ABSTINENCIA: ¿por qué no se come carne?

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¿Cuándo se hace ayuno y cuándo
abstinencia?
Miércoles de Cenizas y Viernes Santo
son los únicos días de ayuno y
abstinencia (juntos). Es de precepto, o
sea que, para quien conoce esta ley, no
cumplirlos (si no hubiese un motivo
serio) es pecado grave. Los restantes
viernes del año (incluso durante el
tiempo pascual) son de abstinencia:
salvo cuando es solemnidad (no
solamente fiesta) y los viernes de las
dos octavas (de Navidad y Pascua).
Entonces ¿nunca se puede cambiar la
abstinencia de los viernes?
Dice también la Ley de la Iglesia (Código
de Derecho Canónico):
Canon 1253 La Conferencia Episcopal
puede determinar con más detalle el
modo de observar el ayuno y la
abstinencia, así como sustituirlos en
todo o en parte por otras formas de
penitencia, sobre todo por obras de
caridad y prácticas de piedad.
En la Argentina, la CE “autoriza la
posibilidad de reemplazar la abstinencia
de carne por la abstinencia de bebidas
alcohólicas, o por una obra de caridad, o
por una práctica de piedad”.
Nótese que lo debido es la abstinencia,
y la sustitución es una excepción. No
está bien que lo permitido termine
suplantando a lo ordenado. Y la obra
que reemplaza debe ser concreta y
significativa, no meramente en la
intención.
Recuperación del sentido penitencial
La mortificación (penitencia, sacrificio)
no es un fin en sí mismo sino un medio
de purificación, fortalecimiento y
crecimiento espiritual. No se trata de
una competencia de resistencia.
Tampoco se practica por motivos
económicos
(ahorro),
higiénicos
(conservar la salud, bajar de peso) o
estéticos (lograr una buena figura) sino
para lograr la unión con Cristo.
La Iglesia nos invita a tener
presente durante todo el año
el sacrificio de Jesús: por tal
motivo, un buen cristiano debe
preguntarse si «el asadito de
los viernes» es acorde a su fe. No peca
quien hace uso de la posibilidad que le
da la misma Iglesia reemplazando esta
penitencia por otra obra buena. Pero ha
de ser por un motivo razonable (no
necesariamente grave): principalmente
por consideración al prójimo (no por
complacencia de uno mismo). Recuerda
siempre la enseñanza de san Pablo:
“todo me está permitido, pero no todo
me conviene” (1 Corintios 6, 12 y 10,
23). Y el antiguo refrán cristiano: “quien
no se priva de nada de lo que puede no
sabrá privarse de lo que no debe”. —
¿Eres cristiano? Da testimonio de Cristo, ayuda a otros a encontrarse con Cristo…
Conoce tu fe, anuncia tu fe, comparte tu fe… ¡no temas! Él te acompaña y te recompensará…
ABSTINENCIA: ¿por qué no se come carne?
Origen y sentido de la Cuaresma y del Carnaval
¿Qué significa “cuaresma”?
“CUARESMA” significa “cuarentena” (del
latín quadraginta y quadragésima).
Designa los cuarenta días de
preparación a la celebración del
MISTERIO PASCUAL (Pasión, Muerte y
Resurrección de Cristo). Comienza el
Miércoles de Cenizas y concluye en el
Triduo Pascual, antes de la Misa de la
Cena del Señor (institución de la
Eucaristía en el Jueves Santo).
En el desierto, Cristo oró y ayunó
cuarenta días: «no comió nada en
aquellos días» (Lc). En memoria de
aquellos días y para disponernos a la
celebración de la Pascua con un corazón
purificado, la Iglesia invita a sus hijos a
vivir un tiempo de especial penitencia.
En el AÑO CRISTIANO hay dos tiempos
penitenciales: Adviento, preparación a la
Navidad, y Cuaresma, preparación a la
Pascua. Los distinguimos usando el color
morado (que se usa también en las
misas por los difuntos).
Origen bíblico de la Cuaresma
Además de su sentido principal, hay dos
hechos en la Biblia que anticipan el
Misterio de Cristo:
La cuaresma de Cristo
El sentido principal de la Cuaresma es
imitar el retiro espiritual de Cristo luego
de su bautismo y antes de iniciar su
ministerio. El relato lo encontramos en
los Santos Evangelios: Mt 4, 1-11; Mc 1,
12-13; Lc 4, 1-13. Recordemos que los
tres primeros, Mateo, Marcos y Lucas,
llamados «sinópticos», transmiten los
hechos y palabras de Jesús de modo
semejante y en un orden parecido,
aunque con algunas variantes.
1. los cuarenta años del Pueblo de Israel
en el desierto:
para lograr el
arrepentimiento
de la comunidad
rebelde, el Señor
los
conduce
durante cuarenta
años
por
el
desierto antes de
entrar en la
tierra prometida.
Ver Deuteronomio 8 y Salmo 106 [105].
2. los cuarenta días de Moisés en el
monte Horeb preparándose para recibir
la Ley de Dios: «Moisés estuvo allí con el
Señor cuarenta días y cuarenta noches,
sin comer pan ni
beber agua. Y
escribió en las
tablas las palabras
de la Alianza, las
diez
palabras»
(Éxodo 34, 28).
¿Y el Carnaval?
El origen de la palabra “carnaval” no es
seguro: para algunos, deriva de «currus
navalis» (carro naval), especie de
carroza que se usaba en algunos
festejos de origen pagano. Para otros,
vendría de «carnem vale», significando
la “despedida a la carne” (en latín:
vale=adiós), por los alimentos que no se
podrían consumir en la cuaresma. El
término “carnestolendas” apoyaría este
sentido: con el doble significado del
latín (tóllere=tomar-quitar), indicaría la
carne (y los otros alimentos) que se
consumen y se eliminan previamente al
tiempo de penitencia.
Estos días previos a la cuaresma, que
podrían ser de sana diversión, también
fueron ocasión de excesos, por influjo
del espíritu mundano. Nada impide que
un cristiano festeje el carnaval (sobre
todo atendiendo a las vacaciones del
verano en nuestro hemisferio) siempre
y cuando no se haga con pecado. Para el
mundo anticristiano, el carnaval
significa el triunfo de la «carne» como
opuesta al «espíritu» (Gálatas 5, 13-21).
¿Qué significa “abstinencia”?
«Abstenerse» es “privarse de algo”. En
la práctica cristiana, significa privarse de
comer “carnes rojas”, es decir, de
animales de sangre caliente (terrestres y
volátiles). Los días de abstinencia, se
puede comer carne de animales que
viven en el agua (mares y ríos).
¿Qué significa “ayuno”?
«Ayunar» es “privarse de comida
durante un cierto tiempo”. Así, existe el
ayuno eucarístico: quienes van a recibir
la Hostia consagrada (Cuerpo de Cristo),
se privan de alimentos y de toda
sustancia nutritiva por lo menos durante
una hora antes de la comunión
sacramental. Antiguamente (cuando las
misas eran sólo a la mañana), el ayuno
eucarístico comenzaba a la medianoche.
El ayuno penitencial reducir lo que se ha
de consumir en el día a una sola
“comida fuerte” (almuerzo o cena) si
bien moderada. Se puede hacer
también una o dos “colaciones”: ingesta
de líquidos (caldo o té; para el agua no
hay restricción).
¿Para qué se hace este sacrificio?
La penitencia corporal tiene muchos
sentidos: entre otros, ofrecer a Dios un
sufrimiento
voluntario
(discreto y moderado) en
reparación de los pecados
cometidos, muchos de
ellos vinculados a los
placeres.
Además, al experimentar
cierta debilidad física,
tomamos conciencia de la fragilidad de
nuestra naturaleza. Por otro lado, el
cuerpo se libera de la pesadez que
habitualmente provocan los alimentos y
las bebidas, y así el alma se encuentra
más despejada para la oración. Otro
fruto de la penitencia es fortalecernos
para soportar el dolor; es como un
entrenamiento:
el
sufrimiento
voluntario nos dispone para aceptar la
cruz no elegida. También nos hace
comprender el padecimiento quienes
contra su voluntad se ven privados de lo
necesario o de los placeres lícitos, y así
nos dispone mejor a la práctica de la
caridad.
Entonces ¿no se puede comer nada?
Ya se ha explicado que se cumple el
ayuno penitencial no por la eliminación
sino por la moderación en la ingesta de
alimentos. Quien desee y pueda
hacerlo, puede libremente hacer ayuno
«a pan y agua» uno o varios días,
siempre con la necesaria discreción y,
de ser posible, bajo la guía del Director
Espiritual.
¿Quién ordena cuándo y
cómo hacer penitencia?
Sólo la Iglesia ha recibido
de Cristo la autoridad para
enseñar en nombre de
Dios lo que se ha de creer
y lo que se ha de
practicar: nadie puede
quitar o añadir por voluntad propia (Lc
10, 16). La Iglesia toma su enseñanza de
la Palabra de Dios y la expresa de
diversas maneras: por ejemplo, en el
CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO, que es la
Ley de la Iglesia. Allí dice:
Canon 1250 En la Iglesia universal, son
días y tiempos penitenciales todos los
viernes del año y el tiempo de cuaresma.
Canon 1251 Todos los viernes, a no ser
que coincidan con una solemnidad, debe
guardarse la abstinencia de carne o de
otro alimento que haya determinado la
Conferencia
Episcopal;
ayuno
y
abstinencia se guardarán el Miércoles de
Ceniza y el Viernes Santo.
Canon 1252 La ley de la abstinencia
obliga a los que han cumplido catorce
años; la del ayuno, a todos los mayores
de edad [18 años], hasta que hayan
cumplido cincuenta y nueve años.
Cuiden sin embargo los pastores de
almas y los padres de que también se
formen en un auténtico espíritu de
penitencia quienes, por no haber
alcanzado la edad, no están obligados al
ayuno o a la abstinencia.
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