Ansiedad social vs timidez: Cómo reconocer señales de fobia social durante la adolescencia. Mihaela Bernard TRADUCCIÓN En el consultorio he trabajado con adolescentes y adultos jóvenes que su preocupación principal es la ansiedad social. Sin embargo, esa no es la razón por la cual buscan tratarse; muchas veces se presentan porque padecen un trastorno: depresión, incapacidad para ser exitosos, sentimientos de soledad, ansiedad, incapacidad para relacionarse de manera significativa con otras personas, etc. Es difícil distinguir entre el adolescente que es tímido e introvertido con aquel que literalmente padece un ataque de pánico cada vez que debe salir de casa para encontrarse con más personas. Es importante identificar la diferencia entre la timidez normal y la fobia social al darnos cuenta que nuestro hijo evita ir al colegio o a lugares concurridos. En este artículo me apegaré a cuestiones básicas sobre la fobia o ansiedad social, con el objeto de sensibilizar lo que puede significar vivir así y luchar con este síntoma psicoanalítico. De acuerdo con el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Trastornos Mentales (DSM-5), el criterio para diagnosticar una fobia social incluye: “Miedo o ansiedad notable referente a una o más situaciones sociales, en la cual el individuo está expuesto a posible escrutinio ajeno”, tal como conocer personas, interactuar o conversar dentro de un grupo numeroso de gente. “Evitar o tolerar situaciones sociales con ansiedad y miedo intenso” El individuo tiene miedo desproporcionado de actuar de tal manera que sea vergonzoso o humillante; la situación social impone una amenaza real. Las funciones diarias de la persona se ven alteradas de manera importante debido a la ansiedad, miedo y la forma de evitar situaciones sociales, como por ejemplo, faltar constantemente al colegio, bajo desempeño académico e incapacidad para funcionar bien socialmente. Si el miedo o la ansiedad son expresados únicamente en relación a hablar o desenvolverse en público, el diagnóstico se referirá a ansiedad social al actuar públicamente. La timidez y la ansiedad social son diferentes. La ansiedad social es un trastorno que causa alteraciones importantes al funcionamiento académico, social y ocupacional de la persona. En adolescentes si no se trata puede desembocar en aislamiento social, depresión o necesidad de dejar la escuela. La timidez es un rasgo de temperamento y personalidad, no tiene por qué llevarte al mismo miedo intenso, persistente y dominante con el que luchan las personas que padecen ansiedad social. La fobia social normalmente se manifiesta en la adolescencia, experimentando ataques en el 75% de los casos, ente los 8 y 15 años de edad. Puede resultar que el trastorno se desencadene por un incidente real como el sufrir bullying, que se burlen de uno o avergüencen a la persona públicamente. Sin embargo, esto no es una condición necesaria para que este trastorno se de. En la mayoría de los casos la ansiedad social es hereditaria y pueden existir factores ambientales que contribuyan a exacerbarla. Los adolescentes que presentan este trastorno se les complica la interacción social, el contacto visual es inadecuado, pueden presentar una postura corporal rígida o torpe, son callados y aislados. Evitarán el salir con alguna pareja; en grupos grandes de amigos no estarán presentes, elegirán estar solos por miedo a ser juzgados como locos, tontos, ansiosos, aburridos, etc., y será común que presenten síntomas psicosomáticos y quejas que los lleven a visitar contantemente al doctor. Personas con ansiedad social normalmente se sienten cómodos en compañía de gente con la que ya están familiarizados logrando que pase desapercibido el trastorno. En muchos casos los familiares se vuelven cómplices de estas personas al hablar por ellos en eventos sociales, comunicándose con otros adultos o extraños por él/ella; cuidando los detalles logísticos como hacer las citas por ellos, mandando mails en su nombre, etc.. Es por esta razón que la terapia familiar además de la individual también será importante. Con el apoyo necesario, los niños con ansiedad social pueden ser exitosos tanto académica como socialmente.