millón.
Y basta de literatura de encerado.
R. BECERRO DE BENGOA.
• LIBROS P R E S E N T A D O S
A ESTA REDACCIÓN POR AUTORES Ó EDITORES.
I^n V i d : i t l o l d f r i M ' l n » CMI SII*« r o l i K ' i t m o H t-nti l a ' v i d . 1
social, listudio c o m p a r a d o do rilosofia del D t r t c h o , p o r
G, C a r i e , profesor m i m t r a r i o de Filosofía del D e r e c h o un la
R e a l Universidad d e T u r í n ; v e n i ó n C.iblcllan.i du U. l i . Giner
de los Ríos y D. G e r m á n Flürez L l a m s , ex colegiales del E s pañol d e Bolonia. ViSase cuál es el objeto de esta i m p o r i a n t e
o b r a , e x p r e s a d o p o r su d o c l o autor en el JW/nrio: -. H e t o m a d o ]>or putilo de partida el estudio del homlire c o m o ser
histórico y social, y siguiéndole paso ¡i paso en el múltiple
desarrollo de sus facultades y en los varios períodos de cult u r a , he i n t e n t a d o u n a explicación psicológica de las cosas
sociales y h u m a n a s - ; y el autor ha logrado cumplidamente su
objeto. L a traducción castclI.^na está hecha c o n e! mayor e s m e r o y e x a c t a fideUdail. F o r m a dos lujosos topnos de I X - ' Í T I
y de 492 pAjüinas en S.u m a y o r , y se v e n d e , cada u n o , á 5 pVseCas, en rústica, y á 6,50 p e s e t a s , e n c u a d e r n a d o cáfearlístíra
elegancia. Diríjanse los pedidos á las oficinas de Él^Frogreso
Editorial, Madrid ( R e i n a , 35).
Vi:i.Í«'1»"'" ' * : • ' ' " : I t ^ ' r f r a t i m v V i ' r o i i í i , p o r D . A. F c r nándeic Merino, Es el tomo [ de \K J¡il>liotíca Flores, y contiene extensa y erudita reseña histórica y artística dé aquellas
' d o s famosas ciudades de Italia. F o r m a un elegante volumen
de vi-369 páginas en S o, y aparece impreso en S i e n a , tipografía editorial de S a n ISernardino.
!.(>« Ti-alHiiiH-ntof* d e L» d i l ' t i - r i . i , recopilación de l o i
principales m é t o d o s de tratamientos m o d e r n a m e n t e empleados contra esta e n f e r m e d a d , hecha p o r D. Agustín Fáster y
F e r n á n d e z , médico titular de Molina de Murcia, premiado
p o r el A t e n e o A n t r o p o l ó g i c o , y con un prólogo del doctor
C a l a t r a v e ñ o . C o n t i e n e este libro n a d a m e n o s q u e 150 m é t o dos y varios apéndices. V é n d e s e , á 3 p é s e l a s , en las principales librerías, y en casa del a u t o r , en Molina de M u r c i a , á
quien se dirigirán los pedidos.
T r a l n i l o tcói'i»*" - p i i u ' l i c t t d e < a n l o íiiM'^í-ncijino,
segiin la verdadera irad¡cii')n, p o r el 1'. lüistoquio de L'riarte,
de la Orden de S a n Agustín. ( C o n el fiermiso de los Superiores y del Ordinario.) Forma un volumen de 216 páginas y
varias láminas de notaciones musicales, con varias canciones
litúrgicas y el índice correspondiente. Precio: 4 pesetas, Librería del Sr. A g u a d o , Madrid (Pontejos, S,.
ESPAÑOLA
Air<'M<l:< d4> A d i n i í i i ' . l r a i - i ó i i M iiii:<-ÍrK>[ v ^'i-iu'-.-iI,
para iSqji. dirigida y revirada p o r 1'. Antonio 'l'oriens Monn e r , c o n t a d o r jefe de Contabilidad local de la provincia lie
i'.arcelona, etc. Olira líli! :i los aliog.TdoK, c o m e r c i a n t e s , banq u e r o s , industriales, e m p l e a d o s , y A los centros y ik-fiendencins de instrucción, h a c i e n d a , gobiernos civiles, d i p u t a c i o nes, a y u n t a m i e n t o s , etc. Vénilese, á 2 p e s e t a s , en la librería
de D . Manuel S o l e r , editor, liarceluna ( P a s e o de S a n Juan,
núm. 152).
Alni:tn.i<-h d e l.i I':H<pic]l:t i.W \:\ I <>ri-.-il \ : ( , \M\V:\ «d
aiií' lSi)2.V.'^\.h r e d a c t a d o en c i a l á n por los principales e s critores de la región é iÍuí>lrado ¡lor <J2 notables arii.stas con
255 grabados. V é n d e s e , á u n a ]iesela, en la ¡.¡hrcria Espaitald del Sr. L ó p e z , editor, llarcelona I Rambla del Milj, 20).
IVii«>%'o T f . - i l f í . C i - i t i f . ) de D.:. Kmilia Pardo liarán. Kl cuaderno [2.i>, c o r r e s p o n d i e m e al mes de la fecha, cunliene
cinco hermosos trabajos literarios v de ciitica literaria, así titulados: E¡ lWcs:riuo, M.uüiia ,k Kios.-co. Don Mtuuid Cuñeh- ( n e c r o l o g í a ) , Revista ik Icatro': y X'/as lit.-rarias, termin a n d o con im ¡iidiif i!e liin-os rcfi/iidns. Suscríbese en las oficinas de La España Editorial, M a d n d ( Mendi-^ábal, 34 r.
l l i - ^ l n r i : ! jff-iuM-;.! d r C h i l e , por D. Diego liarros Arana.
l i e m o s recibido el t o m o Xi de esta '-xcelenie o b r a , q u e t a n t o
honra á su ilustradísimo a u t o r , el académico Sr. Barros Arana,
como ;i su inteligente y laborioso editor 11. Rafael j o v e r . Clontiene diez capítulos, a b a r c a n d o la narración desde Febrero y
MaríO de [S17 á Noviembre de i S l S , y está ilustrado con tres
pianitos. Diríjanse los pedirlos al mencionado editor Sr j o v e r ,
Santiago de Chile (calle de la [¡andera, 731,
( • « • n l c iiH'iiiid:! ' r o m a n c e s infantiles), p o r D . Manuel Ossorio y Bernard . Interesante librito,que contiene 36 romances,
c o n t a n d o el 7'/v/(7;'-(i, lodos a m e n o s y m o r a l e s , propios p a r a
lectura de los nifios á e|uienes están dedicados. Son muy lindos los titulados La Orarióu de la mañana, El Cuarto obstiiro,
¡Siuho-ar!,
Dia de novillas, La Niña fisgona , Mor df estufa.
La J'edrea, f^os 'J'iíiritjros, e t c . O p ú s c u l o de 1S4 páginas
en 8.i>, que se v e n d e , á 2 p e s e t a s , en las principales librerías.
Diríjanse los pedidos al a u t o r , Madrid ( D u q u e de Alba, f> y S,
tercero ( d e r e c b a ) .
TIMCHIO
d<d f i d l i v o
N." XLVI
Y AMERICANA.
d<- !:• •MMii(da<-]i:i
.•t/iM-:>i-i-i-.-i,
p o r Jorge D u r e a u , caballero del Mérito agrícola y miembro
corresponsal d<- la Sociedad Narionül de .'\griculuira de l-'rar,cia, traducido p o r D. W l a d i m i ' G u e r r e r o , ingeniero agrónomo y miembro de la Sociedad Ijuímica de París. Ksta imf)Ortante obra es lUilísima á los agricultores espaiioles, p o r la introducción en nuestro suelo del cultivo de la r e m o l a c h a , í|ue
pareciendo ser privilegio e.\c]usÍvo de los países septentrionales de E u r o p a , tanto y tan beneficioso incremento li.-i tenido
y tiene en varias provincias españolas. I'.stá ilustrada c o n im
Apentüreái¿ grabados fototipias, que representan los principales tipos de remolachas cultivadas en la Península, y c o n
A'ütas del traductor. F o r m a un volumen de 4S2-24 páginas
en 4.0, y se v e n d e , á O p s e t a s , en las principales librerías.
Diríjanse los pedidos á la de !os Sres. Viuda é lÜjos de Sabatel, G r a n a d a ( M e s o n e s , 52).
C l i i . i f a d e cníVM-im-il.idfs d o l í i p í i i í i l - . difrí-Mtí v o , p o r
los Dres. D . Bartolomé R o b e r l y D . E m e r e n c i a n o Roig. L a
notable obra de estos eminentes profesores de la h'acultad de
Medicina de Barcelona ha venido :i llenar u n a verdadera n e cesidad e n n u e s t r a p a t r i a , i>ues a u n c u a n d o se h a n traducido
de idiomas extranjeros otras obras también n o t a b l e s , ei iiiiro
de nuestros compatriotas las supera, porque es eminentemente clínico y está basado en la experiencia práctica suministrada p o r numerosos enfermos, L a obra completa forma un
solo volumen, cuyo precio es Q pesetas. L o s pedidos A la Administración 'le la A'cT'isfa de Mcdieinay Cirugía prácticas, Madrid ( P r e c i a d o s , 33, bajo),
, - . I I a n i i i c f l i i v i a r l e i-<di{fiofHO *.'. estudio acerca de la
p i n t u r a c o n t e m p o r á n e a e n la Exposición Universal d e 1SS9,
y especialmente acerca de ios tres maestros l l e b e r l , Udhe y
Slunkacsy, por R, de la Sizeranne; v e n i d o al castellano p o r
D, Enrique O ' S h e a , miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia. Bellísimo estudio artístico, tal \ e z el m e jor que se ha hecho acerca de la pintura religiosa en nuestros
días, y traducido con esmero p o r e! Sr, O'Shea. Ilústrale un
g r a b a d o q u e r e p r o d u c e el cuadro La Vicrge de la DelivrauCi-,
de Ileberi. V é n d e s e , á 2 p e s e t a s , en la librería de D. Fern a n d o F e , Madrid (Carrera de San Jerónimo, 2 I,
T r o / . " ' * <'M«'t»{r><l<i« dc> l . i t t ' r a l i i f . - i t'i'.-tiieiíH.-i, 011 j>i-oHa
y verso, desde el siglo KVII hasta nuestros días, coleccionados,
clasificados y a n o t a d o s para servir de ejercicios de traducción
á los alumnos de Institutos y Escuelas especiales, por D, C a yetano Castellón y l ' i n t o , bachiller y perito m e r c a n t i l , catedrático numerario de L e n g u a francesa del Instituto ¡irovincial
de Jerez de la Frontera, ( ' o n t i e n e , en efecto, escogidos trozos literarios, en prosa y verso, de los principales autores
franceses de los tres siglos último';, conio Corneille, L a F o n t a i n e , Moliere, P a s c a l , Bossuet, Boileau, R a c i n e , Fenelon,
Montesquieii, R o u s s e a u , V o l t a i i e , Bulfon , L a l l a r p e , Mirab e a u , De Maialre, C h é n i e r , C h a t e a u b r i a n d , N a p o l e ó n , L a m e n n a i s , ISéranger, Guizot, L a m a r t i n e , '['hiers, Micíielet, Balzac, H u g o . Lacordaire , Musset , D u m a s , D a u d e i , Zola y
oíros m u c h o s ; t e r m i n a n i o con un vocabulario q u e c o m p r e n d e
las palabras más necesarias Forma elegante volumen de 2S2
páginas en 4," lujosamente e n c u a d e r n a d o , q u e se v e n d e , á
7 pesetas cada ejemplar, en las principales librerías. Diríjanse
ios pedidos al a u t o r , en Jerez,
IIÍMiiii-¡a <!«• l-:**i>:iria, p o r D, T e o d o r o B a r ó , seguida de un
resumen del movimiento científico, artístico y literario en E s p a ñ a desde los romanos á nuestros d í a s , en su cuarta edición.
Esta o b r a , refundida y a u m e n t a d a , sin haber perdido la sencillez, amenidad y concisión del relato, consta ahora de 580
páginas en S,", y tiene intercalados en el texto 200 grabados,
y el retrato del a u t o r , en heliografía; la encuadernacii'ui en
percalina, c o n plancha alegórica, q u e representa á Felipe II
con la rica armadura q u e se conserva en la Armería Real de
Madrid, Precio, 6 pesetas ejemplar. Véndese en la librería de
D. A n t o n i o J, Baatinos, Barcelona (Pelayu, 52 y 54).
S I I I M I O H d e i t i - i i n . - i v c r a , leyendas en verso, por D . Jo.sé L a m a r q u e de N o v o a ; c o n un prólogo de D . Luis Montólo y
R a u t e n s t r a u c h . ( S e g u n d a edición, ilustrada p o r D . E d u a r d o
Bermejo y D . T e o d o r o Aramburu.) Seis preciosas leyendas
tiene este libro: La Peña de Martas, Desdichas de una Reina,
EJvirade Ledesma, La Ondina, La Cruz de los CalmUeros y
La Primera vuelta al mundo. Principia c o n u n a inspirada ///troducción, en sonoros versos alejandrinos, y concluye con
eruditas notas. Si el Sr. L a m a r q u e de Novoa no tuviese ya
justísima reputación de eminente p o e t a , daríansela en absoluto estos hermosísimos Sueños de primavera. Elegante volumen de 354 páginas en 4.", publicado p o r la casa Pons y
C o m p a ñ í a , editores c a t ó l i c o s , Barcelona ( Q u i n t a n a , 3 , librería),
S i M i v c i i i r d<d <:riili r M i o ñ o l d«- S.-dul I . O H Í H (Estados
Unidos de N o r t e - A m é r i c a ) . Elegante monografía de la ciudad
de San L u i s , en el Estado de Missouri, ilustrada con numerosos grabados y compilada p o r Mr, G e o . T, Parker. ^ Saint
Louis, iSi|i.
U t ' p o l i l . - i f i n i H ' H y l o i - r t - i H í - H , trabajos forestales en la Rti'
pública francesa. Memoria de una excursión verificada por
D. José Secall, ingeniero de montes y profesnr de Botánica
en la E.sciiela especial del Cuerpo, h'olleto de 61 jiáginas
en 4.0 m e n o r , (¡ue se v e n d e , á u n a p e s e t a , en las principales
librerías,
E. M. IJE V.
L\
JABONERÍA D E L CONGO A SUS CLIENTES.
L a casa Víctor V'aissier, de P a r í s , hace saber á su elegante y
niimernsa clientela i]ue su famoso jabón de toilette, tan puro y
tan deliciosamente p e r f u m a d o , lieue este líluio: -Jabi'm de los
Príncipes del C o n g o >, y el nombre > \'íctor Vaissier^, —Se venden
p r o d u c t o s similares, pero éstos no son más que groseras itnitacioncs de aquél.
L a Casa Dií ViíRTf.s d i s p o n e p a r a sus p a r r o q u i a n a s , t a n n n s tocráticss y tan e l e g a n t e s , verdaderas maravillas en deslialñllcs
y en ropa blanca. Se acaba de inventar un c o r s é , y en seguida
aquella Casa se apodera del invento para confeccionar todo un
Irousseau de vestidos de debajo, de ideal e l e g a n c i a , y necesarios en absoluto á las seíioras,
l^on esas prendas bellísimas, q u e parecen nubecillas de crespón, de muselina, de batista, de seda, e t c , ya no ¡)uede haber
un talle deforme, ni un busto rígido y sin gracia; y es (|ue el
corsé Infanta, j u n t a m e n t e con ellas, imprime a! busto la lle.vibilidad, la esbeltez <|ue se suele admirar en todas las señoras
que son clientes de M M E S , D K VlíüTrs s u í i u s .
I'ara adquirir más e.xfensos informes y pedir un consejo acerca de e s t o , basta con escribir á M M I ; S , D I Í V K ^ T I T S S Ü Í I I Í S , 12,
ruc Auher, en París, las cuales poseen el d o n de la amabilidad
más c u m p l i d a , y contestan al p u n t o á las cartas que se les dirigen.
iTONI-ÜUTRITIVO
'con QUINA
y CACAO
YINO.BUGEAUD
el nifijor y más atíraiiaiiU; de los hiriieoR en la
A n e m i a , lodas la? Afecciones d e b i l i t a n t e s
y las C o n v a l e c e n c i a s . I'rincípdles Farmacias,
ASMA yCATARROt^x'^dospiGARRiLLOSECPin
(Caja.2fr.) por los w 6 el P O I i V o E v I l U
ELIXIR DENTÍFRICO ODONTÁLGICO
'Ei:>.
F * I ^ . A , U ] D , 37, Boulovard do Strasbourg. PARiS
A L I M E N T O D E L O S N I Ñ O S . — P a r a robustecer á los niños,
las mujeres y personas débiles del p e c h o , del e s t ó m a g o , ó q u e
padecen de clorosis ó de a n e m i a , el mejor y m á s barato almuerzo es el K « ( ; « I I O U T t l 4 > l o > « A I I A I I K M , de l»<-laaIfri'Tilpr. de París. Depósitos en las farmacias del m u n d o entero
EAU. D'HOUBI&ANT r;L.:'¡»ttríi.-l'.í:i;'
oerfumista, y ' t í m , 19, F a u b o u r g b'- l í o n o r é .
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Septembre. (Véanse les anuncios.)
J'erfrtmeria exótica S E N E T , 3 5 , rué du Quatre Septembre,
París. (J'éansc los anuncios.)
IxMPORTANTE.
Agradeceremos ú los Sei'iore-s Siiscrlptorcs cuyos
abonos terminen con el presente mes y año, y piensen seguir Iionraiidonos con su conctirso, que se sirvan antinciar su propósito á esta Administracióti con
la mayor anticipación posible, á lin de qne el servicio de stis rcspecti\'os abonos no sufra retra'^o por la
aglonieracion de trabajos, propia de esta época del
año, en nuestras oficinas.
Tanto para avisar las renovaciones, como para
hacer cualquier reclamación sobre el servicio, es
muy conveniente acompañar á las cartas, una de las
fajas con que se recibe el periódico.
Los frecuentes abusos que vienen cometiéndose
por individuos qtic falsamente se atribuyen el carácter de representantes de esta Empresa en las provincias, nos ponen en el caso de recordar nuevamente:
I.", t/itc no rcspontlcmds más que de (Kpvcllns sttacrificiutics que se hnynu formnlizeidn y sniisfecho en uncstrcis (ifidnas; 2." que el público debe acoger con la
mayor reserva las instancias de personas que, á la
sombra del crédito de la Empresa, y atribuyéndose
una representación qtie de ningijn modo pueden justificar, abusan de su btiena fe, y 3,", que siendo en
gran mimero los libreros, impresores y dueños de
establecimientos mercantiles que en todas las capitales y poblaciones importantes del Keino reciben
suscripciones á LA Ii.nsTiíACIÓN ESPA.VOI.A V AMKtífCANA y á L A Mon-x KI.FGANTK, correspondiendo con
honradez á la confianza que en ellos deposita el público, no nos es posible estampar aquí una lista tan
numerosa, ni es tampoco necesario ; jiorque conocidos como son en sus respectivas localidatlcs por el
crédito que su comportamiento les haya granjeado,
nada es tan fácil, para las ¡lersonas que deseen stiscribirse por medio de interniedíarifis, como asrs"rnr.se prn'idiitniíc de la re.\/i'iii\íi/ii!jdíidy f^arnU'ti^
(¡lie¡medr ofrecerles aquel d quien en/ri'fiíin .\ii dinero.
El.
ADMIMSTIÍADOIÍ.
alcance, lo mismo de los particulares, que de los establecimientos públicos y sociedades de instrucción
ó recreo que nos favorecen con su concurso.
Estas carpetas unen á su buen aspecto suficiente
solidez, y resultan muy á propósito para contener,
en forma c(>mo(Ía y elegante, los números últimaniente publicados; su precio, 2 pesetas en Madrid,
CARPETAS PARA «LA ILUSTRACIÓN».
Deseosa esta Administración de proporcionará los
Sres. Suscriptores el medio de conservar en buen estado líjs números de esta Revista, sin que se estropeen al lioiearlos, ha hecho construir unas carpetas especiales q u e , por su baratura, se hallen al
P E D R O , VA ES H O R A D E A C O S T A R T E .
Suíiorcs, tengo noventa años, y, naturalmente,
no puedo durar muclio. Recién temiente con frecuencia me lia parecido oir la voz de mi madre,
que decía, como cuando era niño: * P e d r o , ya es
llora de acostarte. «
Eii una comidií que poco antes de su muerte
se dio en su honor Pedro Cooiier, el gran lilíniropo americano , empleó aquellas palabras senlimenlales.
Kl dolor y los sufrimientos algunas veces arrancan de labios humanos gritos como: <i Cuánto
desearía morirme! j Envidio á los que lian acabado con este mundo sus miseriüs y sinsabores!»
Enfermedades hacen que hablen así. Aüviese el
dolor, cúrese la enfermedad a t o r m e n t a d o r a , y
vuelven á gozar de la vida, como Dios quiere que
se gnce,
^
Hace cuatro ó cinco anos que una mujer del
C a n a d á decía á su famili.i: «¡Cuánto deseo m o rir! - O v e r o n s u observación en silencio, pues estaban persuadidos de que sólo la muerte podía
aliviarl.i. No podemos hacer más que insinuar lo
que la liabía traído á este estado. L a historia de
siempre, fl cambio grande y misterioso de la salud á la debilidad y enfermedad, habiendo sido
hasta entonces fuerte y robusta. La vida le había
sido agradable, y la idea de perderla le disgustaba, como disgusta á todo el que está bueno física
y moralmtnle.
Entonces llegó el invierno de sus pesares. Empegó á tener dolores de cabeza, un gusto de boca
nauseabundo y extraíío ; la piel blanca y clara he
volvió de un color amarillo ó cobr¡7,o, y ella se
volvió estúpida y descuidada en cuanto á sus n e gocios y obligaciones domésticas. Con frecuencia
tenia que vomitar, y sufría estrefiimiento é irregularidades. Hasta entonces, esta mujer vigorosa
apenas sabía si tenia corazón, pues su latido era
regular, tranquilo y exacto. Aliora em]iezó á darse cuenta de él, y de un modo que la asustaba.
El corazón le palpitaba algunas veces con l a m a
violencia, que apenas podía respirar. Perdió el
apetito, y se desarreglaron los nervios p r r faha
de nutrición. T a m o le afectaban los sonidos ó
ruidos, que no podía tolerar ni ia conversación
ordinaria de los miembros de la famili.'í. Unos
cuantos pasos más por este camino, y el paciente
llega por lo regular á un estado que se aproxima
mucho á la locura. Esto era síntoma y consecuencia, pero no la verdadera enfermedad.
Al andar, la pobre señora daba ira-^ipiés, como
si el su'•lo de la habitación hubiera sido la cubierta de un barco en la mar. Perdía las carnes y
se qu daba muv delgada. Meses enteros no podía
dormir sino bajo la inlhiencia de un narcótico.
Tenia las manos y los pies fríos por causa de la
débil circulación de la sangre. El estado del cuerpo afectaba naturalmente el espíritu, y estaba
melancólica y desanimada, con muchos'temores.
E n verdad, el ser compuesto de cuerpo y alma
se debilitaba y aniquilaba por la razón m á s clara
y más sencilla del mundo i no podía retener y digerir la comiila.
m
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA.
N.° XLVI
G.K.COOKE&WEYLAND
BERLÍN S. W . 4 8 .
E¡.
3 en l^rovincias y 4 en América y el Extranjero, incluso los gastos de franqueo, :ertificado y de embalaje entre cartones.
Diriianse los pedidos, acompañados de su importe,
al Administrador de L A ILUSTRACIÓN KSI'AÑOLA Y
AMKFÍICANA , Alcalá, 23, Madrid, ya directamente,
ya por mediación de los Sres. Corresponsales.
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MEDALLA DE ORO
No es más que justicia decir que estaba asistida
por 105 mejores médicos que había, y no estamos
^'^S'í''9^!| de que ningún otro médico de este mundo hubiera podido "hacer por esta infeliz más de
lo que hiciu-ron los facultativos que la estaban
asistiendo. Sin e m b a r g o , ellos mismos admitían
que sus esfuerzos no daban resultado. Les parecía q u e , como dice el cínico francés, f/ pivlívigiidi) Sueño díi ceinenlerio era el único alivio y el
único remedio que se podía esperar ó apetecer.
En este estado lamentable se hallaba, cuando
Un día oyó hablar de una medicina que había
dado resultados tan admirables como podía ser
el ponerla buena. Sin decir á su médico una palabra de lo que p e n s a b a , mandó á la población
m á s cercana por una botella y empezó á tomarla
en secreto. El efecto se siguió con tal prontitud,
que apenas podía dar crédito á sus mismas sensaciones. D o s eran los buenos resultados inmediatos ; podía dormir sin tomar drogas, y empezó
á sentir que le volvía naturalmente el apetito. E,i
cuerpo sintió en seguida el impulso de la nutrición, pues ya no se arrojaba el alimento, sino que
el estómago lo aceptaba y lo digería.
Esto parecía contestar á la pregunta: ¿qué debo
hacer? Confiando en lo que había de suceder, le
dijo al médico que iba á tratarse por sí misma
algún tiempo al m e n o s , y mandó por m i s botellas. Continuó el nuevo remedio lodo el invierno
siguiente, y al volver la primavera volvieron las
fuerzas y la salud. Los pájaros entre las flores no
cantaban mejor que cantaba el contento dentro
del corazón de esta mujer. L a enfermedad había
sido un ataque o b s i i n a d j de indigestión, y la
medicina victoriosa era el Jarabe curativo de la
Madre Seigel.
Con gusto mandaremos el nombre y la dirección de esta señora á cualquiera que desee verificar lo que se h a dicho. Tiene ahora sesenta y
cinco años de e d a d , y goza de la vida bastante
para no querer dejarla antes de que lleyue n a t u ralmente la distante hora de acostarse.
Si el lector se dirige á los Sres. A. J. White,
L i m i t a d o , 155, calle de C a s p e , Barcelona, tendrán mucho gusto en enviarle gratuitamente un
folleto ¡lustrado que explique las propiedades de
este remedio.
El larabe curativo de la Madre Seigel está de
Venta en lodas las Earmacias. Precio del frasco,
14 reales. l'Vasquito, 8 reales.
Aguas para tocador:
13
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Extractos concentrados: liyE^KcTB^Ífu^g^E^^^^
SELLOS
XJ
i.ns únicos que tienen el verdadero y autL-ntico método de fiíhncación.
l^i'<*iiiia4los c u i i M e d a l l a s d e o i ' o e n l a s |ifíii4*i|>al«-s E
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Es recomendado por lus celebridades medicales, y empleado en muchos
íiospitales.
f^l F K K I V C l ' - I E I V A i X C A n u d e b e s e r c - o n í u n d i d o C4i<n
o t r o s i i i i i e l i o s I'"'ei*iiel. ípier s e v e n d e n d e s d e p o e o lH;inj»«f. y
q u e s o n I f a l s i f i c a e i o u e s d a ñ o s a s é i n i p « ' r l e c l a s . El K K l é - '
] % l K ' l ' - l í H A ] V C A apaga la sed, lacilita la digestión, estimjla el apetito,
cura las calenturas intermitentes, dolencias de cabeza, vértigo, enfermedades del
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MEDALLA DE ORO EN LA EXPOSICIÓN DE PARÍS, 1889
BRONQUITIS C R T N I C A S . T O S E S P E R T I N A C F S , C A T A R R O S ,
C u r a c i ó n parla E M U L S I Ó N WiaRCHAES.—-MAiii!iii,lllelclior Carcij,
BLi:;NOS-Aviii;s,Dema[cljib".-MoNTLviui:o,LasCasBg.-.ME:in;u,VüiiI)euWiugji.rL
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SENET,
ADMINISTRADOR,
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rué du 4 Septemhre, París.—Depósitos: en Madrid,
Aguirre y Molino, Preciados, I , y e n Barcelona,
Sra. Viuda de Lafont é Hijos.
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mundo
e n t e r o , á Ins P e r s o n a s d é b i l e s
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I Ü T I I I H V.Í^ X l n f e m i c d a d c K
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roiUitnien
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N I N O N D E LENGLOS
R e í a s e d e l a s a r r u g a s , m í e n o se a t r e v i e r o n n u n c a á sefialarse e n su e¡)idtTmis, y se conservó
j o v e n y b e l l a h a s t a m á s a l l á d e s u s S o a ñ o s , r o m p i e n d o u n a v e z y o i r a s u a c t a d e n a c i m i e n t o á la
faz d e l t i e m p o , q u e e n v a n o a g i t a b a s u g u a d a ñ a d e l a n l e d e a q u e l r o s t r o s u i l u c i o r s i n p o d e r m o r t i ficarle.—Este s e c r e t o q u e la g r a n c o q u e í a e g o í s t a n o (¡uiso r e v e l a r á n i n g u n o d e s u s c o t i l e m p o r á n e o s , h a s i d o d e s c u b i e r t o p o r e l d o c t o r L e c o n t e e n t r e l a s h o j a s d e u n t o m o d e l a üisloria
amorosa
de la! (¡alias,
d e liiissy-Rat)_iitin , p e r l e n e c i e n l e á l a b i b l i o t e c a d e V o l i i i i r e y a c t u a l m e i i l e p r o j i i e d a d
e x c l u s i v a d e l a l ^ < - r f ( i m ( r r i j t . 1 ' i n n n (Maison
Lccoiitc),
3 1 , r u é d u 4 S e p ' l e i n b r e , V . I'^nís.
D i c h a c a s a e n t r e g a e l s e c r e t o á s u s e l e g a n t e s c l i e n l e s b a j o e l n o m b r e d e I ó r i l i i i i l i ' I C m i Av
i l i l n u i i y d e • • i i b o l d o i t l n n n , p o l v o d e a r r o z q u e N i n o n d e L é ñ e l o s Mamnlia *Ia j i i v e n l u d e n
u n a c a j a > . — E s n e c e s a r i o e x i g i r e n la e t i q u e t a el n o m b r e y l a d i r e c c i ó n d e l a C a s a , p a r a e v i t a r l a s
f a l s i f i c a c i o n e s , — L a Parfumcrie
Ninon
e x p i d e á loilas p a r t e s s u s p r o s p e c t o s y precios corrientes.
Depósitos
en Madrid:
Pascual,
Arenal,
3; Arlaza,
Alcalá . 2j , pral.. i~i¡.; A¡,'uirre v Molino,
perfumería
Oriental,
Preciados,
J ; perfumería
de Urr¡uio¡a . Mayor,
i ; Homero
v Vicente,
perfumería
Inglesa,
Carrera de San yerónimo.j,
y en Barcelona,
Sra. Vtuda de LiifoiU ¿ J/ijos, y llcenle
Ferrer.
cosas
Ferfumeria, 13, Ene d'Enghioii, París
J O V E N Y BELLA
P u e s p e d i d l a s á l a Pirfumería
Exí'lica,
rué du
4 Septembre,
j j , en l'aris,
y quedaréis satisfecha
y e n c a n t a d a del resultado.
S u /íív'frt Exiiíka,
e n .•igua ó e n c r e m a , o s h a r á
volver á la h e r m o s a e d a d d e diez y seis p r i m a v e r a s
y o s d e f e n d e r á c o n t r a las a r r u g a s ; su p o l v o d e
a r r o z Flor tk Albcrchi^í^o d a r á á v u e s t r o c u t i s u n a
blancura diáfana q u e e v o c a r á á las rosas desvan e c i d o s d e v u e s t r o r o s t r o ; s u Anti-BoUio!:
extirp a r á l o s p u n t o s n e g r o s q u e b r o t a n e n la nariz,
sin d e j a r l a m e n o r h u e l l a d e n i n g u n o ; s u Sorciitiiin
espesará, alargará y dará nuevo color á
v u e s t r a s c e j a s y p e s t a ñ a s ; s u Pa^ta de los Prelados d e s t r u i r á l o s s a b a ñ o n e s y l a s g r i e t a s , y o s d e v o l v e r á la m a n o lisa y m ó r b i d a , c o n l a s v e n a s
s u a v e m e n t e azuladas q u e a n t e s , en vuestra primera juventud, poseíais; y toda esta transformación se efectuará n a t u r a l m e n t e , sin recurrir á
n i n g ú n artificio.
BARRERÉ
E l Calálo;^o d e l a Perfumería
Exótica
se remite.
¡^ralis y /rana'
d e p o r i e , á q u i e n le p i d a .
Depósitos
en Afadrid:
Arttiza,
Alcalá,
2j,
prinL. BARRERÉ, médico inuentor
cipal, izij.; Pascual,
Areiuil,
s: perfumería
Urfc.1 BaiiUitne {or-i^ucroj Biirri.re, e l á s t i c a y Sin r e s o r Aíavor,
i; Aifuinr
v Afoliiio,
Preciados,
1,
t o s , contiene las icrcijuiuiidiulcii (lli;inia.'<j niiii LÍIIÍUIIUS y quiola,
Sra. Viuda de Lafonté
Hijos.
cu uiimjlutu :>upiiiiiu tod^ molestia. L.t sujución bien h^ch.i y en Barcelona,
^•ji ixfx bandiige i\iK tiit tnolcita,
eijuivitlu a tu curación.—
i^t Ba'iduge llamado GuanU, últímu perfecciunumiunio en
í M i n i > e r > t o i i a c n m b i n n « l o it v « M i d i e n d «
su género, se tniniiila soliri: el cuerpo, a. imptífCL-ptibic,
H e l l o M d«> e « í - r e < » , recibirá, si lo pide, su precio
pueut: ser llevado ili.i y noolie, y jiim:is se iiña¡ii ni ae desvia, lo cual es fácil de cuniptobat, —l'roUuei: la hujecidn corriente}- el U l A I t l O U . U S T K A I><> l> l-J
S
I
:
L . L 0 S l i l i 4 : 4 . » l t l C l : : < » , graluilaraenle. Sellos
pcmittnenle, único uaiaiiuetiio priictico de l a j irregularidades ó hernias.—I'/. Barri-rt, 3, boulc-jar-l dii Pa/ais, Pa- ie cnrreo auténticos, á precios módicos.
''-•<•—l""olluto, I fr-—T[..ninienlo fácil por corre^ondencia.
E . H A Y N , B E R L Í N . N . a4.
ADOPTAOÜS e«RA LL EjtrtLiTU
AGUA DIVBNA
llamada
¿aUAde SALUD
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rreconizaaa
P A R A E L TOCADOR
Conseí
lonserra constantemente la FEESCUEA do la
JÜVENTTJD
nre
JÜVENTTJD y preserva
de la PESTE y del OOLEEA MOBBO.
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I ' \ ' C 3 Cursú priviloíriiitlo
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y Bon m d i s p e n s a b l e s á l a s p e r s o n a s q u e h a c e n s u f r i r á s u g a r g a n t a u n t r a b a j o f a l i g o s o , e s p e c i a l m e n t e los o r a d o r e s y c a n t a n t e s . — P a r a e v i t a r i m i t a c i o n e s y falsificaciones exíjase
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El 3 > I C O R ."íe to7>iii durante
los ataques,
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curarlos.
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ataques y alcanzarla curación completa.
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eieiiantes del mundo.
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m i s de un millón p'ir aflo.
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«CIIO I'IIIUI.MAS llKNAl.l.tS
Fabricantes; W. S. THOMSON ti CO.. LTD., LONDON.
fc^rS
e l m á s d e l i c a d o v <¡elicioL so d e i o d o s los perfumes,
y s e h a c o i i s l i l u i d o e n miiV b r e v e
n.H ® . • « . '•' t i e m p o el p e r f u m e p r e d i l e c t o di(xnw cnKCEimlíTti»
las d a m a s e l e g a n t e s d e L o n d r e s ,
I'arÍB y N u e v a Y o r k . . — The Aii^'onaut.
BL0^S_S0_MSC O I Í . O T < r A .
17; KCW E_ÓB*jVtOHDOM
177,
N E W BOND
S^^., L O N D R E S
SE VENDE EN TODAS LAS PERFUMERÍAS
LA PATE EPILATOIRE DUSSER
PrlvtieKlnilaon 1831. d r a t n i y n bn^ta tns rnlecspi vello d e l r o a t r o d e i a a d a m a s (Barba. Bigote, o^c), aln n l u g u n peligro p a r a ei.cutl.t. a u n i-.\ m a s dellt-ndo. 5 0 a ñ o s d o é x i t o , du al tai rücniíipcnsas en \m V.ji-o^w°^^^'
I09 tliiilOM de abantceodor de varias fatnlllas reinan tes y loa miles d o trntlmonlon, de los cuales vnrloa e m a n a n do altos personnRes del ci r r p o medlcnl, paran tizan la cílencln y la csceli'nte mljitaii di- cstn prnparaclon •
fle vende e n cajas,
(>ai-a la btrlrn y las melllliis, y en 113 cfjaa
¡lora rt bignte ttiícro. — l . E P I L I V O R E d e s t r u y e ul velUí lo'iiiUlo ilu los brn/,o«, volvliíndoloa r o n su rmpteo, blniuos, UNOS y p u r o s coin •
oi innriii ¡t.— X > T J $ = < S J E : I % , I n v e n t o r . 1 , K X J E J H A . ] > J " - J J » . C Q T T E S - H O X T S S E - A . X J , r » . A . T t I S . I/'"'! Amanen, en ¡odas iii.i
I'crfumc.rtiis).
Kn M a d r i d 1 U B L C H O l l U A U C I A , d e p o s i t a r l o , y e o laa P o r l u m o r l a a PASCUAL, F R E R A , INGLESA, URQUIOLA, o l e — E n B a r c e l i n n : V l ü ' K N T E FUItULLK, d e p o s i t a r l o , y e n l a a P e r l u m o r J a s L A F O N T , e i u MAUKIIÍ.
l..-.li.blL-einiienlo
iipol¡t..üriilien
* íiiierv.uii;;- ili- l<iv:ideli(¿)-l.T
Ueííjti-aiios Indos Iii!> deri-clios de i>ro|iie'lail ailistiea y liieriiiia.
iiuyy^íir^* 'Ift ] I T!c;il fn^.
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